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Dualismo

Hablamos del materialismo, la idea de que nuestra vida mental emerge de nuestro
cerebro físico. Si escuchas atentamente, si piensas sobre esto, espero que te des
cuenta de que esta es una visión extraña y no natural. No espero que lo creas, al
menos no al principio. De hecho, a la mayoría de la gente le atrae mucho más la
doctrina llamada "dualismo", que es una idea que encontramos en casi todas las
religiones y filosofías, que se hizo explícita por ejemplo en Platón. Pero creo que el
defensor más reflexivo y elocuente del dualismo fue el filósofo René
Descartes. Descartes creía que los animales eran entes materiales; pensaba que la
doctrina materialista era correcta para los animales no humanos. "Pero los
humanos son diferentes" argüía Descartes. En los humanos hay una
dualidad. Nosotros poseemos dos tipos de cosas, 
estamos compuestos de dos tipos de cosas. Somos en parte materiales pero
también en parte somos espirituales, independientes, mentales y psicológicos de
alguna manera que no se reduce a lo material. Dio dos argumentos para esto, y
ambos eran razonablemente buenos, 
al menos muy persuasivos en su época, y convencieron a muchos y siguen
haciéndolo. 
El primer argumento a favor de una naturaleza inmaterial es que los humanos son
capaces de hacer cosas que ninguna máquina o entidad material ha podido
hacer. Puede ser que te sorprenda oir esto, pero Descartes en el s. XVII estaba
familiarizado con los robots. Conocía los jardines reales franceses, una
Disneylandia o Euro Disney del siglo XVII, donde había robots que reaccionaban
cuando te acercabas a ellos o pisabas ciertas piedras. 
Por ejemplo, te acercabas a Diana y entonces Neptuno salía de un salto de los
arbustos con un tridente. Esto no estaba hecho con electricidad sino con
agua. Descartes conocía esos robots y se preguntó: "Quizá nosotros somos como
esas cosas, quizá somos solo máquinas que responden al ambiente". Su respuesta
fue que no era posible, quizá sí los animales, 
los animales no humanos tal vez, pero el comportamiento humano es mucho más
complejo, 
diverso y sutil como para ser explicado de forma tan simple. Volveremos a este
punto más adelante cuando hablemos de Noam Chomsky y su crítica al
behaviorismo, que argumenta que los humanos básicamente responden de una
forma relativamente reflexiva a los estímulos del ambiente. Según Descartes y
Chomsky eso no puede ser, nuestro comportamiento es demasiado complejo para
eso, no podemos ser máquinas. Su segundo argumento esprobablemente más
conocido, y se basa en la intuición. Sostiene que no nos sentimos como
cuerpos. Para decirlo más técnicamente, aplicó la duda metódica. Planteó la
pregunta: ¿Qué sabemos con seguridad y qu´´e podemos cuestionar? Por ejemplo,
puedes creer que naciste en un cierto lugar; puedes estar equivocado, puede que
te hayan engañado. Puedes creer que la Tierra tiene miles de millones de
años, pero puede que haya sido creada hace 100 años 
y todos los recuerdos que tus abuelos tienen del pasado han sido
fabricados. Podrías creer, dijo Descartes, que vives en un mundo de cosas, que
estás sentado en una silla o que hay una pared enfrente tuyo o un ordenador
delante. Pero Descartes observa que con frecuencia creemos tales cosas cuando
soñamos, pero nos equivocamos. Observó que los enfermos mentales o
trastornados de alguna forma pueden tener ciertas creencias, pero se equivocan. 
Puede que te equivoques al pensar que hay un mundo físico a tu alrededor o que
tienes un cuerpo. Por supuesto es un dilema muy antiguo perfectamente
expresado en la película "The Matrix", que sostiene que creemos que estamos en
el mundo físico cuando en realidad —con la excepción de héroes como Neo y
Trinity— solo estamos conectados a un cierto sistema. Otra versión es que somos
cerebros en una cubeta. Si fueras un cerebro, solo un cerebro colocado en una
cubeta con cables eléctricos que estimulan tus experiencias, no podrías
controlarlo. Quizá tú eres algo así. Los filósofos actuales proponen que es bastante
probable que seamos simulaciones de ordenador. Descartes y sus seguidores
dijeron que hay mucho de lo que no podemos estar seguros, las cosas que
creemos seguras del mundo real pueden ser cuestionadas. Pero —dijo Descartes—
hay una cosa sobre la que no puedes dudar: no puedes dudar tu propia
conciencia ni sobre tu propia existencia. La famosa frase es: "Pienso, luego
existo". Profundizando en esta intuición, partiendo del hecho de que puedes dudar
de que tienes un cuerpo pero no puedes dudar de que tienes una mente, 
Descartes escribió: "Supe que era una sustancia cuya esencia o naturaleza es
pensar 
y que para ser no necesita ningún lugar ni depende de nada material; es decir, el
alma por la que soy lo que soy es completamente distinta del cuerpo". Esta es la
defensa filosófica del dualismo. Como he dicho, el dualismo surge también del
sentido común. Piensa en cómo describes tu cuerpo, lo haces como si fuera
tuyo: mi brazo, mi corazón, mi cuerpo, mi cerebro, como algo separado que es
tuyo. Piensa en tus intuiciones sobre la identidad personal. 
Normalmente, al irse uno haciendo mayor, la conciencia sigue al cuerpo. Cuando
soy 10 años mayor mi mente es 10 años mayor, mi cerebro también, y todo se
conecta, pero, al menos en la ficción, aceptamos que las personas pueden cambiar
de cuerpo. En muchas comedias hay
intercambio de cuerpos; películas en las que alguien se va a dormir siendo una
persona y se despierta siendo otra. Ya entendemos que es ficción, que no es
real, pero le encontramos sentido. Hay una racionalidad intuitiva en eso. No sales
del teatro diciendo: "estoy confundido con todo lo que ha pasado ahí". Más bien,
con una concepción ingenua del "yo", aceptamos al menos que es una
posibilidad que el cambio de cuerpo sea posible. Esto no se limita a películas
actuales; la historia corta más conocida de Franz Kafka comienza con la frase: "Una
mañana, cuando Gregorio Samsa se despertó tras un sueño agitado, se encontró
en su cama transformado en un insecto gigante". La metamorfosis implica ese tipo
de transformación y, mucho antes de eso, en "Ulises" (La Odisea), algunos
personajes son transformados en cerdos por una bruja malvada. Y no solo los
convirtió en cerdos, es mucho peor: 
los puso en cuerpos de cerdos. El párrafo dice: "Tenían la cabeza, la voz, las
cerdas y el cuerpo de cerdos, pero sus mentes permanecían intactas. Estaban
encerrados en el corral, llorando". Nuestra idea de que cuerpos y almas están
separados nos permite aceptar la idea de varias personas pueden habitar un
cuerpo. Así es como algunos interpretan los trastornos de personalidad
múltiple, algo a lo que llegaremos al final del curso. También es la raíz de un
concepto que mucha gente mantiene, tanto religiosa como no, que es la idea de
posesión demoníaca: el cuerpo puede ser ocupado por otro. Otra manifestación del
dualismo es que podemos creer en seres inteligentes sin cuerpo. Si mente y
cuerpo están separados surge 
la posibilidad de que pueda existir el uno sin el otro. Está claro que hay cuerpos sin
mente. Es lo que es un cadáver. Pero también puede haber mentes sin cuerpo. Es
lo que muchos creen acerca de los dioses o los ángeles, que son seres inmateriales
que pueden pensar, observar, 
actuar, pero no tienen cuerpos físicos como los nuestros. Finalmente, y quizás lo
más importante para la gente, es que la idea del dualismo, de que tú no eres tu
cuerpo físico, plantea lo que para muchos es la consecuencia más atractiva, que es
que se puede sobrevivir a la destrucción del cuerpo. Si se pregunta a la
gente, religiosa o no, qué pasará después de que su cuerpo sea destruido, la
respuesta mayoritaria no es que estarán muertos, y ya está, que será el fin de
todo, sino la creencia es más bien que sobrevivirán. Quizás en un mundo
espiritual, tal vez suban al cielo; si tienes mala suerte quizás vayas al infierno, tal
vez te reencarnarás en otro cuerpo, pero la idea es que la destrucción de tu cuerpo
no implica la tuya, porque tú no eres tu cuerpo. Todas estas creencias sobre la
identidad personal, la vida después de la muerte, 
la existencia de seres sobrenaturales, sobre Dios: todas descansan, al menos hasta
en una perspectiva dualista. El materialismo, según el cual el dualismo es erróneo,
es una visión audaz y debería ser tratado como tal. No hay que encogerse de
hombros y dejarlo de lado, 
sino que hay lidiar con él, tenerlo en cuenta, aceptarlo de mala gana o luchar
contra él. 
¿Por qué los psicólogos actuales y los neurocientíficos están tan seguros de que el
dualismo es erróneo? Presenta varios problemas. Uno es que no nos ayuda a
explicar ciertas cuestiones que lo requieren. Recurrir a un mundo y un alma
inmateriales 
parece eludir ciertas preguntas que merecen respuesta. En este curso haremos
preguntas tales como: ¿Cómo aprendemos el lenguaje? ¿Qué encontramos
sexualmente atractivo? ¿Cómo funciona la memoria? Son preguntas sobre nosotros
mismos, sobre nuestras mentes. Decir que todo sucede en un reino inmaterial nos
deja sin esperanza a la hora de responderlas. 
La segunda preocupación es que en su época Descartes tenía razón al deducir de
las limitaciones de las cosas físicas que nosotros probablemente no somos cosas
físicas. 
Pero ahora comprendemos mucho mejor lo que pueden hacer las cosas físicas, lo
que a muchos nos hace posible vernos como tales. 
Pienso por ejemplo en los ordenadores y robots. Para Descartes, la idea de que
algo físico pudiera hacer algo tan complicado como jugar al ajedrez sería
absurda. Pero ahora sabemos que cosas físicas —y un ordenador lo es— pueden
hacer eso exactamente. Pueden entender el lenguaje, reconocer
objetos, almacenar cosas en la memoria, hacer deducciones, etc. 
Algunas de esas cosas nos las hacen ni de lejos tan bien como una
persona. Cuando hablamos de desarrollo del lenguaje, por ejemplo, vemos que 
un niño de dos años usa y entiende el lenguaje mejor que cualquier ordenador. 
Hemos de tenerlo en cuenta. Pero ya no es tan absurdo decir que una cosa física
puede hacer todas las cosas diversas y complicadas psicológicamente que hacen
las personas, 
lo que significa que hemos de tomar en serio la afirmación de que en realidad
somos entes físicos. La consideración final es que es muy evidente que el cerebro
es la raíz de la vida mental. Dejemos de lado todo esos argumentos
filosóficos, abstractos: la evidencia es abrumadora. En cierto modo siempre ha
existido esa evidencia directa. No hace falta haber nacido en el siglo XX o el
XXI para darse cuenta de que un golpe en la cabeza puede afectar la conciencia o
la memoria, o que enfermedades como la sífilis pueden producir alteraciones de la
voluntad y la conciencia, que la enfermedad de Alzheimer puede quitarte la
racionalidad, 
o que el café y el alcohol pueden exacerbar las pasiones. Es evidente en la vida
cotidiana que 
los eventos físicos que afectan al cerebro nos pueden afectar a nosotros mismos, 
lo que sugiere que, al menos, nuestra vida mental está conectada íntimamente con
el cerebro. 
En los últimos años ha ocurrido algo más: hemos desarrollado tecnologías que
permiten observar directamente el cerebro, estudiar su activación y deducir lo que
piensa la gente a partir de los patrones de la activación del cerebro. Es decir,
puedes poner a alguien escáner, hacer una IRM y decir si está pensando en el el
lenguaje, en la música o en el sexo. La tecnología se desarrolla hasta un punto en
el que no será imposible —quizás para algonos, cuando estéis oyendo esto— poner
a alguien durmiendo en el escáner de IMR y saber a partir sus patrones y sus
disparos neuronales lo que está soñando. Resulta difícil tener esto en cuenta y
mantenerse en la idea del dualismo. Aunque el materialismo sea incómodo y
desagradable, es una visión que la ciencia nos obliga a adoptar.

Neuronas

¿Dónde está ubicado el pensamiento? ¿De dónde surgen nuestras emociones, la


toma de decisiones, nuestras pasiones, nuestros dolores y todo lo demás? 
Es el cerebro, una de las estructuras más complejas del universo conocido. Sería
de esperar que debido a todo lo que es y todo lo que hace, que tuviera un bonito
aspecto, lleno de luces brillantes, tubos de vidrio y colores misteriosos, pero en
realidad parece asqueroso, como un pastel de carne caducado. Es gris cuando lo
sacas de la cabeza y en su interior es rojo brillante debido a la sangre. Es
sorprendente que la fuente de nuestra vida mental y de nuestra conciencia sea
carne. De hecho podrías comerlo, hay que gente que lo come. 
Yo he comido cerebro con salsa de crema. No era humano, tranquilo, pero he
probado cerebro con salsa de crema. No está mal. Eso hace más difícil la
cuestión de cómo este trozo de carne puede ser el origen de la vida mental. Es la
cuestión que quiero explorar en esta y las siguientes lecciones. Empezaremos por
los componentes relevantes más pequeños, 
las diferentes partes de las neuronas. Luego estudiaremos cómo se relacionan
entre ellas, 
cómo están conectadas, cómo forman las diversas partes del cerebro, como el
hipotálamo y el lóbulo frontal. Finalmente, hablaremos del cerebro desde una
perspectiva más amplia, observando los dos hemisferios, izquierdo y derecho y su
interacción. Hay muchas cosas en el cerebro, componentes químicos y diferentes
partes, pero donde ocurre la acción, donde se realiza el pensamiento, el foco de la
mayoría de investigaciones, son las neuronas. No es casualidad que el estudio de
la base biológica del pensamiento se llame neurociencia, porque todo nace en las
neuronas. Esta es una imagen de neuronas en interacción, y este un esquema de
una neurona típica. Se ven las dendritas, recibiendo señales de otras neuronas de
excitación (positivas) o de inhibición (negativas). Estas señales llegan al cuerpo
celular, donde se procesan esos impulsos positivos y negativos. Cuando se llega a
un cierto nivel de impulsos positivos hay un disparo neuronal a través del
axón, que es más largo que las dendritas. En algunas neuronas motoras los axones
son muy largos. Hay axones que discurren desde la médula espinal hasta el  hasta
el dedo gordo del pie. En términos relativos de tamaño podría pensarse en una
pelota de baloncesto, y una manguera de 40 millas. El axón está recubierto por la
vaina de mielina. que tiene una función de aislamiento como tejido graso, análogo
al aislante de un cable. La información entra a través de las dendritas, se procesa
en el cuerpo celular, y se transmite a través del axón. La función de las
neuronas es procesar y transmitir información. Sabemos que hay muchas, unos
100 mil millones según algunas estimaciones. Las estimaciones son muy diversas y
muy aproximadas, pero hay miles de millones y cada una se conecta a otras
miles, probablemente decenas de miles de neuronas. 
Ese grado de complejidad y de organización, que no puede reproducirse en una
máquina, porque son números demasiado grandes, hace que se considere al
cerebro como la máquina más sofisticada del universo, lo cual es adecuado
porque, aunque está hecho de carne, lo cual es decepcionante, muestra su
increíble estructura interna. Las neuronas se dividen en tres categorías: las
neuronas sensoriales que reciben información del entorno, del mundo exterior; las
motoras, que conectan al cerebro con el control motor. Si se toca algo que
quema, y duele, es debido a las neuronas sensoriales. 
Si retiras la mano del objeto o buscas algo, intervienen neuronas
motoras. Finalmente están las interneuronas, que conectan neuronas sin contacto
con el mundo exterior, tanto sensoriales como motoras. Lo más destacable del
disparo neuronal es que es un proceso de "todo o nada". 
Es como el disparo de un arma o un estornudo, las neuronas se activan o
no. Puede sonar extraño, especialmente si hablamos de neuronas
sensoriales, porque la experiencia parece ser continua. Tienes neuronas
sensoriales en los ojos y puedes distinguir desde una luz muy tenue hasta una muy
brillante. Tienes neuronas sensoriales en los dedos y puedes distinguir entre tocar
suavemente algo o que te pinchen en la punta del dedo. Aunque las neuronas
funcionan en modo "todo o nada" la manera de captar esa continuidad de la
experiencia es que la intensidad puede codificarse de varias formas. Una es el
número de neuronas que disparan: Si "x" neuronas corresponden a una
experiencia leve, diez veces más a una experiencia intensa. Otro factor es la
frecuencia de impulso: una neurona podría generar una sensación leve disparando
a un cierto ritmo y una intensa disparando a mayor velocidad. Tenemos
neuronas que se comunican entre ellas porque el axón de una neurona se
comunica con las dendritas de otra. Hace tiempo se pensaba que las neuronas se
se interconectaban como un ordenador; pero en realidad las neuronas no están en
contacto físico, 
hay un espacio entre el axón de una neurona, y la dendrita de otra. Es un espacio
muy pequeño, de unos 20 nanómetros de ancho, que se conoce como hendidura
sináptica. Cuando una neurona dispara el axón libera neurotransmisores, que son
sustancias químicas que se liberan en esa hendidura afectando a las dendritas de
otras neuronas. 
Como he comentado, el efecto de esos neurotransmisores puede ser de excitación 
aumentando la energía y la probabilidad de disparo neuronal, o de
inhibición, disminuyendo esa probabilidad. Diferentes neuronas liberan diferentes
neurotransmisores que producen efectos diversos en las neuronas conectadas. La
psicofarmacología busca en gran medida curar enfermedades psicológicas o físicas
con medicamentos, y la psicofarmacología recreativa está diseñada para aumentar
el placer para ayudar a la gente a trabajar o facilitar la concentración. 
Funciona mediante la manipulación con neurotransmisores, que pueden ser
antagonistas 
que reducen la intensidad fijándose en las dendritas y dificultando la creación de
más neurotransmisores, o pueden aumentar la cantidad de neurotransmisores de
varias formas: son los agonistas. O sea, funcionan subiendo o bajando el
volumen. Pensemos en diversas drogas y sus efectos. Por ejemplo el curare, que
es una droga que usan los indios sudamericanos. Es un antagonista que bloquea
las neuronas motoras e impide que actúen sobre las fibras musculares. Impide la
acción de las neuronas motoras produciendo parálisis y es letal en grandes
dosis porque las neuronas motoras mantienen el latido del corazón. Su parada
provoca la muerte. El alcohol también tiene un efecto inhibidor. Puede sonar raro,
porque beber nos produce emoción, felicidad y desinhibición. Pero hay que tener
en cuenta que el alcohol funciona inhibiendo la parte del cerebro que genera la
inhibición. Una parte del cerebro dice que no le digas eso a esa persona o que no
te quites los pantalones, o que no grites, y el alcohol inhibe esa parte del
cerebro, lo que nos produce euforia. En el curso de las cosas, el hecho de beber
demasiado también inhibe otras partes del cerebro. Podrías desmayarte y caer al
suelo y, en dosis extremas, morir. Tanto el curare como el alcohol inhiben, de
diferentes maneras. Otras drogas excitan. Las anfetaminas, por
ejemplo, aumentan la cantidad de norepinefrina, que es otro
neurotransmisor, responsable de la excitación en general. Así funcionan drogas
como "speed" o cocaína. Otros medicamentos como Prozac o L-DOPA influyen en
los neurotransmisores aumentando, el suministro de dopamina o serotonina, lo
que podría ser relevante para la enfermedad de Parkinson, que parece relacionada
con niveles bajos de dopamina, y la depresión, relacionada con niveles bajos de
serotonina. Estas drogas funcionan afectando a los neurotransmisores, ya sea
liberando más cantidad, aumentando el flujo de diferentes maneras, o evitando su
efecto absorbiéndolos de diferentes modos; su función está
vinculada al efecto sobre los neurotransmisores. La idea más general es que las
neuronas originan el pensamiento formando agrupaciones o redes, que son redes
computacionales que permiten reconocer rostros, caminar derecho, entender
frases, hacer cálculos experimentar una gran tristeza, enamorarnos, etc. Sabemos
que eso es posible porque creamos ordenadores que trabajan de una cierta
manera. Un ordenador de cierta complejidad puede calcular, jugar al
ajedrez, simular un vuelo, etc. Quizá te resulte interesante el proyecto 
de neurociencia computacional que intenta dilucidar cómo se conectan las
neuronas para hacer su función utilizando la teoría computacional como modelo. A
veces en sentido contrario, observando cómo lo hace la gente y utilizando ese
conocimiento para crear sistemas informáticos que replican ese modo de
actuar. ¿Cómo está conectado el cerebro? Podríamos imaginarlo conectado del
mismo modo que un ordenador, un portátil o lo que estés usando ahora. En cierta
medida es así, pero hay dos razones por las que no puede serlo. Ambas tienen
relación con lo bien que trabaja el cerebro. En primer lugar, el cerebro es muy
resistente al daño. Si tomas un cuchillo y dañas una parte del cerebro, no
colapsará todo el sistema. La información y recursos están distribuidos a través
de las neuronas de forma que las hace muy resistentes. Por el contrario, si alguien
abre tu portátil y saca el procesador, el conjunto se avería y deja de funcionar. El
cerebro está conectado de un modo que lo hace muy resistente. En segundo lugar,
está conecta de forma tal que funciona muy rápido. Los ordenadores procesan
millones de operaciones por segundo, porque son puramente electrónicas. El tejido
cerebral es más lento y emplearía mucho tiempo para realizar muchos
pasos. Dicho de otra manera, si el cerebro estuviese conectado como un
ordenador, sería tan lento, que no sería operativo. Tiene que estar conectado de
una manera más eficiente, compatible con la lentitud de los tejidos cerebrales y los
neurotransmisores 
y que permita el procesamiento a nivel humano, que es extremadamente
rápido. Esto ha generado un gran interés en sistemas paralelos y complicadas
redes neuronales conectadas como creemos que lo está el cerebro. Así ayudamos
a los ordenadores a hacer cosas que antes no podían, basados en nuestro
conocimiento del cerebro. Hablaremos de los detalles a lo largo del curso. No
llegaremos a explicar las diversas capacidades en términos de neuronas, porque
es imposible y porque queremos explicarlas a otro nivel. 
Cuando hablemos sobre el aprendizaje de un idioma, o el reconocimiento de
caras, no lo haremos sobre las neuronas en particular sino sobre las diversas áreas
del cerebro y su funcionamiento. Vamos a suponer que todo lo que explicaremos
de manera funcional puede reducirse a grandes redes de sistemas neuronales que,
a su vez, se reducen en última instancia a los comportamientos específicos de las
neuronas que estudiamos.

Partes del cerebro

Vamos a hablar de las partes del cerebro y lo que hacen. Tienen funciones que
cumplen distintos fines, hacen cosas diferentes, por lo que los daños en sitios
diferentes tienen efectos diferentes. Por eso, al observar una resonancia
magnética funcional (fMRI), una tomografía (PET) o cualquier registro de la
actividad neuronal, se puede descifrar qué sucede en base a su localización. Si
bien estoy hablando del cerebro, sería más preciso y completo refiriéndome al
cerebro y partes de la médula espinal. No necesitamos el cerebro para todo. Hay
ciertas actividades en las que no interviene, como la succión de un bebé, retirar la
mano ante el dolor o vomitar. Pero, en todo lo demás que vamos a tratar
aquí, hablaremos del cerebro. Algunas estructuras importantes del cerebro,
denominadas subcorticales, están debajo de la corteza, es decir, en el centro del
cerebro. Incluyen partes del cerebro como la médula, que controla funciones
automáticas como el latido cardíaco, la presión arterial, tragar, etc. Incluyen el
cerebelo, con funciones de equilibrio corporal y coordinación muscular, que
contiene unos 30 mil millones de neuronas, que no es poco; El hipotálamo, que
participa en el hambre, el sexo, la sed y otros apetitos. Cuando hablemos de
emociones o deseos viscerales, volveremos a esas partes del cerebro. Para los
aspectos de nuestra psicología específica, la que nos diferencia como
humanos, nos centraremos en la capa externa, la corteza cerebral, que está
completamente plegada. Si tomáramos un cerebro, extrajéramos la corteza y la
extendiéramos, como si fuera la alfombrilla que llevamos en el maletero del
coche, tendría una superficie de unos 45 x 45 cm. Por eso está muy plegada en el
interior del cráneo. Tiene un grosor de unos tres milímetros. Ahí es donde reside la
actividad, al menos la que nos interesa ahí es donde tiene lugar. Es el área del
razonamiento, el lenguaje y la percepción compleja. 
Los peces no tienen corteza cerebral, los reptiles y las aves un poco, y los
primates, incluyendo los humanos, tienen mucha corteza cerebral. Si la
observamos se diferencian dos mitades: el hemisferio izquierdo y el
derecho. Observando esas dos mitades, se distinguen en la corteza
cerebral diferentes lóbulos. Desde la frente hacia atrás tenemos primero el lóbulo
frontal, situado en la frente; el lóbulo parietal, el lóbulo occipital y el lóbulo
temporal. Cada uno de estos lóbulos, tiene particularidades, que vamos a
comentar. Otro aspecto muy interesante de la corteza es que incluye mapas, que
son localizaciones topográficas donde lo que está cerca en el cerebro también lo
está en el cuerpo. Hay una área motora que si ha de activarse hay partes del
cerebro y partes del cuerpo que se activan en consecuencia. Como todos
sabemos, el dedo medio está cerca del pulgar, que a su vez está más cerca del
codo. Si están cerca en tu cuerpo también lo están en tu cerebro en un área
somatosensorial primaria, que es el órgano de los sentidos. Si a alguien, en la
mesa de operaciones, le estimulas ese área, experimentará cosas tales como un
sonido, un destello de luz o un impacto. En el lóbulo occipital, hay un mapa para la
visión y en el lóbulo temporal otro para el sonido. Lo genial es que he comentado
que ese mapa es topográfico, pero el tamaño de las áreas del cerebro no
corresponde a las del cuerpo sino más bien a su función sensorial o motora. Se han
dibujado imágenes artísticas de personas con el cuerpo proporcional a las áreas en
el cerebro. Se ve que el tronco del cuerpo es relativamente pequeño, pero las
manos son enormes y la cara también porque en ellas residen muchas
sensaciones. Hay mucha más sensación en la mano que en toda la espalda aunque
esté separada. Parte de la corteza tiene estas áreas espaciales pero es menos de
una cuarta parte. El resto participa en cosas importantes como el lenguaje, el
razonamiento, los pensamientos morales, etc. Surge la pregunta de cómo lo
sabemos, cómo sabemos las funciones de las distintas partes del cerebro, cuáles
están involucradas y por qué. Hay diversas respuestas. La primera es que podemos
escanear el cerebro. Utilizamos resonancia magnética, un campo magnético de
alta frecuencia, para observar la actividad cerebral, qué partes están activas al
hacer cosas diversas. También tenemos los llamados experimentos naturales, que
son tumores, derrames cerebrales o accidentes de moto que dañan parte del
cerebro y podemos preguntarnos qué daño a una cierta parte del cerebro
corresponde a las funciones afectadas. A través de esos diferentes métodos hemos
aprendido sobre las partes del cerebro y sus funciones y podemos hablar sobre
algunos trastornos específicos debidos a un daño cerebral, derrame o trauma. Por
ejemplo, la apraxia, que es la incapacidad de realizar acciones 
tales como despedirse con la mano o usar el tenedor para llevar comida a la
boca. No estás paralizado, puedes hacer los movimientos si es necesario, pero no
coordinar movimientos básicos en acciones complejas. También está la
agnosia, que es un trastorno de la percepción. No es que no puedas ver, pero no
puedes reconocer lo que ves. Algunos la denominan ceguera psíquica. Las
personas con agnosia pueden describir las partes de una imagen, pero no pueden
reconocer los objetos representados. Es una forma de agnosia visual.También está
la prosopagnosia específica, que impide reconocer caras. Oliver Sacks escribió
hace años un libro maravilloso titulado "El hombre que confundió a su mujer con
un sombrero" planteando casos de personas con trastornos neurológicos
inusuales. El caso del título del libro se trataba de un hombre incapaz de reconocer
rostros. No podía distinguir la cara de su esposa de un sombrero. Formas más
leves de prosopagnosia que padecen algunas personas — para ser sincero, hay
algunas caras horribles— consisten en reconocer los rostros como tales pero sin
distinguir de quién se trata. Les resulta muy difícil reconocer a las
personas. Existen problemas como el síndrome de inatención que son trastornos
que bloquean una parte del mundo. Puede haber daños en partes del cerebro que
bloquean el lado izquierdo del mundo. No es solo algo físico: por ejemplo, si le
pides a alguien con ese trastorno que dibuje un reloj, pondrá los 12 números en el
lado derecho del reloj. Es como si no pensara en el lado izquierdo del mundo. Tal
vez el problema ni siquiera es sensorial, sino de atención. Hay afasias, que son
trastornos del lenguaje, algunas de las cuales son expresivas como la afasia de
Broca, que imposibilita el habla. Fue famoso el caso de una persona que sólo podía
usar la palabra "tan" (bronceado), decía "tan", "tan","tan", pero no podía decir
nada más. También está la afasia receptiva en la que una persona puede hablar,
pero lo que dice no tiene sentido y le cuesta muchísimo entender a los demás. 
Hay muchos otros trastornos. como el que comentamos al hablar de Phineas Gage
y sus variantes, en las que el daño cerebral —es discutible si fue su caso, pero hay
otros en que está mucho más claro— hace perder el sentido moral, de lo correcto y
lo incorrecto, 
la capacidad de autocontrol, para reprimir tu conciencia. Hablaremos de todo eso a
lo largo del curso pero la moraleja es que: 
a) la función tiene localización, en cierto sentido corresponde a diferentes áreas
del cerebro; 
b) es otro argumento contra el dualismo. Lo vemos en cualquiera que defienda que
la mente no es el cerebro y a quien le costaría explicar por qué el daño cerebral
parece afectar aspectos muy íntimos e importantes de nosotros mismos.

Nuestros dos cerebros


Hemos hablado de las partes del cerebro, de lo que hacen las diferentes
partes. Acabaremos hablando del cerebro como un conjunto. Si simplemente
miráis el cerebro, si lo extraéis de una cabeza humana y lo ponéis en la
mesa, parece simétrico, pero en realidad no lo es. Este último tema trata de la
llamada lateralización, que se refiere a la diferencia entre las dos mitades del
cerebro: la mitad derecha y la mitad izquierda. Se sabe desde hace tiempo que
derecha e izquierda son diferentes. No somos seres simétricos. La mayoría de la
gente es diestra, lo que significa que hace muchas cosas del control motor, es más
rápida y 
escribe mejor con su mano derecha y una minoría de gente es zurda. También los
hay ambidiestros, utilizan igual derecha e izquierda. La gente diestra en su
mayoría 
tiene ubicado el lenguaje en la mitad izquierda del cerebro y en la que es zurda
está más repartido: algunos lo tienen en la mitad derecha, otros en la izquierda. Lo
más curioso 
es que la mayoría de funciones del cerebro están duplicadas. Muchas veces, oímos
decir "en la parte derecha del cerebro", "la parte izquierda del cerebro", o "cerebro
derecho" o "cerebro izquierdo". Mucho de lo que se dice no tiene sentido; la
mayoría de las funciones del cerebro están en ambos lados y, en gran parte, es
más una cuestión de dominancia o mayor potencial en un lado que en otro, que
una diferencia real. Pero es generalmente aceptado que el cerebro izquierdo se
asocia más con la escritura, el lenguaje hablado, el razonamiento, 
la lógica y la ciencia; y el derecho se asocia más con la percepción, la imaginación
y la música. Las dos mitades del cerebro normalmente están coordinadas, pero
interactúan con el mundo de maneras distintas. Algo digno de mención en
cualquier debate sobre las mitades 
del cerebro es que funciona según el principio de organización
contralateral, terrible término técnico que significa que el cerebro derecho ve la
parte izquierda del mundo, el campo visual izquierdo, y el cerebro izquierdo ve la
parte derecha del mundo. Resulta que el cerebro 
tiene ese efecto de cruzamiento por el que cada mitad del cerebro mira hacia la
mitad opuesta del mundo. Pasa igual con el control motor: el hemisferio derecho
controla la parte izquierda del cuerpo, y el izquierdo controla la parte derecha del
cuerpo Podría decirse que eso es ridículo, porque somos un individuo, no
dos. Entiendo el lenguaje, me gusta el arte, veo el mundo como un escenario
coherente, no veo el mundo con una de mis mitades ni la otra mitad del mundo
con la otra. Pero esto es porque las dos mitades se comunican continuamente a
través del cuerpo calloso, que es una red de neuronas que conecta una mitad del
cerebro con la otra. Esto permite que la información sensorial que recibe la parte
izquierda del cerebro se perciba en la parte derecha del mismo. Permite a la parte
izquierda del cerebro controlar las acciones motoras en la parte derecha del
cuerpo, porque puede ordenar a la parte derecha del cerebro que lo haga puede
verse esa extraña organización del cerebro en algunos experimentos
interesantes. Por ejemplo, si proyectas en la pantalla muy rápido algo en la parte
derecha del cuerpo, lo nombrarás más rápido que si lo haces en la parte izquierda
del cuerpo. ¿Cómo puede ser? Piensa en ello. Si se proyecta en la parte derecha
del cuerpo, el hemisferio izquierdo lo percibe al instante y como el lenguaje
hablado está ubicado en el hemisferio izquierdo, dirás: "es un vaso", "es una
manzana". Si se proyecta a la izquierda del cuerpo habrá un instante de
retraso porque ha de cruzar a la parte izquierda del cerebro. 
No lo vas a percibir en la vida cotidiana porque el lapso de tiempo es demasiado
corto. Pero en un laboratorio de psicología puedes verlo. Lo realmente interesante
es que en casi todo el mundo las dos mitades se comunican continuamente. Pero
no en todos. Hace un tiempo a la gente con epilepsia severa se le extirpaba el
cuerpo calloso. La epilepsia se veía como una tormenta eléctrica en el cerebro y
como el cuerpo calloso permite que las dos mitades se comuniquen la idea con su
extirpación era aislar y evitar las tormentas eléctricas. Eso es lo que se hacía, esa
forma severa de cirugía, con la gente con epilepsias terribles. La consecuencia que
no previeron es que en cierto modo estaban dividiendo a una persona en dos. Hay
un lado izquierdo del cerebro que corresponde al habla y uno derecho que hace
muchas otras cosas, que percibe la música, el espacio, etc. La idea es que, en
cierto modo, has cogido a una persona y ahora tienes dos, una mitad que puede
hablar y expresar sus deseos, y otra que no. Encontrarle sentido a esto, su
significado, lo que esto hace a una persona, lleva a preguntas filosóficas que están
fuera del alcance de este curso.

Un poco de humildad

Hemos hablado del materialismo, de los motivos y evidencias por los que los
psicólogos lo postulan y hemos hecho un recorrido rápido por el cerebro. Pero
quiero volver al meollo de la cuestión que es que la opinión actual de los
psicólogos, neurólogos y otros científicos respaldada por múltiples evidencias, es
que el dualismo es incorrecto. La mente es el cerebro. No hay dos sustancias, sino
una. Quiero recordar lo radical de esta idea, para que la gente se preocupe, igual
que me preocupa a mí. Puede que creas en seres espirituales, 
seres sobrenaturales con conciencia pero sin cuerpos, como dioses. Si el
materialismo está en lo cierto, no es sólo que no tengamos almas, sino que quizá
no existan. Por decirlo de otra forma, no existe vida mental fuera del cuerpo. Más
concretamente, quizás esperes que al morir tu cuerpo cuando seas muy viejo, o te
atropelle un autobús, o lo que sea, seguirás viviendo, irás al cielo, a un mundo
espiritual, o te reencarnarás, o lo que sea. Psicólogos y neurocientíficos, hablando
honestamente, dirían que eso no tiene sentido. Tú, tus recuerdos, tu voluntad, lo
que te hace ser tú mismo es tu cerebro físico, y cuando este se vaya, también tú te
irás. La gente tiene que pensar cómo asumirlo. Sin embargo, con lo que quiero
acabar —porque todo esto suena inquietante y muy arrogante, el que los
científicos pretendan responder a las cuestiones más profundas—, quiero terminar
con dos notas de humildad: la primera es que el concepto de la mente que
encaja con la visión materialista que he presentado es que la mente es un
procesador de información, un ordenador, y tratamos el cerebro como la parte
física, el hardware, y nuestra vida mental las ideas, procesos, nuestra
heurística, nuestros algoritmos, como el software, como los programas que ese
hardware ejecuta. Esta manera de ver las cosas 
funciona muy bien cuando se trata de actividades como reconocimiento de caras,
lenguaje, control motor, lógica, etc. Pero queda lo que el filósofo David
Chalmers denomina el difícil problema de la conciencia. La sensación de cerrar de
golpe la puerta de un coche, comer huevos revueltos con salsa picante, o tener un
orgasmo, o apenarse por la muerte deun amigo, etc., etc., etc. Esos sentimientos,
la sensación de cómo es, la experiencia subjetiva que muchos creen imposible de
simular por ordenador y se preguntan si esa podría ser realmente la actividad del
cerebro. Si es cierto, y yo lo creo así, que incluso esas experiencias más
cualitativas son producto de la actividad cerebral, debemos admitir que ignoramos
cómo suceden. Hay una cita de Thomas Huxley: "¿Cómo es posible que algo tan
importante como un estado de conciencia sea el resultado de la alteración del
tejido nervioso? Es una cuestión tan inexplicable como la aparición del genio
cuando Aladino frotó su lámpara.Huxley dice que parece magia. Cómo una
estructura física alterada por neurotransmisores y señales eléctricas moviéndose
adelante y atrás a través de las neuronas puede originar sentimientos es un
misterio, parece magia, y creo que tiene razón. Creo que sabemos que se originan
en el cerebro pero, para ser honestos, no sabemos cómo. La segunda nota de
humildad se refiere al hecho de que el materialismo plantea una concepción
mecanicista de la vida mental, pero a muchos de nosotros, como profesionales y
como personas, nos preocupa lo que podríamos llamar valores humanistas. Valores
como la noción de responsabilidad moral, el libre albedrío, 
la idea de que somos responsables de nuestros actos, de que ese concepto existe,
tiene un valor intrínseco, quizás un valor espiritual. Resulta difícil conciliar esto con
la idea de que somos simplemente cerebros y hay dos formas de afrontarlo: una es
simplemente rechazar los valores humanistas, y conozco filósofos y psicólogos que
defienden con convicción que el libre albedrío no existe, ni la moralidad, ni nada
superior o espiritual; conozco muchas más personas que rechazan la ciencia, que
opina que si la neurociencia les dice que sus decisiones y sus actividades no son
más que disparos neuronales, al diablo con la neurociencia. Mi opinión es que
ambas cosas pueden conciliarse. No es fácil, pero creo que es posible conciliar una
concepción mecanicista de la vida humana con los valores humanistas. Volveré
sobre ello una y otra vez durante el curso, y en mi charla final intentaré
presentar con más de detalle lo que quiero decir y cómo se puede defender esa
conciliación.

Freud

Quiero darte la bienvenida a la segunda sesión, en la que presentaré la obra de


Sigmund Freud y su teoría del psicoanálisis. Seguidamente habrá una tercera
charla dedicada a B.F. Skinner y el conductismo, fundado por él. En esta sesión y la
siguiente veremos los orígenes de la Psicología, las grandes teorías con las que
nació. Algo que hace que estas teorías sean interesantes y excepcionales,
comparadas con los estudios contemporáneos, ha sido su enorme alcance. Mucho
de lo que comentaré durante el curso, muchas de las ideas y estudios, están
centradas en campos específicos; puede haber una teoría de los prejuicios 
que no será lo mismo que una teoría de la adquisición de la lengua; la explicación
de la atracción sexual, no será igual que la teoría de la esquizofrenia. Sin embargo,
la obra de Freud y de Skinner, de quien hablaremos la próxima semana, desea
abarcar todos los temas relevantes. Pero este no es un curso de historia. No me
interesan mucho las ideas del pasado, pero la razón por la que merece la pena
estudiar estos intelectuales es que sus ideas aún tienen una influencia poderosa en
la manera de entender la mente. Para bien o para mal, vivimos en un mundo
profundamente afectado por Sigmund Freud. Su obra ha influido en cómo
pensamos sobre todos los aspectos de la vida cotidiana: el desarrollo de los
niños, las causas y curas de las enfermedades mentales, el origen de las
religiones, la guerra, y todo lo que quieras saber sobre el amor y el sexo. Ha tenido
una profunda influencia en los siglos XX y XXI y si hay un psicólogo que todo el
mundo conozca, ese es Freud. Freud ha tenido una enorme influencia en la cultura
contemporánea que queda reflejada en programas de televisión: aparece en "Star
Trek: la nueva generación", "La magnífica aventura de Bill y Ted", en "Elemental
Dr. Freud: solución al siete por ciento" con Sherlock Holmes, y en "Un método
peligroso", donde aparece junto a Carl Jung, su estudiante más famoso. Freud
nació en 1856. Pasó la mayor parte de su vida en Viena, Austria. Murió en Londres
poco después de refugiarse ahí antes del comienzo de la Segunda Guerra
Mundial. Murió en 1939. Es uno de los intelectuales más famosos de la
historia, pero no es conocido por un solo descubrimiento. Es conocido por el
desarrollo de una teoría general de la mente, una teoría general de la mente
desarrollada a lo largo de muchas décadas. Es un intelectual de gran energía y
productividad y fue famosísimo en la última etapa de su vida. Tuvo una vida muy
interesante. Entre otros muchos detalles acerca de Freud, sabemos que tenía
varias adicciones. Consumió cocaína durante gran parte de su vida y fue un ávido
fumador de puros, por lo que padeció cáncer oral.

El enfoque psicodinámico

Aunque Freud es reconocido universalmente como un gran intelectual, también ha


sido objeto de considerable rechazo, debido en parte a su personalidad. Fue muy
ambicioso en su deseo de promover el psicoanálisis, a menudo deshonesto, a
veces cruel con sus enemigos y a veces especialmente cruel con sus amigos y sus
discípulos. Más importante es el contenido de sus ideas. Por entonces, se lo veía
como un depravado sexual empeñado en destruir la idea del ser humano como
bueno y racional. Cuando los nazis llegaron al poder en la década de 1930, Freud
fue visto como un judío que intentaba destruir por sí solo⏎los pilares de la moral
cristiana. En cierto modo muchos lo ven aún así, y hasta cierto punto hay algo de
verdad. Freud nos dijo cosas sobre nosotros mismos que nos resultan muy
incómodas y que muchos preferimos ignorar. ¿Así que qué decía? Si le preguntas a
alguien que odia a Freud, te hablará de las cosas más tontas; Freud dijo muchas
cosas, y algunas en su época eran extravagantes, y muchas de ellas no pasaron el
escrutinio de la ciencia. Muchas de sus ideas eran absurdas. Quizás la cosa más
tonta de la que habló, y que es algo asociado con él, es la envidia del pene. La
envidia del pene es una explicación del desarrollo; la idea es que en algún
momento de su desarrollo, la niña descubre que ella no tiene pene; para ella esto
es catastrófico porque, según Freud, deduce que ha sido castrada. Esto le lleva a
acercarse al padre buscando un sustituto del pene —él tiene uno— y rechaza a la
madre por ser como ella. Freud denomina esto el complejo de Electra. Si esto es
todo lo que sabes sobre la obra de Freud, si lo relacionas solo con la envidia del
pene o los símbolos fálicos o su interpretación de los sueños, no se merecerá tu
admiración. Pero en la base de la obra de Freud encontramos un conjunto de ideas
de gran importancia y relevancia que hay que tomarse muy en serio. Estas son las
ideas de la motivación inconsciente, que hay razones subconscientes para
nuestras emociones y acciones, así como la idea de las dinámicas
inconscientes, que no eres solo una entidad, que hay muchas entidades en ti y el
choque de todas ellas en tu mente, en tu cerebro, tiene consecuencias que te
llevarán a sueños, a errores en el habla, al tipo de bromas que haces y lo que
encuentras gracioso, y en algunos casos a la locura. Freud no fue el primero en
creer en las motivaciones inconscientes, las razones inconscientes o las dinámicas
inconscientes. Encontramos muchas de estas ideas en otros intelectuales, como en
las obras de William Shakespeare, pero Freud lo llevó a un extremo, lo sistematizó
e hizo de ello una ciencia. La primera idea, las razones inconscientes, la motivación
inconsciente, es un rechazo de la idea tan extendida de que sabemos lo que
hacemos. Imagina que te enamoras de alguien y quieres casarte, e imaginemos
que te preguntan por qué; puedes responder que estás listo para contraer
matrimonio, que ya es hora, que te gusta la persona, que quieres pasar tu vida con
ella, y quizás eso sea cierto, pero un freudiano te diría que hay deseos y
motivaciones que controlan tu cerebro y que puede que desconozcas. Quizás
quieres casarte con John porque te recuerda a tu padre o porque quieres vengarte
de tu madre, quien te traicionó, o alguna otra razón, Y si alguien te dijera esto, tú
lo negarías. Lo negarías y dirías que esa no es la razón. Pero un freudiano no lo
aceptaría. Un freudiano diría que estos procesos, estas motivaciones, estas
razones, son inconscientes y suceden sin que te des cuenta. Esta idea de que no
sabes cómo funciona tu mente, de que no tienes acceso a los sistemas que
provocan tus experiencias, tus creencias y acciones, es algo que aceptamos en
otros campos de la psicología como la comprensión lingüística o la percepción
visual, y hablaremos de esto después y de las diferentes teorías sobre cómo
llegamos a entender una lengua o ver el mundo. Proponen todo tipo de cosas de
las que tú no eres consciente, y tu dirás que bien, que podemos analizar los
méritos de cada teoría. Pero asusta asumir que este sistema inconsciente opera a
la hora de explicar las elecciones claves de tu vida. El caso del matrimonio es
extremo, pero hay otros ejemplos más sencillos. ¿Alguna vez te ha gustado
alguien, o no te ha gustado, sin razón aparente? Notas una atracción fuerte hacia
esta persona o te parece repulsiva, pero si tienes que argumentar la razón eres
incapaz. ¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que te preguntabas
qué estabas haciendo o por qué dejaste que algo te pasara? Y de nuevo no
encuentras una razón. ¿Alguna vez te has olvidado el nombre de alguien en el peor
momento?"Esta es mi mujer, eh... ummm". Y luego te preguntas por qué se te
olvidó. ¿Alguna vez has olvidado una cita? Esos casos son una base intuitiva para
la teoría de Freud. ¿Alguna vez te has olvidado de una cita a la que no querías
ir? En vez de no ir, simplemente permitiste que se te olvidara. Esto sugiere que en
nuestra mente hay cosas de las que somos conscientes. Y esto es lo que Freud
denominó el inconsciente. Esto podría estar bien si el inconsciente fuera un
ordenador racional que planifica por ti y hace lo correcto, pero según Freud no hay
siempre tanto orden. Para Freud hay tres procesos distintos que ocurren en tu
cabeza y están en un conflicto interno continuo. Estos procesos son el "id" (ello), el
"ego" (yo) y el "superego" (superyó). El "id" está presente al nacer. Es nuestra
parte animal. Quiere comer, beber, defecar, orinar, obtener calor y placer
sensual. Es estúpido. Funciona de acuerdo a lo que Freud llama el principio del
placer: quiero satisfacción y la quiero ahora. El problema es que el mundo no
funciona así. Nuestros deseos, incluso de niños, rara vez se satisfacen de
inmediato. Podrías querer leche, pero el pecho de la madre no está ahí, y este
fracaso del mundo para darte lo que quieres conduce a unas reacciones, a otro
sistema diferente en la mente llamado el "ego". El "ego" tiene conciencia de la
realidad y la lógica. El "ego" funciona según el principio de la realidad; trata de
satisfacer tus deseos de forma pragmática o los suprime. Pero se ocupa de la
manera en la que es el mundo y lo adapta a lo que tú quieres. Para Freud tú eres
tu "ego". Tu "ego" es tu ser consciente. Y ahí es donde emerge la conciencia. A lo
largo del día, a medida de que piensas en cosas, recuerdas cosas y haces
planes, eso lo hace tu "ego". Si eso fuera todo, si solo hubiera un "id" y un "ego" el
mundo sería más sencillo, pero también tenemos el "superego". El "superego" es la
parte de la mente que ha internalizado las reglas de la sociedad. Imagina un niño
que aprende a no hacer trampas en la escuela. Podemos decir que el niño aprende
que si copia puede ser castigado: te pillan y tendrás problemas. Es típico del
"ego". Puedes reprimir tus deseos de copiar porque te preocupan las
consecuencias, pero lo que pasa es que internalizas estas reglas morales y
acabas creyendo que no deberías copiar porque está mal. Te sentirías culpable o
avergonzado si copiaras. No está solo el miedo a las consecuencias, sino que llegas
a distinguir lo que está bien de lo que está mal. El "ego" entonces tiene dos
amos. Se encuentra entre unos deseos animales desenfrenados, el "id", y una
conciencia moral, el "superego". Es tentador pensar si lo explico así que el "id" es
estúpido y animal y el "superego" es avanzado y civilizado, pero no es tan
sencillo. Muchas prohibiciones del "superego" se fijan en fases tempranas del
desarrollo y se basan en los prejuicios y creencias de la sociedad en la que
creces, no en una perspectiva moral adecuada. Por ejemplo es posible que
creas intelectualmente que un acto que realizas, un acto sexual por ejemplo, es
perfectamente moral, pero tu "superego", que se desarrolla en la infancia, puede
rebelarse. Es irracional pero puede gritarte que deberías avergonzarte: "Eso es
asqueroso. Es horrible". Parte de lo que hacemos en la vida, parte de nuestra
lucha, es el conflicto entre el "id" y el "superego" y, en cierto modo, tu "ego", tú
mismo, estás en medio. Es como un iceberg que en su mayor parte debería estar
sumergido, inconsciente, pero lo que experimentamos es sobre todo "ego" y algo
de "superego". Pero mucho de lo que sucede en el "id" es para Freud
inconsciente; surgen deseos, pero a menudo no sabemos lo que queremos. No
sabemos qué es lo que nos guía, y veremos que es así si estos instintos o deseos
están prohibidos.

Fases de desarrollo

Como puedes ver Freud tiene una teoría del desarrollo. Empezamos como


"id", desarrollamos un "ego" y después un "superego". Pero para Freud esto era
solo el comienzo y posee una teoría compleja que habla del desarrollo de la
mente desde el nacimiento hasta la edad adulta 
y se centra en gran medida en el sexo y la sexualidad y en etapas
psicosexuales. Hay una serie de etapas en las que nos centramos en diferentes
partes del cuerpo en el desarrollo. 
Hay cinco etapas principales, cada una asociada con una parte del cuerpo. Lo que
Freud describió como "fijación" es que si te enfrentas a un problema en una cierta
etapa y si no resuelves los problemas que se presentan en ese estadio, puedes
quedarte atascado ahí, 
fijado ahí, y permanecer ahí como adulto. Lo que esto significa es que de
adulto intentarás obtener placer de maneras que son equivalentes a la forma en
que se obtiene en estas etapas. La primera etapa, a partir del primer año de vida,
es la oral: la boca se asocia con el placer. Los problemas puedes estar relacionados
con la lactancia, por ejemplo destetar a un niño de forma incorrecta puede llevar a
la fijación para Freud. La fijación puede llevar a centrarseen lo oral, a una fijación
oral en la edad adulta. En un sentido literal, esto puede significar que alguien
puede comer demasiado, mascar chicle o fumar. En un sentido más
metafórico, pueden ser dependientes, necesitados. La etapa siguiente es la anal,
desde el primer año al tercero. Aquí el ano se asocia con el placer, y un reto clave
es aprender a usar el baño. Si esto no se aprende como se debe, para Freud puede
llevar a fijaciones y a problemas. Un adulto que tenga problemas en esta fase de
desarrollo, puede ser compulsivo, limpio, tacaño, "reacio a separarse de sus
heces", dirá Freud metafóricamente. Esto se ha mantenido en la lengua, y en
inglés podemos decir "he's so anal" si se obsesiona por todo, si es muy limpio, si
todo tiene que estar perfecto. Luego tenemos la etapa fálica, donde el placer se
centra en los genitales. Aquí hay varios retos. Para Freud la fijación en esta etapa
puede llevar a una masculinidad exagerada en los hombres y a una búsqueda de
atención o de dominio en las mujeres. Para los niños el hecho clave de esta etapa
es lo que Freud llamó el Complejo de Edipo, basado en la historia del rey que mató
a su padre y se casó con su madre. La idea de Freud es que algo similar le sucede
a cada niño en su vida. En esta etapa fálica busca un objeto externo de afecto; se
centrará en su pene y, en un sentido complicado e indirecto, quiere tener un objeto
sexual con el que relacionarse y el candidato obvio es la madre, quien le ama a él
y a quien él ama. Pero el problema es que está ahí el padre, y Freud creía que el
niño desea la muerte del padre; odia al padre y quiere que desaparezca.Lo que es
interesante es que Freud creía que un niño tiene un conocimiento limitado de
cómo funcionan sus ideas y creía que sus pensamientos no son privados, sino
públicos. Y esto es interesante porque hay mucha investigación en la psicología del
desarrollo, de la que hablaremos, que explora lo que piensan los niños sobre su
mente y la mente de los demás y el grado en el que los niños entienden, por
ejemplo, que los pensamientos son privados. Volveremos a eso. Pero Freud creía
que el padre del niño descubriría sus planes y como respuesta lo castraría. Los
niños están aterrorizados; temen la idea de la castración. Por lo tanto la ansiedad
es insoportable y el niño abandona sus planes de seducir a la madre y matar al
padre. Ahora se identifica con el padre. Y pasa al periodo de latencia, en el que
todo está sumergido, la sexualidad está reprimida, no hay mucha
sexualidad. Habiendo sobrevivido al evento de Edipo, el niño se centra en las
aficiones, la escuela y los amigos. Todo aparecerá con fuerza más adelante, en la
pubertad. En la pubertad los sentimientos sexuales resurgen y los adultos sanos
encuentran placer en las relaciones sexuales y en otras actividades. Los adultos
con fijaciones, aquellos que por alguna razón tienen problemas con la lactancia
materna o con aprender a usar el baño o con la separación de los padres ver como
su energía queda atrapada en las etapas iniciales y se pasan la vida batallando con
problemas que deberían haber resuelto, con un poco de suerte, durante su
desarrollo. Mencionaré una frase muy bonita: "Amor y trabajo". No es una cita de
Freud. No he conseguido descubrir de dónde viene. Pero la idea es que lo más
importante en la vida es el amor y el trabajo. Las relaciones románticas y sexuales
junto con las amistades se combinan con una lucha para conseguir cosas,
interactuar con los demás y explorar la vida: parece una frase bonita, "amor y
trabajo", parece resumir muchas cosas.

Mecanismos de defensa

Imagina que sobrevives estas etapas del desarrollo y eres ya un adulto. Todavía no


estás libre de peligro. Hay todo tipo de retos y dificultades ahí. Un problema es que
tu "id" está enviando todo tipo de deseos extraños, enfermizos, sexuales y
violentos, y son prohibidos por el "superego". No es solo que no puedes actuar
según ellos, ni siquiera deberías pensar en ellos. Por lo tanto son
reprimidos. Imagina una metáfora: si empujas algo hacia abajo, como agua que
surge de una fuga en el suelo y pones toallas encima... algo así. Algo de lo
reprimido, como en mi bonita metáfora, se derrama, es imposible contenerlo
todo. Para Freud "se derrama" en bromas, lapsus y sueños. Pero para Freud
también hay otras maneras de hacer frente a estos deseos, otras formas de
controlarlos que son las que denomina "mecanismos de defensa": defienden al
"ego" de todo lo negativo que llega desde el "id". Estarás familiarizado con
algunos. Tendemos a usarlos en la lengua cotidiana,otroejemplo de la influencia de
Freud. El desplazamiento: dirigir los pensamientos indignos a objetivos más
apropiados. Imagina un niño que odia a su padre y eso es inaceptable, no hay que
odiar al padre. En vez de eso, acosa a otro niño o da una patada al perro. Redirige
la ira y el odio hacia su padre a un objetivo más apropiado, más aceptado. La
sublimación: tomas los deseos inaceptables y los desplazas a actividades de mayor
valor. Alguien que tiene unos fuertes deseos sexuales no permitidos puede dedicar
mucha energía a su trabajo o los estudios. La proyección: nos defendemos de la
ansiedad tomando estos impulsos que tenemos y de los que nos avergonzamos y
atribuyéndoselos a otros. Imagina una mujer con fuertes deseos homosexuales a
quien, debido a la forma en que fue criada, el "superego" le dice que son
inaceptables e inapropiados. Serán inconscientes para ella, pero creerá que otras
mujeres se sienten atraídas sexualmente hacia ella. O puede que no te guste
alguien que te tendría que gustar, y te dices, "madre mía, esta persona me
odiará". Esos sentimientos tuyos que te avergüenzan son inaceptables, y los
proyectarás sobre otra persona. La racionalización: tienes unos pensamientos que
te provocan ansia y los racionalizas para que parezcan más aceptables. Por
ejemplo alguien puede sentir placer, un padre puede sentir placer físico si castiga
físicamente a sus hijos, pero nadie quiere pensar algo así de sí mismo, y se dirá a
si mismo, se convencerá a sí mismo al nivel de su "ego" de que lo hace por su
bien. Es cierto que racionalizamos muchas de las cosas que hacemos y nos
disgustan. La regresión: esto se observa en los niños. La idea es que ante ciertos
deseos que provocan estrés y llegan desde el "id" pueden retrotraerse a un
comportamiento propio de una etapa anterior. Vemos esto cuando un niño actúa
como si fuera mucho más pequeño. La formación reactiva, que está bien y es poco
intuitiva: sustituyes deseos y fantasías turbadores con sus opuestos. Puedes
expresar que amas a una persona, que es tu favorita, para ocultar el hecho de que
no te gusten, que en realidad las odies. Estos mecanismos de defensa de Freud
están presentes en la vida diaria, están ahí siempre. Pero a veces no conseguimos
reprimir los impulsos del "id" y entonces habrá problemas serios. Tendremos lo
que Freud denomina "histeria". La histeria, para Freud, son esos síntomas que
aparecían con frecuencia en tiempos de Freud y que ahora se manifiestan de otras
formas, como la ceguera, la sordera, sin una causa física; la parálisis, los
temblores, las crisis de pánico, lagunas de la memoria como la amnesia, etc. Para
Freud estos son solo síntomas. Son modos en los que mantenemos nuestros
impulsos, nuestros recuerdos, nuestros deseos, bajo llave. Ocultamos todo lo que
está prohibido bajo llave. El ejemplo más sencillo: has sido víctima de algo
horrible, algo que hiciste, algo que viste y que no soportas, y por lo tanto lo
olvidas. Tienes amnesia, lo bloqueas. Freud creía que cuando se recuperan estos
recuerdos, cuando los impulsos se revelan, se llega a lo que él denomina la
catarsis, una liberación de emociones reprimidas. Entonces, cuando tratas estos
síntomas de histeria, quieres hacerlo de maneras que favorezcan la catarsis. Freud
en un principio intentó hacerlo con la hipnosis, pero después usó la libre
asociación, que es una herramienta que empleó. En la libre asociación es le das
una palabra a alguien quien dirá algo como reacción a una velocidad tal que no
tiene tiempo para censurarse. En teoría comprendes de verdad lo que tiene la
persona en su mente sin los filtros que imponen el "ego" y el "superego". Un
ejemplo: si en una sesión yo digo "perro" y tú "gato"; yo "almuerzo" y
tú "bocadillo", yo "madre" y tú "sexo", bueno, te sentirías avergonzado y te
resistirías... Dirías "no, no quise decir eso". Y no irás a la siguiente cita, te
enfadarás con el terapeuta: todo esto es parte del psicoanálisis. Freud usó estos
métodos y muchos otros para explorar los conflictos internos y lo que sucede en el
psicoanálisis y su éxito a la hora de interpretar a la gente es un tema del que
hablaremos al final del curso.

Valoracion cientifica de Freud

Esto ha sido un resumen de los aspectos más importantes de la teoría de


Freud. Pero como ya he dicho el alcance de esta teoría es considerable. Por
ejemplo en cuanto a los sueños, defendía que eran una realización de los deseos, y
él diferenció lo que llamó "sueño latente" del "sueño manifiesto", el sueño tal como
es y el sueño como se experimenta y se recuerda. 
Habló mucho del simbolismo de los sueños. La interpretación de los sueños es algo
que tiene una muy larga tradición pero Freud la sistematizó y, en cierto modo, le
dio una perspectiva más científica. Freud habló de los mitos literarios, de los que
decía que a menudo cosas como los cuentos de hadas expresaban aspectos del
inconsciente y capturaban algunos temas universales. Desarrolló una teoría sobre
el origen de la religión, ligándola a cosas como el deseo de una figura paterna y
aspectos m´´ás amplios de la humanidad, conectándolo a su teoría general sobre
el origen de la civilización. Si estás interesado en sus obras, es un conjunto de
conocimientos muy rico de ideas para explorar. Hasta ahora hemos hablado de lo
que Freud dijo, pero ahora abordaremos la cuestión de cuánto de todo esto es
cierto y cuánto es ciencia. Porque hay dos formas de rechazar una teoría. Una
teoría puede estar equivocada o contener muchas afirmaciones erróneas. Por
ejemplo, si pensabas que trastornos como la esquizofrenia o el autismo eran
causados por una mala crianza, bueno, eso es una teoría. Sin duda es errónea, hay
demasiadas pruebas en contra. Otro problema es que una teoría puede ser
demasiado vaga para ser verificada: podría ser solo un cuento. Se cuenta que un
médico criticó el trabajo de un colega diciendo "No tiene razón, ni siquiera está
equivocado". Lo que los científicos aspiran a hacer es al menos
equivocarse, proponer teorías tan específicas y comprobables que pueda
demostrarse su falsedad. El filósofo Karl Popper habló sobre su idea de la
falsabilidad. Señaló que lo que distingue la ciencia de lo que no es ciencia es que
las predicciones científicas hacen fuertes declaraciones sobre el mundo y corren el
riesgo de que se demuestre su falsedad. Es decir, él argumentaba que sabes que
algo es ciencia real cuando hay formas de demostrar que lo que dice es
falso. Supongamos que vamos a hacer declaraciones así: Los daños en la parte del
cerebro llamada el hipocampo causan fallos en la memoria implícita pero no en la
memoria explícita. O: En cualquier parte del mundo, los hombres prefieren, en
promedio, tener más parejas sexuales que las mujeres. O: La exposición a
imágenes violentas en televisión hace a los niños más violentos. O: La ingestión de
ciertos medicamentos puede aliviar los síntomas de la esquizofrenia. ¿Son ciertas o
falsas? Discutiremos cada una de estas afirmaciones más adelante en el curso, y
también explicaré qué son la memoria implícita y la explícita. Pero el asunto aquí
es que estas son cuya falsedad puede demostrarse. Son cosas de la ciencia; son
declaraciones interesantes y sustantivas. Muy pocos filósofos ahora estarían de
acuerdo con la afirmación de Popper de que la falsabilidad es el criterio
absoluto para distinguir la ciencia de la no-ciencia, pero sí que estarían de acuerdo
en que si la afirmación es demasiado vaga para ser refutada, o demasiado
escurridiza para probar su falsedad, entonces puede que no se trate de una teoría
científica para empezar. Yo soy Capricornio y este es mi horóscopo para el día: "Tu
energía está centrada hoy en el trabajo, quizás demasiado. Es un buen
momento para hacer tu trabajo pero asegúrate de que tu relación no sufra por
esto". El problema con este horóscopo no es que este equivocado, pero es tan
vago que no puede estar mal, dependiendo del significado de 'trabajo'. Siempre
habrá algo de verdad al decir que tus energías se centraron demasiado en el
trabajo, y el consejo es tan banal y vacío que no puede pasar nada que te lleve a
decir que fue un mal consejo, que no debí haber hecho eso. Prefiero los horóscopos
que obtuve de la revista satírica "The Onion": "No hay peor destino que morir
solo. Afortunadamente estarás rodeado de cientos de pasajeros en el avión cuando
suceda". Y parte de la gracia —junto con lo tenebroso del hecho y su honestidad
— es que es específico. Es un horóscopo específico y nunca se ve eso, y esto es
algo que podría ser falso. Si un científico me dijera que tienen una teoría del
comportamiento futuro y predijera cómo va a morir la gente y acierta, yo diría que
es una ciencia creíble. Así que si volvemos a Freud, una de las principales
acusaciones de la teoría freudiana es que es infalsificable. Se basa mucho en
anécdotas, en descripciones de casos clínicos y de hecho el ambiente terapéutico
en sí tiene un grado de infalsificabilidad. Imagina que hablas con un terapeuta y tu
terapeuta... Supongamos que tienes la suerte de ser tratado por Freud, y te dice
que odias a tu madre. Si el paciente dice: "Vaya, qué perspicacia, es verdad". El
terapeuta dirá: "Tengo razón, esto me avala". Pero supongamos que el terapeuta
freudiano te dice que odias a tu madre y el paciente se indigna y dice que
"no", que eso es algo horrible, Freud podría decir: "Tu enojo demuestra que esto es
dolorosa para ti, lo has reprimido de la conciencia. Yo tengo razón".Y cuando estás
con alguien que tiene una explicación freudiana, la causa última de tus problemas
es tu ansiedad. Cuanto más serio sea el problema, no podría demostrarse nunca
que la explicación no es correcta. Si no puedes demostrar que es falso, no es
ciencia; y además no es muy interesante. En realidad muchos freudianos y muchos
de los que han sido influidos por él  han intentado tomar sus ideas y convertirlas
en declaraciones empíricas refutables. Y mucho de lo que hemos dicho en esta
sesión puede ser probado. Por ejemplo, si Freud tiene razón, tu experiencia de la
lactancia materna debe servir para predecir tu personalidad con fiabilidad más
tarde. Si Freud tiene razón, tu experiencia de aprendizaje debe ser predecir de
forma fiable tu experiencia más adelante. Si Freud tiene razón, si creces en una
familia monoparental o no, o si te crían un hombre y una mujer o dos hombres o
dos mujeres, debería afectarte en cuanto al complejo de Electra, al complejo de
Edipo, etc. Freud hizo postulados en cuanto a la preferencia sexual y muchas sobre
el éxito del psicoanálisis. Muchos de los freudianos defenderían que hay que ver si
de verdad funciona, que el psicoanálisis se basa en un análisis freudiano de lo que
está sucediendo, y si el análisis freudiano es correcto, se espera que este
tratamiento sea más potente que cualquier otro para curar los problemas de la
gente. Lamentablemente muchos creen que no lo es.

Tomando a Freud enserio

Aunque el psicoanálisis tiene admiradores y algunos defenderían su utilidad, ya no


se lo considera el tratamiento preferido para los problemas psicológicos y muy
pocas de las teorías freudianas, como la del control de esfínteres infantil, han sido
correctas. Por esta razón en las facultades universitarias y los laboratorios no se
habla tanto de las teorías de Freud. En ocasiones alguien viene a verme a Yale y
me pregunta qué tipos de cursos ofrecemos sobre Freud, y les digo que la verdad
es que no tenemos ninguno. En la universidad se habla más de Freud en la
facultad de Inglés que en la de Psicología. Sus ideas, sus teorías, no son
consideradas lo suficientemente científicas o certeras como para merecerse un
estudio detallado. Para estudiante de psicología que haga su licenciatura en
Yale, posiblemente esto sea todo lo que oiga sobre Freud. Las teorías de Freud no
se toman en serio en la investigación de psicología contemporánea. ¿Por qué
pasamos tanto tiempo hablando de él? Una de las razones es que la influencia de
Freud ha sido extraordinaria. Ha tenido una influencia enorme en especial en la
psicología clínica. Cuando en la próxima sesión hablemos de Skinner y el
conductismo, entenderemos mejor esa tradición si la vemos como una reacción a
Freud. Además Freud tuvo una influencia tremenda en cómo entendemos la mente
tanto los psicólogos como los no psicólogos. Otra razón es que si bien la inmensa
mayoría de sus ideas no se toman en serio, Freud tenía mucho que decir. Yo creo
que Freud fue brillante e importantísimo, y un intelectual muy perceptivo, e incluso
si rechazamos la mayoría de sus ideas, quizás algunas de ellas tengan
permanencia. Por ejemplo las ideas de Freud sobre los sueños tienen
resonancia; los expertos no se ponen de acuerdo en si los sueños tienen algún
significado, pero muchos científicos creen que esa idea de que los sueños tienen
un significado oculto —una idea antigua a la que Freud dio mucha importancia
— tiene algo de verdad. Otros neurocientíficos intentan relacionar los conceptos de
Freud del "id", el "ego" y el "superego" con ciertas partes del cerebro. Creo que no
te equivocarás si lees a Freud con la idea de preguntarte de manera
escéptica, cuidadosa y analítica si "mucho de esto es falso". Pero una parte puede
tener algún valor y deberíamos analizar con atención con qué partes queremos
quedarnos. Sobre todo esa gran idea de Freud, la idea de un inconsciente
dinámico, sigue intacta. De hecho, en las sesiones siguientes hablaremos de
múltiples aspectos de la mente: el lenguaje, el prejuicio, el desarrollo y las
emociones. 

Skinner

En la última sesión hablamos de Freud. Ahora quiero hablar de alguien


que posiblemente es el segundo psicólogo más famoso, B.F. Skinner. Hay una
diferencia importante entre estos dos estudiosos. Freud inventó el psicoanálisis
desde cero. Pero para Skinner la situación fue un poco diferente. Las ideas ya
estaban ahí gracias a gente como John Watson. Skinner llegó después, pero lo que
hizo fue "empaquetar" estas ideas, las desarrolló y las presentó como una teoría
clara, la teoría del conductismo, a la comunidad científica y al público e
general. Freud fue famoso en vida y después y Skinner también. En los años 60 y
70 dominó la vida intelectual americana con una teoría muy radical e
interesante. El conductismo se centra en tres ideas. La primera es su énfasis en el
aprendizaje, un rechazo de las ideas y cualidades innatas. Para Skinner todo lo que
sabemos y todo lo que somos es resultado de la experiencia. No existe la
naturaleza humana. Somos infinitamente maleables. Antes de Skinner esta idea
fue muy bien expresada por John Watson, quien dijo: "Dadme una docena de niños
sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de
ellos al azar y adiestrarlo y convertirlo en un especialista de cualquier tipo: médico,
abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o
ladrón independientemente de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes,
vocaciones y raza de sus antepasados". Se entiende el atractivo de esta
perspectiva; en un sentido muy tradicional es una visión muy liberal porque
defiende que uno puede convertirse en cualquier cosa; y Watson apuntó a que la
raza, y podemos añadir el género, es irrelevante: el entorno lo es todo. Cada uno
de nosotros tiene posibilidades infinitas. Otro tema del conductismo es el
antimentalismo. Los conductistas insistían en que se ocupaban de la ciencia. En
gran parte podemos entender el conductismo como una reacción contra los
excesos de Freud. Freud propuso todo tipo de cosas absurdas e
invisibles: mecanismos de defensa, el "id", el "superego", el complejo de
Edipo... Todo esto estaba en nuestra mente y se haría visible de maneras
extraordinariamente indirectas. El conductista insistía en "hacer ciencia", y para
ser científicos había que alejarse de todo aquello sin base científica de lo que
hablaba Freud, incluso cosas sin base científica —para el conductismo— como los
deseos, las metas, las creencias, las emociones... y centrarse en las cosas
observables como los estímulos, respuestas, rasgos del entorno, etcétera. Solo así
podremos ser una verdadera ciencia. La tercera idea del conductismo es que no
hay diferencias entre las especies. Quizás los conductistas acepten que un ratón
no aprenderá con la rapidez de un humano; una paloma tiene unas capacidades de
aprendizaje diferentes a las de un niño, pero, en su mayor parte, los principios del
aprendizaje, y de esto hablaré después, los principios propuestos por los
conductistas son comunes a todas las especies. Es decir, la única diferencia entre
una persona y un ratón, en lo que saben, está en la situación en la que se
crían. Como imaginarás, esta idea es radical, impactante y muy interesante.
Habituación

Para un conductista hay tres mecanismos principales de aprendizaje para explicar


todo 
lo que conocemos del mundo. El primero, fácil de describir, se llama
habituación. Un conductista la define como la tendencia decreciente a responder a
estímulos familiares debido a la exposición repetida. Es una manera sofisticada de
decir que nos acostumbramos a las cosas, que podemos reaccionar con fuerza
ante algo que experimentamos por primera vez, pero que si la experimentamos
una y otra vez, reaccionaremos con menos fuerza. Nos acostumbramos al tictac de
un reloj, al ruido del tráfico, de los trenes. Si a mitad de la clase de repente digo
¡buuh!, quizá os asustéis. Pero si lo digo una vez y otra vez, ya nos os sorprenderá
más. Os habréis acostumbrado. Eso resulta ser un mecanismo psicológico de gran
utilidad, porque lo que hace es mantenernos concentrados en lo nuevo. Algo que
ya lleva un tiempo en el ambiente no debería captar nuestra atención
demasiado. Ya lo hemos grabado, ya hemos pensado en ello. Pero algo nuevo
podría ser importante y podría ser peligroso, por lo que vale la pena prestarle
atención. Cuando era joven trabajé en una fábrica de laminados metálicos mucho
tiempo. Era increíblemente ruidosa con chispas que saltaban, con máquinas en
movimiento y, al principio, todo eso me llamaba la atención, pero me acostumbré
bastante pronto. Pero si sucedía algo nuevo, un ruido nuevo o una máquina que se
movía de modo diferente, me llamaba la atención y así debía ser, porque indicaba
que estaba sucediendo algo distinto. De manera similar, a cualquiera de nosotros
en nuestro entorno, lo nuevo nos llama la atención, lo viejo menos, porque ya lo
conocemos. La adaptación resulta ser un mecanismo de aprendizaje de gran
importancia. Sin él, no creo que pudiéramos sobrevivir en el mundo. En la próxima
lección vamos a hablar de la psicología del desarrollo de una manera
distinta, observando su papel en experimentos que los psicólogos han diseñado
para explorar las mentes de niños e incluso bebés.

Condicionamiento clásico

El segundo mecanismo de aprendizaje se llama condicionamiento clásico. Los


conductistas lo describen como el aprendizaje a través de la asociación entre un
estímulo y otro. 
Podemos ilustrar mejor este mecanismo con el famoso experimento del fisiólogo y
Premio Nobel Ivan Pavlov. Pavlov ganó el Nobel por sus estudios en fisiología de la
digestión. Para realizar su investigación, recogió saliva de perro con un
aparato. Pero se dio cuenta de que aunque el perro producía saliva en respuesta a
la comida, como esperaba, también empezaba a salivar si alguien entraba en la
habitación con la comida, o al ver el plato. Con el fin de averiguar el porqué, Pavlov
tocaba una campana y después le daba la comida al perro. 
Tras repetir el toque en este proceso: comida, campanilla, comida, campanilla... el
perro empezó a salivar solo con oír la campanilla. Realmente curioso. Podemos
explicar los detalles y lo que significa el experimento, pero es un ejemplo perfecto
de una casualidad del destino en ciencia: de un científico que busca una cosa y
descubre otra, y es lo bastante inteligente y brillante como para pensar: "¡Vaya,
aquí pasa algo muy interesante!" Es una razón entre un millón por las que la
ciencia es genial. Así que esta es la lógica del condicionamiento clásico y el
vocabulario con el que se describe. Empezamos con el estímulo neutro. En el
experimento de Pavlov es la campana. La campana no evoca nada; es neutral. El
perro oye la campana y no hace caso. También tenemos el estímulo y la respuesta
incondicionados. Aquí, la comida y la saliva. La idea es que antes del
aprendizaje ya existen, ya sea de forma innata o se ha aprendido en el pasado. Lo
cierto es que el perro empieza a salivar al ver la comida. Así que tenemos dos
cosas: la campana, un estímulo neutro que no origina respuesta de por sí y la
comida, un estímulo incondicionado que lleva a una respuesta
incondicionada. Tenemos también el condicionamiento: nuestro aprendizaje. En el
condicionamiento, lo que se hace es relacionar la campana con la comida. Se
relacionan el estímulo neutro y el estímulo incondicional. El estímulo incondicional
originará una respuesta incondicional, y el estímulo neutro se combinará con este
estímulo. Y lo mejor es que, con el tiempo, si se repiten los ensayos con los dos
tipos de estímulos, la campana pasará pronto de ser un estímulo neutral 
a ser un estímulo condicionado, y se creará una respuesta condicionada. Un
ejemplo: imagina que vas al dentista por primera vez y que, cuando el taladro
perfora tus dientes, sientes tanto dolor que te encoges. El taladro suena como un
zumbido. En principio, este zumbido es un estímulo neutro, como la campana. Lo
oyes y te da igual. No hay respuesta. Pues bien, la presión del taladro en tus
dientes es un estímulo incondicionado, que causa una respuesta incondicionada de
encogimiento, retirada, dolor, etc. El condicionamiento se producirá debido a que,
cada vez que el dentista presione el taladro sobre tus dientes de forma
dolorosa, oirás el sonido del taladro. Y, por la acción del condicionamiento
clásico, con el tiempo 
en cuanto oigas ese sonido, aunque no sea en tus dientes, te encogerás y retirarás
instintivamente. Por tanto, la lógica del condicionamiento clásico es que la
repetición de pares de un estímulo neutral y uno incondicionado transforma el
estímulo neutral en condicionado que provoca una respuesta condicionada. Los
conductistas hablan de ensayos reforzados. Los ensayos reforzados son los que
combinan el estímulo condicionado y el incondicionado. La campana y la
comida, el sonido del taladro y el taladro, y esto aumenta la conexión. Así es como
tiene lugar el aprendizaje. Hay también ensayos no reforzados. En estos
ensayos hay el estímulo condicionado sin el incondicionado, lo que disminuye la
asociación en el aprendizaje. Gradualmente, la asociación se va
extinguiendo. Imagina que tocas la campana ante el perro de Pavlov, pero sin
darle comida para que salive. Y lo haces repetidamente. Con el tiempo, el perro
produce cada vez menos saliva. Si oyeras el sonido del taladro sin sufrir dolor, por
mucho que lo oyeras, cada vez responderías menos a ese estímulo. Es decir, el
mundo cambia. Imaginas que dos cosas que están conectadas deberían producir la
misma respuesta. Pero pueden llegar a no asociarse y debes bastante flexible para
aprender a no producir la misma respuesta. A esto se le llama extinción. Así que el
condicionamiento clásico posee un extenso campo de aplicación. Los métodos del
condicionamiento clásico sirven para enseñar a cualquier animal, no solo
perros, gatos, chimpancés, caballos y animales por el estilo, sino a animales como
cangrejos, pescado o cucarachas. Cualquier criatura puede aprender la relación
entre estímulos de tipo diferente. 
Así que un estímulo que al principio no causaba ninguna respuesta, como un
sonido o un destello de luz, puede llegar a producir cierto tipo de reacción. Con
respecto a las personas, se ha sostenido que el condicionamiento clásico juega un
rol en todo tipo de cosas. Por ejemplo, podemos imaginar su papel en la
adquisición de fobias. Algo que al principio no te importaba, algo que no te
asustaba, como un perro, puede llegar a asustarte si lo asocias a una experiencia
dolorosa.Si imaginas algo como en la película "La naranja mecánica" en la que
torturan al protagonista y en medio de las torturas 
él oye música clásica y asocia esta música con el sufrimiento por lo que pronto
rechaza la música clásica. Desde una perspectiva positiva, el condicionamiento
clásico es la lógica que subyace a tratamientos de fobias. Imagina que tienes fobia
a las serpientes, te espantan, tanto que el miedo arruina tu vida. Un modo de
tratarlo sería a través de la llamada desensibilización sistemática: se te expone a
imágenes de serpientes en un contexto seguro usando a la vez técnicas de
relajación o en ciertos casos drogas que te ayudan a relajarte. Con el tiempo, este
condicionamiento clásico el estímulo te produce la misma respuesta de relajación
que la droga o técnica de relajación. Así que puedes llegar a asociar estímulos que
rechazabas con otras cosas. Se puede ver un condicionamiento clásico en la
reacción al hambre, no es que seamos el perro de Pavlov, pero a ciertas horas del
día o situaciones que nos suscitan hambre no porque sean cosas cosas que en sí
provocan hambre sino porque las hemos asociado al hambre. Si pasas delante de
nuestro restaurante favorito o ves un anuncio en la tele con imágenes de envases
de comida o cosas que asocias con tu comida favorita puede que sientas hambre o
te provoque adicciones. Puede entrarte un deseo enorme de fumar o consumir
alcohol o heroína si se te pone en una situación que se asocia normalmente con
cigarrillos, alcohol o heroína. Con el condicionamiento clásico, pueden despertarse
apetitos de formas curiosas. Hemos sacado esto de unas líneas escritas sobre la
teoría de fetiches en la que hay gente a la que le excitan cosas como los zapatos.
Podemos imaginar una historia en la que logras satisfacción sexual de forma
convencional pero también te fascina ese par de zapatos, y asocias las dos cosas a
través del condicionamiento clásico de modo que el placer del orgasmo se asocia
con los zapatos y los zapatos pasan a ser el estímulo que produce una respuesta
condicionada respecto al interés sexual. Es una teoría algo loca, por una parte no
explica por qué algunas cosas como los zapatos son fetiches sexuales mientras
que otras cosas que ves durante el acto sexual como relojes o el ventilador del
techo no se convierten en fetiches sexuales. Por otra parte, para aprender algo a
través del condicionamiento clásico hace falta una exposición repetitiva. Es difícil
imaginar cómo sucede esto. Aun así, hay gente que defiende el papel del
condicionamiento clásico en el placer y la satisfacción sexual. De hecho, hay un
tratamiento para la pedofilia, controvertido, pero es un tratamiento, consiste en
enseñar al pedófilo a tener fantasías controladas durante la masturbación, cambiar
la asociación del placer sexual con el control y violencia hacia los niños por otras
interacciones más morales y apropiadas. ¿Qué es el condicionamiento clásico?He
descrito el fenómeno, cómo sucede, ¿pero en qué se basa? La idea es que es un
mecanismo de adaptación que te hace consciente de señales de un evento que va
a suceder y el fin de esta sensibilización es prepararte para el evento. Así que la
base del condicionamiento clásico es hacernos sensibles a señales que nos
preparan para algo. Esto explica de forma elegante dos cosas interesantes: Una:
¿cuál es el momento ideal para establecer la conexión entre el estímulo
condicionado y el incondicionado? Digamos que el estímulo condicionado es la
campana y el incondicionado la comida, o el condicionado el taladro y el
incondicionado el dolor y el sonido del taladro. Lo cierto es que no es mejor cuando
son simultáneos sino cuando el estímulo condicionado aparece justo antes del
incondicionado. Tiene sentido si piensas que el sistema neurológico subyacente al
condicionamiento clásico se crea para que estés preparado y te anticipes. Y la
respuesta condicionada suele ser preparación para el estímulo
incondicionado. ¿Por qué el perro saliva cuando oye la campana? Es lo que hace
cuando va a recibir comida. ¿Por qué te encoges al oír el sonido del taladro? Es lo
que haces cuando están a punto de perforar tu muela. Así que el condicionamiento
clásico es un mecanismo de preparación y de adaptación inteligente para la mente
que evoluciona desde cómo encarar el mundo a lograr la mejor solución.

Condicionamiento instrumental
El tercer y último mecanismo de aprendizaje que comentaremos es el
condicionamiento instrumental, también conocido como condicionamiento
operante. Es el aprendizaje de la relación entre acciones y recompensas y
castigos. Es aprender lo que funciona y lo que no, cuáles de tus acciones conducen
a resultados positivos y cuáles no. Es muy diferente del condicionamiento
clásico. El condicionamiento clásico es pasivo. Te sientas y observas cómo
interactúan los estímulos, respondes a ellos, y como resultado de la coincidencia
de, digamos,la campana y la comida, aprendes cosas. El condicionamiento
instrumental u operante se basa en tus propias acciones. Actúas sobre el mundo y
la forma en que el mundo trata tus acciones moldea la naturaleza de tus acciones
futuras. Skinner, aunque no concibió la idea del condicionamiento instrumental, se
basó en él. Su principal programa de investigación teórica y experimental se
enfocó en la medida en que el condicionamiento operante puede dar forma a la
conducta de los humanos y otros animales. Los fundamentos teóricos
del condicionamiento operante fueron establecidos por el psicólogo Edward
Thorndike. Thorndike se dio cuenta, en estudios con animales, que estos no
parecían aprender a través de la percepción inmediata, sino más bien a través de
una serie de actividades al azar que hacían cada vez mejor. Su ejemplo fue poner
un gato en una caja rompecabezas. En este vídeo se explica lo que hizo
Thorndike. >> ¿Cómo se aprende una habilidad nueva? Esa fue una cuestión que
empezó a fascinar a Thorndike. Para responderla, construyó varias cajas
rompecabezas ingeniosas, de las cuales los gatos solo podían escapar accionando
pestillos. >> Ahí te metes...

Comenzar la transcripción a la 2 minutos 5 segundos2:05


>> El gato parece muy inteligente en diseñar su salida, resolviendo el problema
con la pata colocada hábilmente y empujando con la nariz.
Comenzar la transcripción a la 2 minutos 27 segundos2:27
Pero Thorndike no creyó que un animal, incluso un gato inteligente, comprenda las
consecuencias de su conducta.
Comenzar la transcripción a la 2 minutos 37 segundos2:37
Cuando colocó por primera vez un gato en la caja rompecabezas, Thorndike no
pudo ver ninguna evidencia de destellos de percepción.
Comenzar la transcripción a la 2 minutos 52 segundos2:52
Las acciones con éxito surgieron primero por azar. Probó quela inteligencia
aparente surgió por prueba y error y usó gráficos para medir la velocidad de
aprendizaje.
Comenzar la transcripción a la 3 minutos 11 segundos3:11
Un gato bien entrenado recuerda rápidamente las acciones que le permiten
escapar hacia la recompensa de comida.
Comenzar la transcripción a la 3 minutos 32 segundos3:32
Si una acción lleva consigo una recompensa, Thorndike pensó que esa acción
queda grabada en la mente.
Comenzar la transcripción a la 3 minutos 44 segundos3:44
En sus tesis, desarrolló sus ideas sobre el aprendizaje, que la conducta cambia
debido a sus consecuencias. Lo llamó su Ley del Efecto, que explicaba cómo
incluso los animales salvajes desarrollan hábitos nuevos. >> El gato logra escapar
de la caja rompecabezas, pero no resolviendo el problema, según Thorndike, sino
haciendo todo tipo de actividades diversas y, al final, una de ellas, en este caso
tirar de la palanca, viene reforzada dando al gato la recompensa que
quiere. Thorndike resumió lo que pasaba como la Ley del Efecto. La tendencia a
realizar una acción aumenta si es recompensada y disminuye si no lo es. La Ley del
Efecto conduce a los animales gradualmente hacia la conducta correcta en ciertas
situaciones. Como dije, Skinner amplió los principios del condicionamiento
operante y lo desarrolló. Voy a ilustrarlo con algunos ejemplos. Supón que has de
adiestrar a un cerdo. ¿Cómo adiestrarías a un cerdo? Lo que harías sería
reforzarlo. Hay dos tipos de refuerzo: el positivo, que le da algo que desea, y el
negativo, que es liberarlo de algo que le molesta. Por ejemplo, si el cerdo... no
sé... lleva encima un objeto pesado y eso es doloroso, podrías recompensarlo
evitándole ese dolor, quitando el objeto. Los refuerzos negativo y positivo son dos
tipos de refuerzo, cosas que se hacen con un animal para aumentar la posibilidad
de su conducta en el futuro; y el castigo es una forma de disminuir la probabilidad
de que un animal tenga una cierta conducta en el futuro. ¿Cómo puede usarse eso
para adiestrar a un cerdo? Si el cerdo hace algo que quieres que haga, puedes
reforzarlo, puedes recompensarlo, y si hace algo que no quieres que haga, puedes
castigarlo. Pero eso es limitado, porque imagina que quieres que el cerdo haga
algo que no haya hecho nunca antes, como bailar. No puedes esperar a que baile
para reforzarlo. Nunca lo hará. Lo que haces es lo que Skinner describió como
modelado. Por ejemplo, cuando el cerdo se mueve de un cierto modo que se
aproxima al baile, le recompensas, y empezará a hacerlo. Cuando se mueve de esa
forma y de otra que se parece a un baile, le recompensas de nuevo. Es decir,
cuando el cerdo se acerca a la conducta que esperas que tenga, lo vas
recompensando. Skinner consideró esto el modelado y lo describió como similar a
la selección natural. No es que de repente a los animales les aparezca un ojo por
evolución y eso les ayude en la supervivencia y la reproducción: eso sería
mágia. La forma en que los ojos evolucionan es que los animales evolucionan
produciendo algo que se parece un poco 
a algo que se parece a un ojo, que aumenta la supervivencia y la reproducción. Y
se va paso a paso hasta que evolucionan generando estructuras
complejas. Skinner argumentó que lo mismo sucede con los comportamientos
complejos. Y lo demostró. Pueden utilizarse técnicas de modelado para adiestrar
animales a hacer todo tipo de cosas. Se puede entrenar palomas a jugar ping-
pong, por ejemplo. Tomemos los niños. Supón que quieres que tu hijo, tu bebé,
vaya a la nevera y te traiga una cerveza. No vas a esperar que el niño lo
haga espontáneamente y decir ¡bien hecho! Más bien, si el niño va a la cocina,
dirás ¡muy bien! Lo has hecho muy bien yendo a la cocina. Finalmente es bueno en
eso y va a la nevera... ¡es maravilloso! Gradualmente, recompensando cada
paso, lograrás que el niño actúe siguiendo la conducta que deseas. La gente que
adiestra animales utiliza continuamente técnicas de modelado. Recompensan las
aproximaciones de la conducta hasta que finalmente esta es la que esperan
conseguir. Un ejemplo... los refuerzos y castigos instintivamente refuerzan o
castigan, cosas como la comida o un susto, pero en realidad no necesitas
hacerlo. Puedes reforzar o castigar de muchas maneras, incluso para los animales,
que no corresponden a cosas hechas para esos objetivos. Un perro puede ser
recompensado con una palmadita en la cabeza o diciendo "buen perro". Por
supuesto, los humanos trabajan por dinero, tiras de papel que por sí mismas no
tienen propiedades de refuerzo. Puedes adiestrar animales a trabajar por cosas
como fichas de póquer. ¿Cómo puede suceder eso? 
La forma en que funciona es combinando los condicionamientos operante y
clásico. Es decir, usas el condicionamiento clásico para tomar algo neutro, como
una ficha de póquer, y la asocias con un estímulo no condicionado positivo. Muy
pronto, la ficha de póquer, 
mediante el condicionamiento clásico, tendrá cualidades de recompensa. Por
ejemplo, si cada vez que das a tu perro algo delicioso le das una palmadita en la
cabeza, muy pronto la palmadita será una recompensa para el perro. Es usar el
condicionamiento clásico para hacer que la palmadita en la cabeza sea una
recompensa. Ahora, cuando haces tu condicionamiento operante, puedes usar algo
como la palmadita en la cabeza como recompensa. Otra forma en que podemos
trabajar en ese caso de adiestrar a un cerdo es pensando en programas de
refuerzo. El caso más simple es que cada vez que el cerdo hace algo bien, lo
recompensas. 
Pero la vida real no funciona así y el aprendizaje real tampoco. Hay todo tipo de
refuerzos parciales en el mundo en los que se refuerza en algún momento, pero no
todo el tiempo. Puedes imaginarlo en términos de programas de refuerzo "fijo
versus variable" o "índice versus intervalo". Lo que significa que un refuerzo de
índice fijo es una recompensa después de cada respuesta de un cierto
tipo. Imagina un trabajo a destajo, en el que cada 100 objetos que ensamblas,
recibes un premio. De hecho,puedes adiestrar palomas a hacer diferentes
actividades sin recompensarlas cada vez, solamente lo haces la enésima
vez, donde "n" puede ser, para una paloma, incluso cientos. Hay un índice variable
de refuerzo que es de media una vez de cada "n". Así es como funcionan los
tragaperras. Un tragaperras no reparte dinero cada 100 veces porque la gente se
haría rica con él. Más o menos, reparte una cierta cantidad de dinero digamos que
cada 100 veces, algunas de inmediato, otras después de 500, es
aproximado. Existe el refuerzo a intervalo fijo. He mirado mi e-mail y de vez en
cuando recibo un mensaje positivo que podría ser fijo en un mundo
imaginario donde cada hora recibo un e-mail positivo, pero es más probable que
sea variable. De vez en cuando recibo un mensaje positivo. ¿Qué más da? ¿Por qué
hacer un refuerzo programado parcial en lugar de directo? La respuesta es el
efecto del refuerzo parcial. La idea es que si se deja de reforzar algo, la conducta
desaparece. Si das a tu perro con una palmadita en la cabeza o un obsequio cada
vez que hace algo y dejas de hacerlo, él dejará de hacer la actividad que quieres
que haga. Imagina que lo adiestras reforzándolo cada vez; en tal caso, cuando
dejas de reforzarlo, su conducta se perderá muy rápidamente. Pero si lo refuerzas
parcialmente, su conducta se mantendrá por mucho tiempo. Supón un niño que
tiene rabietas y que lo recompensas cada vez que tiene una. A menudo dices: te
daré un regalo, un obsequio, lo que sea. Entonces dejas de hacerlo. El niño se dará
cuenta de que sus rabietas ya no funcionan y poco a poco dejará de hacerlas. Pero
imagina en cambio, como hacen los padres a menudo, que premian al niño no
cada vez que tiene una rabieta, sino más o menos una de cada diez veces. Vale,
no aguanto más, toma esto... Si dejas de premiar al niño, las rabietas durarán
mucho tiempo. Es como si... —y esa no es la forma de pensar que gustaría a los
behavioristas— cuando refuerzas a alguien siempre, piensan: "puede decirse que
eso tiene una respuesta inmediata, y cuando se para, se acabó. Ya no funciona
más". Pero si el refuerzo es ocasional, una de cada 100 veces, o una más o menos
cada dos horas, cuando paras el refuerzo, dicen: "Ya no recibo el refuerzo, pero
quizás no del todo, puede que mi refuerzo esté a la vuelta de la esquina". De
hecho, el niño de las rabietas puede decirte: "Voy a seguir haciendo rabietas,
porque seguro que no me recompensas ahora, pero en algún momento lo
harás". Quizás no es tan interesante que animales como los chimpancés o los
perros lo entiendan y que los niños lo entiendan sino que incluso ratas o palomas
parecen entenderlo. Si quieres hacer que una conducta persista, no la refuerces
cada vez, sino de forma intermitente. Así pues, hemos revisado tres mecanismos
generales de aprendizaje: hemos hablado de adaptación, condicionamiento clásico
y condicionamiento operante. Se consideran una teoría de cómo se comportan
animales y humanos así como técnicas para adiestrar a animales y
humanos. Skinner argumentó que una buena sociedad debería usar las técnicas
del behaviorismo para hacer a la gente mejor. Por ejemplo, en lugar de pensar en
los principios morales abstractos relativos a la justicia, el castigo, etc. si se quiere
parar el crimen y potenciar la generosidad y la amabilidad, nuestras sociedades
deberían pensar formas de reforzar las buenas conductas y castigar las malas. El
behaviorismo se convirtió en una idea muy popular y prometedora de modelar el
mundo para hacerlo un lugar mejor.

Valoración cientifica Skinner

Tal como dije, más allá de la especificidad de los mecanismos de aprendizaje, los


conductistas creen tres cosas principales. La primera es que no existe el
conocimiento innato. Esos tres mecanismos son todo lo que un animal necesita.
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La segunda es el antimentalismo. Se explicaría la vida mental sin elementos como
los deseos y los objetivos, simplemente mediante los principios que vinculan
estímulo y respuesta. 
Y la tercera es que hay mecanismos de aprendizaje para cualquier estímulo y
cualquier respuesta. Para cualquier animal, la forma en que los humanos aprenden
no es diferente, en principio, de la de ratas, monos y palomas.
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Creo que es justo decir que nadie cree ya en eso. Todo el mundo está de acuerdo
en que al menos en cierto modo las tres afirmaciones son equivocadas. En primer
lugar, hay abundante evidencia del conocimiento no adquirido. Veremos en las
lecciones siguientes que hay evidencia de la contribución innata a capacidades
como aprender el lenguaje, percibir el mundo físico, comprender los números,
ciertos aspectos de la preferencia sexual, etc. Además, incluso por lo que se refiere
al aprendizaje, que es el centro del conductismo, resulta que animales diferentes
tienen mecanismos diferentes de aprendizaje. 
La forma en que los pájaros aprenden los trinos parece completamente distinta de
la forma en que los humanos aprenden el lenguaje; la forma en que algunos
animales aprenden a orientarse es diferente de la forma en que otros animales lo
hacen. La forma en que algunos animales crean vínculos o desarrollan
comportamientos cooperativos a menudo es específica de la especie. Nada de eso
es sorprendente. La selección natural lleva a criaturas diferentes por diferentes
rutas.
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En cuanto a la proposición intermedia de que no es científico hablar de
observables, en cierto modo es una reacción comprensible a Freud, que hizo todo
tipo de afirmaciones dramáticas que eran, como dijimos, no falsables, difíciles de
contradecir y terriblemente vagas. Pero lo cierto es que todas las ciencias hablan
sobre observables.
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Los biólogos hablaban de los genes aun antes de saber cómo eran.
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Los físicos hablaban de la teoría de cuerdas. Por supuesto, para la psicología, al
explicar un mecanismo complejo e inteligente, tiene sentido referirse a la
representación interna.

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