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espumosos.
b) Vinos gasificados:
Son los que no han tenido ningún tipo de crianza en madera o esta
crianza ha sido mínima. Son vinos que conservan mucho las características
varietales de las uvas de las que proceden y de consumo ideal en los 12-24
meses después de la vendimia. Es frecuente encontrar a los tres tipos
(blanco, rosado y tinto ) como vinos jóvenes.
b) Vinos de Crianza:
Han pasado un mínimo de crianza entre madera y/o botella. Son vinos
que desarrollan, además de las características varietales de las que
proceden, otras características organolépticas (sabor, color, aromas)
debidas a este periodo de maduración.
Su consumo ideal varía dependiendo de varios factores, pero por lo
general es de más o bastante más largo plazo que los vinos jóvenes
(normalmente entre 3 y 10 años). Los vinos de crianza, en su mayoría, son
tintos aunque también hay muchos blancos y es raro encontrar rosados.
Método Charmat
Removido
Transcurrido el tiempo de maduración, se bajan las borras al gollete por
movimiento de las botellas.
Degüelle
Con el fin de expulsar las borras, se congela el gollete, se destapa la
botella y salen las borras acumuladas el gollete durante la etapa de
removido. Se añade el licor de expedición y se tapona.
El resto de las etapas, se realizan de acuerdo a lo descrito para los
vinos blancos y tintos..
FASES DE LA CATA
La base del análisis sensorial es poner en juego todos los estímulos
provocados por los órganos sensoriales para apreciar un vino.
Se distinguen varias fases:
- Visual
- Olfativa
- Gustativa y Retronasal
LA FASE VISUAL
La vista es, sin duda, el primer sentido implicado en la cata.
Las sensaciones visuales se refieren principalmente a:
- la limpidez o transparencia (brillantez, enturbamiento)
- el color (su intensidad y su matiz o tonalidad)
La apariencia externa del vino facilita además otras informaciones, tales
como:
- fluidez
- desprendimiento de gas carbónico
- fenómenos de capilaridad sobre las paredes de la copa
- etc.
La limpidez
El vino nace turbio, llevando residuos de tejidos de uvas y elementos
extraños resultantes de las reacciones internas de floculación, cristalización
y restos de microorganismos. Con el tiempo, y por simple suspensión, los
vinos van limpiándose, pero jamás se hacen brillantes del todo.
El empleo de procedimientos de clarificación y filtrado es indispensable para
quitar las impurezas ligeras (que son las mas difíciles de eliminar) y para
darle una hermosa presentación de transparencia.
El color
El examen del color del vino se hace frente a una fuente luminosa, o sobre
un fondo blanco bien iluminado.
La fase visual da a conocer ya, desde que se sirve un vino, el estado en que
se encuentra, dejando entrever su edad y su crianza.
los rosados cuando son jóvenes presentan unos colores mas vivos,
que con el tiempo se suele ir perdiendo su bermellón para pasar a
colores piel de cebolla y pardos en fase oxidativa pronunciada.
LA FASE OLFATIVA
El olfato es el sentido que reconoce y clasifica los productos volátiles a
condición de que sean solubles en la mucosidad olfativa y estén dotados de
olor.
Los olores solo son percibidos en la fase gaseosa.
Hay dos vías posibles de acceso para detectar los aromas:
- la vía nasal directa, mediante la inspiración por la nariz.
- la vía retronasal, que es la que pasa por la rinofaringe (Parte de la faringe
situada sobre el velo del paladar y detrás de las fosas nasales).
Vía retronasal
La percepción es debida al calentamiento que se produce en el vino. Su
reparto por la boca gracias a la movilidad de la lengua y las mejillas
acentúan el desprendimiento de aromas. En el momento de tragar, el
movimiento de la faringe tiende a crear una ligera sobrepresión interna que
rechaza hacia la nariz los vapores que llenan la boca.
El sentido olfativo es extremadamente fino. Si se comparan los umbrales
olfativos a los gustativos, se ve que la sensibilidad del olfato es 10.000
veces superior a la del gusto.
Se conocen varios miles de sustancias que tienen olor y los aromas son mas
complejos que los sabores; prueba de ello es que los sabores fundamentales
son CUATRO, mientras que los olores son el resultado de un número
considerable de sensaciones.
El entrenamiento del catador, como el del perfumista, es lo que le hace
catalogar varios centenares de olores diferentes.
Sustancias olorosas
Intensidad y volatilidad
Hay infinidad de sustancias volátiles en un vino, pero estas tienen que estar
en el medio idóneo para ser percibidas. Es por ello que dentro de su
volatilidad se pueda hablar de la intensidad.
En ese binomio (intensidad-volatilidad) se configura la finura que hace las
virtudes o defectos de un vino.
Cuando el vino es escanciado en una copa, se produce un equilibrio de
reparto entre las moléculas volátiles en fase liquida y en fase gaseosa.
Puede haber 1.000 veces menos cantidad de sustancias aromáticas en el
aire, por encima del vino, que en el vino. Es el caso típico de una copa de
Brandy o Cognac.
La evaporación es fraccionada con el alcohol. En primer lugar se evaporan
los olores mas volátiles, los mas etéreos. Después, poco a poco, se van
liberando los olores mas pesados, los mas grasos. Cuando la copa se vacía,
permanece durante mucho tiempo el olor de las fracciones menos volátiles,
por ejemplo, moléculas de ésteres y de madera rancia.
Sustancias volátiles
Por medio de un cromatógrafo se han llegado a detectar mas de 500 picos,
y unos 60 han sido identificados. Por otro lado, no son solo específicos del
vino: también se encuentran en la sidra, la cerveza, el queso, lo que delata
que proceden en gran parte de las reacciones comunes en el metabolismo
celular.
En un vino hay ácidos, sales, azúcares y compuestos fenólicos, dotados
cada uno de ellos de un gusto particular. Entre ellos se potencian y a la vez
se diluyen. Hay que pensar que están en concentraciones muy diferentes.
Entre todos componen el esqueleto del vino. Por otro lado hay sustancias
volátiles susceptibles de liberarse mas o menos fácilmente en la copa o en
la boca. Pertenecen a las familias químicas de los alcoholes, aldehídos,
ácidos volátiles, acetatos y diversas combinaciones.
De la misma manera que con las sustancias gustativas, los olores se
LA FASE OLFATIVA
- Vidueño
- Vendimia
- Vinificación
- Almacenamiento
- Crianza
- Tiempo de botella
Tipos de aromas
El aroma secundario
Proviene de la fermentación. Es aportado por las transformaciones
bacterianas que afinan estos aromas de fermentación. Cuanto mayor es la
cantidad de azúcar, mayor es el aroma secundario. Las levaduras pueden
emplear nitrógeno amoniacal o nitrógeno orgánico (darán menos alcoholes
superiores).
El aroma terciario
Saber envejecer es conservar largo tiempo las virtudes de la juventud.
LA FASE OLFATIVA
En primer lugar, debemos oler el vino sin mover la copa. El aroma que
percibimos es el primario, el que proviene del vidueño y del terruño que
marcan el vino.
Zonas de percepción
Los órganos receptores gustativos, estimulables por las sensaciones
sápidas, están localizados sobre todo en las papilas de la lengua.
Se distinguen cuatro tipos de papilas:
- foliadas
- caliciformes
- fungiformes
- filiformes
de ellas, solo las caliciformes (situadas en la parte posterior de la lengua) y
LA FASE GUSTATIVA
El sabor DULCE
- ligereza
- suavidad
- cuerpo
Azúcares
Los que provienen de las uvas principalmente son:
- glucosa
- fructosa
- arabinosa
- xilosa
Estos azúcares están presentes en los racimos y quedan como residuos sin
fermentar. No hay un rendimiento perfecto.
Alcoholes
Son también productos que tienen sabor dulce.
LA FASE GUSTATIVA
El sabor SALADO
El sabor salado provoca una saliva fluida. Aumenta el sabor global del vino y
la sensación de frescor. Endurece el sabor del vino si la sensación salada es
excesiva.
FASE GUSTATIVA
El sabor ÁCIDO
No todos los ácidos presentes en el vino provocan una sensación ácida, por
ejemplo:
- el ácido pícrico tiene gusto amargo.
- el ácido salicílico tiene gusto azucarado.
- el ácido bórico no tiene gusto.
- Succínico (de 0,5 a 1,5 g/l., tiene un gusto intenso y, a la vez, amargo y
salado que provoca salivación. Es el que da mas sapidez al vino así como
vinosidad. Se puede recordar por su parentesco químico con el ácido
glutámico, que es empleado en preparaciones culinarias para potenciar el
sabor a carne.
- Láctico (de 1 a 5 g/l., tiene un sabor algo agrio y fuerte, con recuerdos
lácteos).
LA FASE GUSTATIVA
El sabor AMARGO
La riqueza de sabor, superior en los vinos tintos que en los blancos, viene
explicada por la presencia de mas polifenoles en los tintos.
Estas sustancias influyen en las cualidades nutritivas del vino así por ello en
los tintos hay vitamina P que proporciona resistencia de las venas capilares
y poder bactericida (colitis).
Los taninos
Los taninos son sustancias astringentes que se encuentran en el hollejo,
pepitas y raspón de las uvas. Se extrae mediante maceración de aquellos
durante la fermentación o en disolución de una mezcla hidroalcohólica. En
los vinos tintos hay de 1 a 3 g/l. y en los blancos unas decenas de mg. Otros
taninos proceden de la madera de las barricas de crianza.
LA FASE GUSTATIVA
La astringencia
La astringencia es una sensación que percibimos y reconocemos
perfectamente, pero a la vez es muy difícil de definir.
En la cata esta sensación debemos tenerla muy clara y no equivocarla, por
ello debemos de saber que es lo que notamos.
La astringencia da una impresión de sequedad, de aspereza y de rugosidad.
Es lo contrario de la suavidad que percibimos cuando pasamos la lengua por
el paladar, los dientes o las encías.
Parece ser que la causa de la astringencia es la coagulación de la mucina de
la saliva, lo que hace disminuir la viscosidad y, entonces, ya no cumple
igualmente la función de lubricación.En una palabra, parece que la lengua
se hubiera vuelto rasposa y como si los tejidos de la boca se hubieran vuelto
prietos (Emile Peynaud dixit).
No todos los compuestos fenólicos del vino dan astringencia. Por ejemplo la
causada por los taninos depende del grosor de sus moléculas. Hay
compuestos fenólicos de bajo peso molecular y sus moléculas son
La causticidad
El alcohol en pequeña proprción resulta algo azucarado, pero a partir de los
12 grados se empieza a notar esa sensación de vinosidad o de calor, y mas
cuando catamos productos con 20 o 25 grados.
El picor
La sensación de picor es compleja. El gas, CO2, se siente tactilmente como
leves impactos que provocan un cierto picor agradable. La lengua reconoce
la presencia al tacto de 500 mg/l. Es una máquina perfecta.
Conclusión
Hay que contar con el paladar, las mejillas y los labios, que junto con el
miembro activo que es la lengua, redondea y conforma las impresiones de:
- textura
- consistencia
- fluidez
- viscosidad
- untuosidad
I.- SU IMPORTANCIA
II.- EL SUMILLER
En todas las culturas que han dado importancia al vino han tenido personal
especializado. En España, las Partidas del Alfonso X el Sabio (siglo XIII) y
otras disposiciones antiguas reglamentaban las funciones del botillero, el
copero, el escanciano, que alrededor de las mesas reales realizaban sus
funciones.
En países gastronómicamente desarrollados como Francia, desde el siglo
XIX este especialista dentro de la restauración tenía su propio nombre:
sommelier. En España hasta épocas recientes pocos establecimientos
contaban con él.
7. Servir una pequeña cantidad en la copa del anfitrión para que emita su
juicio y dé permiso para servir
El Servicio
El ambiente
Beber vino es una experiencia sensible. Así como apreciamos mejor un
concierto en una sala de teatro, los atributos del vino se perciben con mayor
justeza en un ambiente adecuado.
Si lo que se busca es hacer un juicio más o menos objetivo de la calidad
gustativa de un vino, se debe prestar atención a ciertos aspectos del
ambiente que son de importancia fundamental.
La presencia de ruidos, olores, colores intensos, mala iluminación etc.,
distorsionan la capacidad de los sentidos para percibir matices.
Los especialistas conducen sus pruebas en ambientes de color blanco y luz
natural (o artificial que imita la luz natural), y al abrigo de toda distracción.
Obviamente no es necesario llegar a estos extremos para gozar un buen
vino, pero cuanto más adecuado sea el ambiente más cabal será la
percepción.
Las copas
La copa es de fundamental importancia en la apreciación del vino.
De su forma, espesor y color dependerá en gran medida la percepción de
los valores de su contenido.
La copa de vino debe reunir las siguientes condiciones mínimas:
a) La copa debe ser lisa e incolora
El tallado o los colores distorsionan el aspecto visual del vino.
b) Debe tener un tallo suficientemente largo como para asirla con
comodidad
El tallo muy corto o inexistente obliga a asir la copa del cuerpo, lo que
La temperatura de servicio
Cada vino tiene una temperatura adecuada de servicio. Tal como sucede
con cualquier alimento, la temperatura a que se bebe el vino, variará de
acuerdo con sus características. Por regla general cuanto más materia
tenga un vino, más alta será su temperatura de servicio. Los vinos con
azúcares residuales o añadidas se beberán más fríos que los de similar
cuerpos pero secos.
El corcho y el descorche
El tapón de corcho tiene la finalidad de establecer una barrera hermética
entre el ambiente y el contenido de la botella.
El corcho es una materia vegetal, de hecho la corteza del alcornoque, y por
ende es de porosidad y elasticidad variable. Los distintos grados de
porosidad y elasticidad determinan la calidad y precio de la materia prima.
El bodeguero determina, en función de la calidad del vino y del tiempo que
espera que permanezca en la botella, la calidad y el largo del tapón que
utilizará. Existen tapones de corcho "natural" y de cocho aglomerado.
Los naturales son cortados con sacabocados directamente de las plantas de
corcho, mientras que los aglomerados son obtenidos moldeando serrín de
corcho impregnado con pegamento adecuados. Los aglomerados son más
baratos y de inferior calidad. Se los utiliza sólo en los casos en que el vino
permanecerá poco tiempo en la botella, y cuando el valor del vino no
justifica un tapón de mejor calidad. Es de esperar por lo tanto, que un vino
de guarda tenga un tapón más largo, de 45 milímetros o más.
En el descorche se deben atender los siguientes detalles:
a)Cortar y retirar la parte superior de la cápsula a la altura del reborde del
pico.
b) Limpiar el pico de la botella con una servilleta.
c) Introducir el vástago del sacacorchos en el centro del tapón y cuidar de
no atravesarlo. Si el vástago aparece del otro lado, seguramente hará caer
migas de corcho que luego aparecerán en la copa.
La primera copa
¿A quién servir?
La primera copa de vino debe servirse a quien haya elegido el vino o al
agasajado de la mesa.
¿Qué cantidad servir?
La cantidad a servir no debe exceder un tercio del volumen de la copa pero
tampoco debe ser mucho menor. Volúmenes muy pequeños sufrirán un
cambio muy rápido de temperatura y además no desprenderá suficiente
cantidad de aroma como para percibir correctamente las cualidades del vino
en cuestión. Volúmenes mayores dificultarán el movimiento del vino en la
copa sin que se produzcan derrames.
trabajando.
Para las aves nos remitiremos a la mención anterior, vale todo pero hay que
tener en cuenta la salsa. Con la caza lo más conveniente son los tintos no
demasiado viejos, un Cabernet Sauvignon o un Tempranillo, son una opción
a tener en cuenta.
Los dulces finales son toda una historia, no es fácil, pueden ser espumantes,
puede ser un oporto. Y en el caso de que el postre esté a un paso de
resultar empalagoso, quizás sería conveniente acompañarlo con un cognac,
o un armagnac. Usted verá.
La verdad es que casi podríamos decir que con los vinos ocurre lo mismo
que con los hombres, provocan risa esos comentarios sobre "lo buen
amante" que es fulano. El señor en cuestión seguramente habrá dejado muy
satisfecha a algunas, pero decididamente no cubrirá las expectativas de
muchas otras, que no a todas nos dan placer las mismas piruetas. Por eso,
lo mejor es ir por ahí saboreando, para una buena elección hay un solo
consejo: ¡A probar se ha dicho!.
El servicio del vino tiene su ritual. No se trata de un rito caprichoso, sino de
un ejercicio ajustado al momento y a la exigencia. En el servicio empieza el
placer de degustar un vino.
El momento
El mejor momento para degustar un vino es en las comidas, acompañando
algún plato, o bien cuando se está en compañía de amigos, más que beber
solo. El vino sabe mejor cuando se comparte.
Cómo abrir la botella
1. Se coge la botella con cuidado, transportándola verticalmente o levemente
inclinada. Nunca se agitará ni volteará.
2. Se corta la cápsula por debajo del reborde de cristal que hay en el cuello
de la botella.
3. Se saca el corcho girando el sacacorchos, nunca la botella, y se hace con
delicadeza evitando que se caiga sobre el vino, o que se produzca un
inoportuno ruido.
4. Se pasa una servilleta por la boca de la botella.
5. Se huele el corcho para captar una primera impresión del vino que nos
vamos a encontrar.
6. Se escancia una pequeña cantidad en una copa y se ofrece al anfitrión, o a
la persona considerada más entendida, para que dé su aprobación y
autorice el servicio.
Decantado
En los vinos de crianza, reserva y grandes añadas, se abrirá la botella un
tiempo antes, que puede oscilar entre media hora y dos horas, a fin de
hacer desaparecer el olor a reducción que el vino ha acumulado en su
prolongado encierro dentro de la botella.
En caso de que la decisión de tomar el vino sea inmediata, se procederá a
decantarlo para acelerar la desaparición del tufo a vino reducido. Este
proceso consiste en escanciar el contenido de la botella en un recipiente de
cristal llamado "decantador", que es ancho en la parte inferior, evitándose
que entren posos en el nuevo recipiente durante el trasvase.
Se servirá el vino en una copa grande, que ofrezca amplia superficie al vino
que se ha introducido, para que exista mayor contacto con el aire.
maridaje
La primera y más básica es la de que cada uno puede elegir el vino que
quiera para acompañar la comida que va a tomar, que para ello están los
gustos.
No obstante, se aconseja atender unas normas que propician el mayor
disfrute y no se han dictado precisamente de forma arbitraria
Normas generales
En primer lugar hay que tener en cuenta que los vinos deben servirse antes
que los platos.
1. Los vinos se servirán de más jóvenes a mayor edad (crianzas, reservas y
gran reservas). De la misma forma que deben servirse de menor calidad a
mejor; los más ligeros antes que los robustos.
2. Para las comidas cotidianas suele tomarse un mismo tipo de vino. En este
caso se elegirá el que vaya mejor al plato principal de la comida.
3. Si se sirven en una comida distintos vinos del mismo tipo (es decir, todos
tintos, todos rosados o todos blancos), es adecuado elegirlos de una misma
región.
4. Existe una norma general que aconseja vinos blancos para carnes blancas
y vinos tintos para carnes rojas, aunque cabe matizar que los rosados y
tintos jóvenes son ideales para platos mas ligeros
mientras que los tintos de crianza para carnes fuertes, guisos y caza.
5. Aquellos guisos que han sido cocinados con vino, deberán servirse con el
mismo vino usado en la elaboración, que el cocinero habrá procurado que
sea de calidad, pues un mal vino puede desmejorar el guiso.
6. Las comidas "folklóricas", en las que abundan las especias y sabores
fuertes suelen estar reñidas con los vinos. Los vinos serán locales y no hace
falta que sean de gran calidad.
7. Todo aquello que esté sazonado con vinagre, cebolla, ajo, curry o mostaza,
es difícil de emparejar. Mejor evitar la bebida, tomar agua o vinos muy
fuertes que dominen el gusto de los alimentos.
8. No deben servirse demasiados vinos diferentes en una comida.
1 Para disfrutar de todas sus virtudes, es mejor beber los blancos antes que
los tintos.
2. Los vinos blancos secos acompañan bien al pescado y al marisco,
mientras que los blancos dulces son mejores para acompañar al final de las
comidas la repostería y las frutas; los blancos licorosos, como el Sauternes,
casan bien con el foie-gras. El moscatel dulce y joven, también.
3. Los rosados pueden tomarse con todo, son un buen comodín cuando el
menú no está construido por platos muy definidos y es a base de
entremeses, etc. Los rosados se servirán siempre fríos, entre 7 y 9 grados,
procurando que sean de la vendimia más cercana.
4. Los tintos son los más gratificantes para el buen aficionado. Su fuerza de
color, aroma y sabor acompaña bien a platos bien construidos. Cuando
estamos ante platos especiados, vinagretas, menestras con alcachofa, etc.
es mejor tomar un tinto común; sería un derroche servir un gran tinto, o un
vino de una añada excepcional.
5. Los cavas o champagne pueden acompañar muy bien una comida,
siempre que se escoja el adecuado. Así vemos que el brut nature, el brut y
el seco se servirán con aves, carnes suaves, pescado y sobre todo marisco.
El semiseco y el dulce se destinarán a postres.
Los platos
Para los aperitivos pueden servirse vinos jóvenes (blancos, rosados y
tintos), aunque resultan más aconsejables los cavas o el champagne.
También los finos de Jerez, si predomina el jamón serrano y los embutidos
curados.
Se sube la botella de la bodega una o varias horas antes. Un vino joven sera
transportado y abierto en posición vertical. Una botella de cierta edad será
puesta con cuidado en una cesta copiosa servida sin ponerla vertical. Si se
compra una botella de vino, hágalo a lo más tarde la víspera. Déjelo reposar
verticalmente en un lugar oscuro y fresco. Nunca deje una botella de vino
mucho tiempo en la nevera.
¿Cuándo decantar?
hacer esta operación con los vinos blancos, los rosados y los vinos tintos
frágiles.
La temperatura
Los vinos blancos exigen estar frescos. "Refrescar" no quiere decir helar. A
una temperatura inferior a 6 grados, estamos bajo el nivel de percepción.
Refrescar significa igualmente bajar gradualmente la temperatura. Ponemos
la botella en un bolde a mitad lleno de agua y agregamos algunos hielos. El
vino adquiere rápidamente en el vidrio uno o dos grados más.
Vinos blancos: secos, beber muy fresco(8 °C). Los blancos muy complejos,
con carácter seco, se aprecian entre 10 y 12 °C. En cuanto a los blancos
ricos, graseosos y blandos pueden soportar 13 a 14 °C en el vaso.
Vinos rosados: son vinos jóvenes, frescos y con sabor a frutas. Servirlo a la
temperatura de una buena bodega, es decir 9-10 °C.
Vinos tintos: Vinos tintos: ligeros, bebidos jóvenes o viejos 9-10 °C. Los
tintos más estructurados soportan uno o dos grados cuando son bebidos
adolescenes (13-14). Los grandes vinos serán servidos a 15 o 16 °C,
mientras que los más ricos en tanino alcanzarán los 16 a 18 grados, el límite
superior (18 °C) es para los vinos más viejos.
La dificultad es de harmonizar las comidas entre ellas, los vinos entre ellos,
los vinos y las comidas.