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S rt A. RcsenteM. eis m.

o de'ios Miauscss-'de la escuela k ¿imana


mayor a-sperieroiá chuica y extraordinaria capacidad técnica.- En
libre uírect rus ímno. ..m™? apo’-tacíon-ís a la comyi-¿,-jsí5n del
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y' .ycióñ, ‘-¡ve. pone,a1-iía.este.tema de actualidad.

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Se terminó de imprimir o
en el mes de marzo de 1988,
en los Talleres Gráficos Edigraf S.A., c
calle Delgado 834, Buenos Aires, Arg.
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COLECCION: PSICOLOGIA DE HOY
H ER BER T A. RO SEN FELD
Biblioteca: Psiquiatría
1. H. A. Rosenfeld: Estados psicótícos
2. Goldberg, Benjamín-Cxeed./Psiquiatría en la práctica
médica

ESTADOS
PSICOTICOS

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EDICIONES HORME S. A. E.

Distribución exclusiva
ED ITO RIA L PAIDOS
VOLUMEN 1
BUENOS AIRES
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Título del original inglés: S '/ ‘ 3
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Editado por:

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Prefacio 7
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Version castellana de:
Introducción li
'•>. ’ a ì ;f r e d o : l )i t i s ì ì e i m q c
1 Análisis de un cuadro esquizofrénico con despersona­
lización (1947) 15 c

2 Observaciones sobre la relación entre la homosexua­ c


33 edición 1988
lidad masculina y la paranoia, ansiedad paranoide
y narcisismo (1949) 41 c
i

3 Nota sobre la psicopatologia de los estados confusio- (,


if
nales en esquizofrenias crónicas (1950) 63
c
4 Observaciones sobre el psicoanálisis del conflicto del
superyó en un paciente esquizofrénico agudo (1952) 77 c
I. S. B. N. : 950-618-051-2
5 Fenómenos transferenciales y análisis de la transfe­
rencia en un caso de esquizofrenia catatònica aguda
c.
(1952) 123

6 Consideraciones relativas al abordaje psicoanalítico K


,© .
139
de la esquizofrenia aguda y crónica (1954)
Copyright de todas las ediciones en castellano por (
47 Sobre la adicción a las drogas (1960) 153
ED ICIO N ES HÓRME S. A. E. c
8 El superyó y el ideal del yo (1962) 171
Castillo 540 Buenos Aires if
9 Observaciones sobre la psicopatologia y el tratamiento c

psicoanalítico de la esquizofrenia (1963) 183 c.


Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
10 Psicopatologia del narcisismo: enfoque clínico (1964) 199
IMPRESO EN LA ARGENTINA
c
6 HERBEBT A. ROSENFELD

11 Psicopatologia de la hipocondría (1964 ) 211

12 Una investigaciónsobre la necesidad de “acting out”


en los pacientes neuróticos y psicóticos durante el
análisis (1964) 235

13 Psicopatologia de la drogadicción y elalcoholismo.


PREFACIO
. (Una revisión crítica de la literatura psicoanalítica)
(1964) 253

Bibliografía 283 El establecimiento de un vínculo psicoanalítico con pacien­


tes que padecen de graves trastornos psicóticos, durante mucho
tiempo fue considerado imposible a causa del profundo retrai­
miento, en estos pacientes, del interés por el mundo externo.
Utilizando las innovadoras investigaciones de Melanie Klein
como base para la comprensión del origen y desarrollo de la
capacidad para relacionarse con los otros, algunos de sus dis­
cípulos pudieron sostener, durante largos períodos, intensos
tratamientos psicoanalíticos de un amplio espectro de enferme­
dades. Son pocos los casos tratados como para evaluar sus
efectos terapéuticos, pero no existen dudas en cuanto al enorme
valor de dicho trabajo como aportación a nuestra comprensión
de la naturaleza y origen de las psicosis y posiblemente del
desarrollo temprano de la personalidad en general.
Como en toda labor psicoanalítica, la investigación obra
con métodos que. de por sí están estrechamente relacionados
con la teoría. Para los fines científicos sería más sencillo separar
la teoría de la práctica. Pero, como lo demuestra con amplitud
el doctor Rosenfeld, la relación de transferencia con estos dife­
rentes pacientes fue comprendida y desarrollada únicamente por
medio de qna aproximación teórica. Su obra posee la calidad
de una conquista y, cómo tal, será de gran interés para todos
aquellos que estemos deseosos de ampliar nuestros recursos en
el tratamiento y, posiblemente, la; prevención de estas trágicas
enfermedades.

J. D. S.
AGRADECIMIENTOS

Deseo en primer término expresar mi profunda gratitud a


la extinta Melanie Klein, cuya obra y ayuda personal hicieron
posible que llevara a cabo el análisis de pacientes psicóticos.
Hago extensivo este agradecimiento a los pacientes con los que
trabajé y que así contribuyeron a mi comprensión de la psicosis.
También deseo agradecer a mis colegas, en particular a la seño­
rita Betty Joseph, por sus provechosas sugerencias y críticas.
Tengo para con mi mujer una especial deuda de gratitud: su
apoyo y estímulo posibilitaron este libro.
V

INTRODUCCION

Este libro reúne una cantidad de artículos escritos a partir


de 1946 desde la perspectiva del psicoanálisis relacionado con
la psicopatología y el tratamiento de varios cuadros psicóticos
y fronterizos.
Me interesé en el tratamiento de esquizofrénicos antes de
graduarme de psicoanalista y me interesó el hecho de que era
posible relacionarse con ellos. Concluí que estos pacientes son
capaces de conformar algún tipo de relación con el terapeuta,
'conclusión a la que Sullivan y después de él Fromm-Reichmann
arribaron por la misma época. Después de recibirme de psico­
analista mi experiencia con una de mis primeras pacientes, que
padecía de un cuadro esquizofrénico con despersonalización,
me impulsó a continuar utilizando el método psicoanalítico con
numerosos pacientes esquizofrénicos agúdos y crónicos. Luego
traté, también psicoanalíticamente, otros cuadros psicóticos gra­
ves, como la hipocondría, la adicción a las drogas, depresiones
y estados maníaco-depresivos. Mi objetivo fue no sólo lograr
resultados terapéuticos, sino también un mayor conocimiento
respecto de la psicopatología de la esquizofrenia y las otras
psicosis.
En sus contribuciones a la psicopatología de la paranoia
y la demencia precoz, Freud puso énfasis en la fijación de estos
pacientes a fases muy tempranas del desarrollo. Ya en 1911
escribió que los pacientes paranoides estaban fijados y regresa­
ban a la fase del narcisismo, en tanto que los pacientes esqui­
zofrénicos lo hacían “no meramente al narcisismo, sino al aban­
dono completo de la libido objetal y al autoerotismo infantil”.
Además de sus contribuciones a la psicopatología de la paranoia
y la. esquizofrenia, Freud trató la hipocondría, la depresión y
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y
12 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS F S I C O. TIC O S Ç
la adicción a las drogas pero siempre tuvo dudas respecto de
la posibilidad de tratar psicoanalíticamente los cuadros psicó- y la teoría sobre la que se basa. En los siguientes artículos se f
ticos. En 1904 expresó: “Las psicosis, los estados confusionales, explica esta técnica en forma.más detallada. Aquí sólo deseo
y las depresiones profundas, no se adecúan al psicoanálisis; al
menos tal como se aplica hasta el presente. . . ” Posteriormente
señalar lo que he concluido: si evitamos la producción de una
transferencia positiva por el reaseguramiento o expresiones de
c
explicó en forma más detallada las dificultades que tuvo que amor, y nos limitamos a .interpretar todas las manifestaciones
de-la transferencia positiva o negativa del paciente psicòtico,
c
enfrentar en el tratamiento de pacientes psicóticos, diciendo
que “la experiencia muestra que las personas que sufren de se desarrolla una psicosis de transferencia. En todos los casos
que traté, intenté el estudio de esta psicosis de transferencia
c
neurosis narcisísticas no tienen la capacidad de transferencia, o
sólo poseen residuos insuficientes de ella. Se alejan del tera­ manteniendo la situación psicoanalítiea. El tratamiento de pa­
cientes psicóticos agudos se asemeja al análisis de niños más
c
peuta no por hostilidad sino por indiferencia. Por lo tanto, no
se ven influidos por él. Lo que dice los. deja fríos, no les causa que al de adultos, puesto que dependen del cuidado de otros c.
para ser traídos al tratamiento. Por lo general no usan el diván,
impresión alguna y por eso el proceso de cura que puede lle­
varse a cabo con otros no es eficaz en ellos”. Repitió este punto y con frecuencia, tienen dificultades para expresarse en palabras,
y por lo tanto el analista debe incluir los actos y gestos como
c
de vista al final de su vida en una publicación postuma: Es­
quema del Psicoanálisis: “Siendo así sabemos que debemos material analizable de la comunicación. El paciente psicòtico c
renunciar a la idea de intentar la cura de psicóticos, renunciar ejerce de maneras muy diferentes una presión consciente e
/
a ella definitivamente o sólo hasta el momento en que hayamos inconsciente sobre el. analista para que renuncie al abordaje
descubierto alguna otra estrategia más adecuada”. De estas citas analítico. En el capítulo sobre acting out intenté arrojar alguna
luz con. respecto a este problema. Encontré que era esencial c.
se infiere que las investigaciones de Freud sobre los. estados
psicóticos llegaron a un punto muerto por las dificultades que resistir a la presión mientras se intenta entender en detalle el
encontró en la transferencia de los pacientes narcisistas. Es por significado y la razón para ello. Aun a riesgo de enfrentarme c
eso que toda investigación de los estados narcisistas debía estar con dificultades en apariencia insuperables en la situación de t
en primer lugar y ante todo dirigida a indagar si los psicóticos transferencia, decidí adherirme a mi técnica analítica siguiendo
producen alguna transferencia. Si esa pregunta podía ser con­
testada con la afirmativa, el segundo paso consistiría en clari­
el principio según el cual, si no lograba relacionarme con el
paciente mediante mis interpretaciones, ello no se debía a lo
c
erróneo de la técnica sino que mi comprensión de lo que sucedía S '
ficar las dificultades que impidieron el reconocimiento y com­ L
prensión de las manifestaciones psicóticas de la transferencia. en la situación transferencial era errónea.
La obra de Melanie Klein desarrolló en forma gradual una I.as contribuciones de este libro están primordialmente, ba­ c
técnica analítica que hizo posible la investigación de fases muy sadas sobre la investigación de la transferencia de los pacientes
tempranas de la infancia en el análisis transferencial; estas po­ psicóticos, en otras palabras, sobre la comprensión de la psicosis (
sibilidades me estimularon y alentaron mis investigaciones. de transferencia. En alguna ocasión mencioné que un trata­ ; \
Klein concluyó de su experiencia que el niño, desde el comienzo miento en particular constituía un éxito terapéutico. Sin em­ Y
de la vida, establece relaciones de objeto parcial y luego de bargo, siento que es demasiado temprano para intentar estimar
objeto total con el pecho y con la madre. El niño experimenta el valor del tratamiento psicoanalítico de esquizofrénicos y otros c
amor, odio y ansiedad en relación con estos objetos, y al mismo
tiempo desarrolla una diversidad de defensas que intervienen
pacientes psicóticos. ^Debemos recordar que el tratamiento con
frecuencia es interrumpido, no tanto porque el paciente no res­ c
en los conflictos resultantes. En mi labor con psicóticos utilicé ponda al análisis, sino porque todos los responsables del trata­
la técnica psicoanalítiea tal como es descripta por Melanie Klein miento, los padres u otros familiares, deciden suspenderlo por
una variedad de razonesj En apariencia, las razones son de
c
14 HEUBEBT A. KOSENFELD

orden práctico. Sin embargo, algunas veces se relacionan con


problemas emocionales de los padres, problemas que tienden
a exacerbarse por el intenso acting out de los psicóticos, el que
aprendí a tener muy en cuenta en el tratamiento. Hay motivos
para esperar que, a medida que progrese el conocimiento del
conflicto del esquizofrénico en profundidad, este tipo de actua­
ción disminuirá en intensidad o duración.
En relación con mi artículo “Consideraciones relativas al
abordaje psicoanalitico de la esquizofrenia aguda y crónica” ANALISIS D E UN CUADRO ESQUIZOFRENICO
(cap. 6 ). Emest Jones manifestó su agrado por el énfasis puesto CON DESPERSONALIZACION1
en la investigación y las funciones exploratorias de mi trabajo (1947)
y no en los aspectos curativos, ya que sólo el tiempo dirá si los
pacientes psicóticos exitosamente analizados permanecen clíni­
camente bien. No obstante, deberíamos recordar que todo aná­ La' paciente que describiré me fue enviada con motivo de
lisis de los cuadros psicóticos, sean éstos por largos o cortos diversas quejas físicas de origen funcional. En el curso del tra­
períodos, exitosos o no, enriquecerán nuestro conocimiento y tamiento se hizo evidente que estaba frente a una psicosis de
facilitarán el tratamiento de otros pacientes psicóticos. tipo esquizofrénico. En este artículo me concentraré única­
mente en ciertos aspectos del caso, en especial en la sintoma­
H .R . tologia esquizoide y en algunos de ios mecanismos esquizoides
que hallé. Un objetivo adicional será el de arrojar luz sobre
la despersonalización e intentar mostrar la relación que existe
entre gos procesos de desintegración del yo y la despersonali­
zación. ;

SIN TESIS D E L CASO

Mi paciente, Matilde, es una joven que tenía 29 años cuando


comenzó el tratamiento, en marzo de 1944. Es de altura y con­
textura medianas y pelo totalmente rubio. No puede decirse
que sea fea, pero habitualmente lo parecía por su falta de
expresión. Durante la fase posterior de su tratamiento su expre­
sión se hizo más vital y a veces sonreía. Su salud se quebrantó
por primera vez cuando tenía 17 años, y por segunda vez a los
25, al comienzo de la guerra, mientras trabajaba en el Servicio1

1 Basado sobre un articulo leído en un congreso de la Sociedad


Psicoanalítica Británica, el 5 de marzo de 1947. Publicado originalmente
en el International Journal of Psijcho-Analysis, 2S.
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f
16 HERBER! A. ROSENFELD E S T A DOS ] ? S I CÓTI COS 17 f-

Territorial Auxiliar. Comenzó a padecer una enfermedad física mitió aceptar sin demasiados celos la mayor atención prestada
tras otra, tales como gripes y dolores de garganta, hasta que a su pequeña y ansiosa hermana. En contraste con Matilde,
fue dada de baja del servicio. Después de un tiempo se repuso
e hizo otro intento de superar sus enfermedades recurrentes
Ruth mejoró cuando creció, y se desempeñó muy bien durante
la guerra en la Fuerza Aérea Auxiliar Femenina. También so-
o
incorporándose al ejército, pero nuevamente sus problemas físi­ dalmente adquirió confianza en sí misma, circunstancias ambas r
cos le impidieron continuar. Cuando me consultó, en marzo que promovieron considerables celos en mi paciente.
de 1944, había estado sufriendo de una supuesta gripe durante Nada anormal me fue comunicado respecto del desarrollo C
cuatro o cinco meses. Accedió a analizarse, pero pronto nos temprano de Matilde. Pude saber que de pequeña lloró poco,
dimos cuenta que no tenía deseo alguno de tratarse, sobre todo y ante el destete no mostró en apariencia ninguna reacción. C
a causa de una profunda desesperanza respecto de su posible Debemos recordar, sin embargo, que las reacciones esquizoides
mejoría. en niños pequeños se suelen pasar por alto, obteniéndose una c
historia de un bebé particularmente bueno, como en este caso.

FAMILIA E HISTORIA VITAL


Ella comenzó a hablar y caminar normalmente. Además de
su madre que la alimentó a pecho, tuvo una niñera que la quería
c
mucho. Nacida en 1915, fue poco lo que vio de su padre, quien c
sirvió durante toda la guerra de 1914-1918. Pero siempre que
en la familia, pero un tío era alcoholista, y su padre sufrió de
una neurosis toda su vida. La paciente lo describió como evi­
estuvo de licencia se ocupó mucho de su pequeña hija. Juanito
nació cuando ella tenía 19 meses, y su madre se internó durante
o
tando toda compañía y muy dependiente de su esposa. Lo con­ tres semanas en un sanatorio. Esta era la primera vez que Ma­ c
sideraba chapado a la antigua, en extremo dominante y muy tilde se separaba por un tiempo de su madre, y sólo después
nervioso”. Siempre le había disgustado, pero la mayor parte del décimo día se le permitió visitar a su madre y al bebé. c
del tiempo lo ignoraba. Durante el tratamiento, su relación con L a madre, le dijo luego, que después de haber visto a Juanito
él mejoró mucho. Fue siempre muy apegada a su madre y a por primera vez se hizo silenciosa y retraída. Esta reacción c
menudo se apoyó en ella por los problemas de su infancia. De molestó mucho a su madre, puesto que hasta ese momento
niña escribió poesías y cuentos de hadas, hallando siempre en Matilde le había hablado normalmente. Cuatro semanas des­ L
su madre una oyente .alenta y una adulta que la trataba como pués del nacimiento de Juanito, la niñera de Matilde se fue
una igual. Tenía un hermano, Juanita, 19 meses menor, y una para casarse y la nueva niñera se ocupó principalmente de Ju a­ c
hermana, Ruth, 6 años más joven. nito. Durante los años siguientes hubo frecuentes cambios de
c
Juanita parece haber sido un niño muy atractivo e inteli­ niñeras. A Matilde le disgustaban todas, quejándoseme de que
gente, adorado por todos. Matilde era ambivalente, pero en la trataban en forma cruel y que con frecuencia le pegaban,
hecho que tal vez fuera cierto, puesto que debe de haber sido
(
general muy apegada a él y dependiente en grado sumo. De
modo bastante consciente intentó adoptar su personalidad y sus una niña muy difícil de manejar. A menudo le decían que ella
c.
intereses, pero falló. Cuando Juanita se mató en un accidente no era buena mientras se le mostraba a Juanito como ejemplo
de aviación para la Navidad de 1940, ella en ese momento no
sintió nada; pero durante el tratamiento comenzó a darse cuenta
de bondad.
Tuve la impresión de que tras el nacimiento de Juanito,
o
del impacto que había constituido su muerte, y cuán respon­ no sólo hubo deterioro en el desarrollo, sino también una defi­ c
sable se sentía. Su hermana era muy neurótica y sufría desde nida regresión a un nivel temprano de su evolución. No solo
niña de muchas ansiedades; mientras Ruth fue pequeña, Ma­ dejó de hablar durante un considerable período, sino que tam­ ó
tilde se comportó maternalmente para con ella, lo que le per- bién disminuyó su capacidad para caminar, de modo que Jua-
c
18 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICOTICOS 19
nito la sobrepasó de lejos. Cuando Matilde tenía 6 años, llegó
una institutriz que, aunque parece haber sido muy estirada y
ESTADO EN LA PRIMERA ENTREVISTA Y
formal, fue querida por ambos niños por sus otras buenas cua­
lidades. Cuando tenía 8 años Matilde enfermó de mastoiditis DURANTE LA FASE TEMPRANA D EL
y debió someterse a dos operaciones, las que incrementaron en TRATAMIENTO
gran medida sus reacciones paranoides. Recuerda haber sen­
tido que, sin ninguna razón aparente, los médicos la invadieron Cuando la vi por primera vez, vivía en un amplio piso de
para atemorizarla y lastimarla, no pudiendo en adelante superar Londres con sus padres, y durante bastante tiempo se mantuvo
apartada de la vida familiar, dejando todo el trabajo del depar­
nunca el temor a los médicos. Tardó varios meses en reponerse
tamento a su madre y a una vieja criada. Aunque consciente­
de estas operaciones, y cuando se restableció sufrió un gran
mente estaba encariñada con su madre; durante el análisis
golpe. Juanito fue enviado a la escuela y "ya no fueron educados
comprendimos que trataba de mantenerla bajo su control, igno­
juntos.
rando su deseo de ser ayudada, aun cuando no se sintiera bien.
Ella fue educada en su hogar por una institutriz, y durante En cambio, ella quería que su madre la cuidara, que le sirviera
mucho tiempo le fue imposible aprender. Su capacidad inte­ las comidas en la cama, si ella misma se sentía indispuesta.
lectual se desarrolló nuevamente recién a los 12 años, fue en­ Esperaba que su madre se interesara en cualquier cosa que
viada a un internado, llegando inclusive a ser la primera de hiciera, pero no podía soportar de ella crítica alguna ni siquiera
la clase. Al dejar la escuela su salud se quebrantó, hasta el una sugerencia o pregunta con referencia a algo que estuviera
punto de padecer una enfermedad física tras otra, culminando haciendo. Por ejemplo, le prohibía a su madre que le pregun­
en un período de llanto incontrolable. El análisis reveló que la tara si tenía o no la intención de permanecer en la cama
envidia provocada por el superior desempeño de su mejor com­ durante el día, y cuando se abocaba a alguna tarea tal como la
pañera de escuela desencadenó este quebrantamiento en su sa­ lectura, cualquier comentario le era ofensivo. Si su madre hacía
lud un año antes de terminar la escuela. Más tarde, y hasta alguno, Matilde perdía inmediatamente todo deseo de continuar
lo que estaba haciendo, replegándose dentro de sí misma. Con
poco tiempo antes de la guerra, vivió en su hogar, permitién­
posterioridad comprobé que se había producido un cambio
dosele hacer todo lo que deseaba. En general se sentía bastante
gradual de esta actitud tras un año de análisis.
bien, leía mucho, pero no se interesaba en el manejo de la casa.
Tuvo frecuentes períodos de retraimiento tanto respecto de sus Poco después de iniciar el tratamiento retomó nuevamente
su trabajo, cumpliendo algunas horas de trabajo en una fábrica
amigos cuanto de sus padres; en esos momentos se sentía físi­
de aviones, y con posterioridad consiguió un trabajo por la
camente indispuesta y pasaba la mayor parte del tiempo en
tarde en una conocida librería. Su salud física mejoró paulati­
cama. Además, su condición mental empeoraba siempre du­
namente y concurrió a su análisis con bastante regularidad,
rante la menstruación, cuando sufría gran malestar y dolor.
aun durante sus menstruaciones, aunque a veces llegaba muy
Como mencionáramos anteriormente, sirvió con posterioridad tarde. Hubo grandes dificultades con la asociación libre, difi­
en el A. T. S. (Servicio Territorial Auxiliar) y en el Ejército cultades que tendieron más bien a incrementarse que a decre­
Femenino.
cer. Por lo general hacía una larga pausa al comienzo de la
hora, y a veces permanecía en silencio a lo largo de toda la
sesión o bien pronunciaba algunas palabras al final. Algunas
veces, la carencia de material hacía necesario interpretar sobre
la base de una sola oración. Además, debieron utilizarse ante­
riores entrevistas u observaciones de su conducta general para
4 O

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V.
20 HERBERT A. ROSENTELO ESTADOS PSICÓfICOS 21
f
las interpretaciones que con frecuencia eran de carácter tenta­ de inconsciencia total. Comprendí que estábil enterada del
tivo, io que creaba dificultades en la evaluación de sus reac­ peligro de enloquecer, porque dijo que si trataba de juntarse
(
ciones en el período de elaboración. Sólo en muy raras ocasiones
lograba hablar con cierta fluidez durante la mayor parte de la
consigo misma podría provocar un desbarajuste total en su
psiquismo. o
sesión, y luego hablaba de manera fundamental de los hechos
reales del pasado o del presente.
Tengo la impresión de que aunque este estado ocurría con
frecuencia como defensa contra impulsos de todos los niveles,
c
Otra dificultad técnica era su resistencia particularmente era también y tal vez fundamentalmente una defensa contra f .
fuerte a las interpretaciones que vinculaban material de varias los sentimientos de culpa, depresión y persecución. De vez en
entrevistas, porque muy rara vez podía recordar consciente­ cuando su estado experimentaba una leve mejoría aparente,
mente lo que se había discutido en sesiones anteriores.2 Ello pero la mínima dificultad, en particular cualquier interpretación
dificultó el logro de una cooperación consciente e intelectual de la transferencia positiva, producía largos silencios. Cuando
que es tan útil para esas perturbaciones esquizoides cuando el estaba otra vez en condiciones de hablar, contaba que había
intelecto ha sido poco afectado.
experimentado algunos de los síntomas esquizoides que acabo
de enumerar. Como siempre, había amnesia con respecto a
todo lo que habíamos discutido previamente. Su incapacidad c
LA DESPERSONALJZACION para vincularse, en particular con la interpretación de la trans­
ferencia positiva, estaba basada en su marcada ambivalencia,
Su conducta consciente en análisis estuvo signada por un de la cual me ocuparé en detalle más adelante.4 En cuanta
rígido distanciamiento y una negación de sus afectos, actitud oportunidad se presentaba, yo interpretaba sus impulsos de
que con escasos intervalos era interrumpida por sospechas amor y odio hacia el analista, pero dosificando estas interpre­
paranoides o por la desesperación Gausada por su falta de taciones con todo cuidado por la gravedad de las reacciones
progresos. Ya en una temprana etapa de su análisis describió esquizoides que les seguían. L a transferencia positiva hacia el
síntomas y sensaciones de tipo claramente esquizoides y senti­ analista como figura paterna o fraterna siempre era desplazada e
mientos de despersonalización. Se sentía confusa y adorme­ hacia otras personas. Pero sus relaciones objétales eran muy
cida, semiinconsciente y manteniéndose despierta con mucha inseguras en esta etapa, y se vio en el análisis que la gran L
dificultad. En ocasión de describir su experiencia explicaba mayoría de las veces las otras personas representaban partes
que algo así como una manta la separaba del mundo, que se de sí misma. L
sentía muerta, o no se sentía aquí, o que estaba separada de
Daré un pequeño ejemplo de este proceso: Daniel, el es­ i
sí misma. Otras veces a estos sentimientos los denominaba
poso de su mejor amiga, sufrió una crisis nerviosa mientras se
‘‘sentimientos de estancamiento”, y explicó que se habían incre­
mentado algunos meses antes que comenzara el tratamiento.
encontraba separado de su mujer, la que esperaba un segundo
hijo. Hizo lo mejor que pudo para seducir a mi paciente. Al
c
En esos momentos también tuvo vértigo y desmayos.3 Con fre­
principio ella tuvo gran dificultad para controlarlo. El deseo
cuencia temía no poder hablar en absoluto y caer en un estado c ■
de separarlo de su esposa surgió rápidamente como un impulso
2 Esta actitud recuerda a la de un paciente despersonalizado de
Bergler y Eidelberg (1935), el cual no recordaba ninguna de las inter­
consciente. Pero no pareció tener impedimento alguno para
enfrentar directamente este deseo. Toda su ansiedad estaba
o
pretaciones previas y por momentos daba la impresión de estar demente.
3 E s interesante advertir que tanto Mayer-Gross (1935) como Shorvon 4 Es interesante hacer notar que una de las pacientes de Reik (1927)
o.
(1946) señalan en sus artículos sobre despersonalización, que el comienzo se despersonalizaba cada vez que Reik intentaba hacer conscientes sus
del síndrome se ve con frecuencia marcado por sentimientos de languidez sentimientos positivos hacia su marido, con quien su relación era cons­
y vértigo. cientemente mala.
vj
22 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 23
puesta en su capacidad para controlar los deseos y argumentos dormir, o de tornarse inconsciente, a este particular estado, y
de Daniel. Ella me repetía algunos de estos argumentos, y es­ admitió que algunas veces, sencillamente no podía soportar
taba claro que Daniel representaba sus propios y vehementes permanecer despierta y debía desaparecer en la inconsciencia.5
deseos sexuales, con los cuales tenía dificultades de comunica­
Esta parte del análisis tuvo un efecto claramente positivo
ción y que por lo tanto proyectaba en él. Daniel parecía la
sobre sus síntomas físicos. Sus dificultades se centraron princi­
persona más indicada para la proyección, puesto que el factor
palmente en levantarse de mañana para venir a análisis a las
precipitante de su neurosis correspondía a la situación temprana
diez y media. Durante semanas aparecía hasta con cuarenta
de mi paciente, cuando el nacimiento de su hermano precipitó
minutos de retraso. Al principio parecía despreocupada con res­
su primera crisis. El análisis de este mecanismo ayudó a Ma­
pecto a su incapacidad para cooperar. Sólo en forma gradual
tilde a enfrentar a Daniel, sin que tuviera necesidad de evitar
pude mostrarle la ansiedad que ocultaba bajo su falta de afectos,
los encuentros. Además de la proyección de impulsos que eran
comenzando entonces a quejarse .en los siguientes términos:
sentidos como malos por la paciente, también había una pro­
“No hay nada que me haga levantar para venir a tratarme”. Al
yección continua de impulsos buenos sobre otras personas, en principio no estaba seguro del significado de esta queja reite­
particular sobre amigas mujeres, quienes no sólo representaban rada. Un día vino casi llorando. Le había pedido a su madre
buenas figuras maternas, sino también la parte buena de sí que le sirviera el desayuno en la cama. Pensó que con el
misma. Ella se sentía en extremo dependiente de estas amigas desayuno dentro de sí iba a poder levantarse. Pero después
y difícilmente podía funcionar sin ellas. Es probable que su
que lo tomó se sintió igual que antes y dijo: “Es inútil inten­
gran dependencia respecto de Juanito, que la llevó a su inca­ tarlo de todas las maneras posibles”. Analicé este incidente y
pacidad para aprender sin él, fuera de la misma índole.
otros similares en términos de relaciones objétales internas y
externas, y sentí que, sus dificultades se debían fundamental­
mente a la falla en la introvección y mantenimiento de un objeto
D ETA LLES D E L ANALISIS bueno interno como el representado por el desayuno. Su queja
acerca de que no había nada capaz de hacerla levantar signi­
Al entrar a considerar los detalles deí presente análisis, ficaría por lo tanto que no había dentro de ella ningún objeto
expondré las instancias más importantes en orden cronoló­ bueno que la ayudara a levantarse. El desayuno debía llenar
gico, pero se comprenderá que debo seleccionar mojones de una esta brecha pero había fallado.
vasta colección de material, ,del cual intento elegir aquello que Poco después me relató otra fantasía espontánea que tenía
sea más relevante para el tema central de mi articulo. En el desde su infancia y que relacionabá con sus dificultades para
invierno de 1944-45 la paciente contrajo una gripe por primera 'cooperar. Ella sentía que había un demonio que atacaba a lo
vez desde el comienzo del tratamiento. Ella temió que la en­ que ella denominaba “las buenas personas” y los mantenía
fermedad se prolongara durante meses, pero desapareció en amarrados en calabozos. Estaban imposibilitados de moverse y
término normal. Cuando regresó al análisis, me contó que había amordazados. No bien lograban cierta libertad aparecía el de­
averiguado bastante con respecto al significado de su gripe, monio, quien atacaba con violencia a sus víctimas y las ama­
fundamentalmente que le gustaba su enfermedad y que gozaba rraba con más fuerza que antes. Las víctimas no eran ejecuta­
quedándose en cama y apartándose del mundo. Pudo describir das pero existía incertidumbre en cuanto a sí estaban aún con
de manera espontánea las fantasías de vivir cálida y conforta­ vida. No tenía sentido luchar contra este demonio puesto que
blemente dentro de otra persona, que pensabafíiebía ser su
madre, a quien recordó haberle dicho siempre que deseaba no 5 Otros analistas, por ejemplo Nunberg (1924), han descripto las
haber nacido. Ella misma relacionó su irresistible deseo de fantasías, en los pacientes despersonalizados, de vivir dentro del útero
materno.
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ú
24 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS R S I C Ó T I C O S 25 f
era más fuerte que todos. El único método posible de defensa una de otra. Era obvia la vinculación de este material con la
era e! de ignorarlo. Esta fantasía echó luz sobre la reacción fantasía demoníaca donde los objetos eran introducidos en ca­
(
terapéutica tremendamente, negativa que sucedía a cualquier labozos, y aparentemente el demonio persecutorio atacaba no
mejoría o liberación de su personalidad. Indicaba la profundi­ C
solamente sus objetos sino también su propio self. Luego del
dad de la situación paranoide a esperarse en la transferencia ataque, su yo quedó completamente dividido. Esto no pude
analítica cuando el analista se transforma en el padre demo­
(
interpretárselo a mi paciente en forma detallada en ese mo­
níaco. Durante un tiempo se produjo una mejoría en su capa­ mento, puesto que estaba incapacitada para prestar atención a f
cidad para llegar a tiempo al tratamiento, y la transferencia cualquier interpretación elaborada de los mecanismos, lo que
positiva apareció entonces, desplazada, como siempre, sobre un sólo pudo hacer en la fase ulterior del tratamiento. Me limité c
joven pariente que apenas conocía. Tras enterarse que se había aquí a demostrarle sus impulsos ambivalentes, que la hacían
comprometido, se sintió muy desilusionada y temió no poder sentir dividida en dos. En las semanas siguientes esperé que (
controlar sus lágrimas durante la sesión analítica. Explicó que la represión vinculada con la desilusión que había experimen­
si empezaba a llorar tal vez no podría parar y se sentiría muy tado por el casamiento de su amigo surgiera más a la superficie. c
enferma. Durante una semana no reveló las razones de su tris­ Pero en cambio, comenzó a deslizarse paulatinamente desde un
teza. Una hora después de haber admitido lo sucedido, se sintió cuadro de despersonalización a un cuadro esquizofrénico, mar­
muerta y perdió tan absolutamente sus afectos que no pudo cado por el desarrollo de una relación paranoide con el analista.
creer que alguna vez hubiera tenido sentimientos de amor.
Cuando le interpreté la intensidad de su amor y de su odio, su
En el comienzo de este período esquizoide ella no estaba c
temor a ser incapaz de controlarlos, y que se estaba defendiendo
enteramente exenta de sentimientos positivos,, pero los escindía
y transfería a una amiga con la cual salía a menudo y que orga­ c
contra la depresión, al principio se mostró incrédula y sintió
que sólo le estaba reasegurando de que ella tenía sentimientos.
nizaba fiestas para ella. En su momento, nada me contó al
respecto. Para completar la división, no estaba permitida la c
Hacia el final de la hora comprendió que estaba evitando sen­ mezcla de algo bueno con algo malo, y como yo era considerado
timientos de dolor y dijo: “Es como apretarse un dedo con como casi enteramente malo, ella actuaba en consecuencia.
(
una puerta y decir que no se sintió nada”. En esta situación Comenzó a alejarse del tratamiento, a. veces por dos o tres días
la dcspersonalización era muy marcada. Le sucedió a una consecutivos, y cuando venía lo hacía a menudo con un retraso
(
desilusión y pareció ser un mecanismo de defensa contra la de treinta a cuarenta y cinco minutos. A veces parecía confusa
(..
depresión. Pero posteriormente esta perspectiva resultó ser y desconectada, y era muy marcado su olvido en lo concerniente
incompleta.® a los temas relativos al análisis. En ocasiones admitía sus sen­
c
Durante la entrevista siguiente, la despersonalización se timientos de persecución y explicaba que no me contaba nada
incrementó y estuvo acompañada de sentimientos de persecución que le importara porque yo lo convertiría en malo o se lo ro­ c.
y de sensaciones de estar partida en dos. Habló de su temor baría, o bien haría desaparecer sus sentimientos al respecto.
a los terapeutas y posteriormente mi discurso fue sentido como Ella estaba tratando de ordenar las cosas en su mente. Yo lo e
un ataque, haciéndola sentir que la estaba empujando hacia un estaba enturbiando todo. Cada vez que interpretaba y cual­
pozo, poniéndole encima una tapa y dejándola allí. Como resul­ quiera que fuera la interpretación, ella creía y sentía firmemente c
tado de este ataque se sintió muerta aunque otra parte de ella que yo le estaba diciendo que cesara de pensar lo que tuviera
estaba viva. L a parte viva y la parte muerta no sabían nada 6 en mente y tratando de hacerle pensar en alguna otra cosa. Su - i
mayor sospecha era de que yo le estaba haciendo pensar por
6 En particular Reík (1927) y Feigenbauni (1937) han destacarlo a
la despersonalización como un mecanismo de defensa.
completo a mi manera, de modo que ya no sabía lo que habla c
pensado anteriormente, con lo cual perdería su propio self.
c
26 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS rSICÓTICOS 27

Aparecieron agudos temores de encontrarse un día hablando miente de la realidad ,externa. Expresó que tenía mucho que
con la gente con una voz o un acento extraños. Estoy conven­ pensar respecto de sí misma, pero no podía contármelo porque
cido de que esta voz hubiera hablado con la voz y el acento me daría una- punta por la cual podría acercarme a ella y
del analista, pero la paciente no podía admitir conscientemente hacerla hablar. E ste . retraimiento omnipotente parecía muy
esta conexión. Por esa época criticaba a menudo a su padre semejante al que describió en relación con la gripe, cuando
por su egoísmo y su voracidad en la relación con su madre y admitió tener fantasías de estar viviendo dentro de su mamá.
ella misma apenas soportaba hablar con él. Otro material, por Pero ahora parecía incrementado el impulso de estas fantasías.
ejemplo el miedo a los ataques de animales peludos, sugerían Cuando no. ofrecía respuesta alguna, daba a veces la sensación
el temor a un pene agresivo. En términos generales sus temores de estar viviendo lejos, en otro mundo.
persecutorios estaban en relación con un padre o pene malo Debo.admitir que la altérnancia de los estados de retrai­
y los impulsos sádicos eran principalmente de. naturaleza oral miento narcisista y de desintegración yoica me pareció, durante
y anal. Pero la ansiedad central la constituía la fantasía del cierto tiempo, un problema que yo no era capaz de resolver. A
analista persecutorio forzándose dentro de ella para controlarla pesar de las dificultades me adherí en todo momento a la téc­
y robarla, no solamente, de sus posesiones internas, por ejemplo, nica analítica con la esperanza de que paulatinamente surgiría
sus niños y sus sentimientos, sino su mismo self. No estaba una pauta más clara en la situación analítica. En este punto
claro si en esta particular situación de ansiedad representé del análisis, mi: comprensión de la psicopatología de los meca­
siempre al padre malo u otra figura. En este punto de su nismos esquizoides de mi paciente era bastante fragmentaria,
análisis la amiga dé la cual dependía fue llamada a cumplir y sus dificultades para cooperar no facilitaban la labor. Los
el servicio militar, y comenzaron a aumentar sus dificultades distintos, fenómenos que describí me impactaron, pero los con­
para asistir a su tratamiento y para hablar.
cebí; fundamentalmente como una defensa contra la depresión
Comprendí que a menudo no estaba lo suficientemente cons­ y la persecución.' Sólo de manera gradual comencé a entender­
ciente de sí misma como para venir o hablar o ejecutar acción la naturaleza específica de los procesos esquizoides primitivos
alguna. A veces estaba más integrada y, en consecuencia, más que parecen afectar el núcleo mismo del yo. Por fortuna, de
dueña de sí; entonces podía quejarse de sentirse tan escindida un modo u otro el análisis prosiguió a pesar de sus breves y
y de que a veces no podía conectarse lo suficiente como para raras apariciones a las sesiones. Estoy convencido de que ella
pensar o aun hablar. Levantarse o irse a la cama solía insumirle debe haber tomado, inconscientemente algunas de mis interpre­
dos horas a causa de sus dificultades para ejecutar acciones taciones, pero en lo exterior parecía que yo le estaba hablando
consecutivas. Su sentido temporal estaba muy alterado.- Le era a una pared desnuda. Comenzó a mostrar cierta respuesta y
imposible evaluar el tiempo y a menudo partía de su casa sólo comprensión sólo en forma muy paulatina. Un día explicó que
poco antes o lo hacía aun después del momento en que debía había comprendido que no soportaba ir a un tratamiento que
estar en mi casa. la informaba sobre sí misma y del estado de desesperanza en
En lo más agudo de esta psicosis de transferencia surgió el que estaba.
un estado alternativo de esta disociación. Se tenía la impresión Su temor al fracaso del análisis me fue comunicado por ella
de que estaba alienada en un mundo propio y omnipotente, en forma indirecta. Expresó su temor de perder su puesto en
donde estaba bastante abstraída de la realidad externa, donde la librería donde hacía justo un año que estaba trabajando. Me
el tiempo y el paso del tiempo carecían de importancia, donde explicó que en su vida todo comenzaba a . andar mal después
se sentía cómoda y nada ansiosa con respecto a la gravedad de de un año y que después de ocho o nueve meses más ella tenía
su estado mental. Pero algunas veces se entregaba y demostraba que retirarse. Como en ese momento hacía exactamente dieci­
que, en efecto, estaba controlando una seria amenaza prove- nueve meses que estaba bajo tratamiento le pude demostrar en
O

C
c
28 HEHBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 29
í
forma convincente que su temor más profundamente negado que se olvidaba de las vacas durante días, lo que significaba
en el momento actual era el de que yo no continuara más que se desperdiciaba toda la leche buena y nutritiva, y que se
(
con su análisis. Se recordará que ella tenía 19 meses cuando
nació su hermano Juanito y comprendimos en análisis que este
infligía dolor a los animales. Sugerí que María representaba a
la madre y las vacas a los pechos. Además, esta situación mos­
c
nacimiento significó para ella que todo había llegado a su fin traba una clara similitud con la situación transferencial, cuando ív
y que sus padres, en especial su madre la habían abandonado. se apartó y rehusó ingerir el nutritivo análisis. De ello concluí
La verificación de la repetición de la temprana situación infan­ que yo representaba no sólo a la madre embarazada y a la í
til la impactó violentamente. Esto produjo una llama de espe­ madre que dio a luz a Juanito, sino también a un objeto parcial,
ranza y una actitud ligeramente más positiva hacia el trata­ en especial el pecho, que ella atacaba de una manera particu­ c
miento. larmente agresiva y atormentadora, rehusándose a tomar leche.
Durante las siguientes semanas las pautas transferenciales Tuve la impresión de que estos ataques a los pechos provenían c
mostraron que, tras una entrevista particularmente exitosa, no sólo de los celos que sentía por Juanito, quien fue alimen­
cuando yo era capaz de demostrarle algunas vinculaciones im­ tado a pecho por su madre, ni de la fantasía profundamente C.:
portantes, a la sesión siguiente no volvía y si lo hacía no hablaba. reprimida de haber robado a Juanito a su madre, sino que
Me impactó la similitud de su reacción cuando vino completa­ parecían haberse reactualizado tempranos impulsos sádicos con­ v
mente silenciosa, con lo acontecido después del nacimiento de tra los pechos.7' Por supuesto que el incidente con María no
Juanito. Comprendí entonces que en la transferencia yo era
la madre, y que cualquier hora que fuera productiva represen­
constituía el único ejemplo de sus dificultades con las mujeres.
Admitió entonces que a menudo se retraía de sus amigas de
c
taba para ella un dar a luz un bebé por parte mía, ante lo la misma manera como reaccionaba ante mí en el análisis. Con c
cual reaccionaba con un silencio y un retraimiento absoluto. anterioridad se había pintado a sí misma como compartiendo
De modo consciente negaba toda hostilidad hacia el analista, con ellas una relación armoniosa e idealizada. (
pero en mis interpretaciones le recordé los ataques envidiosos Al ordenar toda la información obtenida hasta ese momento,
del demonio, quien, en su fantasía, siempre agredía los objetos concluí que aun de niña los impulsos sádicos de Matilde debie-
(
buenos e intenté mostrarle que ahora se estaba comportando
como ese demonio sádico y que su silencio ocultaba los ataques 7 En el análisis de otros pacientes esquizoides, a menudo observé la 1,
dirigidos contra mí en tanto madre envidiada y admirada.
Como era habitual, estas interpretaciones eran ignoradas al
reaparición de ataques sádicos similares contra el pecho en la situación
transferencial, los que se manifestaron en la incapacidad del paciente para
hablar y cooperar. El sadismo que de modo paulatino surgía a la super­
c
principio, pero en el curso del extensísimo período de elabo­ ficie era de una calidad particularmente atormentadora: el paciente pare­
c
ración admitió el temor a traicionar a sus amigas. Me propor­ cía tratar de despertar continuamente el interés y entusiasmo del analista,
sólo para frustrarlo y desalentarlo tan pronto mostrara alguna respuesta
cionó un ejemplo importante. En el ejército, su amiga María y
por medio de una interpretación. A pesar de un trauma por un temprano e
ella se habían propuesto formar una sociedad para cuidar vacas. destete, en la historia de la mayoría de estos casos, el paciente, siendo
Ella se encargaría personalmente del ordeñe, pero María debía
encargarse del proyecto. Recordó haber sentido que de un
bebé, jamás había rehusado el pecho u otro alimento. Por el contrario,
algunos de los pacientes eran descriptos como modelos de bebé. Quiero
c.
modo u otro abandonaría a María. En realidad jamás llegaron sugerir aquí una explicación de este hecho. Los ataques sádicos y el
rechazo del pecho existen sólo en la fantasía de estos bebés, mientras c
a trabajar juntas porque sufrió una crisis, y ahora podía dar la que por un lado el temor a morir por inanición, y las ansiedades perse­
explicación por sí misma. Pensó que su temor a herir a María cutorias por el otro,- obligan al niño a someterse a tomar el alimento. En c
le provocó su enfermedad. El análisis prolongado de este inci­ la situación analítica, se actúa un gran número de estas fantasías profun­
dente con María reveló que lo que temía ante todo era no damente reprimidas antes de hacerse conscientes, y constituyen nuestra
L
información más valiosa con respecto al trabajo de las pulsiones en la
poder levantarse de mañana para ordeñar las vacas. Soñaba más temprana infancia.
.30 HERBERT ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 31

ron haber sido muy poderosos. Dehe haber luchado con ellos y cuando lo hacía era incapaz de sentir, pensar o hablar. La
sin mayor éxito en momentos en que su madre quedó nueva­ mejoría de su estado se manifestaba en que ahora, aun cuando
mente embarazada. En forma temprana se había establecido estaba en una fase mala, los impulsos destructivos dejaron parte
un vínculo positivo con su padre, pero el nacimiento de Juanito de su yo intacto, lo que significaba que la autoobservación, el
le causó una aguda desilusión, y actuó, junto con la pérdida de habla y la simple acción eran posibles, por lo que los procesos
su primera niñera, como un gravísimo trauma en contra de un esquizoides de disociación interna y proyección excesiva de
yo ya debilitado, amenazando toda su organización. En conse­ impulsos y de partes de su yo podían observarse de modo más
cuencia, las situaciones del nacimiento de Juanito y su separa­ detallado. Uno debía estar continuamente a la búsqueda de
ción de la madre fueron negadas. La madre fue idealizada y esas partes de sí misma que proyectaba en otras personas, prin­
cipalmente sus amigos, su hermana o el analista, y también de
de modo simultáneo controlada con omnipotencia. Parte de su
disociaciones internas, manifestadas en la monotonía del habla
sadismo se proyectó sobre su padre, en la forma típica, con­
virtiéndose éste por lo tanto en un violento demonio persecu­ o en su incapacidad para hacerlo, en la modorra u otras difi­
torio. Pero la regresión a k relación temprana con el pecho, la cultades tales como perturbaciones en el pensamiento y en la
cual causó una movilización de los procesos esquizoides, absor­ acción.
bió el remanente de su agresión. Más adelante mostraré en Hubo gran resistencia a cualquier intento de integrar las
detalle este método de absorción de la agresión.s partes proyectadas y escindidas, aun tras el reconocimiento in­
telectual de dicho proceso. Detrás de esta resistencia se ocultaba
Ahora se notaba el progreso en el hecho de que venía regu­
una gran dosis de odio. Esta hostilidad sólo surgió de manera
larmente y por lo general a tiempo, pero a pesar de la compren­
gradual a la superficie y formaba parte de las fuerzas destruc­
sión intelectual de los impulsos agresivos que albergaba dentro
tivas que albergaba dentro de sí y que dividían prácticamente
de sí, aún no lograba experimentarlos como sentimientos cons­
todo. Con esto quiero significar que la división se observaba
cientes. Sin embargo, observamos que siempre que tenía ocasión
no sólo entre los impulsos y objetos buenos y malos, o entre
de sentir envidia o frustración aparecían algunos de los síntomas
lo que ocurría dentro de ella y la realidad externa, sino que
de despersonalización o de desintegración yoica que describí
parecía como si todos los procesos del pensamiento, acciones
antes. Aparentemente los impulsos destructivos, en lugar de ser
e impulsos se hallaran fragmentados en numerosas partes, ais­
registrados como agresión, por su yo, y de ser dirigidos hacia
ladas entre sí y mantenidas en un estado de división. La pa­
afuera contra ún objeto externo, se volcaban contra sus propios
ciente se refería espontáneamente a este estado diciendo “estoy
impulsos libidinales, provocando la carencia de deseo y de
nuevamente fragmentada”. L a persistente interpretación de to­
afectos, así como también contra su yo, produciendo diversos
das las disociaciones y divisiones, dondequiera que se notaran,
grados de clivaje y por ende desórdenes en el funcionamiento parecía traer un gran alivio a la paciente. Estimulaba la inte­
de su yo, Los puntos culminantes del estado esquizoparanoide gración e incrementaba su esperanza de establecimiento total.
duraron días, en los cuales su yo cesaba de funcionar en rela­ L a disociación de pensamiento y acción se mostraba particular­
ción con el analista. Por lo tanto no podía venir a las sesiones,
mente en relación con la situación analítica. Por ejemplo, sus
frecuentes llegadas tarde a análisis surgían de dividir el hecho
s La regresión de mi paciente me recuerda la sugerencia de Melanie
Klein (1946) según la cual la regresión de una etapa más tardía a la _ en diversas acciones parciales. Levantarse, vestirse, desayunar,
posición paranoide ocurre con'frecuencia en los casos en los que fuertes' viajar en ómnibus y la sesión analítica en sí eran para ella actos
temores paranoides han impedido la normal elaboración de la posición no relacionados unos con otros. Levantarse temprano no signi­
depresiva. Por otra parte Fedem (1928) sugiere que la despersonalización
ficaba necesariamente que iba a llegar a tiempo. Podía insumir
está directamente basada sobre una conmoción sufrida en la temprana
infancia por la que el yo se debilita permanentemente. ■ con toda tranquilidad una hora en vestirse sin ponerse ansiosa
0

32 ESTADOS ESI GÓTICOS 33 1


HERUERT A. ROSENFELD

ante el hecho de que se hiciera tarde. Luego tal vez se apurara


frente a la frustración. En cuanto yo comenzaba a interpretar­ (
las, ella se quejaba de sensaciones de inercia o no podía recordar
para desayunar sólo para esperar después un largo rato antes
de decidirse a concurrir a su cita. Algunas veces llegaba con lo que había preguntado. Esto sucedía a menudo, hasta que c
bastante puntualidad pero no comenzaba a hablar, como si un día entendió y admitió que me estaba exigiendo una res­
hubiera terminado la acción de llegar a análisis y entonces se puesta inmediata. Dijo sentirse enfadada y tensa. Porque ¿cuál
era el objeto de querer hacer una pregunta si no se iba a obtener
abriera una brecha de silencio. L a acción de hablarme se había
escindido y no existía deseo de hablar. Como lo señalé antes, respuesta? Tras ello entró en un largo silencio. Cuando le c
a causa de esta división en acciones parciales era poca la ansie­ interpreté que se había desembarazado de sus sentimientos afir­
r
dad consciente que sentía respecto de su fracaso de venir al mó sentirse contenta por no experimentar tensión alguna, pero
tratamiento, y hasta que no pensara en todas las acciones par­
ciales como una totalidad no se podía lograr ningún ajuste en
poco después demostró comprender el peligro que entrañaba
el uso de este mecanismo diciendo: “Si uno deseara librarse
c
el tiempo o aprendizaje de la experiencia. En su vida cotidiana
aparecían dificultades similares. A menudo se tomaba mucho
de la propia curiosidad se moriría, porque uno no tendría deseos
de vivir. No es que se desee morir, simplemente uno se muere” .
(.
trabajo para concertar una cita con su peinadora, quien vivía
a media hora de su casa, sólo para entorpecer la cita yéndose
En lugar de atacar y destruir al analista, los impulsos destruc­ o
tivos se habían vuelto en contra de su deseo de vivir, su libido,
de su casa en momentos en que ésta debía llegar. No había
olvidado que el viaje tomaba treinta minutos, pero este hecho
dejándola, por así decirlo, moribunda, y por lo tanto en un es­ o
tado de despersonalizaciónd L a intensidad de la ambivalencia,
y la acción de viajar se habían disociado totalmente uno del
otro. Su apreciación emocional sufría con frecuencia a causa
en ésta y otras ocasiones similares, me sugirieron que los impul­ (
de este proceso de disociación, incluso en una etapa ya avanzada
de su análisis cuando se habían registrado progresos notables.
sos eran de naturaleza pregenital y su curiosidad parecía ser
primariamente un impulso oral, en tanto que los impulsos agre­
c
Sucedió que su prometido tuvo que ir a Bombay donde ocu­ sivos estaban ligados a fantasías y síntomas anales. Por ejemplo, c
rrieron tumultos y se produjeron tiroteos con soldados britá­ el deseo de averiguar a través de la vista o leyendo, le provo­
nicos. Durante días no se preocupó por él, porque el hecho de caba a menudo una indigestión. Una vez, cuando le interpreté c ■
que estuviera en Bombay estaba desconectado de la situación su enfado como un ataque con heces contra el analista, faltó
allí existente. Cuando esta disociación se corrigió a través del a la siguiente sesión. Luego explicó que se había constipado o
análisis, acusó un gran impacto de ansiedad y su normal pre­ tanto que, en lugar de venir a análisis, había vuelto a su casa
ocupación por su prometido pudo emerger. para hacerse una enema. Hechos similares le fueron mostrados o
Seleccioné algún material de un momento en que ella misma a la paciente una y otra vez, y por primera vez aparecieron
se había percatado de sus impulsos, a fin de demostrar la vuelta de manera paulatina pero en forma muy clara impulsos geni­ c
de la agresión sobre sí misma. tales en la transferencia. Por ejemplo, cuando abandonaba la
Durante todo el tratamiento ella había deseado hacer pre­ librería para ir a su sesión analítica, comenzó a sospechar que
G
guntas, pero en realidad pocas fueron formuladas, porque sabía
que yo sólo iba a interpretarlas, cosa que no podía tolerar. 0 La importancia del conflicto de ambivalencia en la despersonaliza-
G
ción fue comprendida en especial por Reik (1927), quien señala que la
También en esto se registró una mejoría con su creciente capa­ carencia de sentimiento se relaciona con los deseos de muerte dirigidos O
cidad para hacer preguntas, que en sí mismas constituían una contra el yo. Cita las palabras de uno de sus pacientes: “En lugar de
importante fuente de información en lo concerniente a sus deseos saber que quieres matar a alguien, te destruyes a ti mismo” . Melanie Klein ü
y ansiedades, y que además arrojaban luz sobre sus reacciones (1946) describió la vuelta de los impulsos destructivos contra el yo como
un mecanismo esquizoide.
c
34
HERBERT a . roseneeld
ESTADOS PSICÓTICOS 35
sus compañeras pensaban que salía para divertirse. Tras inter­
pretarle que ella sentía que venía a disfrutar de su análisis se lización. Esta situación coincidió con mis vacaciones de verano,
durmió, pero tuvo un sueño -q u e me relató al despertar— en y cuando la vi a mi regreso no presentó signos de recuperación
el cual sostenía en su mano la tapa de una tetera y sentía que espontánea. Perdió nuevamente todo deseo de hablar o de ve­
al tocarla aumentaba de tamaño. L a tapa tenía aquí un signi­ nir a tratarse, al tiempo que desaparecieron todos los sentimien­
ficado claramente fáiico.
tos para con su prometido. Había llorado durante días antes
También comenzó a manifestar más sus sentimientos. Un de que se separaran, porque temía que algo le sucediera en
amigo le escribió una carta de despedida antes de irse, hecho su viaje en avión, como una repetición de lo acontecido con
que la trastornó mucho, y por primera vez pudo permitirse su hermano Juanito. Pero cuando en realidad se fue ella no
llorar bastante abiertamente durante la sesión analítica. Pero sintió nada, y allora se preguntaba si sentía algo de amor por
no podía tolerar oírme hablar porque, como expresó, la hería, él, ya que sólo sentía un estremecimiento ante la perspectiva
la sacudía, lo sentía como un ataque que la fragmentaba en de casarse, pero él no parecía existir. Se mostraba preocupada
mil pedazos, como si uno martillara una gota de mercurio. por esta situación y ansiosa de cooperar. Además de la ausencia
Sugerí que el odio por el amigo que la abandonó estaba aquí de afecto, apareció otro síntoma que había mencionado sólo
volcándose contra sus sentimientos y en contra de sí misma. una vez durante la culminación del estado psicòtico. Sentía que
Sin embargo, en un intento de salvarse, los impulsos destructivos se estaba inflando como un globo doce veces su propio tamaño
fueron proyectados sobre el analista en lugar de sí misma, y y, al mismo tiempo, que ella era una pequeña dentro de ese
por lo tanto los sentimientos de persecución del exterior retor­ globo. Mi paciente describió este estado como muy desagra­
naron. Como era casi de esperar luego de esta sesión no volvió dable y la única clave que me brindó era que la espera tenía
por unos días para elaborar por sí misma su odio. algo que ver con todo eso. Si esperaba algo de otra persona o
Pero cuando volvió me comunicó que acababa de descubrir de sí misma, o alguien quería algo de ella, este síntoma se
que se sentía avergonzada por no haber sido nunca capaz de incrementaba. Esta descripción me recordaba los momentos
sentir afecto o de demostrarlo. Esta concepción estaba aún de sus agudos temores paranoides con respecto al analista, en
completamente disociada de la experiencia analítica. Entonces, los cuales temía que éste le hablara o bien que al hablar ella él
durante casi una semana, hubo una lucha para que se percatara se le metiera dentro. Sus activos impulsos de querer meterse
de la disociación y pudiera hacer consciente la transferencia dentro de otras personas para dominarlas, usarlas y tirarlas, que
positiva. Cuando por fin fue capaz de expresar gratitud, era se correspondían con sus temores paranoides pasivos, habían
por el hecho de que ahora se le hacía posible sentirse, por pri­ sido reprimidos de manera particularmente enérgica, negados y
mera vez, una persona entera y viva.
escindidos. Tuve la clara impresión de que una de las razones
Fue al poco tiempo que conoció a un joven de quien se por las cuales los impulsos agresivos se habían volcado tan vio­
enamoró profundamente. Al mismo tiempo, sus celos de otras lentamente en contra de su libido, era una fusión de los im­
mujeres pudieron hacerse por completo conscientes. Esto suce­ pulsos libidinales con su self primitivo, voraz y dominador,
dió en particular en relación con una amiga, la misma que contra el cual sentía un odio violento. Anteriormente, siempre
se lo había presentado. Su relación con el muchacho se desa­ era dificultoso que se percatara de sus deseos, porque todo deseo
rrolló satisfactoriamente.,y luego de algunas semanas se compro­ estaba inconscientemente relacionado con esa parte voraz de
metieron. El debía ausentarse al exterior durante dos meses, sí misma que tenía-que ser suprimida. ___ _
concertándose el casamiento para su regreso a Inglaterra. Ella
En esta etapa del análisis algunas veces le era posible admi­
reaccionó ante su partida con un agudo ataque de despersona-
tir sus deseos, comprendiendo entonces que no quería que su
prometido viajara al exterior. L a frustración de su partida sus-
36 HERBEBT a . HOSENi-’EU)

citó sus deseos voraces y agresivos. Habían tomado la forma desintegración. Si en sus deseos voraces sentía que penetraba
de fantasías en las que ella se introducía dentro de él para completamente dentro de orto objeto, se dormía o bien se sentía
compelirlo a hacer lo que ella quisiera y al mismo tiempo sentía gravemente disociada. Si otras partes más pequeñas sufrían el
que lo estaba vaciando de todo lo bueno.10* El resultado de este mismo proceso ella mantenía la conciencia de sí y sólo se per­
ataque voraz y agresivo fue que ella se sintió dentro de él. La cataba de la pérdida de los sentimientos.
sensación del gran globo se relacionaba con el hecho de que Encontré que se daba una situación similar con respecto a
el objeto dentro del cual se había metido estaba muerto, vaciado los procesos de disociación que tienen lugar en el yo, que ya
mediante sus demandas orales y lleno de aire a causa de sus he descripto. Aquí también el hecho de que se produzca una
controladores ataques anales. Por identificación proyectiva con despersonalización o un grado variable de desintegración pa­
el objeto, ella se sentía muerta. Por otra parte, la pérdida de rece depender de la cantidad y energía de las fuerzas destruc­
sentimientos en razón de este proceso parecía corresponderse tivas volcadas contra el self. En los últimos meses de análisis
con esa parte de sí misma y de su libido que había sido escin­ apareció más material interesante. Tras una larga resistencia
dida por medio de la proyección. Esto se relacionó inmediata­ admitió haber sido completamente frígida en sus intentos de
mente con la transferencia. L e señalé la ansiedad provocada relaciones sexuales con su novio. L a frigidez se relacionaba
por su separación de mí durante las vacaciones y su ansiedad claramente con sus sentimientos de despersonalización. Encon­
porque finalizara su análisis después de su casamiento. Pero tramos que tuvo fantasías masturbatorias de ser violada, las que
cuando le interpreté que estos temores habían incrementado su se relacionaban muy estrechamente con sus temores de ser pe­
deseo y voracidad por el tratamiento y que también tenía la netrada por penes u otros objetos. Las interpretaciones que
fantasía de meterse dentro de mí para sacarme todo lo que establecían las relaciones entre sus primitivas fantasías orales y
ella deseaba, entró en un largo silencio y entonces me pregunté su despersonalización con posteriores fantasías genitales, si­
si iba a poder hacerse cargo de lo señalado por mí. Finalmente guiendo las mismas el modelo más arcaico, producían un gran
pudo hablar nuevamente y dijo haber sentido inmediatamente alivio a mi paciente. Ello disminuyó su temor a los impulsos
que mis interpretaciones eran correctas, pero, al darse cuenta, genitales y permitió que afloraran más a la superficie realizando
se cansó tanto que perdió conciencia por unos minutos. Sin paulatinamente una mejoría simultánea de su despersonaliza­
embargo nuevamente había logrado salir de ese estado por sí ción, su frigidez y sus relaciones objétales. Otro hecho notable
misma. Entendimos que esta reacción era la confirmación de al final del tratamiento fue que con la mayor integración de
mi interpretación y que este estado de inconsciencia y pérdida su yo, el proceso de introyección se hizo más manifiesto. Ante­
total de sí misma se vinculaba con el temor de meterse comple­ riormente la introyección había sido ampliamente eclipsada pol­
tamente dentro de mí y de perderse allí. Me llamó la atención los mecanismos de proyección. O para decirlo de otro modo, el
entonces que su temor actual de perder sus afectos y la des- proceso de introyección se había inhibido a través de la ansiedad
paranoide que producían los objetos que podían introducirse
personalización eran sólo cuantitativamente distintos del aban­
en ella. Fue particularmente la disminución de estos temores
dono total de sí que experimentaba en el estado esquizoide de
paranoides específicos, por medio de la comprensión de los im­
10 Winnicot (1945) describe reacciones similares en pacientes desper­ pulsos y procesos primitivos descriptos, la que posibilitó que
sonalizados. Fedem (1928) discute la despersonalización como perturba­ funcionaran nuevamente los mecanismos de introyección.11
ción actual y directa de la libido narcisista y sugiere que en la desperso-
nalización-tiene lugar una regresión a las fronteras más tempranas de! 11 Melanie Klein (1946) realizó similares observaciones. Señala:
yo, lo que ocasiona perturbaciones en los sentimientos del yo. Melariie “Como resultado de sentir el cuerpo o la mente controlados por otras per­
Klein (1946) demostró la relación que existe entre la disociación esqui­ sonas de manera hostil, posiblemente exista una gran perturbación en la
zoide del yo y la identificación proyectiva.
introyección de objetos buenos”.
estados psicoticos
39
38 HERBERT A. ROSENFELD
Intenté mostrar en este artículo que existe una estrecha re­
Cuando se casó y se fue a vivir con su marido al exterior, tuvo lación entre los procesos esquizoides y la despersonalización.
que interrumpir el análisis. L a vi algunas veces después de Los mecanismos de disociación esquizoide descripios se mani­
su luna de miel. Estaba feliz y confiada, y las relaciones sexuales festaron tanto en la desintegración yoica esquizoide como en la
con su esposo se desarrollaban satisfactoriamente. despersonalización de mi paciente. Sugiero entonces que sólo
En muchos aspectos, el análisis aún está incompleto y hay hay una diferencia cuantitativa entre los dos cuadros. De los
peligro de recaída. Por otra parte, el casamiento tiene razona­ analistas, H. Deuísch (1942) llamó la atención sobre ciertos
bles probabilidades de éxito y puesto que la paciente retornará estados emocionales similares a la despersonalización y su rela­
con su esposo en dos o tres años más, no la presioné para que ción con la esquizofrenia. Más tarde, Melanie Klein (1946)
continuara su análisis en ese momento. sugirió que en la despersonalización se produce una regresión
a la posición esquizoparanoíde.

RESUM EN

Resumiré brevemente mis conclusiones del análisis de este


caso.
Los procesos esquizoides, incluyendo la despersonalización,
pueden ser usados por el yo como mecanismo de defensa ,en
fases comparativamente tardías del desarrollo. Son, sin embargo
procesos que afectan la estructura misma del yo, causando varios
grados de disociación y proyección del yo. Estos procesos se
relacionan con la existencia de impulsos destructivos dentro del
yo, que son sentidos como alienados (escindidos) y por lo tanto
persecutorios. Los impulsos sádico-orales y sádico-anales, diri­
gidos contra el interior del cuerpo de la madre, también incre­
mentan la ansiedad persecutoria. Estos factores sugieren el
origen de estos mecanismos esquizoides en un nivel paranoide,
los cuales debilitan el ulterior desarrollo del yo. El yo debilitado
de mi paciente acusó el nacimiento del hermano y las circuns­
tancias que lo rodearon, como un impacto, produciéndose una
considerable regresión por medio de la cual se reforzaron los
procesos esquizoides.
Tanto los psiquiatras como los psicoanalistas consideran a
la despersonalización un tema muy oscuro. Se la encuentra a
menudo en el comienzo o al final de una neurosis o una psicosis.
Acompaña algunas enfermedades orgánicas del cerebro, cuadros
esquizofrénicos, depresiones, neurosis obsesivas, cuadros histé­
ricos y ha sido descripta como una entidad patológica separada.
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OBSERVACIONES SOBRE LA RELACION EN TR E LA
c
i HOM OSEXUALIDAD MASCULINA Y LA PARANOIA, c;
i ANSIEDAD PARANOIDE Y NARCISISMO 1
(1949) c

c
TEORIAS PSICOANALITICAS SOBRE LA PARANOIA
c
Los problemas que deseo discutir atañen a las interrela­
ciones entre la homosexualidad y la paranoia, la ansiedad para- c
noide y el narcisismo. Ya en 1908, Freud discutió con algunos
prominentes analistas de entonces, en especial Ferenczi y Jung, c
i sobre la estrecha relación que existía invariablemente entre la
paranoia y la homosexualidad latente.' Desde entonces en la (
i literatura analítica han aparecido muchos artículos sobre la pa­
c ..
ranoia. L a mayoría de los primeros - autores y algunos de los
más recientes3 piensan que la proyección de la homosexualidad
latente es el factor más importante en esta enfermedad... F e­ c
renczi (1911a) llegó a sugerir que la paranoia pudiera ser sim­
plemente una forma distorsionada de homosexualidad;4 Freud
G
1 Ampliadas de una escuela comunicación.leída como parte de un c
simposio sobre Homosexualidad Masculina en la Sociedad Psicoanalítica
Británica, noviembre de 1948. Publicada originariamente en el Inl. ]. G
Psycho-Anal., 30.
- Freud (1911), Ferenczi (1911a, 1914), Grebelskaja (1912), Has-
sais (1913), Kempf (1921), Morichau-Beauchant (1912), Payne (1914-
C
15), Shockley (1914), Wulff (1911).
A Posteriormente: Brunswick (1928), Gardner (1931), London .G
(1931), Knight (1939), Reich (1936), Ackennann (1938).
/'
4 Dice Ferenczi en el mismo artículo: “ El mecanismo de defensa v..
paranoide no se dirige contra toda forma de catexia libidinal, sino única­
mente contra las catexias homosexuales” .
C
!
42 HElffiERT A. ROSENEELD ESTADOS PSICOTICOS 43

expresó sus opiniones sobre k paranoia en el caso Schreber.5


fases tempranas del desarrollo infantil. Ella piensa que los
Allí presentó su famosa fórmula sobre la paranoia,15 sobre cómo primeros tres, cuatro o cinco meses de vida del niño son domi­
los intolerables sentimientos conscientes de homosexualidad se
nados por las ansiedades paranoides, y denomina por lo tanto
~ toman hostiles con propósitos, defensivos, y luego son proyecta­
a esta fase de máximo sadismo “posición paranoide” ; Es a esta
dos. Al mismo tiempo demostró que el mecanismo proyectivo
posición paranoide a la qué" regresa el paranoico. Es también
podía ser usado con otros propósitos: “Al comienzo de la enfer­
Klein (1932) quien demostró que la homosexualidad se desa­
medad (dementia paranoides), toda_eatexiai.de_ objeto es reti­
rrolla con frecuencia como defensa contra las ansiedades para­
rada de los objetos del entomo, produciéndose una regresión al
noides, lo que explicaría la frecuencia de la combinación de
narcisismo. En el proceso de restablecimiento, la libido es de­
vuelta a las personas que había abandonado. En la paranoia, paranoia y homosexualidad.
este proceso se lleva a cabo por el método de proyección”. Al margen de Klein sólo hallé tres autores, fundamental­
L a temprana fijación del paranoico ha sido destacada por mente Maeder (1910), Pfeiffer (1920) y Róheim (1922), que
muchos autores, como por ejemplo Abraham (1924)’* y más supusieran algún tipo de actitud paranoide primaria en el niño.
tarde por Bychowski (1930)8*y Holstijn (1933).° Pero fue prin­ Maeder describió una tendencia paranoide primitiva relacionada
cipalmente Melanie K lein10 quien destacó la importancia pri­ con el animismo, el cual es no sólo característico de la paranoia
mordial de esta temprana fijación. Desde 1919 desarrolló sino que"puedé observarse en los niños. “Esta tendencia pro­
paulatinamente sus puntos de vista en lo que concierne a las bablemente biológica se revivifica en la paranoia”, aunque
encuentra “difícil afirmar si este tipo de persecución existe en
5 En su más antiguo artículo sobre la paranoia (1896), Freud no forma aislada”. En su opinión se halla siempre combinada con
reconoce a la homosexualidad como factor de la enfermedad, pero por la proyección de tendencias homosexuales latentes.-
primera vez describe allí a la proyección como típico mecanismo de defen­
sa en la paranoia. En 1905 destaca que la frecuente transformación de Revisando Psicología de las Masas y Análisis del Yo de
los impulsos tiernos en hostiles era en general característico de la pa­ Freud, Róheim (1922) se refiere a un artículo inédito de Pfeiffer
ranoia.
(1920), donde este último expresa que la raíz filogenètica de
u Yo (un hombre) lo amo (un hombre). Esto se contradice por:
la paranoia se remonta a la horda primitiva. Róheim piensa
“ Yo no lo amo - lo odio” . Yo lo odio se transforma por proyección en:
El me odia (persigue), lo que justifica que yo lo odie. que Freud demuestra la exactitud de la teoría de Pfeiffer, y
7 Abraham, alentado por el trabajo de Staerke y Ophhuijsen, describió sugiere que la fórmula de Freud debiera continuarse más allá:
la fijación del paranoico en una etapa más temprana, la sádico anal. El
. . . “Yo lo amo” significaría en realidad: “Yo amo al padre” ,
trabajo de Bibring (1928, 1929) está estrechamente ligado a los puntos
de vista de Abraham. pero ésta sería una formación reactiva contra el estado original:
8 Bychowski (1930) destacó la importancia primordial de la fijación “Yo odio al padre”. En consecuencia, “la homosexualidad en la
oral del paranoico. estructura de la paranoia sólo sería un factor secundario”.
8 Holstijn (1933) demostró el elemento oral en el delirio del parafré­
nico, en una gran cantidad de pacientes. El mismo Freud, en 1922 y 1923, insinúa la importancia del
10 En sus artículos anteriores, en particular los de 1930 y 1932, Me­ conflicto ambivalente en la paranoia y pone énfasis en que la
lanie Klein hace aún la diferencia en sus discusiones teóricas entre los homosexualidad puede ocultar el temor al padre (sin referirse —
puntos de fijación de la esquizofrenia (etapa oral sádica) y la paranoia al temor al padre como de carácter particularmente paranoide).
(etapa anal primaria) siguiendo la terminología de Abraham. En su ma­
terial casuístico ella siempre vinculó los tempranos impulsos sádico orales Mi propia experiencia con pacientes paranoides coincide
con las ansiedades paranoides. En 1935 y 1946, describe la temprana fase estrechamente con el punto de vista de Klein respecto del punto
oral sádica como punto de fijación tanto de la esquizofrenia como de la
paranoia (posición esquizoparanoide). Deseo hacer recordar que Freud embargo, Freud nunca adaró cuál era la duración de las fases autoerótica
diferencia (1911) entre la fijación del esquizofrénico a la fase autoerótica --y narcisista. En determinado momento dice que el narcisismo y el auto-
y la del paranoico a la narcisista, ambas dominadas por la libido oral. Sin
j-erotismo se superponen con frecuencia.
‘ C

(
45
44 HERBERT A. ROSENFEI.D
ESTADOS VSICÓTÍ. COS
r
de fijación del paranoico en la temprana etapa oral (posición HOMOSEXUALIDAD MANIFIESTA Y PARANOIA
(
paranoide) y de la naturaleza secundaria y defensiva de la
homosexualidad del paranoico. Es mi propósito en este artículo Caso A
c
llamar la atención acerca de esta función defensiva de la homo­
sexualidad. Además, presentaré algún material clínico para
Estoy tratando un paciente homosexual manifiesto que c
mostrar que la fijación en esta etapa temprana del desarrollo
contribuye considerablemente al desarrollo de una ulterior ho­
sufre de un cierto tipo de paranoia a la que muchos psiquiatras
denominan parafrenia.13
c
mosexualidad.11 El paciente es un artista cuya homosexualidad se tomó ma­
nifiesta hace 16 años, cuando éste tenía 25. Aun cuando su
c
Encontré que mientras los autores psicoanalíticos concedie­
ron una gran atención a la homosexualidad latente en la para­
homosexualidad todavía era latente, en ocasiones se sentía per­
seguido y pensaba que la gente se refería a él como un homo­
c
noia, pocos son los que discutieron el problema de la homo­
sexualidad manifiesta en la paranoia.1-
sexual. Es interesante destacar el hecho de que se haya decidido
a poner en práctica sus fantasías homosexuales, las que existieron
c
11 Compárese Klein (1932), Bergler y Eidelberg (1933), Holstijn
(1933), G. Bibring (1940) y Bergler (1944).
durante largo tiempo, después de haberse hecho claro para él
que los homosexuales eran en realidad perseguidos por la lev
c
12 Hay varios autores, en particular Shockley (1914), para quienes
los homosexuales manifiestos desarrollan con frecuencia ideas levemente
inglesa -u n hecho que hasta ese momento, de un modo u otro,
había logrado negarse a sí mismo. Durante un período man­
c.
paranoides cuando no se comprometen en ninguna práctica homosexual,
pero estos autores atribuyen la paranoia simplemente a la conversión
tuvo relaciones promiscuas con hombres y estaba totalmente
obsesionado por el problema homosexual, pero en apariencia
c
directa de la libido homosexual (tal vez en el sentido de Ferenczi, 1911a).
Shockley resume así sus puntos de vista: “En la dementia praecox no se sentía perseguido;. (I
paranoide, la homosexualidad siempre está en relación con los impulsos
homosexuales inconscientes que irrumpen en la mentalidad consciente y
que son distorsionados por la censura:' Las inclinaciones homosexuales
Fue probablemente doce meses más tarde que se puso
ansioso, v sospechaba que era seguido por policías de civil quie­ c
pueden ser claras y bien aceptadas por el yo, en cuyo caso todo intento nes trataban de dirigirse a él y arrestarlo tras haber respondido
de supresión, si es infructuoso, conduce a la génesis de ideas persecutorias a sus propuestas homosexuales. Estas sospechas paranoides L
que pueden o no estar sistematizadas, dándole de este modo al individuo
una reacción compensatoria que se manifiesta en una gradación que va
desde un carácter paranoide hasta una psicosis paranoide” .
nunca lo abandonaron, pero variaron en intensidad.
En la mayoría de sus relaciones homosexuales desempeñaba
■c
Hassals (1915) habla de dos pacientes que con posterioridad desa­ el papel activo, pero era pasivo con un amigo más viejo que
c
rrollaron ideas persecutorias, a los que describe como un homosexual lo sostenía financieramente y con quien ha vivido desde los 26
franco y otro con inclinaciones homosexuales conscientes, respectivamente.
Schmideberg (1931) habla en su artículo de dos pacientes que mos­
años. Aun después de esa época proseguía con las relaciones
homosexuales promiscuas, pero la intensidad de sus impulsos
c
traron tanto una conducta manifiestamente homosexual como tendencias
psicóticas paranoides.
Bolhneier (1938) hizo la descripción de un paciente que mostraba
homosexuales eran variables.
Cinco años más tarde, en 1939, tuvo una aventura amorosa
c
a menudo una conducta abiertamente homosexual. Como consecuencia del
rechazo provocado en su trabajo, desarrolló la idea paranoide de estar
homosexual que fue interrumpida por la guerra. Esta le pro­
dujo una gran conmoción y, puesto que sostenía puntos de vista
c
siendo seguido por treinta detectives. El analista llega a la conclusión de
que el mecanismo paranoide es una proyección de la hostilidad reprimida
del paciente. ---•■■ ' ~ se desarrolló después que la relación homosexual, que había sido sexual-
rc
Knight (1939) describe un corto y exitoso tratamiento de un pa­
ciente al que había diagnosticado como esquizofrénico paranoide, quien
mente satisfactoria, concluyera.
13 La parafrenia es una esquizofrenia paranoide no deteriorante con
c
desarrolló sospechas paranoides con respecto a su nueva esposa, algunos
meses después de haber sido seducido por un homosexual. L a paranoia
alucinaciones auditivas.
c
46 ESTADOS PSICÓTICOS 47
HERBERT A. ROSENFELD

pacifistas, se negó a ingresar en el ejército. Durante la guerra El hecho sobre el que quiero llamar la atención en este
su paranoia empeoró. Estaba convencido de aue en el pueblo caso es la manifestación de la homosexualidad después que el
donde vivía, tocios estaban en contra de él y comentaban sus paciente se percatara de que era susceptible de ser enjuiciado
actividades homosexuales.11 A lo largo de la guerra trabajó a y juzgado por la ley.. Por lo general, el paciente es muy sensible
gusto en la tierra, pero cuando aquélla estaba por finalizar se a toda crítica o agresión extemas, las que incrementan en gran
deprimió mucho e intentó suicidarse. Ante el consejo de su manera tanto su persecución interna como externa.. L a homo­
médico y amigo decidió efectuar un tratamiento psicoanalítico. sexualidad fue utilizada para reprimir y negar la ansiedad ~
Comenzó su análisis con un psicoanalista y al poco tiempo se paranoide, hasta el momento en que los hombres con quien
sintió aliviado. tuvo relaciones se tornaron también perseguidores (policías de
Luego de tres meses interrumpió el tratamiento en un estado civil).
de exaltación en el que su homosexualidad se tornó violenta­ Otra característica interesante es que las actividades homo­
mente activa,, Su deserción del análisis coincidió con la vuelta sexuales sólo cesaron cuando su paranoia empeoraba, tal como
de su amante homosexual de 1939, pero, tras desilusionarse de durante la guerra y antes de ser enviado al hospital. Tengo la
él, se volvió cada vez más promiscuo. Comenzó a usar lápiz impresión de que si las ansiedades paranoides son muy serias,
de labios, a pintarse las mejillas y a maquillarse. Quería atraer se rompe la defensa homosexual. Por consiguiente la paranoia
la atención de todo, el mundo, y obtenía un placer deliberado se mostrará en toda su plenitud, lo que clínicamente sería una
en que la gente hablara sobre la manera como se estaba prosti­ psicosis paranoide.
tuyendo. Poco a poco comenzó a escuchar voces insultantes y He recopilado algún material analítico para mostrar un
burlonas. Las voces manifestaban principalmente palabras tales mecanismo repetido por el paciente una y otra vez en la situa­
como: “es un «m antenido»..., un « p u to » ..., «com ilón»..., ción transferencial. Está tomado de un período del análisis en
«am bidextro»...” y otras palabras que en la jerga común se el que elaboraba la razón del abandono de su anterior análisis,
usan para designar a los homosexuales. Las voces se volvían y cuando temía repetir conmigo el mismo proceso. Por consi­
cada vez peores, y comenzó a gritar a las personas de quienes guiente nos dirá algo respecto al estado de exaltación homo­
sospechaba que lo perseguían. sexual y el consecuente agravamiento de la paranoia simple del
paciente en una parafrenia. Hay un recuerdo infantil que men­
Fue enviado a un hospital psiquiátrico donde se le practicó
ciona con frecuencia. Recuerda que cuando niño pugnaba con­
una lobotomía a los dos meses de estadía. Durante cierto tiempo
tra el impulso de embadurnarse enteramente con heces. Cuando
después de la lobotomía las voces cesaron, pero se sintió triste,
tenía cuatro años tomó bastante hollín de la chimenea y se
deprimido y sin energías. Luego las voces recomenzaron, y
ennegreció la cara. Sus actuales impulsos de empolvarse y de
repentinamenté decidió que debía retomar al tratamiento psico­
pintarse los labios y la cara se enlazan, según el mismo paciente,
analítico, sobre el cual no había pensado desde que lo abandonó.
Como su anterior analista no podía tomarlo, fue enviado a mí. con su recuerdo infantil.
El paciente ha estado bajo tratamiento sólo un año, pero mejoró Además hay un recuerdo de cabalgar excitadamente sobre
en gran medida. Por ejemplo, recobró su capacidad para pintar, la rodilla de su padre combinado con una fantasía de defecación
que había perdido casi por completo. en sus propios pantalones en esos momentos, sin que su padre
lo supiera. Antes de que apareciera este recuerdo, se sentía a
11 En realidad en éLpüeblo existía cierta hostilidad contra él por menudo muy' ansioso y deprimido por ciertos pensamientos y
negarse, por sus convicciones pacifistas, a prestar servicio militar. Sus sensaciones que tenía en mente, pero era suficiente que me los
actividades homosexuales cesaron casi por completo durante la guerra, comunicara para sentirse aliviado y gozoso. Yo tenía la impre­
pero proseguía con fantasías masturbatorias, o se transformaban en alguna
actividad fetichista. sión de que se aliviaba de su depresión por el proceso de expul-
-(
c
(
48 HEHhKUT A. HOSENl’JSIJ)
ESTADOS PS1COTICOS 49
(
.sarla dentro de mí (proyección) como si hubiera defecado. El
cíente nunca jugó el papel de homosexual pasivo durante ei (
mismo vinculó esta experiencia transferencial con los procesos
estado de exaltación. En realidad, la genitalidad (el pene)
anales. El análisis detallado reveló que los pensamientos y si­
oculta el ataque anal dirigido contra sus rivales. Podemos decir
tuaciones internas depresivas y persecutorias se enlazaban con c
por lo tanto que el papel homosexual activo es usado como
estas fantasías-anales, las que a su vez se vinculaban con objetos
totales y parciales que previamente había incorporado con una
defensa contra las tendencias sádico-anales. Sin embargo la ge­ c
nitalidad falla en su función defensiva. El pene se torna indis­
modalidad oral o anal. Comprendimos también que, además
tinguible de las heces (cerdos sucios) de manera que lo que c
del evidente mecanismo anal de proyección, tenía durante estos
se arrojó dentro de otros hombres era el revoltijo interno. Por
períodos de exaltación fantasías sexuales de forzar su pene dentro
otra parte sabemos que las heces, a partir de la labor de Stárke c
de mí. Después de cada una de dichas ocasiones en las que
(1919),'13 Ophhuijsen (1929), Abraham (1924) y en particular
parecía expulsar algún material del modo descripto, al comienzo
sentía exaltación, pero más tarde la persecución de sus voces
(
13 Stärke subrayó la identificación del objeto amado con el escíbalo
aumentaba, lo que podía relacionarse con la situación transfe­ ( heces) que actúa de perseguidor mediante la actitud ambivalente del
paciente hacia el objeto de amor intemo y extemo: Ophhuijsen encontró,
c
rencial. Se concluyó que estaba aterrorizado tras expulsar su
material pensado y por lo tanto se desligaba totalmente de toda
interpretación que yo intentara, como si temiera que algo horri­
independientemente de Stärke, que el perseguidor podría ser la personi­
ficación del escíbalo.
Abraham (1924) retomó las observaciones de Stärke y de Ophhuijsen,
c-
ble le fuera metido por mí a la fuerza.
Dos sueños mostrarán aun más los puntos que intenté cla­
reconociendo su total importancia y desarrollándolas más ampliamente.
Dice, tras hablar de Stärke y del caso Schreber de Freud: “Podemos agre­
c.’
rificar. gar ahora que en este proceso de reconstrucción (de las catexias de objeto
perdidas) el paranoico incorpora una parte de su objeto. Al hacerlo, pa­
(
El paciente observa desde atrás a un conocido y exitoso dece un destino similar al del melancólico, el cual introyectó la totalidad
pintor. Este pintor está muy deprimido y parece más pequeño de su objeto por un proceso de incorporación. Tampoco puede de este c
modo escapar a su ambivalencia. Por lo tanto, como el melancólico, trata
que en la vida real. En el sueño, mi paciente lo somete. En
de desembarazarse de esa parte del objeto que ha incorporado. Y en el
el segundo sueño, un hombre conduce unos cerdos sucios a tra­ nivel de desarrollo psicosexual en el que se encuentra esto solo puede
í
vés de la cocina del paciente. El hombre está de ánimo petu­
lante y sugestivamente se toca el pene y tira de la cola de uno
ser para él un proceso anal. Por lo tanto, para un paranoico el objeto
amado es equivalente u iá fh e c e s de las cuales no se puede desembarazar.
L a parte introyectada de su objeto amoroso no lo dejará, tal como en el
c.
de los cerdos como si fuera un pene. El paciente interpretó
ambos como ademanes homosexuales.
caso del melancólico el objeto que ha sido introducido in foto continúa
ejerciendo su poder despótico desde adentro” .
c
En el primer sueño, el paciente está envidioso de su exitoso Hasta ahora parece claro que Abraham tiene en mente la incorpo­
ración oral, pero más adelante menciona que “ esta introyección parcial í
rival. Lo castra, lo humilla y lo deprime por medio del coito
no necesita ser efectuada con una modalidad oral sino que puede ser
homosexual. Pero también mediante esta relación homosexual
el paciente se libera de su propia depresión. Ahora es el otro el
pensada como un proceso anal” . " " (,
Abraham piensa que el paranoico no regresa al narcisismo o a la
que está deprimido. El segundo sueño pone en evidencia la fase de incorporación total, sino a la fase anal primaria con incorporación ((
persecución. Puesto que el hombre en realidad no es homo­ parcial de amor.
sexual, el paciente puso en él su propia y sucia homosexualidad. Melanie Klein (1935) describió en detalle las ansiedades depresivas
y persecutorias internas. L
En el sueño, este hombre conduce los sucios penes (cerdos)
Lo más frecuente es que se identifique al objeto malo con las heces.
homosexuales en forma petulante,,de vuelta dentro de mi pa­ El objeto malo representa los impulsos sádicos malos, la parte mala de
ciente. la personalidad del paciente y, por último, un objeto interno sádico o
destruido (objeto parcial o total), que puede tomarse persecutorio.
En la totalidad del material presentado, es indudable la
Además, E. Bibring, Bender, Alexander y Menningen Young y otros
L
presencia del elemento anal como telón de fondo, pero el pa-
han destacado la importancia del factor anal en la paranoia.
L
50 HEBBEBT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 51

de Klein (1932, 1935, 1946), pueden ser identificadas con un que por momentos sufría de fuertes ansiedades, descriptas como
objeto interno. En el caso de mi paciente, la incorporación paranoides.
voraz o agresiva del pene (padre), y en otras ocasiones del
El paciente B es un homosexual manifiesto de treinta y ocho
pecho, causa una situación interna de ansiedad depresiva o per­
años de edad. Tiene una gran cantidad de síntomas de con­
secutoria intolerable. Es la proyección al exterior de esta situa­
versión histérica, y tiende a tener estados de ánimo de tipo
ción interna de ansiedad, identificada con las heces, la que
maníaco depresivo, pero de modo general sus perturbaciones
produce el conocido mecanismo de exaltación. Pero en nuestro
son de naturaleza más bien neurótica que psicòtica.
caso es el pene, funcionando de modo manifiestamente homo­
sexual, el que llevaría a cabo el mecanismo de proyección. Al poco tiempo de iniciar el tratamiento sufrió un ataque
agudo de ansiedad paranoide que duró cerca de doce horas.
El otro aspecto significativo sería la falla de esta defensa.
Acostumbraba venir a análisis en automóvil en un momento
Este mecanismo maníaco conduce a medidas retaliativas por
en que no se permitía circular. Un día, al salir de mi casa, notó
%parte de los hombres del mundo exterior. Clínicamente, el pa­
que pasaba un automóvil con un hombre sentado al lado del
ciente comenzó a oír voces.
conductor que parecía esconder su cara tras un periódico. Luego
Para sintetizar mis conclusiones: la homosexualidad mani­ mi paciente sobrepasó el automóvil y durante cierto tiempo
fiesta en el estado de exaltación, antes que se desarrollara la observó por el espejo retrovisor que aquél permanecía detrás
parafrenia, estaba al menos en parte al servicio de un mecanismo de él. Entró en pánico y de repente se convenció de qué estaba
defensivo de proyección con claras características maníacas. La siendo seguido por un automóvil policial. Pensó que yo había
depresión y persecución que fueron homosexualmente forzadas llamado por teléfono a la policía para informar respecto del uso
hacia el mundo externo, retornaron al paciente bajo la forma de ilegal que hacía de la nafta asignada. El análisis de este inci­
voces persecutorias. dente fue muy revelador y relataré el sueño que me trajo al
día siguiente del estado de ansiedad. En el sueño el paciente
venía a su sesión analítica. En la misma yo le estaba diciendo
ANSIEDAD PARANOIDE Y HOMOSEXUALIDAD a uno de sus amigos que él (el paciente) no era bueno, y le
MANIFIESTA ( NEUROSIS )• pedía a mi paciente que se enfermara para traerme material,
cosa que no logra hacer. Luego le introduje una jeringa en la
Caso B boca para ayudarlo. Más tarde el paciente me sacó la jeringa
de la mano y se la puso él mismo en la boca. No tuvo éxito
En el siguiente caso deseo mostrar que tras la homosexua-
en traer material. Yo estaba tan furioso contra él que le cobraba
-J- lidad manifiesta suelen ocultarse fuertes ansiedades paranoides.
elevados honorarios y concluía el tratamiento.
Este es un hecho que ha sido enfatizado y discutido, en particu­
lar por Melanie Klein (1932). Nunberg (1936) menciona que No puedo entrar en el detalle del análisis de este sueño, el
además de la gran importancia de la ambivalencia en la homo- que en primer término destaca la ansiedad interna producida
sexualidad, debe tomarse en cuenta la frecuencia con que por algo malo que obviamente había togado, y en segundo
ocurren las ansiedades paranoides en los homosexuales mani­ término muestra la jeringa como un pene ambivalente, que
fiestos. Benedek (1934)10 describe a un homosexual manifiesto agresivamente podía introducirle aún más material o ayudarle

Freud discutió la figura materna que muerde y que castra en los homo­
18 E s la figura de la madre persecutoria la que juega un importante
sexuales masculinos. En todos los casos a los que hago referencia en este
papel en el caso B. En el simposio y la siguiente discusión en la Sociedad
articulo observé la presencia de una figura máterna persecutoria. Sin
Psicoanalítica Británica, los doctores Usher, Thomer y Heimann atrajeron
embargo, he seleccionado fundamentalmente material relacionado con la
la atención sobre la madre persecutoria y devoradora, mientras que Anna
figura persecutoria del padre (pene).
52 HERBERT A. ROSENFELD

rante dieciocho meses) al pene, pero un análisis más fino reveló


a extraer su maldad interna. El acto de sacarme la jeringa de que en la depresión sentía que había incorporado y destruido la
la mano, como lo demostró el material posterior, representa la madre y el pecho amados. Se sintió incapaz de reparar esta ma­
repetición del acto malo, en especial el tragarse el pene del ana­ dre, lo que en la fase genital le significaba una incapacidad para
lista, al que el analista del sueño reacciona con la hostilidad utilizar de manera satisfactoria su pene con las mujeres. Un
persecutoria final y la castración del paciente. día en una de dichas situaciones de ansiedad, sintió de repente
En suma, el análisis del incidente paranoide reveló que los que yo era mucho mejor que él para cuidar de mujeres. Pensó
hostiles y voraces impulsos orales dirigidos contra el pene del que si me contara todas sus dificultades yo podría sortearlas por
analista, el temor a un pene robado y por lo tanto mal inter­ él, devolviéndole su interés por ellas y su potencia sexual, lo
nalizado y el temor al analista como figura externa retaliativa, que fue seguido por una fantasía homosexual con respecto a
eran las causas principales de este éstado de ansiedad paranoide. mí. Esta fantasía transferencia! demuestra, creo, el siguiente
Resumiendo, una parte de la homosexualidad del paciente mecanismo:
estaba determinada por sus intentos de aplacar a las figuras per­ La madre (pecho) destruida o dañada y toda la heterose-
secutorias externas por medio de un coito anal pasivo y por la xualidad, incluyendo al propio pene del paciente, fueron proyec­
necesidad de comprobar y de reasegurarse por fellatio con res­ tados sobre otros hombres (aquí, sobre el analista) para su
pecto a la destructividad de sus impulsos orales. Sin embargo, seguridad y reparación.17
encontré en el paciente otro mecanismo que éste mostró con El coito homosexual pasivo sirvió a los propósitos de reco­
gran claridad. Noté que la homosexualidad del paciente se brar el interés por las mujeres y la potencia y el pene perdidos
tornaba muy compulsiva cuando estaba deprimido. Durante de los hombres que eligió para el coito homosexual. L a proyec­
algún tiempo toda manifestación de homosexualidad en el mundo ción del self malo o del pene malo desempeñó un papel igual­
externo fue controlada en la situación transferencia!, la depresión mente importante en la homosexualidad del paciente. Describió
desaparecía como por arte de magia tras una buena interpreta­ con cuánta frecuencia tuvo en el pasado el impulso homosexual
ción. Después de que yo llamara la atención del paciente sobro de acercarse a hombres que ni física ni mentalmente tenían
el hecho de su incorporación aparentemente mágica de algo nada que él deseara, sino que representaban todo lo que odiaba
mío, que según yo interpretaba representaba para él mi pene, en sí mismo, en particular su pequeño pene, su pene malo. A
se deprimió intensamente y quiso dejar el análisis. Á1 mismo menudo soñaba con ellos y en sus sueños siempre encontrába­
tiempo, comenzó nuevamente a efectuar proposiciones homo­ mos que cuando los veía desnudos, los penes de estos hombres
sexuales a hombres en la vida externa. parecían tan pequeños y poco atractivos como sentía el suyo.
En esta ocasión la homosexualidad manifiesta fue utilizada
como defensa contra la depresión. En la elaboración de la de­
presión advertimos varios períodos en los que el paciente se HOMOSEXUALIDAD LA TEN TE Y PARANOIA
había vuelto completamente heterosexual, pero encontró que
lé era muy difícil tolerar la mínima ilustración impuesta sobre Caso C
él por una mujer. Admitió el deseo de depender de una mujer
Mi tercer caso es un carácter paranoide con fuertes compo­
que fuera rica para que él no tuviera que trabajar. Cualquiera
nentes homosexuales latentes. El paciente fue tratado por mí
de dichos intentos era seguido por un intenso odio y depresión
y un alejamiento desesperanzado de las mujeres, luego de lo 17 Compárese con Bychowski (1945). “La desviación hacia la ho­
cual reaparecía el interés homosexual. mosexualidad fue el resultado de una búsqueda desesperada del yo, no
solo de su madre perdida sino también de su propia virilidad expulsada
__ Al comienzo era como si el paciente simplemente hubiera y proyectada.”
transferido su amor por el pecho (había sido amamantado du­
ESTADOS PSICOTICO« 55
54 HERBERT A. ROSENFELD

hace ocho años por dificultades y ansiedades en relación con punto de vista puramente defensivo, como lo hizo Freud en el
su esposa, a quien a veces hacía objeto de intensas sospechas caso Schreber, sino que analizó el odio y los deseos de muerte
y celos. Casi desde el principio del análisis me desconcertó contra Freud como derivados de la frustración de los deseos
el hecho de que sus sentimientos carecieran de profundidad, y homosexuales pasivos del paciente en relación con Freud. E s­
observé la proyección de mecanismos paranoides. L a mayor taba intrigada por la mejoría que el paciente comenzó a expe­
parte de su análisis consistía en las fantasías y actitudes homo­ rimentar luego del sueño en el que su madre hizo pedazos todos
sexuales del paciente. Después de alrededor de dos años y los iconos de su habitación, y no estaba segura del mecanismo
medio de tratamiento desarrolló una pleuresía y debió inter­ de curación que había llevado a cabo. Al estudiar su artículo '
narse en el hospital, donde padeció una psicosis aguda signada sobre el Hombre de los Lobos uno tiene la impresión de que
por una depresión suicida y una paranoia de tipo hipocon­ el sueño representaba el reconocimiento del paciente del trabajo
exitoso realizado por el analista, fundamentalmente, su destruc­
dríaco. Estaba convencido de que iba a morir, y creía que los
ción de la imagen sagrada e idealizada de Freud en la mente
médicos y enfermeras se confabulaban para negárselo. Debo
del paciente.
confesar que mientras había comprendido algunos de los aspec­
tos paranoides durante el tratamiento del caso, mi análisis de Es en particular Melanie Klein (1932, 1935 y 1946) quien
la paranoia latente fue inhibido por una consideración, teórica, describió los mecanismos de idealización como defensa contra
en especial porque en esa época me enseñaron que la homo­ las figuras persecutorias. En el nivel homosexual, ello significa
sexualidad latente es la responsable de la paranoia y de los que la atracción hacia el padre idealizado se ve incrementada
rasgos paranoides de carácter. Con este paciente aprendí, por para evitar el temor a que el padre se transforme en una figura
amarga experiencia, que no sólo la homosexualidad manifiesta enteramente mala, y por lo tanto en un perseguidor. El padre
sino también la latente pueden estar ocultando una paranoia persecutorio no solamente es el objeto de amor frustrante, sino
latente. Varios autores, en particular Fedem (1943), han discu­ también el padre rival de la situación edípica, y que posee ade­
tido sobre la frecuencia con que los componentes neuróticos más toda la agresividad y maldad, la que es continuamente pro­
ocultan un cuadro psicótico subyacente. Casi ninguno de estos yectada sobre un objeto malo, proceso que comienza desde la
más temprana infancia.
casos ha sido tratado en detalle, quizá porque la psicosis no
podía abordarse psicoanalíticamente. Hace dos años atrás, mi paciente retomó para tratarse. Se
sentía física y mentalmente inválido y capaz de realizar sólo
Un caso famoso donde tanto la neurosis como la psicosis
trabajos temporarios. Sentía que sus anteriores tratamientos
subyacente aparecen descriptas en detalle es El Hombre de los
conmigo lo habían enfermado y, esto es interesante, se presentó
Lobos de Freud. Freud enfatizó los rasgos homosexuales pasi­
para tratarse con una persona a quien quizá conscientemente,
vos del Hombre de los Lobos y aparentemente hizo un análisis
y sin duda inconscientemente, consideraba un perseguidor mor­
muy detallado de la homosexualidad. Sin embargo, más ade­
tífero. Durante los primeros seis a nueve meses de análisis me­
lante desarrolló una grave paranoia. Muchos autores18 han
joró con rapidez, apareciendo un gran caudal de material inte­
especulado sobre este caso y ofrecieron explicaciones del hecho.
resante. De todo este período relataré un sueño para demostrar
Se recordará que Mack Brunswick (1929), quien más tarde ana­
de qué manera su homosexualidad fue utilizada como defensa
lizara al Hombre de los Lobos, halló una transferencia irre­
suelta, positiva e idealizada hacia Freud, que pudo analizar 19 Quiero recordar aquí que ya en 1912, Grebelskaja demostró la
trayendo a la luz la oculta v.fuertemente negativa transferencia ambivalencia de su paciente páranoide. Ella demostró que el odio contra
hacia Freud. Ella no consideró la actitud negativa desde el el padre había sido desplazado sobre otra figura paterna, el doctor Sch. . .
quien de este modo se convirtió en el más grande perseguidor de mi
paciente. El amor del paciente por su padre fue idealizado.
18 Véase Harnik (1930), Melanie Klein (1932).
o
c

56 HERBERT A. ROSENTELO ESTADOS P S I C Ó T I C OS 57


c
contra los temores paranoides. En el sueño, él atraviesa un cada vez más y por momentos se confundía. Se desarrolló una
c
pasaje subterráneo20 hasta llegar a una habitación. Allí en­ relación transferencial a la cual me acostumbré a considerar r
cuentra a un hombre de cara roja a quien reconoce como un como la forma típica que se presenta en una psicosis esquizo-
peligroso lunático. Ambos hombres portan revólveres. L a per­ paranoide. Apareció un gran caudal de material oral sádico C
referido al pecho y al pene. Por ejemplo, un día dijo tener
sona peligrosa dispara contra mi paciente, pero su revólver no
funciona. Mi paciente lo hechiza y el hombre se transforma ocultos sentimientos para con otro hombre. Cuando le dije algo, c
entonces en una persona pálida y amistosa que dispara sobre replicó que no podía incorporar lo que yo le había dicho. Mis
él hiriéndolo sólo en el brazo. Este es uno de esos sueños sobre interpretaciones fueron malas y le produjeron una indigestión. c
ios que mi paciente vuelve una y otra vez en varias etapas del Más adelante admitió que se había dedicado demasiado a incor­
análisis, cuando entran en foco distintos aspectos del sueño. En porar cada una de mis pálabras. Cuando le interpreté que c
estos términos, el peligroso lunático fue a menudo identificado estaba incorporando de un modo tan voraz mis interpretaciones
que sentía que las había destruido y, por lo tanto, transformado c
con la parte enferma de la personalidad del paciente. Pero en
el momento del sueño el hombre con la cara roja se identificó en malas dentro de él, repentinamente se quejó del temor a ('

fundamentalmente con el analista sádico que amenazaba des­ que yo lo atacara homosexualmente, de volverse loco, y de un L
truirlo. El paciente transformó omnipotentemente al analista
persecutorio en un amigo. El disparo en el brazo representaba
repentino y agudo dolor de estómago.
En este caso mis interpretaciones parecían estar identifi­
c
la relación homosexual con el amistoso analista, por medio del cadas de manera directa con el pene oralmente incorporado y c
cual fue castrado el paciente, castración que era aceptada de causante de los sentimientos homosexuales. Sin embargo, puesto
f
buen grado para evitar el peligro de ser matado. Aquí, la que se había transformado en malo dentro de él a través de su u
homosexualidad apareció como una defensa específica, donde=^f voracidad oral sádica, lo atacó desde adentro causándole el
el perseguidor es aplacado por el coito homosexual. temor a la locura, al dolor y a la castración. c
Los ataques sádico orales a su madre, y la consiguiente
persecución por parte de ella, se mostraron por ejemplo en un t
HOMOSEXUALIDAD D E TIPO NARCISISTA CREADA sueño donde mordía a su madre en la cara provocándole un
M EDIANTE LA ID ENTIFICACIO N PROYECTIVA lunar maligno. (Esto se asociaba con la convicción, durante c
Como cuarto punto deseo discutir la relación que hay entre
su enfermedad psicòtica, de que él tenía cáncer. ) Más adelante
se sintió rodeado y atormentado por mujeres. Tomó un hacha c
ciertos aspectos de la homosexualidad y la temprana fase nar-
cisista del desarrollo a la cual me he referido anteriormente con
y mató a una de ellas. Luego, los sueños se tornaron cada vez
más esquizoides. Por ejemplo, en un sueño estudiaba un mapa c
el nombre de “posición paranoide”. Quiero demostrar esto por
medio del material del mismo paciente. Tras la gran mejoría
donde figuraban los productos de la fisión de la bomba atómica.
En otro sueño vio a muchos cadáveres cayendo del cielo (pro­ -c
inicial en el segundo período de análisis, el paciente se aisló bablemente desde un avión), y sentía que estos cuerpos eran
parte de sí mismo. El paciente experimentó grandes dificultades c
20 E l pasaje subterráneo simboliza el interior del cuerpo de la madre
dentro del cual se introduce el paciente y donde se encuentra con su
para diferenciarse del analista. Por ejemplo, tuvo un sueño
donde un profesor alemán montado sobre una motocicleta tra­
c
padre. Las fantasías del paciente, del padre dentro de la madre, perte­
necen al más temprano inicio del complejo de Edipo alrededor de los
taba de partirse en dos chocando contra la columna de un portal.
En este sueño, el mecanismo de disociación se vio incrementado
c
seis meses de vida. (Véase Klein, 1932.) Las ansiedades paranoides se
por el hecho de que el paciente mismo se veía tan confundido
concentran con frecuencia en el pene sádico y persecutorio dentro de c
la madre. 'con el analista. En la relación de transferencia el analista repre-
L
58 HEBHERT A. BOSENFEIJD ESTADOS rSICOTICOS 59

sentaba no solamente Ja parte mala de su self sino a menudo momentáneamente la necesidad de proyectar, es importante
su parte buena. La atracción homosexual por el analista podía rastrear los orígenes de este mecanismo de proyección,22 qu ei-
rastrearse en las fantasías donde proyectaba dentro de él la se ubica en los tempranos impulsos sádico orales de forzar el
parte buena de su self y otras partes suyas, en particular su self dentro de otro objeto.23
pene bueno. En dichas fantasías o sueños el analista tenía la Trataré ahora de demostrar el análisis de los tempranos im­
misma profesión que el paciente y lograba grandes honores. pulsos de este paciente. Observé que el paciente se volvía par­
Invitaba al paciente a almorzar o si no mantenía con él rela­ ticularmente silencioso en los momentos en que tenía en su
ciones íntimas. mente pensamientos que él sentía que eran de especial interés
Freud ha descripto la homosexualidad de tipo narcisista para mí. Le tomó varias horas decidirse a decirme el nombre
donde el paciente es atraído por un joven que representa al de un amigo, o hablar sobre un espectáculo teatral que había
mismo paciente. La definió como que el hombre estaba tra­ presenciado, o sobre un sueño. Todo lo que podía decir con
tando a otro como su propia madre en el pasado lo trató a él. respecto a esta dificultad era que temía que yo me interesara
En la descripción de Freud, el mecanismo implícito era el de demasiado en él y que debía mantenerne a distancia. Esto
la identificación con la madre. Yo sugiero que el mecanismo siempre era seguido de fantasías sobre evitar el coito homosexual
de la atracción narcisista varía en gran medida. De acuerdo conmigo. Durante un tiempo bastante prolongado no concretó
con mi propia observación es con frecuencia la proyección den­ progreso alguno y la dificultad se repetía una y otra vez, hasta
tro de otro hombre de partes del self, particularmente del pene, que tuvo el siguiente sueño. El era un famoso cirujano en el
la causante de la atracción homosexual narcisista.21 trance de operar a un paciente que observaba con gran admi­
ración su demostración de habilidad. El cirujano parecía muy
concentrado en su labor, hasta que de pronto perdía el equilibrio
E L ORIGEN D E LA IDENTIFICACION PROYECTIVA cayendo precisamente denteo del paciente, con quien se había
embrollado de tal modo que apenas lograba zafarse. Casi se
El mecanismo que está por debajo de esta atracción ha ahogó y sólo pudo revivir después que le administraron oxígeno
sido descripto en primer término por Melanie Klein (1946) en con un aparato. Con la ayuda de este sueño, el paciente com­
su artículo sobre los Mecanismos Esquizoides, concepto que yo prendió su gran temor a que yo me interesara tanto por él que
utilicé en mi artículo sobre despersonalización (cap. 1) para terminara metiéndome dentro suyo. Además del temor depre­
explicar ciertas inclinaciones homosexuales en mi paciente. Anna sivo de que yo y él muriéramos de esta manera, también se
Freud, en su escueta comunicación sobre el tema de la homo­ sintió perseguido por el abrumador analista dentro de él, por
sexualidad destacó la proyección del pene bueno y potente sobre quien se sentía dominado y perseguido por doquier. Al mismo
otros hombres, en cierto tipo de homosexuales. Sin embargo, tiempo tenía pesadillas con hombres que lo perseguían o que
ella relacionó esto únicamente con la etapa fúlica. Creo que la miraban por la ventana de su habitación. Pudo admitir su
observación del mecanismo proyectivo no debe ser tratada, en mayor interés por mi persona sólo en forma muy gradual pero,
determinado período, como un fenómeno aislado. Además de puesto que también había un temor recíproco a meterse o caer
las situaciones internas y externas que pudieran incrementar
22 Compárese con el punto de vista de Tausk, 1919. E l relacionó
21 Weiss (1947) introduce el término de extrayección para caracte- la persecución de su paciente con la proyección de una parte del self, èn
rizaf una cierta forma de proyección que Klein (1946) denominó iden­ particular lbs genitales. Rastreó el mecanismo dé proyección hasta los pri­
tificación proyectiva. El relaciona el amor de índole narcisista con la extra­ meros meses de vida del infante.
yección y la objetivación. Habla de objetivación cuando el sujeto real­ 23 Véanse los capítulos de Klein, 1946; Rosenfeld (capítulos anterio­
mente encuentra rasgos extrayectados en un objeto real. res); Rivière, 1948.
O

c
f
60 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS l’ S I C O T I C O S 61 f

dentro de mí, toda expresión de afecto era seguida por temores


a enredarse en mi interior.
que el paciente de Grebelskaja tenía obviamente fantasías simi­
lares a las del mío, pero, en ese momento, no pudieron ser
c
En un momento posterior del análisis pudo establecerse con comprendidas en su plenitud.
r
V
toda claridad que los impulsos de meterse dentro de la madre,
los que pertenecen a la fase más temprana de la infancia (Klein, C
1946), estaban muy presentes en el paciente y más tarde fueron RESUM EN
reforzados por la regresión y ciertos factores relacionados con
ella. En especial por la actitud subyugante de la madre del
c
El propósito de este artículo ha sido demostrar lo siguiente:
paciente, quien gobernó por completo su vida hasta su casa­
miento, y que virtualmente había forzado sus propias ideas
a) El desarrollo de la teoría psicoanalítica de la paranoia c
en relación con la homosexualidad. Hay varios autores que
aentro de él desde su más tierna infancia. Estos impulsos fueron sugieren un estadio paranoide primario de desarrollo, en especial C i
en parte transferidos con rapidez al padre, constituyéndose en Maeder, Róheim, Pfeiffer, y en particular Klein, quien describió
el punto de fijación más importante tanto de su homosexualidad (
en detalle la posición paranoide en la más temprana infancia.
como de su paranoia. Al mismo tiempo eran responsables de la
profusa utilización del mecanismo de proyección por parte del
El incremento de las ansiedades paranoides estimula el desa­
rrollo como defensa de fuertes tendencias homosexuales mani­
o
paciente. Clínicamente, las fantasías homosexuales y su actitud
y preocupación paranoides sólo comenzaron a desaparecer en
fiestas o latentes.
b) Tanto el paciente homosexual manifiesto como el latente
o
forma gradual luego que se comprendiera y elaborara en la
transferencia toda la estructura temprana y reciente de la rela­
desarrollaron una paranoia cuando falló la función defensiva de G
la homosexualidad. L a homosexualidad está relacionada con la
ción con la madre, y al mermar de modo considerable su deseo ( :
idealización de la buena figura patema, la que es utilizada para
y necesidad de proyectar.
negar la existencia del perseguidor. O bien, la homosexualidad
En la literatura analítica se encuentran observaciones simi­ puede ser utilizada por el sistema de defensas maníacas. G1
lares realizadas por otros analistas de pacientes paranoides. El
c) Se presenta un caso para demostrar que, aun en la
siguiente material que transcribo se halla en un artículo de
homosexualidad manifiesta de tipo no psicòtico, se encuentran, ü
Grebelskaja (1912), donde ella describía la homosexualidad de
a menudo ocultas, graves ansiedades paranoides.
un esquizofrénico paranoide. Cita las palabras del paciente:
d) Aparece descripta la importancia de los procesos pro­
“Primero A me penetró, él era quien se metió en mí. Esta
yectaos en los homosexuales. Se describe un tipo narcisista de
penetración era tan notable que la sentí en todo el cuerpo”. G'
homosexualidad donde, por medio de la proyección, otro hom­
Las personas que lo penetraron eran también sus perseguidores.
Prosigue: “Cuando A estuvo dentro de mí, las voces dijeron:
bre se identifica con el self. C'
ahora me tiene totalmente en su poder, ahora yo no soy más, e) Se rastrea el origen del mecanismo de identificación pro-
pero A está activo en mi interior”. yectiva hasta su raíz, fundamentalmente en los más tempranos G
impulsos infantiles de forzar el self dentro de la madre. Se
A través de esta descripción me parece claro que el paciente
sintió que toda la personalidad de A entraba en su cuerpo, no sugiere y demuestra que la fijación en este temprano estadio, ü
que ha sido denominado “posición paranoide” por Melanie
solamente su pene. Como consecuencia se sintió dominado por ■ L '
completo y perdió su self. (Véanse los anteriores capítulos.) Klein, puede ser la responsable de la frecuente combinación de
la paranoia con la homosexualidad.
Este caso muestra, a mi entender, cuán útil puede resultar el Ó
relato textual de los pacientes para otros observadores, puesto
u
3

NOTA SOBRE LA PSICOPATOLOGIA D E LOS ESTADOS


CONFUSIONALES EN ESQUIZOFRENIAS CRONICAS 1
(1950)

En el curso de los últimos diez años traté por medio del


psicoanálisis varios pacientes esquizofrénicos, algunos de ellos
de muy larga data. Mi propósito era no solamente obtener re­
sultados terapéuticos sino descubrir algo más de la psicopato-
logía de este grupo patológico. Para lograr este propósito adherí
a la situación analítica clásica, desviándome lo menos posible
de la técnica empleada en el tratamiento de pacientes neuró­
ticos pues creía, y creo aún, que sólo en esta forma es posible
ampliar nuestro conocimiento de la psicopatología de la esqui­
zofrenia.
Este trabajo trata de la psicopatología de los estados con-
fusionales que pude investigar en el transcurso del análisis de
pacientes esquizofrénicos crónicos. Los sentimientos de confu­
sión forman parte del desarrollo normal12 y constituyen un
rasgo corriente en muchos estados patológicos. Pero en el pro-

1 Trabajo leído en el XVI Congreso Internacional de Psicoanálisis


de Zurich, agosto de 1949, y publicado en The International Journal of
Vsycho-Analysis, tomo XXXI, partes n<? 1 y 2, 1950.
2 Podemos suponer que en la más temprana infancia, el niño vive en
un estado de _nO;integTación (Winnicott, 1945) en el cual la percepción
I es incompleta y los estímulos externos e internos, los objetos externos e
internos y las partes del cuerpo pueden a menudo no ser diferenciados.
Esta confusión debida a la no-integración es normal y desaparece gradual­
mente durante el desarrollo. Debemos también tener presente que todo
progreso en el desarrollo puede conducir momentáneamente a cierta con­
fusión hasta tanto se produzca un nuevo ajuste.
(^
c
c

64 HEKBEBT BOSENFELD
ESTADOS PSICÓTICOS 65
o
("
A.
-Durante los primerisimos meses de vida, que constituyen
ceso esquizofrénico los estados confrisionales fr a y e s parecen lo que Melanie Klein denomina jporición paranoide, el lactante
desempeñar un papel importante; también noté que el estado mantiene separados entre sí el pecho bueno y el pecho malo. (
confusional era seguido ya de un progreso, ya de un desmejo­ Ocasionalmente se presentan estados de integración, cuando el
ramiento del estado de mis pacientes. amor y el odio llegan a ser vivenciados hacia un único y mismo
pecho, las pulsiones constructivas atenuando y controlando las
c
Emplearé el material de un paciente esquizofrénico-para­
noico crónico para ilustrar mis puntos de vista. Se trata de un pulsiones destructivas. c
pintor de cuarenta años de edad (en 1948), homosexual ma­
nifiesto.3 A partir de 1933 había desarrollado un delirio de
Deseo agregar algunas observaciones experimentales a los
mencionados conceptos, y sugiero que en determinadas condi­ o
referencia y persecución. En 1946 había iniciado el tratamiento
analítico con un colega masculino, experimentando una rápida
ciones externas e internas, si llegan a predominar momentánea­
mente las pulsiones agresivas, pueden surgir estados en los que
c
mejoría. A los tres meses se produjo un cambio súbito en su
estado. Abandonó el tratamiento, empezando al poco tiempo a
las pulsiones de amor y odio así como los objetos buenos y malos
no logran ser mantenidos por separado y son por lo tanto senti­
c
actuar como si hubiera sido una joven prostituta homosexual.
A veces hacía creer a sí mismo y a los demás que era obrero
dos como mezclados o confundidos.^;Estos estados confusionales
infantiles son estados de desintegración y se relacionan con los
o
agrícola. Trataba de eliminar totalmente de su memoria y de
su personalidad el hecho de que era pintor. Cuando, más ade­
estados confusionales esquizofrénicos de los adultos que describo —“
en este trabajo. El estado confusional se halla asociado a una
c
lante, empezó a oír voces, éstas discutían entre otras cosas su angustia extrema porque, al confundirse las pulsiones libidinales c
edad y sus distintas personalidades, en particular si era una
prostituta o un pintor. Este estado en el que oía voces y con­
y destructivas, estas últimas parecen amenazar con destruir las
primeras. Por lo tanto el s'elf se halla en peligro de destrucción. c
fundía realidad y fantasía se hizo tan serio que debió ingresar­
en un hospital para enfermos mentales, en el verano de 1947,
El único escape a este peligro radica en la capacidad para dife­
renciar entre el amor y el odio. D e no lograrse la diferenciación
c
permaneciendo allí tres meses. En marzo de 1948 inició el tra­
tamiento conmigo, en mi consultorio.
normal, son reforzados los mecanismos de disociación.^
c
Expondré ahora algunos conceptos con que se relacionan 3 En este trabajo concentro mis observaciones principalmente en la
confusión de las pulsiones agresivas y libidinales. Sólo señalo la confusión
c
mis observaciones. Melanie Klein4 descubrió cómo el niño a
entre las diferentes partes del cuerpo y la confusión entre fantasía y reali­
partir de la más temprana infancia proyecta sus pulsiones libi- c
dad. Ño expongo en este trabajo la confusión surgida a través de la pro­
dinales en un pecho que siente ser bueno, y sus pulsiones agre­ yección del yo o de partes del yo en otros objetos, la que constituye un
sivas en un pecho que siente ser malo. E l pecho bueno y el factor importante de la frecuente^ pérdida de identidad en los esquizofré­ c
pecho malo son introyectados y el lactante los siente como es­ nicos. En el capítulo anterior expuse el caso de un paciente paranoico
tando a la vez fuera y dentro de él. E l pecho bueno constituye
el prototipo de todos los objetos buenos ulteriores mientras que
(Caso C ) quien tenía suma dificultad en diferenciarse de su analista. Por
ejemplo tuvo un sueño donde un profesor alemán, montado en una mo­
c
tocicleta, trataba de dividirse a sí mismo en dos, chocando contra un
el pecho malo, sentido como perseguidor, constituye el prototipo c
poste. E l análisis mostró que la tentativa de dividirse en dos era efectuada
de todos los objetos perseguidores subsiguientes, como ser los
excrementos malos, el pene malo y así sucesivamente.
para escapar al estado de confusión causado por’ el séñtimientó déFpaciente
de estar completamente mezclado con la personalidad del .analista. (El c
analista era de origen germano y el paciente acababa de solicitar una
3 En el último capítulo expondré más detalladamente la historia de cátedra).
L
este paciente. Aquí sólo agregaré que éste fue destetado a los quince
días y que al principio la alimentación con biberón presentó dificultades. L
4 Véase en particular Melanie Klein (1935, 1946, 1948).
66 h e b b e b t a . r o ssn fe ld 67
ESTADOS PSICOTICOS

pues que debí volver repetidas veces sobre ciertas interpreta­


CONFUSION D E PULSIONES ciones que el paciente atribuía al primer análisis y tratar de
comprender por qué las sentía él tan peligrosas.
Trataré en primer lugar de ilustrar lo que entiendo por
Muy al principio del análisis de este paciente conmigo, me
confusión de pulsiones. A menudo hallamos en los esquizofré­
impresionaron sus fuertes pulsiones constructivas asociadas con
nicos una confusión de pulsiones y objetos que hace surgir no
fantasías sobre las heces. Por ejemplo, estudiaba varios tipos
un estado confusional agudo sino una confusión de carácter más
de abonos para mejorar la tierra de su jardín. El jardín y la
crónico, que puede manifestarse por trastornos del lenguaje,
tierra eran claros símbolos de su madre, a la que había atacado
trastornos locomotores o inhibiciones serias de otras actividades.
y herido en la realidad y en su imaginación y había querido
Cuando este paciente empezó el tratamiento conmigo estaba
restaurar. En los sueños y asociaciones, las pulsiones agresivas
totalmente inhibido en sus actividades artísticas. Después de
relacionadas con las fantasías de heces malas y envenenadas
algún tiempo admitió que achacaba a su primer análisis la
estaban continuamente confundidas con fantasías libidinales
culpa de esta dificultad, muy penosa para él. Me explicó que
acerca de heces buenas. Tan pronto como el paciente, ayudado
al principio de su primer análisis había empezado a pintar más.
por las interpretaciones del analista, pudo diferenciar las fanta­
El analista, al comentar los colores sombríos de algunos cuadros
sías y símbolos de heces buenas y malas, y las pulsiones libidi­
que le había mostrado, los relacionó en sus interpretaciones con
nales y agresivas relacionadas con aquéllos, comenzó a pintar de
la preocupación del paciente por las heces y su deseo de emba­
nuevo. L a inhibición parecía deberse a la confusión en sus fan­
durnar con ellas. El paciente pensaba que a raíz de esta inter­
tasías de heces buenas y malas y de pulsiones libidinales y
pretación habíase vuelto poco a poco incapaz de pintar.
agresivas. Sus críticas del primer analista por haber provocado
Quiero explicar aquí por qué incluyo en este trabajo varias su inhibición para pintar significaban que lo acusaba de no
manifestaciones del paciente acerca de su análisis anterior, a haber diferenciado en sus interpretaciones las heces buenas de
pesar de que es totalmente imposible saber si el primer analista las malas, lo que equivalía a mezclar y confundir las heces
había interpretado exactamente en la forma que le atribuía el buenas y malas y las pulsiones relacionadas con ellas en la mente
paciente. Algunas de estas interpretaciones parecen muy plau­ del paciente. Volveré más adelante sobre esta acusación contra
sibles pero sugiero que eran inexactas en un sentido similar al el analista a propósito de un sueño.
que Glover da a este término en su trabajo sobre el efecto tera­
péutico de las interpretaciones inexactas.0 En el caso de mi
paciente sin embargo no había efecto terapéutico causado por E L MECANISMO DISOCIATIVO ACTUANDO COMO
una interpretación inexacta; por lo contrario, se sentía intensa­ D EFEN SA CONTRA E L ESTADO CONFUSIONAL
mente perseguido por ella. En el tratamiento conmigo, el pa­
ciente me puso a prueba una y otra vez para ver si yo- haría Expliqué más arriba que si la diferenciación normal entre
interpretaciones similares a las del primer analista, de manera6 objetos buenos y malos así como entre pulsiones libidinales y
agresivas no se logra, se refuerzan los mecanismos disociativos.
6 En su trabajo, Glover (1931b) expone lo que entiende por interpre­ Por ejemplo, como resultado de la confusión entre el pecho
taciones “inexactas” . Sugiere que ei interpretar fantasías genitales sin bueno y el pecho malo, la fantasía de pecho bueno puede ser
tratar de descubrir las fantasías anales, constituiría una interpretación
proyectada hacia afuera y el pecho malo perseguidor fantaseado,
“inexacta” . En el caso de mi paciente, el interpretar su preocupación pol­
las heces simplemente como una actividad autoerótica sin tratar de descu­ identificado con heces malas, puede ser guardado enteramente
brir las fantasías anales libidinales y agresivas relacionadas con los objetos, dentro del paciente. Este mecanismo fue utilizado por mi pa­
constituiría una interpretación inexacta.
ciente para escapar a un estado confusional, que trataré de
c-

c
68 HEU8RBT A. ROSEXKEI.D
ESTADOS rSICOTICOS 69
c
exponer. Este estado se produjo durante un espectáculo de va­
de un tórax, corriendo sobre el piso. Pensó que aquella “cria­ c
riedades. Finalizado éste, el paciente tuvo un sentimiento de
tura” era las dos langostas y le dio caza para matarla. Sentía
irrealidad y se sintió perseguido por sus voces. Dos comediantes
se hallaban sobre el escenario y uno de ellos simulaba ser presa
tener que matarla, pero también pensaba que era insoporta-.
blemente horrible.
c
de un intenso cólico. Se agarraba el vientre y corría por el esce­
nario, buscando obviamente oportunidad de aliviarse. Entró
Las langostas de mar hacían recordar al paciente a sí mis­ c
mo, pues a menudo se había identificado con una langosta de
entonces en una pequeña cabaña que representaba un retrete.
Se oyeron ruidos anales provenientes de allí. Al reaparecer a la
mar anteriormente. A través de otras asociaciones, comenzamos o
a darnos cuenta de que el hombre por quien se sentía perseguido
vista, el comediante agitaba triunfalmente un gran trozo de rui­ c
en aquel entonces representaba una parte de su propia persona,
barbo que llevaba en la mano, gritando: “Salvé el ruibarbo”.
identificada con pulsiones oral-sádicas. Su angustia y confusión
En ese instante el paciente se sintió completamente confundido c
eran debidas al sentimiento de que su persona mala estaba de­
y, al contarme por primera vez el espectáculo, me dijo “que no
vorando una parte buena de sí mismo, identificada con pulsiones ru .
había comprendido el chiste, pues la pequeña choza en el esce­
libidinales. L a tentativa de matar a la criatura en el sueño repre­
nario debía ser una cocina: no podía ser otra cosa”. Con fre­
senta un mecanismo disociativo esquizoide, por el que las partes
cuencia el paciente había tenido sueños donde alimentos y heces
de su persona irremediablemente mezcladas son eliminadas.
C
estaban confundidos con boca y ano. L a escena había aumen­
tado su confusión entre objetos parciales, especialmente el pecho
Otras asociaciones revelaron que los trozos de tórax se referían
no sólo a partes de su persona sino a un objeto, es decir, el
c
bueno interno y las heces malas. A fin de separar nuevamente
el pecho bueno de las deposiciones malas, había proyectado al
pecho, que el paciente siente haber incorporado y destruido en
sus fantasías oral-sádicas. Hay por lo tanto otra razón para que
c
exterior el pecho bueno, lo que causó la ilusión de una cocina,
pero produciéndole al mismo tiempo un sentimiento de irrea­
la “criatura” fuera tan insoportablemente horrible, pues el pecho
destruido es en efecto sentido como un perseguidor interno. Al
c
lidad; la existencia del retrete, relacionada con las heces malas,
analizar procesos de disociación del yo, es frecuente darse cuenta <L
debía ser negada en la realidad externa, pero su sentido interno
que las distintas partes del yo disociadas son identificadas con
de persecución y sus voces perseguidoras (relacionadas aquí con
las heces malas) se hicieron más fuertes. objetos introyectados buenos o malos.7 C
c
ESTADO CONFUSIONAL Q UE SURGE EN UNA
CONFUSION D E PARTES D E L YO
TENTATIVA D E CURACION c
Describiré ahora un sueño donde vemos que dos partes del
yo del paciente fueron confundidas. En la época de este sueño Haré ahora algunas sugerencias acerca de cómo un estado c.
el paciente se hallaba en un estado de angustia y confusión por­
que estaba convencido de que otro hombre, sumamente egoísta,
confusional agudo puede surgir en una tentativa de curación.
Recordaré que Freud (1911,1924)8 sugiere que varios síntomas
c
ávido y tiránico, trataba de dominarlo y destruirlo.
En este sueño el paciente se encontraba en un recinto, o b ­
7 Para más detalles sobre los mecanismos disociativos, véase Klein
c
servando varias langostas de mar que yacían unas al lado de
otras. De repente, una de las langostas trepó sobre otra y la
(1946) y Rosenfeld, capítulo 1 de este libro.
s Freud (1911) dice a propósito del caso Schreber: “ El sistema deli­
rante que consideramos un producto patológico, es en realidad una tenta­
c
tragó completamente. Al poco rato el paciente vio un objeto tiva de curación, un proceso de reconstrucción” .
En su trabajo Neurosis y Psicosis (1924) dice: “En la descripción
c
absolutamente horrible, parecido a un esqueleto o a los huesos
clínica de las psicosis, a menudo las manifestaciones de procesos patogé-
c
70 HEBBEKT A. BOSENEELD ESTADOS l’ S I C Ó T I C O S 71

esquizoides constituyen tentativas de curación, concepto que vi aquella época hacía firmes progresos. En determinado momento
confirmado repetidas veces. Ninguno de los estados eonfusio- del análisis de estos sueños pareció ser momentáneamente do­
nales que describo (el sueño dé las langostas de mar y el espec­ minado por sus pulsiones agresivas y apuntó el peligro de recu­
táculo de variedades) se aclaró mediante la mayor capacitación rrencia del estado esquizofrénico agudo sufrido tres años antes.
del paciente para establecer la diferencia entre sus pulsiones Estos sueños nos ayudaron a comprender y prevenir el desastre
libidinales y agresivas, sino mediante el fortalecimiento de los que amenazaba.
mecanismos disociativos. Esto implica que existió un desmejo­ Primeramente soñó que todas las Navidades estaban juntas
ramiento momentáneo del estado del paciente porque si los me­ y que estrechaba la mano de una mujer que padecía su misma
canismos disociativos se fortalecen, aunque desaparezca el estado enfermedad, es decir, la esquizofrenia. En el segundo sueño,
confusional, se intensifican los procesos de desintegración del yo. una mujer estaba hirviendo y mezclando heces viejas y-nuevas
Al principio del tratamiento, debí por lo tanto concentrarme en una cacerola. El paciente se preguntaba si él podría distin­
en el análisis de los procesos disociativos, que no puedo ahora guir las distintas heces. El análisis de estos sueños prosiguió
exponer más detalladamente. durante varias semanas. En su primera asociación relacionada
Cada vez que se debilitan los procesos disociativos, ya sea con el sueño de Navidad hizo una descripción de lo que llamaba
espontáneamente o mediante el análisis, las pulsiones libidinales su “año de locura”. Nos dimos cuenta entonces de que el pe­
y las pulsiones agresivas se hacen más activas. Las pulsiones ríodo en que se comportaba como una prostituta homosexual
libidinales ayudan al yo en su lucha por una mejor integración estaba ligado a determinada época de su infancia en la que la
y por la síntesis de sus objetos internos. D e ser exitosos estos relación con los padres era buena, y a una etapa de la adoles­
procesos, el resultado sería la curación. Sin embargo, en los cencia en que los despreciaba. Más adelante él sugirió que
momentos en que hay acercamiento de las pulsiones libidinales en su imaginación había transformado a sus padres en gentes
y agresivas, surge el peligro particular de un estado confusional sencillas del campo. En su opinión, esas gentes llevaban una
agudo, porque las pulsiones agresivas pueden predominar y do­ vida sexual libre. Al mismo tiempo, en esta forma se burlaba
minar las pulsiones libidinales y el yo. del snobismo de sus padres. El estrechar la mano de la mujer
Existen dos razones principales para que predominen las paranoide era un gesto amigable hacia ella, pero al mismo tiempo
pulsiones agresivas cuando progresa el análisis en pacientes es­ significaba que había hecho de ella una enferma como él, po­
quizofrénicos. niendo en ella su propia enfermedad. En todas estas asociacio­
nes están activas las pulsiones libidinales y agresivas pero el
En primer lugar, una gran cantidad de energía agresiva es
paciente las diferencia claramente. Retorna a aquellas épocas
utilizada en mantener los procesos discciativos. Al debilitarse
de su vida en que su actitud hacia sus padres era amigable
éstos, la energía agresiva es liberada y puede temporariamente
ser excesiva. y a aquellas en que era agresivo hacia ellos. Permite que sus
padres, tengan una vida sexual libre, pero al mismo tiempo los
En segundo lugar, con la disminución de los procesos diso­ humilla y se burla de ellos al transformarlos en campesinos.9
ciativos, las pulsiones libidinales son liberadas y buscan satis­
Se interesa por una mujer enferma, pero agrega su propia en­
facción inmediata. L a frustración de estas pulsiones libidinales
fermedad a la de ella al unirla a él.
también contribuye al fortalecimiento de las pulsiones agresivas.
Volvamos ahora al sueño de la mujer que hacía hervir heces.
Trataré de aclarar este problema exponiendo algunos sueños La mezcla de heces en una cacerola significa que las heces son
de una etapa posterior del tratamiento de este paciente. En tratadas cómo si fueran alimento. El paciente piensa primero

nicos son oscurecidas por aquellas que resultan de una tentativa de cura­ 9 De hecho, muchos de los delirios y voces del paciente estaban rela­
ción o reconstrucción” .
cionados con esas gentes del campo.
O

c
c
72 HERRERT A. ROSENFELI) ESTADOS PSICÓTICOS 73
c
en su anterior análisis. Sugiere que el primer analista a menudo
había interpretado su preocupación por el pecho, partes de sí
rece relacionarse con el análisis anterior, que confundía con el
actual. Interpreté que él sentía que su análisis anterior lo había
o
mismo y heces, simplemente como una preocupación por las enloquecido y que en ese momento, a pesar del mayor insight c
heces. Criticaba al analista por haber mezclado en esta forma actual, me transformaba agresivamente en la mujer que hervía
comida y heces y haberlo alimentado con esa mezcla. En el
sueño el paciente trata de distinguir las heces nuevas y viejas
deposiciones en una cacerola y me confundía con su yo malo,
su madre mala y su análisis anterior que significaba locura. A
o
que está mezclando la mujer. Esto indica un progreso bien consecuencia de ello estaba empezando a confundir la fantasía r
definido. Durante el primer análisis y al principio del trata­ y la realidad, las situaciones pasadas y presentes y todo parecía
miento conmigo, el paciente tragaba por así decir cualquier transformarse en una sola cosa. E l paciente replicó que por la c
interpretación que se le daba. Nunca había la menor crítica mañana había pensado que estaba viendo al anterior analista
por parte suya. Ahora su capacidad para criticar empieza a
desarrollarse, según aparece en este sueño.
en todas partes: en los Lenes, en los autobuses y en la calle, y c
había tenido miedo de enloquecer nuevamente.
La sesión fue seguida de un fin de semana donde tuvo un El ulterior análisis de este estado confusional reveló un c
sueño en el que su madre estaba borracha y peleaba con su ataque oral-sádico y anal hacia su madre y su pecho, durante
padre. En la segunda parte de este sueño aparecía una mujer el cual ella era tragada, desmenuzada y mezclada con heces.
o
colgando de una cuerda alrededor del cuello, en un retrete, y El paciente trataba de restaurar la madre destruida y su pecho,
él corría a salvarla. En la realidad su madre jamás bebe dema­ y las partes del yo mezcladas con ellos; pero agobiadoras pul­
o
siado mientras que él, a veces, lo hace con exceso, de manera
pues que ha proyectado agresivamente su persona mala dentro
siones agresivas interferían continuamente, impidiendo la repa­
ración. Fuertes angustias paranoides se relacionaban con esta
o
de su madre, la hace suicidarse y luego trata de salvar a ambos.
Al principio se negó a asociar, diciendo que no valía la pena
situación porque el pecho destruido mezclado con heces malas
se había transformado en un perseguidor interno, que atacaba
c
analizar ese sueño porque había realmente vivido ese sueño. y confundía al paciente desde adentro. Esto uníase a angustias c
Puesto que en él había matado a su madre y se había matado, relacionadas con la madre real, a sus tempranas dificultades en
la afirmación de que lo había vivido significaba que estaba per­ la alimentación y a las angustias del aprendizaje del control de G
diendo el control de sus pulsiones agresivas y que sentía que la esfínteres.
muerte de su madre y la suya se iban haciendo reales. D e ser Estos factores eran importantes para el manejo de la situa­ O
esto cierto, ya no valía la pena analizar el sueño porque la ción de transferencia analítica. El paciente consideraba cual­
tentativa de curación, el rescate de la mujer en el sueño, estaban quier interpretación inexacta10 por parte del analista, como
condenados al fracaso. Hacia el final de la sesión, volvió el prueba de que su ataque contra éste había tenido éxito. El
sueño de la Navidad. Dijo: “Se reciben regalos en Navidad, sus analista era sentido como destruido y transformado en perse­
interpretaciones para mí son regalos, pero como Ud. hace esto guidor. El paciente temía que, a manera de retaliación, el
todos los días, el tiempo queda eliminado, de modo que hay en
analista, sádicamente, uniera confundiéndolos su mente, su yo
realidad una sola Navidad, y todas las Navidades son una; por y los objetos, lo que significaba que iba a enloquecerlo. Es
eso estaban todas juntas en el sueño”. Agregó que durante la posible que en caso de ser erradas e inexactas varias interpre­
Navidad que siguió al fin de su análisis anterior, estaba com­
taciones del analista, la fantasía del paciente de que su analista
pletamente loco y que había hablado asociando libremente. C
lo persigue se vuelva completamente real y que se activen los
Aquí el paciente confundía regalos y locura e indicaba que procesos persecutorios y confusionales. Esta puede ser una de
no podía distinguir si yo lo enloquecía o lo hacía mejorar. La
observación acerca de las asociaciones libres y de su locura pa­ 10 Véase Eclwarcl Glover (1931b).
L
74 ESTADOS PSICÓTICOS 75
HERBERT A, ROSENFELD

las formas en que un estado confusional esquizofrénico agudo Melanie Klein mostró que la disociación de los objetos y
se manifieste en el análisis. Durante y luego del análisis de estos del yo es característica de la posición paranoide, mientras que
dos sueños, retrocedieron los estados confusionales en que oía la posición depresiva es introducida a través de un debilitamiento
voces y mejoró su contacto general con la realidad.^ de los procesos disociativos que permite el acercamiento de las
pulsiones libidinales y agresivas. En esta forma las pulsiones
libidinales ayudan a modificar y controlar el peligro que repre­
CONCLUSIONES Y RESUM EN sentan las pulsiones agresivas y pueden comenzar a desarrollarse
los sentimientos de reparación.
Resumiré brevemente los principales puntos que traté de Cuando un paciente esquizofrénico progresa, se muestran
presentar en este trabajo. Al observar estados confusionales en más abiertamente sus tendencias reparativas. Sus pulsiones libi­
el transcurso del análisis de pacientes esquizofrénicos crónicos, dinales se van relacionando con fantasías de reparar su yo y
me impresionó especialmente el hecho de que estos pacientes sus objetos extemos e internos, que había atacado y destruido en
eran incapaces de distinguir entre sus pulsiones libidinales y sus fantasías agresivas y que él siente despedazados. En caso
agresivas, y sus objetos buenos y malos. Sentían que sus pul­ de tentativa de curación exitosa, las pulsiones libidinales, rela­
siones y objetos se hallaban en un estado de confusión. También cionando correctamente entre sí los distintos pedazos, logran
el yo estaba comprendido en este estado de confusión, lo que
la restauración del yo y de sus objetos.
traté de ilustrar mediante un sueño de mí paciente donde la
No obstante, si llegan a predominar momentáneamente las
confusión de dos partes del yo era representada bajo forma de
pulsiones agresivas, el proceso de reparación puede ser interfe­
una parte de la persona tragando a la otra, de manera que resul­
taba imposible distinguir una de otra. rido en una forma particular. L as pulsiones libidinales logran
reunir los pedazos de los objetos y del yo, pero las pulsiones
Además pude observar dos maneras de sobreponerse al
agresivas impiden que esos pedazos sean ordenados y unidos
estado confusional. En la primera, el yo recupera el poder de
correctamente. En el peor de los casos los objetos y el yo son
diferenciar las pulsiones libidinales y agresivas, de lo que resulta
reunidos, pero en forma totalmente desordenada y defectuosa.
una mejor integración y un progreso clínico. En la segunda,
El resultado es un estado confusional que puede ser descrito
fracasa la diferenciación normal entre las pulsiones agresivas y
libidinales y a continuación aparecen nuevos mecanismos diso­ por el mismo paciente, o diagnosticado por un observador úni­
ciativos o se refuerzan las tendencias disociativas existentes. D i camente, quien halla al paciente confundido, desorientado y
dos ejemplos que ilustran los mecanismos disociativos siguientes carente de insight.
a la confusión. Una vez activada la disociación, desaparecen la Traté de ilustrar este proceso reparativo defectuoso y las
angustia y la confusión, pero desde el punto de vista clínico graves angustias persecutorias relacionadas con él en mi pa­
existe un desmejoramiento del estado del paciente, puesto que ciente esquizofrénico. El análisis pareció prevenir la manifes­
la disociación causa la desintegración progresiva del yo. El tación de un estado confusional agudo, que en ese momento
estado confusional es propenso a presentarse cuando disminuyen amenazaba presentarse.
los procesos disociativos, ya sea espontáneamente, ya por obra
del análisis; las pulsiones libidinales y agresivas se hacen más
activas pues las últimas pueden predominar momentáneamente
e interferir en la tentativa de curación.
Expondré brevemente mi hipótesis acerca del estado con­
fusional que puede presentarse al fracasar la tentativa de cu­
ración.
f

OBSERVACIONES SOBRE E L PSICOANALISIS D E L


CONFLICTO D E L SUPERYO EN UN PACIENTE
ESQUIZOFRENICO AGUDO 1
(1952)

Durante el análisis de una cantidad de pacientes esquizo­


frénicos agudos y crónicos, en los diez últimos años, he cobrado
creciente conocimiento de la importancia del superyó en la
esquizofrenia. En este artículo he de presentar detalles del psi­
coanálisis de un paciente catatónico agudo con el objeto de
iluminar un poco la estructura del superyó esquizofrénico y su
relación con las alteraciones esquizofrénicas del yo. Asimismo
deseo analizar la controversia sobre métodos de aproximación a
pacientes esquizofrénicos agudos.

LA CONTROVERSIA SOBRE LA APROXIMACION


PSICOANALITICA A PACIENTES
ESQUIZOFRENICOS

Al discutir el valor de la aproximación psicoanalitica a la


esquizofrenia, debemos recordar que psicoterapeutas con teorías
ampliamente diferentes y técnicas igualmente distintas sostienen
haber tenido éxito tratando casos agudos de enfermedad esqui­
zofrénica. L a tentativa de concentrarse en la obtención de un

1 Publicado en el lnst. ]. Psych-An., 33, y también en Nuevas direc­


ciones en psicoanálisis, M. Klein, P. Heimann y otros. Ed. Paidós, 1965.
78 ESTADOS PSICOTICOS 79
HERBERT A. ROSENFELD

rápido resultado terapéutico en la fase aguda-de la esquizofrenia, renda positiva como en la negativa, pero emplea también una
independientemente del método de abordaje, puede ser tempo­ buena dosis de apoyo, problema que discutiré más adelante con
rariamente valiosa para el paciente individual y gratificante pava mayor detalle. Pero un número de psicoanalistas ingleses,3 esti­
el terapeuta; pero estas “curas” por lo general no son duraderas mulados por la investigación de Melanie Klein sobre las etapas
y los terapeutas frecuentemente olvidan la importancia de con­ tempranas del desarrollo infantil, sostienen haber tenido éxito
tinuar el tratamiento durante la fase crónica muda de la enfer­ en el tratamiento de esquizofrénicos agudos y crónicos mediante
medad que sigue a la aguda.2 El método psicoanalítico puede un método que conserva los rasgos esenciales del psicoanálisis.
utilizarse tanto en la fase aguda como en la crónica de la en­ El psicoanálisis en este sentido puede ser definido como una
fermedad. He hallado que cuando se lo utiliza en la fase aguda técnica que incluye là interpretación de la transferencia positiva
puede ser continuado en la fase crónica sin cambio importante y negativa sin el empleo de medidas educativas o de reasegu­
alguno en la técnica; en efecto, el empleo de la técnica analítica ramiento, y el reconocimiento e interpretación del material in­
en la fase aguda prepara y ayuda al tratamiento psicoanalítico consciente aportado por el paciente. L a experiencia de los ana­
de la fase muda. El éxito último parece depender del manejo listas de niños puede ayudarnos aquí a definir con más detalle
de esta fase. Mas, si se emplea un método no analítico de la aproximación psicoanalítica a esquizofrénicos agudos, puesto
fuerte sugestión o de apoyo en la fase aguda, se halla que en que los problemas técnicos que surgen en el análisis de psicótí-
la fase crónica el psicoanálisis es por demás difícil y su éxito cos agudos son similares a los que se hallan en el análisis de
final puede verse perjudicado. Por lo tanto, si de alguna manera
niños pequeños.
ha de emplearse el análisis en el tratamiento de la esquizofrenia,
Al considerar el análisis de niños desde la. edad de dos
es recomendable comenzar con él en la fase aguda.
años y nueve meses en adelante, Melanie Klein ha señalado que
Muchos hay que estarían en desacuerdo con esta opinión
interpretando la transferencia positiva y negativa desde el co­
de que la técnica psicoanalítica puede aplicarse en el tratamiento
mienzo del análisis, la neurosis de transferencia se desarrolla.
de la esquizofrenia aguda. L a mayoría de los psicoanalistas nor­
Sostiene que cualquier intento de producir una transferencia
teamericanos que se han ocupado de la esquizofrenia, por ejem­
positiva por métodos no analíticos, tales como consejos o regalos
plo, Harry Stack Sullivan, Fromm-Reichmann, Federn, Knight,
, o recuperación de la confianza por diversos medios, no sólo es
Wexler, Eissler y Rosen, han cambiado su método de aproxima­
ción tan considerablemente que ya no puede seguir llamándose innecesario sino positivamente perjudicial para el análisis. Tam­
psicoanálisis. Todos ellos parecen estar de acuerdo en que es bién halla que ciertas modificaciones del análisis de adultos son
inútil considerar el método psicoanalítico como utilizable para necesarias para analizar niños. De éstos no se espera que se
la psicosis aguda, y sostienen que la reeducación y el apoyo-son tiendan en el diván, y no sólo sus palabras sino también su
absolutamente necesarios; algunos autores, como Federn, van juego son utilizados como material analítico. L a cooperación
más lejos y manifiestan que debe fomentarse la transferencia entre los padres del niño y el analista es deseable, desde que
positiva a la vez que se evita la negativa. Asimismo nos ha pre­ el pequeño debe ser traído a sus sesiones y los padres propor­
venido contra la interpretación del material inconsciente. Rosen cionan la historia infantil e informan al analista acerca de los
parece interpretar el material inconsciente tanto en la transfe- hechos reales. Sin embargo, en el análisis de niños tal como lo

2 Eissler (1951) sugirió los nombres: “aguda” (o primera) y “muda” 3 Pilerie haber un número de terapeutas en USA y América del Sur
(o segunda) fases de la esquizofrenia. Señaló que la fase aguda puede tales como Kaufmann y Pichón Rivière que hayan tratado pacientes esquizo­
durar muchos años y que la enfermedad puede definir su curso ya sea frénicos mediante el psicoanálisis. Sin embargo, no han descripto su apro­
en la primera o en la segunda fase. Eissler pretende que todo el problema ximación clínica. (Los trabajos de Pichón Rivière sobre esquizofrenia son
del psicoanálisis en la esquizofrenia puede decidirse sólo en la segunda fase. sólo teóricos.)
'( 1

so HERBEKT A. EOSENFELD ESTADOS PS I COT I COS 81


c

describe Melanie Klein, los principios fundamentales del psico­ el ¡ratamiento por muchos días mientras el paciente se halla aún c
análisis son plenamente conservados. en la fase aguda, pues esto puede significar un prolongado
Toda la experiencia así ganada se ha empleado como prin­ retroceso en su estado clínico y en el análisis. r
cipio-guía en el análisis de psicóticos, en especial pacientes es­ El análisis de pacientes esquizofrénicos agudos presenta
quizofrénicos agudos. Si evitamos los intentos de obtener una muchas trampas, ya que la naturaleza del proceso esquizofrénico c
transferencia positiva mediante el apoyo directo o las expresiones
de cariño, y simplemente interpretamos las transferencias posi­
hace la labor analítica por demás difícil. El analista debe en­
frentarse con sus propias perturbadoras reacciones contratrans- c
tiva y negativa, las manifestaciones psicóticas se unen por sí
solas a la transferencia, y del mismo modo que se desarrolla
ferenciales y se siente muchas veces tentado a cambiar o aban­
donar su técnica analítica. Esta puede ser una de las causas de c
una neurosis de transferencia en un neurótico, se desarrolla
en el análisis de psicóticos lo que podría denominarse una “psi­
la controversia sobre la posibilidad de una aproximación psicu-
analítica. L a solución sólo puede hallarse en la práctica: señalan­ c
cosis de transferencia”. El éxito del análisis depende de nuestra
comprensión de las manifestaciones psicóticas en la situación
do que el análisis de transferencia en pacientes esquizofrénicos
agudos es posible; y examinando la naturaleza de la transferencia c
transferencia!.
Hay ciertos detalles técnicos que deberían mencionarse
esquizofrénica y otros importantes problemas y ansiedades es­
quizofrénicos.
c.
aquí. Nunca invito a un paciente esquizofrénico agudo a acos­ Tengo la impresión de que la necesidad de emplear mé­
c
tarse en el diván psicoanalítico. Una vez pasada la fase esqui­ todos de control y de recuperación de la confianza se relaciona
zofrénica aguda, uno debe considerar muy cuidadosamente el
momento en que debería introducirse la posición yacente. De
con la dificultad de tratar mediante el psicoanálisis con el su-
peryó esquizofrénico. Milton Wexler (1951) ha contribuido a
o
ningún modo es ésta una decisión fácil, aunque comprobé que
muchos esquizofrénicos son mejor tratados en la posición se­
la comprensión de este punto en su artículo “El problema es­ c
tructural en la esquizofrenia”. Al criticar el punto de vista de
dente. Los pacientes esquizofrénicos cambian con frecuencia su (
Alexander, quien niega la existencia de un superyó en los esqui­
posición en el consultorio durante una sesión cualquiera y tam­ zofrénicos, E. Wexler dice: “Explicar los conflictos del esqui­
bién de una sesión a otra, y esta conducta es significativa como zofrénico (alucinaciones e ilusiones) como expresiones de una c
expresión de las fantasías inconscientes del enfermo. Yo utilizo total desorganización de las demandas instintivas que han per­
como material analítico la totalidad de la conducta del paciente, dido su interconexión, es una parodia del cuadro clínico de la c
sus gestos y actividades de diversa índole, en una medida mu­
esquizofrenia, que refleja a menudo la moralidad más brutal
cho mayor que con pacientes neuróticos. L a cooperación estre­ c
que haya encontrado nunca. Por cierto que no estamos tratando
cha de familiares y enfermeros es esencial, especialmente si el
con un superyó con todas sus funciones intactas, sino con una c.
paciente ha de ser visto en un hospital para mentales o en un
estructura primitiva, arcaica, en la que la identificación primaria
asilo o si debe ser llevado al analista por un enfermero o pa­
(figura materna incorporada) significa sólo la promesa de con­ (
riente. Otro punto de importancia es la frecuencia y la duración
de las sesiones. He comprobado que los pacientes esquizofré­ denación, abandono y muerte consecuente. Aunque esta estruc­
nicos agudos deben ser vistos por lo menos seis veces por se­ tura puede ser solamente la predecesora del superyó que emerge c
mana, y que frecuentemente la sesión usual de cincuenta minutos
ha demostrado ser insuficiente. Según mi propia experiencia,
con completa resolución de la situación edípica, su perfil y su
fuerza dinámica pueden percibirse tanto en niños pequeños c
es mejor no variar el número de las sesiones, sino dar al paciente,
en caso necesario, sesiones mayores (noventa minutos) mientras
como en pacientes esquizofrénicos, y si no lo vemos (al superyó),
sospecho que sucede porque no hemos aprendido aún a reco­
c
persiste la fase aguda. También es una imprudencia interrumpir nocer los aspectos más arcaicos de su desarrollo”.
82 HERBEET A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTXCOS 83

Si bien, reconociendo plenamente la importancia del superyó fianza. Wexler sugiere que los éxitos de Knight y Hayward en
arcaico, Wexler, sin embargo, se ha desviado considerablemente el tratamiento de sus pacientes esquizofrénicos deben atribuirse
del psicoanálisis en su enfoque clínico. Aparentemente no in­ también al hecho de asumir ellos el control del superyó. Parece
tentó analizar la situación transferencia!. De modo deliberado ser que todos estos métodos que emplean el reaseguramiento
trató de identificarse con el superyó de su paciente, concordando amistoso tienen un objetivo similar que es la modificación del
con sus más crueles autoacusaciones morales. De esta manera superyó.
logró establecer contacto con su paciente, cosa que antes no En efecto, desde este estudio crítico, parecería que todos
había conseguido. El tratamiento continuó mientras el terapeuta estos métodos psicoterapéuticos están directamente encaminados
desempeñaba el papel de persona que controla y prohíbe (por a modificar el superyó. Pero yo agregaría que ninguno de los
ejemplo, prohibió al paciente cualquier provocación sexual o investigadores que he mencionado ha aclarado si intentó acer­
agresiva que amenazara perturbar la relación terapéutica). carse al paciente esquizofrénico agudo mediante una técnica
Wexler dejó bien aclarado que actuó también de manera muy
psicoanalítica, y, si lo hizo, por qué fracasó.
amistosa, recuperando la confianza del paciente.
El fundamento teórico de su aproximación consiste en su
intento como terapeuta de identificarse con el superyó de su ALGUNOS CONCEPTOS PSICOANALITICOS SOBRE
paciente. Tan pronto como logra de esta forma contacto con E L SUPERYO EN LA ESQUIZOFRENIA
él, considera que ha llegado a su primera meta, y entonces co­
mienza él mismo (el terapeuta) a actuar como superyó contro­ Freud (1924) dijo: “Una neurosis de transferencia corres­
lador pero amistoso. Sostiene que de esta manera se establece ponde a un conflicto entre el yo y el ello, una neurosis narcisís-
gradualmente un control de! yo y un superyó satisfactorio, lo tica a uno entre el yo y el superyó, y una psicosis a un conflicto
que pone punto final a la fase aguda de la esquizofrenia. La entre el yo y el mundo exterior”. Freud no se ocupó explíci­
paciente a quien evidentemente el método de Wexler resultó
tamente de la esquizofrenia en ese trabajo; con todo, esta for­
de ayuda era una mujer esquizofrénica que había estado durante
mulación parece indicar que no pensó que el superyó pudiera
cinco años en un hospital psiquiátrico.
desempeñar un papel importante en la esquizofrenia (dementia
Rosen (1946) describió una técnica de acercamiento a
pracecox). Pero antes, en 1914, señaló un paralelo entre los
pacientes con excitación aguda, catatónicos, que se sentían per­
delmos de observación tales como la audición de voces en los
seguidos por figuras amenazantes. Establecía contacto “asumien­
trastornos paranoides, y las manifestaciones de la conciencia.
do deliberadamente la identidad (o identidades) de las figuras
Sugirió que “el delirio de ser vigilado presenta a la conciencia
que al paciente parecían amenazantes y le aseguraba al mismo
que, lejos de perseguirlo, habrían de amarlo y protegerlo”. En en una forma regresiva, revelando de tal modo la génesis de
otro caso, Rosen (1950) dilectamente asumió el papel de una esta función”. Procedió entonces a unir el yo ideal con la homo­
persona que controla diciéndole a la paciente que arrojara un sexualidad y la influencia de la crítica parental. Más adelante,
cigarrillo que había tomado. Asimismo la controló físicamente en el mismo trabajo, sostuvo que en las perturbaciones paranoi­
indicándole que se quedara quieta en el diván sin moverse. Pero des el origen “o la evolución de la conciencia es reproducido
hacia el final de la sesión descripta cambió su actitud diciéndole: regresivamente”. Estas manifestaciones de Freud implican que
“Ahora soy su madre y le permitiré que haga todo lo que quiera”. él apreciaba la importancia del superyó en la esquizofrenia.
En el caso de Wexler y de Rosen está claro que el enfoque- También parece señalar que el análisis de esquizofrénicos regre-
peculiar se encamina a la modificación del superyó esquizofré­ sionados que sufren de alucinaciones auditivas podría ayudar
nico mediante el control directo y la recuperación de la con­ a explicar el origen del superyó.
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C
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84 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS P S I CÓT I C OS 85 r


V

E. Pichón Rivière (1947) subrayó la importancia del su- que las sensaciones del tracto oral a que hace referencia se rela­
c
peryó en la esquizofrenia. Sugirió que las psicosis (incluyendo cionan con fantasías de consumir objetos.
la esquizofrenia) así como también las neurosis, son el resultado Melanie Klein4 ha contribuido mucho a nuestra compren­ f
de un conflicto entre el ello poi un lado y el yo al servicio del sión de los tempranos orígenes del superyó. Descubrió que,
superyó por el otro. Dice: “En el proceso de la regresión surge proyectando sus impulsos libidinales y agresivos sobre un objeto c
una disociación de los instintos, y el de la agresión es canalizado externo que al comienzo es el pecho de su madre,, el niño crea
tanto por el yo como por el superyó, determinando así la actitud imágenes de un buen y mal pecho. Estos dos aspectos del pecho c
masoquista del primero y la sádica del último. L a tensión entre son introyectados y contribuyen ambos a formar el yo y el su­
los dos instintos origina ansiedad, sentimientos de culpa, y la peryó. Asimismo ha descripto dos tempranas etapas del desa­ c
necesidad de castigo .. . ” rrollo correspondientes a las dos predominantes ansiedades tem­
Pious (1949) manifestó que “se había convencido de que pranas del niño; la “posición esquizoparanoide”, que se extiende
durante los primeros tres a cuatro meses de vida, y la “posición
c
la patología estructural más importante en la esquizofrenia reside
con la mayor probabilidad en la formación del superyó”. depresiva”, que la sigue y se extiende durante la mayor parte c
de los restantes meses del primer año. Si, durante la fase pa-
Cree en el desarrollo temprano del superyó, pero sólo señala
sus aspectos positivos. Dice: “El superyó se desarrolla desde
ranoide, aumenta la agresión y por lo tanto las ansiedades para- c
noides por causas internas y externas, predominan las fantasías
varios loci, el más temprano de los cuales es la introyección de
de objetos persecutorios y perturban la capacidad de mantener c
la imagen de la madre amante y protectora. Creo que el desa­
rrollo es comprometido por una prolongada privación y por hos­
tilidad en la madre”. En su opinión el esquizofrénico tiene un
en el interior objetos buenos de los cuales depende el desarrollo
normal del yo y del superyó. c
superyó defectuoso, pero su estructura no es explicada.
Nunberg expresó su opinión sobre el superyó en la esquizo­
Ella ha subrayado que “si el temor persecutorio y, corres­
pondientemente, los mecanismos esquizoides, son demasiado
c
frenia en 1920. Su paciente, que sufría de un extremadamente fuertes, el yo no es capaz de elaborar la posición depresiva.
Esto a su turno obliga al yo a regresar a la posición esquizopara­
c
severo sentimiento de culpa, sostenía que había destruido al
noide y refuerza los primitivos temores persecutorios y los fenó­ c
mundo; y resultó evidente que creía que lo había hecho comién­
menos esquizoides”.5 En tales casos los objetos internos, inclu­
doselo. Nunberg dice: “En sus fantasías canibalísticas el pa­
yendo el superyó, sólo serán ligeramente modificados por el pos­ c
ciente identificó a la persona amada con el alimento y consigo
terior desarrollo, y mantendrán así muchas de las características
mismo. Para el niño el pecho de la madre es el único objeto
de la temprana posición esquizoparanoide, esto es, los objetos (
amado, y este amor, en esa etapa, tiene un carácter predomi­
son disociados en buenos y malos. Existe una interrelación entre
nantemente oral y canibalístico. Allí no puede existir todavía
sentimiento de culpa”. Nunberg, sin embargo, sugiere que cier­
buenos y malos objetos en que, si los objetos malos son extre­
madamente malos y persecutorios, como formación reactiva los
c
tos sentimientos y sensaciones de las zonas oral y anal, que to­
davía no pueden hallar expresión en el lenguaje, “forman la base
objetos buenos serán extremadamente buenos y altamente ideali­ c.
emocional para el desarrollo de ese complejo de ideas conocido
zados. Tanto los objetos idealizados como los persecutorios con-
c
como sentimiento de culpa”. Leyendo la descripción que hace 4 No intento aquí presentar una descripción detallada de las ideas de
Nunberg de su paciente, nos sorprende su afirmación de que Melanie Klein; sólo trato de concentrarme en aquellos puntos que son de c
importancia para mi trabajo.
“todavía no puede existir un sentimiento de culpa” en la etapa
3 Melanie Klein: “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” en
oral. Porque su caso sugiere que los sentimientos de culpa y Desarrollos en psicoanálisis, Buenos Aires, Edic. Hormé, 1967, 2? edición,
c
el superyó existen en un período preverbal y parece mostrar p. 252.
c
ESTADOS PSICÓTICOS 87
86 HEBBEBT A, ROSENFELD

superyó que muestra una mezcla de rasgos persecutorios y de­


ti'ibuyen a formar el primitivo superyó, y en pacientes que han
presivos. Clínicamente, podría verse al paciente en una “lucha”
regresado a la posición paranoide podemos observar que ciertos
con objetos internos, los que lo atacan criticándolo y castigán­
objetos idealizados y algunos persecutorios poseen funciones
dolo, y que parecen representar un supeiyó persecutorio. Pero
superyoicas. En el análisis de muchos pacientes esquizofrénicos
con frecuencia, dé manera bastante súbita, la naturaleza de los
agudos tenemos dificultad para detectar los objetos idealizados
objetos internos parece cambiar y éstos asumen un carácter más
que funcionan como superyó y sólo nos impresiona la calidad
quejumbroso y hacen repetidas demandas de reparación, rasgos
persecutoria del mismo. Esto puede ser debido en parte a las
que son más característicos de lo que podría llamarse un superyó
extremas demandas de los objetos idealizados, que hacen tan
depresivo”.1 Rara vez puede mantenerse el conflicto en el nivel
difícil diferenciarlas de las demandas de los objetos persecu­
depresivo durante cierto tiempo y nuevamente se incrementa la
torios. persecución.
Hablando en términos generales, en los pacientes esquizo­
En la siguiente descripción de la lucha de un paciente con
frénicos la capacidad de introyectar y mantener en el interior
sus objetos internos me concentré de propósito en aquellos obje­
objetos buenos está severamente dañada. Sin embargo, aun en
pacientes esquizofrénicos agudos podemos ocasionalmente ver tos internos que van a formar el superyó. L a contribución de
intentos de introyectar objetos buenos, lo que coincide clínica­ los objetos internalizados al yo y su relación con el ello son
mente con la aparición de ansiedades depresivas. Como durante también de importancia vital, pero no me ocupé con detalle de
el desarrollo normal el niño tiende hacia la posición depresiva, eso en este trabajo.
la ansiedad persecutoria y la disociación de objetos disminuyen, La investigación de la psicopatología de la esquizofrenia ha
. y la ansiedad comienza a centrarse en torno del miedo de per­ mostrado también la importancia de ciertos mecanismos tales
der al objeto bueno interno y externo. Luego de los primeros como la disociación del yo y de sus objetos, los que fueron de­
tres o cuatro meses de vida, el acento se desplaza del miedo a nominados por Melanie Klein “mecanismos esquizoides”. Des­
que el yo sea destruido por un objeto persecutorio, al miedo cribió, por ejemplo, entre otros, la disociación del yo causada
de que sea el objeto bueno el destruido. Al mismo tiempo apa­ por la agresión vuelta contra él mismo y por la proyección de
rece un deseo mayor de preservarlo en el interior. L a ansiedad todo o parte de él sobre objetos internos y externos —proceso
y la culpa relacionadas cón la incapacidad de restaurar este
que ha denominado “identificación proyectiva”.8
objeto en el interior, y secundariamente en el exterior, toman
En trabajos anteriores he llamado la atención hacia la im­
entonces la delantera y constituyen el conflicto superyoico de
portancia de la identificación proyectiva en la esquizofrenia. En
la posición depresiva. L a salida normal de la posición depre­
siva es el fortalecimiento de la capacidad de amar y reparar el el análisis de transferencia de pacientes esquizofrénicos agudos
es posible con frecuencia rastrear el mecanismo de la identifi­
objeto bueno adentro y afuera.
cación proyectiva hasta su origen. He observado que cada vez
En los pacientes esquizofrénicos ha habido una falla en la
que un esquizofrénico agudo se acerca a un objeto con amor u
elaboración normal de la posición depresiva, y ha tenido lugar
odio parece quedar confundido con este objeto. Esta confusión
una regresión a la fase paranoide. El proceso no queda estacio­
nario en este punto y se producen frecuentes fluctuaciones que
7 En el concepto de Melanie Klein, el superyó de la posición depre­
incluyen progresos y regresiones.6 siva, entre otros rasgos, acusa, se queja, sufre y hace demandas de repa­
"E sto puede explicar por qué se observa a menudo en pa­ ración, pero, si bien aún persecutorio, es menos rígido que el superyó de
la posición paranoide.
cientes que han hecho una regresión esquizofrénica aguda un
8 Para el estudio más detallado de estos mecanismos véanse M. Klein
(1946) y H. Rosenfeld (1947).
6 Melanie Klein, id.
c

c
88 HFKHERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 89 r
parece deberse no sólo a fantasías de incorporación oral que
C
conducen a una identificación introyectwa, sino al mismo tiempo EXAMEN D E ALGUNOS ASPECTOS D E L PSICOANA­
a impulsos y fantasías del paciente de entrar en el objeto con la LISIS D E UN PACIENTE ESQUIZOFRENICO AGUDO C
totalidad o parte de su yo, lo que conduce a la “identificación
proyectiva”. Esta situación puede considerarse como la más
primitiva relación objetal, a partir del nacimiento. En mi opinión
Diagnóstico
c
Cuando vi al paciente por primera vez, había estado su­ rs.
el esquizofrénico jamás emergió por completo de la más tem­
friendo de esquizofrenia aguda durante cerca de tres años. Ha­
prana fase del desarrollo a que pertenece esta relación objetal,
bía respondido siempre durante un corto tiempo al electroshock c
y en el estado esquizofrénico agudo regresa a este primitivo
y a los comas insulínicos, de los que había recibido por lo
nivel. Mientras la identificación proyectiva está basada prima­
menos noventa. Existía duda acerca de si era un hebefrénico c
riamente sobre una relación objetal, puede también emplearse
por causa de su frecuente risa tonta, pero, a pesar de ciertos
como mecanismo de defensa: por ejemplo, disociar y proyectar
rasgos hebefrénicos, todos los psiquiatras que lo habían visto c
partes buenas y malas del yo en objetos externos, los que se
diagnosticaron un tipo catatónico de esquizofrenia de mal pro­
identifican entonces con las partes proyectadas del yo. El pa­
ciente esquizofrénico crónico hace amplio uso de este tipo de
nóstico. Se había sugerido la lobotomía para disminuir su vio­
lencia y ayudar al problema de su cuidado, pero en el último
c
identificación proyectiva como defensa. Sin embargo, si la pro­ momento su padre decidió probar con el psicoanálisis. ('
yección como defensa se hace demasiado extensa, el yo, en lugar
de fortificarse, pierde su propia capacidad de funcionar y puede
Historia del paciente c
sobrevenir un estado agudo de desintegración esquizofrénica.
En pacientes neuróticos el severo superyó causa con frecuencia El paciente, que tenía veintiún años de edad, había nacido c
la proyección de impulsos que son insoportables al mundo exte­ en el extranjero, luego de un laborioso parto con fórceps. Era
el hijo mayor (nació un hermano cuatro años más tarde). No 1
rior, o en la manía el superyó es proyectado al mundo exterior
para liberar al yo de su atormentador interno. En la esquizo­ pudo mamar satisfactoriamente, y después de cuatro semanas
se le dio mamadera. Cuando niño lloraba durante horas por­ L
frenia aguda observé que no sólo los objetos internos, incluyendo
el superyó, son frecuentemente proyectados en objetos exterio­
res, sino que la proyección del superyó era acompañada por la
que a los padres se les había aconsejado no levantarlo. Las
dificultades para alimentarse se mantuvieron durante la niñez c
proyección masiva de partes del yo en objetos externos, lo que y el período de latencia. Varios años antes de comenzar su en­ <
fermedad se produjo un cambio, cuando desarrolló súbitamente
era causa de severa disociación y desintegración del yo.
un apetito enorme. Desde niño tenía frecuentes ataques de vó­
No puedo discutir en este artículo todos los mecanismos de (_
mitos nerviosos. Otros síntomas eran las perturbadoras sensa­
disociación del yo, pero deseo llamar la atención hacia las for­
ciones de tener muertos y rígidos sus piernas y brazos, y una c
mas en que el superyó es responsable por la disociación del yo.
sensación de que se le retorcía la lengua. Nunca podía soportar
También deseo demostrar que existe un superyó primitivo en
ser lastimado, y cuando sentía dolor trataba de pellizcar a su Q
el paciente esquizofrénico agudo, que el origen de este superyó madre como si estuviera enojado con ella por lo que sucedía.
se remonta al primer año de vida, y que este temprano superyó En el colegio era muy popular y tenía muchos amigos. Entre los • c.
tiene un carácter particularmente severo, debido al predominio nueve y once años tuvo un período de exhibicionismo. Cuando
de rasgos persecutorios. tuvo cerca de dieciséis se produjo un incidente que alarmó a los (
padres y les hizo conocer que había algo que marchaba muy
90 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 91

mal en el paciente. Este y su hermano ocupaban un dormitorio veces .se mostraba impulsivo. Durante la primera quincena era
vecino al de sus padres durante las vacaciones. Su madre lo traído en coche desde el hogar para mentales donde estaba
vio sobre el parapeto del balcón, que se hallaba en el cuarto internado. Luego lo vi allí; tenía dos enfermeros privados. Du­
piso, y pensó que estaba a punto de suicidarse arrojándose abajo. rante las primeras cuatro a cinco semanas de tratamiento estuvo
Logró detenerlo, y él se “derrumbó” y acusó a su padre por no a veces peligrosamente violento. Desde entonces la violencia
haberle contado las cosas de la vida. Aparentemente antes de disminuyó en buen grado v se tornó mucho más fácil de manejar.
este episodio el paciente había pasado un período de intensa Esto nuevamente cambió en un momento en que los enfermeros
masturbación. A los diecisiete se enamoró de una bailarina. y yo comenzamos a darnos cuenta de que sus padres, especial­
Ella lo rechazó y poco después tuvo su primera caída esqui­ mente la madre, intentaban detener el tratamiento. Yo tenía el
zofrénica. fuerte convencimiento de que, si bien el paciente no había sido
informado directamente de esto, debía haberlo percibido en su
Padres del paciente contorno. Fui llevado a esta suposición porque desde ese mo­
mento se tomó progresivamente más violento, si bien aun
Su madre no se sintió bien durante el embarazo, y luego
entonces nunca intentó atacarme. Hasta entonces había coope­
de su puerperio enfermó de asma y no pudo cuidar al niño,
rado conmigo en estados positivos y negativos.
quien fue confiado a una nodriza. Es muy difícil determinar
con claridad la relación con su hijo, pero parece ser que prefería
al niño menor.9 Cuando el paciente creció, sostuvo, frecuentes Técnica
peleas con ella, y se llevaba mucho mejor con el padre. Cuando
Lo vi regularmente todos los días excepto domingos, du­
enfermó, no quiso tenerlo en su casa y luego se opuso enér­
rante cerca de una hora y veinte minutos. Cuando hablaba,
gicamente a su tratamiento psicoanalítico. Su padre era un
raramente empleaba oraciones completas. Casi siempre decía
hombre muy emotivo, que quería mucho a su hijo mayor, pero
sólo unas pocas palabras, esperando que yo lo comprendiera.
indeciso y de poca confianza.
Frecuentemente admitía interpretaciones que reconocía correc­
tas y podía mostrar claramente cuán complacido estaba por
Tratamiento
comprender. Cuando sentía resistencia contra las interpreta­
La primera vez que vi al paciente, estaba apartado de todo ciones o cuando ellas le despertaban ansiedad, muy a menudo
ñato social, tenía alucinaciones y estaba casi mudo, y algunas decía “no”, y luego “sí”, expresando a un tiempo rechazo y acep­
tación. A veces demostraba su comprensión por la claridad y
0 En algunos trabajos sobre esquizofrenia, especialmente de autores coherencia del material que proporcionaba después de una inter­
norteamericanos como Pious y Fromm-Reichmann, se ha subrayado la
actitud hostil y “esquizofrenogénica” de la madre. En este caso la madre
pretación. A veces tenía gran dificultad para emitir palabras y
parece haber sido inconscientemente hostil hacia el paciente, y la enfer­ mostraba lo que quería decir mediante gestos. Otras veces, en
medad de éste aumentaba sus sentimientos de culpa. Pero no debemos relación con ciertas ansiedades, perdía por completo su capaci­
olvidar que en todas las perturbaciones mentales existe una estrecha inter­ dad para hablar (por ejemplo, cuando sentía que todo dentro
relación entre factores externos que actúan como trauma, e internos, de­
suyo se había transformado en heces), pero su capacidad mejo­
terminados mayormente por herencia. En nuestro enfoque analitico debe­
mos saber que es inútil y aun dañino para el progreso del análisis aceptar raba en respuesta a interpretaciones pertinentes. Más adelante,
sin crítica los intentos del paciente de culpar al medio externo por su en e l curso de su tratamiento comenzó a jugar de manera dra­
enfermedad. Hallamos generalmente que hay una gran distorsión de los mática, ilustrando así sus fantasías, particularmente sobre su
factores externos a través de la proyección y debemos ayudar al paciente
a comprender sus fantasías y reacciones a situaciones externas hasta que
mundo interior.
es capaz de diferenciar entre sus fantasías y la realidad externa.
92 HERBERT A. ROSENFELD

especie de sensible “receptor”. Al tratar esquizofrénicos con tan


E L PROBLEMA D E LA PRESENTACION D E L CASO grandes dificultades verbales, la comprensión intuitiva incons­
ciente del analista a través de la contratransferencia es aun más
Al presentar ciertos aspectos de un análisis como éste, es importante, porque lo ayuda a determinar lo que realmente
imposible reproducir todo el material aportado por el paciente importa en ese momento.
y todas las interpretaciones. Debe también recordarse que con
Pero el analista también debería ser capaz de formular cons­
un paciente tan severamente enfermo el analista no puede com­
cientemente lo que ha reconocido inconscientemente, y de co­
prender todo lo que el paciente dice o trata de decir.
municarlo al paciente de manera tal que lo comprenda. Esta es
Sin embargo, espero poder mostrar que este paciente pro­ después de todo la esencia de todo psicoanálisis, pero cobra
fundamente regresionado, que tenía gran dificultad para verba- especial importancia en el tratamiento de esquizofrénicos, los
lizar sus experiencias, me trajo sus problemas no sólo con la cla­ que han perdido gran parte de su capacidad de funcionamiento
ridad suficiente para hacer posible una relación continua, sino consciente, de modo que sin ayuda no pueden comprender cons­
también de una manera que proporcionaba un cuadro bastante cientemente sus experiencias inconscientes, que a veces son tan
detallado de su conflicto de culpa en la situación transferencial, vividas. Al presentar el siguiente material, pediría por lo tanto
y de la forma en que trataba de manejarlo. al lector que recuerde que continuamente hube de observar las
Desde que algunos analistas, como Eissler, niegan la im­ reacciones del paciente a mis interpretaciones, y con frecuencia
portancia de las interpretaciones en la esquizofrenia aguda, es tantear el camino hasta estar seguro de dárselas de una manera
necesario discutir el significado de las interpretaciones verbales. que él pudiera utilizar. Por ejemplo, me sorprendió descubrir
Eissler subrayó el conocimiento que tiene el esquizofrénico de que podía seguir sin mucha dificultad la interpretación de com­
los procesos primarios en la mente del analista, y en su opinión plicados mecanismos si yo usaba palabras sencillas.
el resultado del tratamiento depende de estos procesos primarios Aun así, era obvio a veces que no podía entender la comu­
y no de las interpretaciones. Yo entiendo que esto significa que nicación verbal, o por lo menos que comprendía erróneamente
el esquizofrénico es en extremo intuitivo y parece ser capaz de lo que le decía. Sabemos por el tratamiento de neuróticos que
obtener ayuda de un terapeuta que inconscientemente está las palabras del analista pueden transformarse en símbolos de
acorde con su paciente. Eissler parece estimar como falto de situaciones particulares, por ejemplo, una relación alimentaria
importancia y conducente a una autodecepción considerar si el u homosexual; y esto debe comprenderse e interpretarse. Pero
psieoterapeuta comprende o no conscientemente al paciente con el esquizofrénico la dificultad parece ser mucho mayor. A
esquizofrénico. Escribe: “No obtuve la impresión de que en veces toma muy concretamente todo lo que le dice el analista.
casos en que se utilizaron interpretaciones en el curso de la fase Hanna Segal (1950) ha mostrado que si interpretamos una fan­
aguda hubiera una relación específica entre interpretación y tasía de castración a un esquizofrénico, éste toma la interpre­
recuperación clínica. Puede suponerse que otras interpretaciones tación misma como una castración. Ella sugirió que el esquizo­
habrían llevado a resultados similares”. frénico tiene dificultad ya sea en formar símbolos o en usarlos,
En mi opinión la comprensión intuitiva inconsciente por ya que se convierten en equivalentes en lugar de símbolos. En
parte del psicoanalista de lo que un paciente le está comunicando mi experiencia he hallado que muchos esquizofrénicos sólo tem­
es un factor esencial en todos los análisis, y depende de la capa­ porariamente son incapaces de usar símbolos, y el análisis del
cidad del analista para usar la contratransferencia10 como una paciente que tratamos contribuyó a mi comprensión de las cau-

situación analítica representa uno de los útiles más importantes para su


10 Véase Paula Heimann (1 9 5 0 ): “ On counter-transference” . “ M i .
trabajo. L a contratransferencia del analista es un instrumento de investi­
tesis es que la respuesta emocional del analista a su paciente dentro de la
gación del inconsciente del paciente” .
94 HERBERT A. HOSENFEU)
ESTADOS PSICÓT1COS 95
sas más profundas de este problema. Este paciente ciertamente
perdido su pene: “Alguien se ha llevado el tenedor”; “mujer
había formado símbolos, por ejemplo su descripción simbólica
tonta”. Le preocupaba el ser mujer, y tenía un deseo de renacer
de los objetos internalizados era sorprendente. Pero siempre
como niña:11 “Príncipe Ana”. Analizando material como éste:
que el contacto verbal estaba perturbado, a través de la difi­
“La Virgen María fue muerta” o “Una mitad fue comida”,12 y
cultad del paciente por comprender las palabras como símbolos,
‘Bid (el pene) fue asesinado”, comenzaremos a comprender
observé que sus fantasías de entrar en mí y estar en mi interior
que atribuía sus peligrosos y criminales sentimientos contra su
se habían intensificado, y habían llevado a su incapacidad de
madre, y contra las mujeres en general, a su mitad masculina y
diferenciar entre él y yo (identificación proyectiva). Esta con­
a su pene. También comprendimos que sus fantasías de ser
fusión entre el propio ser y el objeto, que también llevaba a
mujer estaban grandemente reforzadas por su deseo de liberarse
una confusión entre realidad y fantasía, iba acompañada de
de su agresión. Cuando empezó a entender este método de
una dificultad para diferenciar entre el objeto real y su repre­
tratar con su agresión, su deseo de convertirse en mujer dismi­
sentación simbólica. Las proyecciones del yo y de los objetos
nuyó y se volvió más agresivo.
internalizados se encontraban siempre en cierto grado, pero no
A veces su agresión se volvía hacia afuera y atacaba a las
necesariamente perturbaban la comunicación verbal. Porque
enfermeras, pero con frecuencia se dirigía contra él mismo.
es la cantidad del yo.implicada en el proceso de identifica­
Hablaba entonces de “alma que es asesinada”, o “alma que
ción proyectiva la que determina si pueden o no diferenciarse
comete un suicidio”, o “alma que está muerta” : significando
el objeto real y su representación simbólica. El análisis de los
“alma” claramente una parte buena suya. Una vez, cuando dis­
impulsos que subyacen a la identificación proyectiva puede
también explicar por qué tan a menudo el esquizofrénico trata cutíamos estos sentimientos de muerte, ilustró este volver la
agresión contra sí mismo diciendo: “Yo quiero seguir —Yo no
a las fantasías como reales situaciones concretas, y las situacio­
.quiero seguir— vacío —Alma está muerta—”, y luego me dejó
nes reales como si fueran fantasías. Cada vez que veía que la
estupefacto diciendo claramente: “El problema es -cóm o im­
identificación proyectiva había aumentado, interpretaba sus im­
pedir la desintegración—”. (L a vuelta de la agresión contra sí
pulsos de entrar en mí en la transferencia, con lo cual su capa­
ha sido descripta como parte del proceso de disociación que
cidad para comprender símbolos y por ende palabras e inter­
causa la desintegración en la esquizofrenia por Melanie Klein,
pretaciones mejoraba.
1946, y H. Rosenfeld, 1947.)
Una ansiedad predominante en la situación analítica, que
E L PROGRESO D E L TRATAMIENTO en raras ocasiones era capaz de formular el paciente, se relacio­
naba con su necesidad de mí. Le resultaba intolerable que yo
Antes de describir ciertas etapas del tratamiento que me no estuviera con él los domingos, y una vez, un sábado, me dijo:
proporcionaron algún material detallado e interrelacionado sobre “¿Qué haré entretanto?, mejor será que encuentre a alguien en
el problema superyoico de mi paciente, bosquejaré brevemente el hospital”. En otra oportunidad me dijo: “No sé qué hacer
las primeras cuatro semanas del tratamiento, durante las cuales
éste cooperó particularmente bien. En las primeras sesiones 11 Compárese con Rosen, quien describió las frecuentes fantasías de
renacimiento de mujeres esquizofrénicas que desean renacer como niños.
mostró claros signos de transferencia positiva y negativa. Sus
12 Durante el análisis quedó claro que el paciente sentía que había
ansiedades predominantes se referían a su temor de perderse y disociado o matado aquellas partes suyas qué sentía malas y peligrosas
de perderme a mí, y a su dificultad para diferenciar entre él para sus objetos buenos. AI atribuir sus peligrosos impulsos agresivos a
y yo, entre realidad y fantasía, y también entre interior y exte­ su pene, creía que su pene iba a ser matado, o comido, o destruido, y
por lo tanto perdido, lo que incrementaba grandemente su angustia de
rior. Hablaba acerca de su temor de estar perdiendo y haber castración.
r

c
ESTADOS PSICÓ TICOS 97
96 HERBERT A . ROSENI'ELD

todas sus diferentes partes. Se miró entonces un dedo que tenía


c
sin usted”. Repetidamente me decía que su problema estaba torcido y dijo, “No puedo hacer nada más, no puedo hacerlo c
relacionado con el “tiempo”, y cuando sentía que necesitaba algo todo”. Luego de lo cual señaló uno de mis dedos que también
de mí debía dársele “inmediatamente”. está ligeramente torcido y manifestó “tengo miedo de este de­ c
Cada vez que atacaba a alguien físicamente reaccionaba
con depresión, culpa y ansiedad; y se hizo gradualmente evidente
que cuando su agresión no se volvía contra sí mismo, sino contra
do”. Su propio dedo torcido a menudo había representado a su
enfermedad y se había convertido en el representante de su c
objetos internos o externos, surgía un problema de culpa y an­
propio yo dañado; pero él indicaba también que representaba
al mundo destruido dentro suyo, respecto del cual sentía que c
siedad que en efecto ocupaba la mayor parte del tiempo del no podía hacer más. Al decir que no podía hacerlo todo, im­
análisis. plicaba la búsqueda de un objeto exterior. ¿Pero qué clase de c
Deseo ahora dar ciertos detalles del material que siguió a relaciones objétales hallamos en la situación transferencial?
un ataque a la hermana X cuatro semanas después del comienzo Inmediatamente parecí volverme como él y era temible. Le c
de su tratamiento. Algunos días antes del ataque parecía pre­ interpreté que él se ponía a sí mismo y a los problemas que no r
ocupado con fantasías de atacar y morder pechos y con temor podía manejar dentro de mí, y temía haberme cambiado en él; y V.
a las mujeres (brujerías). Se encontraba inarticulado y com­
prendía con dificultad. Hablaba de tres “bollos”, lo que pro­
también que ahora tenía miedo de lo que yo podía devolverle.
Contestó con una observación que mostraba su ansiedad porque
c
bablemente significaba tres pechos, pero no resultaba claro en­ yo pudiera suspender el tratamiento y agregó explícitamente
tonces por qué eran tres. Atacó a la hermana X repentinamente, c
que deseaba que yo lo siguiera viendo.
mientras tomaba el té con ella y con su padre, golpeándola du­
ramente en la sien. En ese momento ella le rodeaba afectuosa­
Examinaré ahora este material desde el punto de vista teó­
rico. Después de su ataque a la hermana, el paciente se sintió
c
mente los hombros con sus brazos. El ataque ocurrió un sábado, /'
deprimido y ansioso. Su conducta, sus gestos, y las pocas frases V
y el lunes y martes lo hallé silencioso y a la defensiva. El miér­
y palabras que articuló mostraron que creía haber destruido todo
coles habló un poco más, dijo que había destruido al mundo
entero y agregó luego: “asustado”. Agregó “Eli” (D ios), varias el mundo exterior, y que sentía asimismo destruido su mundo c
veces. Al hablar parecía abatido, y tenía la cabeza caída sobre
el pecho. Le interpreté qiie cuando atacó a la hermana X sintió
interno. Posteriormente aclara esto en su análisis, pero es muy
importante a esta altura darse cuenta que sentía haber llevado c
que había destruido al mundo entero y que sólo Eli podía arre­ el mundo destruido dentro de sí y que debía repararlo. A esta
tarea se veía llevado por un avasallante superyó, y su omnipo­
c
glar lo que él había hecho. Permaneció silencioso. Después
de proseguir mis interpretaciones diciéndole que no sólo se sentía
culpable sino también temeroso de ser atacado adentro y afuera,
tencia le fallaba. También se sentía perseguido por el mundo
destruido y tenía miedo. Bajo la doble presión de la culpa ago­
c.
se volvió un poco más comunicativo. Dijo: “No puedo soportarlo bia dora y la ansiedad persecutoria, las que eran causadas por c
más”. Luego miró la mesa y dijo: “Está todo ensanchado, ¿qué el superyó, su yo comenzó a desmembrarse: no podía soportarlo
van a sentir los hombres?” 13 Le dije que él no podía aguantar más y proyectaba hacia afuera su mundo interno destruido y a c
más la culpa y la ansiedad dentro suyo y que había puesto su sí mismo. Después de esto, todo parecía ensanchado y su yo
depresión, ansiedad y sentimientos, y también a él mismo, en L
era disociado en muchos hombres que sentían todos su culpa y
el mundo exterior. Como resultado de esto se sentía ensanchado,
dividido en muchos hombres y se preguntaba qué irían a sentir
su ansiedad. La presión del superyó es aquí demasiado grande
para que la soporte el yo: éste trata de manejar la insoportable
c
13 “Está todo ensanchado” se refiere también al mundo que está des­
truido, pero su yo está incluido en el mundo destruido y esto pareció ser
ansiedad mediante la proyección, pero de esta manera tiene
lugar la disociación del yo, y en este caso la desintegración del
c
el factor importante a reconocer.
L
98 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICÓTICOS 99
yo.1* Este es, por supuesto, un proceso muy grave; pero si so­ de su intento de librarse de la culpa y ansiedad interiores po­
mos capaces de analizar estos mecanismos en la situación trans­
niéndolas afuera. Le dije que no sólo temía poner algo malo
ferencia!, es posible superar analíticamente los resultados desas­
en su interior, sino que también temía tomar cosas buenas, el
trosos del proceso de disociación. jugo de naranja bueno y las buenas interpretaciones, puesto que
El paciente mismo dio la clave de la situación transferencia! temía que estas cosas nuevamente le hicieran sentir culpa.
y demostró que había proyectado su yo dañado, que contenía Cuando dije esto, una especie de shock atravesó su cuerpo;
al mundo destruido, no sólo dentro de todos los otros pacientes, emitió un gruñido de comprensión y su expresión facial cambió.
sino dentro de mí, cambiándome de esta forma. Pero en lugar Al final de la hora había vaciado el vaso de jugo de naranja, el
de sentirse aliviado con esta proyección se puso más ansioso,
primer alimento o bebida que tomaba en dos días. A partir de
porque sentía temor por lo que yo entonces volvía a poner en entonces hubo una franca mejoría en su alimentación, y me
su interior, con lo cual sus procesos introyectivos quedaron seve­
pareció muy significativo que un paciente en este verdadero
ramente dañados. Por lo tanto era de esperar un serio deterioro estado de alucinación fuera capaz de beneficiarse con una inter­
en su estado, y en realidad su cuadro clínico durante los si­
pretación que le mostraba la relación del estado alucinatorio
guientes diez días se hizo muy precario. Comenzó a sospechar agudo con su problema de culpa.
más y más de los alimentos, y finalmente rehusó comer o tomar
El material analítico y los mecanismos que he descripto
nada. Se puso violento y pareció tener alucinaciones visuales y
gustativas. En la transferencia sospechaba de mí, pero sin vio­ aquí no constituyen una observación aislada. Parecen ser típicos
de la forma en que se desarrolla un estado esquizofrénico agudo.
lencia, y a pesar del hecho de que estaba prácticamente mudo
He subrayado que es la incapacidad del paciente esquizofrénico
nunca perdimos el contacto por completo. A veces decía “sí” o
para soportar la ansiedad y la culpa causadas por su objeto u ob­
“no” a las interpretaciones. En éstas hice amplio uso del mate­
jetos introyectados, incluyendo el superyó, lo que origina la pro­
rial previo y lo relacioné con sus gestos y conducta presentes.
Me parecía que el punto principal había sido su incapacidad yección de la personalidad o partes de la misma que contienen el
para tratar con su culpa y ansiedad. Después de proyectar su objeto internalizado, en objetos externos. Esto da por resultado
yo malo y dañado en mí, se veía continuamente afuera en todas la disociación del yo, la pérdida de la personalidad y de los
partes. Al mismo tiempo, todo lo que llevaba a sú interior le sentimientos.1415 Al mismo tiempo se desarrolla una nueva situa­
parecía malo, dañado y venenoso (como heces), de modo que ción de peligro y ansiedad que conduce a un círculo vicioso y
no había manera de comer nada. Sabemos que la proyección a una mayor desintegración. Por medio de la proyección de la
lleva nuevamente a la re-introyección, de manera que él sentía personalidad mala y todos sus contenidos en un objeto, el pa­
como si tuviera dentro suyo todos los objetos malos y destruidos ciente percibe éste como cambiado y vuelto malo y persecutorio,
que había proyectado en el mundo exterior: e indicaba por me­ tal como lo ha indicado el material que relatamos. La persecu­
dio de la tos, eructos, y movimientos de su boca y dedos que ción esperada después de esta forma de proyección es un nuevo,
estaba muy preocupado por este problema. L a primera mejoría forzado y agresivo reingreso del objeto en el yo.16 Durante esta
evidente tuvo lugar luego de diez días, cuando el enfermero fase, por lo tanto, la introyección puede verse inhibida en un
había dejado un jugo de naranja sobre la mesa que el paciente intento de impedir la entrada del objeto perseguidor.
miraba con mucha sospecha. Recurrí al material anterior y le
mostré que la presente situación difícil había surgido a través 13 En mi trabajo “ Analysis of a Schizophrenic State with Depersona­
lization” he abordado con más detalle este problema de la disociación del
yo, pérdida del yo, y pérdida de los sentimientos.
14 Véase la más detallada discusión sobre la relación entre disociación
16 Este proceso ha sido descripto por Melanie Klein: “Notas sobre
y desintegración del yo, que sigue. algunos mecanismos esquizoides”. Op. cit.
c

í
HEBBERT A. ROSENEELD ESTADOS PSICOTICOS 101
100
C
Así, una muy importante defensa contra el reingreso de los cuerpo materno agresivamente para dominarlo y poseerlo com­
pletamente, debemos esperar que se produzca angustia, no sólo c
objetos en los cuales ha tenido lugar la proyección es el negati-
visino, que puede manifestarse como rechazo de todo contacto
con el mundo externo, incluyendo los alimentos. Sin embargo,
por la destmcción de la madre y el propio ser que se introduce,
sino también por la madre que se transforma en perseguidora r
tal defensa rara vez tiene éxito, dado que casi simultáneamente y de quien se espera que se introduzca a. la fuerza en el yo para
r
con la proyección de la personalidad en un objeto externo, éste, poseerlo en venganza. Cuando esta figura materna persecutoria
que contiene a la personalidad, es también introyectado. Esto
implica que en la fantasía el objeto al mismo tiempo existe en
es introyectada, surge la más primitiva figura superyoica que
representa para el yo un terrible peligro de aniquilación desde c
el interior y en el exterior. En este proceso el yo se halla en adentro. Es muy probable que la incapacidad del esquizofré­
c
peligro de ser completamente anonadado, casi expulsado de la nico de tratar con figuras introyectadas surja de esta temprana
existencia. Además debemos recordar que el proceso en su tota­ relación objetal.
(
lidad no es estacionario, porque tan pronto como el objeto que En el material clínico descripto más arriba no he explicado
contiene partes de la personalidad es reintroyectado, surge de
nuevo la tendencia a proyectar, que conduce a una íntroyección
por qué atacó el paciente a la hermana X. Deseo agregar aquí
que en una fecha posterior obtuve más material sobre el inci­
c
posterior de naturaleza más perturbadora y desintegrante. Esto
significa que no tratamos simplemente con un acto de disocia­
dente, y comprendí que en el momento en que la hermana X
puso sus brazos a su alrededor sintió miedo de que ésta fuera
c.
ción, proyección e Íntroyección, sino con un proceso en que a penetrar en su interior por la fuerza, con el objeto de tomar (
pueden tener lugar múltiples proyecciones e introyecciones en posesión de él. Cuando le interpreté esto, tembló y levantó su
un muy corto lapso. brazo como para protegerse de un ataque.
Tanto clínica como teóricamente es importante considerar
el proceso desde por lo menos dos ángulos: primero, la proyec­
ción se produce para resguardar al yo de la destrucción y por
Quince días más tarde c
lo tanto se la puede considerar como un proceso defensivo no Expondré ahora el material obtenido alrededor de quince t
satisfactorio, incluso peligroso, debido a la disociación y por días más tarde. Un lunes, antes de ver al paciente, supe por el
ende desintegración del yo; segundo, existe también una relación enfermero que el domingo anterior había estado tenso y a punto c
objetal de naturaleza extremadamente primitiva relacionada con de atacarlo. El ataque no se materializó, pero el paciente se
la proyección, porque los objetos introyectados y partes de la puso muy pálido y dijo “Hiroshima”. c.
personalidad son proyectados en un objeto. E s importante com­
prender esto porque la intensidad de los temores persecutorios
Cuando el lunes me acerqué a él, me recibió diciendo: “llega
usted demasiado tardé”. Sus extremidades temblaban y saltó c
en tomo de la reintroyección del objeto depende de la intensidad asustado cuando en la habitación vecina estornudó la enfer­
de los impulsos agresivos pertenecientes a esta primitiva relación mera. Más tarde dijo: “no puedo mirar”, y repitió varias veces: (.
objetal. En un trabajo anterior (1951) he descripto esta relación “no puedo hacer nada”. Mencionó varías veces la muerte y
objeta! con mayor detalle, de modo que aquí sólo deseó repetir luego quedó silencioso. Abrió su boca como para hablar, pero
que hay evidencia de que aparte de la relación con el pecho, no emitió palabra. Dije que no podía hablar porque tenía miedo
a partir del nacimiento, el niño tiene impulsos y fantasías libidi- c
de lo que sentía en su interior y de lo que podía salir de él.
nales y agresivos de entrar en el cuerpo de la madre con partes
de sí mismo.17 Cuando existen fantasías de penetrar dentro del
Replicó “sangre”. En mis interpretaciones le dije que me había
extrañado durante el fin de semana y se había sentido muy im­
c
paciente. Sentía que me había matado en su interior, y pen­ L
17 Estos impulsos y mecanismos han sido descriptos por M. Klein:
“Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” . Op. cit.
saba que como persona externa había llegado demasiado tarde
L
102 HERBEBT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 103

para hacer algo que lo ayudara y me ayudara en su interior. detuvo y dijo: “uno no puede seguir comiendo. ¿Qué puedo
Tenía miedo de mirar la destrucción interior, y su dificultad hacer?”
para hablar, y su miedo de que pudiera salir sangre de él, mos­ L a respuesta del paciente a mis interpretaciones da la im­
traban cuán real había sentido este asesino ataque interior. presión de que tomó aquello de que me estaba comiendo como
El martes dijo: “debemos detenernos, no puedo hacerlo reproche. En pacientes esquizofrénicos, la errónea comprensión
más”. Nuevamente mostró su dedo torcido, mencionó muerte y de las interpretaciones es debida por lo general a que atribuyen
sangre, y se encogió de hombros. Después de que hube subra­ el carácter de concreto al contenido del pensamiento y al pro­
yado nuevamente cuán real y concreto había sido su interior ceso del pensamiento, esto es, cualquier cosa en la que piensan
ataque mortal a mí, y que no podía hacer nada por volverme a existe de manera real y concreta. En esta ocasión el paciente
la vida, señaló a cierta parte del hospital y dijo: “deseo que reacciona a lo que dijo el analista con la idea de que en realidad
me traten con shock”. Cuando le pregunté qué significaba para lo está comiendo de hecho, y por lo tanto no debe hacerlo.
Desde el punto de vista técnico se puede interpretar al paciente
él el tratamiento por shock, me contestó sin la menor vacilación:
que ha tomado la interpretación simplemente como reproche, y
“muerte”. Le dije que habiéndome matado, sentía ahora que
se sintió atacado por ella. Esto puede ser útil a veces, pero es
debía morir como castigo, a lo cual asintió.
un acercamiento más efectivo el entender las causas más pro­
Lo significativo en estas dos entrevistas es que se daba más fundas de la comprensión equivocada. Cuando me ocupé de la
cuenta de haberme atacado como objeto interno. Al saludarme incapacidad temporaria del esquizofrénico para usar símbolos
a mi llegada con las palabras: “llega usted demasiado tarde”, (en la pág. 93), sugerí que cuando se refuerza la identificación
estaba reconociéndome como objeto exterior y hasta cierto punto proyectiva el paciente pierde algo de su capacidad para com­
había diferenciado mi persona externa de la interna asesinada prender símbolos y por ende palabras, y toma las interpreta­
(sangre). Luchaba por reparar el daño que había causado, ciones muy concretamente. Creí que la proyección del objeto
pero se sentía bastante incapaz de hacerlo. Se sentía menos interno (el superyó) en mí, que conducía a la identificación
perseguido y más culpable, y su deseo de ser tratado por shock proyectiva, era en este caso el factor esencial, sobre el cual me
expresaba su necesidad de castigo para aliviar su culpa. Sin concentré en mis interpretaciones. De manera que nuevamente
embargo, el proceso no se detuvo aquí. Como antes, bajo la pre­ expliqué al paciente que se había puesto en mí como objeto
sión de la culpa, el proceso de disociación se incrementó tem­ externo porque no podía evitar la culpa por haberme matado
porariamente. Cuando lo vi el miércoles, parecía muy confuso. en su interior. Como resultado de esta interpretación, dijo “san­
Preguntó: “¿puedo ayudarlo?” Miraba hacia el piso a su alre­ gre y muerte”, lo que parecía indicar que había revertido el
dedor como si estuviera buscando algo que había perdido, y .proceso de proyección y reintroyectado el objeto dañado, y
levantó trocitos imaginarios. Le interpreté que se sentía con­ entonces habló de Eli, en un intento de hallar una solución
fundido conmigo como persona útil, que se había colocado en omnipoténte para el conflicto que habíamos tratado previamen­
mi interior en busca de ayuda porque no podía tratar más con te. Después pareció más relajado, y dijo “hijo mío, hijo mío”,
sus problemas interiores, pero que ahora se sentía disociado y de manera amistosa y amable, y agregó “recuerdo”. Le mostré
“desparramado”, y por lo tanto trataba de recuperarse. Hizo que había sido capaz de revivir el recuerdo de una buena rela­
un movimiento con sus hombros como si quisiera decir: “por ción con su padre y así conmigo, y que había comenzado a
supuesto, ¿qué otra cosa puedo hacer?” Luego de esto hizo mo­ darse cuenta de que los buenos sentimientos y recuerdos sobre
vimientos de comer y le interpreté que sentía que me estaba su padre y sobre mí lo estaban ayudando a enfrentarse con su
comiendo- para tener algo bueno dentro suyo, y también para odio y con su culpa. Durante esta sesión el paciente había
volver a tragar el yo que había puesto en mí. De inmediato se repetido un método de tratar con su culpa mediante, la proyec-
c
r

104 HERBERT A. ROSENFELD E S T A 1>O >> l‘ •> I (r i I ( o s 105

ción de sí mismo en un objeto externo —proceso que ya he des- “aliento”,, lo que interpreté como una esperanza de que estuviera (
cripto al tratar sesiones anteriores (después del ataque a la vivo dentro suyo. Pero luego mantuvo su pierna rígida durante
hermana X ) - . La identificación proyectiva iba en ambos casos varios minutos, y preguntado sobre lo que significaba, contestó f
acompañada de confusión y disociación, pero esta vez, después 'muerto”. Interpreté esto como una sensación de que estaba
de la interpretación, pudo invertir el proceso e intentó otros muerto en su interior. Entonces dijo: “imposible”, “Dios”, “di- (
medios de enfrentar su culpa. recto”, lo que interpreté como que creía que yo debía ser todo­
Trataré de explicar algunas de las diferencias entre estas poderoso como Dios y hacer algo directo para mejorar esta im- C.
dos situaciones de culpa, que terminaron ambas en la proyección posible situación interior. Entonces dijo varias veces: “Asus­
de la culpa y partes de la personalidad en un objeto externo. tado , y claramente daba la impresión de estarlo. De repente (
En el primer caso el paciente atacó un objeto externo, la her­ dijo “no guerra”. Se puso de pie y me dio la mano de la manera
mana X, y sintió que había destruido el mundo entero. Parecía más amistosa, pero diciendo mientras lo hacía “blu ff’. Yo dije (
que había vivido la destrucción como interna y externa. Des­ que se sentía en guerra conmigo en su interior después de haber
pués de , proyectar la situación de culpa en mí sintió que yo tenido la fantasía de comerme, y que ahora tenía miedo de mi C
había cambiado y me había vuelto perseguidor. En el segundo venganza desde adentro y afuera. Deseaba estar en paz con­
caso (cuando el paciente dijo “Hiroshima” ), debió haberse sen­ migo afuera y adentro, pero sentía que una paz verdadera no C
tido violentamente agresivo y su descripción posterior de lo que era posible, que sólo era "‘b lu ff’. Relacioné esto con su vida
experimentó dentro de sí acentuó que sintió que había matado pasada, con su creencia de que su buena relación con la gente C
un objeto en su interior ( “sangre, muerte” ), pero en el momento en el mundo exterior estaba basada en el “bluff”, pero también
de ira violenta pudo controlarse y no atacó a una persona real. con que había sentido que su llegar a un acuerdo con su culpa
Luego, cuando se proyectó a sí mismo y a su culpa en mí, no y ansiedad frecuentemente se había basado en el “b lu ff’ y la
pensó que me había cambiado en su yo malo, sino que sintió decepción. ^
que él se había transfonnado en mí y se había convertido así Al considerar esta sesión, sugiero que mi paciente trató de ^
en la persona útil que, en esta situación, creía que yo era. aclarar que su culpa y temor se relacionaban con un objeto in-
troyectado que él creía haber matado devorándolo. Mostró que /
Unos días más tarde su relación con este objeto internalizado era una mezcla de
persecución e interés; cuando aumentaba el temor de la per- ^
L a siguiente entrevista mostró otra variación de los intentos secución por el objeto muerto interno, la única solución, aparte
del paciente de tratar con su superyó. Al comienzo de la misma de la omnipotencia, parecía ser el apaciguamiento de los perse- (
tocó varias veces mi mano, mirándome ansiosamente. Interpreté guidores, los que también representaban su superyó. El vivía
que quería ver si yo estaba bien. Entonces me preguntó direc­ esto como un “b lu ff’. Q
tamente: “¿Está usted bien?” Yo señalé que tenía miedo de En la siguiente sesión el paciente descubrió un método di­
haberme dañado y que ahora era más capaz de admitir su pre­ ferente para ayudarme a entender su relación interna conmigo, (.
ocupación por mí como persona externa. Dijo entonces “pollo”, y así su conflicto superyoico. Cuando me acerqué a él estaba
“calor”, “diarrea”. L e repliqué que a él le gustaba el pollo y sentado muy quieto en una silla, mirando intensamente la mano, L
que sentía haberme comido como a un pollo, y que su diarrea al principio examinándola desde el exterior. Luego miró fija­
le hacía sentir que me había destruido como objeto interno en mente la palma: parecía que imaginaba que estaba teniendo
el proceso de comerme. Esto aumentó su temor de haberme algo allí. Le pregunté qué veía, y contestó “cráter”. Le pregunté
dañado o destruido como objeto externo también, y ahora se entonces si había algo dentro del cráter. Me contestó, como para
preocupaba más por su interior. Primero dijo “movimiento” y alejarme, “nada, vacío”. Interpreté ahora que tenía miedo de
HERBERT A. ROSENEELD ESTADOS PSTCÓTICOS 107
106

que yo estuviera en el cráter, y que estuviera muerto. Más tarde parece que se sentía culpable y perseguido por este objeto in­
cerró su mano y se la apretó fuertemente. Le interprete que terno que, especialmente en su forma persecutoria, tenía una
sentía tenerme prisionero en su mano y que me estaba destro­ función superyoica.
zando. Continuó apretando su mano durante cierto tiempo, en Presentó varios métodos para tratar con este superyó terro­
apariencia ausente. De repente se puso de pie, miró a su alre­ rífico. Intentó expulsarlo proyectándolo en un objeto externo.
dedor asustado y escapó de la habitación, que no estaba cerrada. Pero esto no condujo a una mejoría clínica, porque al proyectar
Los enfermeros lo trajeron de vuelta, y se sentó sin ofrecer resis­ el superyó proyectaba también partes de su yo. En el primer
tencia. Le señalé que mientras fantaseaba teniéndome y estru­ caso (después del ataque a la hermana X ), en que proyectó su
jándome en su interior, la habitación se había vuelto de repente, yo malo en un objeto externo de manera agresiva, no sólo
para él, una peligrosa prisión de la que había tratado de escapar. aumentó la disociación sino también la persecución exterior.
También interpreté que se había identificado conmigo porque En el segundo caso de proyección (“¿puedo ayudarlo?” ), el su­
se sentía culpable por lo que estaba haciéndome en su interior. peryó también era proyectado, pero aquí el énfasis estaba en la
Mientras le interpretaba el temor a la habitación, su ansiedad proyección de la parte buena del yo y del objeto que necesitaba
pareció disminuir, y volvió a apretar su mano. ser reparado en objeto externo, el analista. Esto no creó un
El día siguiente los enfermeros informaron que el paciente sentimiento de persecución externa, pero la proyección de la
se había asustado mucho durante un paseo. Se había detenido bondad produjo una disociación del yo, la que es percibida como
súbitamente, mirando al suelo. No quería avanzar más. Al inte­ un agotamiento de la bondad en la personabdad. En este caso,
rrogarlo, los enfermeros hallaron que oía voces que amenazaban condujo a una incrementada voracidad oral en un intento de
castigarlo con la muerte. Había detenido su paso porque veía recapturar al yo bueno y al objeto bueno, comiéndolos en la
un abismo enfrente suyo. Después de un tiempo se calmó. Más fantasía.
tarde tuvo lo que parecieron ser dos ataques catalépticos en los Estos dos ejemplos ilustran la relación del superyó con la
que de súbito cayó hacia adelante como si estuviera muerto. disociación del yo, y sugiero que como métodos de tratar con
Los enfermeros estaban seguros de que durante los ataques no el superyó, ocurren comúnmente en estados esquizofrénicos
estaba inconsciente. Al día siguiente utilicé esta información con confusionales agudos.
el paciente, si bien él mismo no hizo referencia a ella, y expli­
Los otros métodos mostrados por el paciente en este mate­
qué esta aterradora experiencia como continuación de lo que
rial son el deseo de castigo y el apaciguamiento de los perse­
habíamos estado discutiendo durante la sesión previa. Relacione
guidores: los dos ataques catalépticos18 parecen implicar una
el abismo con el cráter e interpreté que no sólo sentía haberme
completa sumisión masoquista 19 al superyó asesino, y la misma
matado y destruido en el cráter, sino también que me había
cambiado en un objeto retaliativo que lo amenazaba con el cas­ explicación se aplica a la necesidad de castigo al solicitar el
tigo y la muerte. Los ataques catalépticos representaban tanto tratamiento por electroshoek (muerte). En este último caso,
su muerte como la mía. El rasgo llamativo en esta experiencia sin embargo, la sumisión masoquista no era al superyó interno,
es la clara conexión entre las amenazantes voces superyoicas y sino a un objeto extemo. Esto, incidentalmente, arroja cierta
sus propias fantasías agresivas contra mí. Aquí nuevamente el luz sobre la importancia psicológica del tratamiento por elee-
superyó es persecutorio y amenazante para él de acuerdo con
18 Estos ataques semejaron un estupor catatònico. La psicopatologia
el principio del tabón.
sugerida aquí puede contribuir también a nuestra comprensión del estupor
Hasta aquí hemos visto que el paciente estaba principal­ catatònico.
mente preocupado conmigo como objeto interno, al que había 19 Véase de A. Garma (1932) y Pichón Rivière (1947) la teoría sobre
matado con sus impulsos orales sádicos. Al revisar estas sesiones el yo masoquista y el superyó sádico en la esquizofrenia.
r

108 HEIABERT A. ROSEAEELD ESTADOS P S I C ÓT I C O S 109


C
troshock,20 que somete al paciente a la experiencia de la muerte Lo observaba fascinado y aparentemente sin miedo. Le señalé
(
sin matarlo realmente. El apaciguamiento del superyó perse­ que este hombre estaba cortando los cercos, conservándolos así
guidor por medio del “b lu ff como lo ilustró mi paciente, es un en forma y controlados, sin dañarlos. Esta es la relación que s~-
K
mecanismo muy común, especialmente en esquizofrénicos cró­ deseaba sentir conmigo en su interior; un control útil sin sentirse
nicos. Asimismo desempeña un importante papel como defensa dañado. La observación del paciente “el problema es cómo sen­ C
contra un estado esquizofrénico agudo. Más aún, el esfuerzo tir el miedo”, es significativa porque implica su comprensión de
de los mecanismos de apaciguamiento puede ocasionar la remi­
sión de un ataque agudo; pero la mejoría por este medio no es
que había evitado experimentar culpa y angustia, y se encon­
traba así sin medios internos de control. Los enfermeros infor­
c
satisfactoria, porque sofoca completamente cualquier desarrollo
de la personalidad.
maron que después de esta sesión estuvo sensato por primera
vez desde que había entrado al hospital. Fue capaz de conversar
c
con médicos y enfermeras. Este estado duró varias- horas y se c
repitió casi todos los días durante cerca de tres semanas. La
El superyó “servicial”
mejoría coincidió con una mayor capacidad para reconocer la (
En la siguiente sesión, a la que me referiré como ( a) , lle­ necesidad de un objeto intemo como figura controladora útil,
gamos a comprender más sobre la relación positiva del paciente . y una disminución de su ansiedad persecutoria. Durante la si­ (
con su superyó. Al comienzo de la sesión buscaba algo en su guiente sesión ( b ) pudo verbalizar mejor su conflicto super-
bolsillo. No podía encontrarlo y resultó que era un pañuelo lo yoico. Lo encontré sentado en una rígida posición. Pasaron c
que deseaba. Yo interpreté que no era sólo su pañuelo lo que más de veinte minutos hasta que disminuyó su rigidez. Entonces
(
buscaba, sino también aquella parte de sí mismo que le ayudaba dijo: “Ninguna energía”, ‘lucha”, y luego “estoy equivocado” .
a controlarse, pero que no podía hallar. Le señalé que frecuen­ Suspiró y continuó: “muy cansado”. “Hércules”. Más tarde en
c
temente se había perdido a sí mismo y a su control interior el curso de la sesión dijo: “sólo puedo hacer lo que está a mi
porque sentía que no podía soportar la ansiedad y la culpa.21 alcance, no puedo hacer nada más”. (Se lo veía muy cansado.)
í
Me miró entonces directamente a la cara y dijo: “el problema También dijo “religión”, pero no pudo discutir en detalle lo que
es cómo sentir el miedo”. Le interpreté que él quería sentir el significaba. Interpreté que estaba tratando de enfrentar su c
miedo que significaba culpa y ansiedad interior, porque se daba sentimiento de culpa, lo cual era una lucha, que las exigencias
cuenta de su necesidad de control. Miró entonces hacia afuera de su conciencia eran tan enormes que se sentía agotado, y que (.
por la ventana, donde un hombre estaba cortando los cercos.22 pensaba que debería ser un Hércules para hacer todo lo que
sentía que debía hacer. Hacia el final de la sesión abrió una c
20 Si el paciente hubiera sido sometido al electroshock cuando él lo caja negra que estaba en un rincón de la habitación donde lo
pidió, su conflicto de culpa habría sido temporariamente aliviado, y muy
probablemente hubiera tenido una remisión del estado agudo que aún per­
trataba. Esta caja contenía huesos humanos, empleados para la c
sistía, pero esto habría significado abandonar toda posterior comprensión enseñanza de estudiantes y enfermeras.23 Casi siempre a partir
analítica de su conflicto. de ese momento abría la caja una o dos veces durante o al final c
21 Por la actitud total del paciente sentí que esta interpretación era
necesaria en ese momento, pero no quiero dar la impresión de que buscar 23 Desgraciadamente el hospital no tenía consultorios adecuados. Tu­ c
un pañuelo siempre tiene este significado particular en un esquizofrénico. ve que cambiar varias veces de habitación, y al final el superintendente
Siempre se deben considerar una multitud de factores para comprender el pensó que sería menos molestado en la sala de conferencias. Un día, e’ c
significado de las acciones esquizofrénicas. paciente descubrió la caja negra con los huesos, de cuya existencia yo
22 Uno podría, por supuesto, pensar que el hombre con las tijeras tenía noticia previa. Decidí no retirar la caja sino analizar el interé'
despertó su angustia de castración. Pero pienso que en ese momento este c
paciente por ella. Pero deseo aclarar que yo estaba en esa habitad''
aspecto no estaba en primer plano. la fuerza de las circunstancias extemas solamente, no por mi elecr
/
110 HERBEBT A. ROSENFELD ESTADOS PSieÓTÍCOS 111

de la sesión, hasta que, en una fecha posterior, dio una completa rillo”, “envidia”. Le interpreté que el mundo redondo me repre­
ilustración de lo que este esqueleto en la caja (su superyó) sentaba a mí en forma de un pecho bueno, y que odiaba mi
parecía significar. figura externa porque despertaba su envidia, porque su envidia
le hacía sentir que deseaba matarme y quemarme dentro suyo.
Sugiero que podemos considerar este material analítico des­
De este modo éi no podía mantenerme vivo y bueno dentro suyo,
de dos puntos de vista: a) El paciente estuvo en esta hora
y sentía que tenía un interior malo y ardiente. Esto aumentaba
deseoso de enfrentar y aceptar su mundo interno destruido. Esta
su envidia y su deseo de estar dentro de mí, porque él creía que
experiencia iba acompañada de mayor depresión. Me pareció
mi interior era bueno. Al final de esta sesión (d ) tocó los ra­
que su abrir la caja simbolizaba el mirar dentro suyo. Lo que
diadores calientes del consultorio y el estante de madera que
la caja contenía eran huesos reales de un esqueleto, y puede
había encima.
suponerse por sus observaciones previas que el objeto que sentía
Esta sesión (d ) es particularmente significativa, porque
tener en el interior estaba destruido, b) Este objeto destruido
arroja cierta luz sobre el conflicto fundamental del paciente con
lo había amenazado previamente con la destrucción, pero pareció
el mundo, y su profundamente arraigada envidia de la madre
durante esta sesión que existían demandas internas para su re­
buena y del pecho.
paración, las que él sentía tan abrumadoras que lo dejaban ago­
tado. Parecería que, o bien este objeto interno destruido poseía En el análisis de pacientes neuróticos y prepsicóticos esta
una función superyoica, o bien que otro objeto en posesión de temprana envidia ha sido frecuentemente descripta. E s intere­
esta función hacía demandas para la reparación de este objeto sante, sin embargo, que este paciente inarticulado, regresado,
subrayara así su envidia y sus celos en su más temprana relación
destruido.
objetal con su madre. Algunas veces la refería al comienzo de
la vida, destacando repetidamente nacimiento y envidia, y era
Envidia primaria evidente que los celos de su hermano, tema también frecuente­
Durante la siguiente sesión (c) el paciente estuvo preocu­ mente discutido, no eran el problema que más ocupaba su mente.
pado con la envidia y la forma de librarse de ella. En la sesión Parece que parte de la más temprana agresión, a partir de la
separación del niño de su madre en el nacimiento, se experi­
posterior a ésta (d ) se sentó silenciosamente en una silla, mi­
menta como envidia, porque cualquier cosa que hace que el
rando con ansiedad el exterior e interior de su mano. Le pre­
niño se siénta más cómodo parece pertenecer al mundo externo,
gunté: “;qué teme?” Replicó: “tengo miedo de todo”. L e dije
la madre.
entonces que temía al mundo externo e interno, y a sí mismo.
Contestó “volvamos”, lo que entendí que significaba su deseo Este conflicto se hizo manifiesto en la situación transferen­
de entender la temprana situación infantil en la transferencia. cia! cuando fui equiparado con la madre buena y el pecho
Extendió sus manos hacia mí sobre la mesa, y señalé que estaba bueno. Históricamente el paciente había tenido un amamanta­
miento corto e insatisfactorio, y su madre no pudo cuidarlo por
tratando de dirigir sus sentimientos hacia mí. Entonces y como
causa de su asma. Previamente me había mostrado que me
ensayando tocó la mesa, retiró sus manos y las puso en sus
odiaba cuando estaba ausente, pero en esta sesión (d ) es su
bolsillos, y se recostó nuevamente en la silla. L e dije que temía
envidia lo que hace que le sea difícil tomar cosas buenas de mí.
su contacto conmigo, que representaba el mundo exterior, y que,
por miedo, se había retirado del mundo exterior. Escuchó aten­ La envidia de la madre buena y de su interior bueno asi­
tamente lo que dije y nuevamente sacó las manos de los bolsillos. mismo incrementan los impulsos voraces de forzar la entrada
Dijo entonces: “el mundo es redondo”, y continuó clara y deli­ dentro de ella, puesto que si la madre tiene toda la bondad, el
niño desea estar ahí dentro. Pero la envidia y los celos con que
beradamente: “lo odio porque me hace sentir quemado por den­
en fantasía el niño entra en el cuerpo de la madre crean imá­
tro”. Y luego anadió, como para aclarar esto aun más: “ama­
f i

Ç.

c
112 HERBERT A. ROSENFELD
E S T A D OS P s r C ÓTI c o s 113 p
genes de una madre destruida. Al finalizar la hora, el paciente
tocó los radiadores calientes, que le quemaron la mano, y luego Durante este período nuevamente pareció comprender erró­ r
tocó el estante de madera, lo que pudo haber significado su neamente mis interpretaciones. Por ejemplo, cuando le inter­
temor de cambiarme al entrar en mí, de modo que mi interior preté durante la sesión (g ) que se sentía envidioso de mí, se c
paró súbitamente y se alejó un poco. Volvió entonces a la caja
fuera tan ardiente como el suyo.
Otro rasgo interesante es la forma en que el paciente, me­
y sacó de ella un hueso, me lo mostró y volvió a guardarlo.
Después de esto pareció tenerme más temor, y trató de salir de
c
diante el accionar de sus manos, mostraba si sus catexias es­
la habitación. Se sentó, a cierta distancia, sobre el radiador y c
taban dirigidas a objetos internos o externos. Si volvía sus im­
se rió de mí de manera agresiva y desafiante. Después de esto
pulsos instintivos hacia un objeto externo, sacaba las manos de
caminó por la habitación ignorándome, y en actitud despectiva; c
los bolsillos, e indicaba por el movimiento de los dedos que
hacía movimientos con sus piernas como si estuviera bailando.
estaba tratando de establecer contacto con el mundo externo.
Su actitud hacia mí había cambiado después de mi interpreta­ c
Cuando retiraba la catexia del mundo exterior, y la dirigía hacia
ción de sus celos. Parecía creer que con mi interpretación yo
lo que estaba ocurriendo dentro suyo, metía nuevamente sus c
lo había-atacado, culpándolo por su impulso. El tomar el hueso
dos manos en los bolsillos. Cuando sus sentimientos simultánea­
de la caja acentuaba aquí lo concreto de sus experiencias: a
mente iban dirigidos hacia afuera y adentro, mantenía una mano
saber, que me identificaba con cualquier cosa que aquél signi­ c
en el bolsillo y ponía la otra sobre la mesa.24
Durante la sesión siguiente (e) miró dentro de la caja con
huesos y volvió a tocar los radiadores. Luego sacó de su bolsillo
ficara para él, probablemente un. superyó amenazante. Su baile
sugería que me había matado y se sentía triunfante y despre­ c
ciativo. Me trataba como si fuera basura. Esta realidad de las
un papel arrugado y trató de alisarlo; pero pronto pareció nue­ experiencias del paciente continuaron después de la sesión. Las c
vamente asustado. Pasó junto a mí y miró por la ventana. En
la sesión siguiente (/) dijo enfáticamente: “mi propio naci­
enfermeras informaron que después de irme había producido
una gran deposición y utilizado por lo menos cinco veces más c
miento”. Continuó mirando la palma de su mano y repitió varias papel higiénico que el usual.
veces: “nacimiento, tiempo y celos”. c
Cuando llegué la vez siguiente (sesión h )', se sentó en la
Sugiero que estaba tratando de indicar la conexión entre
nacimiento y envidia. Es la situación del nacimiento la que
silla acostumbrada. Sobre la mesa frente a él había dos peque­
ños montones: de un lado.uno de papeles de cigarrillo y tabaco
c
inicia la envidia de la madre y de su interior bueno. El mirar medio quemado, y cerca de él otro de cenizas grises. El tabaco (.
por la ventana probablemente significaba su creencia de estar y el papel parecían una miniatura de papel y materia fecal. El
dentro de mí.25 He señalado antes que cuando se introyecta
un obieto que mediante la identificación proyectiva se ha iden­
paciente mantuvo sus ojos fijos sobre los montones durante un
tiempo. Se acercó a ellos con la boca, luego se alejó. Repitió
c
tificado con partes del yo, surge una situación especialmente
esto varias veces, sin mostrar haber notado mi presencia. Inter­ c
comDlicada: aquí el paciente intentaba tratar con un objeto in­
preté que el montón que parecía una deposición me represen­
terno. pero también tenía la sensación de estar dentro de este
obieto.
taba a mí y agregué que él creía que la última vez me había
cambiado en excrementos. El montoncito de cenizas parecía
c
24 No quiero que el lector piense que siempre interpretaría el juego
representar aquellas partes suyas mezcladas conmigo, que asi­ c
mismo él creía quemadas y destruidas. Siguió mirando los mon­
de manos de esta manera, sino que a esa altura estaba convencido de que
ése era el significado. tones y haciendo movimientos masticatorios. Interpreté que nos c
25 En mi experiencia con otros pacientes esquizofrénicos el mirar por
la ventana a menudo significaba que el paciente sentía que estaba dentro
del analista.
había quemado y destruido a ambos y que comiendo deseaba
volver a incorporamos. Ahora levantaba trocitos y trataba de cía c
sificarlos, pero todos caían nuevamente en la mezcla. Después
L
114 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 115

el mirar y comer, el tocar y jugar con el montoncito se hizo mo parecían señalar fantasías de reobtener y restaurar un objeto
mucho más intenso. Su juego con la mezcla parecía ser un bueno, lo que implicaría que estaba intentando aquí tratar con
intento fracasado de diferenciarnos y restaurarnos. Después del su conflicto en el nivel depresivo.
juego miró primero sus manos, que estaban sucias, y luego du­ Desearía referirme a la observación de Abraham (1924)
rante un breve tiempo una mancha blancuzca que había en la sobre fantasías coprofágicas en la melancolía. Abraham sugirió
mesa. Le señalé que parecía confundirse entre jugar con sus que las fantasías coprofágicas de su paciente resultaron ser la
heces y jugar con su pene, porque la mancha brillante de la expresión de un deseo de volver a incorporar el objeto amado
mesa parecía estar relacionada con la masturbación (emisión). que había expulsado en forma de excremento. Abraham pensó
Cuando disminuyó su aspecto confuso le di más detallada inter­ que ‘la tendencia a la coprofagia parece contener un simbo­
pretación, mostrándole con detención cómo había surgido la lismo que es típico de la melancolía”. Describió impulsos de <■
presente situación. También la relacioné con el pasado, en es­ expulsión (en un sentido anal) y de destmcción (asesinato):
pecial con las primeras relaciones con su madre. “El producto de un tal asesinato —el cuerpo muerto— quedaba
Del material presentado puede resultar difícil comprender identificado con el producto de la expulsión, el excremento”,
por qué me referí aquí a las fantasías masturbatorias de mi pa­ Mi experiencia con este paciente esquizofrénico parecería
ciente, pero como lo expliqué antes, no siempre es posible en confirmar la idea de que la fantasía coprofágica puede repre­
un análisis como éste mostrar todas las razones por las que se sentar un mecanismo depresivo de reincorporación de un objeto
da una interpretación. Nunca durante su colapso mi paciente perdido identificado con las heces. Pero entonces queda todavía
había realmente jugado con heces, o comido heces, pero se mas- por contestar la pregunta: ¿Por qué la coprofagia y el juego
turbaba mucho. Me pareció confuso, y con probabilidad creía con heces son en el adulto típicos de la esquizofrenia? Me gus­
ser realmente la mezcolanza que me mostraba en el juego. Por taría sugerir un intento de respuesta: El esquizofrénico trata
eso, las interpretaciones debían ser dadas de manera de ayu­ de recuperar no sólo el objeto que ha perdido sino también las
darlo a reconocer que sus impulsos diferían entre sí, y también partes de su yo que están mezcladas con el objeto. Además, el
a diferenciar entre él mismo y los objetos con los que se sentía comer las heces en la realidad no sólo es un signo de regresión,
confundido. sino también de haber perdido la capacidad de representación
simbólica. Depende del grado en que sus experiencias (menta­
Estas últimas dos sesiones (g y h) están relacionadas con
las anteriores (después del ataque a la hermana X y “¿puedo les ) realmente tienen un carácter concreto para él, la posibilidad
por parte del esquizofrénico de diferenciar entre fantasías de
ayudarlo?” ) en que el paciente había proyectado su yo y su
superyó en mí como representante del mundo externo. En el heces como objeto destruido y heces mismas.
primer caso había rechazado la comida, y probablemente en En su experiencia durante esta sesión el paciente se apro­
esa época tenía fantasías de que se lo forzaba a comer heces ximó peligrosamente a la pérdida de su capacidad de diferenciar
—veneno— que representaban a su propio yo m alo'y objetos entre símbolo y objeto real, por causa de la intensificación del
persecutorios. En el segundo había tratado de recapturamos proceso de identificación proyectiva que yo no había interpre­
a él y a mí, como objeto bueno perdido, comiéndonos. En el tado suficientemente en la sesión (g ) (en la que su envidia
ejemplo presente (g y h) ilustró esta experiencia en el juego, fue nuevamente muy fuerte). En la sesión (h) en que jugó
y aclaró que las heces me representaban a mí como superyó con el montoncito, tuve cuidado de ayudarlo a diferenciar nue­
acusador al que trataba de expulsar y destruir. Cuando la vamente.
ansiedad persecutoria relativa a los objetos interiores, incluido Durante la misma sesión (h) el paciente tuvo dificultad
el superyó, aumentaba, expulsaba al superyó, pero su fantasía para hablar, pero las enfermeras informaron que luego habló
de comer el montón de heces y su juego y clasificación del mis­ racionalmente y no pareció confundido. Pero debe recordarse
c
c
116 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 117 r

que estos períodos racionales nunca duraron más que unas pocas
horas.
transformado en una boca que ataca. Se acercó entonces a mí
y me dio un ligero puñetazo (que evidentemente no tenía la
c
En la siguiente sesión (i) comenzó apartando su mirada
de mi y guardando silencio; pero parecía interesado y menos
intención de lastimar sino que era parte de la dramatización de
la situación). Después de esto, caminó de un lado a otro de la
c
confuso, de manera que decidí repasar con él las últimas sesio­ amplia habitación de manera muy singular, con las espaldas c
nes, mostrándole con detalle de qué modo repetía experiencias encorvadas y una fiera expresión. Movía sus piernas como si
y fantasías de su temprana relación con su madre y sus pechos. tuviera alucinaciones de cuerpos yacentes sobre el suelo, por
sobre los cuales él debía pasar. Se parecía tanto a un lobo, co­
c
Vinculé su silencio con su cólera y sus celos del pecho. Hablé
de la redondez que al principio representaba el mundo para rriendo de un lado a otro de su jaula, que le grité: “se comporta
usted como un lobo enjaulado”. Asintió con fuertes carcajadas
c
él, y de sus dificultades para alimentarse al pecho por causa
de su cólera y sus sensaciones de que el pecho en su interior y siguió corriendo de un lado a otro, y por dos veces intentó
salir de la habitación.
c
se había transformado en heces, y lo estaba amenazando; que,
como habíamos visto la última vez, quería liberarse de este Durante la sesión siguiente (k ), estuvo mucho más racio­ (
perseguidor interno, pero que no podía soportar la pérdida de
este pecho interno aun cuando se hubiera transformado en heces,
nal. Me preguntó cómo se relacionaba todo esto con el pasado,
con los temores nocturnos, y conmigo, lo que fue discutido en c
y que estaba preocupado en reincorporarlo puesto que deseaba
tener un objeto que pudiera amar. Dije que había rehusado
detalle. Después dijo de nuevo: “estoy equivocado”, lo que me
sugirió que él sentía que todo lo que habíamos estado elabo­ c
tener nada que ver conmigo por su miedo a atacarme como rando juntos durante las últimas sesiones (g a k) se relacionaba
(
objeto externo representante del pecho, y que estaba tan colérico con sus sentimientos de culpa. Dijo “lupus”, “vaca marrón”,
y celoso porque yo estaba separado de él y no le pertenecía,
no era su propio yo. Después de esta interpretación se sostuvo
“vaca amarilla”. Luego de lo cual sacó de su bolsillo un fósforo
que quebró en tres trozos, y preguntó: “¿Cómo hay tres peda­
c
la cabeza con las manos. Le interpreté que quería tenerme a zos?” Le dije que él me mostraba que actualmente su conciencia (
mí y tener una buena relación conmigo dentro y fuera suyo. estaba dividida en tres partes: “lupus”, “vaca marrón” y “vaca
Asintió, pero muy pronto retiró sus manos a sus bolsillos, lo que
parecía indicar aquí el retiro de la catexia libidinal del exterior.
amarilla”, y le expliqué que me había mostrado esto durante
los últimos días. Había dramatizado “lupus”, el lobo, la última
c
Le interpreté que los sentimientos agresivos se habían reac­
tivado en él contra mí como objeto externo representante del
vez, después de sacar el hueso de mandíbula de la caja negra.
Este hueso representaba el pecho internalizado que había ata­
c
pecho, y que tenía miedo de su boca agresiva y mordiente.
Esa era la razón por la que se había alejado de mí. Al principio
cado como un lobo agresivo y hambriento, y que en sus fantasías
se había transformado en una boca agresiva y mordiente. L a
c
dijo: “no puedo hacer nada”. Luego se levantó y se dirigió
lentamente hacia la caja negra y miró intensamente en su inte­
vaca marrón parecía ser el pecho que él sentía haber destruido
y cambiado en heces; mientras que la vaca amarilla parecía ser
c
rior. Extrajo entonces un hueso de mandíbula, de maxilar infe­ un pecho que había transformado mediante ataques envidiosos c
rior. Le pregunté si sabía qué clase de hueso era ése. No con­ y urinarios, y que también se había vuelto malo y amenazante.
testó, pero se volvió hacia mí y puso el hueso en la posición de Los tres pedazos del fósforo parecían corresponder aquí a tres c
su maxilar inferior para mostrarme que sabía. Después puso el
hueso en la caja y repitió la conducta de la sesión (g ), sólo
aspectos de su superyó. El número tres había aparecido antes
cuando habló sobre tres bollos, que parecían representar tres •c
que esta vez mostró claramente que estaba atemorizado de mí, 'pechos. Pero también a veces hablaba del tercer pene y en una
y se alejó con toda rapidez. Interpreté que tenía miedo de fecha posterior se refirió al tercer hombre. Es muy posible que L
que yo lo atacara y mordiera, porque pensaba que yo me había un análisis posterior mostrara que el tercer hombre y el tercer
L.
HEItBERT A. ROSENTELO
ESTADOS r s i c ó TICOS 119
118
en intentos de restaurar un objeto bueno e idealizado interno.
pene no sólo se referían a su verdadero padre o hermano, sino
Se sentaba quieto y pensativo, y cuando yo le preguntaba, qué
también a tres aspectos masculinos de su superyó.
estaba haciendo, replicaba que “estaba reconstruyendo el cielo”.
Es, por supuesto, imposible clarificar todos estos detalles,
Durante este período las depresiones duraron más y los períodos
pero pensé que estaba bastante claro que el paciente usaba la
de excitación fueron más breves.
caja que contenía los huesos para ilustrar de manera concreta
fantasías y sensaciones de objetos internos que representaban Para la época de la llegada de la madre del paciente a
también a su superyó. En particular, éstos eran representados Inglaterra, éste dejó de cooperar en la forma como lo venía
dramáticamente por “vaca marrón”, el pecho destruido y vuelto haciendo, y fue obvio que había que superar considerables difi­
heces, y “lupus”, la boca internalizada persecutoria y atacante cultades. Es difícil establecer hasta qué punto la esperada
(la conciencia mordiente). L a “vaca amarilla” se refería a las llegada de la madre se relacionaba con el empeoramiento de la
veces en que habló de envidia, del nacimiento y del amarillo, cooperación del paciente, que podría considerarse una dificultad
qüe yo había vinculado con fantasías de entrar en la madre. temporaria. Pero es evidente que cuando su llegada se produjo,
Pero estas fantasías eran probablemente más difíciles de repre­ y demostró su desaprobación por el psicoanálisis, pidió nuevas
sentar en una forma dramática. opiniones, y consideró la lobotomía, el paciente se volvió rápi­
Durante las semanas siguientes el paciente estuvo más de­ damente violento e incontrolable. Debemos recordar que al
primido y parecía menos maníaco y perseguido. Estuvo ansioso tratar pacientes psicóticos agudos estamos en la misma situación
durante la sesión, demostrando con palabras y actos que trataba que el analista de niños al tratar un niño pequeño. No hay
de juntar las cosas en su interior, y sentía que deseaba dar las manera de impedir que los padres interfieran o interrumpan el
cosas buenas a Dios y al analista. Había a veces un definido tratamiento, si así lo desean.
deseo de ser guiado por mí, pero también había un temor de Sin embargo, antes de surgir este problema, había coope­
devolverme todo por no quedarse después con nada para él. Para rado conmigo tan bien, a pesar de la gravedad de su estado,
resguardarse de esto jugaba a un juego en el que mantenía algo que considero el progreso hecho en análisis, y la comprensión
escondido de mí. Por ejemplo, tenía algo en una mano, mientras derivada de él, como merecedores de reconocimiento por propio
solamente me permitía ver la otra. Durante este período dijo derecho.
una vez a la enfermera que tenía muchas cosas por qué preocu­
Después de los tres meses de tratamiento precedentes al
parse, pero que creía qüe todo iría bien al final. A veces nue­
arribo de la madre del paciente, las enfermeras, los médicos del
vamente proyectaba su depresión con partes de él mismo en mí;
hospital y yo mismo, estábamos de acuerdo con que había habido
y en esas oportunidades se preocupaba más por la pérdida de
una clara mejoría en el estado del paciente, que se había pro­
su propio yo y su estar dentro de un objeto, que con sus objetos
ducido gradualmente desde el comienzo del análisis, cuando
interiores. Cuando fumaba un cigarrillo, parecía identificar las
había estado agudamente excitado y había rehusado por entero
cenizas con una parte proyectada de su yo. Esto me pareció
ser la explicación del hecho de que sé ponía ansioso y pertur­ alimentarse. Después de un tratamiento tan breve, por supuesto,
no podía considerarse en ningún caso la mejoría como estable.
bado cuando dejaba caer las cenizas al suelo. Su búsqueda de
las cenizas parecía simbolizar que estaba intentando recapturar Parecía, sin embargo, que el análisis había reducido mucho
su yo perdido. Una vez dijo: “¿Cómo puedo salir de la tumba?” los temores persecutorios del paciente y asimismo había afec­
Pensé aquí que quería decir, que al proyectar su yo, su depre­ tado en cierto grado el proceso de disociación del yo. Como
sión, en mí, se sentía encerrado en mí y yo me transformaba en resultado de esta labor la depresión llegaba más claramente a
una tumba de la que deseaba liberarse con mi ayuda. Otras la superficie, lo que coincidía con una disminución del carácter
veces, cuando estaba deprimido, parecía enteramente ocupado persecutorio del superyó.
120 HERBERT A. ROSENTELO

Deseo destacar aquí que al tratar esquizofrénicos graves dificultades que al principio pueden parecer insuperables, pero
mediante el psicoanálisis debe tenerse presente que la tendencia que se rinden a una más profunda comprensión psicoanalítica.
a las fluctuaciones en su estado clínico debe esperarse en mayor Si abandonamos por estas dificultades el enfoque psicoanalítico,
grado que en pacientes neuróticos, aun cuando el análisis pro­ abandonamos la esperanza de una mayor comprensión psico­
grese bien. Pero con todo, los puntos que acabo de exponer analítica. Observando el desarrollo del conflicto del superyó
pueden considerarse como criterios mediante los cuales puede durante un análisis como el que he descripto, puede sentirse la
juzgarse el progreso en el análisis de un esquizofrénico durante tentación de cambiar de técnica. Algunos colegas americanos
períodos prolongados: una mejoría estable depende de una dis­ pueden argüir: ¿Por qué no superar de una vez el tema mortal
minución gradual de la ansiedad persecutoria y de la disociación del superyó diciendo al paciente: “No estoy muerto, no voy a
del yo, y de una mayor capacidad para enfrentar los conflictos matarlo, voy a amarlo, a protegerlo y controlarlo”? líosen ha
en el nivel depresivo, lo que implicaría una mayor capacidad mostrado que con frecuencia este enfoque tiene éxito, aunque
para mantener objetos buenos adentro y afuera. Estos cambios no está suficientemente aclarado de qué manera. Sin embargo,
también afectan al superyó, de modo que se hacen manifiestos quisiera referirme a la sesión en que mi paciente dijo “no
rasgos más positivos del mismo. guerra”, y en que me dio la mano de la manera más amistosa,
diciendo “blu ff’. ¿Estaba su adaptación anterior basada en el
bluff exitoso? De ser así, una obligada recuperación de la con­
CONCLUSION fianza puede volver a edificar una situación de “bluff” más
estable. Tuve la oportunidad de analizar a un esquizofrénico
En éste trabajo he examinado el problema del superyó en crónico que había tenido una esquizofrenia aguda muchos años
la esquizofrenia con ilustraciones del análisis de un paciente antes. Durante la etapa aguda, y luego durante doce años, fue
esquizofrénico agudo. Mis hallazgos en este caso no constituyen tratado con mucha cordialidad y recuperación de confianza por
una observación aislada, ya que en otros esquizofrénicos encon­ un terapeuta que estaba muy interesado en él. El paciente había
tré también un superyó particularmente severo de naturaleza hecho una mejor adaptación, pero había desarrollado otros sín­
persecutoria. tomas muy perturbadores. Cuando analizamos la superestruc­
En casos neuróticos lleva un largo y profundo análisis seguir tura de su enfermedad, quedó claro que su mejoría, y su coo­
el desarrollo de un superyó de este tipo hasta su origen en la peración eran debidas a un terror del mundo exterior, y que
temprana infancia. Al tratar a un esquizofrénico agudo regre­ continuamente aplacaba a perseguidores fantaseados. El amis­
sivo, sin embargo, obtenemos una comprensión de los tempranos toso doctor era una figura persecutoria para él, y el tratamiento
procesos infantiles cerca del comienzo del análisis, lo que puede previo y la primera parte del tratamiento conmigo estuvieron
proporcionarnos cierto grado de confirmación de las teorías y dominados por un continuo apaciguamiento y “b lu ff’ (repre­
conceptos que fueron gradualmente edificados a partir del aná­ sión). Llevó varios años de labor analítica modificar esta
lisis profundo de niños y adultos neuróticos y psicóticos. Hallé actitud que había sido reforzada por la recuperación de la
muy valioso el concepto de Melanie Klein sobre el temprano confianza.
desarrollo infantil, incluido su punto de vista sobre el origen Yo no creo que haya una situación central de “bluff’ en
temprano del superyó, ya que me permitió comprender los cam­ todos los esquizofrénicos, pero pienso que es muy común. Al
biantes y difíciles problemas que uno encuentra en tales casos, juzgar el éxito de los métodos de recuperación de la confianza,
y mi experiencia confirmó plenamente sus ideas. debe tenerse presente que todo paciente esquizofrénico se pro­
Los analistas que están deseosos por tratar esquizofrénicos yecta continuamente a sí mismo y a sus objetos internos, inclu­
deben recordar que han de enfrentarse, a un gran número de yendo el superyó, en el terapeuta. El hecho de que el tera­
122 HERBERT A. ROSENEELD

peuta no se altere, y permanezca amistoso, es importante para


la situación psicoanalítica como para la psicoterapéutica. El
psicoterapeuta que emplea la recuperación de la confianza ali­
via temporariamente la ansiedad del paciente respecto de su
peligroso superyó y de su peligroso yo. Cuando el terapeuta
dice: “Lo amo y he de cuidarlo”, quiere decir: “Usted no es
malo y yo no me vengaré”, y también: “puede usted poner toda
su maldad en mí, yo me encargaré de ella”. Esto puede ayudar, 5
pero es la comprensión inconsciente del terapeuta y la aceptación
FENOM ENOS TRÀNSFEREN CIALES Y ANALISIS D E
de los sentimientos del paciente lo que hace que la recupera­
LA TRANSFERENCIA E N UN CASO D E ESQUIZO­
ción de la confianza sea efectiva, y es dudoso si un paciente tal
puede alguna vez independizarse del terapeuta y desarrollar FRENIA CATATONICA A G U D A 1
su personalidad. En el psicoanálisis de la esquizofrenia tenemos (1952)
también que enfrentar y aceptar la continua proyección del
esquizofrénico de sus objetos internalizados, incluidos él mismo
y su superyó, en el analista; pero éste interpreta la situación y Hasta hace poco la mayoría de los analistas se abstenían
los problemas conectados con ella-, hasta que gradualmente el de tratar pacientes esquizofrénicos, en la creencia de que el
paciente es capaz de reconocer y retener su amor y su odio así esquizofrénico es incapaz de establecer transferencia. La expe­
como su superyó, como pertenecientes a él mismo. Sólo entonces riencia propia me enseñó que en este caso nos enfrentamos no
podemos considerar que el análisis de un esquizofrénico ha a una ausencia de transferencia, sino al difícil problema del
tenido éxito. reconocimiento e interpretación de los fenómenos transferen-
He registrado un fragmento del análisis de este paciente ciales esquizofrénicos. Puede tener valor examinar en primer
severamente enfermo para contribuir a la investigación de la lugar las observaciones de otros analistas.
psicopatología de la esquizofrenia. El problema del superyó, Freud (1911 y 1914) y Abraham (1908) puntualizan con
su desarrollo y orígenes, no sólo es importante para la esquizo­ toda claridad que, en su opinión, el esquizofrénico es incapaz
frenia, sino para todas las neurosis y psicosis. L a investigación de establecer una transferencia, debido a su regresión al nivel
de Melanie Klein sobre los primeros orígenes del superyó, y autoerótico del desarrollo. Explican esto exponiendo que en el
las más tempranas ansiedades, ha sido aceptada por muchos primerísimo nivel infantil (que ellos llaman fase autoerótica)
pero no por todos los analistas. Algunas de las dudas que tienen no existe aún conciencia de un objeto. Algunas afirmaciones
sobre su concepto de que estos orígenes han de hallarse en la de Freud sin embargo, parecen contradecir el concepto de fase
más temprana infancia surgen de sus dificultades en establecer autoerótica en la que no existe relación con un objeto; por
el período evolutivo a que corresponde cierto material. Se ha ejemplo, en El Yo y el Ello (1923): “Muy al principio de la
sugerido con frecuencia que el análisis de niños muy pequeños, fase oral primitiva de la existencia del individuo, la catexia de
y de esquizofrénicos muy regresivos, puede ayudar a esclarecer objeto y la identificación pueden difícilmente distinguirse una
de la otra”. De esta ulterior opinión suya podemos concluir
este problema.
que reconoció la existencia de la catexia de objeto en la tem­
Mi intención aquí ha sido mostrar que es posible el análisis
prana infancia. No obstante; Freud nunca dio indicación alguna
transferencial de un esquizofrénico profundamente regresivo, y
que puede iluminar los primeros objetos introyectados y su fun­
1 Trabajo publicado en The International Journal of Psycho-Analysis,
ción superyoica. 1952, tomo XXXIII, parte 4, págs. 457-464.
124 HERBERT A. ROSEM-T.I I>

de haber cambiado de opinión respecto de la falta de transfe­ Harry Stack Sullivan, Fromm-Reichmann, Robert Knight y
rencia en la esquizofrenia (quizá por no haber tenido ulterior colaboradores, describen la importancia de la transferencia en
experiencia con este tipo de pacientes). la esquizofrenia y concluyen que el lactante es capaz de esta­
Nunberg (1920) tuvo oportunidad de observar un paciente blecer una relación de objeto desde el nacimiento. Eissler
esquizofrénico durante largo tiempo. L a descripción de Nun­ (1951) destacó íecientemente que el esquizofrénico responde
berg es muy ilustrativa y su mismo paciente relaciona la ma­ a casi cualquier acercamiento psicoterapéutico enfático, factor
yoría de sus vivencias con la transferencia. Nunberg dice que éste que se debe, según él, a la aguda conciencia que posee el
la transferencia se estableció mayormente en el nivel anal homo­ esquizofrénico del “proceso primario” en la mente de los demás.
sexual, pero su trabajo también proporciona una descripción Eissler, sin embargo, no reconoce que esta peculiaridad del
clara de relaciones de objeto en el nivel oral. En el punto esquizofrénico constituye un fenómeno transferencia! que puede
máximo de la transferencia oral sádica el paciente perdió interés estar ligado a determinada relación de objeto primitiva.
por el analista como objeto externo; la relación de objeto interna En Inglaterra, las investigaciones de Melanie Klein acerca
sin embargo, aparentemente se conservó. Nunberg mismo su­ de las más tempranas fases del desarrollo infantil alentaron
giere que el paciente era capaz de recuperar ocasionalmente mucho a los analistas en el estudio de estados psicóticos de
su objeto devorándolo y describe lúcidamente los síntomas y diversa gravedad. Ella halló pruebas de que, desde el naci­
vivencias del paciente luego de haber “devorado al analista en miento, el lactante desarrolla una relación de objeto con objetos
su imaginación”. externos y, mediante la introyección, con objetos internos. Re­
conoce la importancia del autoerotismo y del narcisismo, pero
Mary O’Malley (1923) describe las reacciones transferen-
su mayor aporte a la comprensión de estos fenómenos es la
ciales positivas y negativas en sus pacientes esquizofrénicos.
hipótesis de que incluyen el amor hacia el objeto internalizado.
Barkas (1924) afirma que en los pacientes esquizofrénicos la
Con su trabajo “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides”,2
transferencia negativa y positiva es de naturaleza violenta. L a­
contribuye a la psicopatología de la esquizofrenia. En él des­
forgue (1936) expone el análisis exitoso de una niña esquizo­
cribe los mecanismos esquizoides empleados por el lactante
frénica. Al principio del análisis la paciente desarrolló tan
como defensa contra la angustia que, en los niveles más tempra­
extrema angustia que era incapaz de permanecer con el analista
nos del desarrollo, es de tipo paranoide. Melanie Klein llama
más de unos pocos minutos, escapándose luego hacia la sala
a este período “posición esquizoparanoide”. Está de acuerdo
de espera. Mediante el análisis perseverante de la transferencia
con Freud en que el esquizofrénico sufre una regresión al nivel
negativa, gradualmente disminuyó la angustia de la paciente y
infantil más temprano, el de los primeros meses de vida, pero
ésta pudo hablar libremente, desarrollando una evidente trans­
sus puntos de vista acerca de este período difieren de los de
ferencia positiva. Fedem (1943) señala que el esquizofrénico
Freud.
desarrolla tanto transferencia negativa como, positiva. Subraya
En el presente trabajo me propongo: a) mostrar que en un
que los pacientes esquizofrénicos sólo pueden ser tratados en
caso de esquizofrenia aguda el paciente fue capaz de establecer
la transferencia positiva, la que necesita ser alentada constan­
una transferencia positiva y negativa, b ) que es posible inter­
temente. No interpreta la transferencia positiva ni la transfe­
pretar los fenómenos transferenciales al paciente esquizofrénico,
rencia negativa e interrumpe el tratamiento cuando aparece
y c) que a veces las respuestas del paciente esquizofrénico a
una transferencia negativa. Rosen (1946, 1947, 1950) afirma
las interpretaciones pueden ser claramente percibidas. Además,
que todos sus pacientes esquizofrénicos mostraron fuertes trans­ deseo atraer la atención sobre una observación mía: el paciente
ferencias positivas y negativas a las que manejó mediante el
reaseguramiento y la interpretación. Otros analistas de los 2 Véase Desarrollos en psicoanálisis, Buenos Aires, Ediciones Hormé,
Estados Unidos que trataron pacientes esquizofrénicos, como 1967.
126 HEBBERT A. ROSEN'FELD ESTADOS V S J C Ó I' í C O S 127
esquizofrénico que presento aquí, así como todos los demás se defendía en esta forma del temor a perderse a sí misma
pacientes esquizofrénicos que he estudiado, mostraron muy cla­ dentro de él. Anna Freud describe un material clínico muy
ramente una forma determinada de relación de objeto; en efecto, similar en su trabajo “Negativismo y sometimiento emocional”.3
tan pronto se acercan a cualquier objeto con amor u odio, pare­ Halla que el negativismo de la paciente del caso estaba rela­
cen confundirse con ese objeto, a causa no sólo de la identi­ cionado con el temor a vivenciar sentimientos de amor hacia la
ficación por introyección sino de impulsos y fantasías de entrar analista porque esto equivalía a una rendición y por lo tanto
dentro del objeto con la totalidad o partes de su self, a fin de sería “invadida” por la analista. Anna Freud sugiere que estos
controlar al objeto. Melanie Klein sugiere aplicar el nombre de procesos se remontan a los primeros meses de vida, que posi­
“identificación proyectiva” a estos procesos. L a identificación blemente están ligados a la introyección y pueden estar rela­
proyectiva, complementaria de la introyección del objeto, arroja cionados con la esquizofrenia.4
alguna luz sobre la dificultad del lactante en distinguir entre El material clínico que expongo en este trabajo pertenece
“yo” y “no yo” y explica varios fenómenos comúnmente llamados a un esquizofrénico muy grave, de veinte años, que traté me­
uutoeróticos o narcisísticos. También está relacionada con los diante psicoanálisis durante cuatro meses.
procesos de disociación del yo, descriptos por Melanie Klein en Este paciente estaba enfermo desde tres años atrás cuando
1946 y por mí mismo en 1947. Los impulsos y fantasías de hacer lo vi por primera vez. Sufría alucinaciones, se sentía confuso
entrar por fuerza su self dentro de un objeto puede considerarse y a veces era violento. L e habían efectuado 90 comas insulí-
como el tipo más primitivo de relación de objeto, existente nicos y varios electroshocks.
desde el nacimiento. Pueden colorear las pulsiones orales, ana­ El administrador del sanatorio para enfermos mentales
les, uretrales y genitales y, de esta manera, influir en las tem­ donde vivía el paciente lo describía como uno de los peores
pranas relaciones con los objetos y aun tardíamente. En mi casos de esquizofrenia jamás enfrentado por él. Se decía que
opinión, el esquizofrénico jamás logró completar la más tem­ era peligrosamente impulsivo, retraído y, por momentos, prác­
prana fase del desarrollo a la que pertenece esta relación de ticamente mudo. Ni los médicos ni las enfermeras habían podido
objeto y, en el estado esquizofrénico agudo, regresa a dicho entablar contacto con él. Sin embargo, cuando dos colegas ana­
nivel temprano. L a gravedad del proceso depende de un factor listas lo vieron en consulta, pudieron establecer cierto contacto
cuantitativo, vale decir, de la proporción del yo y de las fuerzas y tuvieron la impresión de que podía intentarse un tratamiento
instintivas comprendidas en esta regresión. psicoanalítico. Inicié el tratamiento al principio de ese mismo
Las defensas del yo contra los impulsos a introducirse por año. Durante unos quince días lo traían en auto a mi consulto­
fuerza en otros objetos también tienen gran importancia en la rio; después lo vi en el sanatorio donde se le cuidaba. E l análisis
esquizofrenia; no las expongo sin embargo detalladamente en fue interrumpido a los cuatro meses por los padres, quienes
este trabajo. El negativismo, por ejemplo, constituye una de vivían en el extranjero; es de lamentar esta interrupción pues
estas defensas. En el capítulo 1 “Análisis de un cuadro esqui­ se había realizado una buena parte de labor analítica. Desde el
zofrénico con despersonalización”, me refiero a un paciente cuya
actitud negativa hacia todo lo concerniente al analista cedió . 3 Leído en el XVII Congreso Internacional de Psicoanálisis, Amster-
dam, agosto de 1951.
cuando empezamos a comprender su temor paranoide de que
4 Estas observaciones y sugerencias de Anna Freud, virtualmente idén­
el analista penetrara por fuerza en ella, por lo que hubiera per­ ticas a algunos aspectos del concepto de Melanie Klein de “identificación
dido su identidad. Mediante su actitud negativa la paciente proyectiva” constituyen una de las indicaciones de la creciente corrobo­
se defendía contra sus activos deseos de amor, porque éstos ración (proveniente de distintos círculos psicoanalíticos) del concepto de
estaban relacionados con impulsos y fantasías de introducirse M. Klein de procesos introyectivos y proyectivos tempranos, angustias pa-
ranoides y mecanismos esquizoides; concepto éste que es parte integrante
por fuerza dentro del analista para robarlo y vaciarlo. También de sus contribuciones a la teoría de los estadios tempranos del desarrollo.
(.

c
128 HERDEBT A . ROSENFELD ESTADOS rSICÓTICOS 129

principio del tercer mes el paciente tenía períodos de razón que Dije: “Resurrección significa volver a vivir”. Me miró de ma­
duraban varias horas, fuera de las sesiones; pero era evidente nera directa y dijo: “¿Es usted Jesús?” Dije que Jesús podía
que pasarían aún algunos meses antes de que pudiera esperarse
un progreso estable.
hacer milagros y que él esperaba que yo le haría bien en una
forma milagrosa. Pareció entonces angustiado y vacilante y
c
El rasgo más importante y notable del análisis de este pa­
ciente en apariencia totalmente inaccesible y retraído reside en
luego de considerable silencio mencionó el nombre del doctor
A., quien lo había tratado por medios físicos durante más de un
c
el interés que demostró desde el primer momento hacia el
analista y el procedimiento analítico. Ya a partir de la primera
año. Luego de otra larga pausa dijo: “Catolicismo”. Interpreté
que él había creído en el doctor A. y que se sentía defraudado
c
sesión hubo señales claras de una transferencia positiva y en la
tercera sesión se manifestó una violenta transferencia negativa.
porque el tratamiento había fracasado. Entonces replicó enfáti­
camente: “Los rusos eran nuestros aliados”. Contesté que él
c:
Mi propio acercamiento fue analítico en la medida en que inter­ sentía que el doctor A. había sido un aliado y que ahora se había
vuelto contra él, y temía que yo también pudiera pasar a ser de
c
preté buena parte de lo que podía comprender de las palabras
del paciente y que, siempre que fuera posible (y a menudo lo aliado, enemigo. Dijo entonces claramente: “Es cierto”. Se
volvió más razonable y hablador y mencionó algunos de sus
c
era), el material analítico fue relacionado con la situación
transferencial. El paciente respondía de manera notable con problemas sexuales, la circuncisión, por ejemplo, que él pensaba
era una forma de revancha, y dijo: “No comprendo el amor y el
o
alivio o ansiedad; solía confirmar directa o indirectamente lo
que yo decía y a veces me corregía. Puede decirse que el pro­
odio”. Más adelante dijo: “Había un niño en la escuela”; luego
de una pausa prosiguió: “Se sentaba detrás de mí; lo malo era
c-
cedimiento analítico en este caso fue en lo esencial el mismo
qu e. . . otro niño se sentaba a su lado”. Interpreté que empezaba C'
que en los casos de neurosis. No obstante no utilicé el diván.
a quererme como había querido al niño en la escuela; pero me
En .el capítulo 6 expongo algunos ligeros ajustes de la técnica
que a veces fueron necesarios, por ejemplo, el uso de los infor­
quería para sí y se daba cuenta de que yo tenía otros amigos y
pacientes. Asintió, pero pnaito se mostró inquieto, se levantó
c
mes de las enfermeras. Sólo remarcaré aquí que jamás usé
reaseguramiento directo alguno en el tratamiento. El material
de la silla y dijo: “Uno debe salir enseguida. Mejor que me vaya c
presentado por este paciente era,, sin embargo, más difícil de
comprender que en los casos de neurosis; a veces debía entender
ahora”, y luego dijo entre dientes: “Necesito una sierra”. Pensé
que tenía miedo de sus celos de los demás pacientes y que c
quería úse de manera de evitar odiarme y atacarme. Se lo
e interpretar rápidamente un material muy escaso. En un esta­
señalé, pero siguió mostrándose inquieto hasta el final de la
dio ulterior el análisis se asemejó al análisis de niños. hora.
A fin de dar una descripción más clara del comportamiento
Considero que los rasgos salientes de esta sesión fueron:
de este paciente, de su manera de hablar y sus respuestas a mis
este paciente muy enfermo y confuso trató casi enseguida de c
interpretaciones, transcribiré con algún detalle la mayor parte
relacionar su presente vivencia conmigo a una vivencia anterior
de las cuatro primeras sesiones y de una sesión ulterior. Antes
en términos de una relación personal. E l médico que había
de la primera sesión un colega había informado al paciente que
interrumpido el tratamiento, de amigo y aliado se había con­
sería visto regularmente por mí todos los días, excepto los
vertido en enemigo, en su imaginación. Al preguntarme si yo
domingos. era Jesús, aparentemente pensaba que yo era una persona omni­
Cuando el paciente se encontró a solas conmigo por pri­ potente; más adelante dio señales de haber establecido una c
mera vez, se sentó en una silla; parecía muy perplejo y confuso. transferencia en un nivel homosexual. L a angustia de dejarme
Transcurridos unos minutos,- logró decir una única palabra: y la necesidad de una sierra no fue suficientemente compren­ c
“Resurrección”. Luego nuevamente pareció sentirse confuso. dida en la primera sesión, pero implicaba su incapacidad de
c
130 HERBEBT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 131

separar de mí partes de su persona. En conjunto, era indudable ver conmigo, vale decir, que mediante la introyección yo me
su interés por mí como objeto. había vuelto un peso interno para él.
Al principio de la segunda sesión, el paciente parecía bas­ Al principio de la tercera sesión, el paciente estaba muy
tante más confuso que durante la primera y preocupado por inquieto y reía mucho en una forma agresiva y provocativa.
alucinaciones. No se fijó en mí y miraba alrededor del cuarto También se preocupaba por las alucinaciones y cuando no se
de manera perpleja, tratando de fijar los ojos en un punto y reía de mí, me ignoraba. A1 comienzo no parecía posible el con­
luego en otro. Parecía estar totalmente fuera de contacto con­ tacto con el paciente: éste no decía nada. Al observar su com­
migo. Luego de cierto tiempo interpreté que me había perdido portamiento noté que hacía movimientos con las manos, como
y que trataba de encontrarme nuevamente. Dijo con claridad: siúne estuviese echando a un lado. Interpreté entonces que él
“No es cierto”, y prosiguió la búsqueda alrededor del cuarto. quería demostrarme que el tratamiento ya no servía de nada.
Recordando su observación acerca de la sierra al dejarme la vez Dijo de inmediato, riendo agresivamente con más fuerza aún:
anterior, interpreté que sentía que se había perdido a sí mismo “No sirve de nada” haciendo movimientos con las manos como
y que se estaba buscando en mi cuarto. Su expresión se volvió si todo hubiera terminado. Señalé que había esperado una cura­
casi inmediatamente menos confusa y me miró de manera di­ ción maravillosamente rápida y que, defraudado y rabioso, sen­
recta, diciendo: “Uno debe hallar sus propias raíces”. Algo más tía que me había destrozado y que había hecho que ni yo ni el
tarde dijo: “No sé si está bien que yo lo quiera demasiado”. tratamiento sirvieran ya de nada. Después de esto cambió la
Interpreté que temía que al quererme demasiado entrara directa­ expresión de su rostro, pareciendo atemorizado y desconfiado;
mente en mí y perdiera sus raíces y su persona. Replicó: “Quiero cuando le hablé, saltó de su asiento como si le hubiese atacado.
seguir mi propio camino tranquilamente”. Después de esto Interpreté que se sentía atontado y confuso y que me culpaba
quedó totalmente inmóvil por espacio de diez minutos. Cuando por sentirse tan mal. Se sentía atemorizado cuando yo hablaba
lo interrogué me dijo que tenía miedo de moverse. Luego de porque creía que yo, de manera agresiva, ponía palabras en él
una pausa dijo que sentía un peso sobre los hombros y agregó para confundirlo. E sa era la razón por la que se cerraba frente
rápidamente, mirándome: “Es más liviano ahora”. Señalé que a nn y trataba de no advertir mi presencia. Debí repetir inter­
quería decirme que deseaba desembarazarse del peso rápida­ pretaciones de este tipo varias veces, hablando en forma muy
mente. pausada y clara. Al rato se sentió menos atemorizado y habló
En la primera parte de esta segunda sesión, el paciente de colores. Señaló mi cuaderno de apuntes, de color azul, y dijo
parecía por completo retraído en un mundo privado, olvidán­ que era castaño. Consideré esto como un gesto de cooperación,
dose de mí y ocupándose sólo de sus alucinaciones visuales. destinado a mostrarme con más claridad lo que él sentía, vale
Corrigió una interpretación de transferencia, referente a su pér­ decir, que su ataque me había transformado en heces y que,
dida de mí; pero respondió a una interpretación de que habíase como venganza, yo le devolvía la confusión (heces) a él.
perdido a sí mismo. Es evidente que esta última interpretación La violenta transferencia negativa surgiendo al principio
constituía también una interpretación de transferencia, si se del tratamiento constituye el rasgo saliente de esta sesión. Su
tiene en cuenta que el paciente sentía que al quererme dema­ risa expresaba un ataque sádico contra mí y un triunfo sobre
siado se había perdido a sí mismo en mi cuarto, símbolo de sí mí. Su ataque anal me había transformado en un perseguidor.
mismo. El estado de retraimiento en apariencia narcisístico Esta situación de persecución fue repetida con frecuencia en
estaba claramente relacionado con la identificación proyectiva. distintas formas, y más adelante se hizo evidente que el ataque
Lo que significaba el peso sobre los hombros y cómo se había no podía interpretarse como meramente anal. Dije que al fina­
aligerado tan rápidamente no me resultaba claro, pero la expre­ lizar la sesión anterior había hablado de un peso sobre sus hom­
sión del rostro del paciente indicaba que el peso tenía algo que bros. En sesiones posteriores apareció que el peso sobre los
132 HERBERT A. ROSENFELD

hombros representaba todos los problemas que estaban en su En la cuarta sesión parecía estar mejor; sin embargo al
interior, sus objetos introyectados, angustias, depresiones, per­ principio me confundió con el doctor A. Dijo varias veces: “Esto
secuciones y su propia persona mala; sus fantasías de colocar sucedió antes” o “Esto pasó la última vez”. Interpreté su angus­
ese peso sobre mí o dentro de mí eran siempre sentidas por él tia de que todo se repitiera y de que yo también lo dejara, como
como un ataque violento hacia mí en el que no sólo yo era lo había hecho el doctor A., y cuánto le importaba que yo me
transformado en heces sino también en su propia persona mala.5 volviera contra él. Entonces vinculé las angustias persecutorias
Otro punto que me limitaré a señalar es el hecho de que cada de la sesión anterior con la situación en la realidad. Le expliqué
vez que el paciente sentía haberse liberado de su peso, no sólo que cuando el doctor A. había interrumpido el tratamiento él
se sentía perseguido por mí sino que le parecía que había colo­ había pensado que, progresivamente, el doctor A. lo había
cado su peso en innumerables personas, de modo que tenía la dejado en un estado de confusión. Sentía esto como retaliación
impresión de estar disociado y dividido en muchos hombres que por haber hecho que el tratamiento del doctor A. no sirviera de
se convertían todos en perseguidores. Se quejaba entonces de nada, en la misma forma en que el día anterior me había mos­
ser perseguido, y también de haber perdido partes de su propia trado que mi'tratamiento no servía de nada. El paciente dio
persona. repetidas señales de haber comprendido mis interpretaciones y
al finalizar la sesión dijo: “Quiero hacer todo lo posible para
Otro rasgo importante de esta sesión consistía en el retrai­
ayudar”.
miento del interés del paciente. L a falta de interés mostrada
Recordarán ustedes que durante la primera sesión misma el
por los esquizofrénicos y su retraimiento son con frecuencia
paciente me había prevenido acerca de sus temores de perse­
atribuidos únicamente a su autoerotismo; en esta sesión sin
cución y que luego había dicho: “Los rusos eran nuestros alia­
embargo, y más adelante, resultó evidente que el retraimiento
dos”. En esta sesión las sospechas del paciente podían relacio­
del mundo exterior estaba relacionado con el temor a la perse­
narse con la vivencia anterior del tratamiento previamente
cución. Cuando el objeto externo que representaba al mundo
efectuado. Las angustias persecutorias del paciente referentes
había sido atacado, el mundo era sentido no solamente como
a su abandono fueron más adelante relacionadas con tempranas
destruido sino que el mundo exterior y los objetos que lo repre­ vivencias de la realidad, particularmente con la madre, quien lo
sentaban se convertían en perseguidores. De esta manera, pues, había dejado llorar horas seguidas cuando era un bebé.
el retraimiento del interés por el mundo exterior era usado como
Podemos resumir que en esta sesión el paciente continuó
defensa contra los perseguidores internos. elaborando su transferencia negativa. El temor de repetir viven­
Resultó una experiencia muy ilustrativa para mí darme cias anteriores y la repetición efectiva de vivencias anteriores
cuenta de que este paciente, que al iniciar la sesión era total­ en la transferencia constituyen por supuesto uno de los factores
mente inaccesible, padecía comprender las interpretaciones de más importantes de cualquier análisis de transferencia.
sus temores a la persecución y responder a. ellas en la situación Transcribiré ahora otra sesión ulterior (a las cinco semanas
transferencial. Hacia el final de la sesión, su risa había cesado de iniciar el tratamiento) a fin de ilustrar con más detalle algu­
por completo y parecía mucho menos alucinado.. nos de los aspectos de la relación de objeto en este paciente que
se repitieron en la transferencia. Dije al principio que el hogar
5 Una vez que el paciente sintió haberse desembarazado de su per­ del paciente se hallaba en el extranjero; su padre lo había traído
sona mala así como de su culpa y angustia, proyectándolos en el analista,
a Inglaterra para ser tratado. Dos días antes de la sesión que
su comportamiento presentó rasgos de negativismo durante varios días en
los que rehusó comer y beber. Expongo más detalladamente esta parte expongo ahora, el padre había partido de regreso al hogar. Al
del anáhsis y los mecanismos utilizados por el paciente en el capítulo 4 principio de la sesión el paciente parecía algo confuso, pero, sin
de esta misma obra. esperar comentario o ayuda de parte mía, dijo claramente:
134 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 135.

“Confundido” y cuando lo interrogué, agregó: “con mi padre”. lo era difícil salir de nuevo. Le dije que para él era muy impor­
Luchó para hallar las palabras y.dijo: “Debí haberme quedado tante que yo comprendiera cuánto de sí mismo había colocado
más tiempo”.6 Le señalé que estaba mostrando hasta qué punto en mí y que ésta era una de las razones por las que temía ser
estaba “confundido” con el padre, pues obviamente quería decir abandonado, porque temía perderme no sólo a mí sino a sí
que su padre hubiera debido permanecer más tiempo. De in­ mismo. Asintió enérgicamente y me miró de nuevo diciendo en
mediato prosiguió: “El doctor A. se suicidó por medio de la tono de confidencia: “Lm hombre huesudo come mucho” e hizo
psiquiatría”. Señalé que también confundía al doctor A. consigo movimientos masticatorios. Le dije que me estaba previniendo
mismo. Al interrumpir el doctor A. el tratamiento, el paciente acerca de su voracidad y mostrábame que en su deseo amoroso
había estado deprimido y había pensado suicidarse, pero sentía de entrar en mí, me devoraba. Pronunció entonces gran can­
que había colocado su persona deprimida y con ideas de suici­ tidad de palabras, refiriéndose a su patria y habló de colores.
dio dentro del doctor A. Relacioné esto con la partida del padre Aparecía claramente que necesitaba recalcar su abandono y que
y le recordé que a menudo había manifestado el temor de que los distintos colores representaban distintos aspectos de su
yo lo dejara. Dijo entonces: “Ateísmo”. Interpreté que él que­ persona; hecho éste que ya habíamos entendido anteriormente.
ría decirme que ya no podía creer en nadie después de haberse Preguntó entonces: “¿Cómo se relaciona el color rosado con
sentido defraudado por la partida del padre, en ésta y en ante­ todo esto?” Puesto que el color rosado había llegado a ser la
riores ocasiones. Poco a poco se mostró sin embargo más inte­ palabra clave de deseos orales del pene, lo que había sido ana­
resado y vivaz, su actitud hacia mí se hizo más amistosa y lizado y discutido repetidamente, resultaba claro que los im­
confidencial, como queriendo explicarlo todo. Dijo: “Si uno va pulsos de entrar dentro de mí estimulaban sus deseos orales
hasta el final del camino, no puede recuperar todo”. Interpreté homosexuales. Se levantó del asiento y, encontrando una jarra
entonces que cuando quería a alguien y creía en él (o ella) llena de agua, bebió de ella; se reclinó luego haciendo movi­
deseaba ir hasta el final del camino, lo que significaba ir den­ mientos de succión y masticación. Mientras hacía esto, parecía
tro de la otra persona y mezclarse y confundirse con ella. Tam­ totalmente retraído. Interpreté que al beber fantaseaba que lo
bién sentía que cuando se había colocado en alguna otra persona hacía de mi pene y que lo masticaba. Sugerí que sus deseos de
penetrar dentro de mí estimulaban sus deseos de mi pene. En
0 El paciente de Nunberg se sentía a veces confundido con éste. En su estado de retraimiento estaba confundido conmigo no sólo
esas ocasiones hablaba de Nunberg como si él y su analista fueran una porque sentía que estaba dentro de mí sino también que me
única y misma persona. Por ejemplo, el paciente decía: “ Quiero irme” en
estaba devorando, a mí y a mi pene, al mismo tiempo. Nueva­
lugar de “ Quiero que usted se vaya” . Nunberg llegó a la conclusión de
que había producido una identificación narcisística. Dice que en esta fase mente se volvió más atento; parecía escuchar con cuidado y
el deseo del objeto conduce a la desaparición de la distancia entre el yo asintió varias veces.
y el objeto. El paciente se había posesionado del objeto y lo había incor­
En esta sesión el paciente ilustraba con más claridad la
porado al yo.
En mi opinión la introyección de un objeto externo por sí sola no
relación de objeto que había empezado a comprender en la
lleva a la confusión con el objeto. En todos los casos de confusión de segunda sesión. Mostraba ahora que los deseos orales eran los
objeto y sujeto que pude observar hasta ahora, tuvo lugar una identifi­ que predominaban en sus impulsos a entrar dentro de un objeto;
cación proyectiva, agregada a la identificación introyectiva. E l deseo de lo que el paciente llamaba “ir hasta el final del camino”. Esto
penetrar dentro de un objeto es determinado no sólo por el deseo omni­
potente de eliminar la distancia entre el sujeto y el objeto, sino también lo condujo a un estado de confusión que el propio paciente
de desembarazarse del “tiempo” como explicó ulteriormente el paciente pudo describir. Cuando el estado de confusión y el estado de
esquizofrénico cuyo caso expongo aquí. La distancia al objeto o la sepa­ disociación eran más severos, el paciente se volvía incapaz de
ración del objeto está íntimamente ligada a la conciencia del pasar del
hablar, y otras funciones del yo, como la coordinación de movi­
tiempo, porque tan pronto como se desea un objeto, se exige la gratifi­
cación inmediata de este deseo. mientos, presentaban serios trastornos.
C‘
c
136 HESBEBT A. BOSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 137
c
L a tendencia a dejar partes de su persona dentro del ana­
lista constituía un aspecto importante de la transferencia tratado
de estar mezclado con alguna otra persona (su objeto). Otro
objetivo de este trabajo consiste en ilustrar la regresión de este
c
en esa sesión. Es importante que el analista lo comprenda por­ paciente esquizofrénico a un estadio de la temprana infancia
que las interpretaciones de los procesos de identificación y de para el que Melanio Klein sugirió el nombre de “posición esqui-
c
disociación capacitan gradualmente al paciente para “recuperarse
a sí mismo” —utilizando las propias palabras de mi paciente—,
zoparanoide”. El paciente da muestras de una relación de objeto
en la que tiene impulsos v fantasías de introducirse por fuerza
c
lo que constituye una necesidad del proceso de integración
del yo.
a sí mismo o partes de su persona dentro del objeto; esto lo
conduce a estados de confusión, de disociación del yo, a la
o
El estado en apariencia autoerótico en que entró el paciente
al finalizar la hora constituye otro punto interesante. Todo el
pérdida de su persona y a estados de persecución con pronun­
ciadas alucinaciones visuales y auditivas.
c
material de la sesión sugería que en el estado de retraimiento
estaba introyectándome a mí y a mi pene y que al mismo tiempo
La relación de objeto y los mecanismos desarrollados y o
vinculados con ella, tiene un importante significado en muchas
estaba proyectándose a sí mismo dentro de mí. De modo que
sugiero aquí nuevamente que a veces es posible detectar una
otras neurosis y psicosis; tienen empero un significado especial c
para la totalidad del grupo de las esquizofrenias.
relación de objeto en un estado aparentemente autoerótico. Sugiero que la más amplia comprensión de la identificación
C'
En posteriores sesiones el paciente a menudo pudo dife­
renciar con más claridad los objetos dentro de sí, de las partes
proyectiva empieza a abrir un campo nuevo de investigación y
en este trabajo traté de mostrar cómo esto hizo posible la com­ c:
de su persona que penetraban o estaban dentro de su objeto; prensión e interpretación de los fenómenos transferenciales en
en otras palabras, sólo en una etapa ulterior del tratamiento fue este paciente esquizofrénico.
c
posible distinguir entre los mecanismos de introyección de obje­
tos y de identificación proyectiva, que con frecuencia obran
c
simultáneamente.
c
RESUM EN

En este trabajo me he concentrado en ciertos aspectos de


o
este caso. Mi intención es mostrar cómo en un caso de esquizo­
frenia grave, con gran retraimiento, el paciente fue capaz de
o
establecer una transferencia positiva y negativa; esta transferen­ c
cia pudo ser observada e interpretada al paciente y éste respon­
dió a las interpretaciones de la transferencia positiva y negativa.
Trato asimismo de mostrar que el estado de retraimiento del
c
paciente esquizofrénico no puede ser considerado tan sólo como
una regresión autoerótica. El retraimiento del esquizofrénico
c
puede constituir una defensa contra los perseguidores externos, c
o puede deberse a la identificación con un objeto por introyec­
ción y proyección. En el estado de identificación, que puede ser c
vivenciado por el paciente como confusión, éste tiene conciencia
(
!
i

CONSIDERACIONES RELATIVAS AL ABORDAJE


PSICOANALTITCO D E LA ESQUIZOFRENIA
AGUDA Y CRO N ICA 1
(1954)

Me propongo comentar el tratamiento psicoanalítico de la


esquizofrenia, tal como está siendo desarrollado por una can­
tidad de psicoanalistas en Inglaterra, entre los cuales me incluyo.
Este trabajo deriva de las investigaciones de Melanie Klein,
sobre las fases tempranas del desarrollo infantil y de las técnicas
que ella utiliza, tanto en pacientes neuróticos adultos como en
los psicóticos fronterizos y en el análisis de niños.
En nuestro enfoque de la esquizofrenia conservamos los
aspectos esenciales del psicoanálisis: fundamentalmente la inter­
pretación detallada de la transferencia positiva y negativa sin
el empleo de reaseguramiento o de medidas educativas; el reco­
nocimiento y la interpretación del material inconsciente del
paciente; y por encima de todo, la focalización de las interpre­
taciones sobre las ansiedades manifiestas y latentes del paciente.
Se ha encontrado que las manifestaciones psicóticas se adhieren
a la transferencia tanto en los estados agudos como en los cró­
nicos, de modo que se desarrolla lo que podría denominarse una
“psicosis de transferencia”. L a tarea fundamental del analista
tanto en la esquizofrenia aguda como en la crónica consiste en
el reconocimiento del correspondiente fenómeno de la transfe-

1 Artículo leído en el simposio sobre “Terapia de la esquizofrenia”


en el XVIII Congreso Psicoanalítico Internacional en Londres el 28 de
julio de 1953. Publicado originariamente en el Int. ]. Psycho-Anal.
140 HERBERT A. ROSENFELD .

renda y su comunicación al paciente. Particularmente en el puesto que requiere medios financieros que están más allá de
análisis de la esquizofrenia aguda se presentan ciertos proble­ nuestro alcance. Es por ello que el psicoanálisis de esquizofré­
mas prácticos, tales como el manejo del paciente en el consulto- nicos agudos debe a menudo llevarse a cabo bajo condiciones
ilo. Estos serán tratados más adelante. muy insatisfactorias.

MANEJO Y TRATAMIENTO D E LOS CUADROS TRATAMIENTO ACTUAL D E LA ESQUIZOFRENIA


ESQUIZOFRENICOS AGUDOS AGUDA

La primera dificultad en el manejo de un paciente esquizo­ En el análisis de los pacientes con esquizofrenia aguda
frénico agudo fuera del análisis es la cuestión de si debe tenér­ debe utilizarse la totalidad de las conductas del paciente, sus
selo en su casa, en un hospital neuropsiquiátrico o en una clínica. gestos y actos como material analítico en un grado mucho
Algunas de dichas dificultades pueden incrementarse durante mayor que el usual en el análisis de neuróticos. Con frecuencia
el análisis, puesto que los cambios de estado del paciente son el paciente tiene dificultades para hablar y puede confundirse,
a menudo tan rápidos y dramáticos que sus familiares están estar negativista o retraído. En la mayoría de los casos de
totalmente perdidos para responder a su conducta y no pueden esquizofrenia aguda que observé en consulta o que traté por
hacer frente a estos problemas durante mucho tiempo. Por otra medio del análisis, tal conducta típicamente esquizofrénica era
parte, si tomamos los recaudos necesarios para que el paciente usada para encubrir ansiedades abrumadoras. El paciente no
permanezca en una clínica y que venga desde allí en automóvil será «-'paz de responder a una conversación ordinaria, pero si
con una enfermera hasta nuestro consultorio, podría agravarse usamos interpretaciones para acercarnos a él y si nuestras inter­
su estado cuando le fuera imposible trasladarse. Es por ello que pretaciones tocan sus ansiedades, obtendremos alguna respuesta,
en todo tratamiento de una esquizofrenia aguda nos veremos se<registrará un cambio en su comportamiento, o bien hablará.
tarde o temprano frente a la obligación de visitar al paciente Con pacientes afectados de esquizofrenia aguda, estas fuer­
en la clínica, lo que puede representar una gran pérdida de tes ansiedades se ligan a la situación transferencial. Expondré
tiempo en viajes. No es posible tratar un paciente esquizofré­ material del análisis de una joven de 17 años con esquizofrenia
nico agudo a menos de tener un apoyo total del medio que lo aguda, no tanto con la intención de justificar la corrección de
rodea. Por ejemplo, las enfermeras o familiares deben informar mis interpretaciones, sino con la finalidad de ilustrar el hecho
todos los días con respecto a las conversaciones y la conducta de que un esquizofrénico agudo y confuso puede ser abordado
del paciente.2£L a infraestructura ideal para el. análisis de un por medio de interpretaciones transferenciales y que a menudo
esquizofrénico agudo sería un hospital con personal especiali­ puede observarse claramente la respuesta a esas interpretaciones.
zado fácilmente accesible al analista. Ello no existe en Londres Ana está en un tercer episodio de esquizofrenia aguda, que
ya tenía una duración de más de seis meses, cuando inició el tra­
2 A menudo, el analista debe conversar con las enfermeras acerca tamiento a fines dé mayo de 1953. El primer ataque ocurrió
de la dirección de las fantasías del paciente, con el fin de posibilitarles
un manejo no violento del mismo. Al tiempo que evito el empleo del
cuando tenía trece años. En varias ocasiones se le practicaron
reaseguramiento a fin de no enturbiar la situación analítica, aliento a los tratamientos de electroshock y de insulina, pero debieron inte­
familiares y a las enfermeras a que lo usen. Por ejemplo, cuando un rrumpirse porque se excitaba demasiado. L a madre no pudo
paciente se niega a comer por un exceso de voracidad, aconsejo a la en­ amamantarla de pequeña y la dejó desde el principio casi exclu­
fermera que el paciente puede ser ayudado a comer diciéndole “veré
que no comas demasiado” . Si se siente demasiado culpable como para sivamente a cargo de una nodriza, mientras que ella se ausentaba
comer, la enfermera deberá'decirle “mereces comer” . por negocios. El padre estuvo ausente durante la mayor parte
142 HEEBERT A. BOSENFELD. ESTADOS PSICÓTICOS 143

de la guerra y por lo tanto hubo una considerable privación de y, por primera vez Ana le permitió que abandonara la habita­
amor parental en la temprana niñez. A menudo Ana está confun­ ción. A partir de este período de análisis se registró un cambio
dida y alucina, en otros momentos es obstinada y negativista. en la conducta de la. paciente en su hogar. Aun cuando ante­
Es capaz de experimentar intensas emociones de amor y odio, riormente había ignorado a su padre, a partir de entonces se
que oscilan rápidamente de un extremo al otro, haciendo muy interesó mucho por él y a menudo se sentaba sobre sus rodi­
difícil su trato. Al comienzo del tratamiento fue traída a mi llas. De noche no se quedaba en su habitación, estaba muy
consultorio por su madre y una enfermera. Exhibía agudos excitable y con frecuencia trataba de penetrar en el cuarto.de
indicios de ansiedad y no se quería separar de la madre, por lo sus padres. En el análisis se quejó de sentir calor, de estar en­
que debí interpretarla en presencia de ella durante las primeras ferma y encerrada. El calor y la enfermedad se referían a sus
cinco sesiones. Ello constituye una gran desventaja, a causa de deseos sexuales omnipotentes para hacerme sentir caliente y ex­
las sospechas que provocó en la paciente. Además el analista debe citado e incorporarme de esta manera, lo que la condujo a sen­
ser más cauteloso en sus interpretaciones a fin de no despertar tirse perseguida por mí desde adentro. Ilustró esto fumando
las ansiedades de la madre. Al comienzo de cada sesión Ana vorazmente un cigarrillo y haciendo girar luego el extremo de
parecía no notar mi presencia, pero era claro que trataba de la brasa hacia sus labios, quejándose de sentirse enferma e in­
utilizar la presencia de la madre para reactualizar algunos aspec­ tentando salir de la casa de un modo muy particular. Le inter­
tos de la situación edípica, en particular para acusarla y desva­ preté en la puerta mientras impedía que saliera, que ella creía
lorizarla ante mis ojos. Dijo, por ejemplo, que su madre era una que yo estaba haciéndola sentir caliente, sexual y enferma
asesina, que la había vendido por cinco libras esterlinas, y la adentro. Replicó luego de cierto tiempo: “Yo sé que es así. No
había obligado a someterse a los tratamientos con electroshock hable de sexo”, y se cubrió los oídos con las manos. Interpreté
y con inyecciones. que ella sentía que yo le estaba poniendo ardientes sentimien­
En úna de las siguientes sesiones Ana modificó su actitud y tos sexuales dentro cuando le hablaba de sexo, a lo que con­
dijo que su madre era maravillosa, que no había nadie como tesó, “¿Por qué lo hace?” Pero pronto desistió en su puja por
ella en el mundo. L e pedía cigarrillos a la madre, los fumaba irse,' pidió un cigarrillo y volvió al consultorio, donde pude ha­
en forma excitada y me daba totalmente la espalda, aliándose a cer una interpretación más detallada de la situación. Su deseo
ella en contra de mí. Más tarde en la sesión adquirió más interés de fumar un cigarrillo significó entonces no tanto la admisión
por mí, tocándome las manos y besándolas antes de dejar la de sus deseos sexuales hacia mí, sino más bien el reconocimien­
habitación. to de su deseo de recibir de mí una buena interpretación que
En la quinta sesión hubo una escena tormentosa. Ana le representaba un buen pene. El efecto de la interpretación en
tiró con desprecio un broche a su madre diciéndole: “Obvia­ la puerta disminuyó temporariamente su persecución posibili­
mente quieres estar sola con él. Yo no soy nada, me siento mal, tándole la introyección de algo bueno proveniente de mí.
mejor me las arreglo sola”. En la misma sesión, con posteriori­
Hasta ese momento la enfermera informó que la paciente
dad al momento en que intentara irse de mi casa, le dijo a su
no podía dormir aun tomando grandes dosis de embutal3. Poco
madre: “¿Qué has dicho? Dijiste algo muy grosero”. Era obvio
después de la sesión descripta se me comunicó que dormía mu­
que la paciente escuchó una voz interna que le dijo algo. Cuan­
cho mejor, lo que me pareció ser el resultado del análisis de
do le interpreté que la voz escuchada era la de su madre inter­
algunas de sus fantasías sexuales en el contexto analítico. Su
na, con quien se estaba peleando, y que esta madre quería
conducta en el hogar cambió un poco. Tuvo períodos de luci­
adjudicarse todo el mérito y hacerla sentir a ella estúpida ante
dez aunque por momentos estaba más confundida. Se quejó a
mí, replicó enfáticamente, “eso es exactamente lo que está tra­
tando de hacer”. Después de esto le hice una seña a la madre 3 Ana se quejó de sentir calor de noche, levantándose muy a menudo.
144' HEBBEET A. BOSENFELD

licía. También mencionó un hospital y trató de escapar de mi


sus padres de no saber dónde estaba y de sentirse encerrada.
habitación. Le señalé que ella sentía que me había sacado toda
Se volvió muy negativista, no quería concurrir a las sesiones
la bondad, y ahora yo estaba acudiendo a la policía para des­
y cuando lo hacía se quedaba en silencio. Fue posible enten­
embarazarme de ella y castigarla encerrándola en un hospital.
der algunas de las razones de su negativismo, su confusión y
Entonces expresó inquietud por haberme herido, besó con afecto
sensaciones de encierro en la situación transferencia!. En una
la mejilla, mientras yo permanecía, por supuesto, bastante pa­
sesión en la que entré en la sala de espera ría paciente apa­
sivo, y me contó que me veía en las caras de la gente en la calle.
rentaba estar confundida y parecía no conocerme. Mientras es­
Interpreté que ella quería llevarme por ser una persona buena
peraba en la sala le dijo a su madre y a su hermano que la ha­
y saludable pero que tenía temor de secarme y de perderme
bían acompañado, que quería salir, ser libre; interpreté que se
dentro de ella. Luego, para protegerme,, me ponía en las perso­
sentía aprisionada por mí y que necesitaba de sus familiares
nas del mundo exterior y ésa era la razón por la que me veía
como protección contra mí. Tras diez o quince minutos pude
allí. Salió de la sesión de buen humor.
verla a solas. No hablaba, pero observé que miraba el cielo raso
Esta entrevista ilustra sobre algunos procesos de la esqui­
de una manera confusa y temerosa. Interpreté que se sentía
zofrenia aguda y el modo como son influidos por las interpre­
encerrada en algún lugar, pero que no estaba segura de si estaba
taciones. Como resultado de las interpretaciones en las que la
dentro de mí o dentro de alguna otra persona. Cuando dije esto
paciente se sentía dentro de mí, pudo desenredarse de mí, lo que
pareció mucho más asustada al principio, pero sus intentos por
disminuyó su confusión. Luego pudo percatarse de mí en tanto
escapar de mi consultorio disminuyeron. Repetí mis interpre­
objeto externo y hablarme. También fue capaz de expresar sen­
taciones de modos levemente diferentes. Al cabo de un rato no
timientos muy positivos hacia mí, porque después de extraerme
parecía estar tan confundida y realizó algunos intentos para ha­
la parte intrusa de ella, que sentía como mala, me transformé
blar. Me preguntó entonces si mi cuarto era el mismo, y más
de malo en la persona más buena del mundo. Sus sentimientos
tarde me dijo que estaba muy confundida y que no sabía cómo
sufrieron después, de esto muchos cambios rápidos, cada uno
había entrado en mi habitación. Ya más confiada dijo: “Quie­
de los cuales fue interpretado y estas interpretaciones apunta­
ro decirle algo. Yo estaba caminando por el parque y tenía bas­
laron el proceso de integración.
tante frío. De repente tuve una laguna y luego estaba en el
tapado de otro”. Le señalé que había penetrado dentro de otro Cuando yo me volví un objeto bueno, la paciente pudo ex­
y en consecuencia se sentía mezclada con otro. También le ex­ perimentar su voracidad y deseó usurparme la bondad, porque
pliqué con cierto detalle, que estaba experimentando la misma en ese momento me volví un objeto distinto de ella. Esta vora­
situación conmigo. Luego me miró durante bastante tiempo y cidad le produjo bien pronto miedo persecutorio así como culpa
dijo: “¿Por qué me imita?” Interpreté que se había metido den­ e inquietud por haberme herido. Su beso afectuoso no sólo era
tro de mí y sentía que yo era ella y debía hablar y pensar por un deseo de repararme, sino también un intento de íntroyec-
ella. Le expliqué que ésa era la razón por la que se sentía tan tarme como un objeto bueno. Esta experiencia transferencial
encerrada cuando venía a mi casa y por la que tenía que esca­ reactualiza la más temprana relación con su madre, porque el
parse de mí. Ella parecía ahora más cómoda y confiada y dijo: niño se mete, en su fantasía, dentro de ella, por una diversidad
“Es usted la mejor persona del mundo”. Interpreté que porque de motivos entre los que predomina el deseo de robar los conte­
ella sentía que yo era tan bueno ella quería estar dentro de mí nidos buenos de su cuerpo, produciendo sentimientos de perse­
y tener mi bondad. cución y de culpa. Durante las tres semanas siguientes ciertos
aspectos de esta situación aparecieron en la transferencia como
Al cabo de un rato replicó que al hablar yo me estaba se­
foco principal de la resistencia del paciente. Rehusó venir a mi
cando y que ella no se proponía venir a mí. Repentinamente
consultorio porque hacerlo significaba para ella admitir su deseo
pareció asustada y preguntó si yo estaba telefoneando a la po­
146 HERBERT a . ROSENTELO ESTADOS VSI C OTI C OS 147

de meterse dentro de mí. Al final tuve que visitarla en su hogar.


Dijo que no deseaba venir a verme y preguntó por qué la estaba MANEJO Y TRATAMIENTO D E CUADROS
manteniendo bajo mi campera y por qué jugaba con ella. Pero ESQUIZOFRENICOS CRONICOS .
al decir esto, en forma juguetona puso su mano dentro del bol­
sillo de mi campera, mostrándome que había invertido la situa­ Los pacientes con esquizofrenia crónica que analicé hasta
ción y que era ella quien se ponia bajo mi campera y jugaba el momento de un modo general pueden dividirse en dos grupos.
conmigo. Resultó ser que por medio de tal inversión no sólo En el primer grupo se registra una historia de un deterioro gra­
deseaba negar su propio deseo de introducirse dentro de mí, dual a lo largo de un período de años, sin que se registre ningún
sino que, tras la .intrusión, todas sus experiencias parecían estar ataque agudo. Estos pacientes carecen de sentimientos y están
invertidas, lo que la hacía sentirse encerrada y perturbada por desconectados del entorno, pero a menudo con cierto insight de
mí. su estado. Encontré que algunos de ellos acuden regularmente
Cuando la paciente comprendió a través de las consecutivas a su análisis a lo largo de muchos años y su estado presenta con
interpretaciones la relación entre sus impulsos de inmiscuirse y frecuencia una mejoría gradual pero clara. A veces existe el
su reverso, su negativismo disminuyó y pudo experimentar una peligro de un ataque agudo durante el análisis, particularmente
relación positiva sin forzarse tan completamente dentro de mí.4 en momentos en que el paciente hace progresos, pero en general
Al análisis de esta situación transferencial siguió una notable esto se puede evitar. Casi nunca requieren un manejo particular
mejoría clínica, la que continuó hasta la fecha de publicación de y su conducta en el análisis es muy semejante a la de los pacien­
este artículo. Afrontó en forma satisfactoria la interrupción del tes neuróticos. Por ejemplo, no ponen reparos en recostarse
análisis durante las vacaciones de verano en agosto de 1953, sobre el diván y pueden asociar.
pudiendo asistir a mi consultorio por sus propios medios luego Si durante el análisis se produce un ataque de esquizofrenia
de las vacaciones. aguda, es por supuesto importante que se prosiga el tratamiento
durante la fase aguda. Pero aquí nos enfrentamos nuevamente
En el estado esquizofrénico agudo el paciente tiende a
con el problema del manejo, el cual puede causar la interrup­
poner su s d f de una manera tan total dentro de los objetos que
ción del análisis en esta etapa vital.
queda poco self fuera del objeto. Ello perturba la mayoría de
las funciones yoicas, incluyendo el habla y la comprensión de Los pacientes del segundo gmpo son los que han tenido
palabras. Inhibe la capacidad de experimentar relaciones con uno o más ataques de esquizofrenia aguda de los cuales sólo se
objetos externos e interfiere también con los procesos de intro- recuperaron en forma parcial. Ya no hablan de sus delirios y
yección. a menudo sostienen estar perfectamente bien, pero siguen inca­
pacitados para trabajar y la observación detallada revela con
En anteriores artículos describí los impulsos esquizofrénicos
frecuencia que aún persiste algún sistema delirante. Estos pa­
de meterse en el analista con sentimientos positivos y negativos,
cientes raramente solicitan tratamiento por propia iniciativa,
y las defensas contra esta relación objetal, como típico de la
pero acuden ante la sugerencia de un amigo o familiar. Una
relación transferencial en la mayoría de los pacientes esquizo­
vez que aceptan venir, lo hacen con regularidad y por sí mismos,
frénicos. Esta temprana relación objetal se relaciona con los pro­
pero el tratamiento es muy difícil. Tienen tendencia a no hablar
cesos de disociación del yo y ha sido llamada por Melanie Klein
de sus síntomas por miedo a que surjan sus delirios, y tienen
“identificación proyectiva”.
poco o nada de insight. Además no permiten la discusión de
problemas de la realidad, y cuando hacen alusión a ellos los
4 L e estoy agradecido a la señorita Evans quien, en el curso de
una discusión, me llamó la atención sobre la importancia del hecho de
presentan desde su punto de vista particular, lo cual significa
que la paciente experimentara sus impulsos en forma invertida. que pueden estar muy distorsionados. Si el paciente es del tipo
< )

c
r
y
148 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICOTICOS 149 c

paranoici crònico, a .menudo insiste en que no debiéramos dis­


cutir sus problemas con ningún amigo o pariente. Si tenemos
lo que aparecía ahora en la transferencia. Tenía la sensación C
de que la noción de su enfermedad existía ahora muy concreta­
algún contacto con parientes o amigos de un paciente paranoide r
mente en mi mente. No se percataba de haberla puesto allí,
crónico no podemos utilizar la información recogida en nuestras
pero a veces explicaba que yó tenía que ser cuidadoso porque
interpretaciones, como lo hacemos con frecuencia con los esqui­ f
había ciertos poderes que proyectaban en mí ciertas nociones
zofrénicos agudos. Lo que confirma nuestra percepción de lo
sádicas muy peligrosas, y que yo sin quererlo podía inculcár­
excluidos que estamos de los acontecimientos reales en lo que C
selas a él. Poco a poco fue posible discutir con él cómo creía
respecta a la vida del paciente. Los familiares de los pacientes
que lo enfermaban y no siempre tenía necesidad de demostrarme
esquizofrénicos paranoides crónicos pasan por períodos de gran
que estaba bien. El paciente era médico y a pesar de sentirse c
sufrimiento y preocupación, y a menudo piden ayuda y consejo
perseguido por el tratamiento, a veces insistía en que debería
al analista, pedidos que el analista no está en condiciones de (
permitirse a los psicoanalistas proseguir con su labor. Pero si yo
satisfacer. Creo que lo más conveniente es aconsejar a los fami­
interpretaba esto como una muestra de que él apreciaba lo que f
liares que discutan regularmente sus problemas con un colega
yo hacía por él inmediatamente se tornaba paranoide. Sin em­
que coopera de cerca con el analista.
bargo, aceptaba las interpretaciones en las que yo le mostraba {
Algunos de estos cuadros esquizofrénicos parecen a menudo que el psicoanalista al cual debiera permitirse desarrollar su
inaccesibles hasta que se comprenden e interpretan los hechos tarea representaba la parte buena de su self, la que sentía que
fundamentales de la psicosis de transferencia. Para ilustrar o
tenía derecho a existir y a trabajar. En forma paulatina comenzó
sucintamente esto, tomaré el caso del paciente Carlos, quien
padeció de una aguda crisis paranoide varios años antes y aún
a tolerar las interpretaciones según las cuales yo representaba c
también la parte mala y peligrosa de su self cuando él trataba
estaba incapacitado para trabajar. Su principal actitud consciente
de demostrarme cómo podía abusar de mis poderes siendo omni­ 'v
hacia mí puede resumirse en su constante intento de conven­
potente, sádico y ejerciendo egoístamente mis propias ideas. L a
cerme de que él estaba bastante bien. Culpó a los psiquiatras que c
incapacidad de este paciente de aceptar toda interpretación
lo habían visto cuando estaba muy enfermo, de -tratar de enfer­
marlo inculcándole la idea de una crisis psicòtica grave por su durante los primeros tres meses de tratamiento estaba relacio­
L
sola presencia. Casi cualquier interpretación promovía en él nada con su sentimiento de que cada vez que yo hacía una
fuertes ansiedades paranoides. Cuando le interpreté que tenía interpretación, me metía dentro de su mente incluyendo a su c
miedo de enterarse de que estaba enfermo, reaccionó inmedia­ self omnipotente y sádico. Sentía esto tan concretamente que a
tamente diciendo que yo estaba tratando de enfermarlo, y se veces amenazaba con informar a la policía sobre lo que yo le
puso excitado y agresivo. Rehusó discutir la relación que man­ estaba haciendo. Puesto que casi todo lo que yo dijera era sen­
tenía con sus padres u otras personas, y cuando le hacía una tido por él como un verdadero ataque, fue absolutamente nece­ ■ c
interpretación transferencial y la relacionaba con sus padres, se sario analizar el fundamento de esta experiencia concreta a fin
ofuscaba y decía que la relación con sus padres era bastante de hacer algún progreso. Cuando consagré por entero el análisis c
norma i. Durante cierto tiempo sentí que no había interpreta­
ción que impidiera incrementar su aguda sensación de ser ata­
a la interpretación de la proyección de la parte buena y la parte
mala de su self dentro de mí y la persecución a ella vinculada, o
cado por mí. También era obvio que durante los primeros meses
de tratamiento empeoró y me acusó de empeorarlo inculcándole
sin utilizar, por supuesto, términos analíticos, de'los cuales él
sospechaba mucho, no sólo se registró una mejoría en el estado
o
la noción de estar enfermo. Paulatinamente me fui dando cuenta
clínico del paciente, sino que pareció más dispuesto a escu­ -C
de la importancia de su sentimiento respecto de que su enfer­
charme sin sentirse tan perseguido. Este paciente discutió con
medad sólo había existido en la mente del psiquiatra y era esto
frecuencia lo concreto de sus experiencias sin darse cuenta de c
ESTADOS PSICÓTICOS 151
150 HERBEBT A. BOSEMFELD

frenia aguda o crónica, aunque fuera tratado por un breve lapso,


que eran fantasías paranoides o delirios.5 El análisis transferen­ enriquece nuestra comprensión de la psicopatología y facilita el
cia! de los procesos de identificación proyectiva, fundamental­
análisis de futuros pacientes.
mente de la proyección del self bueno y del sslf malo en el
He discutido las muchas dificultades con las que nos enfren­
analista, disminuyó lo concreto de las experiencias del paciente
tamos en este trabajo. Pero debiéramos recordar que existen
y pareció ser la causa de su leve mejoría.
pacientes esquizofrénicos agudos o crónicos que responden con
La dificultad del analista para efectuar la interpretación
más facilidad al abordaje psicoanalítico. Ganan en insight, coo­
exacta que necesita el esquizofrénico en cualquier momento
peran en el análisis y parecen mejorar desde el comienzo. En
dado es muy grande y esto se aplica tanto a los pacientes cró­
estos casos parece haber una parte de la personalidad no total­
nicos como a los agudos. Con frecuencia nuestra contratransfe­
mente involucrada en la psicosis. Entonces, a pesar de sus graves
rencia es la única guía.
manifestaciones psicóticas, no pierden totalmente contacto con
No quiero significar con esto que debamos revelar nuestros
la realidad una vez que el análisis está en marcha. L a informa­
sentimientos al paciente, aunque parezca estar pidiéndolo, sino
ción recogida de estos pacientes esquizofrénicos menos difíciles
que debiéramos sensibilizarnos a todo lo que el paciente pro­
ha sido de gran valor para la comprensión de los casos más
yecte en nosotros por medios verbales y no verbales y poder
graves. Es que, a fin de tener acceso, por ejemplo, a un paciente
verbalizar lo que percibimos de manera inconsciente. Pero den­
esquizofrénico autista, o para comprender y utilizar la a veces
tro de los límites de este artículo no me es posible discutir el
escasa información que los esquizofrénicos pueden darnos, nece­
uso de la contratransferencia como instrumento terapéutico.
sitamos un gran caudal de conocimiento de la psicopatología.

RESUM EN Y CO NCLUSIONES

El objetivo de este artículo es el de ilustrar que en el análisis


de los esquizofrénicos agudos y crónicos las manifestaciones
psicóticas se ligan a la transferencia, produciéndose una psicosis
de transferencia. Los fenómenos más relevantes de la transfe­
rencia pueden interpretarse al paciente y su respuesta a las
interpretaciones a menudo se observan con claridad.
En el estado de nuestra investigación no hemos de sobre­
estimar las posibilidades terapéuticas del psicoanálisis en los
cuadros esquizofrénicos agudos y crónicos, porque el análisis, en
particular el de la esquizofrenia aguda, aunque prometedor, es
una tarea ardua y difícil y el manejo presenta aún dificultades
insuperables. Por lo tanto, hasta el momento sólo podremos
tener éxito en la minoría de los casos. Esta circunstancia no
invalida el abordaje psicoanalítico. Cada paciente con esquizo-

' 5 Psiquiatras como Goldstein y Vigotsky estudiaron las perturbaciones


del pensamiento en la esquizofrenia y enfatizaron el hecho de que los
esquizofrénicos pierden la capacidad del pensamiento abstracto y sólo s'on
capaces de procesos concretos de pensamiento.
SOBRE LA ADICCION A LAS D RO G A S1
(1960)

Revisando la literatura existente sobre adicción a las drogas


y al alcoholismo, se pone en evidencia que la mayoría de los
artículos psicoanalíticos sobre el tema fueron escritos antes
de 1945. Una de las razones de la escasez de aportaciones psico-
analíticas durante los últimos veinte años podría ser el recono­
cimiento de la dificultad que plantea el tratamiento de la
adicción a las drogas en la práctica psicoanalítica.

E L MANEJO D E L ADICTO

Pienso que el adicto a las drogas es un paciente de difícil


manejo, puesto que el analista no sólo trata con un estado psico­
lógico determinado, sino con la combinación de un estado men­
tal y la intoxicación y confusión provocadas por las drogas.
Como el paciente gravemente intoxicado no es accesible al ana­
lista, se debe tratar de mantener la intoxicación bajo control
desde el principio del tratamiento o desde su diagnóstico
durante éste, debiendo contarse con la aceptación del paciente
para su asistencia privada o internación en una clínica u hospi­
tal. Si el pacienté acepta la condición de control de la intoxica­
ción, el análisis puede proseguir. Sin embargo, el exceso de

1 Leído en el XXI Congreso de la Asociación Psicoanalítica Interna­


cional en Copenhague, en julio de 1959, y publicado originariamente en
el Int. ]. Psycho-Anal. con una extensa introducción.
154 1w v
HERBEKT A. P.OSEXt'ELO ESTADOS PSICÓTICOS loo

acting out, el cual puede conducir a crisis, ocurre cuando el Gomo expresé anteriormente, la relación de la manía y la
paciente quiebra periódicamente el control. E l control no puede depresión con la adicción a las drogas ha sido observada por
ser demasiado severo y absoluto porque ello equivaldría virtual­ otros autores, pero el significado íntimo de esta relación no ha
mente al encarcelamiento del paciente, situación que viviría
sido elaborado.
como castigo y no como ayuda en su intento de renunciar a las
En este artículo trataré de describir en detalle los meca­
drogas. Bychowski (1952) destacó las dificultades de estos tra­
nismos depresivos y maníacos, que pude observar en el adicto
tamientos, alertando a todo terapeuta entusiasta contra el trata­
a las drogas y relacionarlos con Jas drogas y su ingestión.
miento de los drogadictos en la práctica privada. Agrega: “Ello
Las defensas maníacas se originan en la más temprana
es posible sólo en casos excepcionales, creando una enorme
infancia, en la fase que Melanie Klein (1940) denominó posi­
tensión tanto en el entorno del psiquiatra como en el del pacien­
ción esquizoparanoide. Por esta razón, las defensas maníacas se
te”. Mi propia investigación sobre adictos a las drogas se ha
relacionan con las ansiedades y mecanismos tanto paranoides
limitado a unos pocos pacientes, pero hallé innecesario modificar
mi abordaje psicoanalítico habitual. Como en mis anteriores como depresivos.
investigaciones sobre los estados psicóticos, tales como los esqui­ En primer término describiré los mecanismos maníacos uti­
zofrénicos y los maniaco-depresivos, siento que el avance en la lizados por el adicto a las drogas, fundamentalmente para con­
comprensión de la psicopatología específica de la adicción a las trolar las ansiedades paranoides, tales como la idealización, la
drogas debe surgir a través de la comprensión de la neurosis identificación con un objeto ideal, y el control omnipotente de
o de la psicosis de transferencia. Aunque resulte difícil, no los objetos, los que pueden ser parciales o totales. Bajo el domi­
debería abandonarse el abordaje psicoanalítico. nio de estos mecanismos, se niega toda frustración y ansiedad,
en particular la ansiedad persecutoria, y se disocia la parte mala
y agresiva del self. L a droga simboliza un objeto ideal que
PSICOPATOLOGIA D E LA ADICCION puede ser incorporado concretamente y su efecto farmacotóxico
es utilizado para reforzar la omnipotencia de los mecanismos de
A LAS DROGAS
negación y disociación. Ello puede observarse claramente cuando
el adicto a las drogas las utiliza para producir estados de mo­
En la investigación psicoanalítica de adictos a las drogas,
dorra que conducen al sueño. Luego alucina dichosamente un
hallé que esta adicción se vincula estrechamente a la enfer­
objeto ideal sintiendo su unión o identificación con él. No pa­
medad maníaco-depresiva, sin ser idéntica a ella. E l adicto
rece regresar al estado de satisfacción del bebé en el pecho, tal
a las drogas utiliza mecanismos maníaco-depresivos, los que se
como lo sugirió Rádo (1926), sino que lo hace a una etapa de
ven reforzados por la droga y en consecuencia son alterados
la infancia en la que el niño utiliza, para enfrentar sus ansie­
por ella. El yo del adicto a las drogas es débil y no posee la
dades, la realización alucinatoria de sus deseos. Este estado
fortaleza para tolerar el dolor de la depresión, recurriendo fácil­
tiene estrecha vinculación con los mecanismos y defensas ma­
mente a mecanismos maníacos. Pero la reacción maníaca sólo
níacos; el efecto de la droga es utilizado como estimulante físico
puede lograrse con la ayuda de las drogas, porque para la pro­
artificial para la producción de alucinaciones, del mismo modo
ducción de la manía se requiere de cierta fortaleza yoica. Tam­
que el niño usa sus dedos o su pulgar como estimulante para
bién debemos considerar el valor simbólico de la droga, el cual
alucinar el pecho ideal. De este modo, se utiliza la droga para
se relaciona con las fantasías inconscientes vinculadas a la droga
ayudar a la aniquilación de todo objeto o situación frustrante o
y su ingestión y su efecto farmacotóxico que incrementa la
persecutoria. Además de emplearla para fortalecer los meca­
omnipotencia tanto de los impulsos como de los mecanismos
utilizados. nismos de defensa contra las ansiedades persecutorias, las dro­
gas se relacionan más directamente con las ansiedades persecu-
--c
r

ESTADOS PSICÓTICOS 157 C


156 HERBERT A. ROSENFELD
la importancia del punto destacado por Simmel, pero lo consi­ c
tonas y los impulsos sádicos. L a droga es sentida entonces como deraría sólo como uno de los factores de la relación de la depre­
una sustancia mala y destructiva, y su incorporación simboliza sión con la adicción a las drogas. Desde mi punto de vista, el f
una identificación con los objetos malos destructivos sentidos factor esencial de la relación que hay entre la adicción a las
como persecutorios tanto para los objetos buenos como para el
self bueno. El efecto farmacotóxico es empleado para incremen­
drogas y la depresión es la identificación con un objeto enfermo
o muerto. En dichos casos, la droga representa a un objeto y su
c
tar el poder omnipotente de la pulsión destructiva. Cuando la
ingestión de droga ocurre bajo el dominio de impulsos sádicos,
ingestión implica una incorporación muy concreta de este objeto. c
El efecto farmacotóxico es utilizado para reforzar la realidad
el paciente escinde y niega la parte buena de su self, sus objetos tanto de la introyección del objeto como la de su identificación c
internos buenos y su amor para con ellos. De este modo es con él.
capaz de actuar sus impulsos destructivos sin ninguna ansiedad Deseo finalmente hacer una acotación con respecto a la C '
o afecto pero también sin ningún control, lo que implica que
también se ha perdido el poder controlador del objeto interno,
relación de la adicción a las drogas con la escisión del yo. Varios
autores, entre ellos Federn (1953), señalaron que el adicto a las c
su superyó. El paciente puede ahora entregarse a una orgía de
destrucción dirigida contra el objeto externo pero que incluye
drogas es incapaz de enfrentar el dolor y la frustración. En mi
opinión ello no sólo se debe a una regresión oral del drogadícto
c.
también a sus objetos internos y a sí mismo. Esta ingestión des­
sino a la excesiva disociación de su yo y de sus objetos en el
tructiva de drogas representa un grave peligro para el paciente c
marco de una debilidad yoica. En la situación analítica transfe­
y una gran angustia para sus familiares. Además presenta gran­
des dificultades para tratarlo psicoanalíticamente porque du­
rencia] se hace evidente que el exceso de disociación de objetos
en idealizados y denigrados juega un papel importante. Simul­
c
rante dichos estados se niega y se pierde todo progreso e insight. táneamente, los objetos extemos son extensamente utilizados con
Sugiero que esta ingestión destructiva y omnipotente de droga G
el propósito de proyectarles partes buenas y malas escindidas
se vincula estrechamente con la manía. Abraham (1924), del self. Esta escisión del self conduce al pacienté a comportarse (.
Róheim (1923), Weiss (1926), Alexander (1929), Eddison tanto en su vida externa como en su análisis como si fuera dos
(1934), Fenichel (1945 c ), Federa (1953), Rochlin (1953) y en o más personas distintas. Este factor también contribuye a un c
particular Melanie Klein (1957) destacaron la importancia de excesivo acting out durante el tratamiento psicoanalítíco. Ade­
la irrupción de impulsos destructivos en la manía. Melanie Klein
(1940) sugirió que el triunfo maníaco estaba en relación con la
más, la disociación yoica puede conducir, por un lado, a intentos
de controlar de una manera elaborada a las personas sobre
o
omnipotencia destructiva, y en 1957 definió al elemento destruc­
tivo omnipotente en la exaltación como envidia oral primitiva,
quienes el paciente proyectó su self, pero por otro lado el pro­
ceso proyectivo tiene el efecto de producir en el paciente sobre­
c
punto de vista que ilustró con material del caso de un paciente dependencia e hipersensibilidad respecto de esas mismas per­ c
maníaco depresivo. sonas.
Hasta ahora discutí la relación que hay entre la adicción a Las observaciones anteriores arrojan alguna luz sobre la e
las drogas y la manía. Deseo agregar ahora una nota sobre su conducta y el yo del drogadicto, pero existe un vínculo aun más
relación con la depresión. Rádo remarcó una “tensa” depresión directo entre la adicción a las drogas y la disociación yoica. c
primaria como base para la necesidad de tomar drogas. Simmel A menudo, la droga aparece como el símbolo de la parte mala /
(1928) sugirió que los períodos de hospitalización y aislamiento, escindida del self y la ingestión de droga ocurre cuando este v.
en la adicción a las drogas, eran análogos a la depresión perió­ self malo es proyectado sobre objetos externos o cuando se rein-
dica en la medida que el paciente parecía, provocar el doloroso ; (
troyecta la parte proyectada del self malo. Puede observarse
tratamiento de aislación que para él significaba un autocastigo. durante el análisis que el efecto farmacotóxico de la droga se
masoquista por el exceso de droga. Yo estaría de acuerdo con
158 HEHBEHT A. ROSENFELD ESTAD OS F S 1C OX i C OS 159

utiliza para incrementar la omnipotencia de los mecanismos de suicidó tomando una sobredosis de barbitúricos. Sólo dejó una
proyección y la omnipotencia de las pulsiones destructivas, las carta dirigida a la paciente, a quien el hecho conmovió profun­
que se vuelcan contra el análisis y contra los objetos usados para damente. La primera noche que siguió a la muerte del hermano
el proceso proyectivo. hubo que administrarle una píldora para dormir, lo que parece
De lo expuesto hasta el momento, se desprende que el adicto haber iniciado la adicción, que se agravó en forma paulatina.
a las drogas está fijado a la fase infantil temprana que Melanie Como consecuencia de la adicción, la paciente se extenuaba a
Klein (1940) denominó posición esquizoparanoide, a pesar de menudo y su madre la internó en forma reiterada en institutos
naber accedido parcialmente a la posición depresiva. Creo que psiquiátricos para el tratamiento de recuperación. En varias
esto es de fundamental importancia para la comprensión de la ocasiones fracasó la psicoterapia, y se renunció al tratamiento
adicción a las drogas. El yo del adicto a las drogas y los meca­ porque se tornó muy hostil y perseguida.
nismos de defensa del yo son los que regresaron a esta temprana Cuando la vi por primera vez en la consulta, estaba intoxi­
posición. En cuanto a las relaciones objétales del drogadicto y cada y confusa, aparentemente por una mezcla de drogas hip­
las etapas del desarrollo libidinal, la regresión no es siempre tan nóticas y excitantes; parecía estar muy enferma tanto física
acentuada, excepto cuando hay una total retracción de los obje­ como mentalmente. Tuvo que ser internada en una clínica para
tos externos en el estado de intoxicación. En los casos señalados, el control del suministro de la droga y por su estado físico. En
y mientras los impulsos orales parecían cumplir su parte, a forma gradual fue emergiendo su deseo de un tratamiento psico-
menudo aparecían en primer plano los problemas edípicos. analítico. Se sentía perseguida por el tratamiento psiquiátrico,
Seleccionaré a continuación algunos puntos del análisis de incluyendo la terapia de shock que recibió anteriormente, y puso
una mujer que fue adicta a los barbitúricos durante diez años todas sus esperanzas e idealizaciones en el psicoanálisis. Su
cuando inició su tratamiento conmigo. De su historia sólo quiero adicción a las drogas era muy compleja y estaba sobredetermi­
mencionar que durante un. tiempo fue alimentada a pecho, pero nada.
parecería que de bebé nunca lloró por su comida. Muy tempra­ El tratamiento psicoanalítico reveló una fuerte identifica­
namente se chupó y mordió con intensidad los dedos. Para ción con el hermano, quien se suicidó tomando drogas, pero
librarla de este hábito se emplearon muchos métodos que resul­ además había un gran sentido de unión con él y con el padre,
taron infructuosos. Desde muy pequeña se volcó hacia su padre, como objetos idealizados, que era vivido como una posesión
a quien idealizó, y admiró su éxito y conocimientos. También sexual omnipotente de ambos, fantasía que a menudo condujo a
él parece haber sentido cariño y orgullo por ella. Cuando la la ingestión de drogas y al sueño compulsivo. Aquí, la ingestión
paciente tenía alrededor de 17 años, el padre sufrió una aguda de droga tuvo un significado depresivo y maníaco: la identifi­
crisis de asma, muriendo seis años más tarde de este mal. Ella cación con el heimano y el padre muertos implicó una reacción
lo cuidó con devoción y él le hablaba durante horas de proble­ depresiva, mientras que la omnipotente unión sexual pareció
mas que lo preocupaban en el momento de su enfermedad, en tener un significado maníaco, la de idealizar tanto al padre como
particular del conflicto con su propio hermano. Tras la muerte al hermano y la negación de las ansiedades persecutorias ligadas
de su padre la paciente estuvo normalmente deprimida, y como a ellos. Cuando estos sentimientos se expresaron en la transfe­
la madre, quien había sido muy dependiente de su esposo, quedó rencia, estos aspectos pudieron verse en él siguiente sueño. En
muy afectada, ella se hizo cargo de la situación y pareció ser este sueño, ella se unía a mí cuando era enviado a un campo
bastante eficiente. Tenía una hermana tres años mayor y un de concentración para ser muerto, pero antes de la muerte,tuvo
hermano dos años menor que ella, a los cuales estaba muy li­ conmigo una relación sexual satisfactoria. Durante varios días
gada. Este hermano sufrió una grave depresión después de la antes de este sueño se sintió ansiosa y tuvo sueños de hombres
muerte del 'padre. Comenzó a beber en exceso y finalmente se que la perseguían, y después de él atravesó una etapa de gran
160 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS I' S I C Ó T I C O S
ansiedad, cuando se sintió encerrada y perseguida por mons­ 161
truos. Por momentos la angustia era tan grande que se quejaba tenía en ella una hija servicial que trabajaba para mí en el jar­
de alucinar estos monstruos durante el día, y deseaba ingerir dín, pero también tenía una hija hostil de su misma edad que
droga para convertir la horrible situación en un sueño placen­ me ignoraba por completo. Su parte mala y agresiva estaba rela­
tero. Puesto que durante este período se le impedía el uso de cionada por un lado con sus intensos celos vinculados a la situa­
drogas, sus ansiedades persecutorias estaban menos escindidas ción edípica, y por el otro a su extremada envidia de las mujeres
y negadas y aparecían casi simultáneamente con la idealización. y en particular de los hombres, habiendo escindido y negado la
El hecho de drogarse tuvo a menudo el significado de controlar envidia profesada a su hermano como a su padre. Esta parte
en forma omnipotente al pene como objeto parcial idealizado. envidiosa escindida de sí misma se proyectó durante el análisis
Después de tomar drogas para dormir se excitaba sexualmente tanto en amigos como amigas de su ambiente, lo cual condujo
y se tornaba ansiosa de noche en la clínica, lo que a su vez le a un intenso acting out. En tales ocasiones trataba casi deses­
impedía dormir y la obligaba a tomar más drogas. Luego soñó peradamente de probarme la realidad de los enfermizos rasgos
que su boca se hinchaba provocándole eyaculaciones en la boca. envidiosos de estos amigos, algunos de los cuales intentaban
L a ansiedad parecía deberse no sólo a la excitación sexual sino ayudarla en forma desinteresada. El hermano y el padre tuvie­
también al sentimiento de persecución, porque la droga simbo­ ron una relación difícil, y se hizo manifiesto que el hermano no
lizaba el pene idealizado. Pero como sintió que mordió el pene pudo manejar su propia rivalidad y envidia del padre tras la
por envidia, éste se convirtió pronto en persecutorio dentro de muerte de este último. El análisis reveló que la paciente sintió
ella, por lo que debió tomar más drogas para apaciguar la per­ que había escindido su propia relación envidiosa y agresiva con
secución y reforzar la idealización del pene omnipotentemente el padre sobre su hermano, quien tuvo que cargar con la parte
controlado. A menudo la droga era vivida representando un mala de esta relación mientras que ella se las arreglaba para
pecho interno idealizado. Luego de una sesión en que el análisis aparecer siempre afable ante su padre. Esta proyección fue la
representó al pecho bueno, la paciente reaccionó con cólera y que condujo a tan intensos sentimientos de culpa y a una nece­
envidia porque sintió que el analista controlaba el análisis, que sidad de identificarse con su hermano tras la muerte de éste, lo
representaba al pecho bueno. Entonces permaneció en la clí­ que se expresó en su inmediata necesidad de drogarse. L a droga
nica cuando tenía que ir a su sesión, tomó una píldora y se fue representó al hermano muerto y a la parte mala de su self pro­
a la cama. De este modo repitió la temprana situación con su yectada en él que se sintió compelida a retomar después de la
madre, cuando siendo bebé no lloraba y se chupaba los dedos o muerte de su hermano. La identificación con el padre y la
se dormía en lugar de alimentarse. L a ingestión de droga tam­ proyección en él de una parte mala de sí misma también cum­
bién representó un refuerzo de su self omnipotente y destruc­ plieron un papel importante que ilustraré con algún material
tivo, porque cuando se percató por primera vez de su envidia del decimoséptimo mes de ánálisis de la paciente. El material
por mi posesión del análisis como un pecho bueno, me comunicó se refiere a cuatro sesiones consecutivas comenzando un jueves.
su ansiedad después de ver la película de Stevenson, El doctor Durante la sesión de este jueves noté que la paciente co­
Jekyll y el señor Hyde. Se sintió identificada con Jekyll quien, menzó a tomar más drogas, lo que fue confirmado por ella.
a través de la droga, podía, convertirse completamente en su Atacó a una amiga suya con más rencor que de costumbre,
self malo, el señor Hyde. Esta división suya en un self bueno tratando de probarme que esta amiga estaba llena de envidia
y un oculto self malo, como él del señor Hyde, fue de particular y de celos de ella y de mí. Además la acusó de no ver su propia
importancia en relación con su padre a quien, conscientemente, envidia y de necesitar de mi análisis. Hubo referencias a la
sólo amó y admiró. Por ejemplo, tuvo un sueño casi manifiesta­ enfermedad de su padre. Intenté mostrarle que ella estaba
mente transferencia! en el que yo, que representaba a su padre, negando su propia envidia y sus celos de mí, representante del
padre, y que los estaba proyectando sobre su amiga. Esta pro­
162 HERBERT A. ROSENFELD E S T A. D O S P S I C Ò T I C O S 163

yección, no sólo le hizo sentir que su amiga estaba envidiosa cuando trató de tragarla se convirtió en su droga. En sus aso­
y celosa; también hizo que la atacara y la enfermara para que ciaciones, la repugnante flema le recordaba a la droga y al asco
necesitara tratamiento. Su amiga pareció estar representando que sentía cuando encontraba en la clínica otro adicto a las
aquí al padre enfermo. Le señalé además que en la presente drogas. Relacionó la tía con su amiga, quien el día anterior se
situación utilizó la droga para creer y hacerme creer lo mala quejó del mismo problema con sus ojos. Ahora estaba en con­
que era su amiga. E l viernes manifestó su deseo de suprimir diciones de mostrarle que la nueva y sabrosa bebida represen­
el uso de drogas y comprendió que existía en ella un impulso taba al tratamiento, que la obligaba a tomar dentro de sí sus
destructivo. Dijo: “cuando estoy bajo los efectos de las drogas propios problemas, la flema de su catarro que proyectaba en su
no logro entender sus interpretaciones, porque en ese estado amiga tan a menudo pero en particular el jueves. También le
confiero a las drogas un poder omnipotente para destruir”. mostré que sus propios problemas proyectados, la flema, repre­
También admitió que quería poner en su amiga todo su vicio sentante de su envidia y sus celos, se identificaban con las dro­
y toda su envidia para que al final su amiga resultara la mala gas y su ingestión. En los comienzos de su análisis era clara la
y ella la buena. Aquí pareció confirmarse que yo me había identificación de sus problemas proyectados con sustancias cor­
vuelto el padre bueno y que ella, por medio de la droga, había porales como la orina o las heces.
puesto de manera omnipotente sobre su amiga sus propios sen­ Además, producto de su sentimiento de culpa, tuvo la nece­
timientos destructivos contra mí, para convertirla en la mala. sidad de identificarse con su amiga como la persona enferma,
El fin de semana la paciente se sintió deprimida y solitaria, evidenciada por el dolor de cabeza, pero en lugar de poder
pero cesó de tomar drogas. Entrevistó a su amiga en la casa hallar algún alivio tomando una aspirina, sintió la identificación
y al retomar a su habitación en la clínica la encontró demasiado como un castigo. Esta es la razón por la cual, en el sueño, la
repleta, se sintió asfixiada por toda la basura que había dentro aspirina se transformó en droga. Durante toda la semana, la
—parecía “llena de viejos periódicos”. Le señalé que se trataba amiga pareció representar de modo fundamental al padre enfer­
de la reintroyección del self malo, previamente proyectado sobre mo que ella atacaba con sus proyecciones, pero esto sólo fue
su amiga, reintroyección que la hizo sentir asfixiada, pequeña y bien confirmado en la sesión siguiente. El martes manifestó
llena de basura como su habitación. Luego se quejó de tener sentirse enfema, con depresión. Se percató de una sensación
un fuerte dolor de cabeza que se inició durante un sueño, en la molesta en la garganta y se preguntó si debía operarse de las
primera parte del cual un hombre y la amiga de mi paciente amígdalas. Mencionó sus muchas enfermedades de la garganta
se encontraban sentados en un bar. Ella misma estaba recostada y catarros durante su infancia. De repente, recordó que su padre
en un diván y el hombre le ofrecía una bebida diciéndole: “Aquí sufrió una operación de la garganta al comienzo de su grave
tienes una nueva bebida sabrosísima que puedes tomar, pero al enfermedad y que uña vez ingirió una gran dosis de aspirinas
tomarla deberás tragar lo que hay en el fondo”. -Cuando la para aliviar el dolor, pero tomó tantas que se le produjo una
paciente miró dentro del vaso, observó en su fondo la flema de hemorragia. .En esos momentos, ella lo cuidó pero se sintió
su propio catarro y se sintió asqueada. En la segunda parte, una asqueada. Explicó que despreció a su padre durante su enfer­
simpática tía había enviado a Londres a su hija, que lleva el medad por la perturbación que a éste je producía la rivalidad
mismo nombre de la paciente, para operarla de la garganta. La de su hermano. Cada vez que su padre hablaba del hermano
paciente sabía que se trataba de cáncer. En el sueño, la tía le sufría un ataque de asma y ella comprendía que su padre no
decía que a ella misma le sucedía algo malo con sus ojos, lo que podía enfrentar su propia envidia. L e interpreté qué élla!triunfó
le había provocado dolor de cabeza y quería consultar con un sobre su padre a causa de ía debilidad demostrada por él en el
especialista. En ese momento, la paciente sufrió en el sueño manejo de su envidia, lo que para ella implicaba que él estaba
un fuerte dolor de cabeza y quiso tomar una aspirina, pero castrado. Al mismo tiempo utilizó la debilidad de su padre para
- o

o
164 HEBBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 165
r
proyectar en él su propia envidia y su incapacidad para enfren­ Llegué a la conclusión de que las crisis formaban parte de
tarla, pero por culpa tuvo que reintroyectarla junto con los una reacción terapéutica negativa. Las reacciones terapéuticas C
celos proyectados en su padre. También por culpa tuvo que negativas son comunes en los pacientes maníaco-depresivos, y
identificarse con la enfermedad de su padre, su dolor de gar­ son tanto o más frecuentes durante el tratamiento de adicciones C
ganta, su asfixia y su incapacidad para manejar sus problemas, a las drogas. Joan Riviere describió la relación de la reacción
terapéutica negativa con la manía, mientras que Melanie Klein C
todo lo cual estaba representado en el sueño por la aspirina que
se convirtió en droga. Así pude mostrarle que en la situación ayudó a nuestra comprensión de esta reacción relacionándola
con la envidia, la cual es movilizada por un trabajo analítico C
transferencial su acting out al proyectar sobre su amiga tenía
relación con el pasado. Su amiga representaba al padre enfermo exitoso. Ambos factores pudieron observarse en el análisis de
y despreciado en quien había proyectado su propio self malo y las crisis de la paciente. Por una parte, la reacción maníaca O
y envidioso, mientras que yo había permanecido el buen padre pareció producida por sus sentimientos, de haber ganado mucho
con el análisis, pero queriendo sacánnelo para triunfar sobre mí. O
representando a la nueva y sabrosísima bebida. En siguientes
sesiones la paciente manifestó sentirse muy aliviada por haber Por la otra, se encontró abrumada por sentimientos de culpa
i.
reconocido y comprendido la identificación con el padre enfer­ y depresión como resultado de un insight más profundo logrado
por el trabajo analítico y por lo tanto huyó de éste mediante
mo. Además, se sintió con mayor confianza y capacidad para
una reacción maníaca. Pero también estuvo claro que el progreso
c
vincularse con esa parte suya que proyectaba continuamente
del análisis redujo su tendencia a escindir una parte altamente
su envidia y sus celos. c
envidiosa y negativa de su personalidad que surgía a la super­
Hay otro punto que deseo considerar. Cabría preguntarse
ficie durante las crisis, abrumaba el resto de su personalidad y c
por qué, siendo que había pruebas del origen de sus problemas
causaba un peligroso acting out. Tras consumir una gran can­
en la temprana infancia en relación con la madre y con el
pecho, la escisión y proyección de la paciente parecían estar
tidad de alcohol o de drogas estimulantes, la parte destructiva c
de su personalidad se fortalecía como ya señalé y la parte posi- .
más en relación con el padre, el hermano y con la envidia del
tiva no tenía oportunidad de controlar la situación una vez
pene. Un indicio del porqué surgió en un sueño en el que la
iniciada la crisis.
paciente ocultaba un plato lleno de comida sabrosa en un lugar
c.
llamado “papi”. Hubo otras pistas que sugerían que gran parte Antes de las primeras vacaciones navideñas, seis meses des­
de la relación con la madre buena y mala fue puesta en la rela­ pués de iniciado el tratamiento, la paciente se sintió tan bien
c
ción con el padre. Tras el análisis de la identificación con el que se animó a trasladarse de la clínica hasta la casa de su ami­
padre, el mismo se dirigió a la relación con la madre. ga. Durante el feriado de Navidad sufrió de una intensa ansie­ c
La interrelación de las más tempranas experiencias de la dad y depresión, pudiendo arreglárselas sin ingerir más drogas
paciente, sus fantasías y mecanismos y sus posteriores desarrollos de las prescriptas. Después de Navidad se sintió muy culpable c
por haber gastado mucho dinero en regalos y para sí. Compren­
eran, al comienzo del tratamiento, hasta cierto punto observa­
bles. Pero quedaron claramente expresados en esos episodios dió que el exceso de gastos era no sólo la negación de poseer c
que la paciente llamaba sus “crisis”. En dichos momentos se
entregaba a algún tipo de orgía de ingestión de bebidas y dro­
poco dinero, querer darse ínfulas y ser popular, sino que tam­
bién implicó el deseo de robarle a la madre, quien pagaba to­ c.
gas que terminaba por lo general con la absorción de una das sus expensas. Cada vez se fue dando más cuenta que una
(
sobredosis de barbitúricos. Intentaré arrojar algo de luz sobre gran parte de su excitación sexual se vinculaba con la ingestión
nocturna de barbitúricos, de la que comenzó a sentirse culpable
la psicopatología de estas crisis utilizando material del sexto c
mes de análisis. y a comprender que el exceso de gastos yide drogas tenía el
c.
166 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICÓTICOS 167

también al hecho de estar llena de cosas lindas e interesantes.


sentido de robarle a la madre, y que las drogas y el dinero sim­
El sueño expresaba claramente que ella se sentía repleta de cosas
bolizaban el pene del padre.
buenas, que eran parte de ella y que le pertenecían, pero puesto
Pensó seriamente en tomar medidas tendientes para resta­
que de hecho estuvo gastando en exceso el dinero de su madre
blecer su salud y normalidad mediante la reducción de sus gas­
y recibió mucha ayuda de su análisis, el sueño representaba
tos. También tomó la determinación de disminuir las dosis de
tanto una incapacidad para reconocer lo recibido de su madre
barbitúricos. Al día siguiente de esta decisión me dijo que in­
y de su analista como una negación de su robo. No tenía nece­
tentó irse a dormir con 1 Vz grageas de amital sódico en lugar
sidad de recibir o robar nada de nadie puesto que ella misma
de 4 Vz grageas, pero que permaneció despierta hasta después
era poseedora de tantas cosas buenas y valiosas.
de la medianoche y se sintió sola y miserable, deseando estar
Sin embargo, al ocultarme su sueño, hizo un acting out del
con su madre, con quien se llevó mal la mayor parte del tiem­
robo, y después de irse, comenzó a sentirse culpable. Al ver a
po. Al salir de esta sesión se dirigió a la casa de su amiga y la
su amiga enferma su culpa se incrementó, pero negó su inquie­
encontró indispuesta. Su amiga le pidió que la ayudara y le
tud y necesidad de reparar instalándose una reacción maníaca.
hiciera comida, pero ella sintió que no toleraba permanecer con
El llamar a su amigo por teléfono estuvo conscientemente rela­
su amiga enferma, representante de la madre robada y dañada.
cionado con un deseo de hacerle sentir envidia y triunfar sobre
Llamó por teléfono a un amigo, fue con él a una taberna, tomó
su amiga. De este modo intentó proyectar en ella la envidia
cuatro copas y se dirigió a una fiesta en la que pasó la mayor
parte de la noche bebiendo e ingiriendo tanto drogas estimu­ que estaba surgiendo en el análisis. Al confesarme en la misma
lantes como calmantes. Volvió tarde en la noche a la casa de su sesión que en la noche de bodas le comunicó a su esposo que
amiga, tomó 9 grageas de amital sódico y a la mañana siguiente había perdido el interés sexual por él y que despreció su poten­
cia, el ocultamiento de su sueño y la consecuente ingestión de
su amiga la encontró en estado de coma. El médico que lla­
drogas implicaron, en parte, un acting out de sus deseos de cas­
maron la envió al hospital para que le efectuaran un lavaje de
tración hacia mí; pero tomó cierto tiempo entender la naturaleza
estómago, puesto que no descartaba que hubiera ingerido una
compleja de esta crisis.
gran sobredosis. L a paciente pasó veinticuatro horas en el hos­
pital y debió faltar a una de sus sesiones. Pero al día siguiente A los pocos días tuvo el siguiente sueño. Era de mañana
y ella se iba a bañar al mar. El tiempo era bueno y se preparaba
se presentó a su sesión habitual2 sintiéndose muy culpable por
para zambullirse, pero repentinamente, a último momento, deci­
este episodio pero también furiosa por haber sido enviada al
dió que quería dormir para lo que tomó barbitúricos. En el
hospital. Recordaba sobre todo haber despertado en el hospital
sueño, se dormía gracias a las drogas y tenía otro sueño, en el
y sentirse muy humillada de estar sin zapatos. Esto se relacionó
cual soñaba que no necesitaba tomar ninguna droga para dor­
con la identificación con el hermano castrado. Hubo en su ni­
mirse, que estaba muy conforme consigo misma y lo bastante
ñez un incidente importante del que hablaba a menudo, en el
bien como para volver a su pueblo natal, curada de su adicción.
que el padre castigó a su hermano quitándole los zapatos. Ella
En el sueño decía: “Ahora ya no necesito hacer análisis con el
se sintió muy .apenada por él y muy enojada con su padre por doctor Rosenfeld, hay en casa otro terapeuta que puede tratar­
haberlo humillado de tal modo. También me dijo que se sentía me”. Sus asociaciones se enlazaban estrechamente con el conte­
muy culpable porque en la última sesión antes del incidente me nido manifiesto del sueño. Su intento de zambullirse en el mar
ocultó un sueño que tuvo. En el sueño, sus manos estaban implicaba el reconocimiento de la oportunidad que le brindó el
hechas de oro y diamantes. Estaba emocionada con la idea de tratamiento de decidirse y recomenzar su vida, que se había
ser rica. Pensaba que esto no'-se aplicaba sólo al dinero sino echado a perder por completo por su adicción a las drogas. Pero
justo en el instante en que estaba por hacerlo decidió echarse
2 Tras este incidente retomó a la clínica.
r
("
168 HERBERT A. E 0.SENEEL1) ESTADOS P S I C Ó T I C OS 169
c
atrás volviendo a su sueño drogado. En el sueño manifiesto, el Este punto de vista es ampliamente confirmado por esta
propósito del sueño con droga es el de crear la ilusión de estar investigación, la que destaca en la adicción no sólo la impor­ c;
curado de la droga, de manera de independizarse de su análisis. tancia de los mecanismos maníaco-depresivos, sino también la de
Estoy sugiriendo que el sueño ilustra ese aspecto de la reacción la temprana escisión del yo. c
terapéutica negativa de la paciente debida a la envidia movili­
zada por el análisis como resultante de haber experimentado c
alguna mejoría. Los sentimientos envidiosos le impidieron reco­ RESUM EN
nocer su creciente necesidad y voracidad por lo que el análisis c
ofrece. La droga es utilizada por ella para alucinar el dormir y En este artículo se sugiere que la adicción a las drogas se
una sensación de estar curada, representando a un pecho intemo
relaciona estrechamente con la enfermedad maníaco-depresiva,
c
omnipotentemente creado y que la hace independiente del ana­
pero que no es idéntica a ella. El adicto a las drogas utiliza
lista que representa a la madre real y a su pecho. c
ciertos mecanismos maníacos y depresivos, los que se ven refor­
Esta experiencia analítica es la repetición de una situación
muy temprana. Cuando bebé, la paciente sintió hambre y nece­
zados y, en consecuencia, alterados por las drogas. L a droga
posee tanto un significado simbólico que se relaciona con las
c
sitó de su madre, pero rehusó llorar y se alejó de ella y del pecho
fantasías inconscientes enlazadas a ella y a su ingestión y además c
hacia sus dedos, que chupó hasta quedar dormida.
un efecto farmacotóxico que incrementa la omnipotencia de los
En este mismo artículo relaté la temprana experiencia in­
mecanismos utilizados y la omnipotencia de los impulsos. c
fantil del bebé que se vuelve a su pulgar y hacia una realización
El empleo de los mecanismos de idealización, identificación
alucinatoria de deseos y manía. Deseo agregar que la envidia
primitiva del pecho juega un papel importante en el temprano
con objetos ideales y la negación de las ansiedades persecutoria c
vuelco del pecho al dedo pulgar, factor importante en la predis­ y depresiva se relaciona con un aspecto positivo o defensivo de
la manía. c
posición a la toxicomanía.
En apariencia, la crisis pareció producida por los deseos Las fases destructivas en la adicción a las drogas están
envidiosos y castrantes de la paciente promovidos por la trans­ estrechamente aliadas #a los aspectos destructivos de la manía.
ferencia paterna. Pero llegué a la conclusión de que aun en los La ingestión de drogas posee también, a menudo, un significado c.
momentos en que el acting out expresaba la transferencia nega­ depresivo, en el que la droga simboliza un objeto muerto o
tiva, paterna o fraterna, los primitivos impulsos agresivos contra
la madre y su pecho se había movilizado en la transferencia.
enfermo que, por culpa, el paciente se ve compelido a incor­
porar. Una parte importante de la adicción a las drogas la jue­
c
El análisis se interrumpió por la familia en forma prema­ gan los mecanismos de escisión del yo y de proyección de las c
tura después de veintidós meses, contra los deseos conscientes e partes buenas y particularmente las partes malas del self, meca­
inconscientes de la paciente. Como lo dije anteriormente, por nismos que se ven más pronunciados que en los estados manía­ c
entonces ya aparecieron más abiertamente en el análisis las cos depresivos. L a parte mala de la personalidad del paciente
relaciones con la madre y con el pecho. Por momentos, su adic­ se identifica a menudo con una droga y, cuando está drogado, L
ción a los drogas se transformaba en adicción a la comida, por se proyecta en objetos del entorno, lo que conduce a menudo
ejemplo una compulsión a comer naranjas. a un grave acting out. También se drogan cuando reintroyectan c
Es de destacar que ya. desde tiempo atrás los analistas han en el yo la parte mala del self. Sugiero que la debilidad del yo
buscado la base fundamental de la psicopatología de la adicción del adicto está en relación con la severidad del proceso de esci­ c
a las drogas en la oralidad y los más primitivos impulsos sádicos, sión del yo y que el pronóstico del tratamiento psicoanalítico de
que relacionaron con la defusión progresiva de los instintos. un drogadicto depende de la medida en que el análisis es capaz
c
170 HERBERT A. ROSENFEI.D

de ayudar al paciente a integrar Jas partes disociadas del self,


proceso que implica un refuerzo del yo del paciente.
Pueden ocurrir graves crisis de drogadicción cuando el
análisis está progresando y disminuyendo la disociación del yo,
lo cual conduce a un agresivo acting out Esta reacción puede
considerarse como una reacción terapéutica negativa.
En apariencia, el conflicto edípico y la homosexualidad
juegan un papel importante en la psicopatología del adicto a las
8
drogas, pero, durante el análisis, es evidente que la fuerza abru­
madora de sus conflictos sólo puede comprenderse por el examen
E L SUPERYO Y E L ID E A L D E L Y O 1
de sus fundamentos en los conflictos y mecanismos de la más
(1962)
temprana infancia.

Puesto que el objetivo de este simposio es el de examinar


los conceptos de ideal del yo y de superyó, primeramente trataré
de clarificar la manera como Freud empleó , estos términos.
Luego expondré mi propia comprensión de la terminología y su
uso en este artículo. El término “superyó” fue introducido por
Freud en 1923 como término alternativo al de “ideal del yo”, lo
que implicaba la equivalencia de ambos. Por otra parte, el tér­
mino “ideal del yo” que Freud introdujo por primera vez en
1914 tuvo un significado totalmente diferente. En ese momento
él diferenció el ideal del yo de una entidad psíquica especial,
la conciencia, relacionando el ideal del yo con la “perfección
narcisista de la niñez” y sugiriendo que este ideal era un sustituto
del narcisismo perdido en el cual fuimos nuestro propio ideal.
Esta explicación insinuaría la existencia de una relación entre el
ideal del yo y las fantasías omnipotentes de la temprana infan­
cia, en las que el bebé se fantasea a sí mismo en el papel de
una- figura ideal y omnipotente, o como poseedor de un objeto
ideal total o parcial, a menudo el pecho o el pene. Con frecuen­
cia comprobamos que los pacientes narcisistas poseen una ima­
gen muy idealizada y omnipotente de sí mismos que contrasta
con su verdadero self. Para estas fantasías específicas, de idea­
lización narcisista, preferí no emplear el término “ideal del yo”.

1 Leído como parte de un simposio en el XXII Congreso Psicoana-


lítieo Internacional en Edinburgo, julio-agosto de 1961, y publicado ori­
ginariamente en el Int. j, Lsycho-Aml.
c
r
r
\

172 HEHBERT A. ROSENEELU

En las “Nuevas aportaciones al Psicoanálisis” (1933) Freud


ESTADOS l’ S I C Ó T I C O S
I rfn
lo
c
él: los cambios que aparecen en la latencia no son alteraciones
introdujo una distinción entre ambos términos y un significado (
fundamentales en el contenido, sino más bien cambios en el
diferente al término de ideal del yo. Describe al superyó copio
modo de enfrentar las ansiedades del superyó temprano. Los (
aquel vehículo del ideal del yo mediante el cual el yo se mide
objetos externos cumplen, en este desarrollo, un papel pro­
a sí mismo y cuya demanda de perfección se esfuerza por
minente. c
cumplir. Agregó: “No cabe duda que este ideal del yo es el
Mi objetivo, en la primera parte de este artículo, es discu til­
residuo de la antigua representación de los padres, la expresión
de la admiración ante aquellas perfecciones que el niño las la relación que existe entre el superyó tardío y el superyó tem­ c■
prano. Planteo que en el período de latencia, las ansiedades
atribuía por entonces”. Aquí emplearé el término “ideal del yo”
para describir aquellos aspectos que surgen por la identificación internas derivadas del superyó temprano ejercen presión sobre 0
con objetos idealizados. el individuo para identificarse más estrechamente con los objetos
En el examen del superyó haré la distinción entre el su­
externos, y que cuanto más fuertes sean las ansiedades persecu­ c
torias internas, mayor será la necesidad de efectuar identifica­
peryó temprano y tardío. El superyó tardío comienza en el
ciones totales y críticas con objetos externos. Existe alguna 1
período de latencia y sufre transformaciones durante la adoles­
cencia, hasta que finalmente emerge el superyó del adulto. Al
emplear el término “superyó temprano” indico mi adhesión al
proyección de aspectos idealizados y persecutorios del superyó
temprano sobre los objetos externos, pero las proyecciones son c
negadas en apoyo de las verdaderas cualidades de los objetos
trabajo de Klein sobre el superyó temprano (1933). Desde su
perspectiva los comienzos más tempranos del superyó contienen
externos. Las consiguientes identificaciones no modificadas con o
los objetos externos reales implican un intento, por parte del yo,
fundamentalmente aspectos idealizados y persecutorios del pe­
cho, luego aspectos del pene y, con el comienzo del conflicto
de escindir los aspectos persecutorios y altamente idealizados c
del superyó temprano. Estos aspectos escindidos del superyó
edípico temprano a mediados del primer año, aspectos de las
temprano reaparecen normalmente en la adolescencia y se pro­ O
figuras parentales edípicas. Freud pensó que el superyó se
yectan sobre objetos externos. Pero para facilitar la extemaliza-
desarrolla al final de la situación edípica clásica a través de la t
ción hay una necesidad de negar los aspectos reales de los
introyección de las figuras parentales, punto de vista que pareció
modificar en 1933 cuando destacó más bien la importancia de
la identificación con el superyó de los padres que con los padres
objetos externos. En la segunda parte de este artículo exami­
naré los factores que posibilitan que el analista lleve a cabo
o
mismos. Hasta donde es posible ver en la literatura analítica,
pocos son los autores que se pondrían de acuerdo en que no
transformaciones en la estructura del superyó. En especial, dis­
cutiré el punto de vista que sostiene que el superyó no puede
o
existen formaciones superyoicas antes del período de latencia,
ser entendido y tratado con éxito sin traer a la situación analítica
sus aspectos más primitivos.
o
pero las opiniones difieren en lo referente al origen, contenido
y desarrollo del superyó temprano analizado bajo distintos tér­ Presentaré ahora algunos casos para ilustrar la interrelación c.
minos (Beres, 1958; Fraiberg, 1952; A. Reich, 1954; Spitz, 1958; que hay entre las situaciones del superyó temprano y el superyó
VVeissman, 1954) tales como “arcaico”, “preedípico”, “precurso­ tardío. La paciente de la cual me ocupo aquí era una mujer c
soltera y atractiva de alrededor de 35 años. En apariencia, todo
res del superyó”, etcétera. Hasta el momento no parece haber
ninguna investigaci6n psicoanalítica, y por cierto ningún acuerdo
le había ido bien hasta cerca de los 20 años cuando, tras un leve c
desengaño sentimental,- desarrolló síntomas neuróticos. Al co­
entre los analistas, con respecto a cómo se relaciona el superyó
temprano con el tardío. A mi entender, el superyó, tal como
menzar el tratamiento sufría de insomnio durante mucho tiempo c
surge en el período de latencia, es én esencia una continuación
del superyó temprano, pero también está interrelacionado con
y además dificultades para tragar y severa ansiedad y depresión.
De su historia vital surgió que se alejó de su madre desde muy c
niña, aparentemente después del destete, volcándose hacia el
L
174 HERBEBT A. BOSENFELD
ESTADOS PSICOTICOS 17?

padre que la quería mucho. Su madre era una mujer tranquila nunca se sintió segura de sí misma o de los hombres que
y afectuosa que se complacía en las tareas del hogar: en cierto conoció.
modo, era despreciada por la paciente. El padre era muy ambi­
En el tratamiento, y tras un comienzo difícil, se asentó bien
cioso y le exigía a la paciente ser una estudiante aventajada,
y cooperó muy bien. Entendía intuitivamente lo que requería
tanto en el colegio- como en la universidad. De carácter iras­
el proceso del análisis, y mientras se establecía una.fuerte trans­
cible, perdía con facilidad los estribos y resultaba difícil com­
ferencia positiva también intentó incluir en el tratamiento los
placerlo, pero la paciente satisfacía la mayor parte de sus
aspectos negativos. Lo que surgió fue que al tratar de satisfacer
demandas. También entabló buenas relaciones con algunos de
las expectativas del analista estaba repitiendo el modelo estable­
sus maestros, y siempre que pudiera admirarlos o idealizarlos
cido con su padre y sus maestros.
trabajaba extremadamente bien para ellos. El padre también era
estricto en cuanto a sus salidas y reuniones con amigos, esti­ Deseo referirme ahora al material recogido a los ocho meses
mando que ninguno de ellos era lo- suficientemente adecuado de iniciado el tratamiento. Ciertos aspectos de su conflicto edí-
para ella. Sin embargo, a los 17 ó 18 años logró mayor inde­ pico latente aparecieron claramente en el análisis, y ella se enojó
pendencia y pudo tolerar la desaprobación paterna. Entabló ante mi falta de respuesta a sus ofrecimientos sexuales. Tuvo
durante varios años una amistad idealizada con. un hombre de violentas fantasías de venganza, separándome de mi esposa,
encarcelándome, e invirtiendo la relación padre/hija. Se sintió
su misma edad. El pareció asumir con mucha seriedad la rela­
un poco culpable pero no sufrió una grave depresión por sus
ción pero, cuando en una ocasión dejó de verla durante dos
impulsos agresivos, pudiendo a veces expresar deseos de reparar
sémanas, la paciente se rehusó a verlo nuevamente. Se sintió
el daño fantaseado. Por ejemplo, tuvo un sueño en el que sus
decaída y recuerda haber vuelto a una imagen mental de su
padres se habían peleado y separado, y su padre había caído
padre, pensando: “después de todo papá tiene razón, uno no
enfermo de congoja porque ella había elegido un amigo que
debiera confiar en nadie”.
desaprobaban. Cuando la paciente lo visitó, en este sueño, las
Parece ser que la paciente se identificó con las demandas enfermeras y los médicos estaban parados a su alrededor mirán­
y restricciones del padre en algún momento de su niñez, cons­ dola y acusándola, y comprendió que la esperaban para que
truyendo su ideal del yo alrededor de una imagen idealizada operara a su padre del corazón. De hecho, su padre no padecía
de él y de sus maestros. Pero no daba sensación de masculi- de trastornos cardíacos, pero ella sentía que deseaba herir al
nidad; por el contrario era sorprendentemente femenina. En la analista y partirle el corazón.
primera parte de su análisis tuvo un sueño en el que aparecía Este sueño ilustra ciertos aspectos de su superyó que surgían
un molde en yeso de un pecho de una gran hermosura y algo en los momentos de transferencia. Estos aspectos pueden apa­
frágil. Ella pensó que este pecho la representaba a ella, porque recer como pertenecientes al superyó de la fase edípica tardía,
sentía que podía romperse en pedazos. De esto puede deducirse . pero puede observarse que contiene elementos cuyas raíces per­
que su self ideal, o la imagen de su self ideal, estaba construida tenecen a una fase mucho más temprana. Las enfermeras y los
en torno a la fantasía de un pecho idealizado. Durante su médicos que la miran en forma acusadora representan aquel
pubertad pareció poder desprenderse un poco de la identifica­ aspecto de su superyó que la acusa de dañar al padre o analista
ción con las demandas de su padre real, obteniendo de este amado y exige la reparación. Klein sugirió que los orígenes de
los sentimientos de culpa y el deseo de reparación por haber
modo cierta independencia. Sin embargo, el desengaño con su
dañado el objeto amado se remiten a la mitad del primer año
amigo fortaleció nuevamente su relación con su padre interno
de vida en la posición depresiva. En el siguiente material mos­
como figura superyoica. Con posterioridad realizó varios inten­
traré algo respecto de la importancia y la historia de las figuras
tos de construir una relación satisfactoria con los hombres, pero
tempranas en la formación del superyó de esta paciente.
r
r
c
Es TA DOs P SIC ÓT I C OS 177
HERBERT A. BOSENFELD r
176
Tras seis u ocho semanas del sueño del conejo tuve que
Algunas semanas más tarde tuvo otro sueño: salió a cazar cambiar algunas de las sesiones de la paciente. Al comienzo, C
conejos con un hombre que le dijo que para matarlos usara un su enojo por esto fue analizado como un desengaño del analista
palo en lugar de una escopeta. Un conejo muy manso se plantó r\
como figura paterna, pero siguió considerando el cambio como
inmóvil ante ella, que no puso en duda el consejo del hombre, una persecución cruel y como indicio de que no podía depositar
sintiendo que todo lo que éste dijera debía ser correcto. Tomó su confianza en el analista. Se hizo evidente la reactivación de C
entonces el palo y pegó con fuerza en la cabeza del conejo, experiencias infantiles tempranas. La paciente fue destetada r
cortándole la piel pero sin conseguir matarlo. Le pegó una y cuando tenía aproximadamente diez meses de edad, y luego con­
otra vez hasta mutilarlo completamente, pero el conejo seguía trajo una tos convulsa grave. Durante ese tiempo rechazó a su
con vida y sus ojos la miraban con reproche. L a paciente asoció madre y su padre la alimentó, con lo que pareció salvarle la
C
el sueño con su padre, quien solía pegarle para castigarla y para
mantenerla quieta cuando estaba excitada y provocativa. Ella
vida. Ella revivió en forma dramática gran parte de esta situa­
ción temprana en la transferencia, acusando al analista, como
c
recuerda momentos de haberse enfurecido con él y haber temido
el castigo, que no sufría de ninguna manera en forma pasiva.
figura materna, de dejarla morir de hambre. Pareció que el
cambio .de horario significó que el analista-madre le estaba qui
c.
Destacó que no toleraba ser asustada y que deseaba confiar de
manera implícita en alguien y seguir su guía sin tener necesidad
tando la comida, pero las mismas sesiones parecieron alteradas c
en sustancia. Se tornaron malas, venenosas y persecutorias.
de criticar.
Parecería que este sueño contiene dos aspectos superyoícos Emergieron ciertos rasgos superyoícos relacionados con esta si­ c
estrechamente relacionados. En primer término, ilustra la iden­
tificación con el padre real como figura superyoica restrictiva y
tuación. Poco después del cambio de horario me enfermé y
tuve que dejar de verla durante más de una semana, lo que c
castigadora. Podemos tener la impresión de que el coqueteo
incitador de la pequeña en su relación con el padre llevaba a
provocó gran ansiedad en la paciente. Mucho más tarde me
. expresó su terror al sentir- que sus ataques me habían enfermado.
c
veces al castigo y la restricción, que eventualmente aceptó. Pero Esta situación le recordó el sueño del conejo, porque se sintió (
un análisis más detallado reveló, tal como lo señalaré más ade­ reprochada y amenazada por mi enfermedad, lo cual incrementó
lante, que la identificación con su padre real era un intento de
vincularse con su temor persecutorio inconsciente hacia él por
a mi regreso sus ataques contra mí. Parecía incapaz de sentir
o expresar cariño. Por el contrario, me fustigó sin piedad, des­
c
aplacamiento y sumisión.
El segundo aspecto superyoico del sueño se relaciona con
tacando que yo era bastante inútil y acusándome de intentar
asesinarla. A juzgar por esto aquí parece no caber duda de
c
los ojos del conejo. L a paciente expresó que no podía tolerar que la madre que la destetó era idéntica al conejo del sueño:
sus ojos acusadores, y que no quedaba más alternativa que ma­
tarlo. Era demasiado el daño infligido al conejo como para
intentar rescatarlo. Esto sugiere que el conejo dañado se estaba
es decir, una madre atacada y dañada y que, por lo tanto, se
tornó en figura superyoica persecutoria acusadora y asesina. c
convirtiendo en un superyó persecutorio. Una de las maneras
de vincularse con las figuras superyoicas persecutorias es incre­
relaciona con la temprana infancia. Algunas de las asociaciones de la c.
mentando la agresión, a efectos de librarse de ellos matando.
En la temprana infancia, los objetos dañados no susceptibles de
paciente vinculaban la hendidura de la piel de la cabeza del conejo con
el sentimiento de que su propia cabeza a menudo estaba como hendida
en dos, de manera que no podía pensar o tomar decisiones. Esto me
c
sugirió que se estaba produciendo una importante disociación —un intento
ser reparados son vividos a menudo como persecutorios, lo cual : C
de utilizar aspectos del superyó tardío para clivar y aniquilar al superyó i
es un rasgo importante del superyó temprano y persecutorio.2 temprano— intento que en el momento del sueño comenzaba a fallar, tal
como podía verse en los ojos reprobatorios del conejo y la ansiedad mani­
fiesta en el sueño en si.
!c
i
2 No hubo asociaciones claras en cuanto al significado del conejo,
pero su desvalidez y confiabilidad pueden contener un indicio que lo iL
178 HERBERT A. ROSENEELD ESTADOS PSICÓTICOS 179

Duraste mi enfermedad, la paciente se relacionó con un identificación dirigida a evitar la abrumadora culpa persecuto­
hombre que apenas conocía. Se tornó muy dependiente de él, ria. L a paciente sentía y casi alupinaba una madre vengativa
pidiéndole que se sentara a su lado mientras intentaba comer, y terrorífica que esperaba atacarla. No era capaz de comer por
y él por momentos le daba la comida en la boca con la cuchara. sí misma a menos .de tener una mujer presente para ayudarla,
De este modo, ella repetía su alejamiento de la madre deste- es decir, para negar la existencia de esta madre terrorífica in­
tadora, vivida como figura superyoica dañada, acusadora y per­ terna. Sintió que este pecho-madre castigador y persecutorio
secutoria y su vuelco al padre idealizado y salvador. Sin em­ no solo la envenenaría y dejaría morir de hambre sino que, ade­
bargo hubo otros detalles que aparecieron claros en la situación más, le pondría algo terrible en la garganta para matarla, ansie­
transferencial. Durante el tiempo que sucedió al cambio de dad que era responsable de sus dificultades para tragar. No
horario de las sesiones y mi enfermedad, la paciente no solo fue difícil deducir que esto representaba al pene sádico que la
trató de dañarme con palabras, sino que utilizó al padre real madre persecutoria utilizó como arma para castigar. También
como palo para apalearme, diciéndome lo que él pensaba de era evidente que el amigo que temía herirla se identificó con
mí y qué es lo que me haría si supiera cuál era el trato que yo este pene sádico. L a relación previamente idealizada con el
le daba. Era evidente que no sólo se volcó hacia una figura amigo, representante del padre idealizado y salvador de la tem­
paterna real idealizada, representada por el hombre que la prana infancia, fue utilizada para negar la existencia del superyó
ayudó a comer, sino que proyectó sus propios sentimientos agre­ temprano y persecutorio de una madre castigadora esperando
sivos sobre su padre, actuando así las fantasías de utilizar un atacar a la paciente con un pene sádico.
padre agresivo y sádico, o su pene, para destruir al analista
Hubo muchas situaciones posteriores en la vida de la pa­
como figura materna. E l arrojar al padre sádico contra la madre
ciente que reforzaron su superyó temprano y persecutorio, el
tuvo fundamentalmente la intención de castigar a la madre que
cual contenía a un padre-atacando-a-la-madre sádico, y vivido
la abandonó. Pero también estaba cargado de un significado
efectuando ataques retaliativos contra ella. Sus sentimientos
edípico, representado por la relación sádica, fundamentalmente
asesinos contra ambos padres y la proyección de sus sentimien­
oral entre los padres.3
tos sádicos, en particular sobre el pene del padre, se incremen­
El papel jugado por el padre sádico en su superyó temprano
taron por la experiencia de la escena primaria y por el naci­
permaneció durante cierto tiempo oculto al análisis. La paciente
miento de su hermana cuando tenía cuatro años. Al trabajar
mantuvo su amistad con el joven durante muchos meses, pero
en la transferencia situaciones infantiles similares, se repitieron
cuando éste expresó su temor a dañarla si proseguía la relación,
los ataques asesinos y celosos contra el analista, seguidos de
la paciente lo acusó de asestarle un terrible golpe, alejándose
ansiedades abrumadoras provocadas por la culpa persecutoria,
de él en forma inmediata, tal como lo hizo con su primer amigo.
modelada sobre el superyó temprano. Sin embargo, la revivis­
En el momento en que un hombre expresaba la menor duda de
cencia de estas situaciones posteriores brindaron a la paciente
su amor por ella surgía el temor a su ambivalencia, es decir, el
un alivio solo pasajero. El análisis de la situación de destete y
profundo temor a sus impulsos asesinos, obligándola a despren­
del superyó construido alrededor de esta experiencia que traté
derse de él inmediatamente. Se tomó suicida, sintiéndose des­
con cierto detalle, trajo al supeiyó temprano y persecutorio al
truida y fragmentada, echándole toda la culpa de lo que sentía
análisis con una fuerza dinámica convincente. Nuevamente el
a su amigo. En esta situación, la paciente se identificó con el
analista fue vivido como una figura superyoica sádica y crítica
conejo-madre mutilado que había recibido un terrible castigo,
que se complacía en criticar en forma destructiva todo lo que
la paciente hiciera o dijera, o sacándole todo para enriquecerse
3 De este modo en el sueño del conejo ella se identifica con ambos:
el padre aporreador que contiene su sadismo proyectado y la madre-conejo y dejarla vacía y destruida. En el punto culminante de la per­
aporreada. secución la paciente amenazaba a menudo con matarse o inten-
180 HEBBERT A. BOSENFELD

taba aplacar al analista diciendo: “Estoy de acuerdo con todo


objeto, sino también en el superyó. Estimo que estos cambios
lo que usted, diga. Haré cualquier cosa que usted quiera y
en el yo y en el superyó que se inician en la posición depresiva
admitiré toda acusación que me formule, cualquiera que sea”.
son esenciales para el desarrollo normal del superyó.
En tales ocasiones era evidente que uno de los métodos adop­
tados por ella para vincularse con el superyó persecutorio era El análisis de esta paciente siguió un modelo que experi­
el de entregarle su yo por entero, actitud que se continuó frente menté también con otros pacientes. Los cambios en el superyó
al superyó materno tardío, a cuya crítica y juicio se entregó por de la paciente sucedieron muy lentamente a lo largo de varios
completo, tal como intenté ilustrarlo en el sueño del conejo. años y fueron paralelos con los cambios paulatinos de su yo.
Esta relación primitiva con el pecho bueno-madre se incorporó
Después de haber establecido algunas conexiones entre el
en forma creciente al análisis, haciéndose evidente la importan­
superyó temprano y el superyó tardío, deseo examinar aquellos
factores de importancia dinámica en la promoción de cambios cia de los violentos impulsos sádicos, existentes en forma con­
siderable antes del destete. Al comienzo, sus ataques al analista
en la estructura del superyó.
como madre nutricia siempre llevaron nuevamente a temer
Durante el tratamiento de esta paciente me vi obligado a
contraataques y castigos persecutorios. Además existió la de­
comprender que el análisis de aspectos del superyó tardío,
manda que el analista fuera un pecho ideal y una madre inago­
aunque relacionados con partes importantes del superyó tem­
table, que nunca frustre, y en especial que nunca provoque
prano, brindaba un alivio pasajero o nulo. Esto puede atribuirse
envidia ni odio. Este pecho-madre ideal también apareció como
al hecho de que el análisis del superyó tardío es a menudo, diná­
figura superyoica, haciendo enormes exigencias a la paciente
micamente hablando, de importancia secundaria, por tener co­
para que fuera perfecta y cumpliese con todo lo que se le
mo base una función defensiva contra las ansiedades del superyó
exigiera. Por entonces, el padre apareció como una figura mucho
temprano. Si las ansiedades del superyó temprano irrumpieron
menos idealizada, y fue evidente que gran parte de la anterior
a la superficie, la función defensiva del superyó tardío es puesta
idealización del padre fue transferida, del pecho o de la madre,
fuera de acción y pierde su fuerza y su función, tal como ocurrió
al padre. Esto se expresó en forma muy concreta en un sueño
con mi paciente al ser abandonada por su amigo. En lo que
de la paciente en el que prendía prolijamente un hermoso pecho
hace al superyó temprano, uno encuentra a menudo que está
a la chaqueta de un hombre. Al aumentar su capacidad de
concentrado alrededor y vinculado a tempranas experiencias
tolerar la ambivalencia hubo una disminución de su temor al
reales, tales como las experiencias del destete en mi paciente.
castigo, incrementándose su confianza en su capacidad de amar
A fin de concretar un cambio en el superyó temprano, se debe
y de reparar el daño causado a sus objetos amados, índice de la
elaborar el desarrollo más primitivo del yo y del superyó, lo cual
emergencia de un superyó más misericordioso y tolerante. Este
significa retrotraerse a las relaciones más tempranas con el
cambio positivo en el superyó de la paciente parece ser típico
pecho y con la madre en la situación transferencial. Es de
del superyó de la posición depresiva.
particular importancia entender la fijación a la temprana posi­
ción esquizd-paranoíde (Klein, 1952) cuando los objetos son
disociados en idealizados y persecutorios, e introyectados como
CONCLUSIONES
tales en el superyó temprano. Cuando durante el análisis dis­
minuye la fijación a esta posición más primitiva, y el paciente
Intenté ilustrar que el superyó de la paciente adulta con­
comienza a avanzar hacia la posición depresiva, tal como se
tenía algunas cualidades reparatorias, tal como aparece en el
demuestra en una mayor capacidad para experimentar amor y '
sueño del corazón dañado del padre. Sin embargo, gran parte
odio —ambivalencia— y por lo tanto preocupación por el objeto,
de su superyó retuvo la cualidad de despiadada persecución del
encontramos no sólo cambios en el yo y en las relaciones de
superyó temprano. Ella intentó manejar algunas de las ansie­
182 HERBERT A. ROSENFELD

dades persecutorias, entregándose en forma acrítica a su padre


real como figura superyoica en un período posterior, probable­
mente a los 4 ó 5 años de edad. Parte de la idealización del
pecho, y de la relación primitiva con el padre fue transferida y
proyectada sobre el padre real con quien identificó su ideal del
yo. Los aspectos reales del superyó paterno, reforzados por la
idealización, fueron también utilizados para negar y para escin­
dir- algunas de las cualidades persecutorias que también fueron 9
proyectadas en esta relación. Este factor fortaleció al superyó
tardío en su función defensiva de impedir la reactivación de los OBSERVACIONES SO E SE LA PSICOPATOLOGIA Y
aspectos persecutorios del superyó temprano. E L TRATAMIENTO PSÏCQANÂLÏÏICO D E LA
. Persiste el interrogante de si el desarrollo del superyó de ESQ U IZO FREN IA 1
esta paciente debe considerarse como razonablemente típico.
(1963)
Sugiero que si bien el grado de ansiedad persecutoria del su­
peryó temprano de la paciente era excepcionalmente severo,
surge sin embargo un hecho de validez general. Esto es, que
Mi interés por el abordaje psicológico de la esquizofrenia
.existe una relación directa entre la intensidad de la persecución
se remonta a más de veinticinco años. Por esa época tuve la
del superyó temprano y la necesidad del paciente de efectuar
oportunidad de entrevistar a un gran número de pacientes es­
identificaciones totalmente acríticas con los padres reales o sus­
quizofrénicos en el hospital de Maudsley y observé que algunos
titutos como figuras del superyó tardío. L a identificación selec­
de ellos consideraban, los problemas psicológicos como causa
tiva con objetos reales y sus cualidades es un factor importante
de su enfermedad. Una joven, esquizofrénica catatónica de 16
que hace al normal desarrollo del yo y del superyó. Esto sólo
años me refirió que se había enfermado después de descubrir
es posible si el superyó temprano se ha sobrepuesto a la mayor
la realidad sexual de. la vida: le era intolerable pensar sobre los
parte de su cualidad persecutoria. Puesto que. la posición de­
detalles de su nacimiento desde el interior de la madre, y ésa
presiva es un factor central en permitir el cambio de un superyó
era la razón por la cual no quería tener nada que ver con ella
persecutorio a un superyó más normal, ego-sintónico, podemos
o con cualquier otra persona. Incluso se resistía a leer por temor
decir que el normal desarrollo del superyó depende del grado
a tener que soportar representaciones en el mismo sentido. Se­
de elaboración d e ja posición depresiva en la infancia.
gún parece, esta experiencia había sido la causa de su retrai­
miento del mundo exterior y de sus intereses vinculados con
éste. Mis observaciones tuvieron el efecto de incrementar mí
duda con respecto a las enseñanzas prevalecientes en ese mo­
mento, las cuales sugerían que la esquizofrenia debería ser con­
siderada como un problema endógeno y que sus manifestaciones
eran ajenas a las influencias del mundo exterior. Posterior­
mente tuve la oportunidad de intentar alguna psicoterapia con
esquizofrénicos en distintos hospitales. Me sorprendí por el

1 Publicado originariamente por la Asociación Americana de Psiquia­


tría (n« 17 del Psychiatríc Research Report).
C
C

184 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS P SIC ÓT I COS 185

éxito obtenido en lograr un buen contacto con algunos pacientes r


que no tenía nada que decir y en realidad era muy poco lo v
esquizofrénicos muy enfermos, y porque pudieran recibir ayuda que hablaba. Al hablar, describía ciertos fenómenos con gran
por un sencillo diálogo psicoterapèutico. Sin embargo, en otros claridad. Se sentía aburrida y sin interés alguno. Sentía que r
V
casos me sentí completamente desvalido, sobre todo cuando había algo parecido a un manto que la separaba del mundo y
comprobé que después de una mejoría inicial, los pacientes em­ la hacía sentirse muerta y ajena a sí misma. Tenía miedo de C
peoraban en forma notoria. que su pensamiento se paralizara y que ella tendiera a un estado
Durante mi entrenamiento como analista mi segundo caso de inconsciencia. Intentó resistir a esta situación en forma cons­ c
de control resultó ser una esquizofrénica latente y mi supervisor tante, pero también temía que si trataba de juntarse consigo
pensó que si yo continuaba con un abordaje psicoanalítico podía , misma podría causar en su mente un desbarajuste total, ansiedad c
producirse un brote de esquizofrenia aguda. Yo estaba alertado
del peligro, pero mi interés por el análisis de la esquizofrenia
que provocó la inhibición de todas sus actividades. En forma
paulatina las dificultades de la paciente se centraron no sólo' c
era demasiado fuerte como para contemplar ese consejo. Con­
tinué con el análisis, aunque sin entender bien al comienzo qué
en su capacidad de hablar durante el análisis, sino también en
su concurrencia a las sesiones. En ocasiones arribaba con cua­ c
sucedía entre la paciente y yo mismo. El material producido
por la paciente en la transferencia pareció ser muy inusitado y
renta o cuarenta y cinco minutos de retraso, es decir, justo antes
del término ,de la sesión. El hecho de levantarse por la mañana c
ninguno de los libros sobre análisis me ayudó al respecto.
Por ese entonces, Melarne Klein comenzó a desarrollar sus
lo sentía como una lucha sin esperanza, parecía una lucha contra
el demonio, pero no tenía ningún sentido pelear contra él puesto c
propias observaciones sobre los mecanismos esquizoides y las que era más fuerte que todos. Como siempre, la madre de la
c.
relaciones objétales, publicando a este respecto un artículo paciente trataba de ayudarla; ella se lo agradecía, pero se que­
(Klein, 1946). Cuando me convencí de la importancia de la
labor de Melarne Klein en mi propio análisis, encontré que era
jaba de que su ayuda fuera insensata, porque tan pronto como
alguien le indicaba qué hacer o le preguntaba qué quería hacer
c
posible utilizar intuitivamente mis observaciones y mi contra­ se sentía atrapada y bloqueada. Luego se cansaba y se volvía í
V
transferencia, y comencé a entender y a interpretar la situación incapaz de realizar algo. Quiero destacar aquí que la madre
transferencia! esquizofrénica de mi paciente. En tres años de
análisis progresó en forma lenta pero segura. El análisis se in­
era, por lo general, comprensiva, afectuosa y en absoluto domi­
nante. Por ejemplo, le permitía que permaneciera en la cama
e
terrumpió por su casamiento y por tener que unirse a su marido,
que vivía en el extranjero. Tuvo hijos y aparentemente perma­
de mañana y ella misma le servía el desayuno.
Me pareció que en ese momento yo representaba, en la
c
neció bien. Como resultado de mis experiencias con este caso,
el caso Matilde, escribí en 1947 el artículo “Análisis de un
situación analítica transferencia!, a la madre de la paciente.
Mediante su actitud, la paciente expresó el deseo de que tanto
c
cuadro esquizofrénico con despersonalización” (cap. 1 de este dentro del análisis como fuera de él yo fuera una madre que c
volumen). hiciera por ella todo lo que necesitaba, sin tener que decirme
Intentaré ahora trazar un breve panorama de las dificulta­
des que tuve que enfrentar en ese momento y que al principio
o preguntarme nada. AI principio interpreté la transferencia c
me produjeron un total desvalimiento. Supongo que muchos
negativa como la reacción por no ser yo esa madre ideal. En
otras palabras, ser vivido como una madre inútil y mala. A c
de los lectores que trataron a pacientes esquizofrénicos se en­ ' menudo observé que ella se sentía criticada y dominada por mí
frentaron con problemas similares. del mismo modo como se describió a sí misma en la relación c
La paciente acudió al análisis como si fuera un robot, y con su madre. Sin embargo, las interpretaciones de este tipo
me comunicó su impresión de que la frágil relación conmigo parecían no impresionarla. Mucho más tarde descubrí que desde c
podía romperse en cualquier momento. A menudo expresaba el comienzo del análisis se había desarrollado una situación
L
186 HERBERT A, ROSENFELD
ESTADOS PSICÓTXCOS■ 187
transferencial muy particular, El primer día de análisis le expli­
eran ya sea la expresión directa o la defensa de la primitiva
qué que tendida que contarme todo lo que estuviera pensando
relación de objeto, en la que el paciente se introducía con partes
o sintiendo. Aunque no lo mencionó a lo largo del primer año
positivas o negativas de su personalidad dentro de sus objetos,
y medio, ella estaba convencida de que yo le había dicho que
y consecuentemente se sentía tratado de modo similar por sus
debía dejar de lado todo lo que estuviera pensando o sintiendo
objetos internos y externos. Estas relaciones primitivas de objeto
y pensaren algo completamente diferente, Es decir, que desde
conducen a menudo a la identificación psicòtica del esquizofré­
el comienzo generó una transferencia delirante hacia mí en la
nico cuando éste asume una identidad diferente, o bien a un
cual yo era vivido como una figura censuradora y dominante,
estado confusional, Melarne Klein describió estas primitivas
y estaba convencida de que yo le exigía que dejara de lado su
relaciones de objeto y las perturbaciones del yo ligadas a ellas
pensamiento y su propio self con el fin de transformarla en
con el nombre colectivo de “identificación proyeciiva”. Ella
alguien totalmente diferente.
destacó la importancia de la escisión y proyección dé partes del
Observé pues que la paciente sentía que acudir al trata­ self infantil y la identificación de estas partes con la madre y
miento y hablar -significaba ser criticada y dominada por mí. otros objetos. Algunos analistas como Mahler, Jacobsoñ y otros
Jamás fue posible pedirle que repitiera algo cuando hablaba en confirmaron la importancia de estas primitivas relaciones, de
forma poco clara, puesto que caía inmediatamente en un silencio objeto que conducen a una fusión con la madre, pero sin reco­
que duraba hasta el final de la hora. L a naturaleza exacta de nocer la importancia de. las ansiedades persecutorias y los pro­
su ansiedad se manifestó con claridad cuando surgieron agudos cesos de disociación que forman parte de esta situación. Bion
temores de encontrarse algún día hablando con voz o acento y otros, y yo mismo, hemos aplicado el concepto de identifi­
extraños.' Pude así diagnosticar el temor de la paciente a que cación proyectiva al tratamiento de la esquizofrenia, amplián­
yo me metiera dentro de ella a fin de dominarla, para que dolo además a través de numerosas observaciones.
perdiera sus propios pensamientos y sentimientos y su propio El estudio de la identificación proyectiva y sus relaciones
self. Esta ansiedad transferencial, o psicosis transferencial, la con el clivaje del yo nos brindó una mejor comprensión de cier­
dominó de tal modo que no sólo era incapaz de demostrar todo tas dificultades típicas de la esquizofrenia en relación con el
afecto hacia mí, sino que debía luchar sin tregua contra las ten­ pensamiento y al lenguaje. Por ejemplo, el clivaje y proyección
dencias a retraerse por completo de mí. Un análisis posterior de partes del self conduce no solo a una confusión del yo con
demostró que el fundamento de esta situación transferencial no los objetos, sino también a la interferencia de funciones del yo,
derivaba directamente de la madre real, sino de la fantaseada tales como el pensamiento abstracto y el empleo y comprensión
imagen dominadora que la paciente proyectó sobre la madre y de palabras, de tal manera que los pacientes pueden perder la
el analista, basada sobre sus impulsos de meterse en forma capacidad de hablar o de comprender correctamente lo que se
omnipotente dentro de ellos para dominarlos y controlarlos. Una está diciendo. '
causa muy importante dé su carencia de afectos pareció ser la
A continuación examinaré brevemente el problema de la
necesidad de desligarse de sus afectos positivos y negativos, conexión entre la comprensión de la psicopatologia y su relación
puesto que la mayoría de ellos eran vividos como intrusos o
con la técnica en el análisis de esquizofrénicos. Para ello em­
dominantes y, como tales, peligrosos. Como consecuencia de la
plearé nuevamente el análisis de Matilde. Al principio, las in­
comprensión e interpretación de los problemas de la situación
terpretaciones de la transferencia positiva parecieron bastante
transferencial, pudo establecerse un contacto real con la paciente, inútiles. El análisis estaba a punto de interrumpirse, y debía
al tiempo que el análisis se dinámizó y ella mejoró. Desde este considerai-seriamente si continuar con la técnica y las interpre­
primer análisis exitoso de una esquizofrenia descubrí, en todos
taciones analíticas o cambiar totalmente de técnica. Quizás al­
mis pacientes esquizofrénicos, relaciones transferenciales que gunos terapeutas consideren que en lugar de interpretar que
(

! C
ESTADOS PS I CÓT I COS 189 r
188 HERBERT A. ROSENFELD

diván. En su lugar empleamos las palabras y la conducta del c


Matilde deseaba una relación ideal conmigo conno madre, debía
paciente en su totalidad, por ejemplo, sus gestos y sus actos
haber mostrado con la acción que yo era ahora esta madre
como material analítico. Sugerí utilizar la denominación de r
ideal, permitiéndole permanecer en la cama y comenzando a
psicosis de transferencia” a la transferencia que tiene lugar
visitarla en la casa. No examinaré aquí cuál hubiera sido la
reacción de Matilde ante tales acciones del analista, pero es
con los esquizofrénicos y otros psicóticos. Es tarea del analista c
la de seguir esta psicosis de transferencia en todos sus detalles
importante destacar que intento adherir al principio según el r
positivos y negativos y la de comunicar al paciente esta com­
cual, cuando mis interpretaciones no son exitosas, mi compren­
prensión en forma de interpretaciones. Observé que aun en los
sión y mis interpretaciones deben estar erradas y necesitan una
revisión. En tales circunstancias no creo en la utilidad de cam­
casos agudos, los pacientes son capaces de comprender las inter­ c
pretaciones y de responder a ellas, hecho que no sólo puede
biar mi técnica, sino que intento comprender mejor el material c
deducirse de la confirmación directa del paciente, sino también
analítico y la transferencia de manera de acceder al paciente
de la evolución del material analítico.
con mis interpretaciones. Con Matilde, las interpretaciones no L
tuvieron su efecto por ser parcialmente correctas, al no haber A continuación presentaré material del análisis de una pa­
advertido yo el problema nuclear de su particular transferencia ciente con esquizofrenia aguda, en la que intentaré mostrar los
L
delirante negativa. Los pacientes psicóticos, ya sean maníaco- intensos impulsos positivos y negativos en relación con la psicosis
de transferencia y la respuesta a las interpretaciones de la trans­
depresivos o esquizofrénicos, ejercen sobre el analista una gran C
ferencia. En dichos casos los impulsos negativos no sólo son por
presión para que éste haga acting out. Se necesita coraje y
comprensión, y además alguna certidumbre en cuanto a la com­
lo común la expresión directa de desengaño, celos, envidia y
sentimientos similares sino que casi siempre poseen un carácter
C
prensión de la psicopatologia, para resistir esta presión con el
fin de no renunciar a la situación analítica. En el análisis de
paranoide. Los impulsos transferenciales orales y genitales apa­
recen a menudo completamente confundidos y aunque esta
c.
Matilde, era importante comprender e interpretar la demanda
de una relación ideal como defensa contra la transferencia ne­
transferencia derive de manera parcial del complejo edípico
tardío, pueden observarse ciertos elementos de una fase mucho
c
gativa, de naturaleza específicamente paranoide. Al interpretar
más primitiva del desarrollo del yo, tal como son la desviación L
esta transferencia paranoide oculta, la relación con el analista
del yo, de los objetos, la confusión del yo con los objetos o la
se hizo más real, desarrollándose relación de paciente y analista
en la que, además de la psicosis de transferencia, apareció una identificación proyectiva. De la historia vital de la paciente
sólo debo mencionar que Ana vio muy poco a su padre durante
O
cierta transferencia no psicòtica. Esta transferencia no psicòtica
la temprana infancia, puesto que él estuvo en la guerra durante e
es observable en pacientes con esquizofrenia tanto aguda como
cinco años. La madre intentó continuar con la empresa del
crónica. Al principio es débil e incierta y tiende a desaparecer
padre dejando a la niña y a su hermano mayor a cargo de una e
nuevamente durante largos períodos. Pero se desarrolla y se
fortalece por el uso de interpretaciones transferenciales que
tienen un significado para el paciente: considero este factor
niñera profundamente amada e idealizada por la paciente. Ana
sufrió su primera crisis grave de esquizofrenia cuando tenía 12 c
como de importancia fundamental para el análisis de la esqui­
zofrenia.
años. Rechazaba la comida v se sentía perseguida por alucina­
ciones auditivas y visuales. Se tornó completamente negativista, c
A menudo destaqué que en el análisis de la esquizofrenia
conservo los principios básicos de la técnica analítica clásica y
debiendo ser alimentada por intubación. Luego de un año la
paciente tuvo una remisión pero posteriormente sufrió episodios
c
comparo el análisis de la esquizofrenia con el clásico análisis
de niños desarrollado por Melanio Klein, puesto que al igual
esquizofrénicos más alejados, los que duraban cada vez alrede­
dor de un año. La vi en su cuarto episodio y tras dos meses c
que en él no se insiste ni en la asociación libre ni en el uso del
de análisis en su estado agudo mejoró hasta tal punto que du-
c
190 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 191

rante dos años pudo venir a mi consultorio por sus propios pedazos, tuve una hemorragia, tengo el cerebro atravesado”. De
medios. Mejoró en forma paulatina, pero se defendió contra pronto asió una botella que estaba sobre una repisa y la arrojó
sus impulsos sexuales en la situación transferencia! haciendo un a través de la ventana, como si con ello remarcara su sensación
acting out con un gran número de hombres, lo cual le causé de ser perseguida por mí y su deseo consiguiente de arrojarme
grandes dificultades. El peligro de un nuevo estado agudo se afuera. Tan pronto como comencé a hablarle me volvió a gritar
anunció por una fuerte tendencia a independizarse de mí y para detenerme. Intenté demostrarle que estaba aterrorizada
negar todos sus problemas. Era obvio su terror a traer sus pro­ de mí porque creía que me había transformado en alguien muy
blemas sexuales a la situación transferencia!. Intenté preparar peligroso. Al comienzo de la segunda sesión prosiguió con su
a los padres' de Ana para el regreso a un cuadro agudo que yo paséo por la habitación evitando mirarme. Le interpreté que
esperé se manifestaría tras la ruptura del estado defensivo. A tenía miedo de mirarme porque se había alejado de mí con odio
pesar de la prevención, los padres tomaron el retorno del cuadro y ahora creía que* yo me había vuelto hostil y extremadamente
agudo como un hecho calamitoso, aunque me autorizaron, con peligroso. Se detuvo inmediatamente, me miró bien de frente
ciertas reservas, a proseguir el tratamiento en una clínica. En y. me dijo: “Estás muerto. ¿Acaso me vas a matar?” Luego se
su anterior cuadro de esquizofrenia aguda, el tercero, los im­ acercó mucho a mí y me dijo: “Ahora no me alejaré de ti”. Se
pulsos genitales de la paciente se suprimieron en gran medida, puso muy afectuosa, me abrazó y quiso que la besara. En una
siendo desplazados a distintas partes de su cuerpo. A menudo situación así, yo no rechazo al paciente sino que controlo los
se quejaba del calor o fumaba un cigarrillo en forma excitada. ofrecimientos sexuales no reaccionando a los mismos. Después
En contraste con esto, el cuarto episodio esquizofrénico se c a - . de un momento, puso sus manos alrededor de mi cuello y me
racterizó por la excitación sexual genital y los deseos abierta­ dijo: “Ahora te mataré”. A intervalos hablaba de su padre, ex­
mente expresados. Se puede, por lo tanto, considerar al cuarto plicando que él estuvo ausente durante la guerra. “¿Dónde está
episodio más como un intento de progreso que como una re­ mi papito?” preguntó acariciándome la cara. Interpreté que
caída. Como es habitual en la fase aguda de la esquizofrenia, ella volvió a su infancia cuando su padre estaba en la guerra
la disociación y la represión disminuyeron y su yo se vio abru­ y lo necesitaba; creía que yo era su padre, y quería poseerme
mado per el momento por fuertes impulsos libidinales y agre­ completamente. También le mostré que su amor se transfor­
sivos. maba rápidamente en odio cuando yo no reaccionaba del modo
Durante su estado agudo visité a la paciente seis veces por que ella esperaba. De hecho, sus sentimientos cambiaron con
semana, durante una hora cada vez. En la primera sesión en rapidez y frecuencia a lo largo de la sesión. Me preguntó si
la clínica, ella, muy excitada y alucinada, vino hacia mí, y me yo venía de Rusia, si era un nazi o un caníbal. En un momento
estrechó la mano diciendo “casi me olvidaba de usted”. Luego dado pareció temer que la besara y me pegó en la cara mien­
de esto se alejó con rapidez y comenzó a pasearse de un lado tras me amenazaba con matarme. También expresó, “mi madre
a otro de la habitación. Mantenía sus ojos cerrados con fuerza, es un hombre”. .Le interpreté que ella no estaba segura de si
tropezando a veces contra las sillas y otros muebles. A veces yo era su padre o su madre, ni tampoco de si yo venía como,
saltaba repentinamente. El andar de la paciente daba la im­ amigo o como enemigo. Ella tenía miedo de que yo, en vem
presión de que estaba guiada simultáneamente por el pánico ganza, la comiera. Esta fue una de las razones por las que íne-
y la desesperación. Uno sentía que no sabía hacia dónde quería quería pegar en la cara. Tuve la impresión de que en ese mo­
ir. A veces daba la sensación de querer correr en distintas mento tenía totalmente confundido el acto de comer y el sexual.
direcciones al mismo tiempo. De tanto en tanto exclamaba “ ¡Salí, Poseer a su padre y a su madre sexualmente significaba, para
salí, no me hables!”. A intervalos se miraba al espejo diciendo ella comer a sus padres y ser comida por ellos. Mientras estuvo
“L a cara es lo único que me queda. Soy caníbal, me caigo a en el estado agudo no intenté interpretar todo el material sino
(

c
c
192 HERBERT A. ROSEN FELD
ESTADOS P S I C O T I C O S 193 c
solo lo característico e importante para la situación transferen­
años y la castración están para ella estrechamente relacionados. f
cia! presente. A menudo la paciente mostró una respuesta clara
Arnaldo no es ninguna persona conocida o pariente. Es la
a mis interpretaciones. Por ejemplo, cuando le interpreté que
yo me habla transformado en alguien hostil y peligroso su an­
imagen fantaseada.de una figura paterna en extremo rica y om­
nipotente, vivida generalmente como persecutoria. Además del
c
siedad disminuyó y en su respuesta “estás muerto ¿acaso me
vas a matar?” ella no solo demostró entender mi interpretación,
problema persecutorio de la castración, la proyección agresiva c
de situaciones y de partes malas del yo sobre el analista desem­
sino que la elaboró ampliándola, diciéndome que yo la perse­
guía porque ella sentía que yo estaba muerto. Durante la se­
peña un papel importante. Cada vez que la paciente proyectaba c
sobre mí partes malas de sí misma, por ejemplo, su enfermedad
sión siguiente, habló de su madre como de una asesina de Rusia
u otras partes desagradables de su personalidad, se incremen­ c
que había asesinado a muchas personas. Ella misma era una
asesina, dijo ser muy inteligente y yo un cabeza hueca y estú­
pido. Nuevamente destacó que su madre era un hombre. Le
taba su temor de que yo hablara. La proyección de la parte
loca o mala del paciente configura una parte importante en el c
dije que ahora quería demostrarme que ella misma era un hom­
bre y que poseía un pene. Contestó muy rápidamente: “Sí, tuve
análisis de la mayoría de los pacientes con esquizofrenia aguda
o crónica. A menudo viene acompañada de una transferencia c
uno hasta los 12 años, y luego sufrí una hemorragia. Arnaldo
me disparó y me hundió los dientes”. Inmediatamente me pre­
negativa aguda provocada por el temor del paciente a la reta­
liación como consecuencia del ataque por proyección.
o
guntó si yo era Arnaldo. Le dije que ella pensaba que Amaldo La razón de la proyección no está simplemente en relación c
le había quitado el pene y la había enfermado, y que ahora con el deseo de la paciente de librarse de su enfermedad, sino
sentía que yo era Arnaldo y le había sacado su pene y su mente. además con la envidia del analista como representante del adulto
superior y normal. Es la expresión del deseo infantil omnipo­
c
También le interpreté que ella estaba envidiosa de mí y de mi
mente y que ésa era la razón por la que quería penetrar en mi tente de invertir la posición niño-padres. f
cabeza y sacarme el pene. En esta sesión me gritó reiterada­ Durante la sesión siguiente, la paciente estaba al principio
mente, diciendo que yo estaba loco e impidiéndome hablar. con una excitación maníaca y bailaba alrededor de la habitación. c
Esto pareció significar que ella sentía que me había castrado y Expresó su deseo de casarse conmigo, examinó mí mano, vio mi
conducido a la locura, por lo que temía una retaliación similar anillo, se enfureció y gritó que me odiaba a mí y a mi esposa.
por mi parte. Por la intensidad de su ansiedad creo que la Luego se volvió nuevamente maníaca diciendo que era un doc­
identificación proyectiva desempeñó un papel importante en tor en medicina y un hombre. En su excitación maníaca había
. esta situación, en especial el temor de haber puesto en mí su invertido la situación de un modo omnipotente. Sin embargo
. locura y haberme convertido en un loco. Por lo tanto le inter­ el estado maníaco no duró mucho. Pronto se percató de su
preté que ella sabía que los pensamientos respecto de Arnaldo dependencia respecto de mí, se sintió abrumada por la furia e
y de mí eran locos, que se quería liberar de ellos metiéndomelos intentó destruir los muebles de la habitación. Al mismo tiempo
a mí. Le expliqué que ella envidiaba mi cordura lo cual hizo gritaba que quería romper matrimonios. Luego habló nueva­
que me atacara y que tuviera miedo de que yo le volviera a mente de mí como si yo fuera Arnaldo, o como de un familiar
introducir nuevamente sus pensamientos e ideas locas por me­ y habló de casamiento. Cuando le interpreté que ella quería c
dio de mis palabras. Esa fue la razón por la que sintió mis casarse conmigo en tanto que padre inmediatamente me replicó
palabras como un ataque y el porqué de no haber podido tolerar c
que yo era “obsceno” y pareció asqueada. Habló de mí y de
que yo hablara. En esta sesión, la paciente trajo muy clara­
mi esposa diciendo “quiero matarlos a ambos” y luego exclamó
mente al análisis sus ansiedades y deseos de castración. La c
de nuevo “salí, salí de aquí” tal como en el primer día de su
locura, su primer episodio esquizofrénico que ocurrió a los 12 análisis en el estado agudo.
c
»

194 KERBEBT A. ROSEN.t'ELD ESTADOS PSIGOTICOS 195

Dorante el día siguiente, al principio no quiso mirarme. también a intentos de reconstruir el yo y las relaciones de objeto
Me dijo, “yo no te quiero; yo misma estoy casada y amo a otra de una manera mejor. En Ana, el impulso a integrarse se ponía
persona; yo soy Hitler y odio a los judíos”. En un momento a menudo de manifiesto aun durante el.estado agudo, y pude
dado expresó que quería romperme la cara. Luego trató de observar intentos de recobrar su self y sus pensamientos nor­
desgarrar su propio vestido. Después dijo, “mátame y viólame; males. A veces la paciente me preguntaba: “¿Por qué no me
no quiero seguir viviendo más”. Aquí se hace evidente la gran ayuda a juntar todas las cosas?”, o bien me miraba inquisidora­
intensidad con que la situación edípica es vivida por la paciente. mente diciendo: “¿Dónde ha ido a parar su sentido común?”
Está relacionada con fantasías de muerte dirigidas contra los Simultáneamente habló de reflejos en el espejo. Aquí me con­
padres y contra el analista. En esta sesión estuvo mucho menos vertí por proyección en la imagen especular de la paciente, o
perseguida y más agresiva, y después profundamente depri­ sea alguien que ha perdido la razón. Al mismo tiempo, ella
mida. sintió haber perdido la capacidad de recobrar su propio yo y
Durante los meses siguientes, muchas fantasías y situaciones su feminidad. La importancia dinámica fundamental de tales
se repitieron en la transferencia. Algunas veces se quejaba de situaciones transferenciales radica en el uso del analista como
que yo la visitaba durante la noche. Estas alucinaciones noc­ .un yo integrativo funcionando en quien la paciente no solo
turnas tenían a menudo un carácter sádico y persecutorio. A proyecta su locura, sino que además considera que contiene la
veces expresaba el. delirio de estar dividida en un self mascu­ parte sana de sí misma que trata de recuperar con su ayuda.
lino y un self femenino. Le dio a su parte masculina el nombre Durante los tres o cuatro meses siguientes evolucionó favora­
de una comedia musical: “Annie Get Your Gurí’ (Anita busca blemente, volviéndose más callada y más clara. Sus padres
tu pistola). Sus fantasías y sus impulsos maníacos y omnipo­ estaban muy entusiasmados e insistieron, pese a mi oposición,
tentes se relacionaban a menudo con la parte masculina de su en llevarla a su casa. Esto resultó demasiado prematuro porque,
self como expresión de su independencia y negación de sus tal como lo comprobamos, no se encontraba lo bastante bien
necesidades. Cuando estaba en su papel femenino a menudo como para trasladarse desde su casa hasta mi consultorio. Por
decía estar llena de sangre y de arañas y atacaba a su abdomen otra parte, sus padres no querían enviarla otra vez a la clínica,
con el fin de empujar hacia afuera todas las cosas malas. A por lo que forzosamente la tuve que visitar en su propia casa.
veces trataba de cortarse o dañarse los pechos. Decía que esta­ Esto casi condujo a un punto muerto en el análisis. A conse­
ban llenos de sangre y que yo debiera chupar de ellos toda su cuencia de diversas dificultades, entre ellas una corta enferme­
sangre. Las cosas que sentía como malas dentro de sí eran, dad mía que desempeñó una parte importante, el análisis debió
entre otras, un pene robado, sangre, niños y los pechos de su interrumpirse. Esto demuestra lo extremadamente importante
madre que ella en su fantasía sentía haber robado y dañado. que es obtener una total cooperación de los padres en el análisis
Esto hacía imposible una identificación con una madre buena y de un paciente psicòtico. Pero a pesar de la interrupción tuve
aceptar su propia feminidad. Tal como lo expliqué anterior­ noticias de que la paciente siguió mejorando y que se casó.
mente, durante el estado de mutismo crónico de su enfermedad
Al final de este artículo quisiera decir algunas palabras
la paciente era incapaz de tolerar una intensa transferencia
con respecto a la etiología de la esquizofrenia. En la investiga­
sexual hacia mí por lo cual tenía que actuarla. En el estado
ción de numerosos casos de pacientes esquizofrénicos se pone
agudo se hizo manifiesto el porqué de lo intolerable de sus
de manifiesto la importancia que adquiere el trauma psicògeno
impulsos y fantasías: estaban acompañadas de fantasías sádicas
infantil. En apariencia, la ausencia de su padre durante la
y de muerte muy intensas y abrumadoras.
guerra privó a Ana de elaborar la situación edipica con sus
Durante el estado de esquizofrenia aguda disminuye la padres reales. Esto contribuyó a que las fantasías edípicas per­
disociación del yo. Esto conduce a estados confusionales pero manecieran omnipotentes e irreales. La preocupación por el
O

c
r"
\

196 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS P SI G Ó T I C O S 197 c

incesto quizá se incrementó por el hecho de que los padres afectos intensos. También hay una tendencia a retraerse del c
eran primos en primer grado. En el caso de Matilde, el trauma mundo exterior ante la menor provocación. .Sin embargo, hay
pareció ser el nacimiento de su hermano cuando ella tenía un
año~}Tmédio. En otro caso, una temprana situación de destete
otros casos en los que el desarrollo pareció ser comparativamente
normal hasta que repentinamente, por ejemplo tras un naci­
c
cuando la paciente contaba con 10 días de edad pareció cons­
tituir un obstáculo insuperable. En lo que atañe a los padres de
miento, se manifiesta una esquizofrenia grave. Según mi opi­
nión, las partes psicóticas de la personalidad pueden escindirse
c
los pacientes esquizofrénicos, sabemos que la madre de Matilde en la más temprana infancia, mientras que otras partes del self c
fue particularmente afectuosa y maternal. Sin embargo su pa­ pueden tener un desarrollo aparentemente normal. En deter­
r •
dre era egoísta y dominante. En el caso de Ana, ambos padres minadas circunstancias, las partes psicóticas escindidas pueden V
eran muy neuróticos, y parecía que utilizaban la enfermedad
de su hija para negar y apartar sus propios problemas. L a
irrumpir a la superficie, produciendo a menudo una psicosis,
por ejemplo una esquizofrenia. Uno debe suponer que existe c
madre quería tener siempre cerca Ana cuando ésta se enfer­
maba y se sentía muy culpable cuando debía ser enviada a una
desde el nacimiento cierta predisposición a la psicosis. En tales
casos el instinto destructivo parece constitucionalmente más c
clínica durante los episodios agudos. Ana misma se percataba
de la intensa influencia y dominio que ejercía sobre sus padres
fuerte y domina al yo rudimentario, el que en consecuencia
desarrolla una tendencia a la fragmentación y al clivaje. En ü
por medio de su enfermedad y de sus dificultades. Por otra parte
era muy obvio que ella a su vez estaba influida y dominada
dichas circunstancias los mecanismos esquizoparanoides tales
como la identificación proyectiva se ven muy reforzados.
o
por ellos. Nosotros por nuestra experiencia conocemos proble­
mas y traumas similares en relación con los padres de nuestros
Cuando consideramos el problema de una relación madre-
hijo perturbada en el primer año de vida, es importante con­
c
pacientes neuróticos y sabemos que no son típicos de la esqui­ siderar no solo la influencia de la madre sobre el niño, sino c
zofrenia. El examen de un gran número de padres y familias además la reacción de la madre ante un niño esquizoide par­
de pacientes esquizofrénicos demostró que los padres de esqui­
zofrénicos no tienen rasgos, de carácter que puedan ser consi­
ticularmente difícil. Tal como lo sugirió a menudo Bion, y
yo mismo así lo creo, algunas madres de niños que tienen una
c
derados como típicos y muchos investigadores han probado la
inexistencia de una madre esquizofrenizante.
tendencia a la esquizofrenia demuestran poseer una tolerancia
disminuida a las proyecciones del niño. Se sienten perturbadas
c
El análisis de pacientes esquizofrénicos ilustra una y otra
vez que las perturbaciones y problemas de la más temprana
y perseguidas y retiran del niño sus afectos. Uno tiene la im­ c
presión de que el niño no solo se da cuenta de las respuestas
infancia continúan, influyen y obstaculizan las fases ulteriores de la madre sino que realmente se siente responsable de las c
del desarrollo. Al examinar estas perturbaciones me concentré mismas, lo cual incrementa la creencia omnipotente del niño
particularmente en el clivaje del yo y en la identificación pro- L
de haberse metido dentro de la madre y de haberla transfor­
yectiva. Aun en el caso de Ana, que estaba totalmente domi­ mado. Esta puede ser una de las razones por las que, durante
nada por sus fantasías sexuales, fue posible observar la diso­ el análisis, las fantasías omnipotentes del paciente de meterse c
ciación del yo y la proyección de partes del self. Con el caso de
Ana puede ilustrarse, además, la importancia del problema de
dentro del analista desempeñan un papel tan importante. La
capacidad del analista de tolerar esta relación, de comprenderla
c
la confusión, el cual, como lo demostró Melanie Klein, puede
ser rastreado también hasta perturbaciones ocurridas en el pri­
e interpretarla, hace posible la elaboración y la corrección en
el análisis de la relación distorsionada madre-hijo ayudando de
c
mer año de vida. Los historiales de muchos esquizofrénicos este modo al paciente a encontrar una base para un desarrollo
c
destacan que los pacientes mostraron desde muy pequeños más normal.
algunos indicios de anormalidad y que jamás pudieron expresar
c
10

PSÍCOPATOLOGIÁ D E L NARCISISMO: EN FO Q UE
C LIN IC O 1
(1964)

Freud fue pesimista acerca del análisis en las neurosis nar-


cisistas. Pensó que los que sufren estas enfermedades, no tienen
capacidad para la transferencia o sólo insuficiente remanentes
de ella. Describió la resistencia de estos pacientes como un
muro de piedra que no puede moverse, y dijo que se apartan
del médico, no por hostilidad, sino por indiferencia. Muchos
autores han tratado de desarrollar métodos de análisis para m a­
nejarse con pacientes narcisistas, Waelder (1925), Clark (1933)
y posteriormente Fromm Reichmann (1943,1947), Bíon (1962),
Rosenfeld y otros.
L a mayoría de los autores están en desacuerdo con el punto
de vista de Freud de que no hay transferencia. Siendo la trans­
ferencia el vehículo esencial para cualquier investigación analí­
tica, parece fundamental para la comprensión del narcisista qúe
la situación analítica de transferencia sea minuciosamente obser­
vada.
Franz Cohn (1940) sugirió que podía desestimarse la mar­
cada distinción entre neurosis de transferencia y neurosis narci-
sísticas. Acepta que la transferencia en las neurosis narcisísticas
es de tipo primitivo o rudimentario —por ejemplo, a menudo

1 Leído en el XXIII Congreso Psicoanalítico Internacional de Esto-


colmo, 1963, Traducido del “Int. J. Psycho-Anal.”, vol. 45, partes 2-3,
pág. 332, año 1964.
200 HEBBEHT A. ROSENFELD

hay serias dificultades para distinguir entre sujeto y objeto- y recuerdan la descripción de Freud de narcisismo primario son,
subraya la introyección y proyección de tendencias destructivas en efecto, relaciones de objeto primitivas.
en términos orales y anales, con relación al analista. Stone En las relaciones de objeto narcisistas, la omnipotencia
(1954) describió transferencias que son ‘literalmente narcisís- desempeña un papel prominente. El objeto, generalmente par­
ticas”, donde el analista es confundido con el self o es como el cial, el pecho, puede ser omnipotentemente incorporado, lo que
self en todos los aspectos: el terapeuta y el paciente parecen implica que es tratado como posesión del niño; o la madre o
ser parte uno del otro, alternativamente. Destacó dos cosas: la el pecho son usados como depositarios en quienes se .proyectan
destructividad primitiva y la necesidad de vivenciar al analista omnipotentemente las partes del self sentidas como indeseables
como omnipotente, endiosándolo; y sugirió que en la fantasía porque causan dolor o ansiedad.
del paciente acerca de la omnipotencia del analista, desempeña La identificación es un factor importante en las relaciones
importante papel la culpa por la agresión destructiva primitiva. de objeto narcisísticas. Puede deberse a introyección o proyec­
Muchas de las observaciones de Cohn (1940) y Stone ción. Cuando el objeto es omnipotentemente incorporado, el
self se identifica tanto con él que toda identidad por separado
(1954) parecen estar muy cerca de mi propia investigación.
Noto que en su descripción de transferencia narcisista, no es o cualquier límite entre self y objeto es negada. En la identi­
ficación proyectiva, partes del self entran omnipotentemente en
usado el término de--narcisismo “primario” y “secundario”. En
un objeto, por ejemplo, la madre, para apoderarse de ciertas
cambio, nos encontramos con términos tales como: omnipotencia,
cualidades reconocidas como deseables y por eso pretende ser
confusión de self y objetos, introyección de objetos, proyección
el objeto u objeto parcial. Es usual que la identificación pro­
de agresión dentro del objeto, requerimientos insaciables hacia
yectiva e introyectiva, ocurran simultáneamente.
los objetos y anulación. El uso de estos términos para describir
En la relación de objeto narcisística son parte predomi­
a pacientes narcisistas parece válido, pero es importante y
necesario describir más claramente la naturaleza de la relación nante las defensas contra cualquier reconocimiento de separación
entre el self y el objeto. El reconocimiento de la separación
de objeto en el narcisismo y sus mecanismos de defensa particu­
desencadenaría sentimientos de dependencia al objeto y aun
lares. Puede ser contradictorio en los términos, ya que para
ansiedad. L a dependencia al objeto implica amor por él y reco­
muchos analistas, narcisismo primario implica estado anobjetal.
nocimiento de su valor, lo que conduce a agresión, ansiedad y
Pero recordaré que Freud consideró el sentimiento oceánico, el
dolor por las inevitables frustraciones y sus consecuencias.
anhelo de unión con Dios o el universo, como experiencia nar-
Además, cuando se reconoce la bondad del objeto, la depen­
cisística primaria, Fedem (1929), discutiendo el narcisismo pri­
dencia estimula la envidia. La relación de objeto omnipotente
mario, describió el deseo insaciable del niño por el pecho de la
narcisista obvia tanto el sentimiento agresivo causado por la
madre, pero sugirió que el objeto no es aún sentido como ex­
frustración como el reconocimiento de la envidia. Cuando el
terno al yo. Abraham (1924) planteó el narcisismo sin límites
niño posee el pecho de la madre omnipotentemente, éste no
como una relación con objeto en la cual, mientras el objeto es puede frustrarlo ni provocar su envidia. La envidia es particu­
incorporado, el individuo no presta atención cualquiera que sea larmente intolerable para el niño y aumenta la dificultad en
el interés por su objeto, sino que lo destruye sin la menor vaci­ admitir dependencia y frustración. Parece que la fuerza y per­
lación. =Balint (1960) fue más lejos al sugerir que lo que Freud sistencia de las relaciones de objeto narcisísticas omnipotentes
describió como narcisismo primario, deberá ser llamado amor están estrechamente relacionadas con la potencia de la envidia.
objetal primario. Creo que se evitaría mucha confusión si reco­ La envidia tiene cualidades omnipotentes; parece contribuir a
nocemos que muchos trastornos clínicamente observables que la omnipotencia de la relación de objeto narcisística, mientras
202 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICÓTICOS 203
que la envidia misma puede ser simultáneamente clivada y
deseable experimentar en una relación de objeto. Por lo común,
negada.
encontramos simultáneamente una imagen de sí mismo altamente
En mis observaciones clínicas de pacientes narcisistas, un idealizada, que domina la situación analítica, y cualquier cosa
papel importante le corresponde a la proyección de cualidades que interfiera con esta imagen es defendida rigurosamente y
indeseables dentro del objeto. El analista es a menudo imagi­ omnipotentemente negada.
nado en sueños y fantasías, como inodoro o regazo. Esta relación
Ilustraré ahora algunos de los problemas relacionados con
implica que cualquier sentimiento o sensación perturbadora
el narcisismo severo, trayendo material del caso de un paciente
puede ser evacuada dentro del objeto sin ninguna inquietud por
que mostró una transferencia narcisista marcada, sin ser abierta­
él, siendo éste generalmente desvalorizado.
mente psicòtico. Nada hay en la historia de éste que pudiera
En perturbaciones narcisistas severas, podemos invariable­ explicar su persistente actitud narcisista. De padres pudientes,
mente ver el mantenimiento de defensas rígidas contra cualquier tiene dos hermanas. En apariencia siempre se manejó superfi­
reconocimiento de la realidad psíquica, ya que cualquier ansie­ cialmente bastante bien con los demás, y por su alto nivel inte­
dad desencadenada por conflictos entre partes del self o entre lectual, tuvo éxito en la escuela. Se había casado recientemente
self y realidad, son evacuadas inmediatamente. L a ansiedad cuando inició el tratamiento y tenía algunas dificultades con su
asi descartada es principalmente de naturaleza paranoide, ya esposa. Aparte de un ocasional sentimiento de unidad con ella,
que las relaciones de objeto narcisistas datan de la más tem­ estaba muy celoso e intensamente preocupado por sus relaciones
prana infancia, cuando la ansiedad es predominantemente pa- con los demás, hombres y mujeres.
ranoidé.
El análisis reveló el profundo narcisismo del paciente, su
Cb'nicamente las relaciones de objeto narcisistas aparecen a carencia de contacto emocional con los otros, y como resultado,
menudo para el analista y también son experimentadas por el la carencia de placer en su vida que le hacía envidioso de todos.
paciente, como muy ideales y deseables. Envidiaba particularmente a su mujer,, que según sentía, era
Por ejemplo, la relación con la madre-inodoro en el análisis mucho más capaz que él de disfrutar de las relaciones con los
es sentida frecuentemente como ideal, porque el paciente se demás, incluyéndolo a él.
siente aliviado cuando en la sesión todo lo que sea displaciente Cuando le vi por primera vez, pareció levemente distante
puede ser evacuado dentro del analista. Cuando el paciente de la realidad y de los demás, y tenía una actitud vagamente
pretende poseer al análisis como pecho nutricio se acredita el superior y arrogante que trataba de disimular. Admitió sentirse
mérito de todas las interpretaciones satisfactorias del analista, ocasionalmente frustrado en las relaciones personales, con ami­
situación que es experimentada como perfecta o ideal, porque gos y su joven esposa, pero los culpaba generalmente de cual­
aumenta el sentimiento del paciente de que es bueno e impor­ quier dificultad que aparecía. Estaba muy interesado en ser
tante, durante la sesión. A veces, los pacientes narcisistas se analizado, aunque no sentía que realmente necesitara el análisis.
imaginan en una relación con el analista, mutua y satisfactoria­ Imaginó casi inmediatamente ser el perfecto paciente que hacía
mente ideal, donde la identidad de paciente y analista no está enormes progresos, aunque en realidad pudo hacer muy poco
diferenciada, situación que recuerda la descripción de Freud del uso conveniente del mismo.
sentimiento oceánico. Otro ejemplo de idealización narcisista es Proyectaba sus problemas en su mujer, constantemente, o
el paciente que siente que es querido por todos o requiere ser en otros, incluyendo al analista, siendo incapaz de experimen­
querido por todos porque él es tan amoroso. tarlos como propios. Disfrutaba interpretando en detalle sus
Todos estos pacientes parecen tener en común el sentimiento propios sueños y explicando sus pensamientos y sentimientos,
pero cualquier conflicto, ansiedad o depresión que emergía, era
de que ellos contienen toda la bondad que, por otra parte, es
tan rápidamente descargado que podía ser vivenciado pobre­
O

c
r
204 HEBBEBT A. BOSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 205 c
mente. No rechazaba las interpretaciones, sino que, por el con­
trario, las admitía rápidamente y hablaba de ellas a su modo,
liado y por eso resentido. El paciente tuvo muy poca reacción
emocional al sueño.
c
sintiéndose muy satisfecho de sus conocimientos, ya que no
sentía que el analista tuviera ninguna contribución en eso. Su
El sueño muestra la virulencia muy claramente omnipo­
tente de una parte de su personalidad, hostil en extremo, que
o
actitud hacía muy difícil lograr algún cambio en su personalidad,
así que uno se sentía junto a un muro de piedra, recordando la
ataca a los padres importantes y a una parte de sí mismo. L a
razón de los ataques deriva sin duda de su envidia infantil a
c
expresión de Freud. Escondido detrás de este muro de piedra,
parecía haber omnipotencia, hostilidad y. envidia encubiertas,
los adultos importantes, ya que. los padres en sus asociaciones,
fueron acusados de humillarlo y hacerle sentir pequeño. Que
0
completamente negadas por el paciente y difícil de demostrar
en el material analítico. Después que le mostré una y otra vez
el ruso tiene un rencor paranoide aparece muy claro en el sueño,
y es la admisión de su propia actitud paranoide conscientemente
c
su evitación de cualquier contacto estrecho conmigo o con sus negada. El tren que se mueve rápidamente para evitar cual­ c
propios sentimientos, particularmente la hostilidad a mí, vino a quier contacto con los rayos destructivos está en relación con c
una sesión diciendo que ahora necesitaba estar más cerca de sus su propio tren de pensamientos y su propio self conteniendo los 1
dos pechos (las muchachas). En efecto, se enorgullece de ser
problemas. Entonces relató un sueño en que él y otros viajaban
en un tren muy rápido. Súbitamente, vio una especie de má­ capaz de moverse de modo extremadamente rápido y hábil y, o
quina surrealista ubicada cerca del tren y enviando hacia él un
amplio rayo de fuego muy peligroso. Felizmente el tren se libró
también en su pensamiento, de poder evitar cualquier contacto
con su self destructivo. c
de este ataque escapando rápidamente, pero tenía el sentimiento
de que el ataque podía repetirse. El paciente sentía que esta
El sueño implica que establecer contacto con el analista
como figura parental importante desencadena impulsos paranoi-
c.
máquina era enviada desde Rusia, por un hombre que aparen­
temente había vivido antes en Inglaterra, pero que estaba amar­
des peligrosos, envidiosos. Es interesante que el ruso envidioso
y paranoide es colocado a distancia en el sueño, mientras que
o
su destructividad influye sobre el tren de pensamiento del pa­ r
gado y vengativo a causa de algún tratamiento que creía haber V.
ciente, sus contactos y relaciones con sus padres y las mujeres.
recibido. Sentía en el sueño que amplios ataques diseminados
se hacían en varios lugares en Inglaterra, principalmente hoteles
El sueño expresa con claridad cómo en las relaciones narci-
sistas la envidia es separada y alejada del self consciente y a la
o
con nombres tales como: Royal, Royalty, Majestic, Palace, etc.,
vez que la destructividad del paciente mantiene las relaciones (
y también que los ataques eran dirigidos contra sus padres. de objeto desvalorizadas, permitiéndole así sortear sus dificul­
También parecía haber escasez de alimentos. Dos muchachas tades. Un hecho interesante en el sueño es la escasez de alimen­
estaban en el tren con él. En otra parte del sueño había un tos que hace prostitutas a las muchachas. Esto.implica que se
número de muchachas apoyadas en una pared de piedra y (7
niega la importáncia dél pecho- las mujeres son desvalorizadas
se prostituían por la escasez de alimentos. Se acercó a una y le en prostitutas que por carecer de alimentos o pecho no pueden
dijo: ¿quieres un parroquiano?, pero ella sonrió solamente y alimentarse.a sí mismas, por lo que tienen que conseguir dinero
él se sintió frustrado porque su propuesta fue hecha seriamente. del paciente para alimentos: podría indicar también una pro­
En sus asociaciones pensó que el ruso estaría relacionado
con él, ya que le simpatizaba y pensaba que había tenido razón
yección de su dependencia de las prostitutas. c
Como el paciente comenzó la sesión diciendo que estaba
en hacer esos ataques. Pensaba que debía haber odiado a sus resuelto a armonizar con el analista, es decir, necesitaba acer­ ü
padres, por ser importantes y por eso se sentió despreciado por carse a mí, está claro que el sueño no sólo revela su actitud
ellos; que el ruso necesitaría ser él mismo, la persona más im­ con las mujeres, sino también con el analista. Maneja sus temo­ L
portante, y que los ataques serían el resultado de sentirse humi- res de ser rechazado por mí, aproximándose —con superioridad—,
c
206 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 207

transformándose en prostituta. Es interesante que las prostitu­ dre-analista, un cuidadoso análisis revela que esta posesión valo­
tas se apoyan en un muro de piedra, lo que podría confirmar rada en alto grado representa sus propias heces, las que han
que el muro de piedra de la transferencia narcisista debe co­ sido siempre muy idealizadas, hecho cuidadosamente disimulado
nectarse con la relación de objeto narcisista que emerge en el por el paciente. El desenmascaramiento de la situación es esen­
análisis. cial si aún no han sido establecidas las verdaderas relaciones de
Después de este sueño, la superioridad agresiva del paciente objeto externas e internas, aunque pueda temporariamente llevar
hacia el analista fue más ampliamente admitida en sueños y al paciente a la decepción.
asociaciones, pero su deseo de apoderarse del analista y sentir En un-último sueño, el paciente ilustra cómo invierte la
que era sú propia creación fue reconocida abiertamente sólo relación con el. analista por identificación proyectiva omnipo­
después del siguiente sueño. El paciente compraba y le ofrecían tente. En el sueño él era un cirujano. Tenía una torta, y cuatro
una clase especial de sal empaquetada en recipientes caseros. mujeres venían a verlo. Sospechaba que pretendían estar enfer­
Era mucho más barata que la sal ordinaria, sólo nueve peniques mas para lograr su atención. Había algo perturbador en el techo
por cuatro libras. Le pregunta al vendedor si era tan buena de la casa, y se disponía a repararlo. Se oyó un ruido de algo
como la sal ordinaria; a pesar de, la seguridad del vendedor de que caía o martillazos y al primer ruido las mujeres se alejaron
que todo estaba bien, no le cree. Después de salir del comercio, rápidamente, asustadas de que algo pudiera caerles encima. Des­
le toma casi dos horas llegar a su casa, y se siente culpable cribió en sus asociaciones a las mujeres como gordas y voraces.
porque teme que su esposa le espere con ansiedad. Destacó El sueño muestra de modo indiscutible que el paciente se ubica
que el día antes había tenido que comprar sal, porque se les en el rol del analista, quien no sólo posee la torta - e l pecho-,
había terminado. Estaba seguro de que la sal tenía algo que sino también el trabajo reparador. Su propia actitud voraz, de
ver con el análisis; las cuatro libras le recordaban las cuatro necesidad de conseguir alimento, simplemente del analista, sin
sesiones semanales. Consideraba que era mucho más barata admitir realmente que está enfermo y aislándose de mí rápida­
porque obviamente ellos mismos la habían empaquetado. Pude mente cuando yo hago una interpretación que puede tocarlo,
mostrarle, con el sueño, que él ostensiblemente viene a mí para es proyectada en las cuatro mujeres que como antes representan
ser analizado, pero sostiene que lo que consigue de mí es su el análisis o el analista (las cuatro libras de sal). Notamos que
propia versión del análisis que pretende que sea tan buena como en el sueño, el paciente valora más'al analista y el trabajo repa­
el análisis corriente. En el sueño trata, por supuesto, de rease­ rador del análisis, v critica sus propias demandas voraces al
gurarse por el vendedor de que esto está bien y es normal, pero analista y su constante aislamiento, cuando siente que una inter­
admite que realmente no lo cree. El llegar tarde implica la pretación es buena. Sin embargo, evacúa enteramente su actitud
proyección en su esposa de sus propios sentimientos de depen­ de insatisfacción en el analista, que en el sueño es cambiado
dencia y la ansiedad por tener que esperar. por el self insatisfecho del paciente, mientras él toma el rol del
El sueño ilustra que aún no admitió su dependencia de mí; analista a quien admira.
ésta es negada y proyectada, lo que conduce continuamente al Discutiré ahora algunas de las consideraciones más prácti­
acting out. Quisiera agregar aquí el significado general de la cas en el análisis de pacientes narcisistas. De su actitud superior
versión propia del análisis, expresada con nitidez en este sueño, y omnipotente deriva una poderosa resistencia en el análisis que
porque representa un papel muy importante en el análisis de niega cualquier necesidad de dependencia y las ansiedades rela­
muchos pacientes narcisistas. cionadas con esto. Esta conducta a menudo es muy repetitiva
Mientras que el paciente narcisista sostiene de manera os­ y hay muchas versiones que son usadas por el paciente narcisista.
tensible que posee un pecho superior y a veces más creador, que El narcisista inteligente a menudo usa el insight intelectual para
le da mejor análisis y alimentos del que puede producir la ma­ estar de acuerdo verbalmente con el analista, y recapitula en
t 1

208 HERBERT A. ROSENFELD


ESTADOS PSICÓTICOS 209 C'
sus propias palabras lo que ha sido analizado en sesiones pre­
vias. Esta conducta no sólo bloquea cualquier contacto y pro­
usted. ¿Por qué admitir algo malo que pudiera echar a perder­
la buena imagen que tengo de mí mismo y que siento también
o
greso, sino que es un ejemplo de la relación de objeto narcisista
que debo admirar?”. o
que he descrito. El paciente usa las interpretaciones analíticas,
L a preservación rígida de la imagen ideal de sí bloquea
pero las priva rápidamente de vida y significación, y solamente
deja palabras sin sentido. Estas palabras son sentidas entonces, cualquier progreso en el análisis del paciente narcisista, porque o
siente como riesgoso cualquier insight y contacto con la realidad
como posesión propia del paciente que él idealiza y a las que da
un sentido de superioridad. Un método alternativo es el usado
psíquica. La imagen ideal de sí mismo del paciente narcisista o
por pacientes que nunca aceptan realmente las interpretaciones
del analista, sino que constantemente desarrollan teorías que ven
debe verse como una estructura altamente patológica, basada
en la omnipotencia y la negación de la realidad. Sólo muy o
lentamente el paciente fue capaz de admitir que la defensa del
como versiones superiores de análisis. (
ideal de sí mismo significa la eliminación de todas mis interpre­
En el primer caso, el paciente roba las interpretaciones que taciones que ponían en riesgo la imagen perfecta de sí. Co­
representan el pecho del analista-madre, transformándolas en
heces; entonces las idealiza y alimenta con ellas al analista. En
menzó a notar que constantemente perdía contacto con las cosas c
que habían sido discutidas durante las sesiones. Esto le era
el segundo caso, las teorías propias del paciente son producidas doloroso, pero el dolor fue otra vez rápidamente eliminado, a (
como si fueran heces idealizadas, las que son presentadas como
alimento superior al del pecho que provee la madre-analista.
pesar de que significaba la expulsión de la buena experiencia
con el analista que lo había llevado al insight doloroso. Esta o
La principal fuente dé esta resistencia y conducta procede de actitud es muy característica del paciente narcisista, y no sola­
la negación del paciente narcisista, de su envidia, que es sola­ mente el dolor, sino el insight, es expelido una y otra vez. Por o
mente forzada a mostrarse cuando tiene que reconocer la supe­
rioridad del analista como madre-nutricia. El paciente cuyos
ejemplo, cuando la necesidad de mi paciente de ser más depen­
diente se le hizo más evidente, primero proyectó la dependencia
c
sueños he discutido aquí admitió gradualmente que mantuvo
en la vaguedad e incertidumbre el hecho de que era yo quien
eri su mujer y actuó con ella, creando una situación en la que
ella estaba deprimida y necesitada. Entonces él le explicó la
c
realmente daba el análisis, porque cualquier, esclarecimiento
acerca de mi rol despertaba intolerables sentimientos de ser
razones por las que estaba deprimida y se enojó cuando ella no
comprendió inmediatamente sus interpretaciones y se comportó
o
pequeño, hambriento y humillado, que él sentía profundamente de manera adecuada.
c
aun cuando yo le era útil. En ocasiones aparecía resentimiento Sin embargo, poco a poco comprendió que esta expulsión
y sentía que yo tenía todas las respuestas y solamente le daba de su dependencia, y así del insight, creaba constantemente más ü
algunas. ¿Por qué debía oírme o depender de mí, si lo que yo dificultades y frustraciones en su vida.
le daba no era completo? Este sentimiento derivaba de la en­ Descubrimos que cuando confesaba cualquier comprensión (
vidia al analista-madre, quien poseyendo el pecho solamente real acerca de sí mismo y trataba de no proyectar sus senti­
alimenta al niño en vez de dárselo enteramente. mientos, se volvía ansioso y deprimido. En este momento se c
Al comienzo, tal ruptura fue sólo transitoria, y el paciente confundió y se oyó a sí mismo decir “esto es peligroso”, en res­
se defendía contra tales sentimientos ubicándose rápidamente puesta a lo cual otra vez expelió ansiedad, depresión e insight.
en una posición superior a mí, pensando en algo en que él me
aventajaba. Había también una poderosa resistencia de la ima­
Le mostré entonces que lo que estaba en peh'gro en tal situación
no era su self sano y bueno, sino su sel/ malo y omnipotente. c
Esto le golpeó muy violentamente y dijo sentirse como si ma­
gen ideal de sí mismo, que él describía del siguiente modo:
nejara su auto y llegara a una luz roja. Era, por supuesto, una c
“Necesito sentirme bueno y tener una relación perfecta con
señal de peligro que le obligaba a detenerse, pero sintió que
o
210 HERBERT A. ROSENTELO

lo que en realidad quería era principalmente acelerar, atravesar


la luz roja sin parar, en Orias palabras, atravesar el peligro de
ser confrontado con la salud y la realidad, y volver atrás a su
posición omnipotente idealizada.

PRONOSTICO CLINICO
11
El resultado clínico del análisis de un paciente narcísista,
depende del grado en que es capaz de reconocer su relación PSICOPATOLOGIA D E LA HIPOCONDRIA
con el analista representando a la madre nutricia. Esto implica
(1964)
sobreponerse a algunos de los problemas que he descrito y así
el reconocimiento de la separación y frustración, y la elabora­
ción de lo que M. Klein ha llamado posición depresiva., Tene­
El conocimiento de una enfermedad denominada “hipocon­
mos que tomar en consideración también que algunos pacientes
dría" data de los tiempos de Hipócrates, y desde entonces, a
narcisistas a menudo tienen parte de su personalidad dirigida
juzgar por la literatura a través de las distintas épocas, parece
al objeto, menos narcisista y más normal, y la mejoría tiene que
haber sido una enfermedad común. En los tiempos de Boswell,
ser medida en términos de la integración de la parte narcisista
de su personalidad con esta parte sana. quien la sufría en carne propia, la hipocondría era tan común
en Inglaterra que era conocida como la “English Malady” .
Para lograr mejorar el narcisismo omnipotente del paciente Existe una profusa literatura psiquiátrica sobre la cuestión de si
todos los aspectos en relación con él deben ser puestos al des­
la hipocondría existió alguna vez como entidad patológica defi­
cubierto en detalle durante el proceso analítico e integrarse con
nida. Bleuler pensaba que todos los pacientes que padecían de
la parte del paciente más normal sensible e interesada.
hipocondría crónica eran esquizofrénicos. Raeke, Westphal,
Es esta parte del análisis la que parece ser tan intolerable, Sonnner, Wolfsohn y posteriormente Schilder estaban todos en
lina y otra vez aparece la disociación cuando se niega la parte favor de considerar a la hipocondría crónica grave como una
normal o la omnipotente. A menudo el intento de integración “entidad psicòtica”. Bleuler definió la hipocondría como un esta­
fracasa porque los mecanismos relacionados al self narcisista do que consiste en “la continua atención al propio estado de
omnipotente rápidamente toman control del self normal, en un salud, con una tendencia a atribuirse enfermedades a partir de
intento de desviar o expeler el reconocimiento del dolor. Sin indicios insignificantes y aun sin ellos”. L a gravedad de la hipo­
embargo, hay pacientes que tienen éxito en sus esfuerzos contra condría es en gran medida variable y puede ser valiosa para
la omnipotencia narcisista y esto nos da esperanzas, como ana­ diferenciar la entidad mórbida llamada hipocondría, que es una
listas, para continuar nuestras investigaciones en los problemas psicosis muy crónica y generalmente de mal pronóstico, de los
clínicos y teóricos del narcisismo. “estados hipocondríacos”, que son más pasajeros: pueden ser de
origen psicòtico o neurótico. Los estados hipocondríacos se en­
cuentran tanto en las neurosis y psicosis como en la histeria y la
neurosis obsesiva; en condiciones depresivas y neurasténicas; en
la esquizofrenia y también en los estados iniciales de las psicosis
orgánicas. Son comunes en la adolescencia y en la madurez.
Por ejemplo, las ansiedades hipocondríacas pasajeras pueden
C. 1

212 h eb b e r t a , bo sen feld


ESTADOS PSICÓTICOS 213 r

surgir cuando se estimulan ansiedades psicóticas infantiles tem­ psicosis (parafrenia) hay una elaboración interna de la libido, f
pranas, particularmente las paranoides, y éstas deben ser reela­ ya sea libido del yo o libido ligada a objetos reales o imaginarios
boradas por el individuo. Esto explicaría por qué las ansiedades en la mente. L a hipocondría de la parafrenia surge, en la opi- (, ■
hipocondríacas surgen a menudo en las fases de reajuste, como •nión de Freud, por la falla de la elaboración de la libido en el
por ejemplo, en la adolescencia o en la edad media de la vida. aparato psíquico. A mi entender aquello que no puede ser ela­ o
borado en el aparato psíquico, en la hipocondría, no es mera'
El significado de estas fases hipocondríacas sería similar a la
función que Melanie Klein atribuye a la neurosis infantil, y que mente la libido, sino una mezcla de impulsos y objetos libidinales o
y agresivos que pueden ser definidos específicamente como un
ella vincula con la reelaboración de las ansiedades psicóticas
tempranas. estado confusional, punto que examinaré más adelante. ("
Parecería que puesto que Freud pensó a la hipocondría
A mi entender, la hipocondría crónica es un síntoma de
naturaleza bien diferente. Son muchos los factores internos y como una neurosis actual más relacionada con la fisiología que c ■
con la psicología, no creía que las ansiedades hipocondríacas
externos que contribuyen a su psicopatología, la cual examinaré
en detalle en este capítulo. Es interesante observar que al tuvieran un contenido inconsciente. Freud no realizó después de c.
tiempo que las ansiedades hipocondríacas parecen ser un sín­
toma frecuente en los pacientes psicoanalíticos en análisis, es
1914 ninguna contribución a la teoría de la hipocondría.
En 1926 desarrolló su nueva teoría del yo como único
o
relativamente escasa la literatura al respecto. asiento de la angustia. Aun entonces no descartó totalmente la
teoría de las neurosis actuales. Su concepto de neurosis actual
c
fue criticado por muchos autores y esto puede haber inhibido
c
REVISION D E LA LITERATURA PSICOANALITICA más que estimulado la investigación del problema de la hipo­
SO BRE LA HIPOCONDRIA condría. c
En 1914, Ferenczi relacionó la hipocondría con el erotismo
Ya en 1896 Freud examinó las ansiedades hipocondríacas. anal. c
Atrajo la atención sobre la relación existente entre la neurosis Schilder contribuyó más que cualquier otro psicoanalista al r
obsesiva y la ansiedad hipocondríaca, sugiriendo que los auto- problema de la hipocondría. Atrajo la atención sobre la similitud y
reproches obsesivos podían transformarse en' ansiedad hipo­ entre la psicopatología de la hipocondría y la despersonalización,
condríaca. destacando además que las sensaciones hipocondríacas son co-
En 1911 escribió: “No consideraré confiable ninguna teoría . muñes tanto a la neurastenia como a la despersonalización. El
pensaba que el órgano hipocondríacamente afectado es a me­ c
acerca de la paranoia a menos que incluya a los síntomas hipo­
condríacos, los cuales suelen acompañar casi invariablemente a nudo genitalizado y a veces simboliza a los genitales.
Schilder dijo que tanto en la conversión histérica como en c
este trastorno. A mi entender, la hipocondría está en la misma
relación con la paranoia que la neurosis de angustia con la la neurastenia y la hipocondría debe estar funcionando un me­
histeria”. (Freud, 1911.) canismo similar. “No hay duda de que la conversión está estre­ c

En 1914 expresó: “Me inclino a clasificar a la hipocondría chamente vinculada a la proyección”. “En comparación con
c
con la neurastenia y la neurosis de angustia como una tercera nuestros sentimientos y conflictos más profundos, el cuerpo es
neurosis «actual»” (1914). Comparó la represión de la libido superficial. Cuando tiene lugar una conversión, aquello que ha
c
del yo con la de la libido objetal y sugirió ,que la ansiedad hi­ sido un problema psíquico es ahora una enfermedad del cuerpo,
pocondríaca emanada de la libido del yo es la contrapartida el cual pertenece parcialmente al mundo externo, aunque no tan
c
de la neurosis de angustia, que él vincula a la libido objetal. externo como otros objetos” . Schilder concluyó que los síntomas
Explica con cierto detalle que tanto en la neurosis como en la hipocondríacos y neurasténicos deben tener un significado in-
L
214 HERBERT A, ROSENFELD ESTADOS V S 1 C O T XC O S 215

consciente puesto que la conversión implica el librarse de con­ en la hipocondría: “La experiencia me ha demostrado que aque­
flictos atormentadores. Describió los intentos del hipocondríaco llas ansiedades que subyacen en la hipocondría constituyen tam­
de sacarse de encima la parte perturbadora del cuerpo, expul­ bién la raíz de los síntomas histéricos de conversión. El factor
sándola. Sin embargo, este intento ele proyección falla. Se pre­ fundamental, común a ambos, es el temor a la persecución en
guntó por qué se da esta proyección sobre el cuerpo, expresando relación al cuerpo (ataques de objetos persecutorios internali­
que a su entender “la vivencia psíquica del cuerpo no es tan zados, o por, el daño causado por el sadismo del sujeto a sus
central como lo son los problemas vitales y libidinales del indi­ objetos internos, como por ejemplo ataques por parte de excre­
viduo que conforman el núcleo del yo y de la personalidad”. mentos peligrosos), todo lo cual es sentido como daño físico
Destacó la importancia de la fijación del hipocondríaco a infligido al yo”. Ella subraya el hecho de que los procesos que
la fase narcisista. También puso de manifiesto la fijación a un subyacen a la transformación de las ansiedades persecutorias
estadio temprano del desarrollo del modelo postural del cuerpo en síntomas físicos están aún por dilucidarse.
(esquema corporal) el cual creía influido no sólo por las sen­ Klein ilustró sus teorías en numerosas contribuciones clíni­
saciones corporales sino también por el desarrollo psicológico, cas. Demostró que durante el análisis las ansiedades hipocon­
por ejemplo por los impulsos oral sádico y sadomasoquistas del dríacas alternaban entre un contenido paranoide y un contenido
niño. depresivo hasta extinguirse. En un artículo anterior, desarrolló
Schilder también llamó la atención sobre la importancia de una teoría según la cual, en ciertas circunstancias, el mecanismo
la autoobservación compulsiva, tanto en la hipocondría como de proyección puede ser puesto fuera de acción. El yo estaría
en la despersonalización. Dijo que escudriñar hipocondríaca­ entonces a merced de una persecución interna, de la cual no
mente un órgano significa, en mayor o menor medida, externa- habría escapatoria: “Un temor de esta naturaleza es probable­
lizarlo. Describió un caso de neurastenia hipocondríaca. Al mente una de las fuentes más profundas de la hipocondría”.
principio del análisis el paciente tuvo una transferencia negativa Sugiero que esta temprana teoría de Melanie Klein se basa
muy intensa y durante un período del tratamiento proyectaba sobre la experiencia subjetiva del hipocondríaco, quien cons­
sobre el analista todos sus sufrimientos mentales y físicos. Schil­ tantemente intenta expulsar a sus órganos afectados por la hipo­
der denominó este proceso “proyección narcisista”. En un mo­ condría y, al mismo tiempo, se queja de no poder hacerlo. En
mento posterior, el paciente logró identificarse con el analista un artículo anterior sobre la hipocondría (1958) intenté demos­
como persona sana. Schilder no relacionó esta interesante expe­ trar que la falta de habilidad del hipocondríaco para utilizar el
riencia clínica con su teoría según la cual el hipocondríaco mecanismo de proyección es sólo aparente.
intenta proyectar pero falla. Melanie Klein siempre llamó la atención sobre la muy es­
Se le podría criticar a Schilder que no haya intentado coor­ trecha relación que hay entre las sensaciones físicas y las fanta­
dinar sus múltiples teorías y observaciones sobre la hipocondría. sías inconscientes. Desde su perspectiva, por ejemplo, las sen­
Sin embargo, al reconocer la importancia del contenido incons­ saciones de hambre pueden ser atribuidas por el niño pequeño
ciente de las sensaciones hipocondríacas, mostró el camino a a una madre o pecho internos malos, y las experiencias de tipo
una comprensión analítica más profunda de esta enfermedad. similar contribuyen a eoncretizar aquello que el niño experi­
Esta comprensión fue ampliada por Melanie Klein mediante menta en sus fantasias internas. Esto implicaría que el niño
sus contribuciones al significado del narcisismo. Ella destacó pequeño vivencia a menudo sus ansiedades mentales dentro de
que aun en los estados narcisistas, que incluyen a la hipocondría, su cuerpo. También puso de manifiesto que el desarrollo de
los impulsos libidinales y agresivos permanecen adheridos a los las ansiedades hipocondríacas puede ser estimulado por factores
objetos buenos y malos del yo. Llamó la atención sobre la rela­ externos, tales como la ansiedad de los padres por la salud y el
ción existente entre los síntomas de conversión en la histeria y cuerpo de! hijo.
o
c
o
ESTADOS PSICÓTICOS 217 r
216 HERBEBT A. HOSENFELD

Heimann (1952) examinó el interés libidinal del paciente bros fantasma y los dolores fantaseados en términos de objetos C
internalizados vividos como fantasmas.
por sus síntomas hipocondríacos y su relación con la autoobser-
vación. Describió un tipo de narcisismo en el que se prefiere Ahora intentaré relacionar estos puntos de vista con mis C
al objeto interno, representado por el órgano corporal, antes que
a los objetos externos. El objeto interno también es odiado por­
propias observaciones y teorías clínicas.
c
que es vivido como dañado. La hostilidad reprimida hacia el
entorno es convertida en sensaciones del órgano. Munro, en E L PAPEL D E LA INTROYECCION Y D E LA c
1948, describió cómo un paciente sentía que no sólo tuvo padres PROYECCION
malos y deprivados, sino que además eran retaliativos y perse­
cutorios. Existían dentro de él frustrados y Lustrando en forma L a mayoría de las contribuciones destacan la importancia
c.
perpetua. Munro destacó que mientras los impulsos orales sádi­ de la introyeeción en la hipocondría, punto de vista con el
cos dominaban el cuadro, se daba concurrentemente una exci­
tación genital. De pequeño, el paciente se había masturbado
cual estoy de total acuerdo. Schilder habla de proyección sobre
el cuerpo y Thorner plantea algo similar. Pero se ha subesti­
c
en forma compulsiva. mado la importancia en la hipocondría del mecanismo de pro­
yección sobre objetos externus. Desde mi punto de vista, el
o
Thomer (1955) dijo que en la hipocondría los objetos per­
secutorios internos son expulsados del núcleo del yo hacia el
paciente hipocondríaco proyecta constantemente partes de su
self mental e incluso físico, así como los objetos internos, sobre
c
cuerpo. A su entender, ello implica un clivaje del yo que sigue
la línea de separación entre cuerpo y mente. Anna Freud
los objetos externos. Pero, y esto es característico de la enfer­
medad, tras la proyección el objeto externo es reintroyectado
('
(1952) llamó la atención sobre las ansiedades hipocondríacas
en niños huérfanos. Ella pensó que los niños se identifican a
por el yo y escindido dentro del cuerpo y los órganos corporales.
En muchos casos se suceden frecuentes reproyecciones y rein-
c
sí mismos con la madre perdida, mientras que el cuerpo re­
presenta al niño. Se preguntaba si las fases psicóticas hipocon­
íroyecciones. Sin embargo, este proceso sólo puede ser observado c
a través de un cuidadoso análisis.
dríacas del adulto se vinculaban con la regresión a esta fase
temprana de la relación madre-niño.
c
Fenichel describió a la hipocondría como una organoneuro- IMPULSOS SADICOS Y MASOQUISTAS EN LA c
sis cuyo factor fisiológico permanece aún desconocido. También
pensaba que el órgano afectado por la hipocondría representa
HIPOCONDRIA
c
no solo al pene en peligro, sino también, y simultáneamente, al Son muchos los autores que mencionaron el papel desem­
objeto que junte a sus catexias ambivalentes es introyectado- peñado por los impulsos sádicos y sadomasoquistas en la hipo­ i,
desde el mundo externo al cuerpo del sujeto. Simmel destacó condría. Desde mi perspectiva, los impulsos sádicos y las fan­
la ecuación inconsciente del órgano afectado por la hipocondría tasías de origen oral y uretral constituyen una parte importante L ‘
y el objeto introyectado. Szasz (1957) desarrolló una teoría
según la cual el yo toma al cuerpo del self como objeto. Las
en la hipocondría. Pero mis experiencias con muchos pacientes
hipocondríacos graves me han demostrado que el factor central
c
ansiedades vinculadas al cuerpo, tales como las ansiedades hi­ parece ser el del sadismo oral de naturaleza omnipatente. Es
L
pocondríacas, son vividas por el yo como relacionadas con el en especial la cualidad omnipotente y deteriorante de la envidia
temor a perder el cuerpo, o partes del mismo. En la teoría de
la hipocondría de Szasz, la introyeeción de objetos no cumple
oral y su relación con la proyección anal la que ejerce su poder
destructivo tanto sobre los objetos externos e internos como
c
ningún papel. Sin embargo, él explica el fenómeno de los miem­ sobre el cuerpo. L
218 HER6EBT A. BOSENFET.D ESTADOS l’ S I C Ó T I C O S 219

pocondríacas que afectan a todo el cuerpo o a muchas partes


LA AUTOOBSERVACION EN LA HIPOCONDRIA del mismo. Estos casos son en particular resistentes al trata­
miento, a menos que sea posible movilizar las ansiedades con-
Schilder y Iieimann destacaron la importancia de la auto- fusionales tempranas contra las que los síntomas genitales son
obsem ción. Yo he encontrado que la escoptofilia sádica que una defensa.
deriva del sadismo oral es un factor importante en la autoobser-
vación del hipocondríaco. L a autoobservación también repre­
senta un papel en el proceso de disociación que surge como una E L PAPEL D E LOS MECANISMOS Y ANSIEDADES DE
vigilancia mental que mantiene a los impulsos y ansiedades into­
LA TEMPRANA INFANCIA EN LA HIPOCONDRIA
lerables fuera de la esfera mental. A menudo tiene también un
carácter compulsivo, y es utilizado sin éxito en el intento del
hipocondríaco en diferenciar entre los objetos buenos y malos y Muchos son los autores que han manifestado que el hipo­
las partes del self dentro del cuerpo, donde subsisten en un condríaco' éstá fijado a la fase narcisística. Sin embargo aún no
estado de confusión constante. se ha investigado lo suficiente el significado pleno de esta
observación. Considero que ciertas ansiedades confusionales
infantiles, combinadas con los procesos de disociación, ■son un
E L PAPEL D E LA ANGUSTIA D E CASTRACION tactor importante que abre las puertas al desarrollo ulterior de
EN LA HIPOCONDRIA enfermedades hipocondríacas y psicosomáticas.
Tal como lo demostró Melanie Klein, el estado confusional
Algunos autores subrayaron la importancia de la angustia parece ser causado principalmente por una falla en el clivaje.o
de castración o el desplazamiento de los impulsos genitales al diferenciación normales. entre objetos buenos y malos y entre
cuerpo o a los órganos corporales. Hallé que a menudo los las partes buenas y malas del self, a consecuencia de lo cual
pacientes hipocondríacos están preocupados por fantasías se­ las ansiedades depresivas y persecutorias a menudo se confun­
xuales, lo cual significa que están constantemente sobreexcitados den (Klein, 1957).
sexualmente. Algunas veces la angustia de castración es fácil­ Sugiero que el estado confusional es tan difícil de tolerar
mente reconocible aun en un análisis muy superficial. En un
por parte del yo porque la parte buena del self y los objetos
análisis más profundo, la organización genital del hipocondríaco
buenos, de los cuales depende la estabilidad del yo, están en
aparece muy precaria, y su sexualidad es de naturaleza sádica.
peligro constante de ser avasallados por la parte mala del self
Además, los impulsos genitales, anales y orales, están bastante
y por los objetos malos con los cuales están confundidos. Ello
mezclados. Ello puede deberse a un temprano desarrollo de las
también significa que la ansiedad depresiva que estimula el
sensaciones genitales, tal como ocurre en el caso de los niños
que no hallan satisfacción en el pecho, debido a un exceso de impulso a la reparación no puede ser elaborada psíquicamente.
envidia oral, tal como lo describió Melanie Klein. En otros casos Aunque haya interés por los objetos, y por lo tanto deseo de
parece existir un vínculo directo entre las ansiedades persecu­ reparar, ninguna reparación puede llevarse a cabo puesto que
torias orales y las ansiedades genitales, factor éste que abre las para ello se hace necesaria la normal disociación entre objetos
puertas a la regresión; Esto puede tomarse en cuenta para buenos y malos a fin de permitir una elaboración exitosa de las
observar que las ansiedades hipocondríacas suelen concentrarse ansiedades depresivas.
primeramente en el pene, y en ciertos casos, combinadas con la Desde mi punto de vista, como consecuencia de esta falla
impotencia, pueden actuar como defensa contra ansiedades hi­ en el clivaje y diferenciación normales entre objetos buenos y
220 HEBBERT A. BOSENFELD

malos, se desarrollan procesos o mecanismos anormales de diso­


ciación como un intento de librarse de las ansiedades confusio-
E L PAPEL D E LOS FACTORES EXTERNOS EN LA
nales.
HIPOCONDRIA
En la hipocondría v en las enfermedades psicosomáticas, las
ansiedades confusionales son disociadas sobre el cuerpo, proceso
Las ansiedades hipocondríacas en niños o adultos pueden,
que probablemente se inicie en la temprana infancia y se re­ aparentemente, ser provocadas por una madre demasiado ansiosa
fuerce durante el desarrollo ulterior. Simultáneamente se desa­ con respecto a la salud de su hijo. Pero la hipocondría grave
rrollan procesos de clivaje más amplios. El exceso de impulsos jamás es producida por este único factor.
omnipotentes sádico-orales, en particular la envidia, también Anna Freud mencionó la hipocondría en niños huérfanos,
parecen ser intolerables al yo primitivo, dando así lugar al cli­ lo cual significaría que a veces la hipocondría puede tener su
vaje. En la hipocondría el sadismo oral y sus derivados ulte­ origen en el abandono y en la carencia de cuidado materno. En
riores son parcialmente escindidos, y la parte escindida parece la historia de varios pacientes hipocondríacos hallé que en la
ser proyectada por el yo sobre los objetos externos y rápidamente temprana infancia y aun en la latencia compartieron la cama
introyectada dentro del cuerpo y los órganos corporales. Tam­ con la madre. Este factor pareció no solo incrementar la sobre­
bién quiero mencionar que es característico del estado hipocon­ estimulación genital del paciente, sino que además despertó las
dríaco que el contenido mental de la ansiedad sea en gran más profundas ansiedades persecutorias del paciente respecto
medida retenido en el cuerpo o en sus órganos, tras la proyección de su pene. De este modo la tendencia a la regresión y la pre­
de las ansiedades y a veces delirios. En las enfermedades psico­ disposición a la hipocondría se ven considerablemente aumen­
somáticas falta a menudo el contenido de la ansiedad. D e ello tadas.
podemos inferir que la disociación de las esferas mental y física
no es tan completa en la hipocondría como lo es en las enfer­ Estudio de un caso
medades psicosomáticas.
A continuación examinaré los detalles del análisis de un
paciente que padecía de una hipocondría grave. El paciente
tenía 21 años cuando inició su análisis conmigo. Se quejaba de
ESTADOS HIPOCONDRIACOS COMO D EFEN SA
sentir una gran opresión sobre su pecho, lo que le daba la sen­
sación de que podía desintegrarse. También le preocupaban
Los delirios y sensaciones hipocondríacas son comunes en varias sensaciones hipocondríacas en sus brazos, piernas, cabeza,
todas las fases de la enfermedad psicótica, en particular en la‘ corazón y estómago. Creía estar sufriendo de una enfermedad
esquizofrenia. Este tipo de hipocondría puede ser considerado del corazón y del estómago. Siempre había sido levemente
como un subproducto de la regresión a un estadio infantil tem­ hipocondríaco, pero desarrolló una hipocondría grave tras un
prano. Sin embargo, la hipocondría crónica, que es una clase sueño sexual diurno sin masturbación manual que lo dejó con
no deteriorante de psicosis, no puede ser considerada simple­ cierta irritación en el pene. Pensó que estaba peligrosamente
mente como un estado regresivo. Tiene a menudo una función- afectado de una enfermedad sexual indefinida y que se encon­
defensiva contra los estados esquizofrénicos o paranoides agudos. traba en muy malas condiciones físicas, pero hallaba aun más
intolerable el hecho de que su familia se preocupara por su
estado. El análisis reveló, más adelante, que no podía tolerar la
mirada cariñosa de sus padres, porque él estaba convencido de
222 ílEHUElVr A. BOSEN'FELO
K S T A I) O S P S I C O T I C O S 223

dificultades sexuales, en particular su impotencia, revelada en el


que Ig consideraban un “inválido”, lo que para él significaba
análisis. Emprendió varias relaciones razonablemente satisfacto­
“castrado”. Mucho más tarde en el análisis admitió e l temor de
que sus padres lo consideraran un loco. rias con muchachas, pero nunca reconocía que estaba mejor.
El paciente siempre le había tenido miedo al casamiento.
A los 24 años conoció a una joven muy atractiva con quien se
Historia vital
comprometió, pero en ese momento se instalaron ansiedades
Este paciente nació en Europa. Tenía un hermano 3 años muy graves. Temía ser atrapado y totalmente destruido en el
mayor que él. No puede recordar demasiado su temprana in­ proceso. Sucedieron quince meses de gran indecisión y ansie­
fancia hasta los 6 años, cuando su padre perdió repentinamente dad, con quejas hipocondríacas constantes, hasta que decidió
todo su dinero y toda la familia tuvo que acudir a ‘ familiares casarse. Incluso en el día de su casamiento estuvo convencido
que vivían en otro país europeo, donde se instalaron de manera de que desfallecería, aunque pudo sobrellevarlo con éxito.
muy precaria en una habitación. Al poco tiempo los padres de­ Semanas antes del casamiento, tuvo un sueño en el que
cidieron que la madre compartiría su cama con el paciente, en caminaba junto a su novia hacia su habitación. De repente se
tanto que el padre haría lo propio con el hermano mayor. Apa­ abrió una puerta y apareció un mulato, que era un bandido
rentemente, este arreglo se prolongó hasta que el paciente, que que había intentado robar en su cuarto. El paciente lo desafió
contaba ya alrededor de 12 años, se rebeló contra esta situación e introdujo sus manos dentro de los bolsillos del ladrón sin poder
tras escuchar que la gente objetaba lo impropio que un mucha­ encontrar nada que hubiera sido robado. El mulato estaba son­
cho tan grande durmiera con su madre. Cuando cumplió 16 riente. Había dos personas paradas en las inmediaciones. Gritó
años, la familia abandonó Europa para escapar a la persecución pidiendo socorro, pero éstas no realizaron ningún movimiento
nazi. en su ayuda, v el mulato escapó. Se dio cuenta entonces que
de ahí en más tendría miedo y estaría en peligro físico por el
Después, la fortuna de la familia mejoró, en especial debido
resto de su vida, puesto que el mulato jamás le perdonaría
al éxito en los negocios del hermano mayor, en quien el padre
confiaba mucho. haberlo desafiado, y tarde o temprano se vengaría.
En sus asociaciones respecto del sueño, el paciente habló
El análisis puede dividirse en tres períodos. Durante el pri­
en primer término de una película sobre Nerón que lo había
mero, que abarca aproximadamente cuatro a cinco años, el pa­
asustado sobremanera. También mencionó que le había dicho
ciente tomó conciencia de varios problemas que paulatinamente
a su novia que él estaba enfermo y en tratamiento. Estaba ate­
fueron mejorando. Pero su hipocondría, y en particular la opre­
rrorizado por la reacción que provocaría en ella esta revelación.
sión en el pecho, permanecieron muy resistentes al análisis.
Temía en especial que se compadeciera de él y que esto le des­
Al principio comenzó a darse cuenta de su extrema envidia pertara nuevamente la intolerable ansiedad que experimentó
y de su celosa rivalidad para con su hermano. También tomó cuando cayó enfermo por primera vez y no podía soportar la
conciencia de la intensa relación edípica, reforzada por el largo simpatía de su familia. Le interpreté que el mulato representaba
período durante el cual durmió con su madre. Se hizo evidente al .se/./-Nerón omnipotente y sádico del paciente, que el casamien­
que la pérdida del dinero y de la posición del padre las atribuía to propuesto ponía más al descubierto. Este self omnipotente
a sus propias fantasías omnipotentes. Durante este período, la significaba para él la locura, a la que sintió que ni yo ni él ha­
grave angustia de castración parecía ocupar el primer plano, y bíamos hecho nada para detener. El escape del ladrón pareció
el paciente estaba a menudo preocupado por fantasías homose­ la representación pictórica del mecanismo de clivaje. Pareció (pie
xuales. Aparecían sueños en los que una mujer atacaba a otra
el self omnipotente, sádico y loco no sólo aparecía al descubierto,
en forma muy sádica. Cuando tomó conciencia de su propia sino que se escindió mucho más. Esto fue representado en el
rivalidad envidiosa hacia las mujeres, se aclararon algunas de sus
224 HERBERT A. EOSENFELD

guirlo dondequiera que fuese. Quería quitársela de encima por­


sueño por el escape del ladrón. Como ahora sabía más sobre su
que no sabía qué hacer con ella, y a veces le resultaba casi into­
sadismo y su locura, el paciente pareció temer que de ahí en más
lerable, pero al mismo tiempo tenía temor de perderla, porque
estaría siempre con el miedo de que ambos lo avasallaran.
a menudo había pensado que quitándosela ya no podría ni amar
Puesto que sus ansiedades hipocondríacas se incrementaron ni querer. Esta preocupación representaba a su madre, quien
considerablemente durante los tres años siguientes, era claro que se preocupaba y se angustiaba por él, pero a quien también
al bandido que representaba a su sadismo se había refugiado sentía dañada y por consiguiente acusadora y exigente. El
dentro del cuerpo del paciente. L a representación del self sá­ deseaba que se le curara la tensión en la cabeza, lo cual impli­
dico por medio de un mulato sugiere que los impulsos omnipo­ caba que deseaba que se le restituyera la madre pero nunca
tentes y sádicos del paciente son derivados de los impulsos podía decidir si la preocupación era en sí misma buena o mala,
anales. La fuente oral más profunda de su self omnipotente y porque tampoco podía decidir si la madre dañada era realmente
sádico sólo se reveló muy posteriormente en su análisis. una madre buena o una madre persecutoriamente vengativa, y
Los tres años que sucedieron al sueño del mulato, que este estado de confusión le impedía definirse respecto de su
casi coincidieron con los de casamiento del paciente, pueden preocupación.
considerarse como su segundo período de análisis. En forma En este mismo capítulo hemos visto las dificultades en la
considerable, se incrementaron sus síntomas hipocondríacos, en elaboración de los estados confusionales —la confusión entre
particular la opresión del pecho,, así como diversas sensaciones las ansiedades persecutorias y depresivas en el aparato psíquico-
en la cabeza, corazón y otras partes del cuerpo. Por momentos como factor importante en la producción de ansiedades hipo­
perdía casi todo interés por el mundo exterior, preocupándose condríacas. Durante este período de análisis se hizo cada vez
en forma obsesiva por su enfermedad. Al principio, el casamien­ más clara la relación entre el estado confusional y la ansiedad
to pareció resultar más exitoso de lo que él mismo esperaba, obsesiva del paciente. Constantemente cavilaba sobre lo que
pero unos meses más tarde su madre enfermó gravemente de seria importante, se preocupaba por haber sido negligente o por
cáncer a la laringe y falleció. Antes de su muerte, el paciente haber cometido un error. No cabía duda de que nunca estaba
recuperó algo de su cariño y afecto por ella e hizo todo lo posi­ seguro de poder reconocer y estimar nada que fuera realmente
ble para ayudarla. Sin embargo, cuando murió, se sintió inten­ importante, porque todo hecho importante era inmediatamente
samente responsable de haberla matado y sus sentimientos de desvalorizado y por lo tanto descuidado. Esta incapacidad para
culpa se prolongaron por varios meses. Pareció estar preocu­ diferenciar los objetos buenos y malos, a causa de la desvalori­
pado por su muerte v daba la impresión de estar constantemente zación envidiosa del objeto bueno, constituye un aspecto impor­
identificado con ella. Tenía fantasías de su madre en soledad, tante del estado confusional. Las dudas obsesivas, que se pro­
sexualmente frustrada, callada y aburrida en su tumba. En esos longaron en una autoobservación obsesiva del propio cuerpo,
momentos aparecieron muchos síntomas hipocondríacos pero
fueron intentos infructuosos de manejar la confusión.
no eran de importancia. A medida que pasaban los meses se
En ningún período del análisis el paciente se había mostrado
sentía peor, sin obtener satisfacción ni de su esposa ni del tra­
muy comunicativo, pero durante este período se volvió particu­
bajo. El estado de constante insatisfacción y aburrimiento in­
larmente silencioso. A menudo permanecía recostado sobre el
crementó la ansiedad hipocondríaca en su pecho y su temor a
diván sin decir nada, respirando con pesadez por espacio de
desintegrarse. También sentía en su cabeza cierta tensión y
quince minutos. En ocasiones manifestaba su aburrimiento, su
presión. Paulatinamente, a lo largo del análisis, vinculó su sen­
incapacidad de obtener alguna satisfacción de la vida y la pre­
sación física en la cabeza con una sensación mental que des­
ocupación que le provocaba la opresión constante de su pecho.
cribió como “preocupación por su cabeza”. Se sentía acosado
Hice varias interpretaciones sobre el significado de su conducta.
por esta preocupación y a veces explicaba que parecía perse­
226 HEB3EKT A. ROSENSELO
227
ESTADOS PSICÓTICOS

Por ejemplo, le interpreté que la pesadez constante de su respi­


imprescindible para hallar el acceso a las sensaciones físicas que
ración durante la sesión era la proyección sobre mí de su per­
tanto lo perturbaban. Cuando le pedí que asociara con respecto
turbación física y mental, pero nunca lo reconectó consciente­
a la razón de la conducta de Sergio en el sueño, accedió a des­
mente. Por lo general, respondía a mis interpretaciones con un
cribir las características desagradables de aquél, a quien- consi­
silencio total hasta el final de la hora. Esta conducta muy repe­
deraba muy envidioso e incapaz de proporcionarle ninguna in­
titiva se prolongó por varios meses.
formación empresarial que le fuera útil, a pesar de la genero­
Por ese entonces tuvo dos sueños que ayudaron a salir- del sidad de mi paciente hacia él. Ahora estaba en condiciones de
estancamiento en que había caído el análisis. En el primer interpretar que la conducta no cooperativa del paciente en aná­
sueño, él estaba en mi consultorio. Yo, el analista, parecía estar lisis se debía a la envidia que sentía por mí y por mi trabajo.
deprimido y frenético por su falta de progreso. En mi desespe­ Relacioné esto con el sueño del oftalmoscopio, mostrándole que
ranza tomé cierto fluido y se lo froté sobre la cabeza, después él sentía que me estaba deprimiendo y haciéndome sentir frené­
de lo cual le examiné los ojos con un oftalmoscopio. Aparente­ tico por su conducta envidiosa y frustrante. También le inter­
mente dejé traslucir mi satisfacción, comprobé que algún cam­ preté que envidiaba mi salud física y mental, lo que estimulaba
bio se había operado dentro de él. El me observó en todo la proyección de sus problemas sobre mi persona: quería poseer
momento del proceso, y tan pronto como observó que yo me mi salud y darme su enfermedad. Además le demostré que la
sentía mejor, desapareció la opresión de su pecho. Después opresión de su pecho tenía una relación directa con el modo en
de contarme este sueño volvió a quedarse callado. El contenido que, inconscientemente, pensaba que yo, el analista, me sentiría
manifiesto de aquél pareció confirmar muchas de mis interpre­ como consecuencia de sus ataques y de-.sus proyecciones frus­
taciones anteriores, y al mismo tiempo ilustró vividamente lo trantes. De hecho, él me había internalizado como un objeto
que a menudo había sido actuado en la sesión. frustrado y deprimido, continente de sus problemas. El sueño
Al principio interpreté su silencio no tanto como un ataque manifiesto llegaba a expresar que si yo, el analista, estaba satis­
hacia mi, sino como la expresión .de su pasividad total como fecho y no me sentía ya frustrado, él, el paciente, estaría bien.
consecuencia de la proyección masiva de sus ansiedades sobre Con anterioridad señalé que el paciente hipocondríaco pro­
mí. Parecía como si yo no sólo tuviera que buscar y encontrar
yecta de manera constante su self y sus problemas internos en el
por mis propios medios lo que sucedía dentro de él, sino que
analista, y esto se continúa con una inmediata reintroyección. El
además toda su preocupación y ansiedad por la falta de progreso
sueño parece ilustrar claramente la proyección del paciente sobre
fue proyectada en mí. Los detalles de este sueño fueron com­
el analista y su reintroyección bajo la forma de una. sensación
prendidos recién después de varias semanas de labor, y entre
hipocondríaca. L a satisfacción del analista en el sueño impli­
tanto el paciente trajo otro sueño. En el mismo caminaba pol­
caba que no se llevaron a cabo ataques más dañinos y frus­
la calle con un amigo llamado Sergio. Quería visitar a un amigo,
trantes por proyección y, por lo tanto, el analista podía ser ahora
común internado en un hospital, por lo que le preguntó a Sergio
introyectado como un objeto indemne y bueno. Esto significaba
el camino; pero ante su horror y estupor Sergio permaneció en
para el paciente que él mismo podía sentirse sano y estar sano.
un silencio absoluto. De ningún modo quería ayudarlo a visitar
a la persona enferma. L a conducta de Sergio en el sueño se Este sueño brindó el primer indicio sobre la posibilidad de
correspondía estrechamente con la de mi paciente durante las que el paciente se diera cuenta de que podía ser curado de uno
sesiones analíticas. de sus síntomas hipocondríacos más resistentes, la opresión de
su pecho. Tras su elaboración en análisis, se produjo un cam­
Le interpreté que Sergio representaba una parte de sí mis­
bio gradual en la conducta del paciente. Hablaba mucho más
mo que lo aterrorizaba y confundía, porque esa parte Sergio
en análisis y era más cooperativo. Por ejemplo, cuando lo creía
que él temía se rehusaba a darme a mí, su analista, la ayuda
correcto, corroboraba mis interpretaciones, cosa que antes no
228 HERBEBT A. ROSENFELD

había hecho nunca. Por primera vez admitió que deseaba tragada, casi sin masticar. Al introducir el siguiente trozo de
realizar un esfuerzo para mejorarse. Pero frente a este hecho comida se repetía el proceso, y así sucesivamente. Esta manera
en apariencia favorable, se generó una nueva ansiedad. El pa­ de comer pareció ser la causa fundamental de la irritación física
ciente temía haber esperado demasiado, que su oportunidad ya de su estómago, la gastritis.
estuviera perdida, lo cual le significaba sentir que había ido Durante este tiempo el análisis también pareció convertirse
demasiado lejos y que no podía deshacer el daño por él cau­ en comida. Se quejaba de lo fastidioso de su análisis y de obte­
sado. Estas ansiedades no se centraron tanto alrededor de su ner siempre las mismas interpretaciones. En apariencia, estaba
temor de perderme como objeto interno sino que se focalizaron ansioso de tener interpretaciones, pero éstas eran desvalorizadas
casi exclusivamente sobre su estómago como objeto interno. E s­ casi en el momento de ser emitidas. Esta situación transferen­
taba convencido de que su estómago había sufrido una destruc­ cia! pareció ser una repetición de la experiencia alimenticia del
ción irreparable, principalmente a causa de la falta de cuidado, paciente, la que en primera instancia había sido normal —según
y pasaba ahora a ser el centro de su continua autoobservación su madre fue un buen bebé, alimentado a pecho alrededor de
y preocupación hipocondríacas. Se justifica aquí hablar de una nueve meses—. Obviamente, había sido incapaz de gozar el
nueva fase en el tratamiento, que yo denominaré tercer período, alimento, porque su constante desvalorización envidiosa del
porque sus ansiedades hipocondríacas con respecto a su estó­ pecho había impedido una verdadera satisfacción oral.
mago asumieron un carácter claramente depresivo, en tanto que Poco a poco el paciente fue tomando conciencia de su temor
las ansiedades vinculadas a su pecho habían sido una mezcla de a lo que podría revelar el análisis. Un día tuvo la fantasía de
persecución y de depresión. Estaba convencido de que estaba que yo lo miraba a través de los rayos X. Estaba irritado pol­
incubando una úlcera al estómago, pero no se decidía a hacerse lo que yo pudiera averiguar sobre él y tenía conciencia de que­
examinar por un médico por temor a que se confirmara su pro­ rer ocultarme sus asociaciones. Dijo que era suficiente con que
pio diagnóstico, o se encontrara algo peor, tal como cáncer. yo me ganara los honorarios. ;Por qué tendría yo que tener
Pero lo que más temía, era que el hecho de dirigirse a otro la satisfacción de disfrutar de mi trabajo y de curarlo? Su parte
terapeuta desvalorizara su análisis. Un examen de rayos X reveló sádica y envidiosa, que había aparecido tan a menudo en los
algunos indicios de gastritis. El paciente se sintió poco reasegu­ sueños, pareció quedar más al descubierto.
rado por esto y las graves ansiedades hipocondríacas se pro­
Por ese entonces pudo tomarse unas vacaciones largamente
longaron durante casi un año. La relación con el médico que
esperadas con su esposa, pero durante su transcurso la trató
lo trató por su gastritis parecía muy similar a la que había
de muy mala manera, frustrándola en todo sentido. El arruinó
tenido comñigo en el sueño cuando yo examinaba sus ojos.
las vacaciones de ambos, pero en vez de lamentarlo por sí mismo
Cada vez que el paciente decidía que el médico parecía ansioso, tomó conciencia de lo mucho que la amaba y de su gran temor
se angustiaba mucho y sus síntomas estomacales se incrementa­ a perderla. Esta era una experiencia completamente nueva y
ban en gran medida. aterradora. En esos momentos se preocupó por un niño de su
Aparte de las ansiedades con respecto a su estómago, la familia que estaba esquizofrénico. El paciente se identificó con
principal queja del paciente era su fastidio. Mientras que ante­ él y de noche padecía de grandes ansiedades. Se mostraba ate­
riormente su fastidio se vinculaba fundamentalmente al trabajo rrado de que la gente entrara en su casa y temía enloquecer.
y a las relaciones sexuales, ahora se extendía hasta a la comida. Su temor a la locura, que había existido siempre desde su crisis,
Se quejaba de que todo tuviera el mismo sabor y no le brindara quedó al descubierto. Estaba causado por el temor a verse su­
satisfacción, por cuya razón no tenía apetito. Se percató de perado por sus impulsos sádicos y envidiosos, identificados con
que en el momento de introducir la comida en su boca se des­ su parte esquizofrénica, que ahora parecía irrumpir en su self
valorizaba y se tornaba molesta, por lo que era rápidamente avasallándolo, tal como lo temió en el sueño del mulato.
230 HEBBERT A. KOSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 231

Me contó que estaba siguiendo día a día la cotización de Estoy sugiriendo que el sueño ilustra cómo la hipocondría,
ciertas acciones de la bolsa de comercio. Estas acciones no eran a pesar de comenzar con la angustia de castración y las ansie­
de él sino de otras personas. Explicó que esperaba que bajaran, dades hipocondríacas con respecto al pene, tiene su origen en
que sé convirtieran en nada. No quería que nadie ganara nada. las ansiedades y fantasías orales del paciente. ■
Al mismo .tiempo desarrolló un intenso temor a convertirse él Ahora, el paciente dependía mucho más del análisis. A
mismo en nada y a secarse. Cada vez que encontraba amigos menudo era posible, durante la hora de análisis, hacerle com­
que le' decían que estaba delgado, era presa de pánico, temiendo prender sus temores brindándole algún alivio. Por ese entonces
que el proceso de encogimiento hubiera comenzado. En esos desarrolló la sospecha de que mientras yo fuera continente de
momentos sus temores hipocondríacos parecían tener un carácter
la cura que él deseaba, yo sádicamente podía retenerla.
claramente delusional. Cuando el posible encogimiento de su
Un día me ofreció una suma en extremo grande de dinero
cuerpo lo. aterraba, tenía necesidad de comer rápidamente algo,
para que yo le diera su salud en una sesión, de modo que no
o de venir a análisis para lograr algo de mí. Suponía que de
tuviera que venir más a mí. Era obvio que había regresado de
este modo el proceso de encogimiento podía ser detenido.
una manera mucho más abierta a una etapa oral primitiva,
Por ése tiempo tuvo un sueño en el que observaba, a través
anunciada por la creciente ansiedad con respecto a su estómago.
del ojo de una cerradura, los pechos de una mujer joven y
Sus sensaciones y temor a encogerse implicaban que había in­
atractiva.
ternalizado el .pecho y se había identificado con él, de cuyo
Repentinamente los pechos se transformaron, volviéndose
encogimiento se sentía causante hasta transformarlo en nada.
feos y marchitos. L a mujer salió de la habitación y lo persiguió, El sentía que aún había esperanzas de que existiera un ..pecho
aparentemente para tener relaciones sexuales con él. El estaba
bueno en el mundo exterior, pero temía que el analista,, repre­
atemorizado y trató de luchar contra ella, pero ella le tocó el
sentando a la madre, en tanto poseedor del pecho bueno, se lo
pene. Se despertó con una polución sintiéndose totalmente
negara adrede en forma sádica para atormentarlo. Este temor
exhausto.
era notablemente reminiscente de su propia retención atormen­
En sus asociaciones, el paciente relacionó a la mujer con su tadora de material en la transferencia. Por lo tanto, intenté
madre, a quien a menudo observaba desvestirse en la habita- * mostrarle al paciente que ahora, cuando admitía lo mucho que
ción. Hizo otras asociaciones con sueños anteriores donde las
me necesitaba y cuán importante era yo para él, tenía miedo
mujeres aparecían como pechos; las referencias al analista eran
de que yo fuera cruel y envidioso y retuviera para mí el cono­
más silenciosas que de costumbre. También me recordó su
cimiento para impedir su mejoría. En otras palabras, sus fan­
temor a la polución espontánea, instalada en el comienzo de su
tasías persecutorias en relación con la envidia oral quedaron
enfermedad, cuando por primera vez desarrolló ansiedades y
más al descubierto.
sensaciones hipocondríacas con respecto a su pene, antes de
extenderse a otras partes de su cuerpo. El sueño reveló, que el En esos momentos aparecieron otros temores: sentía que
ataque marchitante al pecho estaba causado por la escoptofilia todas las ansiedades de su cuerpo se juntarían, lo perseguirían
sádica del paciente. Tal como lo demostraron Fenichel y otros, y destruirían. La razón de esto estaba vinculada a una dismi­
la escoptofilia y los impulsos orales están estrechamente ligados. nución de los procesos de clivaje. Era evidente que sus distintas
El sueño también reveló que fue el pecho-madre atacado y ansiedades hipocondríacas se habían conectado con partes es­
vaciado, representado en el análisis por el analista silenciado, cindidas de los objetos y del self, que estaban comenzando a
el que realizó un ataque marchitante y agotador contra su pene, juntarse. Este intento de integración fue asociado con úna mayor
que pareció identificado a todo el cuerpo, tal como lo indicaron ansiedad .de desintegrarse y de ser abrumado por la voracidad
los síntomas corporales al despertar. v la agresión, vividas como internamente persecutorias.
c
c
r

232 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS F S I C ÓT 1C OS 233

Aquí recordé mis experiencias con pacientes esquizofrénicos, tanto a la ansiedad confusional como a la envidia oral sádica, (
en las que a menudo hallé que, en los momentos en que dis­ constituyen uno de los puntos de fijación de los estados hipo­
minuía el clivaje, un grave ataque confusional amenazaba con
irrumpir a la superficie. De hecho, en ese momento, el paciente
condríacos. El yo parece incapaz de elaborar el estado confu­
sional en el aparató psíquico. Proyecta constantemente el estado
c
tenía gran temor a un brote esquizofrénico. Sin embargo no confusional, incluyendo objetos internos y partes del self, tal c
fue necesaria ninguna hospitalización, ni interrupción de su tra­ como el sadismo oral, sobre los objetos extemos que inmedia­
bajo. Tras esta fase del tratamiento, el paciente mejoró nota­ tamente son reintroyectados dentro del cuerpo y los órganos f
blemente, aunque siga necesitando análisis. Su hipocondría se corporales. Estos primitivos procesos influyen de modo cons­
ha transformado en ansiedades más neuróticas, menos graves y
de naturaleza más pasajera. También por primera vez pudo
tante en el ulterior desarrollo de la sexualidad genital. Una
característica del hipocondríaco crónico es su incapacidad de
c
llevar a cabo largos viajes de negocios al exterior, pudiendo cons­ lograr una satisfacción oral adecuada, la cual se hace extensiva (
truir una importante empresa internacional. a la esfera de lo genital. La constante ansiedad creada por la
Deseo subrayar brevemente la regresión del paciente en frustración genital incrementa la tendencia a la regresión y mo­ (
análisis a la etapa oral, y la clara mejoría que sucedió al análisis viliza las tempranas ansiedades confusionales orales. El estado
de este proceso. Pienso que fue muy importante que no todo el hipocondríaco se manifiesta como defensa contra este peligro. (
self estuviera involucrado en la regresión, porque para ese en­ Además, creo que la hipocondría crónica grave se constituye a
tonces el análisis había sorteado lo suficiente la confusión entre menudo como defensa contra .un estado esquizofrénico o pa- c
objetos buenos y malos y entre partes buenas y malas del self ranoide.
como para posibilitar a una parte del self y del yo identificarse (
con el analista como objeto bueno. Reforzado por esta identifi­
cación, el yo pudo tolerar el relajamiento de la escisión de la
c
envidia oral sádica. Como resultado de la disminución del cli­
i
vaje, la ansiedad y la confusión se incrementaron temporaria­
mente, pero simultáneamente el yo incrementó su fortaleza me­
diante la liberación de sentimientos libidinales, invariablemente
c
ligados a la agresión disociada. Ello hizo posible el deseo de (
confiar en el analista y obtener así alivio y cierta satisfacción
del análisis y de las interpretaciones. Como consecuencia, el (
paciente pudo introyectar al analista como un objeto bueno más
seguro en la etapa oral, lo cual disminuyó su fijación oral. L a c
consecuente disminución de su ansiedad persecutoria, la cual
había interferido particularmente con su desarrollo genital, dis­ c
minuyó su angustia de castración y él se sintió más seguro en
su masculinidad y en sus logros. Todo ello redundó en una
mejoría considerable de su hipocondría. El paciente finalizó el
c
f
tratamiento en julio de 1960 e informa que desde entonces está
bien.
Deseo hacer ahora una breve recapitulación: estoy sugi­ L
riendo que los primitivos procesos infantiles de clivaje, ligados
L
12

UNA INVESTIGACION SOBRE LA N ECESID A D D E


“ACTING G U I” EN LOS PACIENTES NEUROTICOS Y
FSICOTICOS DURANTE E L ANALISIS
(1964)

AI investigar la necesidad de acting out de los pacientes


durante el análisis, he llegado a comprender que el mismo ocu­
rre, en cierta medida, en todo análisis, y que es acertado afirmar
que el acting out parcial no sólo es inevitable sino que en reali­
dad es un aspecto esencial del análisis efectivo. Tanto el análisis
como el paciente corren peligro sólo cuando dicho acting out
parcial aumenta y se vuelve excesivo.
Ya en 1914 Freud comenzó a interesarse por el problema
del acting out. Al explicar el proceso del análisis expresa: “Po­
demos decir que el paciente no recuerda nada de lo que ha
olvidado y reprimido, pero lo actúa” (Freud, 1914). Relaciona
seguidamente el acting out con la compulsión a la repetición y
continúa: “Durante el tratamiento el paciente no puede librarse
de la compulsión a repetir; finalmente llegamos a comprender
que tal es su manera de recordar”. Más adelante agrega: “Pronto
advertimos que la transferencia en sí es sólo un fragmento de
repetición y que la repetición es una transferencia del pasado
olvidado, no solamente sobre el médico, sino también sobre todos
los otros aspectos de la situación habitual. Debemos estar pre­
parados para descubrir, por lo tanto, que el paciente se aban­
dona a la compulsión a repetir, que ahora reemplaza el impulso
a recordar, no solamente en su actitud personal con el médico
sino en toda otra actitud y relación que pueda ocupar su vida
en ese momento”.
r

O
236 HEBBERT A. KOSENFELD
ESTADOS PSICOTICOS 237 c
En esta formulación Freud remarca el hecho de que el (
yendo las ansiedades y los mecanismos más primitivos de los
acting out está muy ligado a la transferencia que inevitable­
cuales depende el desarrollo del yo. Ello requiere una técnica
mente penetra en todos los aspectos de la vida del paciente.
que no sólo va a descubrir resistencias e investigar las defensas r
También indica claramente que debemos reconocer la reactiva­
del yo maduro, sino que también nos hace posible seguir deta­
ción de experiencias pasadas, lo que significa acting out, como
lladamente lo que se está transfiriendo del pasado, estudiando
el procedimiento mediante el cual el paciente recuerda.
las interrelaciones entre la situación de análisis y la vida coti­
Acepto por entero los conceptos de Freud de que esta reac­ diana del paciente. Coincido en un todo con la opinión y la
tivación o acting out es una parte necesaria de todo análisis, y técnica de Melanie Klein, expresadas en su. trabajo sobre los
propongo llamarlo “acting out parcial” para distinguirlo del “Orígenes de la transferencia” (1952). “Mi concepto sobre que
“acting out excesivo” o total, que Freud examina en la segunda la transferencia está arraigada en los más tempranos estadios del
parte de su trabajo. Freud declara que el acting out se rela­ desarrollo y en los estratos más profundos del inconsciente es (.
ciona con la intensidad de las resistencias del paciente. Se de­ mucho más amplio y comprende una técnica mediante la cual
duce que en ese momento su técnica de analizar las resistencias los elementos inconscientes de la transferencia se deducen de la C
y tratar así con el modo por el cual la transferencia penetra en
la vida habitual del paciente, aún no constituía un instrumento
terapéutico adecuado. Con el fin de evitar un acting out exce­
totalidad del material presentado; por ejemplo, los comentarios
de los pacientes sobre sus respectivas vidas cotidianas, sus rela­ e
sivo, Freud ejercía sobre el enfermo una presión constante para
llevarlo a recordar en lugar de “actuar” y, por otra parte, llegaba
ciones y sus actividades, no sólo llevan a la comprensión de la
función del yo, sino que también revelan, si sondeamos su con­
c
a prohibirle que se dedicara a actividades nuevas de importancia
en el transcurso del análisis. Es indudable que el concepto de
tenido inconsciente, las defensas contra las ansiedades exacerba­
das en la situación transferencial. El paciente tiene que tratar
c
la transferencia que penetra en la situación habitual, hace recaer con conflictos y ansiedades reexperimentados hacia el analista
mediante los mismos métodos que empleó en el pasado. Es
c
serias responsabilidades sobre el analista, quien ayuda inevita­ rf-
decir, se aleja del analista, así como, trató de alejarse de sus \
blemente a reactivar la repetición en la transferencia de situa­
ciones del pasado. objetos primarios; procura escindir su relación con él, conserván­
dolo como una buena o mala figura; desvía ciertos sentimientos L
Existen numerosos analistas que siguen el consejo de Freud
y de Ferenczi respecto de las prohibiciones para reducir el y actitudes experimentados hacia el analista a otras personas de
su vida habitual, lo que constituye una parte del acting out”. (.
peligro del acting out, pero la'mayoría de los que se han abo­
cado a ese tema, tales como Fenichel y Greenacre, coinciden Al igual que Freud, Melanie Klein destaca la reactivación
en que las prohibiciones no impiden el acting out excesivo. Si de experiencias pasadas en el análisis y su penetración en la vida
C
consideramos que un poco de acting out es una parte importante de todos los días. Agrega, empero, la razón por la cual considera
C
y necesaria de todo análisis, tendremos que encarar el hecho que la reactivación de experiencias tempranas en el análisis debe
de que la prohibición de ciertas actividades al comienzo y du­ llevar forzosamente a la necesidad de realizar un acting out en C
rante el transcurso del análisis debe interferir forzosamente en la vida habitual, en especial porque en el análisis el paciente
la marcha de éste. Después de todo, deseamos reactivar situa­ repite la manera como se alejó originariamente de su objeto C
ciones pasadas, no suprimirlas desde un principio. L a solución primario.
del problema, con prescindencia de si estamos tratando con un Por mi parte, amplío aun más este punto de vista. Sugiero C
acting out parcial o total, parece radicar en una dirección dife­ que depende del grado de hostilidad con que el paciente se
rente, a saber, una mejor comprensión de la transferencia como alejó de su objeto más temprano, especialmente del pecho ma­ C
reactivación de las más tempranas relaciones objétales, inclu­
terno, el hecho de que el enfermo sea capaz de colaborar en el
c
238 HE3 BERT A. BOSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 239

análisis con un acting out parcial o de que se maneje con un bueno con más firmeza, lo que a su vez fortalece su yo y hace
acting oui excesivo. posible que tolere la frustración sin perder enteramente el amor.
Si en el alejamiento del pecho ha habido poca hostilidad, Melanie Klein ha llamado a dicha fase del desarrollo la “posición
encontraremos en el análisis del paciente sólo un acting out depresiva”. Si el niño es capaz de tratar la frustración en el
parcial, a condición de que la transferencia sea plenamente com­ nivel depresivo, se infiere que en las inevitables frustraciones de
prendida e interpretada,1 o de que las tempranas fases orales la niñez, tendrá la habilidad de alejarse del objeto primario hacia
del desarrollo infantil sean reexperimentadas eu la transferencia. un objeto secundario sin odiar demasiado a dicho objeto prima­

Por otra parte, la necesidad del paciente de un acting oui- rio, de modo tal que aquél no pueda considerarse totalmente
excesivo está siempre vinculada, según mi criterio, con un aleja­ malo. Así, por ejemplo, cuando por una u oira razón está lleno
miento muy agresivo, del objeto más temprano. A fin de llegar de hostilidad hacia el analista, el paciente actúa volviéndose
a una solución terapéutica del problema, debemos examinar los hacia el mundo externo en busca de objetos buenos y sin em­
factores responsables que alejan al bebé de dicho objeto. Coin­ bargo guarda cierta buena relación con el terapeuta y por lo
cidiendo con las observaciones de Melanie Klein sobre el tem­ tanto se compenetra y coopera con el análisis. En tales circuns­
prano desarrollo infantil, sugiero que el bebé siempre experi­ tancias se puede elaborar la transferencia negativa sin un acting
menta amor y odio hacia el pecho, desde el comienzo de su vida. out nefasto.
Aproximadamente los tres primeros meses de la vida del niño, Por otro lado, si en la infancia se siente una hostilidad exce­
se caracterizan por el clivaje de la relación del pecho en buena siva y como consecuencia una ansiedad paranoide excesiva ante
y mala, así como también por mecanismos de defensa esquizoi­ el objeto primario, se produce una fijación en la fase esquizo-
des, que el bebé emplea para tratar con sus ansiedades, las que paranoide. Cuanto más intensa sea la fijación y más profunda
en esta etapa muy temprana del desarrollo son de tipo para- la disociación entre un objeto malo y uno muy idealizado, mayor
noide. El grado de ansiedad paranoide depende de la fuerza será la dificultad de elaborar luego la posición depresiva de la
de los sentimientos hostiles del bebé ^experimentados durante cual depende la capacidad de individuo para vencer las frustra­
esta etapa. Dicha hostilidad depende a su vez tanto de factores ciones sin que sienta que pierde por completo el objeto bueno.
externos como de factores internos innatos. Además, en la primera fase paranoide, la actitud característica
Si la hostilidad y por consiguiente la ansiedad paranoide hacia los objetos —o sea la de separarlos en buenos y m alos-
de esa temprana edad no son excesivas, la disociación entre el no se encuentra suficientemente modificada, de modo que cuan­
objeto amado y el odiado nunca es demasiado rígida: pronto el do el niño se aleja de los objetos primarios hacia los secundarios,
bebé comienza a darse cuenta de que su amor y su odio se diri­ lo hace con una hostilidad intensa, abandonando el objeto pri­
gen hacia un único y mismo objeto, lo que lo capacita para sentir mario malo y persecutorio y volcándose hacia objetos secundarios
culpa y depresión, y las ansiedades se concentran entonces en que ve como muy buenos o más bien idealizados. Esto demues­
torno al temor de perder el objeto amado. Ello aumenta su tra que no se puede conservar una buena relación con el objeto
capacidad de experimentar amor y de introyectar un objetoi primario al alejarse de él. Como en este proceso el objeto pri­
mario —el pecho— también se introyecta de esta manera perse­
i Deseo aclarar que debo restringir el campo de estudio y que me
estoy dedicando a la necesidad del paciente de actuar. Un acting out
cutoria, no puede retenerse ninguna introyección de un objeto
excesivo puede asimismo ser provocado artificialmente por una técnica amado, y a pesar de la necesidad de más y más relaciones buenas
psicoanalítica deficiente o por un analista que proyecte sus propios pro­ e ideales con los objetos, la ansiedad persecutoria primaria pronto
blemas en el paciente y de ese modo lo obligue a actuar. Tanto Fenichel
vuelve a instalarse y hasta los objetos secundarios se convierten
como Greenacre opinan que a menudo la contratransferencia de un analista
poco eficaz lleva a los pacientes a un acting out excesivo. en malos.
c

240 HEBBERT A. BOSENFELD ESTADOS l’ S I C Ó T I C O S 241 (

El paciente que tiende a realizar un acting out excesivo es out habrá de disminuir. El resultado final depende de la capa­ {'
el que está muy fijado en su posición esquizo-paranoide y el que cidad del paciente para ver al terapeuta como un objeto bueno
se ha alejado del objeto primario con intensa hostilidad. Repite y transferir y proyectar los sentimientos buenos en actividades c
así constantemente sus primeras relaciones objétales, trata con externas y en objetos secundarios con un mínimum de hostilidad
las frustraciones mediante el clivaje del analista en un objeto
bueno y uno malo y realiza un acting out sin cesar en una forma
hacia el analista, quien representa a los objetos primarios. Esta c
forma de acting out en la que se pueden dar nuevos intereses y
en extremo repetitiva y proyectando la figura del analista, ya actividades, constituye evidentemente la base necesaria para un c
sea idealmente buena o mala, en un objeto externo. En ambos buen análisis. Sin esto no se puede terminar bien un tratamiento
casos se está alejando en especial del analista como objeto real analítico. c
de una manera totalmente hostil, lo que impide llegar al insight. Sin embargo, existe el peligro de que el análisis de un pa­
Para que éste realmente se desarrolle es necesario algún recono­ (
ciente que actúa con exceso siga otro curso. Puede suceder, de
cimiento de la existencia de una relación con el analista en la pronto, que trate de abandonar la mayoría de las actividades
que los sentimientos buenos y los malos puedan ser tolerádos r
de su yo y las relaciones objétales en su vida diaria, y tenga una
simultáneamente. Si el paciente descubre objetos nuevos y de­
sarrolla otros intereses, resulta que lo hace impulsado por sen­
conducta regresiva en el análisis actuando como una criatura
que necesita apoyo, pidiendo constantemente consejo, que se lo
0
timientos hostiles y de rechazo hacia el analista, o, al menos, reasegure, que se le den sesiones extras y otras muestras de ca­ rv..- ,
así lo siente. Esto no le permite perseverar y confiar en las acti­ riño por parte del analista. O sea que no sólo realiza el acting
vidades de su vida exterior, que pronto abandona. El paciente out, sino que quiere inducir al analista a que lo lleve a cabo en
sufre entonces una recaída y tiene una fuerte reacción terapéu­ su compañía.
(
tica aparentemente negativa. O si no, se dedica a la búsqueda
incesante de objetos o actividades nuevas, búsqueda que tam­
Esta regresión resulta a veces inevitable. Pero el peligro de C^
una regresión profunda, incluso con la entrada en una psicosis,
bién se manifiesta en las conductas maníacas. Esto puede expli­ es mucho mayor si el analista está desprevenido o si, aun cuando C
car el hecho de que con tanta frecuencia tropecemos con un vea cuál es el problema, no interpreta adecuadamente los moti­
acting out excesivo en pacientes maníacos. vos para esa necesidad de regresión, o también si la estimula L-
Si ahora tratamos de sacar conclusiones de nuestra investi­ por no poder resistir a la exigencia del paciente que quiere que
gación, la orientación que debe seguir nuestra terapia se hará él también realice un acting out. El riesgo de la regresión es C.
más clara. Si el acting out parcial es un proceso colaborador y mayor cuando el análisis ha conseguido movilizar sentimientos
necesario, Ja terapia debe tratar de ayudar al enfermo que tien­ positivos de transferencia y el paciente toma conciencia de que C
de a actuar excesivamente, para que actúe parcialmente. Esto todas sus relaciones objétales y sus actividades, incluyendo la
explica que en la transferencia debemos analizadla fijación del sexualidad adulta, se basan en un alejamiento totalmente hostil C-
paciente en el nivel paranoide del desarrollo y las defensas que
le impiden elaborar sus sentimientos depresivos. En otras pala­
del objeto primario representado por el analista. Entonces em­
pieza a sentir mucha culpa por todas sus actividades fuera del
c
bras, el analista debe movilizar la capacidad del paciente para análisis, ya que éstas representarían una independencia hostil
experimentar amor, depresión y culpa. Si este análisis es satis­ c
del terapeuta. Estos sentimientos de culpa son muy difíciles de
factorio, el amor y el odio se vuelven menos disociados, y ambos sobrellevar porque no contienen elementos sólo depresivos sino
1 ■
pueden ser experimentados cada vez con mayor intensidad hacia también fuertemente paranoides. Si en el superyó prevalecen
un objeto único, lo que lleva al paciente a tomar insight de la las ansiedades depresivas, puede surgir la necesidad de repara­
. é
hostilidad contenida en el acting out excesivo. En la transferen­ ción y en ese caso el acting out excesivo se convierte en un
cia surgirá entonces la depresión y todo el problema del acting acting out parcial, que coopera normalmente en el análisis. En í
242 HERBERT A. ROSENTELO ESTADOS PSICÓTICOS 243

cambio, si son las ansiedades paranoides las que predominan, una total regresión en el análisis. Siempre había existido el pe­
el intento de reparación fracasa y el paciente retrocede a la más ligro de que interrumpiera el tratamiento, de que se internara
temprana fijación con la madre en el nivel esquizo-paranoide. definitivamente en un hospital para enfermos mentales o se sui­
Este es el momento en que tenemos que tratar con la regresión cidara. L a paciente padecía una gran depresión y tenía muchas
en la transferencia y en que el paciente empieza a efectuar el dificultades para comer. Previamente había realizado un actmg
actin out excesivo. Es preciso examinar el significado de dicha j>uí_exceiivo de su alejamiento agresivo de la madre y su acerca­
conducta desde dos ángulos íntimamente relacionados. En pri­ miento al padre cuando fue destetada, alejándose agresivamente
mer lugar, dado que en la regresión el analista representa el del analista hacia una figura masculina idealizada en su vida
objeto primario que acusa al paciente de haberse alejado agre­ diaria. El análisis la había ayudado a evitar un acting out total
sivamente hacia objetos secundarios y otras actividades y haber en el instante en que amenazaba con abandonar el tratamiento
construido su vida a expensas del objeto primario, el paciente definitivamente. Cuando más adelante se dio cuenta de que to­
siente inconscientemente que la mejor manera de apaciguar al das sus actividades intelectuales y su interés por los hombres
analista es abandonando todas las actividades de su vida y ac­ estaban vinculados con su desprecio y su profunda hostilidad
tuando como un bebé. Esta constituye una causa frecuente del hacia la madre, a quien yo representaba en ese momento, sintió
tipo de acting out que se caracteriza primariamente por ser una que tenía que volver a estrechar sus relaciones conmigo, o sea
conducta infantil. En segundo lugar, debe considerarse este su madre, en lugar de ofenderme o ridiculizarme constantemente
acting out en la regresión como un intento desesperado de in­ como lo venía haciendo el último tiempo. Trató de volver a
ducir- al analista a que realice un acting out en forma abierta­ colaborar conmigo y después de unas semanas declaró que yo
mente amigable con el paciente, como para tratar en cierto modo era la única amistad que tenía, comenzó a exigirme que la rease­
con otro aspecto de la persecución que espera del analista, quien gurara y le brindara cariño constantemente, y me mostré en las
representa al objeto primario. El paciente teme ahora que toda sesiones que cada día se sentía menos capaz de cuidarse a sí
la hostilidad que sentía hacia el analista y que exteriorizaba en
misma. Durante el transcurso de una sesión se comportó como
su acting out excesivo se vuelva en contra de él, y que sea el una niñita que no sabía hacer nada, ni caminar, ni pensar. Pedía
analista quien, a su vez, se torne hostil. Trata entonces por mi ayuda para todo y me rogaba que la internara en un sanato­
todos los medios de conseguir un acting out amistoso del ana­ rio porque sentía que no iba a poder ni hablar ni comer y que
lista, para tapar y contrarrestar sus temores.
se iba a morir. Después dejó de responder a todas mis interpre­
Al tratar el acting out en el análisis es importante, en primer taciones y permaneció inmóvil en las sesiones. L a situación re­
término, que el analista sea capaz de mantener la situación de sultaba muy alarmante, hasta que le interpreté que si era incapaz
análisis y resistir a la intensa presión del paciente que trata de de caminar, hablar v pensar, se debía a que sentía que todo lo
* inducirlo a que realice un acting out. Según mi criterio, esto es que hacía estaba mal y por lo tanto tenía que suspenderlo. Casi
posible sólo si el analista comprende que las exigencias abruma­ en el acto respondió que justamente era eso lo que pensaba todo
doras del paciente para lograr una buena relación ocultan su el día: “Todo lo que hago está mal. No puedo continuar así.
intenso temor, que se basa en (y corresponde a) sus propios •Tengo que suspenderlo”.
impulsos hostiles al alejarse de su objeto primario. Si al analizar­
Entonces le expliqué detalladamente que pensaba de esa
los temores persecutorios el paciente consigue movilizar gradual­ manera porque no sólo su amistad con otra gente sino todas sus
mente las ansiedades depresivas y la necesidad de reparación, actividades —caminar, comer, hablar y hasta pensar—le parecían
el acting out por medio de la regresión disminuye.
actos hostiles para conmigo, y por eso quería suspenderlas. Muy
Voy a exponer brevemente el material clínico de una pa­ pronto empezó a pensar y a colaborar más en las sesiones. Por
ciente que luego de un acting out excesivo se encaminaba hacia supuesto, hubo que elaborar esta situación repetidamente, pero
c

244 ESTADOS PSICOTICOS •245


HEBBEBT A. EOSENFELD (

el análisis logró evitar una regresión total. Una de las mayores --realizan acting out continuamente en la vida diaria. Los cata-
dificultades en este análisis era la continua presión de la paciente logados como “actuadores” o que padecen una enfermedad que
para inducirme al acting ont. Su necesidad de verme realizar los lleva a un acting out constante, lo hacen también excesiva­ c
un acting out afectuoso con ella era tan grande y tan desespe­ mente durante el tratamiento analítico. Su acting out contiene
rante porque tenía miedo de que yo fuera cruel y de que además todos los elementos que hemos analizado, además de otros fac­ r ,
pudiera arrastrarla a una completa dependencia para demos­ tores inherentes a su enfermedad. Me resulta imposible tratar
trarle mi superioridad, la de la madre ante el bebé, y abando­ aquí todos los problemas concernientes a dichas enfermedades; c
narla luego, tal como ella había intentado abandonarme en las me concentraré en el estudio del acting out de los pacientes, es­
quizofrénicos crónicos durante el análisis. Llegados a este punto e
primeras etapas del análisis. L a dificultad del tratamiento resi­
día en que mientras la paciente estaba siempre a la búsqueda de nuestra investigación, podríamos esperar encontrar en el
de una madre bondadosa y tierna en la vida exterior, sentía que esquizofrénico tendencias extremas para realizar un acting out (
su madre interna era muy cruel. Esto correspondía a su propio durante el tratamiento, tanto por el grado de fijación “eSTla po­
sición esquizo-paranoide, como por la intensa hostilidad con c
alejamiento hostil en su infancia y por ello no podía confiar en

5
ninguna figura externa que descubriera.
Muchos enfermos que se encuentran en el nivel esquizo-
que se ha alejado de los objetos primarios. Además de los fac­
tores que hemos mencionado, existe un problema en la esqui­
c
paranoide tienen una cantidad de problemas adicionales que zofrenia crónica que en mi opinión aumenta en gran escala la
'L
entorpecen el tratamiento. Los procesos de disociación inter­ necesidad que tiene el enfermo de realizar un acting out. Dicho
fieren en la capacidad del pensamiento verbal y la sublimación, problema es el estado agudo de confusión del que el paciente (
tanto como otros aspectos del desarrollo del yo.2 Por lo tanto, esquizofrénico laten tes crónico tiene que defenderse continua­
en el paciente que realiza un acting out excesivo se pueden mente. Si el análisis progresa y las emociones que derivan del
estado de confusión surgen en la transferencia, el paciente utiliza
c:
anticipar diversos grados de perturbación y debilidad del yo"—
interferencias en la capacidad del pensamiento verbal e inhibi­ un acting out excesivo como defensa. (
ción en la sublimación. El paciente que tiene estos problemas Voy a analizar en primer término y con cierto detalle la ;
trata las dificultades por la acción más que por vía intelectual. psicopatología del estado de confusión. En mi trabajo "Notas
Greenacre (1950) ha. puntualizado que el paciente que realiza sobre la psicopatología de los estados confusionales en la esqui­
un acting out excesivo “ha sufrido en los primeros meses de su zofrenia crónica” sugerí que cuando el enfermo esquizofrénico (..
__ infancia mayores o menores perturbaciones emocionales, con un progresa en su análisis y los procesos de disociación disminuyen,
aumento de la oralidad, una disminución de la tolerancia a la (
puede surgir un estado de confusión. He explicado de qué m a­
frustración y un elevado narcisismo”. Greenacre descubrió tam­
bién perturbaciones en el pensamiento verbal, que relaciona más
nera cuando el amor y el odio se aproximan y predominan los
impulsos agresivos, el paciente no experimenta culpa ni ansiedad,
c
bien con dificultades en el segundo año de vida.
Existen pacientes cuyas enfermedades se caracterizan por
y como consecuencia una integración mejor, sino que al parecer
el amor y^el odio y los objetos buenos y malos se confunden.
c
realizar el acting out en la vida diaria. Fenichel los ha llamado Pensé que el estado de confusión en el esquizofrénico' debe de c
_ ^ n eu ró tico s impulsivos” o “individuos actuadores”, incluyendo estar basado en estados de confusión de su infancia más tem­
íéntre ellos a delincuentes, pervertidos y otros. Yo he observado
que k mayoría de los pacientes psicóticos agudos y crónicos
prana, cuando le resultaba imposible separar los objetos buenos c
de los malos. Sugerí que los procesos de disociación se refor­
zaban, o se desarrollaban otros nuevos, como una defensa contra (_
2 Me refiero a los trabajos de la doctora Segal y del doctor Bion
el estado confusional.
sobre esos problemas.
L
246 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICOTICOS 247

En trabajos posteriores sobre la esquizofrenia me dediqué Voy a ilustrar a continuación el acting out de una enferma
más a la importancia de la confusión entre el self y el objeto, esquizofrénica que se defiende contra un estado confusional
provocada por la identificación proyectiva, que es una de las agudo que surgió al disminuir este acting oui. Ana era una
características del estado de confusión. enferma a quien yo había atendido psicoanalítícamente por un
En su libro Envidia y gratitud Melanie Klein ha aclarado oeríodo durante un ataque agudo de esquizofrenia, y que luego
en gran medida el problema de la confusión y de los estados continuó tratándose conmigo. Tuvo una fase muda que duró
confusionales. Dice por ejemplo que la envidia excesiva —con­ dos años. Durante la fase aguda de su análisis, me había dado
secuencia de los impulsos destructivos— interfiere en la elabo­ cuenta de su profunda aprensión ante los impulsos sexuales. En
ración de un objeto bueno, de modo que no se puede lograr un la fase muda, el análisis confirmó esa inhibición sexual, y fue
clivaje normal entre el pecho bueno y el malo. El resultado es sólo muy gradualmente que pudo confesar sus inquietudes e
que posteriormente la diferenciación entre bueno y malo queda inclinaciones sexuales. Comenzó a leer con gran interés, eligien­
alterada de diversas maneras, que Melanie Klein explica deta­ do libros que la estimulaban sexualmente, y después de un año
lladamente. Sugiere, por ejemplo, que la intensa envidia inter­ de tratamiento me contó que se pasaba las horas hamacándose,
fiere en la capacidad del bebé para una gratificación completa lo que era una forma de masturbarse. Más tarde relató sueños
—aun cuando las circunstancias externas sean satisfactorias— y y asociaciones que demostraban con claridad que sus sentimien­
al mismo tiempo aumenta la fuerza y la duración de los ataques tos positivos hacia mí en la transferencia se estaban volviendo
sádicos al pecho (y de esta manera al bebé le resulta difícil más fuertes y al mismo tiempo más conscientes. A esta altura
recuperar el pecho bueno que perdió). Klein considera que el del tratamiento comenzó a realizar un acting out excesivo con
fracaso básico del splitting entre el objeto bueno y el malo cons­ numerosos hombres, a quienes conocía generalmente en un club
tituye el origen de los estados de confusión, tanto en la más tem­ donde tenía oportunidad de bailar. Cada vez que frecuentaba
prana infancia como más adelante. De esa explicación podemos el club trababa amistad con un hombre distinto, generalmente
extraer otra conclusión: que la fuerza y la duración de los esta­ extranjero. Muchas veces dejó entrever que el hombre que
dos de confusión deben de estar relacionadas con la intensidad estaba buscando era una figura ideal, con quien quería casarse.
de la envidia innata y que, por supuesto, en la esquizofrenia En realidad, sus candidatos .distaban mucho de ser ideales, y
aguda nos encontramos con estados de confusión extrema. (Qui­ en ciertas ocasiones corrió el peligro de ser violada. Sólo en una
siera destacar que no paso por alto los factores externos. Sabe­ oportunidad llegó a tener una relación sexual, pero sin alcanzar
mos que los esquizofrénicos han tenido con frecuencia dificul­ una conexión total. Por lo general permitía cierto contacto fí­
tades para alimentarse u otros traumas en la más temprana sico y se dejaba besar y tocar los pechos. Casi siempre salía con
infancia, pero a menudo las dificultades externas son leves y la alguien un par de veces; después dejaban de llamarla o no
gravedad del mal no está en proporción con los factores ex­ acudían a la cita. Sólo una que otra ■ vez rompió una relación
ternos. ) por propia iniciativa. Cuando era evidente que había que dar
El esquizofrénico latente y el crónico han construido com­ por terminada una relación, volvía al club en busca de otro
plicados procesos de disociación como una defensa contra el candidato. Este comportamiento duró unos diez meses.
estado confusional, y muchas veces éstos les impiden tener emo­ Durante las sesiones pasaba la mayor parte del tiempo re­
ciones. Si están por experimentar un sentimiento de amor, es firiéndose a los hombres que había conocido o a los que iba a
muy factible que surja en ellos, de inmediato, un estado de conocer. Antes de empezar a ir al club había reconocido a través
confusión. Bien puede ser ésta la razón por la cual los esquizo­ de mis interpretaciones que sus sentimientos hacia mí eran muy
frénicos se sienten vencidos con tanta frecuencia cuando se po­ positivos. Ahora reaccionaba cada vez con más aburrimiento y
nen en contacto directo con un objeto de amor. desprecio o furia ante mis interpretaciones. Insistía en que era
C

ESTADOS PSICÓTICOS 249


c
248 HERBEET A. ROSENFELD
c
inútil seguir con el tratamiento porque ella estaba perfectamente que en sus fantasías veía casadas conmigo. Pero fue a mí a
/'
bien, o protestaba porque la hacía volver sin motivo, ya que quien trató de matar cuando acercándose muy seductora, trató V

nunca prestaba atención a mis palabras. Era evidente que tra­ de estrangularme. Me contaba largas historias: que sus padres
habían fallecido, que ella era hija adoptiva, o que la habían r
taba de desvalorizarme, pues temía llegar a sentirse muy abru­
mada por los celos y la envidia si aceptaba la importancia que echado del hogar. Otras veces decía que no quería a su familia,
yo tenía para ella. que había encontrado otra y que se había acostumbrado a olla. f
El factor más importante no era el haberse alejado de la familia
Era obvio, asimismo, que en la vida real evitaba establecer
a través de una serie de objetos que proyectaba en mí en rápida ('
relaciones con hombres que pudieran constituirse en objetos de
sucesión, sino el modo confuso en que hablaba de la mayoría de
amor, básicamente porque se sentía incapaz de amar a nadie. r
la gente: a veces comentaba cuán bondadosa era su madre,
Elegía exprofeso hombres con tendencias marcadamente sexua­
les, a menudo brutales y sádicos. De ese modo podía, en primer cuántas cosas le regalaba —incluso un piano—. Otras veces la
trataba de criminal, de carnicera. A su padre lo describía como (
lugar, proyectar en ellos su propia sexualidad asesina y sádica,
un hombre de fortuna, que la llevaba a pasar las vacaciones al
a través de la cual temía destruir todo objeto de amor que des­ t
extranjero, o bien como un boxeador que sólo sabía hablar de
pertara su envidia.
la guerra y que le decía que estaba loca y que cada día seguiría
En su comportamiento se manifestaban también un deseo
peor, hasta morir. De igual manera hablaba de mí: tan pronto
C
sádico de herir a sus padres al actuar casi como una prostituta,
yo era quien le había salvado la vida como quien la había
y además una necesidad de castigo y humillación, ya que sentía (, ■
vuelto loca. Me decía que yo tenía una voz hermosa que le
mucha culpa. Poco a poco algunas de mis interpretaciones lo­
agradaba escuchar, o que era un asesino. En cierta oportunidad (.
graron impresionarla. Empezó a sentirse disconforme consigo
exclamó: “¿Cómo puede ser tan alto y buen mozo? Le voy a
misma y con los numerosos hombres que conocía en el club, y
cada vez más preocupada y deprimida por su incapacidad para
romper la cara. Usted está loco, me ha robado los huesos de la
cara”. Muchas veces sus palabras iban seguidas por robos de
c
amar. Comprendí entonces que estaba más cerca de mí, perú /
objetos míos que luego trataba de destruir, o por tentativas de \
también más cerca del estado confusional, porque empezó a
introducir su mano en mi saco. A veces se quedaba admirando
dormir muy mal. En esa época comenzó a verse con un estu­
mi corbata; trataba de tocarla y de repente le pegaba un tirón (,
diante de color con el cual tenía conversaciones interesantes y
con tanta fuerza que tenía que detenerla. Me acariciaba las
que no trató de seducirla. Hasta entonces nunca había tenido
relaciones sin contacto físico, porque la aburrían demasiado. En
manos; un minuto más tarde las arañaba con todas las fuerzas. c
La nota más peculiar de este estado confusional parecería
este punto interrumpimos el análisis debido a mis vacaciones.
La relación con este hombre prosiguió durante unas tres sema­
ser que el tío, los padres y yo, éramos para ella objetos de amor c
y simultáneamente persecutorios. Sus deseos de matarme -celos
nas, al cabo de las cuales ella empezó a creer que estaban casa­
dos. Poco a poco su estado se volvió muy confuso, y un colega y frustración porque yo me negaba a casarme con ella— apare­
mío la internó en un sanatorio, donde a mi regreso continué el cían muy claros; pero observándola más detenidamente descu­
brí que los ataques de que me hacía objeto no eran más que (.
tratamiento. Durante el estado confusional, la idea de que estaba
casada con su amigo desapareció. En cambio aseguraba haberse exteriorizaciones de su envidia, que la impulsaba a robarme, a
atacarme, o a querer meterse dentro de mí. El deseo de entrar ü
casado con H, un tío suyo, e insistía en que éste le había pegado
un tiro en la cabeza y la había vuelto loca. Tras unas semanas
de análisis en la fase aguda, confesó que estaba locamente ena­
dentro de mí y de otras personas —lo que ella llamaba “robar
vidas”—, aumentaba sus sentimientos de confusión y pérdida de
c_
morada de mí, y que yo era el único hombre con quien quería identidad. Su conducta, que ella denominaba “amor loco”, tenía
(....
casarse. A veces tenía impulsos homicidas hacia las mujeres como característica la experiencia simultánea de atracción y de
L
250 HEKBEBT A. SOSENEELD ESTADOS PSICÓTICOS 251

envidia. Esta dualidad le impedía tener una buena relación


conmigo. CONCLUSIONES
A través de la descripción del estado confusional agudo re­
sulta evidente que la enferma no podía separar los objetos de Con la ayuda de este y otro material clínico, he llegado a
amor de los persecutorios. Experimentaba simultáneamente la conclusión de que el acting out excesivo en el esquizofrénico
amor y envidia, y esto le hacía sentir que su amor era una comienza como una defensa contra el estado confusional y es un
locura. Cuando su interés por mí aumentó, se intensificó su intento de separar el amor de -la envidia. A menudo el esqui­
envidia, me desvalorizó y transfirió su interés a los hombres del zofrénico trata de lograr el clivaje entre el objeto bueno y el
club. malo, pero fracasa. Lo que observamos a través del acting out,
De las relaciones del club obtuvo cierta satisfacción sexual, es una serie de procesos anormales de clivaje, en los cuales el
pero desde el punto de vista de la transferencia se logró un pro­ objeto de amor se desvaloriza, se disocia y se proyecta en múl­
pósito importante: su interés por mí, que se había convertido tiples objetos despreciados. L a confusión resultante y la inse­
en un sentimiento intensísimo, sexualizado, peligroso, había su­ guridad con respecto a la bondad o maldad del objeto, son de
frido una disociación a través del acting out con los hombres relativa importancia, dado que los objetos son tan numerosos.
con los que entraba en contacto. La mala elección de los hom­ Voy a comparar brevemente el acting out excesivo de la
bres era otro intento de disminuir la fuerza de sus sentimientos paciente no esquizofrénica que describí en la primera parte de
hacia mí, dispersándolos y disociándolos. Por esta dispersión mi trabajo, con el acting out de la paciente que sí lo es.
su imagen se desvalorizaba, y lo mismo sucedía con sus presun­ Ambos tipos de enfermos están muy fijados en la posición
tos objetos de amor. esquizoparánoide y han experimentado intensa hostilidad por
Cuando la paciente se dio cuenta —en cierto grado— de que causas internas y externas. Pero existen diferencias fundamen­
ella era la responsable de los fracasos en su vida exterior, y de tales. En el primer grupo de enfermos, neuróticos o maníaco-
que estaba evitando toda posibilidad de encontrar un hombre depresivos, se ha logrado el clivaje entre el objeto bueno y el
de quien enamorarse, se deprimió y trató de hallar con más éxito malo. A menudo es excesivo y los objetos se concierten en alta­
un objeto de amor afuera. Cuando lo logró, se derrumbó. Por mente idealizados o extremadamente malos. Esto es utilizado
supuesto, en su relación amorosa había cierta dosis de acting en el acting out cuando el objeto primario está completamente
out, que ella utilizó para desprenderse totalmente de mí. Pero desvalorizado y los secundarios idealizados. En el grupo de en­
el análisis de este estado agudo reveló que no era ésa la razón fermos esquizofrénicos, en quienes predomina la envidia exce­
fundamental de su depresión. Cuando el clivaje disminuyó, su siva, no se ha logrado el clivaje entre el objeto bueno y el malo.
interés por una persona aumentó. Esto trajo aparejada una Como consecuencia, el alejamiento agresivo del objeto primario,
intensa envidia, y como consecuencia surgió el amor loco, el que está desvalorizado, no lleva a una idealización de los secun­
estado confusional. darios sino a una sucesión de objetos que .jamás se viven como
Cuando la vi por primera vez en ese estado agudo, murmu­ muy buenos o malos.
raba para sí estas palabras, entremezcladas con los pensamientos
más oscuros y confusos: “¿Me volveré loca si me enamoro y
claudico?” Trataremos de dar una respuesta a este interrogante. RESUM EN
En el caso de un esquizofrénico, éste podrá llegar a establecer
una relación amorosa y evitar la repetición de los estados con- En el presente trabajo he manifestado que en todo análisis
fusionales, cuando poco a poco pueda lograr un clivaje normal se da cierta dosis de acíing out debido a que en la transferencia
entre los objetos buenos y malos. el paciente repite el alejamiento, que ha efectuado con respecto
252 HERBERT A. ROSENFELD

a sus relaciones objétales infantiles, en especial la relación pri­


maria con el pecho materno. L a actuación parcial o excesiva
del paciente depende del grado de hostilidad con que se haya
alejado del objeto. El paciente que ha rechazado el objeto pri­
mario con una hostilidad excesiva, y que por lo tanto realiza un
acting out excesivo, también se halla fuertemente fijado a su
objeto primario en un primer nivel de desarrollo, la posición
esquizo-paranoide. Tiene un yo predominantemente persecuto­
rio. Estos factores explicarían la causa por la cual los pacientes
que efectúan un acting out excesivo muestran una firme tenden­ PSICOPATOLOGIA D E LA DROGADICCION Y E L
cia a regresar a esa fijación temprana cuando comienzan a ex­
ALCOHOLISMO
perimentar culpa por su excesivo acting out durante el análisis,
lo que afecta todas sus actividades en la vida diaria. (UNA REVISION CRITICA D E LA LITERATURA
Los enfermos que se han alejado de su objeto primario con PSICOANALITICA )
poca hostilidad, realizan un acting out sólo parcial durante el (1964)
análisis y se muestran capaces de establecer relaciones objétales,
lo que Melanie Klein ha descripto como característico de la
posición depresiva. Esto nos muestra la orientación de la tarea El alcoholismo y la drogadicción siempre constituyeron un
terapéutica al tratar el acting out excesivo. Tenemos que com­ grave problema psiquiátrico y social. Junto a muchos otros, los
prender y analizar la fijación del paciente en la posición esquizo- psicoanalistas se han interesado desde hace tiempo por el tra­
paranoide y las ansiedades paranoides relacionadas con el aleja­ tamiento de estos trastornos, y han intentado investigar y com­
miento hostil del objeto primario. Si logramos movilizar la an­ prender la psicopatología subyacente. Hay una profusa canti­
siedad depresiva, la culpa y la reparación en nuestro paciente, dad de literatura psicoanalítica sobre el tema y muchos son los
éste tratará de colaborar y cesará el acting out excesivo. analistas que realizaron numerosos aportes al respecto a lo largo
de los años. Este artículo intenta ofrecer un panorama de la
En el esquizofrénico crónico o latente el acting out toma
literatura psicoanalítica sobre alcoholismo y drogadicción y de
un curso diferente porque con ese acting out excesivo se aleja
correlacionar los hallazgos psicoanalíticos. Se intentará ver si,
de un estado de confusión en que los objetos buenos y malos
sobre la base de las ideas en las que existe consenso de opinión
no pueden ser diferenciados. Esto hace que el acting out sea
entre los autores de esta literatura, se puede hablar de la teoría
tan difícil de tratar, pues el paciente, al progresar en su trata­
psicoanalítica de la drogadicción o del alcoholismo.
miento, se acerca al estado confusional agudo, y a menudo tiene
Freud nunca escribió ningún ensayo detallado sobre el
que internarse por un tiempo o interrumpir el análisis.
alcoholismo o la drogadicción. En 1897, en una carta a Fliess
Sabemos ahora mucho más acerca de la psicopatología del (Freud, 1950), sugiere que la masturbación es la primera adic­
estado confusional agudo gracias al descubrimiento de la im­ ción y que las otras, tales como el alcohol, la morfina, el tabaco,
portancia que tiene la envidia excesiva al impedir el clivaje etcétera, sólo se incluyen en la vida como sustitutos de ella.
entre objetos buenos y males. Esto ha abierto el camino para En otra carta a Fliess discute la relación de la dipsomanía con
poder analizar mejor las ansiedades básicas del esquizofrénico y la represión sexual y piensa que en este caso hay una sustitu­
sus ¿defensas contra éstas, defensas entre las cuales el acting ción de un impulso por otro asociado a la sexualidad. En Una
out éxcesivo constituye una de las más importantes. Teoría Sexual (1905) dice que existen algunos niños “en los
cuales la importancia erógena de la zona labial se halla consti-
254 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSICÓTICOS 255

tucionalmente reforzada. Si esta importancia se conserva, tales de la realidad y el emplazamiento del principio de placer acer­
niños llegan a ser, en su edad adulta, inclinados . . . a la bebida can el humor a los procesos regresivos o reactivos que tanto
y al exceso en el fumar”. En El Chiste y su Relación con el acaparan nuestra atención en la psicopatología. Su preservación
Inconsciente (1904) escribe: “El buen humor surgido endóge­ de la posibilidad de sufrir lo ubica entre la gran serie de métodos
namente o tóxicamente provocado debilita las fuerzas inhibito­ que construyó la mente humana con el fin de evitar la compul­
rias, entre ellas la crítica, y hace accesibles de este modo frentes sión al sufrimiento - serie que comienza con la neurosis y que
de placer sobre las que pesaba la represión... Bajo la influen­ culmina con la locura y que incluye la intoxicación, el ensimis­
cia del alcohol el adulto se convierte nuevamente en niño, al mamiento y el éxtasis”. De estas citas de los puntos de vista
que proporciona placer la libre disposición del curso de sus pen­ de Freud, resulta claro que él comprendió que la raíz de la
samientos sin observación de la compulsión de la lógica”. En adicción se remite a la fase oral del desarrollo, pero también
sus Aportaciones a la Psicología de la Vida Erótica (1910) Freud observó que existía una relación entre la adicción y la mastur­
contrasta la relación del amante con el objeto sexual, con la del bación infantil. También manifiesta su creencia de que a me­
bebedor de vino con el vino. Mientras que el amante persigue nudo el bebedor considera al alcohol como un objeto ideal, lo
una serie interminable de objetos sustitutos, ninguno de los cual explicaría por qué está tan sujeto al alcohol, representante
cuales brinda entera satisfacción, el bebedor está más o menos de este objeto. Relacionando la psicopatología de la manía y
atado a su bebida favorita y la gratificación reiterada no afecta el humor, con el alcoholismo y la intoxicación, Freud estableció
la recurrencia de su poderoso deseo. Los grandes amantes del los fundamentos para una comprensión más profunda de las
alcohol describen su actitud hacia el vino como la más perfecta adicciones.
armonía, el modelo de un matrimonio feliz. En 1911 se refiere Abraham (1908a) examinó las relaciones psicológicas entre
al papel desempeñado por el alcohol en los delirios de celos y la sexualidad y el alcoholismo. El autor sugiere que el alcohol,
sugiere que la bebida suprime las inhibiciones y anula el trabajo al suprimir las inhibiciones, incrementa la actividad sexual, no
de la sublimación. Como resultado de esto la libido homosexual solamente de tipo normal sino también perverso, tal como el
queda liberada y el bebedor sospecha que la mujer por quien incesto, la homosexualidad, la escoptofilia y el exhibicionismo.
está celoso se relaciona con todos los hombres a quienes él Destaca que las perversiones como el sadismo y el masoquismo se
mismo está tentado de amar. En 1917 compara lás alucinaciones hacen tan manifiestas que muchos crímenes brutales se perpetran
tóxicas tales como los delirios alcohólicos con la psicosis demen- en estados de intoxicación alcohólica. Al referirse al alcoholismo
cial (Freud, 1917). El cree que el delirio alcohólico surge como evasión dice que el alcoholista utiliza el alcohol como
cuando hay privación de alcohol, lo cual implica que es una medio para obtener placer sin problemas. Renuncia a las muje­
reacción a la pérdida del alcohol sentida como intolerable. En res y abraza la bebida. Luego proyecta sus sentimientos de
Duelo y Melancolía (1917) expresa que, a su modo de ver, culpa sobre su esposa y la acusa de serle infiel. Abraham con­
la intoxicación alcohólica, en la medida en que consiste en un sidera que la disminución de la potencia es causa principal de
estado de elación, pertenece al grupo de los estados mentales los celos del alcoholista. En su artículo “L a primera etapa pre­
maníacos. En la manía hay un relajamiento en el gasto de ener­ genital de la libido” Abraham (1916) destaca la importancia en
gía sobre la represión. En el alcoholismo la liberación de im­ todas las adicciones del deseo oral insaciable. Observó a pa­
pulsos reprimidos se ve posibilitada por la toxina. En 1918, en cientes que sufrían de alimentación compulsiva y excesiva y
un artículo sobre “Humor”, Freud (1927) hace nuevamente notó que si sus deseos no eran satisfechos sufrían una tortura
referencia a la intoxicación. Compara el humor con la elación similar a la de los “morfinómanos y a la de muchos dipsómanos”.
y sugiere que significa no solo el triunfo del yo sino también En el mismo artículo examina la adicción a los medicamentos y
del principio de placer. Dice “ (E l) rechazo de las demandas dice que el neurótico deprimido o excitado es a menudo favo­

256 HERBEKT A. BOSENFELD ESTADOS 1J S I C Ó T I C. O S c


257

rablemente influido, aunque sea en forma pasajera, por el solo entregó a la bebida por razones de soledad, depresión y falta c
hecho de ingerir medicamentos aunque ellos no posean una de adecuación. Aparentemente, el hábito alcohólico se cons­
acción sedante. Es interesante señalar que Abraham destacó c
tituyó para poder sobreponerse a situaciones desagradables y
sólo el factor oral de las adicciones sin vincularlas a los estados
maníaco-depresivos.
para ayudarla a olvidar. Sin embargo, otro paciente, un dipsó­
mano, se tornó cada vez más depresivo y suicida durante las
c
Ferenczi (1911) contribuye a la psicopatoJogía del alcoho­
lismo con la descripción de un caso de paranoia alcohólica con
etapas posteriores del ataque de borrachera. Por momentos
asumía actitudes paranoides hacia las mujeres con quienes inti­
c
delirios de celos. Piensa que entre los deseos heterosexuales maba. Clark concuerda con otros observadores en que en algu­
c
conscientes y los deseos homosexuales inconscientes del paciente nos casos son los rasgos homosexuales y en otros los sadomaso-
había un conflicto insolubie, pero sugiere que en este caso el
alcohol sólo desempeñó el papel de agente destructor de la
quistas o exhibicionistas, los que aparecen en la superficie.
Kíelholz realizó muchos aportes a la psicopatología del alco­
c■
sublimación. En una nota al pie de página del mismo artículo
dice que, en la gran mayoría de los casos, el alcoholismo no
holismo y la psicosis alcohólica (delirium tremens). Considera (
al alcoholismo como una neurosis narcisista relacionada con la
es la causa de la neurosis, sino su consecüencia. El alcoholismo
tanto individual como social sólo puede curarse con la ayuda
psicosis maníaco-depresiva. Existe una obvia regresión al nar­ c
cisismo, que se manifiesta en la vanidad, egoísmo y en el aumen­
del psicoanálisis, que revela las causas de la huida hacia el
narcotismo y las neutraliza. Señala que cuando se abandona
to de la autoestima del alcohólico. Examina la relación existente c
entre el exceso de bebida de los banquetes y la psicología de los
o se priva de alcohol quedan abiertos muchos caminos a dispo­ b.
festejos, y compara el jolgorio del alcoholista con la elación
sición de la psiquis para “escapar hacia la enfermedad”. En su
examen de casos en una fecha posterior (1916-1917, 1919) de
maníaca. A la intoxicación alcohólica le sigue la melancolía
alcohólica. Piensa que la disociación entre el ideal del yo y el c
nuevo se refiere a la homosexualidad inconsciente como proble­
yo es profunda e intolerable tanto en las melancolías puras como
ma fundamental subyacente al alcoholismo. (
en las melancolías alcohólicas. Como consecuencia de esta diso­
Juliusburger realizó varias contribuciones a la psicología ciación, el instinto de muerte se vuelve contra el yo conduciendo
del alcoholismo: destaca (1912) la importancia de los impulsos („.
a menudo al suicidio. En el estado maníaco del festín alco­
homosexuales inconscientes en la dipsomanía, combinada con hólico el instinto de muerte es volcado hacia afuera y el sadismo
una tendencia al autoerotismo y a la masturbación. Considera c
es abiertamente expresado y actuado. Kielholz concuerda con
(1913) a la homosexualidad inconsciente sólo como uno de los
factores del alcoholismo. Examina las tendencias sádicas de los
otros autores acerca de la frecuencia de las perversiones entre
los adictos al alcohol. Al examinar las experiencias alucinatorias
c
homosexuales a menudo observable en quienes sufren de deli­
rios celotípicos, y cree que el deseo de intoxir rse responde
delirantes del alcohólico, dice que, contrariamente a la opinión
generalizada halló en el análisis experiencias profundamente
c
al deseo de perder totalmente la conciencia individual, subra­ enraizadas en la infancia. En un caso de delirium tremens des­
yando la tendencia al suicidio. c
cubrió uña escoptofilia intensa, y ansiedades homosexuales y
Pierce Clark (1919) pone el acento en la importancia de persecutorias que podrían vincularse con las experiencias y fan­ c.
las regresiones profundas en el alcoholismo, tales como las pri­ tasías de la escena primaria. Sobre el tratamiento del alcoho­
mitivas identificaciones con la madre combinadas con un intenso lismo sugiere que es importante controlar la bebida aconsejando c
amor a sí mismo (narcisismo). Está particularmente impresio­ una abstinencia total de acuerdo con el consejo de Freud para
nado por la relación que hay entre depresión y alcoholismo. En el tratamiento de las fobias. Al destacar la importancia del nar­ c
varios de sus casos se registraron episodios depresivos irregu­ cisismo, Kielholz concuerda con Clark. Al relacionar el jolgorio
lares pero periódicos. Describe el caso de una paciente que se del alcoholista con la elación maníaca coincide con el punto de L
258 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS 1-SICÓTICOS 259

vista de Freud. Aun más que Clark, Kielholz subraya la im­ macotóxico ocurre por razones fisiológicas o psicológicas. Apa­
portancia de la depresión en el alcoholismo. recen terribles estados de ansiedad, de excitación torturante y
Rádo realizó una cantidad importante de contribuciones de visiones terroríficas relacionados con una poderosa reacción
acerca del problema de la drogadicción. En 1926 destacó la de la conciencia. Rádo efectuó numerosas observaciones sobre
predisposición a la adicción sugiriendo que “algunas manifes­ el papel de la conciencia en la drogadicción, lo cual parece
taciones del erotismo oral están siempre presentes en forma mar­ contradecir lo expresado por él en el mismo artículo en el que
cada, incluso en aquellos casos de toxicomanía en los que la dice que en la etiología de insaciedad mórbida no puede adscri­
droga no es ingerida por vía oral”. Piensa que el “orgasmo bir ningún papel específico a la tensión inconsciente de la.
alimenticio” experimentado primeramente por el lactante en el conciencia y al sentimiento de culpa. Rádo compara el estado
pecho es revivido en la adicción a las drogas, y la excitación deteriorado del drogadicto con ciertos aspectos de las etapas
sexual perteneciente a las fáhtasías de la situación edípica se finales de la esquizofrenia, pero es más enfático en la elaboración
descarga no por medio del onanismo sino a través del orgasmo de las similitudes de la manía y de la melancolía en relación
alimenticio. El sugiere que en la drogadicción crónica “toda con el estado de intoxicación y el de depresión que le sigue.
la personalidad mental representa un aparato de placer auto- En 1933 Rádo destaca y elabora la importancia de la disposición
erótico. El yo es totalmente sojuzgado y devastado por la libido narcisista del drogadicto, y sugiere que cuando las personas
del ello”. O sea, “convertido nuevamente en ello”. “El mundo permanecieron fundamentalmente narcisistas reaccionan a la
externo es ignorado y la conciencia desintegrada”. El dice que frustración con una “tensa depresión”. El cree que la base de
por una parte, a causa del instinto destructivo, las organizacio­ la drogadicción es una “tensa depresión” inicial, marcada por
nes y las diferenciaciones mentales superiores han sido desecha­ una tensión dolorosa y al mismo tiempo un alto grado de into­
das. Por otra parte, las tendencias agresivas se ligan al su- lerancia al dolor. Esto sensibiliza al paciente al efecto farma-
peryó del drogadicto, de tal manera que la tensión inconsciente cógeno placentero, de modo que en el uso-de la droga se halla
de la conciencia se intensifica, implicando una gran necesidad un notable alivio. Continúa el tema del artículo anterior remar­
de castigo que da por resultado un círculo vicioso. cando que el efecto de las drogas es apaciguar o prevenir el dolor
Rádo piensa que una función importante de las drogas es y producir euforia y estimulación, sirviendo así al principio del
la de proveer una coraza contra la estimulación interna, la cual placer. La elación resultante es una base necesaria al desarrollo
se hace imprescindible cuando por obra dé una estimulación de una “farmacotimia”. En la elación farmacogénica el yo per­
excesiva se ha quebrado la barrera del dolor. También observa manece en su estado narcisista original, el cual se vincula a la
que las drogas producen sensaciones de tensión y al mismo omnipotencia v a la realización mágica de deseos. Se libra de
tiempo alivian las existentes, siendo el resultado final la conver­ la depresión, de una ansiedad incrementada y de una mala con­
sión de las tensiones dolorosas en placenteras. El estimulante ciencia. Pero la elación es transitoria, le sigue la depresión y en
abre paso a las intenciones trabadas del ello; aplaca asimismo consecuencia una renovada necesidad de elación, un proceso
las influencias inhibitorias, en especial las tensiones producidas cíclico. Pone bien en claro que la farmacotimia es una pertur­
por la conciencia. El efecto secundario del intoxicante es la bación narcisista, que por medios artificiales produce una dis-
producción de estados de bienestar que varían ampliamente en rupción de la natural organización yoica. Las drogas causan
intensidad y en calidad. Rádo destaca la naturaleza erótica de una inflación sin valor del narcisismo e impiden percatarse del
este estado y cree que en la drogadicción la intoxicación se ha progreso de la autodestrucción, porque la elación ha reactivado
convertido en objetivo sexual. Todo el aparato sexual periférico la creencia narcisística del paciente en su invulnerabilidad e
es dejado a un lado, estado que él denomina de “metaerotismo”. inmortalidad. El cree que una dosis letal de droga no se ingiere
Tarde o temprano el fracaso en la concreción del orgasmo far- para cometer suicidio, sino para expulsar para siempre la de-
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260 HERBERT A. ROSENERLD ESTADOS PSI CÓT' í COS 261 r


presión. Rádo destaca que ei masoquismo juega una parte los aspectos maníacos. Introduce el concepto de orgasmo ali­ c
importante en los episodios psicótieos. Las alucinaciones y los menticio y sugiere que la droga provee de una'coraza contra e!
delirios terribles en los que el paciente se cree perseguido o dolor, lo cual parece ser una observación obvia. Sin embargo, r
amenazado, particularmente por el peligro de la castración o de Rádo es el primer analista que llamó la atención sobre el hecho
los ataques sexuales, son fantasías que satisfacen deseos rnaso- importante de que las drogas son empleadas como defensa per­ r
quistas. El yo de placer narcisístico desea placer sin dolor y manente contra el dolor. Parece percatarse más que los otros
por esa razón los deseos masoquistas latentes son proyectados y autores de la naturaleza deteriorante de las adicciones, que él í
convertidos en fantasías terroríficas. Rádo no cree que el dro- vincula con la liberación incontrolada de los instintos destruc­
r
gadicto utilice el tratamiento de privación por razones de satis­ tivos.
facción masoquista sino para rehabilitar el valor depreciado del Entre los años 1928 y 1949, Simmel realizó numerosas con­ (
veneno. Es de la opinión que la homosexualidad del drogadicto tribuciones a la psicopatología y al tratamiento de la drogadic­
se desarrolla bajo la influencia del masoquismo. Está impresio­ ción y el alcoholismo. En 1928, al examinar la drogadicción,
(..■
nado por la frecuencia de las perversiones en la drogadicción sugiere que los adictos sufren de neurosis narcisistas (enferme­
tales como el fetichismo o el sadismo. En 1953 confirmó su an­ dad maníaco-depresiva) que evitan utilizando mecanismos de
C
terior teoría acerca de la importancia de la ruptura extensiva la neurosis obsesiva. El cree que el efecto de la droga se foca­
del umbral de dolor en la etiología tanto de la depresión como liza en el superyó. Dice: “la víctima de la adicción es un me­
c
de la drogadicción. Introduce su teoría del placer espurio de lancólico que emborracha su superyó controlador con el veneno
la elación que infla al yo o “self de acción”. Dice que el efecto con el cual él mata al objeto en su yo. Sin embargo, para el (
eufórico de las drogas se produce en dos etapas: introducen observador externo, mientras está entregado al veneno se en­
placer más allá del mero alivio del dolor y luego producen en cuentra en un estado maníaco. Puesto que un superyó paralizado (
el paciente una intoxicación con placer espurio. Confirma la por una toxina cesa de efectuar demandas, ya no es capaz de
estrecha relación entre la intoxicación narcótica y el placer mediar en los intereses de la autoconservación”. Simmel tam­ (.
espurio de la manía. En 1958, Rádo pone de manifiesto la omni­ bién tiene en cuenta la importancia del sadismo en la drogadic­
potencia del drogadicto, quien sensibilizado por su depresión, ción y piensa que, por causa de los impulsos asesinos y de la (
encuentra en el efecto placentero del narcótico el cumplimiento necesidad de autocastigo el tratamiento del drogadicto está
de su anhelo por una ayuda milagrosa, a la que responde con plagado de peligros, en particular el suicidio. En 1930, Simmel c
una sensación de triunfo personal. El divide ahora a las droga- subraya la importancia del narcisismo y la ciclotimia patológicos
dicciones en tres grupos: el grupo psiconeurótico o maníaco- en la personalidad pre-mórbida del drogadicto. Guando se c
depresivo, el esquizofrénico, y el psicopático. Al examinar el tra­
tamiento de la drogadicción, aconseja como primera medida la
desarrolla la drogadicción, el paciente se transforma más y más
en el niño narcisista, e irrumpe a la conciencia el infantil prin­ c
de retirar la droga, de preferencia en un hospital especialmente cipio del placer. Al examinar la drogadicción grave describe
equipado, con apoyo psicoterapéutico para evitar los peligros una regresión a la fase de la succión en la que el paciente (es­
potenciales de violencia y suicidio. En este artículo no hace re­
ferencia al tratamiento psicoanalítico del drogadicto, pero señala
pecialmente durante el tratamiento de aislación) representa a
un ser ya incapaz de emplear su aparato mental para vincularse
c
que, de un modo general, el pronóstico de. la drogadicción es /
con los estímulos. En su lugar, el cuerpo responde autoeróti-
desfavorable. camente a las tensiones y a los estímulos, lo cual explicaría los
Rádo concuerda con Kielholz, Juliusburger y Clark en cólicos, los vómitos y la frialdad que sufre el drogadicto durante (.
subrayar la importancia del narcisismo y de la depresión en las el tratamiento de privación. Simmel está impresionado por las
adicciones. Coincide con Freud, Abraham y Kielholz en destacar fantasías orales del adicto, de comer y de ser comido por otros, L.
262 ESTADOS l’ S I C Ó T I C O S 263
HERBEBT A. ROSENFELD

agresión. Simmel compara el tratamiento de privación con la


que él vincula con el último recurso del deseo del paciente de
fase depresiva de la enfermedad maníaco-depresiva, y sugiere
perder los límites de su yo como el niño en el útero materno.
que el drogadicto aumenta su dosis no a pesar de, sino a causa
También destaca la relación entre el dormir y la drogadícción.
de la tortura que le significará la privación, situación que sirve
El dormir es el cumplimiento de todo objetivo sexual infantil
a su necesidad de castigo por parte de un superyó severo. Sim­
de alimentación al pecho o masturbáción. El dormir debe con­
mel comparte la opinión de que la drogadícción está estrecha­
siderarse como una repetición de la situación dentro de la madre,
pero el dormir y la situación prenatal también representan sim­ mente vinculada con las perversiones y puede actuar además
bólicamente la muerte. El drogadicto que desea dormir y morir como una defensa contra la criminalidad. Tiene conciencia del
ha quedado bajo el dominio del instinto de muerte, impulsado significado simbólico de las drogas y sugiere que durante el
por la dominación omnipotente del principio de placer. Sin em­ análisis surge con claridad la frecuente identificación de las dro­
bargo, existe también una tendencia a desviar nuevamente hacia gas con la orina y las heces y su relación con la compulsión a
afuera el “odio introvertido”, para envenenar a otro en lugar de tomar algo repugnante. A menudo, el frasco o la jeringa repre­
envenenarse uno mismo, situación que es actuada por la seduc­ sentan al falo, pero en la capa más profunda de la simbolización,
ción ante los demás para convertirlos en adictos. el falo está significando al pecho materno al cual el drogadicto
anhela unirse. Simmel cree que la madre del drogadicto es a
En este artículo, Simmel intenta clarificar la relación de la
menudo seductora y permisiva en exceso como madre nutricia
drogadícción con la enfermedad física, la neurosis obsesiva, los
y que extrae ella misma de la nutrición un placer autoerótico.
estados maníaco-represivos y la perversión. Por ejemplo, vincula
Esta madre se constituye en el superyó temprano del drogadicto,
la drogadícción con los ritos obsesivos y la masturbación y su­
fácilmente seducible y seductora, lo cual a su entender explica
giere que el deseo de drogarse es sólo una nueva edición del
por qué el superyó del drogadicto totalmente desarrollado es
conflicto de la masturbación, de la misma manera que en la
corrompido con facilidad por el ello.
neurosis obsesiva. A menudo las drogadicciones comienzan con
psiconeurosis bajo el dominio de mecanismos obsesivos, pero Al abocarse al alcoholismo, Simmel (1949) examina sus
ante la vivencia de la intoxicación se convierten en neurosis nar- efectos sobre el yo y el superyó, y confirma la importancia de
cisistas de tipo maníaco-depresivo. Simmel observa que en la los instintos agresivos en el alcoholismo, que él supone se rela­
enfermedad física, en la depresión y la drogadícción, los instintos cionan estrechamente, con la enfermedad maníaco-depresiva.
agresivos y destructivos se vuelven contra el yo. Piensa que en el alcoholismo es esencial establecer si la desinte­
gración del yo es la cjusa o la consecuencia del consumó crónico
En la enfermedad física, el dolor ligado al órgano corporal
de alcohol por parte del alcoholista. Depende de la extensión
corresponde al objeto interno de la melancolía contra el cual
de la morbilidad del yo que el alcohol ayude al paciente a en­
se dirige la agresión. Ello explica, desde la perspectiva de Sim-
contrar una adaptación artificial a la realidad exterior o que
mel, por qué el alivio del dolor físico por medio de la droga
puede ligar por efectos de la droga con los mecanismos melan­ su yo esté condenado a desintegrarse en forma progresiva y a
cólicos. La drogadícción también actúa como defensa contra la perder la guía superyoica en el enfrentamiento entre los insa­
melancolía: puede considerarse como una “manía artificial”. Sin ciables deseos instintuales infantiles y las demandas de la reali­
embargo, la manía farmacotóxica progresiva, en contraste con la dad. Si el yo regresa más allá de las etapas fálicas, anal y oral
manía espontánea, no ayuda al paciente a encontrar el camino a su más temprana etapa pre-yoica, que Simmel denomina
de regreso a los objetos. Originariamente, la droga -protege al yo etapa gastrointestinal, el alcohólico deviene un adicto. La es­
en su conflicto con el ello, con la realidad y el sentimiento de tructura y la dinámica del alcoholismo no difieren entonces de
culpa, pero en el curso de la adicción la droga usurpa el lugar las de ninguna otra drogadícción. Mediante esta regresión, se
de todos los objetos co.ntra los cuales alguna vez se dirigió la des-genitalizan más y más las actividades del alcohólico y las
-f

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264 HEBBliHT V. l>( íSENFF.M) ESTADOS PSICOTICOS 265
r
experiencias cloiorasa;; que acompañan la masturbación infantil
se convierten en sensaciones placenteras. Este proceso regresivo
del abordaje psicoanalítico de la drogadicción y el alcoholismo,
examinando críticamente el trabajo de otros analistas desde el
c
produce cada vez más defusión: el amor es reemplazado por el
odio, y el proceso de identificación se revierte así en la tendencia
punto de vista histórico. Por ejemplo, destaca la imposibilidad
de sostener la relación de la drogadicción con una etiología libi-
c
del alcohólico a devorar prácticamente sus objetos. L a bebida dinal y una regresión a la oralidad y a la homosexualidad. Se c
en sí misma se torna intercambiable con el objeto odiado, fun­ ha prestado demasiado poca atención a la progresión de los
damentalmente la madre. Sinnnel sugiere que el alcoholismo instintos, y a considerar que los estados psicopatológicos consti­ r
implica un asesinato crónico y un suicidio crónico, pero piensa tuyen exageraciones de estados normales en el dominio de la
que los impulsos homicidas son más pronunciados en la adicción ansiedad. El exige que se examine el impulso a sobreponerse C
alcohólica que en otras adicciones, tales como la morfinomanía, a “las molestias de una organización paranoide inconsciente”.
en que el paciente es guiado más bien por impulsos suicidas. En otras palabras, se pregunta hasta dónde un estado obsesivo (
Confirma su anterior sugerencia de que todas las adicciones, y o una adicción implican una defensa contra un “estado para­
en especial la alcohólica, constituyen protecciones contra la noide subyacente”. Piensa que últimamente se ha progresado (
depresión. Los sentimientos de culpa y desesperación que ator­ al prestar más atención a las reacciones producidas por el grupo
mentan al alcohólico al volver a la sobriedad pueden estar en de las pulsiones agresivas, por ejemplo, relacionando la homo­ C
parte causados por el alcohol, pero están más relacionados con sexualidad inconsciente con el problema del sadismo. En razón
la depresión clínica que sigue a la manía. El considera como del énfasis otorgado por Freud (de 1917 en adelante) a la im­ c
progreso significativo en el análisis de alcohólicos, cuando la portancia de la agresión en el desarrollo yoico, Glover cree que
reacción maníaca que acompaña el consumo del alcohol co­ es preciso hacer notar que estas enseñanzas no han aparecido c.
mienza a fallar y es reemplazada por sentimientos de miseria,
depresión y culpa.
completamente reflejadas en las formulaciones etíológicas con­
cernientes a la paranoia. Compara con cierto detalle los trabajos c
Simmel concuerda con Kielhoíz, Juliusburger, Clark y Rádo
en destacar la relación de la adicción con la depresión, pero
de Melaníe Klein con los de Abraham, van Ophhuijsen, Kielhoíz,
Feigenbaum, Fenichel v otros. Piensa que el sadismo primitivo
c
subraya además el carácter maníaco de la adicción, perspectiva
que comparte con Freud, Abraham, Kielhoíz y Rádo. Tanto
y el complejo de Edipo temprano que estudió Klein, representan
una parte importante en los delirios de envenenamiento y las
c
Simmel como Rádo intentan clarificar la disolución del superyó drogadicciones. Dice: “No puedo hallar una explicación ade­
c
y la ascendencia gradual de los instintos destructivos en las adic­ cuada de la drogadicción que no suponga una situación edípica
ciones. Para Simmel es importante el deseo de unidad con un activa en una etapa en que las relaciones objétales son poco óV.
objeto, el deseo de comer y de ser comido, observaciones que más que el reflejo psíquico de las relaciones orgánicas ’. Dirige
han sido retomadas por Lewin. El realizó varias observaciones su atención a la sugerencia de Schmideberg según quien en las c
detalladas sobre el cambio en la estructura de carácter de los drogadicciones trabajan mecanismos por medio de los cuales
adictos. Puesto que Simmel poseyó durante varios años un sana­
torio en Tegel se podría pensar que tenía bajo observación y
objetos peligrosos introyectados pueden ser convertidos en sus­ c.
tancias buenas, las que pueden ser utilizadas para expulsar o
tratamiento a muchos más alcohólicos y drogadictos que la
mayoría de los analistas. Pero a pesar de ello no da ninguna
neutralizar las sustancias malignas. Glover estudió la relación c
existente entre la adicción a las drogas, los estados psicoticos, las
información en cuanto a la cantidad de pacientes tratados ni neurosis obsesivas y las peculiaridades neuróticas de carácter. L
sobre los resultados obtenidos.
En 1932 Glover (1932 a) realizó su aporte más detallado
Supone que es en la drogadicción más que en las neurosis bien
definidas o los estados psicoticos donde se puede detectar clara­ c
acerca de la drogadicción. Intenta arrojar luz sobre el desarrollo mente la existencia de una serie de situaciones edípicas nuclea-
L
266 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS PSICÓTICOS 267
res. Estas formaciones nucleares arcaicas están agrupadas en
aciual internalizado de un sistema melancólico” . Las sustancias
racimos antes que en simples series consecutivas. Glover tiene
benignas están más ligadas a los intereses erógenos, la explo­
conciencia de que la aceptación de una temprana organización
tación de un desarrolló' ulterior y con predominancia libidinal
yoica polimorfa implica una refundición de los conceptos des­
criptivos y rígidos existentes hoy sobre el narcisismo. Mucho genital como reaseguro contra las fases masoquistas tempranas.
de lo que ha sido considerado hasta ahora como perteneciente Glover destaca también que el adicto explota la acción de la
a la organización narcisista debería ser relegado a un sistema droga en términos de un sistema infantil de pensamiento.
de relaciones objétales. Piensa que el término “fijación oral” es
demasiado vago. Al examinar la posibilidad de establecer un El significado de la adicción puede consignarse como sigue: Al “se­

mecanismo específico para la drogadicción sugiere que esta gar” el cuerpo (las percepciones sensoriales) la droga parece obliterar la

reacción específica representa una transición entre la fase psicò­ tensión instintual o la frustración: también puede matar, castigar o ser

tica más primitiva y la fase psiconeurótica ulterior del desarrollo. indulgente no solo con los “objetos” psíquicos en el . cuerpo sino con el

Supone que los distintos tipos de drogadicciones representan cuerpo como self. Al “ segar” el mundu externo la droga puede obliterar

variaciones en el monto de las fuentes erógenas originales de la no solo los estímulos instintuales actuales del exterior sino también los
estímulos debidos al instinto proyectado. Por la misma obliteración pue­
libido (y en consecuencia diferentes fusiones del sadismo). Se­
de matar o castigar objetos externos con o sin características proyecta­
gún la experiencia de Glover, la fantasía básica del drogadicto
representa una condensación de dos sistemas primarios, uno en das: también puede rescatarlos manteniéndolos a distancia. Esta “doble
acción” da cuenta del extremo sentido compulsivo de la adicción. Se
el que el niño ataca y luego repara órganos del cuerpo de la
madre, y otro en el que la madre ataca y luego repara órganos hace pronunciado sobre todo en los casos en que tanto el self como los

del cuerpo del niño. Estas fantasías también representan sistemas “objetos introyectados” son vividos como malos y peligrosos, siendo la

de masturbación. En sus conclusiones, Glover destaca particu­ única posibilidad de preservar un buen self aislarlo del mundo externo

larmente la función defensiva de la drogadicción que, según él, bajo la forma de un objeto bueno (1932a).
controla los ataques sádicos,, menos violentos que los asociados
a la paranoia pero más severos que los enfrentados en las Glover explica que el “objetivo principal de este artículo
formaciones obsesivas. También subraya que la drogadicción (1932a) es llamar la atención sobre el significado de la droga-
actúa como protección contra la reacción psicòtica en estados dicción como representante de un compromiso entre los proce­
de regresión. En uno de sus casos apareció un sistema para- sos proyectivos e introyectivos”, por lo que evita el empleo del
noide después del retiro de la droga. En otro no hubo una reac­ término “superyó”. En 1939 Glover dice que “ (la mayoría) de
ción paranoide notable tras la privación, pero él elemento me­ las drogas poseen características (similares) a la perturbación
lancólico era extremadamente conspicuo. Sin embargo, aun en maníaco-depresiva. Son de naturaleza difásica, la fase de la
los estados más agudos, los mecanismos melancólicos no son dolorosa abstinencia es la que corresponde a la fase represiva
puros. Glover está particularmente interesado en saber si la sus­ de la ciclotimia. . . En realidad una adicción que ocurra en
tancia elegida por el adicto es nociva o inocua. Piensa que en una persona con características depresivas puede ser el sustituto
la elección de un hábito nocivo, el elemento sádico es decisivo. para (y la salvaguardia contra) el suicidio”. Por otra parte, prosi­
La droga sería una sustancia (objeto parcial) con propiedades
gue Glover, el monto de proyección utilizado por algunos adictos
sádicas que puedén existir tanto en el mundo interno como
sugiere una estrecha afinidad con los estados paranoides, ligazón
externo, pero que sólo desde adentro ejerce sus poderes sádicos.
que también clínicamente es sugerida por la aparición frecuente
“L a situación representaría una transición entre el sadismo ex-
de ideas persecutorias y delirios de celos en ciertos casos de
temalizado y amenazante del sistema paranoide y el sadismo
alcoholismo.
P

c
268 HERBERT A. ROSENFELD ESTADOS PSIGOTICOS 269
f

A los fines prácticos pueden distinguirse tres tipos principales de tará de obtener de la gente una indulgencia pasiva y desarrollará
f
adicción. Las formas más leves son las debidas a una homosexualidad modos orales característicos de tranquilizarse cuando sus deseos
inconsciente reforzada. Luego vienen las adiccionc-s con una organización
ciclotímica. Casos de esta naturaleza tienden a favorecer las abstinencias
sean frustrados, deseos que por ser tan inmensos lo más probable
es que a menudo se frustren. A esto reaccionan con rabia, la
c
autoimpuestas. Por vía del contraste, el tercer tipo de adicción o adicción cual es vivida por lo común como una insatisfacción inquietante r
de tipo paranoide es más crónico y solo en forma ocasional manifiesta y un agitado resentimiento interno. Toda aflicción psicológica
recesiones espontáneas. El diagnóstico diferencial no es dificultoso. resultante de los sentimientos de inferioridad, de la pasividad c
del paciente, de la frustración y de la rabia, y de la culpa o ren­
Glover subraya más que Ràdo y Simmel, la importancia de cor, es mitigada por el pacificante alcohol. C
las pulsiones agresivas primitivas. Al tiempo que parece coin­ El padre del alcohólico es casi siempre frío y nada afec­
cidir con Ràdo, Simmel, Kielholz y Clark en que los estados tuoso, más bien dominante respecto de su familia e inconsisten­ c
maníaco-represivos y las adicciones están relacionados, realiza temente severo e indulgente hacia su hijo. Por lo general hay
un aporte original al destacar la relación entre las adicciones y la un resentimiento y una rabia reprimidos contra esta poderosa r
paranoia. Al examinar los casos paranoides de adicción, Glover, figura paterna y a menudo la bebida representa una parte de
muy claramente, no considera solo a la homosexualidad latente una rebelión adolescente no resuelta contra el padre. Knight c
sino también a las ansiedades paranoides primitivas que se re­ destaca que el paciente restaura al beber la profunda pertur­
montan al primer año de vida. bación de su autoestima. Relaciona el deseo de beber con el c
En su artículo anterior (1932a) Glover parecería sostener
que la mayoría de los adictos pertenecen al grupo paranoide;
antiguo deseo infantil insaciable del pecho, pero este deseo se
refuerza por el desafío del paciente a la sociedad, a sus padres c
después (1939), cambia de idea, y destaca que la mayoría de y por su protesta masculina. Después de beber está deprimido,
c
las adicciones se asemejan al trastorno maníaco depresivo. con intenso arrepentimiento y asqueado consigo mismo. Tam­
Knight contribuyó con varios artículos acerca de la diná­ bién se ve aterrorizado por la peligrosa destrucción que importa
la conducta a la que se ha entregado. Pero a pesar de elle
o
mica del tratamiento del alcoholismo, sosteniendo que la adic­
ción alcohólica más que una enfermedad es un síntoma. En
muchos casos se descubren tendencias psicóticas, en particular
conserva una confianza suprema en la magia del alcohol. El pa­
ciente se siente traicionado por el alcohol pero sufre su atracción,
c
rasgos paranoides y esquizoides. Durante el período de excesiva
ingestión alcohólica el paciente entra temporariamente en un
del mismo modo como se sintió traicionado por su madre y sin
embargo la deseó con vehemencia por sus indulgencias. Al exa­
c
estado psicòtico y a menudo se registra un acting out regresivo minar la técnica del tratamiento, Knight destacó que la llamada (
de pulsiones inconscientes libidinales y sádicas. Pero este autor técnica ortodoxa de análisis no puede ser mantenida con los
también opina que el alcoholismo representa un intento de en­ alcohólicos porque éstos no pueden tolerar la actitud no com­ c.
contrar alguna solución o cura al conflicto emocional, e intentó prometida del analista. Cuanto más severo es el caso más impo­
definir el carácter del alcohólico y describió lo que él considera
una constelación familiar típica de los pacientes alcohólicos. La
sibilitado se encuentra el paciente para enfrentar esto. Com­
para al alcohólico con los esquizofrénicos, los que a su entender
c
madre por lo general parece ser sobreprotectora e indulgente son en todo momento hipersensibles ante cualquier indicio de
rechazo por parte del analista. Por lo tanto, el analista debe
c
en exceso. Trata de apaciguar al niño satisfaciéndolo constan­
temente, de tal manera que el eventual destete del niño solo ser mucho más activo y no debe adoptar una actitud de crítica (_
o de condena de la bebida o de cualquier otro vicio durante la
puede significar la traición de la madre que lo condujo siempre
a esperar indulgencia, y el niño intenta por todos los medios sesión. Sugiere que es útil conducir varias sesiones amistosas c
recapturar esta experiencia perdida. A lo largo de su vida tra­ con el paciente sentado. Durante estas oportunidades puede
L
270 HERBEBT A. ROSENFELD
KSTADOS PSICÓTICOS 271
establecerse un buen vínculo inicial, sacar al descubierto mucho
colía y sugiere que, mientras que en la melancolía se da una
material, y poner en conocimiento del paciente por medio de
incorporación sádica y destructiva, en el síndrome de la adicción
un hábil interrogatorio y maniobrando gradualmente el uso del
a la comida hay una simple introyección erótica que toma el
diván y proceder así al análisis. Puesto que el alcohólico tiene
lugar de una relación genital. En los cuatro casos que describe
mucha necesidad de complacencia y de afecto, más que inter­
el autor no halla trastornos tempranos en la alimentación cuando
pretarlas deberán satisfacerse algunas de sus necesidades. Knight
la adicción comienza recién en la pubertad. Sin embargo, des­
trató a sus pacientes alcohólicos en un sanatorio y piensa que
taca el intenso erotismo oral constitucional de las familias de
es imprescindible la supervisación institucional de los pacientes
estos pacientes y cree que hay un regreso a la etapa, de amor
con adicción a las drogas o al alcohol. El sanatorio debe ofre­
objetal incompleto con incorporación parcial del objeto. Consi­
cerles una nueva realidad que no solo los aísle de su previa
dera que el complejo de castración desempeña un papel central,
situación de vida neurótica, sino que además provea un manejo
porque los objetos deseados, en particular los dulces, el pan y
científicamente controlado de su reajuste en la institución. Dicho
la carne representan, inconscientemente, al pene devorado.
control debe ayudar al tratamiento psicbanalítico por estar diri­
Wulff se sorprende del hecho dé que los pacientes que en sus
gido contra el principio de placer, de manera tal que conduzca
depresiones repugnan de su propio cuerpo posean, durante sus
al paciente hacia el análisis de su conducta como única solución
buenos períodos, una sensación similar de repugnancia hacia
Durante el tratamiento en el hospital uno se impresiona por la
toda la comida, que se extiende hacia las funciones alimenticias
disociación de la transferencia. A menudo existe una forma
en sí. Durante los períodos de avidez alimenticia, desean parti­
espuria de transferencia positiva en la que el analista es visto
cularmente comida sucia, restos de comida o aun desechos
como un salvador, pero el resto de la institución es considerado
incomibles. Piensa que esta avidez por lo repugnante y sucio es
inservible y despreciable. Todos los fragmentos escindidos de
la representación simbólica del pene deseado. Al examinar el
la transferencia negativa deben ser, para lograr algún progreso,
ansia de dormir, Wulff sugiere que los pacientes fueron vencidos
traídos e interpretados en análisis. En el análisis institucional,
por la compulsión a dormir después de comer. Tras un sueño
el analista puede emplear información suministrada por las en­
profundo inquieto y atormentado se despertaban deprimidos,
fermeras, cuando las interpretaciones acerca de su amor espurio
sintiéndose cansados y vencidos. A veces se masturbaban du­
sean reiteradamente negadas por el paciente. Las observaciones
rante el sueño. Uno de los pacientes, después de comer, en lugar
de Knight difieren notablemente de las de los analistas citados
de dormir se sumergía en sueños diurnos de contenido sexual
hasta ahora. El destaca la existencia de un entorno patológico
a veces erótico-oral u otra perversión. Es sorprendente que
temprano y tardío del alcohólico y sugiere la necesidad dé"'una
Wulff no crea que exista' uH'Afípculo ambivalente con el pene
modificación d e l^ ^ jn ie n to analítico en los casos dqaícoholis-
introyectado, por ejemplo, envidiáHel pene. De hecho, considera
mo. Parece coincidir -ijórf^mimel en lo referente a Jas múltiples
la incorporación del pené<»3¡gp» 0Nfiia relación puramente libi-
dificultades fécnioasupi^siirgéh en el tratamiento de drogadictos
dinal con él.
y alcohólicos. - **
Benedek (1936) examinó una adicción al alcohol que cons­
Son muchos los analistas que investigaron la relación de la
tituía esencialmente una lucha contra la polifagia. Cuando su
drogadicción y el alcoholismo con la adicción a la comida.
paciente ingería alcohol, desaparecían todas sus inhibiciones y
Mencionaré en particular a Wulff, Robbins, Benedeky Fenichel.
consumía enormes cantidades de comida. Podía comer las cosas
Wulff (1932) describe un síndrome marcado por la compulsión
menos apetitosas posible sin descomponerse del estómago. Tras
a comer con voracidad, la somnolencia, la depresión, repugnancia
ingerir una gran cantidad de comida se sentía invariablemente
en relación con el propio cuerpo y una tendencia a la periodi­
arrepentida. Cuando la paciente comía, pensaba que su figura
cidad. El diferencia esta “adicción a la comida” de la melan­
se alteraba, que aumentaba de tamaño y que sus pechos ere-
c
c
272 HERBERT A. ROSENFELD
ESTADOS V S I C OTICOS 273
r
cían. Luego quería destruir su cuerpo y arrancarse los pechos. podían vincularse al desarrollo ulterior del alcoholismo. Se repi­
r
La adicción alcohólica parecía satisfacer estos impulsos y ansie­ tió en la transferencia la más temprana relación del paciente
dades. La autora supone que en este caso existió un odio psicò­ c
con el pecho de su madre. De pequeño fue agresivo, succionaba
tico paranoide a las mujeres, asociado al violento odio de la
paciente hacia su propio cuerpo y al rechazo de su feminidad.
el pecho con voracidad, pero tras un corto período fue destetado
a la fuerza. A continuación de su abandono del pecho sufrió
c
Piensa que el estímulo impulsor del instinto fue la aniquilación un espasmo pilórico con una violenta regurgitación y estuvo en r
de la feminidad o bien la necesidad de detener sus impulsos grave peligro durante varios meses. Como consecuencia de ello
homosexuales reprimidos. Si la paciente hubiera podido incor­ el pecho fue vivido como venenoso y el mundo como amargo C
porar el objeto deseado, el pecho, hubiera favorecido el desa­ y hostil. La liberación de impulsos homicidas activados por la
rrollo de su feminidad. Pero esta identificación tuvo que ser gran privación se dirigió primero hacia la madre, luego hacia
c
repudiada y en la acción simbólica de destruir la comida destruía todos los que lo alimentaban, hacia quienes proyectaba los im­
a su madre y ai pecho de su madre, al igual que a su propio pulsos de su propia agresividad. Todos se volvían peligrosos y (
cuerpo y pechos femeninos, mediante el rechazo de la comida. toda expresión de amor bajo la forma de comida ofrecida desde
Al tiempo que Benedek subraya que dejó de lado en la trans­ afuera era violentamente rechazada por venenosa, buscando c ■
ferencia la total ambivalencia, propia de la etapa oral, parece alivio mediante una regresión a los primeros días satisfactorios
creer en su descripción teórica que la ligazón libidinal homo­ de su vida. De este modo, se constituyó con la madre una rela­ (
sexual a la madre fue primaria y que la destrucción del pecho ción compensadora, interna, altamente satisfactoria y fantástica.
internalizado constituyó simplemente una defensa contra esta
sujeción libidinal. L a autora describe otro caso de adicción a
No necesitaba de ningún alimento del exterior. Lo tenía todo
dentro de sí, fantasía que era reforzada por el alcohol. Robbins
c
la comida con una sintomatologia idéntica. Esta paciente estaba
dominada por la idea de que había controlado su deseo de
considera al alcoholismo no tanto como una enfermedad en sí,
sino como un intento espontáneo de cura, y destaca que el con­
c.
comer a partir de la idea de que no debía hacerlo para no sumo de alcohol no debería ser perturbado antes de haber c
tener cuerpo de mujer. Benedek recalca que la idea dominante explorado minuciosamente, con la adquisición de insight, la
debería considerarse como una psicosis monosintomàtica. L a neurosis o psicosis subyacente. c
idea dominante tiene un carácter superyoico, lo que hace inte­
ligible que el intento de la paciente de ^ominar sus tensiones
Robbins considera los tempranos problemas orales de la in­
fancia cona^eausa principal del alcoholismo, corroborándolo con e
tome primero forma en el síntoma d s;&'dt?§i'esión. El superyó
aumenta automáticamente la t e n s ^ L f i ^ y ^ l oral subyacente
material' j<M(bco muy detallado de los casos
Esto c o n ií^ 'j; un aporte muy vivido e
tratado.
timbemos c
y esto conduce a la adicción a la f e * v ^ yilcohol. Considera
la adicción como indicio de que la tensfon no puede ser domi­
recordar que Freud, Abraham, Rácl", Benedei men­
cionaron la importancia de los factores orales en las adicciones
c.
nada intrapsíquicamente, por lo que la adicción se elabora por
medios externos. Benedek no proporciona la historia vital de
y el alcoholismo.
En 1944, Bergler destaca la importancia de los factores
c
sus pacientes y no está muy claro en este artículo cuál es la
responsabilidad que le asigna a las perturbaciones tempranas
orales tempranos en la adicción alcohólica. Piensa que los
alcohólicos vivieron el destete como una “malicia”. Por esta
c
de la relación del hijo con el pecho y con la madre en la enfer­
razón estos pacientes quieren vengarse de su desengaño oral L.
medad que describe, pero queda la impresión de que el pro­
intentando urdir situaciones en las que son habitualmente re­
blema central sería el de la homosexualidad. chazados y engañados. Esto les permite abogar por su auto­
Robbins (1935) se refiere a un caso en que, en contraste defensa cuando atacan a sus enemigos imaginarios, construidos
! c
con Benedek y Wulff, las perturbaciones alimenticias tempranas por ellos, con la más profunda agresión. Finalmente se regodean I L
ESTADOS PS I CÓT I COS 275
274 HEBBERT A. BOSENFELD

momento de iniciar un análisis es durante o inmediatamente des­


en su propia lástima, gozando de un placer psíquico maso-
pués de la privación, pero no se pretenderá que el paciente per­
quista. Bergler cree que la bebida puede considerarse como
manezca abstemio durante el análisis. Es probable que si tiene
una autocuración y reparación. Al beber transforman en posi­
la oportunidad vuelva a emplear la droga cada vez que predo­
tiva la negativa de la madre, se sienten independiente de ella
mine la resistencia al análisis. Esta es la razón por la que los
y de este modo triunfan sobre ella. Destaca que es particular­
adictos deberán ser analizados de preferencia en una institución
mente la madre interna la que es dañada por la bebida. Es inte­
y no como pacientes ambulatorios. Fenichel expresa también la
resante notar la similitud con que Bergler sigue las observaciones
tendencia del adicto a hacer acting out durante el análisis.
de Robbins con respecto a la importancia de la situación de
Coincide con Rádo, Simmel y Glover en observar la relación
destete en el alcoholismo y además sugiere que el deber debiera
existente entre las drogadicciones y los estados maníaco-depre­
ser considerado como un intento de reparación o autocuración.
sivos. Al destacar la importancia de la desaparición del superyó
Fenichel (1945c) examinó tanto la adicción a las drogas
concuerda con Simmel. Hace lo mismo con Juliusburger, Clark,
cuanto la adicción sin drogas. Define como adictos a quienes
Kielholz, Simmel y Bergler en cuanto al narcisismo del adicto.
tienen disposición a reaccionar ante los efectos del alcohol, la
VVeijI realizó varias aportaciones al tratamiento psicoanalí-
morfina u otra droga, de tal manera que tratan de usar estos
tico de la adicción al alcohol. En 1945 pone de manifiesto la
efectos para satisfacer simultáneamente un anhelo arcaico de
importancia del principio de placer en la comprensión de la
naturaleza sexual, un deseo de seguridad y un deseo de mantener
adicción alcohólica. El alcohol es empleado sobre todo para
la autoestima. Dice que los drogadictos se hallan fijados a un
objetivo narcisista pasivo y que sólo están interesados en obtener disminuir la tensión y el dolor generados por la actividad del
satisfacción, nunca en satisfacer a sus parejas. En otras palabras, superyó. Hace que. el individuo sea menos sensible a la crítica
del mundo externo, lugar de origen de donde derivó el superyó.
los objetos para ellos no son nada más que abastecedores de
Por medio del alcohol el superyó pierde su influencia sobre el
provisiones. ■ Estos pacientes son intolerantes a la tensión, y tras
sentir elación, el dolor y la frustración se tornan aun más inso­ yo, el cual puede ser ilimitadamente magnificado e intoxicarse
portables, induciendo al uso excesivo de la droga. Bajo su in­ con su propia perfección y autosuficiencia. En este punto se
accede a la conocida fase maníaco-depresiva artificial de la
fluencia, las satisfacciones erótica y narcisista coinciden de nuevo
borrachera. La superación de los sentimientos de culpa significa
visiblemente, incrementándose la autoestima en forma extraor­
una reducción del displacer existente. Pero el hecho de que el
dinaria. En determinadas adicciones, en particular la adicción al
alcohol, Fenichel destaca la desaparición del superyó por medio alcohólico se conduzca de modo inapropiado y haga cosas pro­
hibidas, incrementa nuevamente.sus sentimientos de culpa. De
del alcohol. Coincide con otros autores en que la periodicidad
este modo se crea un círculo vicioso que conduce al recurso
de ciertos trastornos de la bebida se vinculan con la periodi­
reiterado del alcohol. Weijl subraya la importancia del alcohol
cidad de los estados maníaco-depresivos. Examina la adicción
en ciertas acciones y costumbres rituales y sugiere que el alcohol
sin drogas, y sugiere que “en los adictos a la comida, ningún
posee un doble significado simbólico: simboliza tanto a la madre
desplazamiento ha transformado al.objeto original (alimento)”.
como al padre. E s un símbolo de la leche deseada, por lo que
“Estadios ulteriores del desarrollo pueden haber agregado otros
se convierte en sustituto de la madre al camuflar la leche incons­
significados inconscientes al alimento patológicamente deseado”,
cientemente deseada. El autor destaca en particular la relación
pero “en los casos severos el área de la comida constituye, el
del alcoholismo con la comida totémica, que él considera como
único interés que conecta a la persona con la realidad”. Destaca
el pecado original por haber matado al padre, comiéndolo. Es
que existe una relación característica entre la avidez por ¡la
de la idea que el uso excesivo del alcohol representa un medio
comida, las fobias a la comida y ciertos tipos de anorexia. 'Al
primitivo fantaseado de resolver el complejo de Edipo (el ase-
examinar la terapia de la adicción Fenichel sugiere que el mejor
276 HERBERT A. ROSENFELD

sinato del padre y la unión con la madre). Weiji sugiere que Meerloo intenta discriminar entre la psicología del alcohó­
el estado de intoxicación es maníaco y es seguido por la depre­ lico y la del morfinómano y otros drogadictos. Arriba a la con­
sión en la que el coma alcohólico sugiere una imitación de la clusión de que la mayoría de los alcohólicos son maníaco-depre­
muerte, siendo la muerte el castigo por el pecado original. Des­ sivos de tipo oral en tanto que la mayoría de los drogadictos lo
taca que la adicción al alcohol debe considerarse como una psi­ son de tipo esquizoide, habitando un mundo mágico infantil.
cosis maníaco-depresiva artificial a escala reducida. Piensa que Sugiere la existencia de tres mecanismos mentales comunes a
la adicción alcohólica es una satisfacción fantaseada del deseo todos los tipos de adicción, un deseo vehemente de la experiencia
de vida eterna, porque tras el suicidio parcial por medio del del éxtasis, una pulsión inconsciente dirigida hacia la autodes-
alcohol hay un renacimiento y una insinuación siempre repetida trucción y una necesidad inconsciente e irresuelta de depen­
de muerte y resurrección. El autor pone de manifiesto que el dencia oral. Meerloo coincide con Lewis en el sentido de que
tratamiento del alcoholismo necesita de una abstinencia total en su estupor narcótico el drogadicto vivencia la unión con el
para todo alcohólico, puesto que el alcohol ataca al superyó y pecho. De este modo, el drogadicto puede compararse con el
abre las puertas a la liberación del ello. Por esta razón, el alco­ paciente maníaco, aunque difiere de él en que necesita del al­
hólico debe permanecer en una institución, particularmente al cohol o de la droga para poder vencer sus defensas anti-caniba-
comienzo del tratamiento. Considera importante en el trata­ lísticas. Sólo entonces estará en condiciones de regresar a este
miento psicoanalítico neutralizar los sentimientos de inferioridad estado pasivo, oral y nirvánico. La botella o la droga simbolizan,
del alcohólico y reconstruir su yo, pero no especifica el modo en mayor medida que para el paciente maníaco, no solo la gra­
de lograrlo. tificación infantil, sino también la diosa devoradora que al tragar
Weiji coincide con la mayoría de los.autores en poner de a los niños los transporta a un eterno nirvana. Pone de mani­
manifiesto la relación del alcoholismo con la psicosis maníaco- fiesto que el éxtasis de la persona intoxicada y del drogadicto
depresiva. También concuerda con Simmel, Fenichel y otros es una pseudo-elación: revive una antigua infelicidad que es
en destacar el ataque del alcohol al superyó. una lucha repetida contra la madre introyectada. En un estado
Meerloo estudió desde diversos ángulos el problema de la de éxtasis entran en juego tanto las fuerzas regresivas como las
drogadicción, y además ha tratado psicoanalíticamente a varios progresivas. El éxtasis extiende el yo y silencia la voz hostil de
drogadictos. Piensa que es difícil establecer límites precisos en­ la conciencia, pero también induce a sensaciones oceánicas de
tre el hábito físico y psicológico de la droga. Pero, según él, fusión con el universo que en el análisis final es antitético a la
ciertos síntomas de abstinencia son psicogénicos en su origen: autoconservación. Las tendencias suicidas y masoquistas desem­
por ejemplo, los síntomas de abstinencia tales como son los peñan un papel importante en todas las adicciones. Por ejemplo,
intensos dolores en los músculos del abdomen, podrían vincularse el paciente desea hacer de sí un horrible espectáculo para poder
con los períodos de ira destructora después de una frustración acusar a otra persona (habitualmente una figura parental) y
oral por la madre. También halló fantasías de ser tragado por gozar en secreto disfrazándose de víctima inocente. En lo que
la botella, y de ser chupado por la madre, que se relacionaban respecta al tratamiento, el autor expresa que la abstinencia de
con esa sensación de miseria física. El autor piensa que las alcohol y drogas puede ocurrir espontáneamente o bien en el
diversas regresiones tales como la catalepsia, la manía, la con­ curso del tratamiento psicoanalítico. El autor intenta en primer
ducta psicopática, la alucinosis, los ataques epilépticos o el deli- lugar la psicoterapia fuera de la clínica, pero si esto falla hace
rium tremens debieran considerarse como síndromes psicosomá- “reacondicionar” al adicto en la clínica, aunque por otro tera­
ticos, pero nuestro conocimiento de la dinámica de la droga- peuta. En la situación analítica, los síntomas de la abstinencia
dicción no está, a su entender, lo suficientemente afinado como tienden a ser muy severos, puesto que se ven reforzados por la
para exponer los mecanismos psicológicos subyacentes. resistencia del paciente al análisis. Son utilizados como repro-
ESTADOS PSICÓTICOS 279
278 HERBERT A. ROSENFELD

(Rádo), o regresión a la etapa de la succión (Simmel). Otros


ches y ataques al analista. El ha observado el desarrollo de los son más específicos al destacar la importancia del trauma del
síntomas alucinatorios típicos del delirium tremens. A continua­ destete: Robbins dice que el destete prematuro puede convertir
ción de estas experiencias y el alivio de estos temores el paciente la frustración del pecho externo en un pecho venenoso, condu­
deja a menudo de tomar en exceso. El tratamiento psicoanalítico ciendo a una construcción defensiva de una madre o pecho alta­
de alcohólicos y de drogadictos no solo es difícil a causa de las mente idealizados, lo cual contribuye a las ilusiones de autosu­
implicancias farmacológicas y las influencias sociales contrarias,
ficiencia. Bergler sugiere que el destete fue experimentado por
sino también por las primitivas raíces infantiles de las neurosis
el alcohólico como malicia construyendo entonces alrededor de
y la gran dificultad para acceder a ellas por análisis, siendo la esta creencia un pattern de venganza.
adicción un modo tan fácil de hacer acting out. Aclara que
En la descripción del narcisismo algunos autores hablan de
muchos pacientes intentan sobornar al analista con una con­
una disposición narcisista (Rádo), una regresión al narcisismo
ducta pasiva y de abstinencia pasajera, esperando sólo un error,
(Kielholz), una identifcación primaria (Pierce Clark), sensa­
una demostración de firmeza, o interpretaciones perturbadoras
ciones oceánicas de fundirse con el universo (Meerloo), o fija­
por parte del analista para escapar nuevamente al modelo alco­
ción'a un objetivo narcisista pasivo (Fenichel), mientras que
hólico o narcótico. El autor describe el tratamiento de un adicto
otros autores, como Simmel, ponen el acento en el narcisismo
al opio que cambió del opio al alcohol, barbitúricos y cocaína,
patológico “donde se lleva a cabo cada vez más defusión, posi­
pero el último año de tratamiento no recurrió a ninguna droga.
bilitando al instinto de muerte hacerse más poderoso y donde
Meerloo ha coincidido entonces con la mayoría de los auto­
el adicto se retrae a un estado prenatal que simboliza la muerte”.
res en que gran parte de los alcohólicos pertenecen al grupo de
los maníaco-depresivos, pero agrega su punto de vista según el Al examinar la relación de las adicciones o el alcoholismo
cual los drogadictos son más bien del tipo esquizoide. Concuerda con la depresión y la manía, la mayoría de los autores destaca
con muchos autores en la importancia de los factores orales. Al la importancia de la psicosis maníaco-depresiva, fundamental­
examinar la agresión destaca más la autoagresión que los com­ mente Kielholz, Rádo, Simmel, Fenichel, Weijl, y Meerloo (en
ponentes destructivos. Coincide con Simmel, Fenichel, Weijl y alcoholismo). Algunos subrayan más la relación de las adiccio­
otros en destacar el silenciamiento del superyó durante el éxtasis nes con la manía (Freud), o las defensas maníacas como el
narcótico. Meerloo está de acuerdo con Rádo, Simmel, Weijl, deseo de escapar (Abraham y Ferenczi) o destacan simplemente
Fenichel, Bergler y otros al examinar el anhelo del drogadicto los impulsos depresivos o suicidas (Pierce Clark).
por la unidad narcisística con el objeto. Al describir los impulsos destructivos o autodestructivos, las
consideraciones de los autores presentan cierta dificultad porque
se refieren al sadismo y al masoquismo (Abraham, Juliusburger
CONCLUSION y Pierce Clark) sencillamente como una alternativa a los térmi­
nos de impulsos “agresivos” o “autoagresivos”. Kielholz prefiere
Del análisis de estos aportes surge el acuerdo existente entre
hablar de instinto de muerte dirigido contra el yo, a menudo
la mayoría de los autores acerca de la importancia de los fac­
conducente al suicidio en casos de melancolía alcohólica, mien­
tores orales, tanto en las drogadicciones como en el alcoholismo, tras que en el jolgorio maníaco del alcohólico el instinto de
el narcisismo, la manía, la depresión, los impulsos y perversiones
muerte es volcado hacia afuera y el sadismo se expresa abierta­
destructivos o autodestructivos, tales como la homosexualidad o
mente y es actuado. Algunos autores no dejan lugar a dudas
el sadomasoquismo. en cuanto a considerar la predominancia de los impulsos des­
Al examinar la oralidad de los adictos, algunos de los autores
tructivos o de agresión como de importancia fundamental en la
hablan de un modo más general de la intensidad constitucional comprensión de las adicciones (Rádo, Simmel y Glover).
de la oralidad (Freud), reactualización del órgano alimenticio
2S0 HF.RBERT A. ROSENTELO ESTADOS PSICOTICOS 281

La mayoría de los autores mencionan algunas perversiones problema expresando que las drogas representan a menudo
tales como la homosexualidad, el masoquismo o sadomasoquismo, objetos parciales: en el caso de las adicciones malignas, al objeto
como de aparición frecuente entre los drogadictos y alcohólicos. malo y sádico; en las benignas, un objeto bueno y vital. Glover
,-Sin embargo, algunos de ellos expresan específicamente que di­ llama la atención además sobre la interrelación entre los sistemas
chas perversiones constituyen sólo parte del cuadro general. Es de objetos buenos o malos, internos y externos, y el uso de drogas
así como Juliusburger opina que la homosexualidad es solo uno para atacar objetos buenos o malos, y vincula esto con los me­
de los factores del alcoholismo. Glover piensa que sólo casos canismos de introyección y proyección. Es evidente que Glover
muy leves se deben a una homosexualidad inconsciente en tanto supone que la elección de una droga peligrosa (maligna) se
que Rádo pone de manifiesto que la homosexualidad del adicto relaciona con la existencia de objetos parciales malignos y pe­
tiene sólo importancia secundaria, y que se desarrolla bajo la ligrosos.
influencia de un masoquismo intenso.
También fueron mencionados por lo menos por siete autores,
los delirios paranoides, las ansiedades persecutorias y la para­ ANALISIS D E L MANEJO Y TRATAMIENTO
noia. Pero no cabe duda de que la mayoría de los autores
difieren respecto de la etiología de la paranoia que cada uno Son pocos los autores mencionados en la revisión (Knight,
considera. Glover habla de una fase paranoide infantil muy Fenichel, Simmel, Kielholz, Weijl y Meerloo) que hayan exami­
temprana como fuente principal de las dificultades del droga- nado las dificultades técnicas surgidas en el tratamiento, tanto
dicto, en tanto que Kielholz retrotrae las ansiedades persecuto­ de los alcohólicos como de los drogadictos. Por lo general,
rias de su caso de delirium tremens a las fantasías y vivencias están de acuerdo en que la supervisión dentro de una institución
de la escena primaria. es esencial a los fines de controlar y manejar al paciente y su
Algunos autores están convencidos de que el alcoholismo y tratamiento. Kielholz y Weijl destacan particularmente la im­
la drogadicción poseen un efecto particularmente destructivo portancia de una abstinencia total. Meerloo intenta primero el
en tanto influyen sobre la conciencia o superyó. Simmel, Feni- tratamiento psicoterapéutico fuera de la clínica. Si esto falla,
ehel, Weijl, Meerloo y otros consideran que las adicciones para­ interna al paciente en una institución donde la privación de la
lizan al superyó y, en cierto modo, eliminan su influencia. Sin droga la hará otro terapeuta. Luego prosigue el tratamiento
embargo, Rádo formula dos expresiones aparentemente contra­ dentro de la institución. Knight, quien subraya la importancia
dictorias: que la conciencia desintegrada y las tendencias agre­ del tratamiento institucional, destaca la necesidad de modificar
sivas se ligan al superyó, incrementando su severidad, con lo el abordaje analítico, suponiendo que el alcohólico no puede
que de este modo se produce un círculo vicioso. Pero no habría tolerar la pasividad analítica ordinaria. Examina la importancia
contradicción si uno supone que con la desintegración de la de analizar la típica disociación de la transferencia, entre el
conciencia más madura aparece el superyó más arcaico, des­ analista espuriamente idealizado y algunos otros miembros del
tructivo y persecutorio. personal con quienes se actúa la transferencia negativa.
Algunos autores suponen que el alcohol o la droga repre­
sentan el objeto bueno o malo. Freud y Robbins describen al
alcohol como un objeto ideal. Simmel considera a la botella o
a la jeringa, en la capa más profunda, como el pecho materno
con el que el adicto anhela unirse. También habla de la droga
como imagen aglutinante de todos los objetos malos de la vida
del alcohólico. Glover realiza el más detallado aporte a este
r

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(Los ítems marcados con un asterisco se refieren a los capítulos


7 y 13 sobre drogadicción)
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