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1.

Desde el origen de la misma vida ciudadana se percibe la necesidad de un


control político-social en manos de los ciudadanos sobre las instituciones de éstos:
control privado de una acción con efectos públicos como los es especialmente la
relación económica.
2. El control se basa en un examen o investigación realizada por autoridad propia
o delegada.
3. Si la autoridad es propia, se puede emitir un dictamen (juicio, sentencia); pero si
es delegada, sólo podrá dar una opinión (favorable o adversa): capacidad
certificante.
4. En la medida que las funciones son específicas, éstas solo pueden ser
desarrolladas por técnicos especializados: funcionarios encargados, esto, es,
personas a quienes se les da un cargo para que desarrollen ciertas funciones.
5. La evolución de las instituciones políticas acarrea transformaciones radicales en
los procedimientos e instituciones de control: así como cambia la organización
social deben modificarse y adecuarse los mecanismos de control.
6. La Revisoría Fiscal en Colombia es producto de la confluencia del derecho
napoleónico, el derecho español y el derecho mercantil, su origen está en el
derecho romano como una necesidad de control político-social en manos de los
ciudadanos.

Sin embargo, conveniente hacer una aclaración importante: el hecho de


encontrar las raíces de las instituciones actuales no quiere decir que las
instituciones de hoy son iguales o las mismas de entonces. La evolución de
las relaciones sociales, su complejidad creciente y su tecnificación acelerada,
permiten encontrar las mismas raíces para diferentes instituciones de hoy. El
desarrollo posterior tiene mucho que agregar al objeto de esta estudio.

Vale la pena analizar el legado español (que en el campo del Derecho Comercial
ha dependido de Francia) pues al fin y al cabo fue el que dió las características
definitivas a lo que en la legislación colombiana de los 70´s se conoce como
Revisoría Fiscal. Más adelante se harán algunos comentarios relacionados con el
neocolonialismo.

En su inicio no es posible distinguir si se trata de entes civiles o comerciales, o si


son empresas privadas o estatales. En realidad de en ellas se encuentra un poco
de cada cosa: estaban formadas por grandes cantidades de asociados, el asiento
de los negocios estaban en la Metrópoli pero sus actividades se realizaban en las
distintas colonias, la administración estaba a cargo del Estado y sus directores
eran nombrados por los mismos soberanos.
Para poder funcionar requería de un permiso especial llamado "Concesión", o
también "Octroi", o "Royal Charter"[15].

"Ningún Contador Público que lea el artículo 207 puede afirmar el publico que
Auditoría Externa es lo mismo que Revisoría Fiscal, pero en la práctica sí se da el
caso en que el subconsciente traiciona, sobre todo si se trata de firmas, a menos
que se esté haciendo en entes vigilados por superintendencias. En las Compañías
Cerradas de inversionista, hacer Revisoría Fiscal es hacer Auditoría Externa y
llenar un cuestionario simple que se puede hacer en pocas horas. En la práctica
profesional los artículo 207 no son cumplidos. Esto es conflictivo pero así se está
haciendo. Así cumplen con los usuarios y creen estar haciéndolo. Otro grupo no
hace la Auditoría Externa sino puro control y vigilancia pero no deja ninguna
evidencia o papel de trabajo. ¿Quién está ejerciendo más acorde con la realidad

Como se ve, el problema no está ni en la Revisoría Fiscal ni en la Auditoría


Externa sino en la Contaduría Pública que no ha asumido plenamente el desafío
profesional que se le
encara. El siguiente concepto de Supersociedades ayuda a entender un poco más
la situación:
"Manifiesta el libelista que la Auditoría Externa desempeña 'las mismas o
absolutamente similares funciones del Revisor Fiscal'. De acuerdo con las
disposiciones legales, las firmas o asociaciones profesionales de contadores,
están dedicadas al ejercicio de actividades contables. Y solo podrán cumplir las
funciones adscritas a los contadores públicos, bajo la responsabilidad de personas
que hayan obtenido la inscripción correspondiente (artículo 12 de la Ley 145 de
1960).

El Revisor Fiscal, además de los objetivos indicados, tiene otras funciones


específicas y concretas, previstas en la ley, que son de obligatorio cumplimiento,
v.gr., las señaladas en el artículo 207 y siguientes del Código de Comercio. De tal
manera que cuando eventualmente ocurran irregularidades que afecten el
funcionamiento normal de la sociedad que controla en relación con alguna de las
funciones que la ley le asigna deberá dar cuenta por escrito a los cuerpos
colegiados en cumplimiento de los estatutos, y de las ley. 'en interés de los
asociados, de los terceros y hasta del orden público económico' (artículo 209 del
estatuto mercantil).

La Revisoría Fiscal desempeña un papel de especial importancia en la vida del


país, a tal punto que una labor eficaz, independiente y objetiva, es incentivo para
la inversión, el ahorro, el crédito y en general facilita el dinamismo y el desarrollo
económico. Como órgano de fiscalización, la Revisoría está estructurada con el
ánimo de dar seguridad a los propietarios de las empresas sobre el sometimiento
de la administración a las normas legales y estatutarias, así como acerca de la
seguridad y conservación de los activos sociales, amén de la conducta que ha de
observar en procura de la fidelidad de los estados financieros.

Es así como mientras el cargo de Revisor Fiscal es de carácter obligatorio para


aquellas sociedades en donde por ministerio de la ley se exige (artículo 203 del
Código de Comercio), el de Auditor Externo es opcional

En lo que hace a la subordinación del Revisor Fiscal en Colombia, es claro que no


puede estar bajo la dependencia de los administradores y directivos, sino de los
asociados como voceros del interés común de la sociedad. No ocurre lo mismo
con el Auditor Externo, quien depende directamente de la administración y es a
ésta a quien debe rendir el resultado de su gestión.
Además, los deberes del Revisor Fiscal no podrán cumplirse a cabalidad sino
mediante una inspección asidua y un control permanente (artículo 207, ordinales
5o. y 6o. del Código de Comercio), a diferencia de lo que ocurre en el ejercicio del
cargo de Auditor Externo, el cual puede ejercerse en forma temporal u ocasional,
de acuerdo al trabajo contratado.
En consecuencia, no puede sostenerse desde el punto de vista jurídico que la
Revisoría Fiscal y la Auditoría Externa desempeñen las mismas funciones y, por
consiguiente, que el alcance de las responsabilidades a que ambas competen sea
el mismo.
De otra parte, el Revisor Fiscal está sujeto no sólo a la responsabilidad civil que
puede derivarse del ejercicio de su profesión, sino también a las sanciones
administrativas (artículos 216 del Código de Comercio, 23 del Decreto 2920 de
1982 y 12, ordinal 6o. de la Ley 32 de 1979), disciplinarias (artículo 15 del Decreto
1462 de 1961) y penales (artículos 62, 157, 212, 293 y 395 del Código de
Comercio), señalando además que el Revisor Fiscal como Contador Público que
es (artículo 215 del Estatuto Mercantil), se asimila a un funcionario público para
efectos de las sanciones penales por culpas o delitos que cometiere en el ejercicio
de actividades propias de su profesión (artículo 11 de la Ley 145 de 1960).

Desde entonces, está claro que Revisoría Fiscal y Auditoría Externa son dos
asuntos completamente diferentes[78]. Sin embargo, el debate se trasladó al
terreno de la Auditoría ó del Control, como podrá observarse en el capítulo
“Enfoques de Revisoría Fiscal”.
Del debate sobre si la Revisoría Fiscal es o no Auditoría Externa, algunas cosas
deben quedar claras:
1. Se trata, desde el punto de vista jurídico, de dos asuntos completamente
diferentes: la Revisoría Fiscal es una institución propia del sistema latino; la
Auditoría Externa es un Instituto Jurídico del derecho anglosajón (derecho
contable, inexistente en la legislación colombiana). La tal legislación universal no
existe.
2. El problema tampoco radica en una simple adaptabilidad geográfica: en
Colombia Revisoría Fiscal y el resto del mundo Auditoría Externa; la primera, un
mundo subdesarrollado y la segunda, vanguardia del modernismo y de la
excelencia. El asunto radica en dos naturalezas, derivadas de sus funciones
propias, totalmente diferentes: la una, control privado en favor del orden público
económico cuyo responsable último es el Estado; la otra, análisis y evaluación en
defensa de los intereses de los inversionistas ó de la parte contratante.
3. La cuestión de fondo no es la libertad de empresa, comercio y asociación, que
nadie discute y que está en la médula de la Constitución Nacional como supuesto
del régimen económico colombiano, sino el de la dependencia económica cuyos
pilares son la inversión extranjera y la deuda externa. De esto surge una
problemática que no es propia de la ciencia contable: sus características son
económicas, sociales y políticas multilatelares.
4. El conflicto entre Revisoría Fiscal Externa no puede ni debe ser ocultado por la
profesión de contadores públicos. Es más, de su discusión en tribunas abiertas
(intergremiales) resultará una oxigenación importante para la misma profesión y
para el bienestar económico de las sociedades mercantiles.
5. La afirmación de Yanel Blanco Luna, en 1979, que la misma profesión no ha
tomado en su real importancia, adquiere connotaciones de vital trascendencia: "La
influencia que viene ejerciendo la Auditoría Externa sobre la Revisoría Fiscal y, por
qué no decirlo, la mala imagen que nos hemos encargado de darle los Contadores
Públicos a esta última, han hecho que los contadores no tengamos conocimiento
cabal de la Revisoría Fiscal y que no nos hayamos preocupado por estudiar si hay
o no diferencias con la Auditoría Externa y, de haberlas, cuáles serían los
procedimientos mínimos que se deben llevar a cabo en la Revisoría Fiscal, y la el
control interno de la sociedad; o muchos otros asuntos que requieren precisión en
la Revisoría Fiscal"[79].
6. La Contaduría Pública tiene un reto a su profesionalismo: desarrollar la
Revisoría Fiscal. El evadir este reto, así sea reemplazando la Revisoría Fiscal pro
la Auditoría Externa, no es otra cosa que el reconocimiento de la incapacidad para
desarrollar la tarea de fiscalización a que es llamada lo cual desde ningún punto
de vista puede ser admitido. Se requiere,entonces, estudiar y desarrollar la
Revisoría Fiscal con fidelidad al conocimiento y a la ciencia, en búsqueda del
bienestar de la sociedad en general.

Desde entonces, la Revisoría Fiscal es una institución en crisis, en parte por la


penetración de la Auditoría Externa, pero también por una serie de fenómenos y
situaciones propias que deben analizarse:
1. Existen diversas clase de Revisoría Fiscal: no hay unanimidad de criterios
profesionales entre quienes la ejercen.
Juan José Amésquita los clasificó en cinco grupos:
a. quienes firman cuando se les solicite:
b. aquellos que intervienen en la administración de las empresas y resultan
mandando más que el gerente;
c. los que exigen que por sus manos pasen todos los documentos para
estamparles una inicial, un sello o un chulo;
d. quienes realizan su trabajo con colaboradores, previo estudio del negocio,
análisis de todos sus controles de programación del trabajo a efectuar, a base de
muestreo estadístico y otras pruebas internas y externas de auditoría; y,
e. quienes trabajan bajo el mismo método científico anterior, pero solo revisan los
papeles y documentos que constituyen la evidencia de la función adelantada por
sus asistentes, sin hacer actos de presencia ante sus clientes[80].}

Esta diversidad en la oferta se servicios profesionales hace que quienes controlan


la sociedad determinada puedan escoger a su gusto, a su medida, como en un
supermercado. Si a ello se le agrega la falta de solidaridad gremial, el resultado es
una fácil manipulación de la profesión. las excepciones, que ponen ante todo su
honorabilidad profesional, sencillamente no encuentran votos para su
nombramiento. Falta algo más que un Código de Etica al respecto. Si bien no
puede pretenderse tener una completa uniformidad, sí por lo menos debe existir
un esquema profesional básico a partir de unas normas de trabajo mínimas que
garanticen su calidad orientada al cumplimiento de las funciones asignadas por la
ley (fiscalización).

Martínez, Pabón y Rojas, Es tanta la legislación sobre revisoría fiscal que no hay
ninguna duda acerca de la voluntad del legislador en relievar su importancia. Pero
ese es también uno de los grandes obstáculos
hoy dado que no es fácil trasladar a la parte operativa el contenido de las normas:
por una parte, la diversidad de terminologías; y por otra, lo difícil que es llegar a
esquemas prácticos[

La confusión entre auditoría y revisoría fiscal ha sido uno de los grandes


problemas que enfrenta esta institución en Colombia, pero los contadores de la
Universidad de Antioquia creemos que una normatividad que rescate esta figura
de control y la oriente hacia su verdadera dimensión es lo que la revisoría fiscal
necesita.

Qué dió origen al advenimiento de las nuevas auditorías?


La ‘crisis’ surgió no por defecto de la Auditoría Financiera, pues ésta a nivel
mundial está teniendo una importancia creciente, fortalecida por los procesos de
internacionalización y por los bloques de mercado, en especial la Unión Europea y
el TLC.
Sucedió que en las empresas se dió un cambio fundamental: se diferenció, de
manera radical, la propiedad y la toma de decisiones.
La empresa tradicional, muy pequeña, no hacía esta diferenciación: dueño y
gerente eran prácticamente la misma persona. Si había separación entre éstos,
era entre ‘gente conocida’. Jurídicamente se desarrolló lo que se conoce como
‘Rendición de Cuentas’.
Por ello el éxito, entonces, de los enfoques patrimonialistas (tanto en Derecho
como en Contabilidad, de manera especial).
La empresa nueva, por efecto de los mercados transnacionales (globalización e
internacionalización) tuvo que hacerse grande en tamaño (de capital, pues se
necesitaban unir muchos esfuerzos; y de ubicación geográfica, pues se requería
abarcar nuevos mercados.
El propietario es ahora el inversionista: una persona que tiene capital y lo asocia a
una empresa mientras ésta cumpla sus objetivos (de rendimiento esperado,
especialmente) y lo retira cuando ésto no se da o encuentra mejores alternativas
financieras. En una empresa, entonces, sus inversionistas son tan variables y
diversos como lo son los cambios de los mercados y las oportunidades. Se
refuerza lo relacionado con el mercado público de valores y las necesidades de
seguridad de la información financiera son ahora mayores.
La toma de decisiones es potestad ahora de la gerencia. Es ella quien genera la
estructura organizacional para el cumplimiento de objetivos y metas dentro de la
visión y la misión estratégicas, con los recursos disponibles ya por efecto del
capital invertido o ya por efecto de recursos provenientes del endeudamiento
externo.
Estas nuevas condiciones de la empresa moderna han llevado a replantear todo lo
relacionado con Contabilidad, Auditoría, Control, Control Interno, Revisoría Fiscal,
etc.
El poder de la gerencia ha hecho que todas éstas se orienten hacia su utilidad
para la toma de decisiones: un cambio de paradigma en el que el patrimonialista
cede su paso frente a las nuevas realidades.

El termino valoración, es definido por el Diccionario de la lengua española “como


la acción y efecto de valorar, señalar precio de una cosa, Reconocer, estimar el
valor de una cosa”. Para nuestro caso es el reconocer, estimar, o valorar
situaciones que afectan un ente económico.

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