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Por qué me hice alegre en los 80’s

Sí amigos, les voy a contar esta fenomenal historia que a mí también me tiene sorprendido. Me
puse a analizar ahora que tengo todo el tiempo del mundo porque me hice alcohólico en los 80’s,
esto del coronavirus es cosa seria, y entonces me puse cual agente de espías a investigar como es
la cosa.

Y caí en cuenta en una cosa que era maravillosa en los 80’s el entretenimiento en Quito lugar
donde viví hasta no hace mucho tiempo. Las Peñas Folclóricas de aquellos años eran dignas de una
obra de Salvador Dalí. Había alrededor de la Universidad Central y la Universidad Católica una serie
de pequeños lugares que eran el templo del buen gusto, con camareros con lacito, camisa blanca y
chaqueta negra, uno de aquellos lugares era “las gradas”, otro quedaba por la 18 de septiembre sí
mal no recuerdo, otra discoteca de nivel era la de la avenida amazonas y republica “Regine” si la
memoria no me falla, y la Zion de la republica de Arquitecto Pablo Caicedo, música de la época,
solo era que empiezan a poner la música y eso era trasladarse a otra galaxia, y la gente empezaba
a tararear “El buen perdedor” de Franco Debita leche, ja ja ja, luego salían las Pandora con sus
canciones inolvidables, “Como te va sin mí?, Y las peñas con su música de Ñanda Mañachi “Ñuca
Llacta” que ritmos aquellos, dulces sonidos para el oído.

Quien se va a olvidar en la U Central las muelas del Bar de Economía servidas generosamente por
el Indio y su maravillosa familia, les seguí la pista hasta que se pusieron un bar en la Calle Roca y
Avenida Amazonas, ahí servían sus famosas carnes coloradas con mote, sus jugos, el café y su
conversación dulce, amistosa, solidaria.

La U Católica también tenía lo suyo, alrededor habían pequeñas “Peñas” que habrían desde el
martes, y empezaban con sus típicos tragos con licor fuerte para el frio y sus músicas de rock and
roll clásico unas otras folclóricas pero todas hablaban el mismo idioma, solidaridad, visión de
futuro, todos miraban lo próximo una sociedad adelantada que rebasará sus taras de raza, región
y odios ancestrales.

Luego esos concierticos en la Escuela Politécnica Nacional con música fuera de moda, una película
de Buñuel era pálida frente al inicio del ritual de entrada, todos vestidos con ropas extravagantes,
a veces de negro los hombres, siempre con el pelo lo más largo posible, las mujeres con sus
cabellos largos, mientras más crespos mejor, vestidas con unas faldas largas inmensas que cubrían
sus hermosas y contorneadas figuras, con un maquillaje diferente a las mujeres normales unos
azules turmalinas y negros a veces la mayoría, todos atados a su morral de libros, cuadernos, otros
incluso agarrados sus discos de acetatos para compartir con sus amigos después del show. Y
entrabas al evento y empezaban las canciones una a una, the boat on the river, dust in the wind,
imagine de John Lennon, que letras que sonido, que guitarras, que fidelidad de ondas musicales,
luego venía lo fuerte, black sabath, led zepellin, y toda la parafernalia, la gente se iba al éxtasis con
la música de Morrison.

La cereza en el pastel fue cuando apareció Francisco Prado, Nelson García y otros a tocar en el
Coliseo del 24 de mayo, en la casa de la cultura y otros lugares idílicos como el Teatro Bolívar
“Música Fuera de Moda”, eso era otro nivel, concurrían ahora los punk, los rock duros que venían
del extranjero que traían la nueva moda, el nuevo pensar, incluso conocí una amiga que vivía en el
Japón y por esa época apareció con un corte de cabello espectacular muy cortito a los lados, largo
atrás y adelante con flequillo, y los colores de su ropa extravagantes, era la quinta esencia del
quitarán de ahí. La gente era futurista, nada de depresiones, nada de música farfulla, pura música
con esencia, con condumio, de adveras como se decía en esa época. Empezaba el Concierto de los
Prado y García y hombres y mujeres empezaban a entrar al Nirvana, todos se sabían las letras de
las canciones, la mayoría en inglés, todos jadeaban, no había olor a marihuana por que no era muy
de moda en la época, pero sí había licor a discreción. Nunca olvidaré cuando una chica española
salto a la pista y nos puso parados a cantar en las sillas del teatro todos a gritar “Manic Monday” ,
y para concluir con unas diapositivas de fondo la ciudad de New York y las Canciones de “Umbral”
con su estribillo maravilloso “A dónde vas?, no puedes escapar, drogarse es desarmarse ante esta
guerra de locos …” y así se selló toda una época de letras, bohemia, canciones, licor, y sálvese
quien pueda de los 80’s, luego me dicen cómo te hiciste borracho? Pues la música, amiga, la
música era otro nivel, no como ahora que canta Dana Paola “Sodio” una oda a que el amor de tu
vida se vaya con otro y a veces del mismo sexo. No amigos, la mejor época por siempre será la
nuestra. La de los 80’s Gracias.

Atentamente su servidor.

Dr. Carlos G. C.

Santo Domingo 31 marzo 2020.

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