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El Chavo Del 8
El Chavo Del 8
1Género y ambientación
2Reparto
o 2.1Protagonistas
3Historia
o 3.1Antecedentes
o 3.2Guion y personajes
o 3.3Primeras emisiones y popularidad
o 3.4Conflicto con Villagrán y muerte de Valdés
o 3.5Últimos episodios y conflicto con De las Nieves
4Producción
o 4.1Secuencia de apertura y de cierre
o 4.2Música
5Distribución
6Mercadotecnia
7Recepción
o 7.1Crítica
o 7.2Premios y distinciones
o 7.3Cuotas de pantalla
o 7.4Legado
8Notas
9Bibliografía
10Enlaces externos
Género y ambientación[editar]
El Chavo del Ocho es una comedia de situación que aborda las interacciones de un grupo de
personas que habitan una vecindad. El protagonista, el Chavo, es un niño huérfano que suele
meterse en problemas con los demás habitantes, entre ellos Don Ramón, Doña Clotilde y
Doña Florinda, debido a malentendidos, a distracciones o a sus travesuras. Ahí convive
también con sus amigos Quico y la Chilindrina. Con frecuencia se lo encuentra en un barril de
madera que se ubica en el patio de la vecindad (al que se acostumbra meter, casi siempre,
después de que Don Ramón lo golpea en la cabeza). Cada capítulo hace uso de
bromas, slapstick, ironía, cómicos de repetición y situaciones graciosas en las que el elenco
se involucra. También se incluye el uso de risas grabadas para dar énfasis en las escenas
cómicas. La trama transcurre en su gran mayoría en el patio de una vecindad, donde se
aprecia un barril y un lavadero. En dicha vecindad habitan la mayoría de los personajes
principales, excepto el señor Barriga, su hijo Ñoño, Godínez, el profesor Jirafales y Popis. Se
observa también, a primera instancia, el departamento 14 donde residen Quico y Doña
Florinda, y justo a su derecha se encuentra la habitación 71, hogar de Doña Clotilde, y el
departamento 72, donde viven Don Ramón y su hija la Chilindrina. Si bien existen unas
escaleras que conducen al departamento 23, el interior de este pocas veces se ha visto. Hay
también en la vecindad una fuente, a la cual se llega al atravesar un pasillo ubicado entre los
apartamentos 71 y 72.
Hay segmentos que ocurren en otros lugares ajenos a la vecindad, tal es el caso de un
reducido predio donde, en uno de los episodios, los personajes aprenden a jugar fútbol
americano con Jirafales y Don Ramón, y en Acapulco, al cual acuden a pasar unas
vacaciones. Existe igualmente una escuela, a la que asisten los niños de la vecindad y donde
imparte clases Jirafales. No obstante, en la serie sólo se ve un aula y no todo el edificio como
tal. En otros capítulos aparecen el restaurante de Doña Florinda, una peluquería en donde en
una ocasión trabaja Don Ramón y la banqueta donde se ubica la entrada a la vecindad (donde
los niños deciden establecer un puesto de aguas frescas en alguna ocasión, o donde Don
Ramón instala un puesto provisional para vender churros en algún instante).
Reparto[editar]
Véase también: Anexo:Personajes de El Chavo
Protagonistas[editar]
Roberto Gómez Bolaños como El Chavo
Carlos Villagrán como Quico y Don Federico
María Antonieta de las Nieves como La Chilindrina y Doña Nieves
Ramón Valdés como Don Ramón
Florinda Meza como Doña Florinda y La Popis
Rubén Aguirre como El profesor Jirafales
Édgar Vivar como El señor Barriga y Ñoño
Angelines Fernández como Doña Clotilde / "La Bruja del 71"
Raúl "Chato" Padilla como Jaime Garabito / "Jaimito el Cartero"
Horacio Gómez Bolaños como Godínez
Apariciones Especiales
Historia[editar]
Antecedentes[editar]
Tras colaborar en el programa Cómicos y canciones como escritor y actor ocasional,2 el
mexicano Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido por el apodo de Chespirito, debutó en
el canal 8 (XEQTV) de la cadena Televisión Independiente de México con la serie El
ciudadano Gómez, donde actuaba junto con Rubén Aguirre (que anteriormente participaba
en El club del Chori). Si bien este se transmitió en 1968, Bernardo Garza Sada, propietario de
canal 8,16 decidió posponer indefinidamente su emisión con tal de «tenerla preparada para una
futura competencia con canal 2 (XEW-TV) de la cadena rival Telesistema Mexicano».2 El
ciudadano Gómez reanudó sus emisiones en 1970.17
En este lapso, el productor Sergio Peña, también del mismo canal, invitó a Gómez Bolaños al
programa Sábados de la fortuna, que duraba ocho horas y que contenía segmentos de
diversas temáticas, tales como actos de magia, concursos y bailes. Su labor ahí consistió en
escribir nuevos sketches cómicos, de media hora de duración. Gran parte de estos segmentos
eran conocidos por el propio creador como «chespirotadas», en alusión a su apodo.2 Uno de
estos se tituló La mesa cuadrada, que más tarde adoptaría el nombre Los supergenios de la
mesa cuadrada. Ahí actuaban Ramón Valdés como el Ingeniebrio Ramón Valdés Tirado
Alanís,182 Aguirre como el profesor Jirafales, Gómez Bolaños como el doctor Chapatín y María
Antonieta de las Nieves como la presentadora. Gómez Bolaños había observado la actuación
de Valdés en el filme El cuerpazo del delito (1968), donde ambos compartían créditos como
parte del reparto,19 mientras que De las Nieves había ingresado a Los supergenios tras
sustituir a Bárbara Ramson. Previamente, había prestado su voz para el doblaje en español
de algunos personajes como Eddie Munster, de The Munsters, y Wednesday Addams, de The
Addams Family.2
Mientras que El ciudadano Gómez funcionaba como parodia a la política mexicana, Los
supergenios consistía en una parodia de los programas informativos, en el que tres
personajes respondían a preguntas leídas por De las Nieves, mismas que eran enviadas por
el público (en realidad, eran parte del libreto) y que abordaban temas populares de ese
entonces. Dado el éxito de Los supergenios, los productores de la cadena aceptaron
extenderlo como programa independiente, que se transmitió por dos meses en 1970.182
A pesar del éxito de Los supergenios, su creador decidió cancelarlo. En su libro biográfico, Sin
querer queriendo (2006), el también comediante reveló:
Había un motivo poderoso: la constitución misma del sketch [Los supergenios de la mesa cuadrada]
exigía que muchos chistes fueran adecuados al momento, de modo que había funcionado muy bien en
un programa como Sábados de la fortuna, que se presentaba en vivo, pues esto permitía la mención de
personas y acontecimientos actuales, pero perdía tal característica cuando el producto se almacenaba
durante dos o tres semanas para constituir la reserva necesaria de capítulos.20
Guion y personajes[editar]
Yo nunca pretendí que la gente creyera que éramos niños,
sino que aceptaran que éramos adultos interpretando a los
niños.
Sobre la base de otro sketch previo, Gómez Bolaños elaboró el esbozo de El Chavo con una
trama atemporal (es decir, sin seguir una cronología con alguna otra historia) en donde un
niño pobre, de 8 años de edad, discutía con un vendedor de globos en un parque. Él
interpretaría al niño, y el otro personaje recaería en Valdés.4 «Cuando [Gómez Bolaños] ve la
aceptación y descubre que tiene elementos de comedia muy atractivos, vuelve a escribirlo,
pero ya con más forma [...] la clave fue meterlos [a los personajes] en una vecindad donde
hubo un potencial más grande y poco a poco lo armó [el concepto central del programa]»,
según recordó su hijo Roberto Gómez Fernández.3
Los siguientes capítulos surgieron de manera similar, mientras usaba historias que no habían
sido consideradas anteriormente. No obstante, quiso apartarse de los personajes de niños
interpretados hasta ese entonces: «El reto no era sencillo [...] Porque todos (o al menos casi
todos) han sido variantes diversas del clásico Pepito, cuya gracia radica precisamente en que
es un niño, pero que actúa con la picardía propia del adulto», de acuerdo al propio escritor en
su libro biográfico. En su percepción, el personaje del Chavo debía ser uno «inocente e
ingenuo».4 El contenido de El Chavo estaría dirigido «al público adulto, no al infantil».2 Su hija
Marcela Gómez Fernández reveló que varios de los gestos y ademanes del protagonista
provenían de ella y de sus hermanos cuando eran pequeños. En opinión de Roberto Gómez
Fernández: «mi padre trató de encontrar valores universales infantiles, con personajes que
pudieran tener grandes contradicciones, elementos opuestos, así surge la comedia [...] y eso
lo sabía perfectamente». Cabe añadirse que el personaje es también conocido como el Chavo
del 8 debido a que la serie era transmitida en sus inicios por el canal 8; Gómez Bolaños reveló
luego que era conocido así porque vivía en el departamento 8 de la vecindad, y no en el barril
donde solía meterse comúnmente.3
Para el personaje de Don Ramón, pensó en un individuo «holgazán, inculto, comodino [...]
pero poseedor de esa gracia natural que identifica al pícaro». En cuanto a la Chilindrina, su
apariencia física sería similar a la del Chavo al tener varias pecas en su rostro, pero en su
personalidad debía figurar como «más traviesa e inteligente que él». Para dar esa impresión,
optó por definirla como una niña sin dientes y que usara anteojos. Inclusive, le dio un sentido
de liderazgo sobre los demás niños de la vecindad.19 Su nombre proviene de un pan típico
mexicano que posee semillas de ajonjolí, reminiscente de las varias pecas que tiene el
personaje.22 Doña Florinda era el estereotipo de una «mujer de edad y que cuida poco de su
arreglo personal» y su sobrina, Popis, sería más bien «bobalicona». El término «Doña» se
debía a la connotación de un buen nivel social, según el escritor. El personaje de Quico, a su
vez, funcionaría como contraparte de las cualidades del protagonista: «caprichoso, testarudo,
consentido y envidioso». Su nombre era originalmente «Federico», para enfatizar la última
sílaba del mismo («rico»), sobre la base de una de sus características en la serie. Sin
embargo, se lo conoció mejor por el apodo de Quico. Gómez Bolaños lo relacionó luego como
el hijo de Doña Florinda; sobre su vestimenta de marinero, en uno de los capítulos se
menciona que su padre era marino y había muerto cuando su barco se hundió. Esa es la
causa de su indumentaria habitual.2 En una entrevista, Villagrán dijo que Enrique
Segoviano había propuesto varias de las frases y movimientos característicos de su
personaje, incluyendo el llanto.23