“dos testigos” *** “POR CUARENTA Y DOS MESES” 6 La historia establece que esto ocurrió durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 E.C. Cuarenta y dos meses no incluirían toda la duración de aquella primera guerra mundial. Dado que la duración de un mes profético es de treinta días, cuarenta y dos meses equivaldrían, contando doce meses por año, a tres años y medio, o mil doscientos sesenta (30 x 42) días. Este cálculo correspondería con otra manera de medir el mismo período de tiempo según se da en Daniel 7:25. Allí se dice que los santos del Dios Altísimo habrían de ser dados en manos de los elementos políticos mundanos “por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo.” Eso significa tres tiempos y medio, siendo cada “tiempo” equivalente a un año solar de 365 1⁄4 días. 7 Siendo judío de nacimiento, el apóstol Juan calcularía el tiempo según el sistema judío del calendario lunar. Puesto que los Tiempos de los Gentiles comenzaron como a mediados del séptimo mes lunar judío (Tisri), los 42 meses comenzaron alrededor del 15 de Tisri (4/5 de octubre) en el año 1914. El 15 de Tisri era también la fecha de comienzo para la Fiesta de las Cabañas (Tabernáculos, o Recogimiento) judía. Para la mayoría de los años, desde el principio de la Fiesta de las Cabañas el 15 de Tisri hasta la siguiente Pascua el 14 de Nisán (después de la puesta del Sol) este tiempo sería de seis meses lunares, mientras que solo siete veces de cada diecinueve años se introducía un mes intercalar conocido como VeAdar (o Segundo Adar) para ajustar el calendario lunar judío al calendario solar gentil. Pero desde la Pascua de un año hasta la Pascua del año siguiente, el tiempo sería un año lunar completo (que a veces se componía de trece meses lunares debido a que se introducía el mes intercalar de VeAdar o Segundo Adar). 8 Por consiguiente, desde el día de comienzo de la Fiesta de las Cabañas en 1914 (el fin de los Tiempos de los Gentiles) hasta la Pascua del año 1915 hubo seis meses lunares. Desde la Pascua del año 1915 hasta la Pascua del año 1918 hubo tres años, habiéndose introducido debidamente solo un mes intercalar (VeAdar; Segundo Adar) en 1916. Midiéndose así el tiempo, desde el día del comienzo de la Fiesta de las Cabañas en 1914 (fin de los Tiempos de los Gentiles) hasta la Pascua de 1918 hubo tres años y medio. Hablando bíblicamente, esto era tres “tiempos” y medio o “cuarenta y dos meses,” o, “mil doscientos sesenta días.” Este período de tiempo, dado que comenzó el 15 de Tisri, o el 4/5 de octubre de 1914, terminó el 14 de Nisán, o el 26/27 de marzo de 1918. 9 En violación del fin de los Tiempos de los Gentiles alrededor del 4/5 de octubre de 1914, las naciones gentiles estaban peleando por la dominación mundial en la I Guerra Mundial. En ese tiempo el reino de Jesucristo, “el León que es de la tribu de Judá,” nació en los cielos y fue entronizado a la mano derecha de Dios. Entonces el Mesías Jesús, recién coronado, salió cabalgando para vencer a sus enemigos terrestres, las naciones gentiles, que habían pisoteado sus derechos del Reino que la familia del rey David había ejercido en la tierra de Judá hasta que la antigua Babilonia causó la desolación de ésta en 607 a. de la E.C. Esto se logró para aproximadamente la mitad del mes lunar de Tisri (el séptimo mes judío), y entonces fue que comenzaron los “siete tiempos” de los “tiempos señalados de las naciones [gentiles].”—Lucas 21:24; Daniel 4:16, 23, 25; Revelación 6:1, 2; Salmo 110:1-6. 10 Puesto que aquellos Tiempos de los Gentiles comenzaron alrededor del decimoquinto día del séptimo mes lunar de los judíos (Tisri) en 607 a. de la E.C., terminarían como a mediados del mismo mes (15 de Tisri) o el 4/5 de octubre de 1914 E.C. Tres años y medio desde entonces según el calendario judío nos llevarían a alrededor del tiempo de la Pascua del año 1918, o a la puesta del Sol del 27 de marzo de 1918, el fin del día de la Pascua. 11 Durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 los del resto ungido estaban tratando de atender los intereses del reino mesiánico que antiguamente había estado asociado con la Jerusalén terrestre. Por lo tanto representaban a aquella “santa ciudad” y eran embajadores de ella en la Tierra. En cumplimiento de Revelación 11:2, tenían que ser pisoteados por las naciones gentiles “por cuarenta y dos meses,” o tres y medio años o “tiempos.” Ciertamente fueron pisoteados durante el período ya mencionado en 1914-1918, pues las naciones gentiles aprovecharon la primera guerra mundial para efectuar este pisoteo. Pero, ¿qué había de pasarle al resto ungido después que terminaran los cuarenta y dos meses? “MIS DOS TESTIGOS” 12 Hoy los que quedan de este resto ungido son conocidos mundialmente como testigos de Jehová. También eran sus testigos allá en 1918. Son los que en Revelación 11:3 son designados como “mis dos testigos.” Hasta temprano en aquel año, en el Canadá hasta el 12 de febrero de 1918, y en los Estados Unidos hasta el 14 de marzo de 1918, el resto ungido estuvo publicando y distribuyendo aquel comentario sobre todo el libro de Revelación, The Finished Mystery (El misterio terminado), además de Biblias y seis tomos de Estudios de las Escrituras que consideraban toda la Biblia. De modo que lo que se dice en el capítulo once de Revelación acerca de “mis dos testigos” bien debería aplicar a este resto ungido; y los hechos muestran que aplica. Revelación 11:3 cita a Dios diciendo: “Haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.” 13 Se ha explicado que esto designa el período desde la primera mitad de noviembre de 1914 hasta el 7 de mayo de 1918. Esta explicación se ha dado debido a que se entendía que los 1.260 días se referían a un período de duelo personal y concentrado en sí mismo de parte del resto ungido, pues el saco es un símbolo de duelo durante un período de negra angustia. Por ejemplo, Revelación 6:12 usa la expresión “negro como saco de pelo.” No obstante, el que se esté vestido de saco quizás no se refiera a duelo privado, personal, debido a que uno haya sufrido una desilusión en cuanto a sus esperanzas y aspiraciones. Más bien, puede referirse a la naturaleza de la profecía que profetizan “mis dos testigos.” Son profetas sombríos, profetas con un mensaje sombrío para otros, y que no están preocupados por sus propios asuntos personales. Recordamos que Jehová Dios le ordenó al profeta Isaías que caminara absolutamente desnudo y descalzo por tres años, ¿por qué? “Como señal y portento contra Egipto y contra Etiopía,” como portento de que pronto la potencia mundial de Asiria se llevaría cautivos y desterrados desde Egipto y Etiopía “desnudos y descalzos.”—Isaías 20:1-6. 14 Igualmente, el que los “dos testigos” profetizaran en saco por mil doscientos sesenta días bien pudiera significar que durante ese período de tiempo proclamaron un mensaje sombrío, de duelo, para las naciones. Ciertamente cuando, después del 4/5 de octubre de 1914, los del resto ungido proclamaron mundialmente que los Tiempos de los Gentiles habían terminado y que las naciones se acercaban a su destrucción en la batalla del Armagedón, aquello fue un mensaje oscuro, de duelo, para las naciones gentiles, dentro y fuera de la cristiandad. De modo que, mientras las naciones gentiles estaban pisoteándolos como herederos en perspectiva del Reino en la Jerusalén celestial “por cuarenta y dos meses,” los del resto ungido estuvieron al mismo tiempo (o por los mil doscientos sesenta días) atormentándolas a ellas. ¿Cómo? Declarando el fin que les vendría a aquellas naciones gentiles en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” Dios hizo que estos testigos profetizaran, porque les dio el mensaje procedente de su Palabra escrita y procedente del cumplimiento de sus profecías.—Revelación 16:14-16; vea The Watch Tower del 1 de noviembre de 1914, y su artículo principal intitulado “Making Ready for the Reign of Righteousness” (Preparándonos para el reinado de la justicia). También artículos de números subsiguientes de The Watch Tower hasta el 15 de marzo inclusive de 1918. 15 Los “mis dos testigos” que no son mencionados por nombre reciben alguna identificación por estas palabras de Dios: “Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.” (Revelación 11:4) Estas palabras descriptivas son una referencia directa a la profecía de Zacarías 4:1-14, donde el gobernador Zorobabel de Judá y el sumo sacerdote Josué son simbolizados por “dos olivos” que suministran aceite para el candelabro. El gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué eran del resto que regresó del destierro en Babilonia en 537 a. de la E.C., y supervisaron la reedificación de Jerusalén y de su templo y la restauración de la adoración de Jehová allí. (Zacarías 3:1-10) Por lo tanto, al ser como los “dos candelabros” que quemaban aceite de oliva, el resto ungido que profetizó en saco por 1.260 días todavía habría de efectuar un trabajo de reconstrucción, una restauración de la adoración de Jehová en la Tierra, un dejar que la luz de la verdad bíblica de Dios brillara en toda la Tierra. 16 El resto ungido, “mis dos testigos,” son como otros profetas bíblicos, a saber, Elías del décimo siglo a. de la E.C. y Moisés del siglo dieciséis a. de la E.C. Esto se hace patente cuando los enemigos tratan de causarles daño durante los 1.260 días durante los cuales ellos profetizan “vestidos de saco.” Dios dice: “Y si alguien quiere hacerles daño, fuego sale de la boca de ellos y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo para que no caiga lluvia durante los días de su profetizar, y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”—Revelación 11:5, 6. 17 Cuando el infiel rey Ocozías de Israel, quien adoraba a Baal, envió bandas de soldados a arrestar al profeta Elías y hacerlo volver debido a su profecía amenazadora, Elías pidió que cayera fuego del cielo sobre dos bandas de aquellos soldados. Se podría decir que salió fuego de la boca de Elías. (2 Reyes 1:1- 12) Durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 los líderes religiosos de la cristiandad estaban fomentando gran persecución contra la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia, para detener las actividades públicas de éstos. Pero el valeroso resto ungido exhaló destrucción ardiente contra ellos por medio de publicar y distribuir el desenmascaramiento de las doctrinas falsas y prácticas anticristianas de los cristianos apóstatas, por ejemplo, el libro The Finished Mystery en julio de 1917, seguido poco después por la tirada del número de Bible Students Monthly (Mensuario de los Estudiantes de la Biblia) marcado Núm. 9 del Volumen 9 que contenía el artículo principal “La caída de Babilonia.” Después que el gobierno estadounidense proscribió The Finished Mystery el resto ungido publicó un nuevo tratado grande de dos páginas con el encabezamiento Kingdom News (Nuevas del Reino) y emitió y distribuyó tres números sucesivos de éste con sus mensajes ardientes. Se podría decir que todos los mensajes bíblicos de aquella índole a buen grado consumieron a los enemigos, religiosos y políticos.—Jeremías 5:14. 18 Según la palabra de Elías una sequía devastadora le sobrevino al reino de Israel. Por tres años y medio no hubo ni lluvia ni rocío, y rabió el hambre. (1 Reyes 17:1 a 18:45; Lucas 4:25, 26; Santiago 5:17, 18) Como Elías, los “dos testigos” de Dios, el resto ungido, tenían la ‘autoridad para cerrar el cielo para que no cayera lluvia durante los días de su profetizar’ (durante los “mil doscientos sesenta días” o tres años y medio). Un ejemplo de cómo hizo esto el resto ungido se da en el número del 15 de octubre de 1914 de The Watch Tower, páginas 307 y 308, párrafos 7-9, que citamos aquí: ORANDO POR PAZ EN EUROPA: Nuestro honorable Presidente [Woodrow Wilson] con intención digna de alabanza solicitó que toda persona cristiana haga del 4 de octubre un día de oración por la paz en Europa. Sin embargo, nosotros no podemos concordar con nuestro Digno Presidente en este asunto. Aunque apreciamos mucho la paz —y toda nuestra vida nos hemos esforzado por ser pacificador— no podemos orar pidiendo al Altísimo que cambie Sus planes de modo que se conformen a los de nuestro Honrado Presidente. Por dos mil quinientos años Dios, por medio de los Profetas de la Biblia, le ha estado informando a Su pueblo acerca de esta gran guerra y acerca del Armagedón que la seguirá, que es más terrible; y ¿podemos esperar que Él cambie a lo contrario el programa por pedirlo nosotros? Las oraciones de estos millones de personas que oran por la prosperidad de los alemanes y el exterminio de los Aliados, y las oraciones de otros millones a favor del triunfo de los Aliados y la aniquilación de los alemanes, y las oraciones del Papa y de nuestro Presidente y otras buenas personas para que esta terrible guerra cese prontamente quedarán todas sin ser contestadas, si leemos correctamente nuestra Biblia. La guerra seguirá adelante y no resultará en gloriosa victoria para ninguna nación, sino en la mutilación y el empobrecimiento horribles de todas. Después vendrá el espantoso Armagedón de la Anarquía. 19 El resto ungido no podía orar bíblicamente a Jehová Dios para que abriera las ventanas del cielo y dejara llover bendiciones sobre el mundo enloquecido por la guerra e impidiera que sufrieran el “principio de dolores de aflicción” que su Hijo Jesucristo había predicho en Mateo 24:7, 8 y Revelación 6:3-8. Así, en efecto, el resto ungido cobró valor para ‘cerrar el cielo para que no cayera lluvia.’ No sorprende el que, para las naciones, parecieran profetas “vestidos de saco.” 20 Seis siglos antes de Elías, el profeta Moisés fue utilizado por Jehová Dios para herir al opresivo Egipto con diez plagas para obligar a Faraón a dejar que los israelitas salieran libres. La primera plaga con la cual Moisés hirió a Egipto fue la de convertir todas sus aguas en sangre, de modo que los peces murieron y los egipcios no pudieron beber agua de las fuentes corrientes de ella. (Éxodo 7:14-25) Tal como la sangre derramada es un símbolo de muerte, el resto ungido, al profetizar en saco, mostró con las Escrituras que las aguas de las cuales la cristiandad había estado bebiendo en la forma de enseñanzas religiosas y filosofías eran realmente mortíferas, como sangre, y por lo tanto algo que no deberían beber los cristianos verdaderos. (Génesis 9:4; Hechos 15:20, 29) El resto ungido asestó otros golpes espirituales contra las doctrinas, las prácticas y la organización de la cristiandad según le pareció apropiado al resto asestarlos a ese sistema religioso apóstata. Todo ese probar que la cristiandad es anticristiana, pagana, atormentó muchísimo a la cristiandad y también a los políticos y militaristas que eran amigos, miembros y apoyadores de ella.