Los sistemas neumáticos convierten la energía mecánica en energía neumática y
posteriormente se vuelve a transformar a energía mecánica para realizar el trabajo
esperado, esto gracias a unas piezas llamadas actuadores. Hay dos tipos principales de actuadores, los cilindros que generan un movimiento lineal y los rotativos que generan un movimiento giratorio. Los circuitos están conformados principalmente por una fuente de aire comprimido, un dispositivo que controla la presión, el sistema de conducción o tuberías un actuador y una válvula de control direccional para controlar la operación del actuador. La alimentación proviene de una maquina que opera con un compresor, el cual toma aire de la atmosfera por un orificio de entrada. Una vez comprimido el aire la energía mecánica se convierte en energía neumática, este aire comprimido es almacenado en un depósito, para que se pueda usar en repetidas ocasiones en varias partes del sistema. Los circuitos neumáticos transmiten energía usando un gas. El gas mayormente utilizado es el aire, debido a que abunda en el planeta, es gratis, de facil acceso y es posible reincorporarlo a la atmosfera después de haberlo ocupado. El aire es de fácil adaptación y compresión, por otro lado es capaz de retener altas cantidades de energía potencial, esto hace posible que el aire comprimido hacen posible una aceleración y desaceleración uniformes asi como una inversión de la dirección del movimiento mecánico con relativa libertado de impacto.