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¿Qué hacer ante una bajada brusca de tensión?

La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce en las paredes de las arterias
mientras circula de un órgano a otro. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo
tiene que realizar el corazón para bombear. Sin embargo, también puede bajar, lo
que significa que la sangre puede que no llegue en cantidad suficiente al corazón,
el cerebro u otras partes del cuerpo. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), los niveles adecuados de tensión arterial para un adulto deben ser de 120
milímetros de mercurio o mm Hg la presión sistólica (cuando el corazón late) y 80
mm Hg la presión diastólica (cuando el corazón se contrae).

Tener la tensión de las arterias más baja de lo usual se denomina hipotensión y es


importante que quien la tiene así sea consciente de ello, porque puede tener
algunos síntomas como vértigos o mareos momentáneos. No obstante, las
personas que son normo tensos (que tienen una presión sanguínea dentro de los
parámetros normales) pueden sufrir bajadas bruscas de tensión que pueden
conllevar consecuencias para la salud.
Síntomas de una bajada de tensión
Para detectar esas bajadas de tensión es importante conocer qué las provoca.
Una de las causas es la temperatura elevada tanto en verano, provocada por una
ola de calor sofocante, como en invierno, a causa de elevadas calefacciones en
sitios cerrados. Algunos medicamentos como los diuréticos, antidepresivos,
vasodilatadores o analgésicos, entre otros, también pueden ocasionarla. Una
comida abundante o una deshidratación son otras posibles causas de una baja
tensión arterial.
Pese a que parece un problema menor, también se producen hipotensiones
graves provocadas por una pérdida de sangre importante y de forma rápida, una
infección importante, un ataque al corazón o, incluso, un shock anafiláctico.
Entre los principales síntomas de una bajada brusca de tensión está la visión
borrosa, mareos, vértigo, somnolencia, debilidad, náuseas, confusión, pérdida de
conocimiento y/o desmayos.
Cómo actuar ante una bajada de tensión
Cuando se produce una baja de tensión brusca o se percibe que puede estar
ocurriendo, la persona que lo padece debe:
Tumbarse o acostarse cuando antes para evitar caerse si se marea o desmaya.
Poner los pies en alto, por encima de la altura del corazón.
Beber líquidos, por si fuera causada por una deshidratación.
Estas bajadas de tensión, normalmente, no requieren de una actuación médica
exceptos si son propiciadas por otro problema médico que sí lo requiera. En el
caso de que la hipotensión se produzca tras la ingesta de algunos medicamentos
es importante consultar con el médico de Atención Primaria para que modifique el
tratamiento.
En cualquier caso, la mejor forma de tratar una hipotensión es previniéndola:
bebiendo líquidos; evitando las bebidas alcohólicas; si se sabe que una se tiene la
tensión baja, evitando estar de pie durante prolongados periodos de tiempo, así
como levantarse de forma brusca cuando está echado o sentado; y también puede
usar medias de compresión que facilitan la circulación sanguínea.

Fuentes de información:
Para elaborar este post se ha utilizado información de:
· La Organización Mundial de la Salud (OMS)
· MedlinePlus.
08 agosto 2018 / Por Apoya tu Salud.

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