Está en la página 1de 8

*** fm cap. 19 págs.

285-293 Muerte y resurrección de los


“dos testigos” ***
“POR CUARENTA Y DOS MESES”
6
La historia establece que esto ocurrió durante la I Guerra
Mundial de 1914-1918 E.C. Cuarenta y dos meses no incluirían
toda la duración de aquella primera guerra mundial. Dado que la
duración de un mes profético es de treinta días, cuarenta y dos
meses equivaldrían, contando doce meses por año, a tres años y
medio, o mil doscientos sesenta (30 x 42) días. Este cálculo
correspondería con otra manera de medir el mismo período de
tiempo según se da en Daniel 7:25. Allí se dice que los santos del
Dios Altísimo habrían de ser dados en manos de los elementos
políticos mundanos “por un tiempo, y tiempos y la mitad de un
tiempo.” Eso significa tres tiempos y medio, siendo cada “tiempo”
equivalente a un año solar de 365 1⁄4 días.
7
Siendo judío de nacimiento, el apóstol Juan calcularía el
tiempo según el sistema judío del calendario lunar. Puesto que
los Tiempos de los Gentiles comenzaron como a mediados del
séptimo mes lunar judío (Tisri), los 42 meses comenzaron
alrededor del 15 de Tisri (4/5 de octubre) en el año 1914. El 15 de
Tisri era también la fecha de comienzo para la Fiesta de las
Cabañas (Tabernáculos, o Recogimiento) judía. Para la mayoría
de los años, desde el principio de la Fiesta de las Cabañas el
15 de Tisri hasta la siguiente Pascua el 14 de Nisán (después de
la puesta del Sol) este tiempo sería de seis meses lunares,
mientras que solo siete veces de cada diecinueve años se
introducía un mes intercalar conocido como VeAdar (o Segundo
Adar) para ajustar el calendario lunar judío al calendario solar
gentil. Pero desde la Pascua de un año hasta la Pascua del año
siguiente, el tiempo sería un año lunar completo (que a veces se
componía de trece meses lunares debido a que se introducía el
mes intercalar de VeAdar o Segundo Adar).
8
Por consiguiente, desde el día de comienzo de la Fiesta de
las Cabañas en 1914 (el fin de los Tiempos de los Gentiles) hasta
la Pascua del año 1915 hubo seis meses lunares. Desde la
Pascua del año 1915 hasta la Pascua del año 1918 hubo tres
años, habiéndose introducido debidamente solo un mes intercalar
(VeAdar; Segundo Adar) en 1916. Midiéndose así el tiempo,
desde el día del comienzo de la Fiesta de las Cabañas en 1914
(fin de los Tiempos de los Gentiles) hasta la Pascua de 1918
hubo tres años y medio. Hablando bíblicamente, esto era tres
“tiempos” y medio o “cuarenta y dos meses,” o, “mil doscientos
sesenta días.” Este período de tiempo, dado que comenzó el
15 de Tisri, o el 4/5 de octubre de 1914, terminó el 14 de Nisán, o
el 26/27 de marzo de 1918.
9
En violación del fin de los Tiempos de los Gentiles alrededor
del 4/5 de octubre de 1914, las naciones gentiles estaban
peleando por la dominación mundial en la I Guerra Mundial. En
ese tiempo el reino de Jesucristo, “el León que es de la tribu de
Judá,” nació en los cielos y fue entronizado a la mano derecha de
Dios. Entonces el Mesías Jesús, recién coronado, salió
cabalgando para vencer a sus enemigos terrestres, las naciones
gentiles, que habían pisoteado sus derechos del Reino que la
familia del rey David había ejercido en la tierra de Judá hasta que
la antigua Babilonia causó la desolación de ésta en 607 a. de
la E.C. Esto se logró para aproximadamente la mitad del mes
lunar de Tisri (el séptimo mes judío), y entonces fue que
comenzaron los “siete tiempos” de los “tiempos señalados de las
naciones [gentiles].”—Lucas 21:24; Daniel 4:16, 23, 25;
Revelación 6:1, 2; Salmo 110:1-6.
10
Puesto que aquellos Tiempos de los Gentiles comenzaron
alrededor del decimoquinto día del séptimo mes lunar de los
judíos (Tisri) en 607 a. de la E.C., terminarían como a mediados
del mismo mes (15 de Tisri) o el 4/5 de octubre de 1914 E.C. Tres
años y medio desde entonces según el calendario judío nos
llevarían a alrededor del tiempo de la Pascua del año 1918, o a la
puesta del Sol del 27 de marzo de 1918, el fin del día de la
Pascua.
11
Durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 los del resto
ungido estaban tratando de atender los intereses del reino
mesiánico que antiguamente había estado asociado con la
Jerusalén terrestre. Por lo tanto representaban a aquella “santa
ciudad” y eran embajadores de ella en la Tierra. En cumplimiento
de Revelación 11:2, tenían que ser pisoteados por las naciones
gentiles “por cuarenta y dos meses,” o tres y medio años o
“tiempos.” Ciertamente fueron pisoteados durante el período ya
mencionado en 1914-1918, pues las naciones gentiles
aprovecharon la primera guerra mundial para efectuar este
pisoteo. Pero, ¿qué había de pasarle al resto ungido después
que terminaran los cuarenta y dos meses?
“MIS DOS TESTIGOS”
12
Hoy los que quedan de este resto ungido son conocidos
mundialmente como testigos de Jehová. También eran sus
testigos allá en 1918. Son los que en Revelación 11:3 son
designados como “mis dos testigos.” Hasta temprano en aquel
año, en el Canadá hasta el 12 de febrero de 1918, y en los
Estados Unidos hasta el 14 de marzo de 1918, el resto ungido
estuvo publicando y distribuyendo aquel comentario sobre todo el
libro de Revelación, The Finished Mystery (El misterio terminado),
además de Biblias y seis tomos de Estudios de las Escrituras que
consideraban toda la Biblia. De modo que lo que se dice en el
capítulo once de Revelación acerca de “mis dos testigos” bien
debería aplicar a este resto ungido; y los hechos muestran que
aplica. Revelación 11:3 cita a Dios diciendo: “Haré que mis dos
testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.”
13
Se ha explicado que esto designa el período desde la
primera mitad de noviembre de 1914 hasta el 7 de mayo de 1918.
Esta explicación se ha dado debido a que se entendía que los
1.260 días se referían a un período de duelo personal y
concentrado en sí mismo de parte del resto ungido, pues el saco
es un símbolo de duelo durante un período de negra angustia.
Por ejemplo, Revelación 6:12 usa la expresión “negro como saco
de pelo.” No obstante, el que se esté vestido de saco quizás
no se refiera a duelo privado, personal, debido a que uno haya
sufrido una desilusión en cuanto a sus esperanzas y
aspiraciones. Más bien, puede referirse a la naturaleza de la
profecía que profetizan “mis dos testigos.” Son profetas sombríos,
profetas con un mensaje sombrío para otros, y que no están
preocupados por sus propios asuntos personales. Recordamos
que Jehová Dios le ordenó al profeta Isaías que caminara
absolutamente desnudo y descalzo por tres años, ¿por qué?
“Como señal y portento contra Egipto y contra Etiopía,” como
portento de que pronto la potencia mundial de Asiria se llevaría
cautivos y desterrados desde Egipto y Etiopía “desnudos y
descalzos.”—Isaías 20:1-6.
14
Igualmente, el que los “dos testigos” profetizaran en saco
por mil doscientos sesenta días bien pudiera significar que
durante ese período de tiempo proclamaron un mensaje sombrío,
de duelo, para las naciones. Ciertamente cuando, después del
4/5 de octubre de 1914, los del resto ungido proclamaron
mundialmente que los Tiempos de los Gentiles habían terminado
y que las naciones se acercaban a su destrucción en la batalla
del Armagedón, aquello fue un mensaje oscuro, de duelo, para
las naciones gentiles, dentro y fuera de la cristiandad. De modo
que, mientras las naciones gentiles estaban pisoteándolos como
herederos en perspectiva del Reino en la Jerusalén celestial “por
cuarenta y dos meses,” los del resto ungido estuvieron al mismo
tiempo (o por los mil doscientos sesenta días) atormentándolas a
ellas. ¿Cómo? Declarando el fin que les vendría a aquellas
naciones gentiles en la “guerra del gran día de Dios el
Todopoderoso.” Dios hizo que estos testigos profetizaran, porque
les dio el mensaje procedente de su Palabra escrita y procedente
del cumplimiento de sus profecías.—Revelación 16:14-16; vea
The Watch Tower del 1 de noviembre de 1914, y su artículo
principal intitulado “Making Ready for the Reign of
Righteousness” (Preparándonos para el reinado de la justicia).
También artículos de números subsiguientes de The Watch
Tower hasta el 15 de marzo inclusive de 1918.
15
Los “mis dos testigos” que no son mencionados por nombre
reciben alguna identificación por estas palabras de Dios: “Estos
son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están
de pie delante del Señor de la tierra.” (Revelación 11:4) Estas
palabras descriptivas son una referencia directa a la profecía de
Zacarías 4:1-14, donde el gobernador Zorobabel de Judá y el
sumo sacerdote Josué son simbolizados por “dos olivos” que
suministran aceite para el candelabro. El gobernador Zorobabel y
el sumo sacerdote Josué eran del resto que regresó del destierro
en Babilonia en 537 a. de la E.C., y supervisaron la reedificación
de Jerusalén y de su templo y la restauración de la adoración de
Jehová allí. (Zacarías 3:1-10) Por lo tanto, al ser como los “dos
candelabros” que quemaban aceite de oliva, el resto ungido que
profetizó en saco por 1.260 días todavía habría de efectuar un
trabajo de reconstrucción, una restauración de la adoración de
Jehová en la Tierra, un dejar que la luz de la verdad bíblica de
Dios brillara en toda la Tierra.
16
El resto ungido, “mis dos testigos,” son como otros profetas
bíblicos, a saber, Elías del décimo siglo a. de la E.C. y Moisés del
siglo dieciséis a. de la E.C. Esto se hace patente cuando los
enemigos tratan de causarles daño durante los 1.260 días
durante los cuales ellos profetizan “vestidos de saco.” Dios dice:
“Y si alguien quiere hacerles daño, fuego sale de la boca de ellos
y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño,
tiene que ser muerto de esta manera. Estos tienen la autoridad
para cerrar el cielo para que no caiga lluvia durante los días de su
profetizar, y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en
sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas
veces deseen.”—Revelación 11:5, 6.
17
Cuando el infiel rey Ocozías de Israel, quien adoraba a
Baal, envió bandas de soldados a arrestar al profeta Elías y
hacerlo volver debido a su profecía amenazadora, Elías pidió que
cayera fuego del cielo sobre dos bandas de aquellos soldados.
Se podría decir que salió fuego de la boca de Elías. (2 Reyes 1:1-
12) Durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 los líderes
religiosos de la cristiandad estaban fomentando gran persecución
contra la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia,
para detener las actividades públicas de éstos. Pero el valeroso
resto ungido exhaló destrucción ardiente contra ellos por medio
de publicar y distribuir el desenmascaramiento de las doctrinas
falsas y prácticas anticristianas de los cristianos apóstatas, por
ejemplo, el libro The Finished Mystery en julio de 1917, seguido
poco después por la tirada del número de Bible Students Monthly
(Mensuario de los Estudiantes de la Biblia) marcado Núm. 9 del
Volumen 9 que contenía el artículo principal “La caída de
Babilonia.” Después que el gobierno estadounidense proscribió
The Finished Mystery el resto ungido publicó un nuevo tratado
grande de dos páginas con el encabezamiento Kingdom News
(Nuevas del Reino) y emitió y distribuyó tres números sucesivos
de éste con sus mensajes ardientes. Se podría decir que todos
los mensajes bíblicos de aquella índole a buen grado
consumieron a los enemigos, religiosos y políticos.—Jeremías
5:14.
18
Según la palabra de Elías una sequía devastadora le
sobrevino al reino de Israel. Por tres años y medio no hubo
ni lluvia ni rocío, y rabió el hambre. (1 Reyes 17:1 a 18:45; Lucas
4:25, 26; Santiago 5:17, 18) Como Elías, los “dos testigos” de
Dios, el resto ungido, tenían la ‘autoridad para cerrar el cielo para
que no cayera lluvia durante los días de su profetizar’ (durante los
“mil doscientos sesenta días” o tres años y medio). Un ejemplo
de cómo hizo esto el resto ungido se da en el número del 15 de
octubre de 1914 de The Watch Tower, páginas 307 y 308,
párrafos 7-9, que citamos aquí:
ORANDO POR PAZ EN EUROPA: Nuestro
honorable Presidente [Woodrow Wilson] con
intención digna de alabanza solicitó que toda
persona cristiana haga del 4 de octubre un día de
oración por la paz en Europa. Sin embargo, nosotros
no podemos concordar con nuestro Digno
Presidente en este asunto. Aunque apreciamos
mucho la paz —y toda nuestra vida nos hemos
esforzado por ser pacificador— no podemos orar
pidiendo al Altísimo que cambie Sus planes de modo
que se conformen a los de nuestro Honrado
Presidente.
Por dos mil quinientos años Dios, por medio de los
Profetas de la Biblia, le ha estado informando a Su
pueblo acerca de esta gran guerra y acerca del
Armagedón que la seguirá, que es más terrible; y
¿podemos esperar que Él cambie a lo contrario el
programa por pedirlo nosotros?
Las oraciones de estos millones de personas que
oran por la prosperidad de los alemanes y el
exterminio de los Aliados, y las oraciones de otros
millones a favor del triunfo de los Aliados y la
aniquilación de los alemanes, y las oraciones del
Papa y de nuestro Presidente y otras buenas
personas para que esta terrible guerra cese
prontamente quedarán todas sin ser contestadas, si
leemos correctamente nuestra Biblia. La guerra
seguirá adelante y no resultará en gloriosa victoria
para ninguna nación, sino en la mutilación y el
empobrecimiento horribles de todas. Después
vendrá el espantoso Armagedón de la Anarquía.
19
El resto ungido no podía orar bíblicamente a Jehová Dios
para que abriera las ventanas del cielo y dejara llover
bendiciones sobre el mundo enloquecido por la guerra e
impidiera que sufrieran el “principio de dolores de aflicción” que
su Hijo Jesucristo había predicho en Mateo 24:7, 8 y Revelación
6:3-8. Así, en efecto, el resto ungido cobró valor para ‘cerrar el
cielo para que no cayera lluvia.’ No sorprende el que, para las
naciones, parecieran profetas “vestidos de saco.”
20
Seis siglos antes de Elías, el profeta Moisés fue utilizado por
Jehová Dios para herir al opresivo Egipto con diez plagas para
obligar a Faraón a dejar que los israelitas salieran libres. La
primera plaga con la cual Moisés hirió a Egipto fue la de convertir
todas sus aguas en sangre, de modo que los peces murieron y
los egipcios no pudieron beber agua de las fuentes corrientes de
ella. (Éxodo 7:14-25) Tal como la sangre derramada es un
símbolo de muerte, el resto ungido, al profetizar en saco, mostró
con las Escrituras que las aguas de las cuales la cristiandad
había estado bebiendo en la forma de enseñanzas religiosas y
filosofías eran realmente mortíferas, como sangre, y por lo tanto
algo que no deberían beber los cristianos verdaderos. (Génesis
9:4; Hechos 15:20, 29) El resto ungido asestó otros golpes
espirituales contra las doctrinas, las prácticas y la organización
de la cristiandad según le pareció apropiado al resto asestarlos a
ese sistema religioso apóstata. Todo ese probar que la
cristiandad es anticristiana, pagana, atormentó muchísimo a la
cristiandad y también a los políticos y militaristas que eran
amigos, miembros y apoyadores de ella.

También podría gustarte