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CapiruLo IV CONDICIONES OBJETIVAS Y CONDICIONES SUB- JETIVAS DE LA INVESTIGACION Y LOS INVESTI- GADORES EN SOCIOLOGIA I, MUuLTIPLICIDAD DE CONDICIONES 1. Por una serie de causas vinculadas con la historia, la tradicién intelectual y ciertas caracteristicas de la estructura social y cultural de los paises de América latina, el nivel al- canzado por la investigacién en sociologia, tanto desde el pun- to de vista cuantitativo como cualitativo, debe considerarse inferior al que cabria esperar teniendo en cuenta el grado de desarrollo que se registra en otras actividades intelectuales 0 en diferentes disciplinas cientificas. Aun cuando esta afirma- cién no tiene igual validez para todos los paises —-pues exis- ten notables desniveles a este respecto— no puede negarse que se trata de una generalizacién suficientemente fundada. Ya nos hemos referido en otros capitulos a las causas arriba aludidas*; tan solo se indicaran brevemente algunas de las condiciones que —a juicio del autor— podrian contri- buir en forma decisiva a elevar el nivel de la investigacién o, en otros términos, a estimular un mejor aprovechamiento de una potencialidad no plenamente aprovechada. Tales condiciones son de caracter material 0 econdémico, organizativo, académico y cientifico, y psicolégico, y son in- timamente conexas de manera que tan solo por razones de analisis es legitimo establecer claras distinciones entre todas ellas. Deben considerarse como constituyentes de un todo, pero en esencial interdependientes. Asi, seria un error atribuir un 1 Cf. caps. I. II, III y VI., La sociologia cientifica, México, Uni- versidad Nacional Autonoma de México, 1956, caps. I y II; “Una dé- cada de discusiones metodolégicas en la América latina”, en Boletin del Instituto de Sociologia, 1956. 67 LA SOCIOLOGIA EN LA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS papel causal Unico a la falta de recursos para la investigacién, como suele hacerse. Aunque las limitaciones materiales cons- tituyen sin duda un factor de importancia fundamental, a su vez son resultado —en todo o en parte— de otras circunstan- cias, entre ellas ciertas actitudes poco favorables para la in- vestigacién misma, Ja persistencia de “modelos” inadecuados, tanto en la actividad académica como en su organizacién, y otras. La interrelacién de los diferentes 6rdenes de factores contribuye a crear el tipico “circulo” y acaba por establecer un cierto equilibrio en un nivel bajo o relativamente bajo, en todo caso considerablemente inferior al que podria alcanzarse con un aprovechamiento éptimo de las posibilidades existen- es, II. Las conpictonrs “opsetivas” 2. El analisis de las condiciones econémicas no requiere mucha extensidn. Si se desea que un pais tenga una actividad adecuada en calidad y volumen en el campo de la investiga- cién sociolégica, es necesario darle los recursos suficientes para (a) mantener institutos o centros dotados de los medios administrativos, bibliogr4ficos y técnicos que en la actualidad se requieren para este tipo de actividad cientffica; (b) man- tener un personal cientifico, tecnico y administrativo con re- muneraciones adecuadas para asegurar su dedicacién exclu- siva; (c) realizar los gastos demandados por cada investiga- cién (ademas del costo permanente requerido por los elementos que acabamos de mencionar). Recientemente se han formula- do varias criticas a lo que un socidlogo norteamericano llama ethos burocrdtico.* Con cierta raz6n se teme que la maquina burocratica aplaste a la “imaginaci6n sociolégica”: este temor quizds esté justificado en los Estados Unidos; de ninguna ma- nera serfa cuerdo extenderlo a América latina. Mientras por un lado nos hallamos en una situacién en general opuesta a ja sefialada por Mills, por otro, hay ejemplos en que la in- dispensable organizacién se combina con una rigurosa pro- teccién de la libertad y la autonomia del socidlogo. Por lo demas seria simplemente utépico suponer que la investiga- cion sociologica pueda hoy llevarse a cabo sin contar con una organizacion técnicamente eficiente. Esta afirmacién mantie- 2 He C. Wricur Mus, The Sociological Imagination, Nueva York, 68 CONDICIONES OBJETIVAS Y CONDICIONES SUBJETIVAS DE L4 INVESTIGACION ne su validez no sole por lo que se refiere a los procedimien- tos desarrollados en los ultimos afios, sino a toda la vasta y diversificada gama de las técnicas y métodos de investigacién. Aun en el plano del uso de documentos o de la investigacién puramente bibliografica, resulta indispensable la existencia de bibliotecas, archivos, ficheros organizados segtin las téc- nicas adecuadas (baste recordar aqui el Human Relations Area Files, cualquiera sea la reserva que se quiera mantener acerca de sus bases cientificas). El tremendo aumento de la bibliograffa sociolégica supone no solamente bibliotecas al dia, sino también un sistema de informacién y de accesibilidad adecuado. Todo esto solo puede obtenerse a través de una organizacién técnicamente eficiente. En nuestros paises exis- ten pocos centros en que se dan estas condiciones: pero no habra investigacién en un nivel mds elevado a menos que se transformen en la regla. 3. El centro, el elemento dindmico de la investigacién, como es obvio, es el investigador. ;Cudles son las condiciones que pueden asegurar, en primer lugar, la formacién y, luego el mantenimiento en el mds elevado nivel, del investigador cientifico en sociologia? Cabe sefialar aqui una serie de as- pectos: a) la formacién del investigador —en el nivel actual de la sociologia— debe realizarse en escuelas especializadas en tal disciplina y no en otras ciencias sociales 0, como es toda- via comin, en las facultades de humanidades o de derecho; ademas requiere varios afios y un entrenamiento plurilateral en las varias técnicas y también en los varios “estilos” (segtin la frase de Mills y Merton) * de investigacién sociolégica. Es- to parece obvio (y lo es). Pero ocurre que en América latina no solo no es comtin que esta verdad se lleve a la practica, sino que a menudo tampoco se la reconoce. La ensefianza de la metodologia es muy deficiente: solo contados centros proveen una ensefianza adecuada a este respecto. Faltan tex- tos; es verdad que pueden usarse los abundantes textos y la extensa literatura metodolégica existente en otros idiomas, pero mientras por un lado las bibliotecas no estan suficiente- mente equipadas, por el otro, para la ensefianza a grupos re- 3 ©. Wricht Muts, op. cit.; R. K. Merton, “The Conflict bet- ween Styles of Sociological Work”, en Transactions of IV World Congress, op. cit., vol. IIT. 69 LA SOCIOLOGIA EN LA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS lativamente numerosos de estudiantes se requieren textos en castellano. Los traducidos hasta el presente son bastante an- tiguos y ya no reflejan el estado actual de la metodologia; ademas tampoco son de los mejores. En América latina se da la paradoja de que se han publicado obras de critica de ciertas orientaciones metodologicas, sin que al mismo tiempo se cuen- te con la traduccién de libros representativos y suficiente- mente informativos de tales tendencias. El resultado es que a menudo se critica lo que no se conoce. La formacién del in- vestigador en escuelas de sociologia de buen nivel, y el nece- sario énfasis sobre la ensefianza de la metodologia son condi- ciones indispensables —aunque obvias— para elevar el nivel cientifico en nuestra disciplina. 5) Las condiciones indicadas anteriormente implican a su vez un cambio sustancial en lo que es todavia una practica bastante corriente en muchos pajfses: la actividad de la in- vestigacién en sociologia (como en cualquier otra rama de la ciencia) debe desarrollarse como una actividad profesional y exclusiva, Esto supone diferentes requisitos. En primer lu- gar la seleccién del personal de investigacién debe hacerse por norma entre aquellos que han recibido la formacién aca- démica especffica correspondiente, y solo en casos excepcio- nales acudir a personas formadas en otras disciplinas. A este respecto nos hallamos actualmente en una fase de transicion: hhace muy poco tiempo que se han creado escuelas especiali- zadas en sociologia en nuestros paises (aunque algunas de ellas cuenten con bastantes afios) y como es obvio el reclutamiento de socidlogos se hacia entre los egresados de otras especiali- dades. Pero ahora cabe reconocer el cambio que se ha produ- cido a este respecto y la necesidad de una formacién prolon- gada y especifica en la disciplina misma. Del mismo modo que solo por excepcién un investigador en biologia no es egresado de una escuela de biologia, lo mismo debe ocurrir en sociologia: lo normal sera el egresado de una escucla de so- ciologia y la excepcién, el egresado de otras escuelas o la persona que aun careciendo de titulos ha producido obras de valor de la disciplina. Pareciera initil agregar que esta regla debe tomarse cum grano salis: no se trata de la exaltacién hasta el fetichismo del titulo en si mismo, sino de asegurar un minimo uniforme, homogéneo de formacién sistemdtica. En el estado actual de la disciplina tal minimo —salvo excep- ciones— no puede sino obtenerse a través de estudios forma- Jes en una escuela especializada. Por supuesto: habra escue- 70 CONDICIONES OBJETIVAS Y CONDICIONES SUBJETIVAS DE LA INVESTIGACION las —y titulos— de mayor o menor valor real: esta circuns- tancia debera ser tenida en cuenta al seleccionar al personal de investigadores. En segundo lugar el investigador debe te- ner como actividad exclusiva la investigacién, acompafiada, por lo comtin del ejercicio de la docencia (en disciplinas so- ciolégicas), pero dentro de limites que aseguren continuidad y eficiencia en la investigacién misma, La situacién en la mayoria de los paises —a este respecto— es muy desfavora- ble. Probablemente el caso més comun es el del sociélogo que depende de otra profesién que constituye su base econdmica y a la que debe dedicar gran parte de su tiempo. Debemos reconocer francamente que esta situaci6n —todavia muy fre- cuente— reduce el ejercicio de la investigacién a un mero hobby. No se puede pretender alcanzar un nivel cientifico aceptable en la investigacién sin una dedicacién exclusiva a tal tarea. Aquf el problema no esta relacionado solo con la escasez de recursos y las bajas remuneraciones. Por supuesto, Ja condicién sine qua non es asignar sueldos que coloquen al investigador en condiciones econémicas aceptables. Mas, al mismo tiempo, la situacién predominante en varios pafses de ja region refleja actitudes vinculadas con una concepcién pre- térita de la actividad cientifica 0 intelectual en general. To- davia hay ciertos grupos en que la nocién de la actividad intelectual como una especie de “‘adorno”, una forma de “con- sumo conspicuo”, no ha desaparecido. Todavia existen en América latina quienes consideran el ejercicio de la cdtedra universitaria como un “cargo honorifico” y no como una pro- fesién. Es evidente que la persistencia de estas actitudes se vincula con el problema de la forma de selecionar al in- vestigador y al profesor y, en particular, con el bajo nivel de especializaci6n que presentaba la disciplina hasta hace unas décadas. Mas también es un aspecto de ciertos rasgos de la estructura social y de las tradiciones intelectuales de varios paises. La modernizacién de nuestras sociedades y el rapido ritmo de transformaci6n que caracteriza a la mayoria de ellas tienden sin duda a eliminar la base misma de tales actitudes. Pero, si se desea elevar el nivel de la investigacién cientifica en sociologia, debe tenerse clara conciencia de la necesidad de que la investigacién se encare como profesién, tanto en la for- maci6én del investigador, como en el cardcter exclusivo de su dedicacién, como en la organizacién de su carrera. Debe reconocerse que en los tiltimos afios se han dado pasos importantes a este respecto. El profesor de “dedicacion exclusiva” ha comenzado a aparecer en varias de nuestras 71 LA SOCIOLOGIA EN LA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS universidades, la profesidn de “investigador cientifico” en sociologia es por cierto mas frecuente que hace unos afios, Pero el camino a recorrer es todavia inmenso. No solo debe lograrse que las universidades reciban el apoyo econdémico necesario para sostener centros de investigacién y el personal respectivo, sino que es indispensable crear un clima adecuado para que también otras entidades publicas y privadas, intere- sadas en la investigaci6n sociolégica, reconozcan y satisfagan Jas condiciones minimas que se han sefialado en cuanto a la formacién, seleccién y actividad del investigador y a su posi- cién profesional. En particular es indispensable que los ér- ganos creados por el estado para proteger y estimular la ac- tividad cientifica reconozcan a la sociologia como una rama del saber a la par de las demas disciplinas. 4. La existencia de institutos y centros de investigacién, bien dotados y técnicamente eficientes, la presencia de inves- tigadores formados y dedicados de manera profesional a la investigacién constituyen condiciones indispensables pero no suficientes para elevar el nivel cientifico en sociologia, en América latina. Entre los demas requerimientos destinados a producir ese resultado cabe mencionar en primer lugar la existencia de mecanismos de comunicacién y de control en el campo de la actividad cientéfica. Tal actividad es, como toda otra actividad humana, una actividad regulada por una serie de normas y de valores que, por un lado, motivan, guian y determinan el comportamiento del cientifico y, por el otro, constituyen las pautas institucio- nalizadas que proporcionan criterios de valoracién del desem- pefio del cientifico mismo y del producto de su labor. El res- peto de tales normas y valores queda asegurado, como en las demas acciones sociales, por una parte, por la internalizacion de las normas mismas (que se transforman en motivaciones y actitudes, en imperativos morales, en la “ética cientffica’) y, por otra, por mecanismos de control social formal e infor- mal. Tales mecanismos se manifiestan a través del juicio que se emite sobre el comportamiento del cientifico y sobre el resultado de tal comportamiento, la obra cientifica. El grado de estima de que goza cada cientifico y el grado de aceptacién de su obra, como contribucién al conocimiento, son resultado de tales juicios. Aun cuando los mecanismos de control infor- mal estan en continuo funcionamiento en la actividad cienti- fica, los mecanismos formales asumen gran importancia: el juicio critico de las revistas especializadas, el reconocimiento 72 CONDICIONES OBJETIVAS ¥ CONDICIONES SUBJETIVAS DE LA INVESTIGACION a través de la rapidez (0 la lentitud) de una carrera cientifica y del nivel académico alcanzado, etc. El funcionamiento de mecanismos de control social supone a su vez la existencia y el funcionamiento de mecanismos de comunicacién, también formal e informal. Con esto no nos referimos solo a los me- dios materiales (publicaciones periddicas, reuniones, congre- sos, sociedades cientfficas), sino también a la existencia de Jo que podrfamos Ilamar un “universo de comunicacion”: el hecho de que las normas y valores reguladores de la activi- dad cientifica sean normas y valores compartidos por el gru- po, es decir, que sean efectivamente reconocidos como pro- pios por la comunidad de los cientificos. Es evidente que esto equivale a decir que los cientificos representan un grupo en sentido sociolégico, que existe una comunidad de cienti- ficos. Ahora bien, a juicio del autor, una de las condiciones esenciales para desarrollar la investigacién sociolégica en América latina en un nivel mas elevado reside, justamente, en estimular y en mejorar el funcionamiento de tales meca- nismos de control social y de comunicacién.+ El punto de partida para lograr tal resultado es el reconocimiento de que Ja actual situacién es completamente negativa a este respec- to. En primer lugar los medios materiales de comunicacién (revistas y similares) son cuando menos insuficientes. En segundo lugar el nivel de informacién recfproca acerca de las actividades cientificas de los socidlogos en América latina es muy bajo, al punto de que lo usual es disponer de una in- formacién mucho mds amplia de lo que se est4 haciendo en otros paises. Pero lo que realmente falta —o por lo menos resulta insuficiente— es la prdctica regular y sistemdtica de Ja crética, Aun si se reconoce la existencia de honrosas excep- ciones, puede decirse que el analisis critico serio, la polémica desarrollada en un plano puramente cientifico, son mas la excepcién que la regla. A menudo el comentario bibliografico es un mero resumen 0 —en muchos casos— una expresién ritual de aprecio y consideracién hacia el status del autor, mas que una apreciacién puramente cientifica de la obra. Por otra parte, la insuficiencia en cuanto a medios materiales de comunicacién es también —y sobre todo— expresion de cier- tas dificultades bAsicas en el funcionamiento de lo que he- mos llamado la comunidad cientifica en sociologia. Como efecto de la situacién de transicién por la que pasa nuestra disciplina, en el continente latinoamericano hay coexistencia 4 Este tema ha sido desarrollado mas ampliamente en el cap. V. 73 LA SOCIOLOGIA EN LA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS de formas muy distintas y hasta opuestas de actividades in- telectuales y académicas en sociologia: el insuficiente grado de profesionalizaci6n en sociologia sefialado en pdarrafos an- teriores (definida como formacién especializada, dedicaci6n exclusiva, identificacién profesional), unido a la superviven- cia de imagenes pretéritas de esta disciplina, implican evi- dentemente cierta dificultad en la vigencia de normas y va- Jores comunes relativos a la actividad del sociélogo y a la evaluacién de los resultados de ésta. Ello se refleja en la imagen del sociélogo, de sus roles, y del contenido y resultado de su actividad no solo tal como la percibe el ptiblico en gene- ral, sino también los que podriamos lamar “circulos acadé- micos” y los socidlogos mismos. Aqui, el problema no es evi- dentemente, lograr una especie de definicién “oficial” del socidlogo, de su actividad y de sus obras; se trata de algo mucho mas complejo: del proceso social necesario para la formacién de una “traflicién” cuyo contenido se ajuste a lo que hoy puede considerarse la “sociologia mundial en for- maci6: (que, por supuesto, no implica ninguna “orientacién cientifica” en particular, sino tan solo un conjunto de reglas y valores para guiar y evaluar la actividad cientifica en so- ciologia). El surgimiento de tal tradicién no puede resultar sino de un proceso espontaneo, a través de la interaccién efectiva entre los miembros de la “comunidad”; la existencia de una infraestructura material u organizativa es importante, mas no suficiente: no basta tener sociedades y congresos, y ‘otros simbolos externos de la profesién cientifica; es necesa- rio a Ja vez que tal infraestructura se apoye en un sistema normativo y valorativo coherente y compartido. Debe reiterarse que existen diferencias notables a este respecto entre los varios paises de la region y, a menudo, en- tre diferentes zonas dentro de un mismo pais: es probable que esta diversidad refleje entre otras cosas el grado de ho- mogeneidad en la formacion del socidlogo, lograda por inter- medio del funcionamiento regular a través de varios afios de buenas escuelas de sociologia. Asi, deberia esperarse que en aquellos paises donde tales escuelas han formado ya varias generaciones de egresados, el nivel de profesionalizacién sea mas elevado que alli donde las escuelas son de creacién mas reciente 0 no existen. De todas maneras, muchos observado- res coinciden en sefialar la situacién de insuficiente profesio- nalizacién de la sociologia tanto en la actividad académica como en Ja actividad aplicada. Si se desea elevar el nivel de la investigacién sociolégica, el fortalecimiento de un “uni- 74 CONDICIONES OBJETIVAS Y CONDICIONES SUBJETIVAS DE LA INVESTIGACION verso de comunicacién” fundado en un sistema normativo y valorativo compartido en actitudes comunes internalizadas representa otra condicién esencial. Como es obvio, estos requerimientos, a su vez, solo pue- den satisfacerse en una sociedad donde los puestos instrumen- tales —incluso los correspondientes a la ciencia como insti- tucién— son adjudicados sobre la base de criterios de desempe- fio de caracter universalista y directamente relevantes para la ciencia. La interferencia de criterios particularistas —razo- nes de amistad, parentesco, etc.— o de otro orden, pero no relevantes para las necesidades de la actividad cientifica —motivaciones ideolégicas, por ejemplo— impediria no solo el funcionamiento de los mecanismos de control y de comu- nicacion que han sido descritos anteriormente, sino que eli- minaria la base misma de lo que hemos denominado “‘pro- fesionalizacién” de la sociologia. III. Las conpIctonEs “‘SUBJETIVAS” 5. Estas reflexiones nos llevan ahora a mencionar las condiciones psicolégicas de la investigacién. No solo se trata de que las normas y valores sefialados se hallen internaliza- dos en forma de actitudes, motivaciones, principios éticos, etc., sino que también es preciso que exista en la sociedad una proporcién elevada y suficiente de personas que se ca- ractericen por ciertos otros rasgos esenciales para toda acti- vidad cientifica. Tales rasgos, por lo demas, son los mismos que condicionan la posibilidad del desarrollo econdédmico cualquiera sea la forma que éste asuma, capitalista, socialis- ta, etc. Pueden resumirse en un tipo de caracter que favo- rezca 0 estimule Ja regularidad y sistematicidad en el trabajo, el rigor, la capacidad de previsién, de planear y de proce. der racionalmente, posponiendo gratificaciones inmediatas para el cumplimiento de proyectos de larga duracién. La ca- pacidad de perseverar aun frente a dificultades y posterga- ciones, la de llevar a término una tarea emprendida, la de mantener un nivel estable y constante de interés por la tarea son otros rasgos caracterolégicos importantes en el investi- gador. El sentido de responsabilidad, la tendencia a cumplir de manera precisa y rigurosa los compromisos asumidos (in- cluso la puntualidad en los plazos, el cumplimiento de los acuerdos, etc.) tienen aqui una importancia capital. El caracter organizado que han tomado recientemente las in- 75 LA SOCIOLOGIA EN ILA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS vestigaciones no ha hecho sino intensificar el requerimiento de tales rasgos caracteroldgicos. Ciertos elementos obsesivos y un notable perfeccionismo son, sin duda, aspectos necesa- rios en la investigacién. Debe destacarse, ademas, que son imprescindibles en todo el personal dedicado a la investiga- cién, cualquiera sea su nivel: tanto en el plano directivo, de formulacién de hipétesis, de creacién de teorias y técnicas, como en el ejecutivo. 6. Es necesario insistir —particularmente en América Jatina— en que si la investigacién, por un lado, exige imagi- nacién y pensamiento creador, por otro exige, de manera no menos imperiosa, disciplina. Es demasiado frecuente en nues- tros paises la actitud exactamente opuesta, una nocidn ro- méantica de Ja investigacién, completamente desprovista de sentimiento de realidad, que fantasea una actividad “pura- mente creativa” en que el cientifico tan solo se abandona al juego libre de su imaginacién, y en la que el trabajo “rutina- rio” queda al cuidado del personal “auxiliar”. Nada mas ale- jado de Ja realidad cn cualquier trabajo intelectual —incluso el trabajo artistico— pues la actividad puramente creativa se halla unida de modo indisoluble con un trabajo duro, re- gular, sistematico, con esfuerzos constantes y de larga dura- cién en los que el acto imaginativo se manifiesta a través de tareas que segtin la aludida actitud “roméntica” deberian considerarse “rutinarias”, “materiales”. La famosa descrip- cion del trabajo cientifico: 10% inspiration and 90% perspira- tion es de rigurosa aplicacién a toda tarea intelectual: la del escritor, del artista, del cientifico natural y, por supuesto, Ja del socidlogo. Por desgracia, en América latina todavia es posible encontrar personas que tienen una imagen _ por com- pleto irreal del trabajo cientifico y de la actividad intelectual en general. Es posible que ello sea un resabio de actitudes “aristocraticas” vinculadas al patrén tradicional de estratifi- cacion social. Tales actitudes —cabe agregar— son del todo independientes de las ideologias politicas: “intelectuales” de izquierda no menos que los de derecha suelen asumir y practi- car igual desprecio hacia la “rutina’” y el “trabajo material’, y este fenémeno tiende a acentuarse en aquellas disciplinas que se han separado hace poco tiempo de las humanidades. 7. Quienes pretendan trabajar en sociologia deben saber que la seriedad, la responsabilidad, la continuidad y la regu- laridad de esfuerzos son condiciones esenciales para el in- 76 CONDICIONES OBJETIVAS ¥ CONDICIONES SUBJETIV AS DE LA INVESTIGACION vestigador. Que una gran proporcién de actividad “rutinaria” y material no puede transferirse al personal “auxiliar” sino que constituye la forma misma que debe asumir la “inspira- cidn” o el acto creativo, y que estos requerimientos son in- dependientes del tipo de método o de técnica utilizado en la investigacién: cuantitativa, cualitativa, pura elaboracién tedrica, etcétera. Es utépico hablar de desarrollo cientifico, del mismo modo que es imposible hablar de desarrollo econémico, en un pais que no cuenta con una mayoria de la poblacién capaz de realizar un trabajo serio, sistemAtico, regular, continuo —es decir capaz de practicar la forma de ascetismo mundano a la manera que describi6 Weber— y esta exigencia —bueno es que no lo olviden los “intelectuales” de toda orientacién— es por completo independiente del “modelo” de desarrollo que se asuma (occidental, oriental o término medio), del mis- mo modo que lo es del tipo de ciencia o de método que se adopte o practique. 8. Otra condicién que también puede considerarse de orden psicoldégico se vincula con ciertos rasgos de la cultura y de la estructura social; se refiere al requerimiento de impar- cialidad, a la desvinculaci6n de toda actitud ideolégica que debe caracterizar el trabajo cientifico. Esto es bien conocido, pero debe recordarse que en América latina existen a este respecto obstéculos mayores que los que se dan por lo co- mun. Esto se debe, por un lado, a Ja menor tradicién cienti- fica en el campo de la sociologia y, por otro, a la misma imagen romantica de la investigacion que contribuye a hacer mas dificil la adopcién de una actitud imparcial. Es sabido que aqui se requiere un esfuerzo consciente para liberarse de los propios prejuicios, un esfuerzo dirigido a separar clara- mente el rol cientifico de todos los demas. Es obvio que exis- te una responsabilidad del cientifico, pero en el acto mismo de la tarea cientifica, la (nica guia ha de ser el cumplimiento de los cénones de la metodologia cientifica y de los valores que la orientan; fuera de la tarea cientifica pueden intervenir otras consideraciones que surgen de la confluencia en el in- vestigador de otras ademas de la del cientifico (por ejemplo, Ja del ciudadano, o el educador). Es decir, no se trata de sos- tener la irresponsabilidad del cientifico, pero si se insiste en el cumplimiento por parte de éste de su “rol” especifico, dentro 77 LA SOCIOLOGIA EN LA AMERICA LATINA: PROBLEMAS Y PERSPECTIV AS del marco normativo que indudablemente Ie corresponde. En América latina es frecuente encontrar personas en quienes tal desdoblamiento de roles resulta imposible: ahora bien, baste se- fialar aqui que dicha actitud es una condicién esencial para la existencia misma de la ciencia. (1961)

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