Está en la página 1de 1

LA COPA DEL ÀRBOL

Hacer lo que hacemos todos los días, usar la misma ropa, tomar el mismo café todas las
mañanas, vivir tu vida como una serie de actos repetitivos, es a lo que comúnmente
llamamos ‘costumbre’. De estos pequeños actos cotidianos nos basamos para planear
nuestras vidas profesionales y personales, por ejemplo, nos acostumbramos a tomar el
mismo bus para llegar al mismo trabajo y realizar las mismas funciones, así vemos pasar
día tras día.
Este pequeño espacio de nuestras vidas es llamado ‘zona de confort’, resaltamos el adjetivo
PEQUEÑO, dado a que en esta zona nos sentimos cómodos con lo poco que conocemos y
dominamos bien, actividades, actitudes, situaciones, sentimientos, entre otros elementos
que conforman nuestra vida que, siendo positivos o negativos, nos resultan familiares lidiar
con estos momentos y presentar nuestra ruta de atención, y es que es común que
escuchemos la pregunta: ¿qué pasaría si...?
Nos quedamos imaginando un sin fin de respuestas a esta pregunta porque en ocasiones la
motivación no es tan grande como los miedos, así pasa cuando queremos saltar a esa zona
mágica e inexplorada por nosotros, donde estaremos ciegos, pero seguramente nuestros
sueños y aspiraciones nos darán la luz. Muchos de estos miedos son fundados desde que
somos niños, cuando queríamos trepar ese árbol inmenso y difícil, totalmente un reto,
veíamos ahí nuestras metas realizadas en la copa de aquel pino, pero escuchamos esa voz
que nos dijo: ¡bájate, vas a caer! y ahí quedaba nuestra motivación. Hoy, siendo adultos,
escuchamos las mismas voces, ¡no va a funcionar!¡no vas a poder!¡vas a fallar! Y así nos
vamos alejando de esa copa de árbol con la que soñamos todos los días.
La única intención de estas inocentes palabras es invitar a que volvamos a ser esos niños
soñadores, esos niños que no se acomodaban en su zona de confort, porque el deseo de
conocer y aprender era superior que los miedos, trepemos este gran árbol llamado vida,
brinquemos a la zona mágica y dejemos que nuestros anhelos se cumplan porque es mejor
arrepentirse de lo que se hizo que de lo que por miedo no nos atrevimos, ojalá podamos
decir que todos, a nuestra forma, alcanzamos la copa del árbol del éxito.
Gracias.

Escrito por: Carlos Alberto Bello casas


Lic. Idiomas Modernos
Correo: kbto2323@gmail.com

También podría gustarte