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Capital de Trabajo
Capital de Trabajo
Código 164599
Capital de trabajo:
es básicamente los recursos financieros que una empresa necesita para continuar
funcionando y realizar sus actividades.
Su importancia:
¿Como se calcula?
El capital de trabajo se calcula restando los activos circulantes de los pasivos
circulantes:
Si los activos circulantes son menores que los pasivos circulantes, la empresa tiene una
deficiencia de capital de trabajo, también llamada déficit de capital circulante. Los
activos circulantes y pasivos circulantes incluyen tres cuentas que son de especial
importancia. Estas cuentas representan las áreas del negocio donde los gerentes tienen
un impacto más directo: cuentas por cobrar e inventario (activo circulante), y cuentas
por pagar-pasivo circulante.
La fórmula del capital de trabajo asume que una empresa realmente liquidaría sus
activos circulantes para pagar pasivos circulantes, lo que no siempre es realista,
considerando que siempre se necesita algo de efectivo para cumplir con las
obligaciones de nómina y mantener las operaciones.
Además, la fórmula del capital de trabajo asume que las cuentas por cobrar están
disponibles para su cobro, lo que puede no ser el caso para muchas compañías.
Un ciclo de capital de trabajo positivo estabiliza los ingresos y los pagos para minimizar
el capital de trabajo y maximizar el flujo de efectivo.
Es preferible conseguir financiación con los proveedores que, con los bancos, puesto
que la financiación ofrecida por los proveedores suele tener un menor costo, aunque
también un menor plazo, pero con una adecuada rotación de cuentas por pagar se
puede garantizar un buen acceso a capital de trabajo sin necesidad de incurrir en costos
financieros.
La capitalización es una opción más económica de adquirir capital de trabajo, pero en
algunos casos puede significar cierta pérdida de control de la empresa en la medida en
que ingresen nuevos socios o algún socio adquiera mayor participación en virtud de la
capitalización.
La capitalización se puede dar mediante la emisión de nuevas acciones o mediante la
capitalización de utilidades, caso último en el cual no hay problemas ante una posible
pérdida de control en la empresa.
La otra forma de conseguir capital de trabajo es mediante el dinamismo de la empresa
en sus operaciones. Esto es en el mejoramiento de los ingresos, las ventas, de modo
que se garantice un continuo flujo de efectico.
Esta última fuente de capital de trabajo es quizás la más saludable porque ello implica a
la vez dinamismo y crecimiento para la empresa. En la medida en que las ventas se
incrementen, la empresa no solo logra hacerse a un flujo de capital de trabajo
constante y progresivo, sino que en general puede alcanzar una gran solidez en todos
los aspectos financieros.
La tasa nominal:
La tasa de interés nominal es aquella que se calcula con base en un periodo de tiempo
determinado teniendo en cuenta solo el capital invertido, por lo que podríamos decir
que es un tipo de capitalización simple (el capital no sufre variación). Los intereses se
calculan siempre en base al capital invertido.
Por ejemplo, si se pidió un crédito de $10 000.000 al 2% mensual, los intereses del mes
son $200.000. El interés anual se puede calcular simplemente multiplicando el valor de
la tasa o los intereses por el número de periodos. En nuestro ejemplo, para un año el
interés será del 24% y el valor pagado en intereses 2.400.000.
La tasa efectiva:
Por otro lado, la tasa efectiva es aquella que resulta al considerar el capital invertido
junto a los intereses que se generan periodo a periodo, de manera que se acumulan. Es
un tipo de capitalización compuesta pues los intereses no se retiran sino que se suman
al capital (lo que aún queda por pagar). El monto total (capital + intereses) se toma
como un todo y sobre este se liquidan los intereses para el periodo siguiente.
Esta es la forma de amortización más común y la que usan todos los sistemas
financieros, refleja lo que vamos a pagar verdaderamente ante cual quiere crédito en el
sistema. El punto clave es la periodicidad con la que se capitalicen, ya que se ofrecen
diferentes tasas para diferentes periodos de tiempo. Aunque normalmente la manera
de comparar tasas es anual (TEA – Tasa efectiva anual), se puede calcular la tasa diaria,
mensual, trimestral, etc.
Cuando invertimos nuestro dinero, nos conviene una tasa efectiva alta, ya que significa
que nos pagarán más por el tiempo que nuestro capital esté en el banco. Mientras que
cuando solicitamos un préstamo, nos conviene una tasa efectiva baja.
Diferencia entre interés Simple y Compuesto:
Tipo de interés fijo: El tipo de interés y por lo tanto la cuota mensual a pagar
permanecen fijos durante toda la vida del préstamo. La ventaja de esta
modalidad es que usted conocerá de antemano cuánto tendrá que pagar cada
mes, sin preocuparse por las subidas y bajadas de tipos. Como inconveniente, en
el momento de la contratación se suele establecer un tipo superior que para las
hipotecas de tipo variable. Los plazos de amortización permitidos también son
más cortos; se suele fijar un máximo de 20 años.
Tipo de interés variable: El tipo de interés variable se revisa anual o
semestralmente (en ocasiones trimestralmente) y se ajusta a las condiciones de
mercado en ese momento, de acuerdo con algún índice de referencia, como el
Euribor* (por ejemplo, euribor + 2,1). La ventaja de esta modalidad es que en el
momento de contratación el tipo de interés inicial suele ser inferior al de las
hipotecas a tipo fijo y se suele ofrecer la opción de plazos de amortización más
largos, normalmente entre 20 y 30 años o incluso más. Con un tipo de interés
variable, uno corre el riesgo de tener que pagar una cuota mayor si los intereses
suben, aunque puede beneficiarse si bajan.