Nebulosas de Reflexión: Editar

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Las nebulosas son regiones del medio interestelar constituidas

por gases (principalmente hidrógeno y helio) además de elementos químicos en forma


de polvo cósmico. Tienen una importancia cosmológica notable porque muchas de ellas son
los lugares donde nacen las estrellas por fenómenos de condensación y agregación de
la materia; en otras ocasiones se trata de los restos de estrellas ya extintas o en extinción.123
Las nebulosas asociadas con estrellas jóvenes se localizan en los discos de las galaxias
espirales y en cualquier zona de las galaxias irregulares, pero no se suelen encontrar
en galaxias elípticas puesto que estas apenas poseen fenómenos de formación estelar y
están dominadas por estrellas muy viejas. El caso extremo de una galaxia en la que muchas
nebulosas presentan intensos episodios de formación estelar se denomina galaxia starburst.45
Antes de la invención del telescopio, el término «nebulosa» se aplicaba a todos los objetos
celestes de apariencia difusa. Por esta razón, a veces las galaxias (conjunto de miles de
millones de estrellas, gas y polvo unidos por la gravedad) son llamadas indebidamente
nebulosas; se trata de una herencia de la astronomía del siglo XIX que ha dejado su signo en
el lenguaje astronómico contemporáneo.6
Una nebulosa oscura (también llamada nebulosa de absorción o de inspiración), es una
acumulación de gas o polvo interestelar no relacionado con ninguna estrella o alejado de
estas, de tal forma que no es perturbada por su energía, por lo que su presencia solo puede
ser advertida por contraste con un fondo estelar poblado o una nebulosa de emisión más
alejados.7
En este caso la nebulosa no emite ni refleja ninguna luz por estar lejos de las estrellas, pero sí
absorbe la luz de objetos que están detrás de ella. Por lo tanto, su existencia se deduce por la
presencia de una región oscura que destaca sobre el fondo de cielo estrellado. Un ejemplo
típico es la denominada Saco de Carbón en la constelación de la Cruz del Sur, y también es
muy famosa la nebulosa Cabeza de Caballo, en la constelación de Orión. Numerosas
nebulosas oscuras pueden asimismo observarse por sobre la franja brillante de la Vía
Láctea que atraviesa el cielo.8910

Nebulosas de reflexión[editar]
Artículo principal: Nebulosa de reflexión

Estas nebulosas reflejan la luz de estrellas cercanas que no son lo suficientemente calientes
como para emitir la radiación ultravioleta necesaria para excitar el gas de la nebulosa.
Generalmente, estas nebulosas están formadas por los residuos del gas que dio origen a la
estrella, y su espectro es similar al de las estrellas cuya luz reflejan. El caso más
representativo es la nebulosa en torno de la estrella Mérope en el cúmulo abierto de
las Pléyades (M45).1112

Nebulosas de emisión[editar]
En este caso, el más común, el gas que compone la nebulosa brilla como consecuencia de la
transformación que sufre por la intensa radiación ultravioleta de estrellas vecinas calientes.
En Astrofísica estos objetos se denominan Regiones H II y son fundamentales a la hora de
analizar la composición química y las propiedades físicas de las nebulosas (y de las galaxias
en las que se encuentran) gracias al análisis de su espectro, compuesto por multitud de líneas
de emisión de los elementos químicos que albergan. La línea de emisión más brillante e
importante es H-alfa (de la Serie de Balmer del hidrógeno), localizada en la zona roja del
espectro (a 6562,82 Å), siendo este el motivo por el que dicho color domine en las imágenes
tradicionales de nebulosas de emisión. Pero también se detectan líneas de emisión de helio,
oxígeno, nitrógeno, azufre, neón o hierro. Dependiendo de la naturaleza de la nebulosa de
emisión, se subdividen en dos grupos totalmente distintos.131415
1) Las nebulosas de emisión asociadas a regiones de formación estelar, es decir, en
presencia de estrellas muy jóvenes, masivas y calientes, incluso en proceso de formación
(plópidos y objetos Herbig-Haro) y a nubes moleculares. El caso más famoso es la Nebulosa
de Orión (M42), la más cercana a la Tierra, pero otros ejemplos destacables son la Nebulosa
del Águila (M16, en la Constelación de la Serpiente), la Nebulosa Trífida (M20, en Sagitario) o
la Nebulosa de la Laguna (M8, también en Sagitario).
2) Las nebulosas de emisión asociadas a estrellas moribundas o ya extintas se
denominan nebulosas planetarias y restos de supernova. Las primeras no tienen nada que ver
con los planetas: son las envolturas de estrellas de masa baja o intermedia expulsadas al
espacio al final de sus ciclos evolutivos. En ellas, el gas es excitado por un objeto muy
pequeño y caliente, una enana blanca, que es el núcleo expuesto de la estrella muerta.
Ejemplos conocidos de este tipo de nebulosa son la Nebulosa del Anillo (M57, en la Lira) y
la Nebulosa de la Hélice (NGC 7293, en Acuario).
El resto (o «remanente») de supernova es el material liberado en la titánica explosión que
pone fin a las estrellas masivas. El gas de este tipo de nebulosas puede ser afectado tanto por
la propia energía entregada por la supernova, como por la emisión de una posible estrella de
neutrones (un púlsar) en su seno. Tal vez el ejemplo más famoso de resto de supernova sea
la Nebulosa del Cangrejo (M1, en la constelación de Tauro).

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