La historia de los “Escritores de la libertad” transcurre en Long Beach, en el
período posterior a los disturbios del Caso Rodney King (taxista negro golpeado brutalmente por la policía mientras estaba esposado, grabado por un video aficionado que envía el video a los medios de comunicación), en la institución educativa Woodrow Wilson Classical High School que, después de los sucesos presentados en Los Ángeles, en el marco de nuevas leyes que penaban la discriminación racial y programas de integración voluntaria, abrió sus puertas de las escuelas a alumnos de diferentes razas extendiendo también los límites geográficos de residencia de los alumnos matriculados.
Erin Gruwell es una Profesora de Literatura apasionada que decide comenzar su
carrera docente formando parte de dicho programa que generaba cierto descontento en el grupo de docentes de la Institución, que consideraban que la integración de estudiantes a los que no les importaba la educación, que asistían obligados (por no ir a la cárcel), afectaba negativamente en el nivel educativo. Esta contrariedad y falta de respaldo al programa se ve reflejado en la ausencia de recursos y obstáculos emergentes con los que la profesora Erin se deberá enfrentar durante el desafío de educar y motivar, en un contexto de tensión racial, intolerancia, desesperanza y cultura de “pandillas” a las que sus alumnos sobreviven dentro y fuera de la Escuela.
Cada grupo racial se seguía sintiendo rechazado, se autosegregaba y defendía
tanto a sus integrantes como a su territorio a cualquier forma y sin importar las consecuencias. La discriminación entre latinos, asiáticos, afroamericanos y blancos era un denominador común, una separación tanto en la sociedad como en los grupos dentro de la clase y el espacio escolar. La implementación del programa sólo les permitía a los alumnos ser aceptados en la Escuela, ocupar un banco sin recibir ningún tipo de trato igualitario ni recursos para mejorar su educación. Al identificar en esos jóvenes esas distintas dificultades por la que estaban pasando (discriminación y segregación), la docente decide proponer la lectura del “Diario de Ana Frank”, la historia de una joven judía perseguida durante el Holocausto. Esta estrategia permite, la identificación con Ana Frank, por parte de los alumnos, que ellos comiencen no solo ha encontrar interés en el estudio, sino también a comprometerse y reconocerse en historias de violencia y segregación, el primer paso para cualquier cambio.
La profesora también le entrega un diario a cada uno de sus alumnos para
que escriban en él sus experiencias vividas, frustraciones y deseos, así como lo hizo Ana Frank. El material escrito por los jóvenes fue tan rico que Miss G. (como la llaman sus alumnos) decidió publicarlos en forma de libro llamado “The Freedom Writers Diary”, publicado en 1999