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Formación y carácter
El caso de Marco
Empoderamiento
Referencias
Formación y carácter
A continuación, intentaremos responder a la pregunta inicial de la lectura anterior: ¿por qué Marco no se
siente feliz si actuó correctamente, a partir de la profundización y actualización de la teoría de la virtud
aristotélica? Para realizar esta tarea, volveremos a traer a la escena a nuestro desdichado personaje y
reflexionaremos sobre su situación a la luz de los conceptos de carácter, formación y felicidad.
Ya en el módulo anterior, nos hemos preguntado por la relación entre la felicidad y la buena vida, y
respondimos, junto a Aristóteles (1988), que la vida buena es aquella que busca la felicidad, y que esta solo
se alcanza mediante el ejercicio de un carácter virtuoso apoyado en la prudencia. Este esquema filosófico
nos sirve ahora para profundizar y dar una respuesta a la pregunta inicial. ¿Acaso Marco no ha obrado
correctamente y por ello no alcanza la felicidad? ¿Es la felicidad verdaderamente alcanzable mediante los
actos morales correctos?
[La ética] no solo es un conocimiento de lo que se debe hacer, de lo que está permitido o
prohibido, sino también un conocimiento de lo que es bueno sentir. También la ética es una
inteligencia emocional. Llevar una vida correcta, conducirse bien en la vida, saber discernir,
significa no solo tener un intelecto bien amueblado, sino sentir las emociones adecuadas
en cada caso, entre otras cosas, porque, si el sentimiento falta, la norma o el deber se
muestran como algo externo a la persona, vinculado a una obligación, pero no como algo
interiorizado e íntimamente aceptado como bueno y justo. (2011, p. 16).
Esta es la razón por la cual debemos tener presente que la formación ética es un ejercicio constante que
una persona debe poner en práctica hasta que se habitúa o está dispuesta a actuar virtuosamente.
Recordemos que el concepto de ethos conservaba en sí este doble sentido: el de costumbre o hábito y el de
carácter. Por esta razón, pensar la formación ética era una de las principales preocupaciones de la filosofía
griega. El carácter supone una inteligencia emocional, como dice Camps (2011) en la cita, que nos mueve a
obrar guiados por la prudencia a la consecución del justo medio entre vicios. La virtud solo se alzará
mediante este ejercicio y se sostendrá cuando se forje un carácter prudente. En este sentido, la
comprensión de la ética como desarrollo de una sensibilidad rectora capaz de expandir nuestro crecimiento
personal de forma íntegra y duradera determinará la relación del sujeto moral consigo mismo y con los
demás. Así, para forjar el carácter se necesita un “entrenamiento” (Cortina, 2007), una preparación
constante para ser excelentes o virtuosos. Recordemos que la virtud (en griego, areté) es la excelencia del
carácter que nos lleva a tomar buenas decisiones. Pues bien, no se puede generar un buen carácter si no lo
es en el medio y largo plazo, es decir, a lo largo de la vida. Por lo tanto, el carácter es el resultado de un
proceso formativo. Como dice Cortina:
El término ética viene del griego êthos, que significa carácter. Todos los seres humanos
nacemos con un temperamento determinado que no hemos elegido pero, a medida que
tomamos decisiones a lo largo de la vida vamos generando unos hábitos, unas
predisposiciones, a elegir en un sentido u otro, a las que se da el nombre de hábitos y esos
hábitos componen nuestro carácter. (2007, p. 28).
La formación de carácter
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Fuente: elaboración propia.
LECCIÓN 2 de 5
El caso de Marco
En la siguiente imagen, podemos observar gráficamente la guerra entre la razón y las emociones a la hora de
tomar decisiones significativas para nuestra vida.
Marco duda sobre su elección moral porque no encuentra un estado de felicidad aristotélica. Esto se debe a
que nuestro personaje pretende sentir una gratificación inmediata o, como Cortina (2007) señala, hay una
tendencia al “cortoplacismo”, a encontrar el bienestar en lo inmediato.
Lo primero que deberíamos señalar es que nuestro personaje parece no estar lo suficientemente
“entrenado” en la acción virtuosa. En este sentido, Marco parece motivado por las prohibiciones dadas por
los códigos normativos de la institución educativa y de su religión, aquellas normas que establecen lo que se
debe o no se debe hacer, antes que estar movido por aquello que considera justo y bueno. Aun así, Marco
puede ser educado moralmente, es decir, puede “entrenar” su carácter. Y una educación moral lo da la ética
en cuanto saber práctico. En este proceso, Marco deberá preguntarse qué es aquello que quiere
verdaderamente para él (García-Marzá y Gonzales Esteban, 2014). ¿Y hacia dónde hay que forjarse ese
carácter?, pregunta Cortina (2007); hacia la toma de decisiones que sean justas y felicitantes, lo que implica
un proceso de autoconocimiento que es esencial para alcanzar el bienestar moral.
Este concepto de autoconocimiento será central en la reflexión ética. Cada perspectiva filosófica que se ha
preocupado por dar cuenta acerca de la dimensión moral del ser humano ha dicho algo al respecto, pues no
es lo mismo actuar conforme al deber, es decir, actuar por el peso de la norma o la prohibición, que actuar
por deber, es decir, que el movimiento de la acción tenga que ver con el ejercicio de la acción moral como fin
en sí mismo. Kant dirá mucho sobre esta diferencia entre obrar conforme y por deber, como veremos en el
Módulo 2.
En el marco de las éticas de la virtud, el autoconocimiento va a estar ligado al sentimiento antes que a la
razón. En este punto podemos hacer hincapié en la noción de inteligencia emocional. Esta inteligencia tiene
que ver con un saber que se gesta desde la sensibilidad moral, es decir, nos conduce de acuerdo con el
sentir moral. El ser humano moral, para ser verdaderamente moral, acompañará su reflexión de un saber
sobre lo que es bueno sentir. Este saber versa sobre lo que es más conveniente sentir para alcanzar cierto
grado de crecimiento personal o de florecimiento personal, de felicidad en términos aristotélicos. Lo que
permite el sentir es adquirir, a partir del ejercicio constante de la acción moral, la disposición a largo plazo de
la conducta virtuosa. Es por esta razón que las emociones ganan relevancia como compañeras
imprescindibles de la reflexión ética y moral.
Escucha atentamente el fragmento del video en el que se entrevista a Victoria Camps sobre lo que denomina
“el gobierno de las emociones” .
YOUTUBE
Fuente: Herder Editorial [Herder Editorial]. (25 de julo de 2011). Victoria Camps y el gobierno de las emociones.
Teniendo en cuenta que la filósofa española Victoria Camps (2011) sostiene que la ética se ocupa de cómo
gobernar las emociones, las emociones tienen un papel importante en el comportamiento humano, ya que lo
motivan. Por otro lado, la autora asegura que el rechazo de las emociones por parte de la filosofía moral
occidental debe considerarse un absurdo y se dedica a argumentar por qué la reflexión ética debe dedicarse
a la articulación entre emoción y razón. Lo que propone es una ética de la virtud. Este tipo de perspectiva
filosófica que tiene que tener en cuenta las emociones entiende la ética como un saber práctico que sirve a
la formación del carácter más que la fundamentación del carácter (Camps, 2011).
Esto falso, ya que las emociones cumplen una función fundamental en la formación
de carácter.
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LECCIÓN 3 de 5
Empoderamiento
Un concepto que resulta fundamental para analizar la conducta de Marco es el de empoderamiento. Cortina
(2007) sostiene que el respeto a la norma por obligación, es decir, por el carácter de la prohibición que
implica, supone un extrañamiento de la norma, es decir, una no incorporación de la norma que denomina:
expropiación. Como menciona la autora (Cortina, 2007), el ser humano está expropiado fundamentalmente
por la tendencia al cortoplacismo. Esta expropiación implica que el ser humano ha perdido el dominio de sí
mismo y que ya no es dueño de su vida, de sus acciones, ya no es libre. Al fin y al cabo, ser libre significa
“señorío”, es decir, empoderamiento. Este concepto implica una autonomía y una responsabilidad sobre los
actos morales. Como dice Cortina:
Empoderar a alguien es intentar dar poder a sus capacidades para que pueda llevar
adelante los planes de vida que persigue. De tal manera que cuando hablamos de seres
humanos se puede decir, con Immanuel Kant, que las personas son tanto el fin limitativo
como el fin positivo de nuestras actuaciones. (2007, p. 29).
Es interesante esta definición porque, para la autora, existen ciertas características que pueden identificarse
como riesgosas ante ciertas situaciones –ella habla específicamente de la drogadicción en los jóvenes–
que ponen en tensión la formación ética (Cortina, 2007). También mediante el concepto de empoderamiento
establece diez valores que trae aparejados el empoderamiento como enaltecimiento de las capacidades
virtuosas.
En lo que sigue, recuperaremos algunos de los valores de riesgo y los valores de empoderamiento más
significativos que señala Cortina en “Jóvenes, valores y sociedad siglo XXI” (2007).
Fuente: Cortina, A. (2007). Jóvenes, valores y sociedad siglo XXI. Proyecto. Revista de la asociación proyecto
Aquí se extraen tres de los más importantes para que analicemos a los ojos de nuestro personaje.
V A LO RE S D E RI E S G O V A LO RE S D E E M PO D E RA M I E N T O
En el caso de nuestro personaje, podríamos decir que Marco requiere el auxilio de la reflexión ética para
empoderarse, es decir, para enriquecer sus capacidades y autoconocimiento. Empoderase significa no solo
conocer lo que es bueno hacer, sino aprehender la propia conducta como algo conscientemente aceptado y
con capacidad para potenciar el crecimiento y la superación personal. Marco puede formar su carácter
mediante la reflexión ética si logra comprender que el sentimiento que acompaña al carácter justo y bueno
no está ligado a una sensación de bienestar inmediata e individual. La elección de Marco de no engañar o
mentir en el examen se acerca mucho a la concepción de la formación del carácter virtuoso, ya que implica
una asunción de una dimensión no individualista y pone en vista una motivación más profunda que apela a la
responsabilidad y compromiso con un proyecto de vida particular. Como dice Camps en una entrevista que le
realiza el diario El país: “la felicidad es una búsqueda que dura toda la vida” (Camps V. 2019)
LECCIÓN 4 de 5
Referencias
AprendemosJuntos (Nombre de usuario). (12 de junio de 2019). "La felicidad es una búsqueda que dura toda
la vida". Victoria Camps, filósofa [Video en YouTube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?
v=cMIpGnoZ8Sc
Cortina, A. (2007). Jóvenes, valores y sociedad siglo XXI. Proyecto. Revista trimestral de la Asociación
Proyecto Hombre, (63), 27-38. Recuperado de http://www.proyectohombre.es/archivos/19.pdf
García-Marzá, D. y González Esteban, E. (2014). Ética. Castellón de la Plana, ES: Universitat Jaume I. Servei
de Comunicación Publicacions.
Rodrigo (Nombre de usuario). (2017). [Imagen sin título sobre guerra entre razón y emoción]. Recuperado de
https://somoscomoesponjas.com/2017/02/26/razon-y-emocion/
LECCIÓN 5 de 5
Justo medio
–
Se ha profundizado en la ética aristotélica llamada “Ética de los valores”, centrándonos en la concepción
teleológica de tal perspectiva, a partir de la presentación de los conceptos de felicidad, virtud, justo medio,
prudencia, entre otras.
Carácter
–
Entender a la ética como un ejercicio del saber práctico es fundamental para comprender la ética como
reflexión. El carácter ha sido analizado en términos de disposición del ser humano de tender al bien y de
entrenar su saber práctico para obrar de acuerdo con el bien. La reflexión sobre la ética profesional ha sido
el tema central en esta lectura.