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APROXIMACIÓN A LA SANTIDAD

Muchos han supuesto que la ordenanza del sacrificio de animales fue introducida por Moisés.
Pero no es así. El principio de los sacrificios fue enseñado originalmente a Adán luego de la
expulsión del Jardín de Edén. Adán fue claramente instruido en relación a que el sacrificio de
las “primicias” de sus rebaños era un prototipo del sacrificio expiatorio de Cristo. “Esto es a
semejanza del sacrificio del Unigénito del Padre…” (Moisés 5:7) le fue dicho. El élder McConkie
escribe lo siguiente en relación a la ordenanza del sacrificio:

“La forma de la ordenanza era preparada de tal modo que dirigía la atención hacia el sacrificio
de nuestro Señor. La ofrenda hecha en conexión con la Pascua, la muerte del cordero pascual,
por ejemplo, disponía que un macho de entre los corderos, uno que no tuviera más de un año,
sin defecto o mancha, fuese elegido; en la ofrenda la sangre era derramada y se cuidaba de no
quebrar los huesos del animal, siendo todo ello una representación simbolica de la manera en
que ocurriría la muerte de Cristo (Ex. 12). Muchos detalles fueron añadidos a la ley del
sacrificio tal como se aplicó en la dispensación de Moisés, pero los principios básicos que
gobernaban al sacrificio son parte del evangelio mismo y antecedieron a Moisés y al orden
menor que vino por medio de él” (McConkie, Mormon Doctrine, pág. 665).

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