16 mejillones. 2 diente de ajo. 1 cebolleta. 1 pimiento verde. 2 pimientos del piquillo. 1 bolsita de tinta. 1 cucharadita de harina. 150cl de leche. 20gr de mantequilla. 1 guindilla. Aceite de oliva virgen extra para freír. Sal, pimienta y pimentón. Pan rallado. ELABORACIÓN
Limpia bien los mejillones, cuécelos con un diente de ajo, y una cucharadita de pimentón. Cuando estén sácalos de la concha y reserva.
Escalda ligeramente los tomates, pélalos con cuidado de no quitarles el tallo.
Córtalos a 1 cm del mismo más o menos para que haga posteriormente de tapa y vacía la otra parte dejando las paredes lo suficientemente gruesas para que no se rompan al rellenarlos. Salpimentar por dentro y reservar.
Cortar el ajo, los pimientos y la cebolleta finamente y sofreír junto a la
guindilla, que retiraremos al final. A mitad de cocción, añadir la carne del tomate sin el agua que han soltado. Cuando casi esté bien frito, añadir los mejillones cortados en trocitos. Salpimentar y reservar.
Elaborar una bechamel con la harina, la mantequilla, una cucharada de aceite y la
leche. Cuando vaya espesando añadirle la bolsita de tinta de calamar para obtener una bechamel negra. Salpimentar.
Juntar la bechamel con el sofrito y rellenar los tomates, espolvorear de pan
rallado e introducir al horno hasta que adquiera un bonito color dorado. Emplatado: servir en cada plato un tomate con la tapa puesta, pintar con un pincel con aceite y espolvorear unas escamas de sal. Umm, sencillo, aparente, buenísimo y espectacular. NOTA
Puedes poner en lugar de pan rallado un poquito de queso rallado y dorarlo al