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Deisy yurani pinto romero

Se podría decir que Edurne Portela (Santurce, 1974) se ha propuesto ahondar en todos los
inframundos cotidianos de la violencia. En 2016 salió en España del anonimato de la vida
académica estadounidense que había edificado durante cerca de dos décadas con un ensayo, El
eco de los disparos, que metía el bisturí en su memoria de joven vasca que ha normalizado la
violencia generada por ETA. Parte de aquellos mimbres le ayudaron a urdir su primera novela,
Mejor la ausencia, donde ya emergían otras intimidaciones además de las políticas.

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Artículos de Edurne Portela en EL PAÍS

Ahora vuelve a la ficción con Formas de estar lejos (Galaxia Gutenberg), un libro que indaga en la
violencia de género, un asunto que el feminismo arrancó de las alcobas hace años y ahora se
consolida en la literatura. Pero un asunto, aún, integrado en muchos hogares como parte de las
rutinas. “No es simplemente el arrebato de un hombre contra una mujer, forma parte de un
sistema de pensamiento político, estructural. No sé si tiene que ver con la sociedad en la que crecí,
donde era una presencia tremenda, pero la violencia es una preocupación constante para mí”,
reflexionaba la escritora y columnista de EL PAIS en Madrid la semana pasada, días antes de la
publicación del libro, prevista para el miércoles 6.

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