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Para verte Sonreír

AGUSTINA FRANCESCHINI

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Copyright © 2014 Agustina Franceschini
Fotografía y diseño de portada: Justyna Wrzeszcz
Modelo: Iwona Krawczyk

Todos los derechos reservados.

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Para mi familia, que me apoya y ama incondicionalmente.

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El mundo no es una fábrica de conceder deseos.

John Green
Bajo la misma estrella

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14 de noviembre

Querido diario:

Como eres mi nueva adquisición –porque me quedé sin hojas en el diario anterior–,
necesitarás saber algunas cosas para que puedas seguirme la corriente.

Sobre mí

 Soy Aura Brooks.


 17 años.
 Tez blanca, ojos marrones y cabello oscuro.
 Carácter complicado pero muy sensible.
 Enamorada de Derek Morris.
 Mejor amiga “Fabiana Bouchiere”.

Sobre Derek

 17 años.
 Tez blanca, unos bellos ojos almendrados y cabello dorado (un rubio de
morirse).
 Es muy bueno, dulce y divertido.
 Enamorado de Sally Green
 Mejor amigo “Peter Perez”.
 Jugador del equipo de futbol del instituto.

Sobre Fabi

 Nombre completo “Fabiana”.


 17 años.
 Tez blanca, ojos marrones y pelo castaño.
 Excelente amiga, buena persona y súper divertida.
 Mejor amiga “Yo”

Sobre Sally

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 17 años
 Tez morena, ojos negros y pelo castaño oscuro (Pero cambia de color y de
corte casi todos los días)
 Carácter súper complicado y simpática.
 Enamorada de Derek

15 de noviembre

Querido diario:

Hoy es el aniversario de Derek y Sally, así que te imaginarás como me estoy


sintiendo. .

16 de noviembre

Querido diario:

Fue tan duro como lo pensé.

17 de noviembre

Querido diario:

Hoy es el cumpleaños de Fabi –18 años–, así que a las 22:00hs tengo fiesta. Cuando
vuelva te cuento cómo me fue.

2:00 AM

¡Estuvo genial! Fabiana se veía tan feliz y muy bonita. Me pasé toda la fiesta
cantando –hubo karaoke–. Pero no te ilusiones, diario, porque ningún chico lindo
subió a cantar conmigo.

Derek también estuvo en el cumpleaños, y noté que luce súper adorable con
el color rojo. Seguramente te estarás preguntando, ¿Sally fue?, si estuvo ahí. Pero a
pesar de eso, fue una de las mejores fiestas que he ido.

18 de noviembre

Querido diario:

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Falta muy poco para que comiencen las vacaciones, no te imaginas como ansío
estar libre de responsabilidades. Creo que voy pasar todos los días caminando por
la playa, escuchando toda la música que yo quiera y viendo películas de terror con
mi BFF.

19 de noviembre

Querido diario:

Quiero ser feliz.

21 de noviembre

Querido diario:

Perdóname si no escribo todos los días, pero hay veces en que estoy muy ocupada.
Ay, diario, no te imaginas la vergüenza que pasé hoy a la tarde. Estábamos en una
reunión en el instituto por una excursión, que tenemos pensado hacer antes de
terminar las clases. Yo estaba tratando de leer lo que decía la remera de Derek, y
por desgracia se dio cuenta de que lo estaba mirando.

El sonrió y dijo:

—Dice “Be Brave”—Sonrió—, significa “Se valiente”.

—¿Qué? —pregunté.

—Mi remera.

—¡Ah! Sí —Sonreí avergonzada.

Esa fue toda nuestra conversación.

22 de noviembre

Querido diario:

Cortó la luz, así que estoy escribiendo a la luz de la velas.

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23 de noviembre

Querido diario:

Se me partió el alma al verlo a Derek llorando a la salida del instituto. Creo que
cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, ya estaba a dos pasos de llegar a su
lado.

—¿Todo bien?

—Sí, ¿te podes ir? —me contestó.

No fue muy amable, pero él estaba mal por lo que se notaba. ¿Qué será que
le pasó?

24 de noviembre

Querido diario:

Desearía que mi vida fuera como la de los libros que he leído.

25 de noviembre

Querido diario:

Tengo internet y comida, ¿qué más puedo pedir?

26 de noviembre

Querido diario:

¡Agárrenme o la mato! Mi prima anda corriendo por toda la casa y gritando:

—Derek nunca te amará.

27 de noviembre

Querido diario:

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Adivina quién se mudó junto a casa…

28 de noviembre

Querido diario:

No te imaginas lo que pasó hace un momento. Estaba sentada en el frente de casa,


escuchando música con mi celular porque no había luz. Y de la nada veo que mi
vecino se aproxima a mí con una gran sonrisa:

—Hola, Aura.

—Derek… hola.

—¿Qué haces? —preguntó.

—Escucho música.

—¡Qué bien! —Sonrió—. Vengo a pedirte disculpas.

—¿Disculpas?

—Sí, por lo de la otra vez—Se sentó a mi lado—.Fui muy grosero contigo.

—Está todo bien —dije.

—¿Segura?

—Si… solo me acerqué porque me había preocupado.

—Gracias, Aura.

Estuvimos charlando un largo tiempo, hasta que se fue a hablar por teléfono
con Sally.

29 de noviembre

Querido diario:

Seguramente pensarás que soy chismosa o que lo ando siguiendo, pero no es así.
Este lugar es tan pequeño que das dos pasos y te encuentras con todo el mundo. La
cosa es que volví a ver a Derek llorando, pero esta vez no estaba solo…; estaba con
Sally

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30 de noviembre

Querido diario:

Hoy es el último día de clases. Me voy al instituto antes de llegar tarde, así que más
tarde te cuanto cómo me fue.

5:30 PM

Ha sido una de las tarde más extrañas que he pasado en mi vida. Estaba sentada en
unos de los banco en la entrada del instituto, esperando a que Fabiana salga poder
irnos, y comenzar nuestras merecidas vacaciones. Cuando veo que Derek y Sally se
sentaron en el banco continuó y comenzaron a discutir.

—Sigo sin entender que está sucediendo contigo —dijo Derek con un tono
disgustado.

—Me voy —habló Sally.

—¿Cómo que te vas? —preguntó.

—Sí, voy a pasar todo el verano en el extranjero con mi familia —Sonrió.

—¿Y qué paso con todos nuestros planes?

—Lo siento, pero eso es mucho más importante.

—¿Más importante que lo que hemos estado planeado todo el año? —sonó
herido.

—Sí.

—¿Más qué nuestra relación?

—Creo que sí —murmuró.

Una lágrima comenzó a caer por la mejilla de Derek.

—Derek, creo que es mejor que terminemos con lo nuestro —La voz de
Sally se iba apagando.

—Esto no es solo porque te vas de vacaciones, ¿me equivoco? —preguntó.

—No…

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—Por lo menos dime, ¿por qué? —El no dejaba de mirarla.

—Vivimos discutiendo…

—Y no soy lo suficiente maduro para ti —susurró.

—Espero que me perdones —Besó la frente de Derek—.Me tengo que ir.

Después de que Sally ya estaba lo bastante lejos para que pudiera escuchar,
Derek comenzó a llorar. Yo no quería acercarme para que no le diera vergüenza de
que lo viera llorando –de nuevo–, pero dio tanta pena verlo mal que tuve que
hacerlo.

—Derek... —dije y me senté a su lado.

—No digas nada y solo abrázame…

Y así lo hice.

7:30 PM

Debo ser sincera contigo diario. Al principio tenía ganas de saltar de la felicidad,
pero luego vi en dolor en su rostro, y toda esa felicidad se convirtió en nada más
que una pena infinita.

01 de diciembre

Querido diario:

“Disculpa por el estúpido drama que presenciaste”, ese fue el mensaje de texto que
Sally me mando hace 10 minutos.

02 de diciembre

Querido diario:

Adoro a mi amiga con todo mi corazón, trajo helado de chocolate y me prestó


muchos libros.

07 de diciembre

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Querido diario:

Amé infinitamente, los libros de Claudia Grey que Fabiana me prestó.

08 de diciembre

Querido diario:

Creo que tendré que tomar un curso intensivo de cocina.

09 de diciembre

Querido diario:

He decidido remodelar mi súper aburrida habitación, pero para ello necesito


conseguir dinero. Y por lo que me ha dicho mi dulce madre, tendré que trabajar
para obtenerlo.

5:20 PM

Quiero morirme… estuve mirando por internet cosas para decorar mi habitación,
pero son muy costosas.

10 de diciembre

Querido diario:

¡Dios mío! Me acabo de enterar que mamá está esperando a un bebé.

—Hija, ¿podemos hablar?

—Sí, ¿qué pasa, mamá?

—No sé como decírtelo —Ella murmuró.

—Solo dilo…

—Bueno… ahí va—Sonrió—. Vas a tener un hermanito o hermanita.

—¿Qué? ¿Estás embarazada? —pregunté atónita.

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—Sí.

—¡Mierda!

11:00 AM

Esto no es nada bueno. Papá aún no sabe nada del embarazo, y mamá quiere que la
ayude a decírselo.

11 de diciembre

Querido diario:

Estoy contenta porque mamá me consiguió trabajo. Voy a ser niñera el sábado por
la noche.

9:30 PM

Papá se desmayó al enterarse del embarazo.

—Papi…

—¿Si, corazón? —preguntó.

—Mamá, te tiene que decir algo—murmuré.

—¿Qué pasa, Malena?

—Vas a ser papá otra vez —Ella sonrió.

—¿Papá? —dije mientras él se iba desplomando en el piso.

— ¡Dios mío, Dante!

Después de diez minutos, papá se puso bien y salimos a festejar a un bonito


restaurante.

12 de diciembre

Querido diario:

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Está mañana, acompañe a mamá a su primera consulta prenatal con el obstetra. El
médico comenzó haciéndole muchas preguntas.

—Buenos días.

—Buenos días, doctor.

—Bueno, Malena vamos a charlar un poco.

—Está bien.

—Tengo tu historial médico, pero te voy hacer algunas preguntas —dijo—.


¿De acuerdo?

—Si, claro.

El obstetra preguntó:

—¿Has sufrido alguna enfermedad?

—No —contestó.

—¿Tu marido?

—Tampoco.

—¿Has sido sometida a alguna cirugía?

—Sí —afirmó mamá—, cuando era pequeña me operaron de las amígdalas.

—¿Consumes medicamentos?

—Solo para los dolores de cabeza.

—¿Tomas alcohol?

—Una copa de vino los domingos… para acompañar el delicioso asado de mi


marido.

—¿Fumas?

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—Lo hacía de adolecente —admitió.

—¿Drogas? —preguntó con serenidad.

—¡Jamás!

—Muy bien. Ahora podemos proseguir con los exámenes físicos.

Salí del consultorio para no poner nerviosa a mamá, y para no desmayarme.


Pero luego de un buen rato, me llamaron para que pueda ver cómo le hacían la
ecografía. ¡Ay, diario! Fue tan emocionante escuchar los latidos del bebé. Después
de que termináramos de llorar, el médico nos comento que ella está en la decimo
tercer semana de embarazo.

13 de diciembre

Querido diario:

Qué maravillosa tarde pase en la playa. Por fin mi piel comenzó a broncearse, y eso
es totalmente asombroso. Pero lo mejor de todo, es que conocí a un chico
demasiado sexy.

—¡Aura!

—¿Qué? —pregunté

—Hay un chico que te está mirando —Fabiana sonrió.

—¿Cuál?

—El de músculos y cabello negro.

—Es hermoso —admití.

—Yo diría comestible —dijo entre risas.

Solté una carcajada.

—¡Oh, mi Dios! —susurró—. Aura, él está caminando hacia acá.

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—¿Qué? —murmuré.

—Disimula.

Nos quedamos paralizadas al escuchar su voz:

—Hola, soy Joshua —dijo el chico amablemente.

—Hola —saludamos al unisonó.

—Disculpen si molesto —dijo él—. Pero mis amigos y yo nos


preguntábamos, si ustedes tendrían ganas de jugar un partido de volleyball con
nosotros.

Fabiana me miró y exclamó:

—¡Nos encantaría!

—Genial.

Luego de mi fracaso en el partido, me senté en la arena para poder


descansar y reflexionar mi derrota.

—Juegas muy mal —Joshua se sentó junto a mí.

—Gracias.

—¿Sabes qué es increíble?

—¿Qué?

—Que juagamos en el mismo equipo, pero aun no se tu nombre.

—Tienes razón —dije—. Mi nombre es Aura.

—Genial… —Sonrió—. Aura, ¿te gustaría salir mañana por la noche?

—Eh… yo…—Lo miré—. Claro.

—¡Genial!

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—¿Dices mucho “Genial”, No? —Reí fuertemente.

—Sí.

14 de diciembre

Querido diario:

Faltan solo dos horas para la cita, y aun no tengo nada para ponerme. Creo que me
voy a morir de los nervios. Así que mejor te cuento cómo me fue, cuando vuelva a
la noche.

01:00 AM

Diario, acabo de llegar. La cita no fue como me la imaginé, pero al final me divertí
como nunca.

—¿Qué te pareció la película?

—¿Tengo qué ser sincera?

—No —sonrió —, Pero yo sí.

—¿A qué te refieres, Joshua? —pregunté extrañada.

—Me vas a odiar.

—No seas tonto, dímelo —Lo animé.

—Aura, soy gay —susurró.

—¿Qué?

—Soy gay —repitió.

No dije nada por unos segundos. Realmente necesitaba procesar lo que


había oído.

—Entonces, ¿Por qué me invitaste a salir? —pregunté.

—Fue una apuesta con mi novio —dijo.

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—¿Apuesta?

—Tenía que invitar a una chica a salir.

—interesante, ¿Y por qué yo? —Le pregunté con curiosidad.

—Eres la única que me volvería loco si yo fue heterosexual —continuó—,


por eso.

Y de la nada nos echamos a reír a carcajadas.

—¿Me perdonas? —susurró él.

—Si me llevas a comer hamburguesas —Contesté sonriendo.

—¡Genial!

Al terminar las hamburguesas –las cuales estaban deliciosas–, me acompañó


a casa. No paramos de hablar y reír en todo el camino. Pero cuando llegamos, él se
puso serio y me preguntó:

—¿Amigos?

—Será un placer —respondí.

—Genial.

15 de diciembre

Querido diario:

Hace quince minutos recibí una llamada de Fabiana. Llamó para avísar4me que la
fiesta de Daniela, la da esta noche y no mañana. Así que voy a tener que correr,
para poder comprarme algo lindo que ponerme, y un buen regalo para mí
compañera.

11:00 AM

Cuando llegué de comprar las cosas que necesitaba, mamá me dio una muy mala
noticia.

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—¿Dónde anduviste, corazón? —Mamá preguntó al verme entrar por la
puerta.

—Salí de compras para esta noche —contesté.

—¿Esta noche?

—La fiesta de cumpleaños de Danny —le expliqué.

—Oh, Dios. Te olvidaste —murmuró.

—¿De qué?

—Hoy tienes que trabajar de niñera.

—¡Mierda! —exclamé con rabia.

7:30 PM

Llegó la nena.

8:15 PM

Creo que me voy a desmayar. Cuando me senté a conversar con la nena, me llevé
una gran sorpresa.

—Pequeña, ¿cómo te llamas? —pregunté y me senté a su lado.

—Emma Morris —contestó con una dulce voz.

—¿Morris?

—Sí.
—¿Eres algo con Derek Morris? —quise saber.
—Sí, es mi hermano mayor.
Me quede con la boca abierta, porque no podía creer que estaba cuidando a
la hermana de Derek.

10:20 PM

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Mis amigos se deben estar divirtiendo en la fiesta, mientras que yo estoy sentada
mirando la Sirenita con Emma.

1:30 AM

Ya era demasiado tarde para que una nena de seis años esté despierta, así que
decidí mandarle un mensaje a su hermano:

Derek, disculpa si te estoy molestando, pero creo que ya es tarde


para tu hermanita.

Me contestó inmediatamente.

Me lo olvide por completo, perdón. ¡Estoy en camino!

Diez minutos después sonó el timbre avisando que Derek se encontraba en la


puerta.

—Aura, perdón —se disculpó.

—No pasa nada —dije.

—No puedo cree que me haya olvidado.

—No pasa nada —repetí.

—Bueno… ¿Dónde está?

—Allá, dormida en el sofá —Señalé el living.

—¿Puedo pasar?

—Sí, claro.

Caminó en dirección a su hermanita.

—Gracias por cuidarla —dijo levantando a Emma del sofá.

—Fue un placer —Sonreí.

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—¿Mamá ya te pagó?

—Sí, hoy cuando la dejó.

—Ah, bueno —dijo—. Entonces, creo que es mejor que la lleve a casa.

—Sí, es lo mejor.

Él me sonrió.

—Gracias, otra vez.

16 de diciembre

Querido Diario:

Mañana es el vigésimo aniversario de mis padres, por lo tanto voy a tener que
organizarles una pequeña fiesta. Y para eso voy a necesitar un poco de ayuda.

Tomé mi celular y escribí:

Tengo que organizar una fiesta para mis padres, ¿me ayudas?

A los pocos segundos, Fabiana me contestó:

¡Por supuesto! Amo las fiestas.

Le contesté:

Infinitas gracias :)

Respondió:

¿Para qué están las mejores amigas? <3

10:00 AM

Recibí un mensaje de Joshua:

¿Hacemos algo mañana?

Contesté:

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Sí…; me vas a ayudar a organizar una fiesta de aniversario.

Respondió:

¡Genial! Perdón que sea chusma… ¿para quienes es la fiesta?

Sonreí y contesté:

De mis queridísimos padres.

Mi celular zumbo:

Fantástico…; te veré mañana.

21:00 PM

Ha sido una tarde totalmente agotadora, pero valió la pena porque conseguí todo
lo que necesito para mañana. Ahora solo me queda descansar, para mañana poder
levantarme temprano y arreglar todo.

17 de diciembre

Querido diario:

“Veinte rosas… una por cada año de felicidad.” Eso es lo que papá le dijo a mamá,
al despertarla con un bellísimo ramo de rosas blancas. Ella solo lo abrazó y le
susurró que lo amaba con todo su corazón. Después de ese momento de ternura, se
arreglaron y fueron a desayunar al lugar donde se conocieron.

8:30 PM

Faltan treinta minutos para que vengan los invitados a la fiesta, y mis padres aún
no han llegado de su salida romántica. Pero gracias a Dios, Fabiana y Joshua están
ayudándome con los últimos detalles.

8:45 PM

Gracias, Dios.

—Hola, cariño —saludaron mis padres al unisonó.

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—Pensé que iba a tener que llamar a la policía —dije.

—No exageres.

—¿Dónde estuvieron? —pregunté.

—Después de desayunar en CoffeeLand —respondió papá—, fuimos a ver


varias películas al centro.

—Bueno, me alegro que se hayan divertido —Sonreí—. Pero ahora vayan a


prepararse porque es muy tarde.

—¡Dios mío! —exclamó mamá—.Hija, tienes razón.

—Lo sé, así que corran.

3:59 AM

No podía irme a dormir si antes contarte, que la fiesta salió increíblemente


perfecta. Todo el mundo estuvo satisfecho con la comida y a gusto con la música.
Pero lo más importante, es que mis padres se veían tan felices y enamorados.

18 de diciembre

Querido diario:

Me pasé todo el día durmiendo.

19 de diciembre

Querido diario:

¡Quiero comer torta ahora!

20 de diciembre

Querido diario:

Fabiana se fue de viaje con su mamá.

21 de diciembre

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Querido diario:

Perdón por no haber dado señales de vida, pero ayer estuve todo el día ocupada
remodelando mi habitación. ¡Ay, diario!, es una lástima que no puedas ver lo
hermosa que quedó con las paredes pintadas de color salmón y los muebles
negros.

22 de diciembre

Querido diario:

Amo dormir, pero no sabes cómo me alegro haber tenido insomnio esta
madrugada.

—Hola.

—Mierda, Derek me asustaste —vociferé.

—¿No me viste?

—No —contesté.

—Perdón.

—Está bien.

—Bueno, ¿qué haces afuera a estas horas? —preguntó.

—No puedo dormir, ¿y tú?

—Yo tampoco.

Nos quedamos en silencio por un momento.

—¿Quieres chocolate? —murmuró.

—Claro.

—Entonces… levántate y acompáñame al a tienda.

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Minutos después nos encontrábamos sentados en el piso, comiendo los
chocolates.

—Amo el chocolate.

—Yo también.

Reímos.

—Sabes…, mañana es mi cumpleaños.

—Lo sé —dije—. ¿Emocionado?

—No.

—¿Por qué no? —Lo miré extrañada.

—Porque no va a ser lo mismo sin Sally.

—Oh… Claro…

23 de diciembre

Querido diario:

Hoy me di cuenta de algo. Haría todo lo que estuviese en mi alcance para ver a
Derek feliz.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

—Aura… ¿qué haces aquí?

—Vengo a prepararte la mejor torta de cumpleaños que hayas probado en


tu vida.

Derek me miró sorprendido.

—¿Te trajiste toda la heladera? —preguntó mirando la gran bolsa que traía
en mi mano.

—Mmm, no toda.

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—¡Tu madre te matará! —Derek sonrió.

Poco después, estábamos cubiertos de pies a cabeza de harina. Y si te


pregunta ¿por qué?, Derek comenzó una guerra en plena cocina.

11:30 PM

Al salir de la ducha, vi que Derek me había mandado un mensaje:

Amiga, gracias por hacerme reír tanto.

Quede mirando la palabra “Amiga” por unos largos segundos, y luego


conteste:

¿Para qué están los amigos? :)

24 de diciembre

Querido diario:

Es noche buena. Lo que significa, que puedo comer hasta reventar.

25 de diciembre

Querido diario:

¡JO JO JO! ¡FELIZ NAVIDAD!

28 de diciembre

Querido diario:

Hoy es el cumpleaños de mamá.

29 de diciembre

Querido diario:

Hoy, Joshua me pidió que le mostrara quien era el famoso Derek. Por eso, nos
ocultamos detrás de unos arbustos frente a su casa. Estuvimos ahí alrededor de
una hora, esperando a que él saliera. Y cuando por fin lo hizo, Joshua dijo:

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—Si no fuera porque tú lo quieres, ya le estaría hincando el diente.

—¡Joshua! —exclamé.

—Mmm.

Ambos reímos.

30 de diciembre

Querido diario:

Fabiana quedó encantada con un chico que conoció en su viaje.

—¿Y cómo se llama? —pregunté entusiasmada.

—No sé.

—¿Cómo que no sabes?

—No me dio tiempo de preguntarle —me contestó.

—Viajó cuatro horas a tu lado —le recordé—, ¿y no tuviste tiempo de


preguntárselo?

—No me lo recuerdes…

—De acuerdo.

Le di un pequeño abrazo.

31 de diciembre

Querido diario:

¡Feliz año nuevo!

01 de enero

Querido diario:

Tengo hambre.

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02 de enero

Querido diario:

Mamá está insoportable con sus antojos. Anoche, hizo que me recorriera toda la
ciudad, en busca de comida mexicana. Espero que esto termine pronto.

03 de enero

Querido diario:

¿Será normal estar pensando en una persona todo el tiempo?

04 de enero

Querido diario:

Hoy salí a dar un paseo con Derek. Fuimos a ver una obra de teatro en el jardín
japonés de la ciudad. Y pasamos una tarde muy entretenida.

—Yo sé hablar en japonés —Derek alardeó.

—¿En serio?

—Sí, por supuesto —afirmó.

Yo arqueé una ceja y dije:

—愛している.

—¿Qué? —preguntó él.

—Eso significa: Te quiero.

El rostro de Derek se tiñó de rojo.

—Ohhh.

Nos miramos un instante en silencio.

—¿Dónde aprendiste a hablar ese idioma?

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—Mi abuela era profesora —dije—, así que me enseñó la básico.

—Oh, eso es genial.

Asentí.

05 de enero

Querido diario:

Me siento tan exhausta. Hoy Joshua me llevó a una de sus clases de aeróbic.

06 de enero

Querido diario:

Hoy no hay nada interesante por contar.

07 de enero

Querido diario:

Amo dormirme con el sonido de la lluvia.

09 de enero

Querido diario:

Hoy voy a pasar el día en el campo de los tíos de Fabiana. Espero que no se me
acerquen los animales.

5:20 PM

Un caballo se llevó mi sombrero.

7:00 PM

Definitivamente, odio a los animales de campo.

10 de enero

Querido diario:

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Ha sido una tarde linda. Derek y yo llevamos a Emma al parque.

11 de enero

Querido diario:

Amo verlo sonreír.

13 de enero

Querido diario:

Hoy a la madrugada, Joshua hizo que me llevé el susto de mi vida. Apareció en mi


casa totalmente borracho y hecho un mar de lágrimas. Su novio rompió con él.

—¿Por qué te dejo?

—Me dijo que hay otro.

No fui capaz de decir nada.

—Me quiero morir.

—No digas esa estupidez —exclamé.

—Lo perdí.

—No —dije—. Él te perdió.

16 de enero

Querido diario:

Discúlpame por no haber escrito en estos días, pero estuve realmente ocupada
consolando al pobre de Joshua. No te puede ni imaginar cuan devastado está. Se la
pasa llorando por todos los rincones y culpándose de la ruptura.

17 de enero

Querido diario:

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Hoy cuando desperté, estaba muy deprimida por todas las cosas que le sucedieron
a Joshua. Pero por suerte, Derek apareció en casa para levantarme el ánimo.

18 de enero

Querido diario:

Al despertar de mi sueño de belleza, vi que Fabiana me había mandado un


WhatsApp:

Hey, babe. ¿Cómo estás?

¡Hola! Bien, ¿y tú?

Bien. Hace rato que no hablamos, ¿cómo va todo por ahí?

Tienes razón… Joshua terminó con su novio, así que las cosas no están muy
bien.

Mmm, lástima que sea gay, porque yo lo ayudaría a olvidar a su ex.

FABIANA.

Lo siento.

¿Y él cómo está?

Está destruido.

¡Qué mal! Cuando lo veas, dile que estoy para lo que necesite.

Bueno.

¿Y Derek?

Cada día lo quiero más.

Ay, amiga… ¿Él todavía ama a la arpía o pasa algo entre ustedes?

No lo sé, y nosotros somos solo amigos.

Sería un estúpido si vuelve con ella. Digo… ¿Quién en su sano juicio


deja pasar a una chica como tú?
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Estoy de acuerdo contigo

No seas egocéntrica.

Solo bromeo.

¿Cómo va el embarazo de tu mamá?

Genial. Su vientre está creciendo :)

Claramente, tengo que ir a tu casa.

Sí, porque ya te estoy extrañando. Y cuando vengas, tráeme el sombrero que


me robó el caballo de tu tío.

Eso será muy difícil porque ahora es su juguete favorito.

Dios mío :(

Me tengo que ir.

Bueno. Ya iré a visitarte.

Bueno.

Te quiero. ¡Conquista a ese tonto vecino tuyo!

Lol. Te quiero más.

19 de enero

Querido diario:

Con Fabiana estamos súper contentas. Hoy cuando salimos a pasear, después de
varios días sin vernos, pasamos por una librería que estaba una cuadra del café al
que íbamos a ir. Al entrar la vendedora salto de la silla, y corrió hacia nosotras para
decirnos que A Wonderful Disaster, había llegado esta mañana. Así que ahora
podremos fangirlear con Trevor y Annie, la veces que queramos.

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20 de enero

Querido diario:

Cuando estaba terminando de ayudar a mamá con los quehaceres de la casa, recibí
un mensaje de Derek diciéndome que tomara todo lo que me hiciera falta, porque
pasaríamos toda la tarde fuera. Así que me apresuré en acabar con lo que estaba
haciendo para poder reunirme con él lo más rápido posible.

Unos pocos minutos después, me encontraba sentada en el living de su casa


esperando a que él tomara sus cosas.

—¿A dónde me llevaras, amigo mío?

—Quiero que conozcas mi lugar favorito en el mundo —dijo Derek,


mientras guardaba cuatro paquetes de papa fritas en su mochila.

No pude evitar sonreír.

—¿Ah, sí? —pregunté.

—Sí.

—Magnífico —le dije—. Bueno, vamos.

Más tarde

Luego de haber estado caminando por dos horas bajo el rayo del sol, ambos dos
nos encontrábamos sentados en el borde de un bellísimo muelle, que está
escondido en la zona abandonando de la playa.

—La vista es realmente hermosa —susurré.

Él asintió.

—No sabía que había uno de estos aquí.

—Era mi pequeño secreto —Él dio un suspiro profundo.

—¿Qué pasa?

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—Tú eres la primera persona a la que traigo.

—¡Uau! —exclamé—. Me haces sentir especial.

Derek sonrió nerviosamente y se acercó a mí.

—Para mí, lo eres.

Me miró a los ojos por un momento y luego sus labios rozaron los míos. Ay,
diario, juro que ese beso me quitó la respiración.

—Derek —Me aparté de él.

—¿Qué sucede? —preguntó

—Tengo miedo.

—¿De qué, Aura?

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—De perder nuestra amistad —susurré.

—Eso nunca pasara —dijo mientras secaba mis lágrimas.

—Me tengo que ir —dije.

—Aura…

—Lo siento.

Bese su mejilla y salí corriendo de ahí.

21 de enero

Querido diario:

No puedo dejar de pensar en ese beso. Y no hay palabra existente en este mundo,
que pueda explicar lo que he sentido en ese preciso momento. Pero puedo jurar,
que fue exactamente como lo he soñado todo este tiempo. Fue lo más hermoso,
dulce y maravilloso que me haya pasando en mi vida entera.

35
22 de enero

Querido diario:

Me he estado escondiendo en casa todo el santísimo día, porque no quiero


cruzarme con Derek, ni por casualidad. Y sé que estoy teniendo una actitud tonta e
infantil, pero aún no tengo el valor suficiente para poder hablar con él, sobre lo que
paso entre nosotros dos. Es que me aterra tanto imaginar lo que deberá estar
pensando en estos momentos.

7:30 PM

Joshua vino a casa para invitarme a ver una de nuestras películas favoritas, que la
pasaban en el auditorio de su instituto. Pero como yo me seguía escondiendo
decidí mentirle, le dije que había pescado una gripe hace unos días y que no me
sentía del todo bien para salir de la casa. Por suerte me creyó y se quedó conmigo
haciéndome compañía hasta que mis padres volvieran de la cita con el obstetra.

9:45 PM

Mamá se preocupó cuando Joshua le comento que no me sentía bien, pero


enseguida se dio cuenta que yo había mentido. Me conoce tanto esta mujer.

—Después, me contarás que te pasa realmente —Me susurró al odio.

—No tengo nada para contar.

—Seguro debe ser algo referido al vecinito.

Negué con la cabeza.

10:46 PM

Después de cenar recibí un mensaje de Derek:

Aura, tenemos que hablar.

Solo lo leí y luego apagué el celular.

36
23 de enero

Querido diario:

Este mediodía, durante el almuerzo, mamá me pidió prestado mi celular para


mandarles un mensaje de texto a mis abuelos, y así avisarles que esta noche les
haríamos una deliciosa cena por su aniversario. Pero cuando ellos les contestaron,
ella sin querer leyó lo que Derek me había mandado anoche.

—¿Por qué no le contestaste a Derek?

—¿Ahora lees mis mensajes? —Sonreí.

Puso los ojos en blanco.

—Era tarde y tenía mucho sueño.

—No te creo, cariño —dijo, mientras se servía café en su tasa.

—Te estoy diciendo la verdad.

—¿Segura? —preguntó.

Me quedé en silencio.

—Lo sabía —murmuró.

Dejó el teléfono en la mesa y se sentó a mi lado.

—¿Qué ocurrió? —Ella me preguntó.

—Preferiría no hablar de ello.

—Aura…

—Él me besó, mamá.

—Eso es maravilloso, hija —dijo con una gran sonrisa en su rostro.

—En realidad, no lo sé.

37
—¿Cómo que no lo sabes? —dijo mamá—. Hija, tu siempre has adorado a
ese muchacho.

—Y lo sigo haciendo, mamá. Pero no creo que él sienta lo mismo que yo.

—Bueno, la única forma de saber lo que realmente siente es hablándolo con


él.

—Tal vez, tengas razón —susurré—. Pero por ahora, solo quiero
esconderme.

11:59 PM

La cena estuvo divertidísima, incluso cuando la abuela se sentó a mi lado a


hacerme preguntas.

—¿Cómo se encuentra tu corazón?

Me lo preguntó con cariño.

—¿Qué te contó tu hija?

—Sabes que odio que me contesten con otra pregunta —dijo con su dulce
voz—. Y ella no me conto nada.

—Hagamos como que te creo, abuela.

—Bueno, cuéntame.

—Es complicado —susurré.

—¿Y el chico ese que te gusta? —preguntó.

—También es complicado.

Ella suspiró.

—La próxima vez que veas a ese muchachito —vociferó—, dile que si llega a
romperte el corazón, le daré un bastonazo en la cabeza.

38
—Te amo, abuela —La abracé.

—Yo mucho mas, mi pequeña.

24 de enero

Querido diario:

Dios mío, le partí un jarrón de vidrio en la cabeza a Derek y lo dejé inconsciente


por unos largos minutos.

Iba a estar sola toda la noche, porque mis padres habían salido hace unas
cuantas horas atrás, para ir a ver una romántica obra de teatro, que se estrenaba
en el centro de la ciudad. Así que, como tenía toda la casa para mí, me puse mi
pijama favorito de Hello Titty y fui a prepararme un tazón gigantesco de pororó
salado. Luego de hacerlo, me instale en mi habitación a ver algo en la televisión.

A la mitad de la película de terror que estaba mirando, escuche unos ruidos


que provenían de la cocina. Primero, pensé que era solo sugestión por lo que
estaba viendo en la tv, pero luego se sintió de nuevo. Era el sonido de una puerta
cerrándose. Me asuste como nunca lo había hecho en mi vida, porque mis padres
unos minutos antes, me habían mandado un mensaje avisándome que aún no
volverían.

Alguien se estaba acercando a mi habitación, por lo tanto saqué las flores


que estaban dentro del jarrón, que estaba en mi escritorio. Lo tomé entre mis
manos y me escondí detrás de la puerta. Cuando entró y caminó hasta cerca de mí
cama, me acerqué lentamente y se lo partí en la cabeza.

—¡Ay! —gritó una voz que yo conocía perfectamente.

—¿Derek?

El me sonrió y se desmayó sobre mi cama.

Después de diez minutos, él recobró el sentido.

—Hola, dormilón.

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—Aura… —susurró.

—¿Cómo te sientes?

Se sentó.

—Me duele la cabeza, pero voy a estar bien.

—Lo siento mucho —Tomé su mano—. Perdóname.

—Está bien —dijo—.Fue mi culpa, yo te asusté.

—Sí que lo hiciste.

Reímos al unisonó. Pero al instante, recordé que he pasado días


ocultándome para no hablar con él.

—¿Qué haces aquí?

—Bueno… me encontré con tus padres en el centro y me dijeron que ibas a


estar aquí —continuó—, así que vine para hablar contigo.

—Oh, ¿Y por qué entraste así?

—Como vi que tu puerta estaba abierta pasé.

—¡Cielo santo! —exclamé—. Mis padres salieron tan apurados porque se les
estaba haciendo tarde, así que se habrán olvidado de cerrar.

—Sí, seguro pasó eso.

—Tuve mucha suerte de que hayas sido tú, quien vio la puerta así.

—Aura —Se puso tenso.

—¿Si?

—Tenemos que hablar.

—Estamos hablando —dije.

40
—No. Quiero hablar en serio.

Asentí.

—¿Por qué te fuiste de esa manera del muelle? —preguntó con amargura.

—No lo sé, estaba aterrada.

—¿Por qué?

—Tú sabes por qué —dije.

—Nuestra amistad nunca terminara, pero no me puedes negar que algo nos
está pasando.

—Derek…

—Sé que te gusto —murmuró.

—Eso es mentira.

Se acercó un poco más.

—No te creo

—¿Por qué estas tan seguro? —pregunté con voz temblorosa.

—Lo puedo ver en tus ojos.

Acarició mi mejilla y me besó.

—Bueno, creo que estaba en lo cierto —Sonrió con la mitad de la boca.

Por supuesto, que estaba en lo cierto. Yo amaba a ese chico con todo mi
corazón.

—¿Aura, que pasa?

—¿Qué significo ese beso? —pregunté ingenuamente.

—Qué yo también te quiero.

41
25 de enero

Querido diario:

El sol recién se estaba asomando entre las nubes cuando yo me desperté. Mis
pensamientos me habían estado atormentando toda la maldita noche. No me
permitían descansar unas pocas horas más. Por lo tanto, me levanté a desayunar
algo liviano para poder hacer mi rutina de ejercicio en la playa.

Unas pocas horas después, cuando estaba volviendo de hacer ejercicio,


recibí un WhatsApp de Fabiana:

Hola, babe.

Hola, amiga.

¿Cómo estás?

Genial, ¿Y tú?

Bien, un poco cansada.

¿Por qué estas cansada?

Con papá nos pasamos toda la mañana


caminando.

Pobre de ti. ¿Y cuándo vuelves?

Esta tarde. :)

Es bueno saber eso.

Sabía que me extrañabas.

Claro que sí. Pero también tengo que


contarte algo

¿Qué pasó?

No te lo quiero decir por acá.

42
Aura. No me dejes con esta intriga.

¿Nos vemos esta tarde?

Por supuesto. Ni bien llego a la ciudad voy


para tu casa.

Bueno. Nos vemos

9:30 PM

Fabiana acaba de irse a su casa. Casi le dio un ataque cardíaco cuando le conté todo
lo que pasó con Derek y conmigo.

—Amiga, te extrañé tanto. ¿Cómo estás?

Fabiana me abrazó.

—Hola, yo también. Estoy bien por suerte, ¿y tú?

—Súper. ¿Qué era lo que no me podías contar por WhatsApp?

—Es mejor que te sientes —Le recomendé.

—Está bien, creo que esto va a ser algo fuerte. Así que… ¿Qué pasa?

—Derek me besó —Tiré la bomba y me alejé.

—Oh, Dios mío. ¿Cómo fue? —gritó—.Dime que esta vez no saliste
corriendo.

Era imposible que ella supiera ese pequeñísimo detalle.

—¿Cómo sabes que salí corriendo?

—Yo lo sé todo, mi querida. Pero no me cambies de tema y dime cómo fue.

—Estábamos hablando en un muelle que me llevó a conocer y luego me


besó —expliqué.

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—¡Dios! Al fin ese chico dejó de ser tan ciego —exclamó—, espera… ¿te dijo
algo? Dime que no se arrepintió porque lo mataré.

—No pudo decirme mucho porque salí corriendo. Y después me estuve


ocultando —murmuré.

—¿Por qué? Digo, amas a ese chico. Te besa, sales corriendo y luego te
ocultas. ¿Por lo menos intento hablar contigo?

—¿Soy una idiota, No? —dije—.Me mandó un mensaje el cual no respondí.

Ella frunció el entrecejo.

—Pero ayer vino.

—¿No le cerraste la puerta en la cara, no? —preguntó Fabiana.

—No, pero hice algo peor.

—Aura, ¿qué hiciste? —Suspiró—. Dime que ese algo no incluye un hospital,
porque si no has perdido a ese chico para siempre.

—Odio que me conozcas tanto. Le partí mi jarrón favorito en la cabeza.

Sonreí.

—¿En serio? ¿Derek, está bien? —preguntó—. Espera, ¿Por qué hiciste eso?

—El está bien, creo. Es que entró a casa como un ladrón y me asusté mucho.

—¿No pudo tocar la puerta como una persona normal? —Se tapó la boca
para no reírse.

—Es que estaba abierta. Pero esa es otra historia, así que no me preguntes.

—Mmm, bueno. ¿Entonces, que paso después?

—Me dijo que me quería…

Suspiré con tristeza.

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—¿Qué pasa, amiga? —preguntó.

—No quiero sufrir.

—Es imposible saber si vas a sufrir o no, pero puede ser que todo salga bien
y los dos sean felices. No te cierres, Aura.

—Tal vez tengas razón.

26 de enero

Querido diario:

Ha sido el día más lindo desde que el verano comenzó. Y por suerte lo pude pasar
con Derek. El sol radiante entre las nubes y una brisa fresca hacia que nuestros
cabellos se alborotaran, mientras nosotros caminábamos sobre las vías del tren
abandonadas

—Me gusta mucho aquí.

—¿En serio? —preguntó él.

—Sí. Siempre es tan tranquilo.

—Eso es verdad.

Se detuvo e hizo seña para que nos sentáramos. Y debo decir que las vías
estaban ardiendo como el infierno.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Claro —dije.

—¿Desde cuándo sientes cosas por mí?

Mis ojos se clavaron en los suyos.

—No hagas preguntas de la cuales no quieres saber la respuesta.

Derek rio.

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—Bueno. Pero yo si quiero saber —dijo, mientras tomaba mi mano— ¿Me lo
vas a decir?

—No.

—¿Por qué no?

—Porque quiero hacer algo más interesante —dije con voz seductora.
—¿Algo cómo qué?

Se inclinó hacia mí para besarme.

—Mmm, podríamos seguir caminando.

—Sí, es una gran idea —Se levantó y me ayudó para que yo lo hiciera lo
mismo —. Pero antes de hacerlo quiero que me contestes otra pregunta.

—Está bien.

—¿Todas esas frases de canciones de amor que posteabas en tu Facebook


eran dedicadas a mí? —me preguntó.

Me reí a carcajadas.

—A lo mejor.

27 de enero

Querido diario:

Esto es un completo desastre, Dios mío. Joshua está súper enojado conmigo por no
haberle contado nada de lo que ha pasado con Derek en estos días. Al parecer, él y
Fabiana se reunieron anoche a cenar juntos. Y en algún momento de la noche, a ella
se le escapó todo.

Estaba mirando un programa de televisión con papá, cuando sonó el tono


que le había puesto a Joshua para reconocer sus mensajes:

Estoy afuera de tu casa, ¿puedes salir?

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Contesté inmediatamente:

Claro :)

Dejé el celular sobre el sofá y salí.

—Hola, Joshu —Lo abracé.

—Hola.

Él no me devolvió el abrazo.

—¿Cómo estás? —pregunté

—Mal, ¿y tú?

—¿Qué sucedió, amigo? —Comencé a preocuparme.

—No me digas amigo.

—¿Qué? ¿Por qué? —dije confundida.

Apretó los dientes.

—Porque tú no me consideras tú amigo.

—Claro que sí. ¿Por qué dices esa estupidez? —Lo miré.

—Porque si lo hicieses me hubieras contado que Derek te besó —dijo


exasperado.

Mierda. Cómo pude haberme olvidado de contarle.

—¿Cómo te enteraste? —pregunté

—Anoche Fabiana lo mencionó cuando estábamos cenando. Ella creía que


yo sabía —murmuró—. Pensé que éramos amigos.

—Lo somos. Joshua, perdóname.

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—Es mejor que me vaya.

Se alejó caminando en la oscuridad.

28 de enero

Querido diario:

Me siento terriblemente mal.

29 de enero

Querido diario:

Me siento tan aliviada por lo que pasó esta mañana, pero creo que voy a matar al
maldito mentiroso de Joshua.

Hoy, cuando desperté escuche unas voces que hablaban casi susurrando, así
que baje a la planta baja de la casa a ver qué estaba pasando. Cuando lo hice, vi que
Joshua estaba solo en la cocina haciendo el desayuno.

—Buenos días, perra —me saludó con una gran sonrisa—. Tu papá acaba de
irse a trabajar.

—¿Joshua?

—Siéntate —Hizo seña para que tomara asiento a su lado—.Te preparé un


licuado de frutilla y unos Scones de arándanos.

Lo miré sorprendida.

—¿Qué haces aquí?

—¿Quieres que me vaya? —preguntó Joshua.

—No. Es solo que no entiendo.

—¿El qué no entiendes, dulzura? —Juntó las cejas y sonrió.

—No entiendo qué estás haciendo aquí y tan temprano.

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—Vine a compartir un buen desayuno con mi mejor amiga —dijo él en su
tono más cortés.

—Eso es genial, pero… ¿tú no estabas enojado conmigo?

Soltó una carcajada.

—Fue una pequeña broma, querida.

—¿Qué? —grité.

—No grites que tu mamá sigue durmiendo —dijo.

—¿Cómo qué fue una broma?

—Sí.

—Explícamelo ya —exigí.

—Yo sabía todo antes de que se le escapara a Fabiana.

—¿Qué? ¿Cómo? —Fruncí el ceño

—¿Recuerdas ese día qué te invite a ver una película, que proyectaban en
mi escuela, y que tú me dijiste que estabas enferma?

Asentí.

—Sí.

—Bueno. No te creí —continuó—. Por eso me quedé contigo para que me


cuentes la verdad, y como no lo hiciste leí tu diario.

—¿Qué hiciste qué? —volví a gritar.

—Sé que estuve mal en hacer eso… pero estaba preocupado —Se levantó de
la silla.

—Te voy a matar —bromee.

—No. No lo harás —Me abrazó.

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Se me llenaron los ojos de lágrimas y lo estreché más hacia mí.

—No vuelvas hacer una cosa así conmigo —le supliqué.

—Aura, no llores —dijo mientras me apartaba un poco para mirarme—. No


quería que te sientas así. Perdóname.

—Te quiero, tonto.

—Y yo a ti, tontita.

30 de enero

Querido diario:

Fabiana y yo fuimos invitadas a la fiesta de cumpleaños del primo de Derek, que


hace mañana por la noche en la playa.

—Aura, ¿Estarás libre mañana por la noche?

—Mmm, supongo que sí —dije—. ¿Por qué?

—Mañana es el cumpleaños de Bruno, y me dijo que podía invitar a algunos


amigos.

—¿Quién es Bruno? —pregunté confusa.

—Es mi primo.

Me dedicó una bella media sonrisa.

—Oh. ¿Y quieres que vaya contigo? —susurré.

—Claro —se limitó a decir.

—Bueno. Por supuesto que voy a ir.

Lo abracé.

—Fabiana también está invitada —dijo Derek.

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—Genial. ¿Le aviso? —Lo solté y tomé mi celular.

—No. Ya le avise hoy cuando me la encontré en la peluquería.

—¿Peluquería? —Pregunté arqueando una ceja.

—Fui a buscar a Emma.

Él rió sin ganas.

—¿Sabes que podría hacerte muchas bromas por lo que has dicho? —Se me
escapó una risita.

—Cállate y bésame —ordenó.

Asentí e hice caso a su petición.

—Antes de que me olvidé —recordó—. La fiesta es en la playa y es de


disfraces.

—¿Disfraces?

—Sí —contestó tomándome de la mano.

—Va ser imposible conseguir un disfraz en tan poco tiempo.

Derek rió y luego me besó en la mejilla.

—No subestimes tu poder.

31 de enero

Querido diario:

Esta mañana tenía que levantarme temprano para ir corriendo a la tienda de


disfraces, y así conseguir algo bonito que ponerme para la fiesta de esta noche.
Pero la alarma de mi celular nunca sonó, por lo tanto me terminé despertando a las
doce del mediodía.

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Sin embargo, tengo la suerte de tener una madre tan maravillosa, que me
improvisó un bellísimo traje de unicornio con uno de sus vestidos favoritos de gasa
bicolor, y una bincha con un cuerno dorado de juguete de cuando yo era pequeña.
No era lo que había soñado para esta noche, pero sin dudas es genial.

—¿Qué tal luzco?

—Pareces un ángel, cariño.

Una sonrisa se extendió en su rostro.

—Mamá, soy un unicornio —protesté.

—Un unicornio angelical.

2:30 AM

Acabo de llegar de la fiesta, estuvo tan formidable como me la había imaginado. La


playa estaba completamente repleta de chicos y chicas con unos disfraces súper
fabulosos. Lo único malo es que Fabiana no pudo ir. Pero debo decir que el
momento que más me gustó de la noche, fue cuando Derek me presentó a su primo
Bruno.

—¿Puedo preguntar de qué estás vestido?

—¡Primo! —exclamó—¿Cómo estás?

—Mejor que tú, imposible.

—Eso es verdad —bromeó.

—Bueno, dime de qué estás vestido.

Bruno resopló.

—¿No es obvio?, John Lennon.

—Oh, claro.

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—Como sea… ¿no me vas a presentar a la bella dama? —dijo, clavando su
mirada en mi.

—Oh, discúlpame —dijo Derek—. Aura, él es mi primo Bruno.

—Encantada.

—Primo —le dijo—. Ella es aura, mi novia.

Me quedé totalmente petrificada.

—¿Lo soy?

—¿Quieres serlo? —preguntó mirándome a los ojos.

Sonreí y lo besé.

—Se ha armado una pareja —Bruno comenzó a aplaudir—. Y es un gusto


conocerte, Prima.

01 de febrero

Querido diario:

Demonios. Ha comenzado el mes de febrero, eso significa que falta muy poco para
que mis preciadas vacaciones acaben. De solo ponerme a pensar que apenas me
quedan unos escasos días de libertad, y que en breve estaré cursando mi último
año de escuela secundaria, me agarra una melancolía inexplicable.

—Perras —dijo Joshua, tirándose sobre mi sofá—. Tengo que ponerme a


pensar de qué color mandaré hacer mi traje.

—¿Qué traje? —preguntó Fabiana.

Él arqueó una ceja.

—Cariño, mi traje para mi baile de graduación.

—Joshua, eso recién será a fin de año —dije mientras me sentaba a su lado.

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—Sí. Pero el tiempo pasa volando, mi dulce amiga.

—Él tiene razón —murmuró ella.

—Sí —dije con un suspiro—. Pero ahora solo tenemos que enfocarnos en
disfrutar este mes.

—Ella también tiene razón.

—Claro que la tiene —dijo él—. ¿Hacemos algo mañana?

—Vayamos al cine.

—A ver la película de Justin Bieber —Sonreí.

Los tres pegamos un grito efusivo y alocado al nombrarlo.

—¿Todavía está en cartelera? —preguntó Fabiana.

—Creo que sí...

03 de febrero

Querido diario:

Definitivamente odio las bromas de Derek. Hace un par de horas atrás él me


propuso ir a su casa a ver una película de terror, que había comprado en la tienda
de videos esta mañana. Claramente acepté porque disfruto pasar cada momento a
su lado.

Después de un largo rato nos habíamos quedado sin pororó, por lo tanto fui
a la cocina de Derek a preparar un poco más, ya que a la película aún le faltaban
unos cuantos minutos para terminar.

Cuando estaba terminando de separar los pororós en dos tazones diferentes


para que no se mezclaran los dulces y los salados. Las luces de toda la casa se
apagaron de forma repentina. Así que caminé hacia el living para ver si Derek aun
estaba ahí o si había ido a ver qué sucedió con la electricidad.

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—¿Derek?

No recibí ninguna respuesta.

—¿Estás aquí? —pregunté tratando de ver en la oscuridad.

Me quedé inmóvil porque escuché un ruido.

—Derek, esto no es gracioso.

Estaba tan enojada y a la vez asustada.

—Derek —susurré.

De pronto sentí unas manos sobre mis hombros. Inmediatamente comencé


a gritar como una desquiciada. Y unos segundos después escuché la risa
incontrolable de Derek.

—Vete a la mierda —grité.

El encendió las luces y se acercó a mí con una gran sonrisa en su rostro.

—Te odio, Derek.

Le pegué puñetazo suave en el pecho.

—Lo siento, nena —Él rió —. ¿Me perdonas?

No le respondí.

—¿Te enojaste? —preguntó haciendo puchero como un niño de tres años.

—Sí.

Se largo a reír a carcajadas.

—No le veo la gracia —Lo fulminé con la mirada.

—No seas tonta, ven aquí —Me envolvió entre sus brazos.

—No lo hagas más.

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Se rió y asintió.

—Te lo prometo —Me estrechó a él un poco más.

04 de febrero

Querido diario:

Hoy tuve una bonita charla con mi papá.

—Hola.

—Hola, papá —saludé.

—¿Podemos hablar un minuto —preguntó papá, entrando en mi habitación.

—Claro, siéntate —Hice seña para que se sentara mi lado—. ¿Qué pasa?

—Tú madre me contó que estas saliendo con el vecino —murmuró.

—Qué chismosa es, Dios mío —dije.

—Solo un poco.

Él sonrió.

—¿Lo quieres?

—Muchísimo —musité.

—¿Sabes que quiero que seas muy feliz? —Me tendió la mano y sonrió.

—Lo sé.

—Bueno —dijo él—. Por lo tanto dile a ese muchacho que si te hace algo yo
no tengo miedo de ir preso.

—¡Papá!

—Te quiero, princesa.

Lo abracé fuertemente.

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—Yo más.

05 de febrero

Querido diario:

Ha sido un día lluvioso.

06 de febrero

Querido diario:

Esta mañana, invité a Derek a desayunar juntos en mi cafetería favorita. Pero él fue
a casa un rato antes de lo acordado porque estaba diluviando. Así que cuando
calmó un poco la lluvia salimos con unos impermeables puestos, y también con un
par de paraguas para no empaparnos.

Cuando por fin llegamos a Coffeland subimos a su segundo piso, porque ahí
es donde se encuentran los livings. Y debo decir que es el lugar que más me gusta
de la cafetería, porque tiene una cristalería que permite divisar la hermosa vista de
la ciudad, y aparte de que es súper cómodo estar allí.

—Yo nunca he venido aquí.

—¿Qué? ¿En serio? —Le pregunté a Derek.

—Enserio…

El me sonrió cálidamente.

—Qué lindo se ven los tortolitos.

Apareció Joshua detrás de nosotros. Él estaba vestido de pies a cabeza con


el uniforme de la cafetería.

—Joshua, no sabía que trabajabas aquí —dije sorprendida.

—No lo hago, querida —Hizo una pausa—.Mi hermano es el que trabaja


aquí, pero está enfermo así que viene a cubrir su puesto hasta que se mejore.

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—Eso es muy dulce de tu parte.

Derek me rodeó con sus brazos, y con ello entendí su mensaje.

—Derek —dije—. Él es Joshua, mi mejor amigo.

Él se limitó a sonreír.

—Él amigo gay de Aura —Me corrigió Joshua.

—Oh, genial. Yo soy… —Derek aclaró la garganta.

—Sé perfectamente quien eres—murmuró—. Pero igual mucho gusto en


conocerte oficialmente.

Derek arrugó la nariz.

—Es que Aura me habló mucho de ti.

—¡Fenomenal! Y el gusto es mío… —dijo mi novio, tratando de recordar su


nombre.

—Joshua, corazón —Le guiñó el ojo.

—Claro.

Joshua nos señaló para que nos sentemos en los sillones. Y nosotros le
hicimos caso.

—Bueno, chicos. ¿Qué van a querer desayunar?

—Dos Cappuccinos y Scones de arándanos —dije sonriendo.

—Espérenme unos minutos que ya vuelvo con el desayuno.

Derek y yo asentimos, mientras mi amigo se iba alejando por un largo


pasillo.

—Parece simpático tu amigo.

Él tomó mi mano y la acarició.

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—Lo es. Es un amor de persona.

Lo miré y sonreí.

07 de febrero

Querido diario:

Creo que me estoy muriendo de amor. Derek ya me está causando caries de tan
dulce que es conmigo. Esta mañana me despertó con el más hermoso y delicado
ramo de tulipanes blancos, que haya visto en mi vida entera.

—Aura.

Escuche un susurro en mi odio.

—Derek —Entreabrí mis ojos—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a darte una sorpresita.

—¿Sorpresa?

—Sí. Cierra los ojos —ordenó.

Los cerré.

—Espero que te guste —dijo con entusiasmo.

—¿Puedo abrirlos?

—Sí.

Al abrirlos lo vi a él con un ramo de tulipanes blancos entre sus manos.

—¡Sorpresa!

—Derek son realmente bellísimos —susurre con una gran sonrisa—. Pero…
¿Por qué me trajiste flores?

—Nena, hoy cumplimos una semana juntos —me dijo Derek.

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—Tienes razón.

Sus labios se abrieron en una sonrisa.

—No llores y abrázame.

08 de febrero

Querido diario:

Amaneció lloviendo otra vez. Me parece que me quedaré todo el santo día acostada
mirando mis series americanas.

09 de febrero

Querido diario:

Estoy extremadamente contenta, porque mi queridísima madre consiguió un par


de entradas para ir a ver nuestra banda favorita de soul. Lo más increíble de todo
es que ya estaban prácticamente agotadas para el único show que hacen, o sea el
de esta noche. Pero aun así la ella las pudo obtener antes de que se acabaran
totalmente.

—Mira lo que dejé sobre la mesa.

Caminé rápidamente hacia la mesita ratonera del living.

—Tú estás bromeando jodidamente conmigo —grité cuando vi las entradas


para el show.

—No —Ella me dedicó una bella sonrisa—. Me pasé toda la mañana


haciendo una interminable cola, pero las conseguí.

Corrí y la abracé muy pero muy fuerte.

11:00 PM

El concierto estuvo totalmente asombroso. Incluso cuando mamá subió al


escenario para cantar junto a la vocalista de la banda. Cantó muy feo la pobre, pero

60
bueno fue con sentimiento y eso es lo que realmente importa. Ella se veía muy feliz
en ese momento.

—¿Qué tal canté, hija?

—Bueno… no tienes una gran voz —murmuré—. Pero estuviste bastante


bien.

Ella forzó una sonrisa.

—¿Pero te divertiste, No? —pregunté

—¡Por supuesto que sí!

Exclamó sonriendo.

—Eso es lo que realmente importa —le dije—. Divertirse haciendo lo que a


uno le gusta.

—Claro —dijo mamá—. Pero ahora vámonos a casa, porque tú futuro


hermano o hermana me está reclamando comida en este preciso momento.

—Vamos. No hay que hacer esperar al bebé.

11:50 PM

Mi Dios santísimo. Cuando llegamos a casa, mamá casi atraviesa las paredes de la
casa por llegar rápido a la heladera. La cual obviamente unos pocos segundos
después ya estuvo completamente vacía. Me parece que ella realmente estaba muy
hambrienta.

—Mamá, ¿quedó algo de comida para mí?

Negó con la cabeza.

—Lo siento, corazón —Se encogió de hombros—.Pero ahora la comida es


mi mejor amigo.

—¿Y ahora qué hago? —refunfuñé.

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Mamá pensó por un corto momento.

—¿Te pido una pizza? —preguntó.

Resoplé

—Bueno. Que sea de tamaño familiar y con mucha mozzarella.

—Tranquila, ya llamo a la pizzería.

10 de febrero

Querido diario:

¡Mañana es mi cumpleaños!

11 de febrero

Querido diario:

Mis padres me despertaron a las ocho de la mañana cantándome el feliz


cumpleaños y con una gran y deliciosa torta de chocolate.

—Feliz cumpleaños, pequeña.

Mamá me abrazó fuertemente.

—Gracias.

Sonreí.

—Felices dieciocho, mi princesa —dijo papá acercándome la torta.

—Gracias, papá.

—Siempre serás nuestra pequeña —Besó mi mejilla.

Lo miré y respiré profundo para poder contener mis lágrimas.

—Siempre.

10:30 PM

62
Casi me muero cuando me enteré de que mis amigos, me habían organizado una
mini fiesta en el jardín de mi casa. Pero a pesar de eso me divertí mucho en ella,
porque fue una reunión muy cálida con las personas que más quiero.

La estaba pasando genial en el karaoke cantando junto a Joshua, hasta que


comencé a sentirme muy sedienta, por lo tanto entre a la cocina para buscar algo
refrescante. Pero cuando lo hice, algo llamó mucho mi atención. Derek estaba
completamente solo, sentado en el sofá de mi living.

—¿Qué haces aquí?

Dejé mi bebida sobre la mesa y me acerqué a él.

—Aura.

—¿Qué haces aquí tan solo? —pregunté.

Le di una palmadita en el hombro.

—Nada. Estaba pensando —me contestó con una media sonrisa.

—¿Pensando?

—Sí.

—¿En qué? —pregunté, mientras me sentaba a su lado.

—En cómo darte tú regalo —musitó con una voz suave.

—¿Regalo? —Arqueé una ceja.

Él parpadeó.

—Sí. Y no me digas que no era necesario.

Puse los ojos en blanco.

—Está bien.

63
—Espero que te guste —Sonrió torpemente—, porque me pasé la semana
entera buscando algo perfecto para ti.

—Derek… —Me interrumpió poniéndome una cajita entre mis manos.

—Ábrelo.

Asentí. Cuando abrí el pequeño estuche turquesa, no puede creer lo que


estaba viendo. El dulce de Derek, me había regalado un hermoso dije que simula
ser un libro. Y en la parte del frente está delicadamente grabada la palabra Diary,
que en español significa diario. Cómo te debes imaginar, mi querido diario, esto
tiene mucho significado para mí.

—¿Te gustó? —preguntó ansioso.

—Me encantó, gracias.

Lo abracé y un par de lágrimas se me escaparon.

—¿Por qué el mini diario?

—Yo vivo observándote —Sonrió—. Y siempre te veo con un diario íntimo


acuestas. A sí que, me supuse que esto era lo que más te representaba.

—Es realmente perfecto.

Sonrió de oreja a oreja.

—Oye, volvamos a la fiesta.

—Buena idea —Me levanté y lo arrastré conmigo.

11:45 PM

Ni te puedes imaginar lo que ha pasado un rato antes de que terminara la fiesta.


Bruno, él simpático primo de Derek, vino hace una hora aproximadamente para
saludarme y desearme feliz cumpleaños. Claramente, le exigí que se quedara a
compartir con nosotros un rato más, y por suerte él me hizo caso.

64
En un momento veo que Fabiana viene corriendo como una loca hacia
donde yo estaba y me arrastra dentro de la casa.

—¿Qué te pasa? —grité.

—¿Quién es ese chico con el que estabas hablando?

—Es Bruno, el primo de Derek —dije—. ¿Por qué?

—¿Te acuerdas… —continuó—,que te había comentado, que me había


fascinado por un chico que viajó conmigo y que nunca le pregunté el nombre?

Asentí muy lentamente.

—Es él —dijo apretándome la mano.

—Mi santo Dios —exclamé.

—Lo mismo digo.

12 de febrero

Querido diario:

Anoche me quedé muy preocupada por Fabiana. Se había ido de la fiesta sin
decirme nada, y cuando me di cuenta le mandé un mensaje preguntando si estaba
bien. Pero ella nunca me los respondió. Así que te puedes imaginar cómo me puse.

Esta mañana cuando desperté, automáticamente tomé mi celular y le mandé


un WhatsApp.

FABIANA

¡Buenos días!

¡
¿Cómo estás?

Fantástica, ¿y tú?

Bien.
65
Me alegro por
ti, corazón.

¿Por qué no me contestaste


los mensajes que te mandé?

Perdón, no pude hacerlo.


Cuando me fui de tu casa
estaba con Bruno.

¿Qué?

Sí.

¿Pero cómo?

Ya te cuento. Espérame un segundo,


porque mamá me está llamando.

Un par de segundos después:

Estoy de vuelta.

:)

¡Cuéntame!

Bueno…

En un momento que tú estabas bailando


con Derek, un chico muy sonriente se
acerco hacia mí. Y ese individuo era
Bruno.

Sigue.

66
Bueno, él se sentó a mi lado y me
preguntó cómo me llamaba. Lo
normal.

En un momento me miró
muy sonriente otra vez, y me
preguntó si yo lo recordaba.
Porque él si lo hacía.

¿Qué le
respondiste?

Qué sí obviamente.

Ay, mi santo Dios.

Después de eso, me invitó a


tomar un frappuccino en
CoffeLand.

¿Un frappuccino a esa hora?

Sí.

¿Y qué paso?

Nada. Solo nos lamentamos mucho por


no habernos pedido mutuamente
nuestros números de teléfono.

Amiga, él me gusta mucho para vos.

67
Estamos totalmente de acuerdo.
También me gusta mucho para mí.

Lol.

Me estaba olvidando de contarte. Bruno me


preguntó si me gustaría tener una cita con él,
en uno de estos días. Yo le respondí que me
encantaría.

Eso es genial, amiga.

¿Estuve bien en aceptar?

Pues, claro que sí.

:)

¡Oye! Con todo lo que pasó, no me pudiste


decir qué te regalo tú novio.

Tienes razón. Me regaló un


hermoso dije.

Mándame una foto.

Espera…

Me saqué mi collar y le tome una fotografía.

68
¿Qué te parece?

¿Estás bromeando?

No.

Es muy hermoso, Aura.

Sí :)

Tu novio es muy tierno contigo.

Sí. Me está matando de amor.

13 de febrero

Querido diario:

En la plaza obtuve la aprobación de Emma, para ser la novia de su hermano. Es una


dulce esa nena.

—¿Sabes que soy la novia de tu hermano?

La columpié un poco más alto.

69
—Sí —Me miró—. El me lo contó.

—¿Y qué opinas?

Ella se puso a pensar por un segundo.

—Me encanta que estén juntos —Sonrió.

—¿En serio? —pregunté.

—Sí —Se bajó del columpio—. Ahora es tu turno de hacerlo.

Asentí y me senté en su lugar.

—Es que me caes muy bien —Para su suerte yo no peso mucho, así que no
tuvo que hacer mucha fuerza para mecerme.

—Tú también me caes bien.

—Eres muy diferente a las antiguas novias de él —dijo ella—. Eres como de
edición limitada. Se nota que realmente lo quieres.

—Sí. Lo quiero.

Sonreí tontamente.

—Eso es bueno —murmuró—, porque yo quiero que cuiden mucho a mi


hermano.

—Siempre he querido lo mismo.

Emma suspiró.

—Sabes, él es muy sensible. Sufre mucho cuando está enamorado.

—Lo sé. Lo he visto muy mal por Sally —dije en voz baja.

Ella asintió tristemente.

14 de febrero

70
Querido diario:

Estoy un poco triste. Hoy es el día de San Valentín y lo tendré que pasar sola,
porque Derek se fue anoche de viaje para visitar a su abuela.

3:30 PM

Derek acaba de mandarme un mensaje.

Feliz día de San Valentín, hermosa.

Me quedé observando el mensaje por unos cuantos segundos, hasta que


decidí responderle:

Derek, Feliz día. :)

Mi celular volvió a zumbar:

Te estoy extrañando.

Le contesté:

Yo mucho más. Pero cuéntame… ¿Cómo te ha ido en el viaje?

Demoró en responderme:

Bien.

Pregunté:

¿Cómo estás?

Me respondió:

Bien, cansado. ¿Y tú?

Contesté:

Muy bien. :)

Me escribió:

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Me alegro, Aura.

Le pregunté:

¿Qué haces?

Contestó:

Estoy por ayudar a mi abuela a limpiar su jardín. ¿Y tú?

Respondí:

Ay, tú eres muy tierno. Yo estoy por leer un libro.

Mi celular zumbó otra vez:

Sí, soy una ternura.

Escribí:

Qué presumido eres, por Dios.

Me respondió al instante:

Pero tú me quieres así de presumido y todo.

Me reí y contesté:

Tienes razón.

Mandó un último mensaje:

Aura, me tengo que ir. Te quiero.

Respondí:

Bueno. Te quiero más.

9:30 PM

Hace un rato estaba recostada sobre él sofá de mi living leyendo un libro, que me
había prestado mi prima hace un par de semanas. Pero en un momento tuve que

72
dejarlo, porque alguien estaba tocando a mi puerta. Eran Fabiana y Bruno que
acababan llegar del centro comercial, porque habían ido a ver una comedia
romántica que estrenaba en el cine de allí.

—¿Cómo has pasado este día, mi querida amiga?

Fabiana se sentó junto a mí.

—Sola —Reí sin ganas.

—¿Cómo qué sola? —preguntó Bruno muy sorprendido—, ¿Y Derek?

—Anoche tuvo que viajar para visitar a su abuela.

Bruno arqueó una ceja y bajó la mirada.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Nada.

—Bruno, dime qué pasa —exigí.

—Mi primo está aquí en la ciudad —susurró—. Hoy estuvo almorzando en


casa.

No podía creer lo que estaba escuchando.

—¿Me mintió? —grité.

—Aura…

Negué con la cabeza.

—Bruno, él me mintió —le dije.

Mi amiga trataba de tranquilizarme apoyando su mano sobre mi hombro.

—Amiga, tranquila.

—¿Por qué hizo eso?

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—Tienes que entender que para él debe ser difícil pasar el día de los
enamorados con otra chica que no sea… —se interrumpió.

Mantuve la voz en calma.

—Otra chica que no sea Sally.

—Lo siento. Pero el estuvo tres años con ella y hace muy poco terminaron la
relación.

Apreté los labios y asentí.

—Te entiendo —dije—. Y lo entiendo… creo que me pasaría lo mismo si


estuviera en su lugar.

—¿Le vas a decir algo? —Fabiana preguntó.

Suspiré.

—No.

—Creo que será lo mejor —Él me sonrió.

Asentí.

15 de febrero

Querido diario:

Anoche no pude dormir nada. Me pasé pensando en que hubiese sido nuestro
primer día de los enamorados juntos. Pero no, él prefirió mentir y esconderse de
mí. Y aunque me duela en el alma lo comprendo, porque sé que yo nunca podré
llegar a ser tan importante para él, como ella lo fue.

17 de febrero

Querido diario:

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Derek supuestamente volvió ayer. Y pasó todo el día junto a mí, porque se creyó
que yo estaba mal. Pero bueno, por lo menos compensó él tiempo que hubiésemos
paso ese día.

—Bonita —Derek me abrazó fuerte mente.

Lo aparté de mí con un empujoncito.

—Hola.

—¿Estás bien? —preguntó un poco sorprendido.

Me encogí de hombros.

—Sí, ¿por qué?

—Te noto un poco extraña —dijo acariciando mi rostro.

—Es que no me estoy sintiendo muy bien —mentí.

No podía decirle que yo sabía que me había mentido. No quería volver abrir
esa maldita herida que Sally dejó en su frágil corazón.

—¿Qué te pasa, nena?

Me miró con sus bellos ojos almendrados.

—Creo que asoleé mucho ayer —dije bajando la mirada. No me gustaba


mentirle.

Frunció el ceño.

—Pero yo no veo que estés muy bronceada.

—Recuerda que mí piel es muy blanca —dije—. Así es difícil que tome color.

—Sí…, tienes razón.

Sonrió.

—¿Quieres que me quede todo el día cuidándote? —me preguntó él.

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—Sí.

18 de febrero

Querido diario:

Cada vez que me quedo mirándolo, me doy cuenta que me enamoro un poco más
de él. Y pensaba que eso era imposible.

19 de febrero

Querido diario:

Tú no puedes imaginar cuanto amé a Derek hoy. Él vino esta tarde a casa a pedirme
encarecidamente, que lo acompañara a Cueva de tinta para hacerse un tatuaje en
su brazo derecho. Al final le dije que no lo haría, porque no estaba de acuerdo en
que se haga una cosa de esas en su cuerpo. Pero después de haberme rogado por
media hora, me terminó convenciendo. Y lo acompañé.

Cuando llegamos la sala de tatuajes estaba repleta de gente, por lo tano


tuvimos que esperar alrededor de una hora para que fuera el turno de Derek. Y
cuando por fin nos tocó, una chica nos hizo pasar a una habitación donde estaba la
persona que le haría el tatuaje. Derek se acostó sobre una camilla que allí había, y
yo me senté en un banquito al lado suyo.

Después de unos pocos minutos la frase My Savior estaba tatuada sobre


piel.

—¿Te gusta mi tatuaje?

—Sí. Pero sigo manteniendo mi postura —susurré.

—Pero te gustó —Comenzó a bailar extrañamente a mí alrededor.

Puse los ojos en blanco.

—¡Qué infantil eres! —exclamé

De un tirón me trajo hacia él.

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—¿Lo soy? —Me miró y sonrió muy seductoramente.

Detesto con toda mis fuerzas que él haga eso, porque sabe muy bien que es
una de mis malditas debilidades.

—Sí, si lo eres.

—Tal vez tengas razón —Me soltó.

—Siempre tengo razón.

Me lanzó una mirada.

—Después él presumido soy yo —Hizo una mueca graciosa.

Ambos nos reímos a carcajadas.

—Pero debo admitir que sí me gustó —dije.

—Eso es fantástico, porque me lo hice pensando en vos.

Quedé paralizada al escuchar eso.

—¿Qué?

—Sí.

La bella sonrisa de Derek se fue desvaneciendo muy lentamente.

—A mi me rompieron el corazón en mil pedazos.

Asentí tristemente.

—Y cuando estas así de roto, toda tu vida se convierte en una maldita


oscuridad —Suspiró—. Me sentía totalmente perdido.

Un par de lágrimas se me escaparon.

—Pero a pesar de eso tuve muchísima suerte —secó mis lágrimas con su
pulgar—, porque te tuve siempre a mi lado ayudándome a salir de las tinieblas.

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Apoyé mi rostro sobre su ancho pecho.

—Derek… haría cualquier cosa para verte sonreír —Lo miré con ternura.

La boca de Derek se abrió en una amplia sonrisa.

—Tú salvaste mi corazón. Eres mi salvadora.

20 de febrero

Querido diario:

Joshua me llevó a pasar un buen rato a un parque de diversiones, que abrieron la


semana pasada. La pasamos súper bien.

—Espera.

—¿Qué? —pregunté arrastrándolo a la fila—. Quiero subirme otra vez a la


montaña rusa.

—Ve tú —musitó—. Yo me quedo aquí esperándote.

—¿Estás muy mareado, No?

Asintió.

21 febrero

Querido diario:

Fabiana y Bruno están juntos. No puedo estar más feliz por ellos.

22 de febrero

Querido diario:

Quiero que mi relación con Derek perdure. Él me hace tan bien.

23 de febrero

Querido diario:

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Pasé un momento muy feo esta tarde. Como mañana es el cumpleaños de Emma, la
hermanita pequeña de Derek. Fui a su casa a ayudarlo a él y a su madre, con las
cosas que estaban preparando para la fiesta.

Cuando llegué me dijeron que ya tenían casi todo listo. Que solo les faltaba
solucionar el problema con el postre, porque Emma estaba encaprichada que
quería que sirvan helado casero antes de comer la torta. Ellos estaban de acuerdo
con ella, pero el gran inconveniente que tenían, era que ninguno de la casa sabía
cómo hacerlo.

Al escuchar lo que me contaban, inmediatamente recordé que mi abuela


solía hacerme helado de frutilla y chocolate, cuando era más pequeña. Así que no
dudé en llamarla para que me explicara cómo hacerlo.

Después de dos horas, ya teníamos todo preparado para mañana.

—¿Cómo puedo agradecerte por tú ayuda?

Me abrazó fuertemente.

—Mmm —Pensé por un momento—. Tal vez, prestándome uno de tus


libros de Stephan Keng.

Sonreí.

—Claro. Ve y toma el que quiera.

Me apartó el pelo de los ojos y me besó en la mejilla.

—¿Dónde están? —pregunté ansiosa.

—Están en mí estantería, junto a mis trofeos de futbol.

Me soltó.

—Bueno, ya vuelvo.

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Fui corriendo a su habitación. Casi me muero de un infarto al ver el desastre
que había. Pero bueno, no le di mucha importancia porque es algo muy común en
un chico. Así que solo me ocupé de encontrar lo que estaba buscando.

Desgraciadamente, además de hallar el libro también encontré una foto en


la cual estaban él y Sally. Al verla sentí que mi corazón se destrozaba. Se veían tan
felices y enamorados.

—¿Aura, pudiste encontrar el libro?

Derek entró en la habitación.

—Sí —Asentí mientras secaba mis lágrimas para que no las notara.

Caminó hacia la esquina donde yo estaba.

—¿Estás bien?

Asentí.

—¿Qué pasa? —preguntó acercándose un poco más a mí.

Escondí rápidamente la foto detrás de mí.

—Nada, Derek —dije con mi voz entrecortada.

Me alejé un poco.

—No me mientas. Estabas llorando.

Negué con la cabeza.

—No. No lo estaba.

—No soy estúpido —dijo.

Él parecía desesperado.

¿Qué pasa, linda? —me preguntó.

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Lo miré por unos largos segundos, y le mostré la foto que tenía entre mis
manos.

—Eso me pasa.

La miró y instantáneamente levanto su mirada hacia mí.

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó.

—Estaba entre las páginas del libro —dije—. Cuando lo abrí la foto cayó al
piso.

Mis lágrimas brotaron otra vez.

—Aura… es viejísima la foto. No te pongas de este modo.

—¿Por qué aún la tienes guardada?

—Porque hace meses que no toco ese libro —explicó—, así que me olvidé
que la seguía teniendo entre mis cosas.

Me costó mucho poder mirarlo.

—Perdóname por haberme puesto así.

—Tranquila, te entiendo.

Me atrajo hacía él para poder abrazarme.

24 de febrero

Querido diario:

La fiesta estuvo muy bonita. Emma lucia como una princesita.

25 de febrero

Querido diario:

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Fabiana piensa que no tendría que haberme puesto mal cuando vi la foto, porque
ya hace tiempo que ellos terminaron su relación. Y también que yo tengo que estar
más segura de lo que él siente por mí.

26 de febrero

Querido diario:

Derek es el único que me puede sacar una sonrisa.

27 de febrero

Querido diario:

Mis abuelos vinieron a pasar el día conmigo. Son tan tiernos.

28 de febrero

Querido diario:

Acabo de terminar el libro que mi novio me prestó.

29 de febrero

Querido diario:

Estoy un poco bastante preocupada por Derek. Como hacía dos días que él no daba
señal de vida, fui hasta su casa para ver si todo estaba bien. Cuando su mamá me
abrió la puerta, me pidió que por favor vaya hasta la habitación Derek para hablar
con él. Porque no ha querido salir de allí en muchísimas horas, y parece que ha
vuelto a fumar. Me quedé helada al oír eso, porque no lo podía creer. Yo nunca
supe de que él alguna vez haya fumado.

—Hola.

Golpeé a su puerta para que me abriera.

—¿Aura? —preguntó del otro lado.

—Sí.

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Velozmente la abrió.

—Hola —me saludó mientras seguía fumando su cigarrillo.

—Hola.

Besó mi mejilla.

—¿Cómo estás? —preguntó.

—Bien —le contesté —. ¿Y vos?

Suspiró.

—Genial.

—No sabía que fumabas —protesté.

—Sí, solo lo hago cuando estoy nervioso.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué estás nervioso?

—Por nada en especial.

—Mmm, está bien.

Hubo una larga pausa.

—Pero no lo hagas más —supliqué—. Es malo para tu salud.

Él me sonrió tiernamente.

—Maldición, eres muy tierna.

—Solo quiero tú bien.

01 de marzo

Querido diario:

Me quiero morir. En cinco días comienzo las clases.

83
02 de marzo

Querido diario:

Recién he llegado de pasar una tarde maravillosa. Bruno organizó una fogata en la
playa para poder divertirnos con todos nuestros amigos, y también para ir
despidiéndonos de nuestras vacaciones. Pero aparte de eso estoy contenta, porque
nos tomaron a Derek y a mí nuestra primera foto.

—Salieron súper adorables —Fabiana se sentó a mi lado.

—¿Eh? —La miré.

—Les tomé una fotografía a Derek y a ti.

Ella sonrió.

—¿En qué momento? —pregunté.

—Cuando estaban besándose —dijo.

—¡Fabiana!

—Quiero verla —Joshua se tiró arriba nuestro.

Fabiana sacó su celular del pequeño bolsillo de su short y nos enseñó la foto.

—Sí —dijo Joshua — Salieron muy tiernos.

—Dios mío, cuanta ternura —Bruno bromeó—. Primo, ven conmigo quiero
traer más leña.

Derek fulminó a su primo con la mirada.

—Salimos bien —Besó mi mejilla y se levantó para ir detrás de su primo.

Mi amiga esperó a que Derek esté lo bastante lejos para volver hablar

—Ya la subí a Facebook.

Me dio una palmadita en el hombro.

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—-Está bien —Sonreí.

—Y adivina quién acaba de ponerle me gusta en la foto —dijo Fabiana


revisando su celular otra vez

—¿Sally? —pregunté.

Ella asintió con mala gana.

03 de marzo

Querido diario:

Fui a casa de Derek porque me lo había pedido por mensaje de texto, un par de
horas antes. Pero cuando llegue a su casa, su madre me dijo que no estaba. Lo que
me pareció realmente raro porque él no es de hacer ese tipo de cosas.

—Querida.

La mamá de Derek abrió la puerta.

—Señora Morris, ¿Derek se encuentra aquí?

—Acaba de irse.

—Qué extraño —exclamé—. Él me dijo que viniera a esta hora.

Ella bajó la mirada con amargura.

—¿Sucede algo?

—Pasa —hizo seña para que entrara a la casa—. Así charlamos más
tranquilas.

Asentí y caminé hacia el living.

—¿Quieres tomar algo? ¿Un té? ¿Café? —preguntó cortésmente.

Negué con la cabeza.

—No, gracias. Estoy bien así.

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—Bueno.

Se sentó junto a mí.

—Señora… ¿qué está pasando?

—No lo sé —dijo—. Y eso me preocupa bastante.

Resopló por la frustración.

—Hace unos cuantos días que lo veo extraño, y me da pavor que vuelva con
su problema con los cigarrillos

—¿Problema? —pregunté.

Asintió.

—¿No lo sabías?

—No.

—Aura, mi hijo sufre de tabaquismo —dijo ella.

Me quedé boquiabierta.

—No puedo creer lo que me estás diciendo.

—Es así, mi niña —dijo con voz quebrada—. Hace tres años que fuma de esa
forma.

—Yo nunca lo había visto… claro, hasta el otro día.

—Cuando Sally lo abandonó él dejo de hacerlo —Suspiró profundamente—.


Pero ahora no se qué pasa.

—Me está queriendo decir que ella era la culpable.

—No sé si culpable, pero ella lo dejaba muy nervioso.

Apretó los labios.

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—Él me prometió que no lo volvería hacer —dije tratando de animarla.

—Ojala sea así.

04 de marzo

Querido diario:

Con mis amigos pasamos todo el día bajo el rayo del sol, porque queríamos estar
un poco más bronceados, antes de que las clases comiencen. Pero me parece que
no nos hizo ningún efecto.

05 de marzo

Querido diario:

No sé si estar decepcionada o extremadamente enojada. Esta tarde había salido


con Joshua a comprar algunos regalitos para el bebé, que mamá está esperando.
Pero el tiempo se nos pasó volando, así que ambos decidimos que era mejor ir a
casa antes de que se oscurezca mucho más.

De un momento para el otro, mi querido amigo me pegó un fuerte codazo en


el brazo.

—¿Qué te sucede?

—Mira —Señaló a la plaza de enfrente.

—¿Qué pasa con la plaza?

—¿Ese no es tu novio? —preguntó mirándome.

Miré hacia el lugar donde Joshua seguía señalando. Y sí, era Derek el que
estaba sentado sobre un banco en la esquina de la plaza.

—Sí, es él —dije afirmando—. Espérame… ya vuelvo.

—Claro.

87
Dejé a su lado las bolsas de las compras que había hecho. Y sin dudar, crucé
la calle para encontrarme con mi novio.

—Derek…

Él levantó la mirada hacía mí.

—Aura.

—¿Qué haces aquí? —pregunté sentándome a su lado.

—¿Qué haces tú aquí? —dijo exasperado—. Me estas siguiendo, ¿no es así?

Lo miré sorprendida.

—No. Estaba caminando hacía mi casa y luego te vi.

—¿Por qué no seguiste tú camino? No ves que es peligroso que andes sola
por la oscuridad.

Me quedé congelada.

—Solo quería saber si estabas bien —susurré.

—Bueno, ahora ya lo sabes —dijo él, mientras guardaba un paquete de


cigarrillos en el bolsillo de su pantalón.

—Estuviste fumando.

Él puso los ojos en blanco.

—Sí.

—Tú me habías prometido que… —me interrumpió.

—No soy bueno cumpliendo promesas —dijo irónicamente.

—¿Qué te pasa?

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—¿Te puedes ir?

—Derek…

—¡Que te vayas! —gritó.

Mis mejillas ardían de la rabia.

—Está bien —Me levanté del banco.

Comencé a caminar lo más rápido que podía para alejarme de él. No quería
que me vea llorar.

—Aura, espera —Derek gritó. Estaba corriendo para alcanzarme.

—¿Qué?

Me tomó del brazo.

—Perdóname. Soy un idiota… no tendría que haberte hablado de esa forma.

—Sí, lo eres —le grité.

—¿Me disculpas? —preguntó mientras me estrechaba entre sus brazos.

—No lo sé.

Me miró a los ojos.

—Por favor, Aura —suplicó.

Sabía que sus disculpas eran sinceras. Pero también todo el amor que
siento, no me permitían estar enojada él.

—Vamos. Les voy a preparar a Joshua y a ti una deliciosa pizza.

Él sonrió.

—Gracias, nena.

Apreté los labios.

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—¿Estas decepcionada de mí?

Asentí con tristeza.

11:35 PM

Después de que los chicos se fueran a sus respectivas casas, recibí un mensaje de
texto de Fabiana.

Tu novio es un idiota.

Respondí:

¿Te enteraste?

Escribió:

Por supuesto.

Contesté:

:(

Fabiana me respondió con una pregunta:

¿Qué le pasa? Me está preocupando.

Contesté:

Sinceramente, no lo sé. Imagínate cómo estoy yo.

Mi celular zumbó al momento:

Lo sé. Cambiemos de tema… ¿paso mañana por tu casa para ir a la


escuela?

Había tratado de olvidar que mañana comenzaban las clases:

No me lo recuerdes.

Contestó.

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Volvemos al infierno.

Respondí a su acertado mensaje:

Exactamente. Pero te espero mañana para ir juntas.

Contestó:

Que duermas bien.

Respondí por última vez:

Igual tú, amiga.

06 de marzo

Querido diario:

No puedo creer que hoy vaya a comenzar mi último año de escuela secundaria.
Dios mío, el tiempo sí que ha pasado rápido. Pero bueno espero que todo salga
bien, y que sea un año muy bueno. Y estoy muy segura que lo será.

4:30 PM

Estoy de vuelta. Las clases de hoy terminaron muy temprano porque aún están
organizando nuestros horarios. Tengo los mismos profesores del año pasado, así
que no tengo nada de qué preocuparme. Pero tal vez, tendré que prestar más
atención a las materias nuevas que decidieron agregarnos.

5:30 PM

Diario, me estaba olvidando completamente de contarte algo. Sally ha vuelto a la


ciudad. Y tengo que admitir que me puso muy incómoda volver a verla. Creo que el
viaje le sentó bien, esta más espléndida que la última vez que la vi.

—Hola, Aura.

Sally se sentó junto a mí en unos de los recesos.

—Hola —saludé—, Sally.

91
—¿Cómo te encuentras?

Sacó su teléfono celular de su pequeña mochila de cuero.

—Genial, ¿y tú? —le contesté.

—Muy bien. Gracias por preguntar.

Sonrió.

—Cuéntame —Me miró a los ojos—. ¿Has pasado un buen verano?

—Sí, estuvo bien. ¿Y tú?

—Sí…—Hizo una pausa—. Pero no creo que haya sido tan bueno como el
tuyo.

Instantáneamente comprendí por donde venía la cosa.

—Has estado viajando por toda Europa, así que dudo que mi verano se
compare con el tuyo.

Meneó la cabeza.

—Aura, querida —dijo entre susurros—. No nos hagamos las


desentendidas. Tú sabes muy bien a lo que me estoy refiriendo.

Asentí.

—Sí, lo sé. Y fue uno de los mejores veranos de mi vida.

Sonrió como el gato de Alicia en el País de las Maravillas.

—Me lo imaginaba. Siempre estuviste enamorada de él.

Parpadeé sorprendida.

—No pongas esa cara —dijo Sally—. Te comprendo. Todo es mejor cuando
él está cerca, ¿no es así?

—Así es —me limité a decir.

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—Bueno, Aura —Se levantó—. Tengo que irme con mis amigas. Por lo tanto
que tengas un hermoso día.

—Ve. Que te vaya bien.

07 de marzo

Querido diario:

No puedo estar más contenta. Ahora así puedo estar segura, que mi año será
espectacular. Este mediodía, cuando estaba corriendo desesperadamente por los
pasillos de mi colegio, porque se me había hecho demasiado tarde. Puede llegar a
ver a Joshua sentando en la sala de espera de la dirección. Claramente paré de
correr, y fui hasta donde él estaba. Porque me estaba inquietando verlo ahí, ya que
él no es estudiante del instituto.

—Joshua —Golpeé la ventana de sala para que él me viera.

Él me vio y rápidamente corrió a abrirme la puerta.

—Amorcito.

—¿Qué haces aquí? —pregunté.

Él parpadeó.

—Había pensado que estarías más feliz de verme.

—Lo estoy, Joshu. Pero no entiendo qué haces aquí.

—Mi adorada, Aura —Me dio unas palmaditas en el hombro—. A partir de


hoy soy alumno de este instituto.

Quedé boquiabierta.

—¿Bromeas?

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—No. Así que me tendrás que soportar todo él bendito año —dijo entre
risitas.

—No me podrías haber dado una mejor noticia.

Me abalancé sobre él para poder abrazarlo.

—Bueno. Pero ahora dime por qué te cambiaste de escuela —Lo miré a los
ojos.

—Lo hice porque quería compartir este año con mis amigas —dijo Joshua.

—Es muy dulce lo que dices…

Sonrió.

—Pero no te creo. ¿Me puedes decir la verdad?

Esa bonita sonrisa suya fue desapareciendo lentamente.

—Adam, mi ex novio va a mi antigua escuela —dijo entristecido.

—Lo sé.

—Bueno… él ahora tiene un novio nuevo —continuó—. El cual también


estudia allí.

Lo miré y vi amargura en su mirada.

—No soportaré ver lo felices y enamorados que están.

—¿Lo sigues queriendo, no?

—Con todo mi ser —susurró.

No sabía qué decir. No quería causarle más dolor.

—Todo estará bien.

—Gracias, amiga —dijo él—. ¿Podrás mostrarme las instalaciones?

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—Claro. Cuando termines de hablar con la directora lo haremos.

Joshua me abrazó fuertemente.

08 de marzo

Querido diario:

Hoy es el día internacional de la mujer.

09 de marzo

Querido diario:

Derek vino a casa para ayudarme a cocinar algo rico para mis abuelos, que en
cualquier momento aparecerán por la casa. Ellos están empecinados en conocer al
muchacho, que se robó el corazón de su pequeña nieta.

10:30 PM

La cena acaba de terminar, todo ha salido genial. Y como yo me lo había imaginado,


los abuelos adoraron a Derek. Ahora ellos ya se fueron a descansar a su hogar, y a
mí me toca lavar los platos.

10 de marzo

Querido diario:

Me molesté bastante por el comentario que mi amigo hizo sobre Sally. Hoy
estábamos sentados en nuestro salón de clases, esperando que la profesora de
matemática llegara. Y así poder mostrarle los ejercicios que no nos habían salido.
Pero en un momento entró Sally, e inmediatamente Fabiana hizo una pequeña
observación acerca del vestuario que estaba llevando puesto.

—¿Por qué tiene venir vestida como una zorra?

Fabiana se sentó junto a Joshua y a mí.

—Es su estilo natural —dije riéndome.

95
—Es una…

Me miró conteniendo la risa.

—Una perra disimulada —Ambas comenzamos a reír a carcajadas.

—¿De quién hablan? —preguntó Joshua.

—De Sally…

—¿La ex novia de Derek?

Ambas asentimos al mismo tiempo.

—¿Cuál es? —Se acomodó en el incomodo banco.

—Aquella —Señalé disimuladamente donde ella estaba parada.

Joshua se le quedó mirando por unos largos segundos, hasta que volvió a
hablar.

—Es muy bella —Él afirmó.

—¡Joshua!

Fabiana le pegó un codazo

—¿Qué? —dijo él—. Se apreciar la belleza de las mujeres.

—Linda pero mala.

—Sí… es linda —musité.

Joshua asintió con una sonrisa.

—Con razón Derek sufrió tanto —dijo

Lo miré boquiabierta.

—Ahora sí que la has fastidiado, amigo mío —Fabiana lo estaba fulminando


con la mirada.

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La expresión de mi amigo cambió.

—Ay, lo siento —Tomó mi mano—. ¿Te has enfadado conmigo?

Negué con la cabeza.

—No —mentí.

17 de marzo

Querido diario:

Perdóname por haberte tenido tan abandonado estos días. Pero realmente he
tenido una semana súper atareada. En el colegio nos están dando muchas cosas
para estudiar, y miles de trabajos prácticos para hacer. Recién ha comenzado el
año escolar pero ya siento que mi cabeza está por explotar.

18 de marzo

Querido diario:

Me quedaría toda la mañana en mi cama durmiendo. Pero tengo muchas que hacer
el día de hoy.

19 de marzo

Querido diario:

Derek está más extraño de lo que ya estaba.

20 de marzo

Querido diario:

Hoy Bruno ha interrumpido un momento muy importante y sagrado para mí.


Cuando estaba a punto de irme a mi habitación para poder dormir una pequeña
siesta. Ya que en toda la santa semana no pude pegar un ojo, por todas las cosas
que los profesores nos dieron para estudiar. Mamá se apareció detrás de mí para
avísame que en el living había una persona esperándome para hablar.

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—¡Prima!

Bruno estaba sentado sobre el sofá del living.

—Hola, Bruno —saludé.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó.

—Muy bien, ¿Y tú?

—Bien —me respondió.

—Me alegro entonces.

—Gracias.

Una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Necesito tu ayuda —exclamó.

—Espero que sea algo importante —dije riendo—. Porque por ti no puedo
dormir mi siesta.

Él suspiró.

—Perdóname. Pero sí es muy importante.

—¿Qué pasa? —pregunté mientras me sentaba a su lado.

—Mañana cumplo un mes con Fabiana.

Asentí.

—Quiero regalarle algo lindo —Él me sonrió.

—Que tierno eres.

—Sí —dijo—.Pero mi problema es que no se qué darle como regalo.

—Tienes que pensar en cosas que le gusten.

—¿Flores? —preguntó incrédulamente.

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Lo miré horrorizada.

—Libros. Definitivamente tiene que ser uno o varios libros.

21 de marzo

Querido diario:

Ha comenzado el otoño. Lo cual no me pone muy contenta, porque odio con toda
mi alma el frio.

22 de marzo

Querido diario:

Encontré a Derek hablando con Sally en uno de los pasillos de la escuela. Y


seguramente estarás pensando que me estoy muriendo de los celos. Bueno… estas
en lo correcto. Pero sé que no tengo razones por las cuales ponerme de esta forma,
ya que él está conmigo y no con ella. Sin embargo, la forma en que Sally lo mira me
hace recordar mucho a los viejos tiempos. Cuando ella lo era todo para Derek, y yo
solo una chica que compartía clases con él.

23 de marzo

Querido diario:

Maldigo la hora en que fui tan estúpida, como para detenerme a conversar con
Sally. Cuando estaba tomando todas mis pertenencias para poder emprender el
camino a casa. Y así ser capaz de acompañar a mi querida madre a su cita con el
obstetra. Sally salió de la nada para hacerme la vida imposible.

—Aura, espera por favor.

Era Sally corriendo detrás de mí.

—¿Qué pasa Sally? —pregunté mientras paraba de caminar.

—¿Podemos hablar?

99
Asentí.

—Bueno —me miró—. Vamos y sentémonos en los banquitos de afuera.

—Está bien.

Caminamos hasta la salida de la escuela.

—¿Qué sucede? —Ambas nos sentamos en un banco largo.

—Quiero preguntarte algo.

—Rápido por favor —miré mi reloj porque se me estaba haciendo un poco


tarde—. Tengo que acompañar a mi madre al obstetra.

—¿Amas a Derek?

Me sorprendió con su obvia pregunta.

—¿Bromeas conmigo? —susurré un poco irritada.

Negó con la cabeza.

—Sabes que lo amo. Que siempre lo hice.

Ella suspiró teatralmente.

—Yo también lo hago —dijo.

—Bueno, de eso no estoy tan segura —musité.

—¿Por qué lo dices?

—¿No recuerdas que lo abandonaste? —Fruncí el entrecejo—. Rompiste su


corazón.

—No me lo digas así.

Se movió nerviosa.

—Es la pura verdad.

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—No quería lastimarlo —susurró—. Solo quería salir de esta maldita
ciudad.

Puse los ojos en blanco al escucharla decir esa idiotez.

—No culpes a la ciudad por no saber qué es lo que realmente quieres.

—Sí que lo sé. Lo quiero a él conmigo —lo dijo muy segura.

—Lo siento, Sally. Pero ahora él está conmigo.

Parpadeó.

—Puede estar contigo pero nunca será tuyo completamente.

—Ni tuyo —repliqué

Ella me fulminó con la mirada.

—¿Él alguna vez te dijo que te amaba?

Hubo un largo silencio de mi parte.

—Me lo imaginé.

24 de marzo

Querido diario:

Me siento como una mierda por lo que Sally me dijo.

25 de marzo

Querido diario:

Fabiana quiere matar a Sally.

26 de marzo

Querido diario:

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Me súper olvide de contarte que mamá está esperando un varoncito. Esto me hace
sentir muy feliz.

27 de marzo

Querido diario:

Derek no deja de fumar y cada vez lo hace con más frecuencia. Me está
desesperando tanto.

28 de marzo

Querido diario:

Ha sido un muy mal día. No soporto más verlo tan mal a Derek.

29 de marzo

Querido diario:

Ahora lo estoy comprendiendo todo. La misión que Sally tiene en este mundo es
arruinarme la vida. Hoy estaba tan contenta y entusiasmada porque al fin ibas a
salir con mis amigos, después de haber estado tantas semanas ocupados y
nerviosos por las cosas del instituto. Así que nos decidimos en organizar una
fantástica merienda en CoffeeLand, para pasar un muy buen momento todos
juntos. Ya que nos convertimos en un grandioso grupo de amigos.

Cuando llegamos al lugar, vimos que Sally estaba sola fuera del local. Y
parecía que estaba llorando. No puedo decir que esa escena fue premeditada,
porque nadie sabía que iríamos allí, ya que fue de improvisto la organización. Pero
yo sabía perfectamente que pasaría a continuación.

—¿Me esperan un segundo? —me preguntó.

Asentí con desgano.

—Ya vuelvo —fue corriendo hacia donde ella estaba.

102
Sally al verlo acercándose se abalanzó para darle un beso en la mejilla. Y en
ese mismo instante comencé a tener pensamientos asesinos para con ella.

—Vamos… no le des importancia —dijo Fabiana.

—Si fuera tan fácil…

Después de que pasaran unos eternos e insoportables veinticinco minutos,


Derek se digno a aparecer.

—Estoy de vuelta.

—¿Todo bien? —pregunté mientras lo analizaba.

—Sí.

30 de marzo

Querido diario:

Esto cada vez se está poniendo peor. Sally no deja de aparecerse en los lugares a
los cuales voy con mi novio.

31 de marzo

Querido diario:

Me siento tan desesperada por no saber cómo ayudar a Derek. Lo encontré


llorando en su jardín. Dios mío, hace tanto tiempo que no lo veía ponerse así, tan
triste y enojado. Me destruye el corazón saber que él está pasando un mal
momento.

—¿Qué te pasa?

Acaricié su hermoso rostro.

—Nada, Aura —dijo mientras se alejaba un poco de mí.

—Dímelo por favor —rogué—. Me estas matando.

103
Su mirada estaba llena de dolor. Y eso me aniquilaba por dentro aún más.

—No digas eso.

—Estoy bien… es solo que me siento presionado con el equipo de futbol.

—Pero si eres el mejor —Lo miré sorprendida.

—No —gruñó—No lo soy.

—Claro que sí.

Él dejo de mirarme a los ojos.

—Soy una mierda, Aura.

01 de abril

Querido diario:

¿Por qué todo es tan difícil?

02 de abril

Querido diario:

Mamá me ha preguntado qué está sucediendo, porque me ve muy triste. Pero no


quiero agobiarla con mis tristezas. Ella tiene que estar tranquila y lo más feliz
posible.

03 de abril

Querido diario:

Después de haber compartido la cena con mi familia, me fui prácticamente


corriendo a casa de Derek. Él me había invitado hacia un par de horas antes a ver
una película allí. Estaba feliz cuando me llamó, porque eso significaba que estaba
de buen humor. Yo pensé que por fin las cosas volverían a estar bien como antes.

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Y así fue hasta que mi mejor amiga vino a interrumpir mi felicidad para
comunicarnos una fea noticia. La cual sinceramente me puso muy triste.

—¿Fabiana, qué haces aquí? —preguntó Derek al abrirle la puerta.

—Chicos, tiene que saber algo.

—¿Qué sucedió?

—Sally sufrió un accidente automovilístico —dijo con la voz entrecortada.

—¿Qué? —Derek se derrumbó en su interior.

Me quedé helada en el sofá.

—¿Estás hablando enserio?

—Sí —afirmó.

—¿Cómo está ella? —le preguntó Derek.

Fabiana me estaba mirando.

—Dime cómo mierda está Sally —gritó.

—Tranquilo, ella está bien. Solo sufrió unos cuantos golpes.

El suspiró por el alivio.

—¿Dónde se encuentra?

—Ella está hospitalizada en la clínica que se encuentra a dos cuadras de


aquí —dijo Fabiana.

Él asintió.

—Aura —Buscó mí mirada—. ¿Te molesta si voy a visitarla?

—No. Claro que no —dije—. Ella fue tu novia… tienes que hacerlo.

—Gracias —Besó mi mejilla y corrió.

105
Treinta minutos después

Fabiana estaba súper enfadada conmigo por no haber acompañado a Derek a la


clínica. Que me obligó a tomar las llaves del auto de papá para que maneje hasta
allí. Por un lado ella tenía razón, es un momento difícil para él y yo tendría que
haber ido a acompañarlo.

—Aura —dijo agita por haber estado corriendo—, ya averigüé. Está


internada en la habitación número dieciocho.

—No sé si es una buena idea.

—Lo es. Ve.

Le hice caso y comencé a buscar la habitación.

Tengo que aprender a no ignorar mis malditos presentimientos. Yo sabía que no


tenía que entrar en este lugar. Había percibido desde el primer momento, que la
única que terminaría herida aquí, era yo. Cuando por fin encontré el cuarto
accidentalmente escuché una conversación, que hubiese preferido nunca haberla
oído.

—Derek —dijo Sally entre suspiros teatrales—.Gracias por haber venido.

—No tienes que agradecer nada.

—¿Sabes cuánto te adoro? —le preguntó ella.

—Lo sé.

—Bueno. Nunca lo dudes.

Hubo una pausa.

—¿Me sigues queriendo? —Sally susurró.

No se escuchó una respuesta.

106
—¿Me quieres?

—Eres el amor de mi vida. Nada puede reemplazarte.

Derek resopló.

—Aunque lo haya intentando…; nunca pude olvidarte.

Mi corazón estaba rompiéndose en miles de pedazos. Mi mundo se había


derrumbado por las palabras de Derek. Ya no podía soportar escuchar más. Tenía
que esfumarme de ese lugar.

04 de abril

Querido diario:

No te puedes imaginar cómo lamento no haber sido lo suficientemente buena para


Derek. No fui capaz de hacerlo feliz y eso me destroza tanto. Está mañana, mientras
estaba tratando de desayunar con mi amiga. Que se quedó toda la noche conmigo
para hacerme compañía. Derek se presentó en mi casa para poder entablar una
conversación conmigo. Por lo tanto, Fabiana tomó sus pertenencias y se fue para
que tengamos un momento de privacidad.

—Amor…

—No me digas así.

—¿Por qué? —Se acercó a mí.

—Porque tú no me amas —dije con todo el dolor de mi alma—. La amas a


ella.

No se sorprendió al escucharme decir eso.

—¿Me escuchaste?

Asentí mientras trataba de contener las lágrimas.

—Nunca quise lastimarte —exclamó él.

107
—Y yo solo quise hacerte feliz —musité—. Pero no todo se pude conseguir.

Me prohibí llorar.

—Fui tan egoísta contigo. Estaba tan feliz con la idea que me quisieras, que
me cegué y no me di cuenta que solamente sigas roto. Por mi, solo sentías un gran
cariño.

—Eres mi mejor amiga.

Me miró nervioso. Se aproximó a mí.

—Tú me habías dicho que no querías perder nuestra amistad —dijo en voz
baja.

—Te tengo que dejar ir —dije acariciando su mejilla—.Por lo menos por


ahora.

108
Agradecimientos

En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mi querida amiga, Fabiana. Porque
cada vez que lo necesitaba, invocaba a los espíritus de la escritura e inspiración
para que pueda continuar con esta historia. Por prestarme todo sus ser para crear
el maravilloso personaje de Fabi, y principalmente por haber sido mi gran lectora.

A Justyna Wrzeszcz, por hacer posible que todo lo que tenía en la cabeza, y
en el Word se plasmara en una hermosa fotografía.

A Iwona Krawczyk, por haberle dado vida a Aura en la portada.

Fundamentalmente, quiero agradecer a mi familia, que me brindaron su


apoyo, energía y confianza. Los adoro.

Y para terminar, a todas aquellas personas, que alguna vez hayan leído algo
escrito por mí.

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Si quieres contactarte con la autora…

También puedes contactarte con…

 Justyna Wrzeszcz
 Iwona Krawczyk

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