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22 Clase 3
22 Clase 3
Repertorios y estrategias
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El uso de la calculadora para la enseñanza del cálculo mental
Para comenzar este apartado, los invitamos a ver el video “Diego el
calculador”, de la serie animada Por más aventuras, de PakaPaka, desde
minuto 4:50 a 10:27.
https://www.youtube.com/watch?v=yw12TUQxG3U
¿En qué situaciones de su vida utilizan la calculadora?, ¿qué tipo de cálculos
hacen?, ¿por qué eligen usarla en vez de hacer las cuentas con lápiz y papel
o mentalmente?
¿Plantean en el aula actividades con calculadora?, ¿con qué objetivo?, ¿qué
esperan que los alumnos aprendan?
En nuestra vida cotidiana nos enfrentamos a diversas situaciones en las que debemos
resolver cálculos. Así, para averiguar el triple de 3.000 seguramente no dudemos en recurrir
al cálculo mental mientras que para resolver 543 x 768 utilizaremos la calculadora o, en su
ausencia, recurriremos al algoritmo de la multiplicación. Esta posibilidad de decidir qué
recurso de cálculo es más conveniente para cada situación particular, también debe ser
propiciada en la escuela.
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criterio sobre qué cálculo permite resolver una situación y cuándo es conveniente utilizar la
calculadora son conocimientos que debemos promover. Sin embargo, no es este uso social
el único motivo por el cual consideramos interesante incorporar la calculadora en la clase.
Bajo determinadas condiciones, el uso de la calculadora puede favorecer un trabajo reflexivo
-vinculado a quehaceres propios de la matemática- que permita explorar propiedades,
encontrar regularidades, validar procedimientos y resultados de manera más autónoma (sin
tener que recurrir al docente). Además, permite enfrentar a los alumnos a problemas cuyos
cálculos aún no pueden resolver. En la medida que utilicen la calculadora para hacer las
cuentas, los alumnos podrán centrarse en cuáles son los cálculos con los cuales deben
operar para resolver el problema.
A continuación, analizaremos cómo este trabajo con la calculadora puede aportar a la
enseñanza del cálculo mental con sumas y restas.
“En primer año será necesario abordar con los niños actividades que les
permitan conocer el funcionamiento de la calculadora: con qué tecla se
enciende y con cuál se apaga, las teclas de las diferentes operaciones,
aprender a borrar si se equivocan, conocer el significado de otras teclas
aunque no las utilicen, etcétera.
(...) Si los niños de segundo o tercer año no han utilizado la calculadora en
años anteriores será necesario también realizar este trabajo antes de
abordar la diversidad de problemas para los diversos contenidos.” (Broitman
e Itzcovich, 2001: 5)
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¿Pero qué condiciones es preciso instalar en el aula para que la calculadora sea
aprovechada desde el punto de vista didáctico? Una de las condiciones centrales para
muchas de las propuestas es que los alumnos anticipen el resultado por escrito para luego
verificarlo con la máquina. De lo contrario, la calculadora cumple sólo la función de hallar
resultados, y lo efímero de su funcionamiento (la pantalla se borra al hacer una nueva
operación sin dejar registro de lo realizado) impide volver sobre los distintos intentos para
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analizar los errores y aciertos .
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Esta condición no es necesaria en las propuestas en que la función de la calculadora es justamente resolver el
cálculo para que los alumnos pongan su atención en la resolución del problema (como ejemplificamos más
arriba) o en aquellas en que se trata de obtener una gran can dad de datos, como por ejemplo al u lizar la
calculadora para desarrollar escalas con el obje vo de analizar las regularidades del sistema de numeración.
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“Esta actividad anticipatoria es una de las principales prácticas
matemáticas que se intenta enseñar en la escuela y cuya importancia reside
en que la anticipación es justamente aquello que otorga potencia a la
matemática misma. Los conocimientos matemáticos permiten conocer la
respuesta a problemas no resueltos empíricamente, es decir a sucesos aún
no realizados o bien realizados en otro tiempo y en otro espacio. La
calculadora, lejos de convertirse en una herramienta que impide pensar por
sí mismos a los alumnos, tiene una enorme potencia para instalar prácticas
anticipatorias y de control. Lógicamente, todo depende de las decisiones
didácticas que se adopten.” (Broitman e Itzcovich, 2001: 4)
Otra condición para el uso de las calculadoras en las aulas, es acompañar su uso con el
desarrollo de momentos de discusión colectiva en los que ustedes, como docentes, puedan
guiar el intercambio entre los alumnos otorgando un lugar privilegiado a la argumentación.
Antes de seguir con la lectura, identifiquen los conocimientos sobre los
números o sobre las propiedades de las operaciones que pueden involucrar
cada una de las siguientes actividades y qué aporte ofrece el uso de la
calculadora.
a) Anotá en la calculadora el número 76. ¿Qué cálculo podrías hacer
para que solo se modifique el 7? Usá la calculadora. Registrá todos
los cálculos que probaste, los correctos y los incorrectos.
b) Matías dice que anotó en la calculadora el número 184 y le fue
restando 10 varias veces hasta llegar al 117. Lucía dice que restando
muchas veces 10 al 184 no podés llegar al 117. ¿Quién tiene razón?
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¿Por qué?
c) ¿Cómo harían para obtener con la calculadora el número 356 usando
únicamente las teclas 0, 1 y las teclas “+” e “=” con la menor
cantidad de sumas?
d) Busquen usando la calculadora un solo cálculo que les permita
averiguar qué número hay que sumarle a 16 para obtener 30.
e) ¿Cómo se puede hacer 82 + 65 en una calculadora en la que no
funciona la tecla del 6?
Como habrán podido analizar, los problemas propuestos ponen en juego distintos
conocimientos sobre los números y/o sobre las propiedades de las operaciones. En el
problema (a) la finalidad es que los alumnos analicen cómo varía el valor de una cifra según
la posición que ocupa en el número. En este caso se busca que los estudiantes tomen
conciencia de que hay que sumar o restar 10, 20, 30, etc. y que elaboren explicaciones
acerca de por qué no sucede lo mismo si suman o restan 1, 2 o 3. La reflexión en torno a la
posicionalidad como característica de nuestro sistema de numeración, que se pone en juego
en esta actividad, es central a la hora de desplegar estrategias de cálculo. Para
descomponer, por ejemplo, el 13 en 10 + 3 (como observamos en la clase 2 que hacen
algunos niños para sumarlo a otro número de dos cifras) es preciso saber que el valor del 1
en el 13 es 10.
En el segundo problema (b), la calculadora nos permite disponer rápidamente de una
colección de resultados correctos que posibiliten a los alumnos analizar regularidades. En
este caso, resulta útil para explorar resultados de restas sucesivas de 10 y analizar cuáles
cifras varían y cuáles no, abordando así el análisis del valor posicional. Aquellos estudiantes
que dispongan de esta regularidad, podrán anticipar que restando de 10 en 10, nunca se
modifican las unidades por lo cual el resultado no podría terminar en 7. En este caso, la
calculadora es una herramienta para que los niños verifiquen su anticipación.
En el problema (c), se espera que los alumnos/as puedan considerar que el 356 es 300+50+6
y por lo tanto 100+100+100+10+10+10+10+10+1+1+1+1+1+1. Aquí se pone en juego una
descomposición aditiva apoyada a su vez en la organización decimal del sistema de
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numeración.
En el problema (d), la utilización de la calculadora servirá para anticipar y probar posibles
cálculos, hasta encontrar uno que permita resolver lo pedido. Es posible que para encontrar
qué número hay que sumarle a 16 para obtener 30 los niños y niñas sumen 10, y luego 10
más, comprobando que al sumar 20 se pasan, e intenten con un número más chico. Al
analizar los procedimientos en los momentos de intercambio será posible acercarnos a la
idea de operaciones inversas, ya sea si hubiera aparecido la resta como operación que
permite resolver el problema, o mediante la pregunta del docente: “Otro niño dice que
haciendo 30-16 se encuentra el número que buscamos. ¿Tiene razón? ¿Por qué?”
En los primeros tres problemas, la calculadora permite reflexionar sobre las propiedades de
los números. En todos los casos se pone en juego la organización decimal de nuestro
sistema de numeración y cómo varía el valor de una cifra según la posición que ocupa en el
número. Por su parte, en los problemas (d) y (e) se propicia realizar descomposiciones de
números, poniendo en juego las propiedades de las operaciones.
“La calculadora es otro recurso para trabajar el cálculo mental de sumas y
restas. Por ejemplo, podemos plantear problemas que permitan, además de
considerar los cálculos, analizar las relaciones entre la suma y la resta como
operaciones inversas, así como las propiedades conmutativa y asociativa de
la suma, que no se cumplen para la resta”.(MECyT, 2006: 76)
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“A veces el uso de la calculadora en el aula provoca cierto temor en los
docentes. En ocasiones se teme que ello redunde en un dominio menor del
cálculo algorítmico por parte de los chicos, porque: ‘Si usan la calculadora
entonces nunca van a hacer los cálculos bien, porque no van a practicar’.
Otra idea que suele aparecer es que la calculadora evitará el razonamiento
de los chicos, ya que: ‘Si usan la calculadora no van a tener que pensar’”.
(Broitman, 2005: 43)
Cálculo estimativo
Estimar consiste en averiguar aproximadamente cuánto va a dar un cálculo, lo que puede
constituir una respuesta suficiente frente a algunos problemas que no requieren de una
solución exacta. Además, es un recurso valioso para anticipar y controlar resultados de
cálculos obtenidos mediante otra estrategia. Veamos algunas situaciones que ponen en
juego el uso del cálculo estimativo:
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(Etchemendy, 2012)
En muchas ocasiones, frente a problemas como estos, los niños intentan buscar una
respuesta exacta, tal vez como resultado del énfasis puesto durante la escolaridad en el
trabajo con el cálculo exacto. Será tarea del docente promover la reflexión acerca de la
posibilidad de resolverlos haciendo una estimación o aproximación, y que esto puede
hacerse de diferentes maneras. En el problema (a), basta con ver los números, y como
ninguno llega a 100, se puede responder el problema sin hacer ningún cálculo. En cuanto al
problema (b), podrán analizar que 300 + 300 ya es 600, así que el valor de la compra es
mayor que el dinero disponible. En el tercer problema, se trata de seleccionar un resultado
aproximado entre varios que se ofrecen, lo que les demandará redondear los números que
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aparecen en los cálculos .
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Para profundizar el trabajo con cálculo es ma vo, recomendamos la lectura de las páginas 22 a 28 de Cálculo
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Frente a situaciones de estimación, la calculadora puede incorporarse nuevamente como
una herramienta para verificar la validez de los resultados obtenidos, lo que favorece que
quede a cargo de los alumnos y alumnas la responsabilidad de corregir sus estrategias de
cálculo.
Los juegos -al igual que ocurre con las TIC en general- suelen ser valorados por ser
“dinámicos y atractivos” para los estudiantes. Es decir que su incorporación está pensada
más en función de su capacidad de motivar a los niños que de su potencial didáctico. Si bien
el interés de los niños no es algo a despreciar en lo más mínimo, los juegos que nos interesa
que se desarrollen en las aulas deben ser escogidos en función de objetivos precisos y en la
medida que promuevan las prácticas matemáticas que pretendemos generar en las clases.
Algunos juegos interactivos brindarán una buena oportunidad para reflexionar y generar
discusiones en torno a estrategias de cálculo y repertorios que se pretendan trabajar. Otros
servirán para practicar o entrenarse sobre contenidos ya estudiados. Incluso, dependiendo
de cómo se gestione el juego y de los conocimientos disponibles de los niños, un mismo
juego puede ser utilizado con uno u otro propósito. Según el objetivo que nos propongamos
en la clase, algunas aplicaciones resultarán más adecuadas que otras. Analicemos un
ejemplo.
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http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD22/ms/cuentasysorpresas.html
La forma en que está presentado el juego hace que sea de fácil uso por parte de los niños.
No requiere de grandes habilidades y conocimientos informáticos para jugarlo, por lo que
podrán concentrarse en la tarea que requiere. Además, al no limitar el tiempo de cada
jugada, permite que cada jugador vaya a su ritmo.
Tal como planteamos en la clase 2 para el trabajo con juegos y al inicio de esta clase en
relación con la calculadora, el trabajo de reflexión y análisis que se realice con posterioridad
al juego ocupa un lugar central. Será interesante, en este caso, realizar un intercambio entre
los alumnos y alumnas donde puedan compartir cómo resolvieron los cálculos. Por ejemplo,
podrá analizarse qué información ofrece la numeración oral (para el caso de 40+5, al decir el
nombre de los sumandos se obtiene el resultado: “cuarenta y cinco”) o reflexionar sobre
cómo y cuál número se transforma en cada cálculo (para el mismo caso, sólo cambia el 0
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del 40 por el 5 que se suma, obteniéndose 45).
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Para un análisis más profundo de los juegos interac vos y otros recursos TIC recomendamos la lectura de
Aportes para pensar la enseñanza de la matemática con TIC (Novembre, 2016).
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Actividades
Actividad obligatoria
Planificación de una clase de cálculo mental
Importante :
1) Este trabajo representa la primera parte de lo que será el Trabajo Final del curso.
2) Para realizarlo deberán utilizar los textos, bibliografía y materiales propuestos en las
clases como así también tener en cuenta las intervenciones y comentarios realizados
por el tutor en foros y/o trabajos anteriores.
El trabajo matemático a instalar en las aulas demanda el diseño de un tipo de
planificación particular, en la que se desplieguen algunos de sus componentes. Se
trata de explicitar las decisiones tomadas, poner a la vista todas las variables a
considerar en el desarrollo de la clase, anticipar alternativas, identificar posibles
dificultades, prever modos de intervenir. En este marco, la propuesta consiste en la
planificación de una clase de 80 minutos de cálculo mental, a partir de los
conceptos y propuestas desarrollados en el curso. Realice un escrito en un
procesador de textos y nómbrelo así:
NOMBRE_APELLIDO_AULA_XX_Planificación.
El escrito ha de incluir:
Encabezamiento
Debe incluir los datos de la materia, del cursante y grado en que se pondrá en práctica
la planificación.
Fundamentación
¿Qué dice el DC de tu jurisdicción de los contenidos a trabajar? ¿Qué se propone para
este ciclo, esta área y este grado? ¿Se ha tomado exactamente lo que allí está
planteado o se hizo alguna redefinición?
● Propósitos
¿Qué se quiere trabajar particularmente con el grupo a partir de esta actividad? ¿Qué
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aprendizajes se pretenden promover?
Actividad propuesta
Incluir la/s consigna/s de las actividades que propondrán a los estudiantes tal como
se las presentarán a ellos.
Análisis de la propuesta.
¿Por qué se eligió esa consigna? ¿Cuál es la finalidad de cada problema?
¿Cómo se va a organizar el grupo para el trabajo?
¿Cómo se resuelve la actividad? ¿Qué estrategias se espera que los alumnos pongan
en juego para resolver la actividad? ¿Cómo espera que la resuelvan? ¿Qué posibles
errores podrán tener y cómo intervendría ante ellos? Anticipe posibles intervenciones.
¿Qué dificultades matemáticas podrían aparecer? Detalle estas anticipaciones y
anticipe cómo intervendría frente a ellas.
Luego de la resolución de la actividad, ¿a qué se apuntará en la puesta en común?
¿qué cuestiones sobre lo ocurrido se retomarán en este momento de la clase? ¿ qué
reflexiones y discusiones se esperan promover durante este espacio? ¿qué tipo de
intervenciones se podrían planificar para favorecerlas? ¿a qué conclusiones se
pretende arribar. (Para tener en cuenta: entendemos por puesta en común a un momento de
explicitación, reflexión, análisis del propio procedimiento y del compañero, discusión sobre la
pertinencia, el sentido y la validez de las estrategias que implementaron para resolver el / los
problemas)
Cierre
¿Qué quedará registrado en cuadernos o carpetas como sistematización de lo
aprendido? (esbozar posible texto o punteo, tal como podría elaborarse conjuntamente
con los alumnos).
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Si tienen dudas o inquietudes pueden expresarlas en el
Foro de consultas de la clase 3.
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Bibliografía de referencia
Broitman, C. (2004). Estrategias de cálculo con números naturales. Segundo Ciclo. Buenos
Aires: Santillana.
Broitman, C.; Itzcovich, H. (2001). Aportes didácticos para el trabajo con la calculadora en los
tres ciclos de la EGB. Documento N°6. Buenos Aires: DGCyE, Subsecretaría de Educación.
Disponible en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educprimaria/areascurriculares/
matematica/eltrabajoconlacalculadoraenlostresciclosdelaegb.pdf
Etchemendy, M. et al. (2012). Vamos por más. Serie Piedra libre para todos. Buenos Aires:
Ministerio de Educación de la Nación.
Novembre, A. (coord.); Ponce, H. (2009). Cálculo mental de sumas y restas. Propuestas para
trabajar en el aula. Buenos Aires: DGCyE, Dirección Provincial de Educación Primaria.
Disponible en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educprimaria/areascurriculares/
matematica/docsumasyrestas.pdf
Novembre, A. (coord.) (2016). Aportes para pensar la enseñanza de la matemática con TIC.
Buenos Aires: DGCyE, Dirección Provincial de Educación Primaria. Disponible en:
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educprimaria/areas_curriculares/
matematica/aportes_para_pensar_la_matematica_con_tic.pdf
Parra, C.; Saiz, I. (2013). Hacer matemática 1. Buenos Aires: Estrada.
Créditos
Autores: Martín Chaufan y Guillermo Kaplan.
Novembre, A. y Díaz, A. (coord.) (2017). Clase Nro. 3: El uso de la calculadora y otros
recursos para la enseñanza del cálculo mental. Cálculo mental de sumas y restas.
Repertorios y estrategias. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0
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