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Indudablemente la evaluación es un recurso esencial de la educación en sus diferentes

componentes, es la orientación que facilita el camino para que los estudiantes puedan avanzar a
partir de sus posibilidades, sueños, y anhelos, con el fin de hacerlos posibles, de tal manera que
contribuya a su desarrollo personal y a la transformación de sus entornos.

La Ley General de Educación que en su artículo 77 brindó autonomía escolar a las instituciones

En los años 90 surge la promoción automática y sus efectos en el sistema educativo, llevaron a la
promulgación del Decreto 230 de 2002

El Decreto 1290 de 2009

es todo un desafío crear, plantear, definir y adoptar un sistema institucional de evaluación, que
esté más allá de señalar con cuántas áreas o asignaturas puede promoverse el estudiante o si se
califica con letras o números.

La reflexión que es necesaria generar frente a la nueva autonomía, es si la educación busca formar
seres humanos responsables, libres, idóneos para vivir en comunidad, ¿Cómo se evalúa esto? Si la
formación de niños y niñas depende de la organización y clima escolar. ¿Cómo evaluar estos
aspectos y los contextos del aprendizaje?

En la perspectiva de la evaluación es importante plantearse algunos interrogantes: ¿El sistema de


evaluación responde a las expectativas ¿La evaluación en el aula realmente cumple un papel
formador? ¿O tal vez rotulador? ¿Acaso la evaluación deja al estudiante plantear sus hipótesis?
¿La evaluación propone retos cognitivos para el estudiante?

Qué es una competencia Son los conocimientos, habilidades y destrezas que desarrolla una
persona para comprender, transformar y participar en el mundo en el que vive. La competencia no
es una condición estática, sino que es un elemento dinámico que está en continuo desarrollo.
Colombia Aprende.

Otro gran problema es la tendencia a tratar las evidencias como


objetivo final, independientemente de que sea efecto de un
aprendizaje o no. La evidencia, en lugar de ser un efecto de un
aprendizaje realizado, se convierte en el objetivo de una intención
forzada: obtener una evaluación favorable. La evidencia pasa a ser
el contenido y el objeto de la atención del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Pero cuando los docentes y estudiante sólo se
preocupan por la gestión de evidencias se puede caer en una
evaluación efectistas, de apariencias que pierden de vista su
sentido: ser una manifestación auténtica de aprendizaje.
El reto es lograr que las evidencias se logren mediante un
procedimiento eficiente que trabaje de forma eficaz la
competencia, pero existen múltiples factores que lo dificultan:
falta de incentivo, falta de reconocimiento, falta de tiempo, falta de
recursos, exceso de estudiantes, gran disparidad en las
competencias previas de los estudiantes, estudiantes a los que sólo
les interesa el título, falta de apoyos…
Cuando una evaluación está bien diseñada, la calificación
refleja un aprendizaje significativo de la competencia, y el
hecho de trabajar por obtener una calificación y trabajar por
aprender se convierten en la misma cuestión.

https://urjconline.atavist.com/evaluacion-por-competencias-2017

¿De qué manera el docente en formación debe enfrentar el reto de la evaluación por
competencias?

Un docente en formación deberá primero que todo conocer cuál es el modelo de enseñanza que
el estado colombiano tiene como lineamiento para la manera de enseñar, a partir de esto en el
lugar en donde se vaya a laboral se deberá conocer la misio, visión del colegio, ya que el estado
colombiano da ciertas libertades a las instituciones en cuanto a la catedra que pueden impartir,
a partir de lo anteriormente mencionado el docente deberá conocer cuáles son las competencias
que se deben evaluar y cuál es la mejor manera de hacerlo, la forma ideal de hacerlo sería un
método de evaluación que incluya las tres etapas del saber que son el ser, saber y el saber hacer,
lo que implicara realizar actividades en las cuales se valora la interacción de disposiciones
(valores, actitudes, motivaciones, intereses, rasgos de personalidad, etc.), conocimientos y
habilidades, interiorizados en cada persona, que le permiten abordar y solucionar situaciones
concretas(Segura, n.d.)

Evaluar las competencias exige romper esquemas de aula; al tratarse de evaluaciones de perfiles
de personalidad, carácter, intereses, etc. La Evaluación dinámica alude a una forma de
evaluación de procesos, donde interviene la función del psicólogo o del experto mediador, para
detectar los micro cambios del alumno.(Tébar Belmonte, 2010)

El reto es lograr que las evidencias se logren mediante un procedimiento eficiente que trabaje
de forma eficaz la competencia, pero existen múltiples factores que lo dificultan: falta de
incentivo, falta de reconocimiento, falta de tiempo, falta de recursos, exceso de estudiantes,
gran disparidad en las competencias previas de los estudiantes, estudiantes a los que sólo les
interesa el título, falta de apoyos…(Martínez, n.d.)

Dadas las complejidades de la evaluación por competencias, no existe ningún modelo, enfoque,
teoría o agente evaluador que pueda concentrar la totalidad de las acciones y procedimientos
para evidenciar sus procesos y logros de aprendizaje. Tal como hemos planteado, las
competencias complejas actúan de manera integral en los procesos de enseñanza y aprendizaje
y, por ende, requieren de prácticas evaluativas que responden a diferentes enfoques o modelos.
Sin embargo, esto no es una limitación a priori, más bien permite desde una óptica ecléctica
potenciar el desarrollo de innovaciones evaluativas centradas en procedimientos auténticos y
contextuales para reforzar los aprendizajes por competencias(Ríos Muñoz & Herrera Araya,
2017).

Las características que se deben tener en cuenta para la evaluación por competencias son el
desarrollo de habilidades

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