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027-Revista USAC - 2013 (1-3)
027-Revista USAC - 2013 (1-3)
Diagramación
Hugo Rafael Comentarios
Enero - Marzo / Número 27 / 2013
La palabra cementerio
Correspondencia y canje Eduardo Villalobos /81
Universidad de San Carlos de Guatemala
Ciudad Universitaria, zona 12
Ciudad Guatemala
Teléfono: (502) 24767215
Correo electrónico:
cazadorocote@gmail.com
URL
http://revista.usac.edu.gt/
V
er a través de una fotografía-presa en pequeños cuadros que nos
van construyendo ¿deconstruyendo? la imagen de un bosque, un
árbol, la carretera, ciudades lejanas, naves centrales de iglesias,
malecones, paisajes, esquinas, ambientes cotidianos, intersticios
urbanos, es como observar la realidad contemporánea fragmentada
en su posmodernidad.
Esta serie, vitralizada, convertida en pedazos, que unen al todo, ofrece un
discurso que recrea lo que también la posmodernidad nos ofrece. Ocurre que
estamos construidos con una identidad, consumidoramente, que nos ubica
como entes híbridos, fragmentados en una serie de aspectos culturales que
nos hacen percibirnos como pedazos de realidades. Podríamos decir que cada
una de las partes de nosotros está unida a nuestro todo, pero nuestra imagen
cultural nos hace vernos como un rompecabezas armado con piezas que se
ensamblan perfectamente, pero que pertenecen a otros rompecabezas. Es
decir, nuestros gustos estéticos no están enfocados solamente hacia un solo
discurso, pues varían y en algún momento, podrían ser disímiles.
Estas fotografías, armadas con fragmentos, que ofrecen un todo, cada una
de ellas está separada de la otra y podrían carecer de unidad, si no las
percibimos como un todo. Manuel Morillo forma con ellas un todo, que
finalmente tenemos frente a nuestros ojos. Pero cada una toma su rumbo
distinto en su propia identidad, atrapa al ojo, como queriendo protagonización
estelar y logra que por un momento solamente lo veamos y desechemos el
todo.
Por eso, estas fotografías forman un discurso total, pero fragmentario en
su individualidad. Observamos como una figura completa, pero al final,
adquieren su propia identidad. Las identidades no son estáticas, ni perennes.
Estas imágenes-ventanas que afortunadamente tienen la variedad de
reacciones que produce el blanco y el negro son ventanas-grafiti, que fueron
captadas antes de o después de, una cacería en la que la presa es el espectador.
Es decir, nosotros.
Recuerdan los vitrales de las catedrales renacentistas o las iglesias barrocas,
en las que destacan por sus figuras. En las de Manuel Morillo observamos
la raíz de la historia, pero, también los pedazos de ese rompecabezas incompleto.
Nos maravillan, nos invitan a tocarlas, a sentirlas. Claro, mientras las vemos,
estamos poniendo en marcha los cinco sentidos.
E
l salto al objeto rompió con las El antropomorfismo, que busca lógicas de
esencialidades. Fue una especie de lo humano en realidades no humanas; el
idealismo objetivo, pero abrió la esquematismo que conjuga determinismos
puerta a las divagaciones subjetivas, entre absurdos, polaridades imaginadas o
la persona y su objeto. En algunos casos secuencialidades mecánicas. Cauda negativa,
argumentando polaridades excluyentes y son las dualidades rígidas, que al cabo omiten
creando con eso, contradicciones pares. Se la relatividad y las lógicas de los procesos
abstrajeron las realidades y se creó una reales. De allí, también, el categoricismo y,
metarealidad: el discurso. De allí, la teoría me interesa indicar su empeño por ver
de la teoría y, finalmente, la suplantación de aquellos procesos reales desde categorías
los procesos objetivos por enredijos puras.
epistemológicos. De la enajenación del producto del
Hay que llamar la atención sobre algunos trabajo, pasamos a la mercancía y con ella
vicios en ese enjambre. Necesito mencionar a la primaria realidad virtual: el precio. Ese
cuatro: el absolutismo de las «cosas son mercado fue vistiendo a la mercancía con
como son», que deviene en ahistoricismo y publicidad y, poco a poco, la fue sustituyendo
postula otra forma de esencialismo: el dogma. por sus apariencias. Finalmente no se venden
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
promulgación constante del just do it, del circunstancial, ahora porque está en oferta,
no fear, del shift the future. Es vivir en la ahora por el aguinaldo, ahora porque está
cultura del riesgo. en liquidación.
Es la cultura –como entramado– y el La circunstancialidad, sin embargo,
cultivo –como reproducción– del riesgo que necesita de la zozobra. Vivimos en la
implica un temor. Desde el cómprelo porque zozobra. El poder necesita de ella para ejercer
si no se acaba, hasta la conformidad y la control social. Por eso, por la vía del mercado
obediencia. o a partir de semblantes de poder, ese es un
El capitalismo necesita de esta vivir bajo advertencia, en situación de riesgo,
compulsión consumista. Para evitar la con un miedo latente. Es el vivir bajo presión,
condición principal de sus crisis cíclicas, con flujos sinuosos de ansiedad.
para evitar la sobreproducción. Esto no es El neoconductismo de Skinner lo enseñó:
un simplismo, sino consecuencia del el sistema necesita del refuerzo operante
aceleramiento de la producción, por el uso para mantener ese clima de zozobra. Y ese
de nuevas tecnologías y del incremento de refuerzo operante es la noticia o el rumor de
la incapacidad de consumir por la escándalo, es el cadáver constante, es la
especulación del capital rentista. limpieza social que no se reduce a la
La expansión del mercado embute a la eliminación sino trasciende hacia la
gente en el mundo de la oferta y genera advertencia. Es la nota roja que alimenta el
incontables referentes de mercado. Sin deleite enfermizo. Por eso, para la
exagerar, renueva el lenguaje. Vivimos a la preservación de la dominación, en las
carrera y nuestras expectativas –que en lo actuales condiciones, es necesaria la violencia
más cercano es decir nuestra agenda del poder. Y a esa violencia es necesario el
inmediata– están vinculadas al consumo, a delito, que la justifica y acrecienta.
lo que me hace falta, a lo que tengo comprar. El discurso aterrorizante de las sectas
El consumo, pues, nos lo organizan para lo neopentecostales, de todos esos cristianismos
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
nombrados por el número de la tarjeta, del Por eso, los reality shows, de verdad
Nit o qué se yo). cautivan porque vivimos realidades ajenas.
Ahí. Pegados al celular. Cada musiquita. Nuestra historia es mejor vivida por lo
El sonido del teléfono identifica la que pasa con Madonna, Maradona o Britney
sintomática del usuario y ha trivializado al (que son figuritas del show business).
bueno de Mozart. Hoy, oír Carmen, ahuyenta Lo guatemalteco, para el caso, es lo
porque nos recuerda el ruidito cansón de más trivial. Lo cool folkloriza lo propio (el
aquél teléfono. folklore, lo sabemos, es una especie de gusto
Nuevos síntomas. Hasta los aparatos
naif para el deslumbramiento del extraño).
más baratos tienen alarma de vibrador. Pero
Y se deja seducir por lo fantasioso: que
no: todo volumen y esa musiquita.
Vea Usted. Ahí va ese don, con el empieza La Academia y vota por Jhonny,
teléfono prensado entre cachete y oreja. No que el lago de Atitlán, que la bandera. Se
se da cuenta del choque que iba producirme. trata de marcar el asterisco y tres dígitos. Y
Habla. Y la patoja, aquella otra también. La hágalo ahora, porque puede ser uno de los
gracia de la conversación. Si usted la escucha, diez…
aprobará su encantamiento: Y qué te dijo Desde lo cool, se vive con la elegancia
vos… ¡ala, qué jevi! Pues yo lo mandé al de la ignorancia. No sabe dónde queda el
chorizo… Cerrito, pero conoce todos los vericuetos de
Así, la comunicación. Cada uno Pradera-Los Próceres o, si tiene tiempo,
pendiente. Y le digo algo: no nos damos Pradera-Concepción. Lugares para pasear el
cuenta de quién va, ni del entorno. deseo y la implenitud. Andar como pendejo,
Ambulamos el otro mundo telecomunicado. sin saberlo. Es el mundo de la simulación,
Somos virtuales: no físicamente existentes sin simular. Es, simplemente, la vida leve,
sino seres virtuales. la vida superficial. La vida light.
Nos regalan los gemidos de María La ropa de paca, la ropa barata de la
Sharapova, si estamos hartos de la Pequeña importación china, la extraída de las
música nocturna. O los alaridos de Shaquira.
maquilas, permite vestir una tishert con el
Al momento, donde quiera que estemos,
letrerito Aeropostale o Tommy Hilfigger o
hay comunicación entre uno cualquiera y
otro cualquiera. Aberacrombie u otro por el estilo.
Sin embargo, comemos con el celular En esto, insisto, nos mueve el hedonismo
al oído. Con la portátil que capta individualista. La apetencia. Ser uno y
inalámbricamente la señal. universal
Otro lenguaje. Tu aipod, tu pecé, echame La realidad virtual es también un
un fonazo. El bi-bi. La casa es el teléfono. universo de nuevas adicciones, la más
Se da Usted cuenta: estamos tan frecuente, al teléfono móvil. Y los Apps a
comunicados en un mundo de profunda y la mano. Por su medio, las comunicaciones
dramática incomunicación. son baladíes. Y el zapping y el MP3.
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
La despolitización de la política y la
privatización del conflicto
La vida virtual trivializa lo real. Lo deja
fluir en imágenes y símbolos de la liviandad.
Disgregadas las comunidades, somos suma
de gustos de individuos. El nosotros se
deshistoriza, es referencia al pasado, y cada
uno marcando su diferencia, su des-
semejanza. Lo político nos es ajeno. Lo
reducimos a la corruptela de los
administradores de lo público, los políticos,
y no nos preocupa el dominio de nuestra
ciudadanía. El Estado –como lo llaman– y
la práctica política, están capturados por los
intereses gremiales. En la medida en que lo
público se ha privatizado, las posibilidades
de cohesión nacional se han reducido. Cada
quien en lo suyo. No interesa más.
¿Qué importa a la persona? Sus
satisfactores inmediatos. Entonces, no se
juegan plataformas y posiciones frente al
poder No hay razón de patria. No se
manifiestan posiciones de cara al poder, se
han disuelto fronteras políticas. Es la imagen
y el interés personal lo que mueven.
La delincuencia ya no se ve como
problema político, sino como problema
personal o familiar. Es decir, es problema
privado. Y las acciones son inmediatas: poner
talanqueras, iluminar las calles. A la vez, se
ha delincuentizado la política. De manera
que es ajena cualquier lucha por el poder.
Eso –suelen decir– es asunto de los políticos.
Esa despolitización de la política es
prohijada por discursos místicos, sobre los
valores, lo proactivo, ahora sobre solidaridad
y otras banalizaciones. Y la población-
objetivo son los jóvenes: Yo a+, amo a mi
Guatemala, etc.
De hecho, en un clima de generalizada
y normalizada impunidad, la violencia es
una forma de hacer política. Es un modulador
en lo social.
Ante la ruptura de las formas
tradicionales de lo privado y lo público,
crecen la informalidad y la marginalidad. O,
con más precisión, la informalidad es el
espacio principal de la gestión y la
marginalidad es la médula de lo público.
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
Las transiciones
La atmósfera es virtual. Esto no es casual.
Está vinculada a la hegemonía del capital
especulativo –que es profundamente virtual–
y, por lo tanto, a las formas contemporáneas
de reproducción del capital. Los valores no
se refieren a capital fijo, sino al capital
rentista. De alguna manera, no es cuánto
tengo, sino cuánto puedo tener. Es también
el reino de las sociedades anónimas, que
convierten el capital real en capital ficticio.
¿Es ésta una realidad muy elitista? No.
El acceso a internet y las negociaciones a
futuro, dan lugar a especular con papel
moneda. Los mediadores elevan el precio,
pero son las nuevas formas de gestión del
capital. Lo real es la mercancía en bruto,
pero se negocian valores de papel.
Pero en esta vida absurda, ¿qué
transiciones han ocurrido?
Está dicha la transición del capital
productivo al capital especulativo, lo que
dio lugar a megacapitales, grandes fusiones,
a partir de negociaciones accionarias que
han multiplicado los contratos en las cadenas
del capital ficticio. Esto implica un tránsito
de la reificación del trabajo a los criterios
de rentabilidad y estatuto de consumo. Es la
transfiguración del valor real en valor virtual.
De lo tangible, al código.
En Guatemala es el G-4 o el G-8. Los
conciliábulos de los grandes capitales. Que
acumulan ganancia hasta comercializando
el carbono de nuestros bosques o la
producción más limpia.
Mucho de esto, ha estimulado a los
ideólogos de los megacapitales. Hablan del
fin de la historia, porque sobreponen lo
casual, lo administrativo y gerencial. Los
TLC’s, con toda su infamia, quisieron ser
formas locales de administración de los
intereses imperiales. Y cuando promovieron
el tratado regional nos anunciaron que un
millón de familias serían los nuevos
beneficiarios por los empleos que generaría
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Carlos Orantes Tróccoli: La liviandad de la cultura urbana y la subjetividad contemporánea
ese acuerdo, que con premura llegó al malthusiano. Del «Estado de derecho» al
Congreso una noche antes ¡y en inglés! Estado deshecho.
En este camino, las instituciones de la Es la transición a los referentes
violencia organizada –el ejército y las esencialistas.
policías, por la potestad del Estado–, Pero están en crisis las ciencias
devinieron en grupos corporativos capturados positivistas. Hay una tendencia hacia el
por las mafias.
pensamiento complejo y la
Es la transición de lo real a lo posible,
transdisciplinariedad bajando el perfil de lo
del presente real, al sueño futurístico. Esta
cultura especulativa, hace de la vida una multi e interdisciplinario. Esto entra en
lotería. Como tránsito a la postmodernidad, contradicción con los principios de
es el paso de la descripción a la divagación, rentabilidad, de utilitarismo y del
de la norma a la anomia, de la regulación a eficientismo. Aquí está la demanda a las
la salvaje desregulación y libre juego nuevas funciones de las universidades.
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Empirismo desde una sala de
cine (David Hume rebobinado)
Gustavo Maldonado
S
egún Hume, la semejanza, la I
contigüidad espacio- temporal y la Las ideas son apenas evocaciones
causalidad (causa/efecto), son los imperfectas de las impresiones sensibles,
principios que determinan las asociaciones de que pueden imitar o trasladar las impresiones
ideas en nuestra mente. Contra ellos dirige su de los sentidos, pero nunca alcanzar la fuerza
artillería. La conexión es una pura construcción o vivacidad de la experiencia inicial, dice
mental; pues en el mundo, los fenómenos bailan Hume. Pasa entonces con las películas lo
al ritmo de un caos frenético. Los argumentos mismo que Hume sostiene en cuanto a las
vertidos en sus «Investigaciones sobre el ideas, son el reflejo de una impresión anterior
en el tiempo. Son el registro de un momento
entendimiento humano», son un intento por
anterior a su proyección, por tanto,
desmitificar estos principios. Le interesaban
constituyen en su instancia más básica la
dos cosas: establecer nuestras formas básicas interpretación de un momento pasado y una
de conocer el mundo y aportar algunos reflexión sobre el presente.
argumentos en contra de la presunta
preeminencia de la razón sobre los sentidos, II
sostenida por el racionalismo, en cuanto a la Los filmes son la interpretación de un
relación cognoscitiva… momento pasado. Tomando en cuenta el
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Gustavo Maldonado: Empirismo desde una sala de cine (David Hume rebobinado)
III
Quien observa, entra en el tiempo del
filme, mientras el filme invade el tiempo
desde el que observamos para interpelarlo
frente a nuestros ojos.
IV
Si hubiera alcanzado a conocer el cine,
David Hume habría podido identificar en
las posibilidades de este recurso, la
concreción audiovisual y actualizada de uno
de sus argumentos en contra del principio
de causalidad. El clásico ejemplo de las bolas
de billar: la Bola «A» golpea a la bola «B»,
la bola B se mueve.
Esta presunta causalidad entre uno y
otro fenómeno –el movimiento de la bola A
y el movimiento posterior de la bola B–, nos
da la impresión de una conexión entre ambos,
pero… si los apreciamos por separado, no
hay en la bola A, evidencia que nos diga que
el movimiento de la otra, proviene de ella.
Son objetos separados, sin conexión. Ningún
fenómeno contiene en sí mismo la causa de
otro.
V
Nuestros razonamientos acerca de este
tipo de cuestiones se fundan en el principio
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Gustavo Maldonado: Empirismo desde una sala de cine (David Hume rebobinado)
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Gustavo Maldonado: Empirismo desde una sala de cine (David Hume rebobinado)
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Anatomía de la violencia
(De la penitenciaria kafkiana a la anomia sistémica)
Aníbal Barillas
El vaciamiento de lo real-maravilloso
T
odo acto de violencia en un tejido ese encuentro primigenio entre el
social tiene necesariamente una conquistador sanguinario y las sociedades
interpretación multicausal, para indígenas lo que determina la configuración
realizarla es preciso rastrear todos aquellos de una particular forma de relacionamiento.
fenómenos que motivaron, modificaron y La incursión del «hombre blanco» en el
alimentaron la construcción de un tipo de nuevo mundo a partir del siglo XVI
comportamiento colectivo, gremial o desencadena todo un ejercicio de la violencia,
sectorial. En ese sentido este texto intenta que no se reduce exclusivamente a la
redescubrir los mundos que explicitan el instalación de una estructura económica de
origen y la arquitectura de ese fenómeno opresión, el despojo material será
que afecta actualmente la vida de toda la consustancial al despojo espiritual y a la
ciudadanía y da como resultado no un mero agresión ideológica sobre los pueblos. Bajo
acto aislado y sin vínculo histórico, sino una la cruz y la pólvora se fundan los nuevos
manifestación profunda de ciertas taras territorios conquistados, la maquinaria
sistémicas. colonial ha dado inicio, el hombre-caballo,
Para el caso de Guatemala la violencia el hombre-fuego, el hombre de un solo dios,
tiene un origen particularmente colonial, es da paso a la génesis del horror, que con su
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Aníbal Barillas: Anatomía de la violencia
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Aníbal Barillas: Anatomía de la violencia
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Aníbal Barillas: Anatomía de la violencia
toda la relación con lo salvaje o lo civilizado substituye por lo que mejor sabe hacer, el
tengan un vínculo estrecho con la presencia llenado de la realidad por la lógica o peor
de lo que los autores denominan en sus aún, la substitución de un supuesto mito por
particulares dimensiones como «lo racional» otro, estamos frente a una remitificación
y lo racionalizado Cuando decimos proceso científica-occidentalizante, donde el
de racionalización del mundo hacemos desmembramiento de los lenguajes
referencia a lo que ya Weber hacía notar con ancestrales será substituido en un primer
la racionalización y la institucionalidad en momento por los discursos teológico-
los sistemas occidentales como rasgo políticos y más tarde por las diferentes
particularmente de esa región en tanto expresiones científicas desarrolladas en
existieron condiciones económico-políticas Europa: la ciencia como aparato de
únicas. Weber (1922). Economía y Sociedad. reproducción ideológica.
México: Fondo de Cultura Económica. Se El vaciamiento de lo real-maravilloso
entiende pues que el uso del término salvaje en los pueblos indígenas llevaba como
está dado por lo irracional, lo mágico o el presupuesto la imposición de una forma de
«no uso de la razón». Esa lectura monolítica desarrollo material, una forma de pensar y
y dualista atraviesa diversos tratados y una forma de expresión metafísico-espiritual
ensayos dentro de la literatura y la ciencia y para ello fue necesario un proceso de
social occidental a través de los siglos y tan deformación del mundo. Un paisaje del
solo pone de manifiesto una forma de Bosco, propio de una escena de tortura
justificar abierta o veladamente la exclusión oscurantista plagada de demonios fue
o la dominación sobre lo que consideran impuesto sobre una acuarela de Durero,
«inferior»; recordemos la lucha de Bartolomé matizada por la delicadeza de un mundo
de las Casas por demostrar a la monarquía recóndito y espléndido.
española el carácter «humano» de los Con este vaciamiento del mundo
indígenas en el nuevo mundo, en tanto evolucionarán también las formas de la
estaban animalizados, anormalizados por el violencia en el tejido histórico a partir de las
conquistador. luchas emancipatorias, por un lado se
La deshumanización de lo que se asume consolidaran viejos procedimientos de
como «irracional» es un argumento para el agresión y por otro se sofisticaran ciertos
supuesto proceso «civilizatorio», si en el mecanismos de sometimiento. Pero el
caso del cristianismo ello encerraba el advenimiento de la república no desquebraja
principio de «salvación del alma» para el totalmente el sistema anterior, ha quedado
caso de la ciencia moderna ello implicó la como residuo histórico Un residuo histórico
«civilización del espíritu». Siglos después es un fenómeno sistémico del pasado que
la taxonomía de los naturalistas aplicada a tiene la capacidad de reproducirse en un
los insectos y los animales es llevada al sistema del futuro. El residuo histórico es la
mundo de las ciencias sociales para esculcar herencia del pasado político, económico o
las costumbres y las mentalidades de aquel sociocultural en cualesquiera de las formas
«hombre primitivo»; ha nacido la pública o privada que un sistema y su
antropología como ejercicio de observación, sociedad han adquirido., no solamente un
compartimentación y clasificación. Todo régimen de propiedad feudal, sino también
ello conlleva a disecar la intimidad de lo un tejido de identidades dañadas, de
mágico y borrar todo escombro de conciencias sometidas donde la libre
trascendencia. Recordemos que el hombre manifestación del yo no existe, ha sido
blanco al desmitificar la vida, al teorizar el soterrado, ha sido enviado a un mundo
mito, al desmontar el ritual y la sociedad subterráneo, el manto de la oscuridad se
totémica entra en un lento proceso de cierne sobre las manifestaciones espirituales.
vaciamiento de lo real maravilloso y lo El jinete de la violencia cabalgará desde el
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texto aproximándonos a un análisis sobre la ciudadano común, que cumple con sus
definición de este término que a todas luces responsabilidades frente a la constitución y
parece claro y sencillo, pero que esconde los otra clase de individuos «desviados
fantasmas de su propia abominación. socialmente».
Tentativamente podemos definir la violencia El maniqueísmo en el tratamiento de los
como todo acto que atenta contra la fenómenos sociales es abiertamente una
integridad de un individuo en su condición estrategia mediática que conviene a ciertos
física o psicológica. Gallino (1995) nos sectores políticos en tanto el mundo en blanco
facilita una definición más amplia y nos dice y negro evita profundizar una realidad que
que: si se escarba, puede transparentar la íntima
…la violencia es una forma extrema de relación entre agresión y estructura
agresión material, realizada por un sujeto económica, entre violencia y relaciones
individual o colectivo, consistente ya sea en históricas. Ya vimos como el dualismo
el ataque físico, intencionalmente destructivo, occidental está íntimamente ligado a la
contra personas o cosas que representan un deformación originaria que luego evoluciona
valor para la víctima o para la sociedad en en regímenes totalitarios más sofisticados,
general (…) en tanto la violencia psicológica de allí que la polarización de las formas de
incluye cualquier forma de adoctrinamiento, pensamiento vaciadas en los aparatos de
de amenaza ideológica, de mentira u otra comunicación nos permitan descubrir el
distorsión de las informaciones, ejercida ropaje histórico de dicha estrategia.
por un conjunto de agentes no identificables No deja de sorprender en ese sentido ciertas
individualmente…(pág. 907). opiniones especializadas (Torres Rivas, 2001)
Pero a dichos conceptos hay que hacerles que colocan el debate de la violencia bajo
algunas acotaciones. En el medio socio- la interpretación de «anomia social»,
cultural guatemalteco se asume muchas veces entendida ésta como una falta o carencia de
o al menos así lo transmiten los medios de normas sociales y reglas adecuadas para
difusión, que la violencia expresa mantener dentro de límites apropiados el
básicamente una relación inmediatista con comportamiento del individuo, que de otra
la agresión, se socializa la idea de que la manera sería arrastrado por fuertes apetitos
violencia se produce y reproduce por acción (Durkheim, 1897). La definición de este
espontánea y se vincula con exclusividad a sociólogo francés es la que predomina en la
las formas de delincuencia organizada, a academia contemporánea y está enmarcada
sujetos anti-sociales que violan en una visión que se centra en el “individuo”
permanentemente la ley en tanto el delito, y la «colectividad» como portadores del
sea robo, secuestro u homicidio, les reditúa delito y cuyo espíritu aspiraba a crear un
alguna ganancia económica. Esta visión sistema donde imperara el orden y control
bastante simplificada de la violencia revela social a través de la norma. De atenernos a
una lectura por demás dicotómica de la dichas prerrogativas y puntos de vista
sociedad, en tanto coloca por un lado al tendríamos que aceptar en primer lugar que
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Aníbal Barillas: Anatomía de la violencia
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Aníbal Barillas: Anatomía de la violencia
que se incuba, esa no es más que la imagen como residuo de todo un proceso de
burda que presentan los medios de difusión deformación, es éste el hijo bastardo
para encubrir los verdaderos mecanismos incubado en las prácticas de aquella clase
que dinamizan la industria de la violencia anómica representada en una élite criolla
física, psicológica y epistemológica. Y será que en su anemia espiritual e ideológica,
precisamente la fusión de aquella escena dan mantenimiento y aceitan los engranajes
dantesca del Bosco y la colonia penitenciaria de esa maquinaria que impone la represión
de Kafka la que engendra el sistema anómico y la vigilancia permanente.
Fuentes consultadas
Etzioni, Amitai y Etzioni, Eva. –compiladores– (1995). Los Contribución a la teoría de las representaciones. México:
cambios sociales. Fuentes, tipos y consecuencias. México: Fondo de Cultura Económica.
Fondo de Cultura Económica. Panero, María (1990). Aviso a los civilizados. España: Editorial
Foucault, Michael (1976). Vigilar y Castigar. Nacimiento Libertarias/Prodhufi,S.A.
de la prisión. México: editorial siglo xxi. Tischler, Sergio. (2008). Tiempo y emancipación, Mijaíl
Gallino, Luciano (1995). Diccionario de Sociología. México: Bajtín y Walter Benjamin en la Selva Lacandona. 3 cuadernos
Fondo de Cultura Económica. del presente imperfecto. Guatemala: F&G Editores.
Habermas, Jurgen (2002). Teoría de la acción comunicativa
I. Racionalidad de la acción y racionalización social. México: Weber, Max (1922). Economía y Sociedad. México: Fondo
Alfaguara. de Cultura Económica.
Kafka, Franz (1914). En la colonia penitenciaria. Biblioteca Welle-Schmidt, Friedhelm –coordinador– (2012). Culturas
virtual universal. de la memoria. Teoría, historia y praxis simbólica. México:
Lefebvre, Henri. (1983). La presencia y la ausencia. Siglo Veintiuno Editores.
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Aspectos estéticos en una
película
(Notas para un curso)
Francisco Nájera
Para Ileana, compañera desde el principio en el aprendizaje del cine.
Un poema no es lo que se halla impreso en la página.
Lo que se halla impreso en la página es la ocasión para un poema.
E. E. Cummings
as películas son como los sueños. Una película no es únicamente una serie
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Francisco Nájera: Aspectos estéticos en una película (Notas para un curso)
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Francisco Nájera: Aspectos estéticos en una película (Notas para un curso)
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Francisco Nájera: Aspectos estéticos en una película (Notas para un curso)
La cámara es un ojo indiferente que que, en algunos casos, los actores en una
construye para el espectador, sobre la película no puedan “salir” del espacio fílmico
pantalla, a través de su enfoque, posición, y, al confrontar la cámara, se dirijan al
movimientos, iluminación o uso de filtros, público.
un primer plano y un plano de fondo. Estos Uno de los aspectos característicos de
dos elementos básicos permiten establecer una película es que para expresar las
el tono emocional de una toma o de una circunstancias y experiencias interiores que
escena. Cada una de las tomas adquiere con atraviesan los personajes, hace uso de las
posterioridad un sentido emocional aún más condiciones externas que los rodean,
complejo a través de la edición, ya que, lo escenarios, objetos y otros personajes. En
que hayamos visto antes o veamos después este sentido, una película personaliza, a
de cada escena, va a afectar su sentido. El/a través de los actores y personajes que
director/a, al determinar estos elementos y encarnan, las formas y la realidad del mundo.
su disposición en el contexto de la película La forma en que el/la directora/a de una
que el/la quiere estructurar, es quien define, película presenta la realidad objetiva –calles,
a través de las técnicas fílmicas que escoja, casas, campos, etc.– para mostrar el estado
el sentido de cada toma, o secuencia. anímico de los personajes, le permite mostrar
El/a espectador/a de una película se en términos visuales quiénes son estas
identifica con el punto de vista que la cámara personas y lo que experimentan en el
establece al filmar la película, ya que la contexto de la película. Le permite además,
perspectiva que la cámara le ofrece es la expresar el sentido que ese mundo tiene para
única forma que tiene para acceder al mundo ellos.
fílmico que, en la pantalla, se despliega ante El cine, como metáfora de nuestra
él/ella. realidad, funciona como un análogo de
En una película, lo que los personajes nuestro ser/estar-en-el-mundo y en este
dicen no es lo más importante. Lo más sentido nos presenta con las paradojas de
importante es lo que les vemos hacer y cómo toda existencia humana, y nos alienta a
esto queda registrado por la cámara. En percibirlas por medio la realidad creada por
términos de los diálogos, lo más importante, la película. Así, el/a director/a de cine
es la forma y el contexto en el que estos personal nos ayuda a percibir la relación que
ocurren. Lo mismo habría de decirse de los existe entre nuestras experiencias como
sonidos que definen el espacio en el que se individuos y el mundo –personas, paisajes,
mueven los personajes. Por otra parte, la objetos– que nos rodean y con los que
música no puede ser únicamente un relleno convivimos en formas diversas. No nos lo
sónico, o un comentario exterior a las explica, sino que nos lo muestra en formas
imágenes, sino que necesita realzar las más frescas, claras o directas y, así, nos
imágenes al ofrecerles una base aural que ayuda a entenderlo.
enriquezca el ritmo interno, y el sentido, de Finalmente, las películas nos atraen
las escenas y de las secuencias. porque en ellas encontramos reverberaciones
A diferencia el actor teatral, que depende y reflejos de nuestras percepciones y
de los parlamentos para dar sentido a su sentimientos, es decir, de nuestras vivencias
personaje, el actor de una película necesita y experiencias. De este modo las películas
hacer uso de su cuerpo, filmado por una o nos proveen con la posibilidad de concebirlos
más cámaras en un espacio abstracto y y de articularlos con mayor precisión y
discontinuo, para expresar, por medio de las claridad, es decir, de experimentarlos y de
imágenes, emociones y motivaciones que entenderlos. Esto es, por supuesto, la función,
deben poseer coherencia dentro de una y la importancia, de toda forma estética, es
secuencia de tomas. Esto no imposibilita decir, artística.
36
Letras
Poemas de Andrea Estrada
9 de noviembre 2012
Escupo pedazos de carne con tu nombre bordado, lustro mis zapatos y levanto la
[cabeza.
Estoy cansada de comer.
Reescribo en madera tus poema con las uñas / con dedos astillados acaricio tu pecho
y beso tus entrañas a la espera de que un día; por casualidad, reconozcas mi dolor.
Sentada en el frío piso, desnuda y eriza, tomo mis pechos arañándolos hasta sangrar.
Trepo árboles / corto hojas / corto ramas / y construyo en fantasías nuestro hogar.
10 de noviembre 2012
39
Poemas de Andrea Estrada
Reconocimos el pecado como mutuo / con la culpa sobre ambos nos enrollamos en
el cuello la serpiente que escupió sobre nosotros la mancha del pecado original
21 de noviembre de 2012
Nadie habla en la mesa, cabezas abajo trazando miedo; una ambulancia pasa de
[prisa.
Cierro los ojos e imagino las manos de quienes adornaron con ilusión edificios
[corruptos
21 de noviembre de 2012
El tiempo que trascurre alimenta este cuerpo que deambula entre tumbas humanas
[y masas sangrientas.
Se disipa la gracia, se congelan las sonrisas, se olvidan los llantos, se recuerdan los
[silencios. Esta historia gira sobre su mismo eje.
Un ejército de poetas escribe basura con los dientes pelados en cocteles nocturnos,
embriagan sus narices con historias faranduleras / regresan a casa / cagan y limpian
[su culo.
40
Poemas de Andrea Estrada
21 de noviembre de 2012
22 de noviembre de 2012
27 de noviembre de 2012
Es noviembre.
Hace frío / tengo frío.
La noción del tiempo enferma las mentes de quienes recorren frascos de arena
[contando cada grano.
15 de diciembre de 2012
la única manera posible de salir de esta cama es que vengás vos y me levantés de
[la vagina
apretujés mis cabelleras y me pongás en perrito para sudar esta flema amorosa que
[sale verde de envidia por culpa de la gente
41
Poemas de Andrea Estrada
19 de enero de 2013
21 de enero de 2013
Alejandro
te prometí el cielo y te perdí.
Saliste como coágulo de sangre para exigirme madurez antes de pensarte otra vez.
24 de marzo de 2013
23 de agosto de 2013
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42
Poemas de Andrea Estrada
Cada instante que pasa cambia, cambia cada célula, yo ya no respiro, me asfixio
entre recuerdos y recuerdos y recuerdos, aún me asfixio cuando abrazo a mi madre,
[aún me oculto entre sus senos.
43
Poemas de Mónica Navarro
***
44
Poemas de Mónica Navarro
te lo daré
como la lluvia cuando empieza a caer.
Me quieres
y este querer ahora es de nosotros.
***
Me apetece tu carne
su olor insensato.
Lengua sensata.
mi humedad inconfesable.
45
Poemas de Mónica Navarro
No te acabes nunca.
***
Me acerqué
sentí.
me contagias la ceguera.
huir de tu morada
Te equivocaste
46
Poemas de Mónica Navarro
***
47
Poemas de Mónica Navarro
***
en el cielo de la boca.
de mi melancolía.
***
48
Poemas de Mónica Navarro
Sería tan inmediato, tan fácil estar ahí donde han estado tantas.
Pero no quiero.
Hay algo en ti que no me apetece. No estando tú tan vivo y yo tan poco despierta.
No mientras hables con el mismo lenguaje de las cosas e intentes penetrarme la
mente con tus apreciaciones dignas de la plástica del mundo de los objetos.
Porque sería tan fácil degollarte mientras cierras los ojos y bebo gota a gota tu
sustancia; tal te expones y yo sonrío.
Porque estás allá tan lejos junto al resto, y es difícil para mí guiar tu caída hasta la
profundidad del sitio de sombras donde permanezco dibujando mi ideal del amor.
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Relatos de Sergio Palma
Estamos rodeados, dijo él. Dijo eso y seguía sentado en el retrete buscando en las
bolsas de su pantalón, en el suelo, los cigarrillos. Comenzaba a desesperarse. Al
final los sacó, sacó uno, doblado, arrugado, y lo puso en su boca, entrecerró los ojos
cuando lo encendió. Estamos o estaremos rodeados, en algún momento, dijo
murmurando mientras encendía y jalaba, estamos o estaremos rodeados en algún
momento, se escuchó un golpe en el agua y ella rio, cerdo, le dijo y el seguía mirando
serio, estamos o estaremos rodeados en algún momento, tarde o temprano, ahora era
casi solemne cuando hablaba, como si leyera, la frase ya era falsa, gastada, la
consumió a fuerza de repetición.
Ella miraba al suelo y sonrió otro rato, hasta que se acordó que estaba atada de
pies y manos, como un becerro, tenía marcas moradas en los sus brazos blancos,
parecía un mapa, tenía marcas verdes, moradas, negras. Sin embargo había reído y
ahora miraba al suelo, la sonrisa desapareció poco a poco cuando recordó todo, los
golpes, los besos, el dolor de estómago, el ardor en su sexo cuando él, después de
todo lo que había pasado la había atado y la había tirado al suelo, ya no sonreía, ya
no se acordaba de haber sonreído, el baño comenzaba a apestar. Estamos o estaremos
rodeados en algún momento, tarde o temprano, y moriremos los dos, la frase ahora
volvía a tener sentido, la había dicho triste, el cigarro estaba a dos caladas de morir.
Igual que ellos.
**
Siente miedo de su propia voz, que pregunta algo apenas comprensible, un ruido,
un graznido pudo ser, un aleteo. La voz sale y se convierte en un objeto que se escapa
de sus manos. Se inflaman, son dos extensiones regordetas que buscan su garganta.
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Relatos de Sergio Palma
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Relatos de Sergio Palma
y hablarte de él sin hablar de otra cosa, traerlo y ponértelo entre las palabras, ponerlo
enfrente tuyo y mostrártelo sin abrirlo, lo siento, lo siento mucho, pero aquí esta y
creo que lo justo es que lo veas, que no mires al cielo o las arrugas de tus manos
sino lo mires directo, que lo veas sin abrirlo y me digas de una vez, por qué huimos?
papá, de qué huimos?
**
Marcas con un fondo verde, circulares, azuladas, parientes cercanas de algún
misterio, de decisiones imprecisas, dibujos sobre una piel de muertos, incisiones
y caminos para la sangre, que miré durante horas fascinado.
La memoria se vuelve entonces esa cámara extraña que toma fotografías por el puro
gusto de verlas luego arder.
– No se entiende, explique, no se entiende, fue o no usted el que mordió a la fallecida?
No sonríe, espera solemne y a mí lo que me pasa es que prefiero pensar en los
gritos, en nuestros gritos, éramos un monstruo negro, ebrio, agonizante y eso,
después nada.
¿Nada?
– Nada señor juez, después, nada.
**
El hombre vuelve, cargándose a sí mismo, desde ciertas palabras, desde unos
abrazos, desde el café donde le dijeron aquellas frases dulces que sonaban tan bien
al principio. y deja un rastro sin huellas, arrastrando los pies, haciendo caminos
pequeños que nadie sigue.
**
Amor, dulce ahogo, decía el viejo mirando la punta de su cigarrillo y sonriendo
con la boca abierta, con pocos dientes, aislados en esa boca negra y podrida. Decía
cosas así y rompía el silencio de muchos días y luego regresaba a su silencio, un
silencio de cigarros y pensamientos, del que no volvía hasta dentro de otros días
más. El viejo, Martin Nebber, era hermano de mi madre, y yo a veces llegaba a su
negocio cuando tenía algún apuro, vos sabes a cuales me refiero, y me quedaba a
dormir en el piso durante un tiempo, la incomodidad me ayudaba hasta que las cosas
se calmaran y pudiera volver. El viejo entonces me miraba entrar sin decir nada,
como si no me hubiera ido, a veces me alcanzaba una revista, señalando algo que
quería que le leyera y yo eso hacía, se lo leía. Luego ella, o alguien me llamaban,
discutíamos un rato y ya está, podía volver y me iba dejándolo con sus papeles y
sus revistas, con un plato con comida fría sin que a él le importara demasiado lo
que pasaba, y cuando volvía, si volvía, había otro plato igual justo a la par del
anterior, y así iban acumulándose hasta que yo, o alguien le hacía el favor de limpiar
su casa-negocio, donde vendía a veces, libros, revistas y periódicos A veces estas
cosas que decía las decía solo, realmente no necesitaba decírselas a alguien, las
decía quizás porque llegaba a ciertas conclusiones, no sé, tampoco es que haya
pensado mucho en eso, no entendía, ni entiendo al viejo Nebber. Un día llegué y
espere un poco antes de entrar, recostado en una pared, pensando en los problemas
52
Relatos de Sergio Palma
que tenía, en este cuchillo, limpiando mis manos todavía con rastros de mierda y
sangre y pensando en los gestos de Marcela, el negro gigantesco que corría casi
desnudo, llorando o riendo como loco chorreando todo, muchas cosas, todo, y lo
oí hablar, decía cosas como «aquí rara vez pasan ciertos presentimientos» y yo no
entendía si hablaba con alguien y tampoco entendí esa frase, pero no podría decir
que era algo raro, lo raro me pasaba a mí. Entré y lo vi sentado, sonriendo, hablaba
solo, en su cuarto de 6x2 lleno de libros y revistas apilados.
**
Un rumor de matadero, el golpeteo diminuto, una queja de lápiz arrastrando los
pies, bailando, volviendo, dejando su zumbido, su rastro, su pólvora sangrando que
ahora aleja de la sabana, lo suficiente para observar el corte, la herida insolente y
gris, su violencia. De entre las manchas descifras cerrando un poco los ojos un
cuerpo blanco que se nombra, uno que nace, unos senos redondos muy golpeados
que apenas reconoces, unas nalgas amoratadas, un sexo abierto brillante y submarino,
la línea describe al falo que lo penetra y hiere de nuevo, y éste se retuerce. Algunos
estertores. La muerte acerca su dedo a tu ano y suplicas un poco, gimes. Cierras los
ojos.
– ¿Hay algo más que quieras decir?
– No.
**
Dejó de hablar a través de la puerta y al llenarse todo del silencio grueso e incómodo
que siempre sientes en mi apartamento volví a oír el crujido en la madera arriba,
el zumbido de la calle, hasta mis manos separándose de la ropa cuando intente
moverme de nuevo. Ella había estado casi gritando aunque trató de contener todo
mientras juntaba ansiosamente los labios a la tabla y hablaba despacio, humedeciéndola,
sin que le importaran los tajos y la grasa en la superficie de esa placa asquerosa y
negruzca, que alguna vez fue celeste, que fue perdiendo el color y después fue
formando una mancha mugrienta, un mapa de golpes. Había parado de hablar, es
lo que te he dicho, y sí, paró de decir lo que vino a decir y luego murió, se fue,
desapareció, huyó, porque me acerqué despacio a buscarla, puse las manos sobre
la puerta esperando tontamente, pensando que sentiría el calor de su cara y me
costaría mantenerlas ahí, que me quemaría, pero no, no había ningún calor y mis
manos sólo se acostumbraron a la superficie plana, llena de espacios, irregular, y
esperé un poco más, esperé la vibración de su voz, rogándote, pidiendo que abrieras,
que la vieras, que le tocaras las rodillas, que la besaras, pero tampoco, nada. Entendí
que se había ido, abrí despacio y guardé los papeles que había dejado en el suelo,
los acomodé torpemente en una bolsa plástica y me alejé de la puerta, yendo de
espaldas, esperando que la voz golpeara de nuevo, pequeña y chillona, sollozando,
maldiciendo y se detuviera un rato y volviera a hacerlo. Y no, nada. Aquí esta lo
que dejó, sé que vas a tomar los papeles y los quemarás dentro de la bolsa, sin
siquiera verlos.
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Relato de Leonel Juracán
EMMA
Entre la matanza de los inocentes
Y la travesía del espejo
Sólo medía el intervalo
De una noche serena.
Max Ernst
Fue sólo esa tarde que lo vio caminando por el parque. El sol tibio de junio caía
sobre los árboles y los jardines florecidos llenaban el aire con su aroma. Él caminaba
junto a una mujer desconocida. No fue como lo había imaginado, no hubo gritos o
insultos, no dijo lo que por tanto tiempo había planeado decirle, esta vez, por acuerdo
tácito, habían sido extraños.
Desde la sombra de unos árboles pudo ver como él se dirigía a ella con afectada
deferencia, mientras que su acompañante lo escuchaba con atención sujetándolo del
brazo.
Seis semanas más tarde, se sorprendió a sí misma dispersándose por el recuerdo.
En esos años que llevaban separados, él había llegado a constituír el fin y causa de
cuanto hacía, y ahora, un encuentro fortuito se lo desarmaba todo, convirtiendo esos
años en un ensueño de arqueología.
A Francisco llegaba sólo a través de otras cosas: Canciones, libros, fotografías,
objetos inútiles que guardaba de cuando aún vivían juntos. Revisaba uno a uno los
detalles de esa tarde, tratando de hallar un gesto, algo que lo salvara del olvido: y
nada. Era lo mismo que cuando encontraba casualmente una de esas viejas fotografías
y no lograba imaginar siquiera en qué fecha la habían tomado.
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Relato de Leonel Juracán
Era sábado por la mañana y se sentía miserable, no tanto por las cosas que de
su vida junto a Francisco recordaba: Los vicios, las peleas, las borracheras. Sino
porque a ella el tiempo se le había ido acumulando lentamente como una maraña
de sinsentidos. Quería maltratarlo, gritarle, reclamarle todos los desvelos vertidos
en su nombre, los llantos disimulados, y hasta la reserva de calabazas que siempre
tuvo para con todo hombre que intentara acercársele desde que se habían separado.
Era como si lo que hoy era fuese un castigo por no haberlo abandonado a tiempo.
Por no haberse atrevido a su vez a ser La Otra.
Por eso había bañado y cambiado al pequeño Jorge, y lo había llevado al parque,
para ver si lo hallaba en ése sitio nuevamente.
Jorgito era un niño taciturno y medroso que pasaba las tardes frente al televisor
de una vecina, que prácticamente no hablaba, y tenía siempre la mirada ausente y
reseca.
–A saber si no tendrá anemia, decían las vecinas.
–Es muy tímido, lo dejas mucho tiempo solo, decían sus amigas. Y ella se molestaba:
¡No! No está enfermo. Y tampoco es tímido, solo es un niño demasiado serio para
su edad. Pero tenían razón. El niño no había comenzado a caminar hasta después
de los tres años. No era común verlo contento, y cuando estaba con otros niños se
mantenía alejado.
¿Pero qué podía hacer ella pese a todo? Se levantaba de madrugada todos los días
para hacerle desayuno y pasar dejándolo en casa de una amiga, compañera suya de
cuando estudiaba todavía. Luego corría al hospital, donde trabajaba hasta las seis,
pero como vivía lejos, al volver eran ya casi las ocho y siempre lo encontraba
dormido. Por eso trataba de aprovechar lo mejor posible los fines de semana, ya
jugando con él en casa, o llevándolo de paseo. Aunque la verdad, era que le resultaba
difícil empezar una conversación con él.
Por el momento corría frente a ella como cualquier niño, pero en cuanto se
detuvieran y se viera rodeado de más gente, seguramente se escondería entre su
falda y no volvería a decir una palabra.
–Mirá mamá, ¡Un caballito!
–Sí, qué bonito, ¿Te querés subir?
Eso era otra cosa. A veces, cuando lo llevaba cargado de regreso a casa, Jorgito
se despertaba, y le contaba de sus juegos con los hijos de las vecinas, de los programas
que le gustaban en la televisión y los juguetes que quería. Después de llorar un rato
por algún carrito, muñeco u otra cosa, se volvía a quedar dormido. Hasta el día
siguiente cuando se levantara otra vez para cambiarlo.
– ¿Te querés subir?
–¡No! No quiero. –dijo sujetándose a una cerca.
–¿Me vas a decir que le tenés miedo?
–No.
–Saca música al echarle aquí monedas ¿Querés ver?
–No –dijo, y salió corriendo nuevamente.
¿Por qué será así?, pensaba Emma, se queda callado mucho tiempo, mirando las
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Relato de Leonel Juracán
cosas, como si no entendiera, o entendiera algo más. Y luego, sin que pueda una
saber si entendió algo o no, da la vuelta y se pone a hacer otra cosa. Como si tratara
de mantener oculto lo que piensa. Si sigue así, va a terminar pareciéndose a su padre.
Esta idea llegó a su mente sin premeditación alguna, pero al revisarla nuevamente,
se angustió. Le preocupaba que su hijo se fuera volviendo cada vez más silencioso,
y que pasados los años lo viera de repente hecho hombre, sin tener la menor idea
de lo que había en sus pensamientos, resultándole desconocido, y aún temible.
Se sentaron en una banca junto a la fuente a comer algodón de azúcar, mientras
«La serenata para Adelina» se repetía una y otra vez en torno a ellos.
Tres niños, seguramente hijos de la pareja que ocupaba la banca contigua, se
perseguían pegándose de tirones y dando gritos. El menor corría con un globo,
mientras los dos mayores, niño y niña, lo perseguìan jalándolo de la ropa. Jorge se
levantó y fue a pararse cerca de ellos, mirando a los niños sin decir nada. Luego
regresó a la banca con ella. Era obvio que ellos también se sentían incómodos por
la presencia de Jorgito, pero Emma no sabía qué hacer, en parte temìa por su hijo,
pero tampoco le parecía correcto quitarlo de ahí.
–¿Tenés hambre Jorge?–le preguntó. El niño sólo parpadeó y fue a tomarla de la
mano.
–¿Qué querés?
–Comida.
–Sí, pero de qué tipo, qué querés comer.
–Pan guisado con vaca blanca.
Trató de imaginar lo que el niño quería decir con eso. Pensó en la vaca que había
en los anuncios de helados, en la que adornaba las latas de leche, en anuncios de
carnicerías y bisteces. Mejor preguntó.
–¿Pan tostado, querés decir?
–No, tostado no. Guisado.
Emma pensó que si lo llevaba a algún restaurante donde tuvieran a la vista la
comida que servían seguramente se le antojaría algo. Mientras la grabación de
clavecín continuaba repitiendo la insoportable melodía, dio vuelta al parque mirando
de un lado a otro. «Tal vez el otro día, lo hayan dado de baja» –murmuraba-, «Nunca
se sabe con la gente que los manda. Tal vez hoy lo tengan manejando el taxi».
Recordó que a su esposo lo había conocido haciendo de taxista, aunque más tarde
él le contó que el taxi era sólo para disimular, porque su verdadera ocupación era
la «vigilancia preventiva», pues habían allí, precisamente en su barrio, «malos
ciudadanos», que no deseaban vivir en paz como Dios manda.
–Mirá, ahí tenés carne, sopa, fideos, pollo, fijoles, ensalada ¿Qué querés?
–Yo quiero pan guisado con vaca blanca.
–Así no te entiendo, decime bien qué querés. Empezaba a perder la paciencia.
El niño continuaba empecinado en su extraña receta, y Emma tuvo que obligarlo
a sentarse frente a un plato de carne con puré, luego de hacer un escándalo con
gritos y pataletas frente al mostrador. Tuvo que decirle que aunque no había modo
de saber si la vaca era blanca, igual era carne de vaca, y que decir puré y pan guisado
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Relato de Leonel Juracán
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Relato de Leonel Juracán
él cuando comenzaron a poner las bombas. No fuera que también frente a su casa
pusieran alguna.
Esa tarde al volver tuvo la sensación de que todo terminaba siempre mal: Tanto
ella como su hijo tenían las caras azuladas y estaban «mojados como zanates», como
dijo la vecina cuando los vio llegar. Ya por la noche, ésta le contó a Emma que
«vaca blanca con pan guisado» eran rellenos de plátano con crema y «sabor guardado»
era como le decía el niño a los sorbetes de turrón.
Antes de dormirse, Jorgito preguntó:
–Mamá, y cómo se llaman esos pájaros negros.
–«Clarineros», respondió con sorna. Aparecen sólo cuando está lloviendo.
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Debate
De la vergüenza del pasado a la
indiferencia del presente
E
n el año 2007 dos profesores guatemalteca, la política de repartir las
universitarios de Alemania nos responsabilidades y/o del «borrón y cuenta»
visitaron en la escuela de Psicología nueva del pasado para evitar el
de la USAC, compartiendo sus reflexiones reconocimiento debido, se ha ido adueñando
sobre la vergüenza y la culpa como de los imaginarios sociales y forjando nuevas
sentimientos de oprobio nacional por una adhesiones. Frente a esta tendencia muchas
historia de fascismo nazi que había engullido memorias colectivas expresan el esfuerzo
a la ciudadanía. Este diálogo abierto nos por superar el pesimismo y la tristeza de
ayudó a distinguir la vergüenza como posguerra transformando este impacto
sentimiento escondido, de la culpabilidad psicosocial en esperanza de lucha.
como responsabilidad histórica y como deuda La literatura científica sobre los
de la sociedad con la ciudadanía. A medida genocidios recientes en la historia de la
que el neoliberalismo se ha ido instalado en humanidad nos enseña que para entender
todos los ámbitos de la sociedad estas vivencias duales y complejas debemos
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María Luisa Cabrera: De la vergüenza del pasado a la indiferencia del presente
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María Luisa Cabrera: De la vergüenza del pasado a la indiferencia del presente
volvió verosímil lo innombrable, tal y como vergüenza con la culpa como sentimientos
REHMI (1998) recogió en aquellos primeros paradójicos presentes en los sobrevivientes.
testimonios que siempre terminaban con un Sería deseable que las autoridades
implorante «¡créame, nos trataron peor que también lo experimentaran, pero es
animales!». precisamente la desfachatez y la
El informe de la Comisión de la Verdad insensibilidad que acompaña la impunidad,
(C.E.H., 1999) no solo enmarco lo sucedido el sentimiento que encubre la exoneración
y sus consecuencias en las políticas de responsabilidad moral e histórica de las
contrainsurgentes orientadas por la Doctrina autoridades ante los acontecimientos
de Seguridad Nacional, sino que además sucedidos.
ahondo y amplifico las múltiples dimensiones Como vemos, la culpa tiene que ver con
de la brutalidad y el horror que se vivieron valores transgredidos, con leyes y con la
en Guatemala. Pero romper esta incredulidad legitimación social, mientras que la
ha durado décadas, dentro de un proceso vergüenza tiene más que ver con
dinámico y ascendente de lucha por la sentimientos asociados a la humillación y a
verdad, la justicia y la reparación. En los la desaprobación social de ideales no
años 90 en Guatemala, se repitió la misma compartidos. En una dimensión política la
dinámica que los verdugos nazis habían culpabilidad es la expresión de una vergüenza
vaticinado en la Europa de posguerra «raros negada.
eran los que estaban dispuestos a escuchar Mientras ese entorno de culpa y
y a creer a los que se habían salvado» vergüenza atraviesa a la sociedad, sucede en
(Anissimov, 2001;360). Guatemala lo mismo que Levi acusaba en
La cultura del silencio que escondía esa la Europa de los años 80s «hablar de los
vergüenza cargada como un fardo en la campos de concentración se consideraba una
espalda llevo aparejada una mirada esquiva indelicadeza o impudor. Se corría el riesgo
y agachada de la población afectada de ser acusado de victimismo… ¿Está
directamente o supuestamente incluida dentro justificado el silencio? ¿Debemos tolerarlo?
de la categoría de «enemigo interno». ¿Debemos retener los testimonios recogidos
Debemos a Primo Levi la explicación que, a pesar de nuestros enemigos, la historia
de que esa mirada agachada era la versión parece haber preservado?. No podemos
corporal de un sentimiento de exclusión y olvidar, no podemos callar. Si nos callamos
ninguneo por el trato degradante e inhumano ¿Quién hablará? Seguro que no lo harán los
recibido. La vergüenza ubicada en el culpables y los cómplices. Faltará nuestro
rinencéfalo es una reacción más primitiva testimonio y en un futuro próximo, la historia
que la culpa que resulta un proceso más de la bestialidad nazi, por su propia
cognitivo por su racionalización (Marks e enormidad, será relegada a la leyenda. Por
Ilese, 2007). Por ello la vergüenza puede eso resulta razonablemente y absolutamente
hacer sonrojar y desviar la mirada casi de necesario hablar, hablar siempre»
manera inconsciente. La vergüenza por lo (Anissimov; 2001; 375).
vivido por mi o por los Otros esquiva mi Un pasado que no pasa, idea desarrollada
mirada. El sustrato psicosocial es que el por el filósofo francés Paul Ricouer en
dolor espanta, es difícil compartirlo y por Memoria, Historia y Olvido, Editorial Trotta,
ello escondemos la vergüenza que sentimos. Madrid, 2003.
Todos los pueblos sienten en alguna Al igual que sucedió en toda Europa, en
medida la culpabilidad moral por los Guatemala la ruptura del silencio resulta un
acontecimientos históricos en los que se han camino recorrido en el que ya no se puede
visto involucrados, sea por no haberlos volver atrás, aunque los juicios se estanquen
evitado, sea por haberlos facilitado. Esta y se anulen las sentencias. Por eso grupos
asociación, injustamente encadena la de población Ixil defienden que para ellos
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María Luisa Cabrera: De la vergüenza del pasado a la indiferencia del presente
mas allá de las víctimas, sobrevivientes, y «¿por qué yo no?» La victima dedicara su
testigos y círculos de derechos humanos futuro a intentar explicarse y comprender
involucrados en la lucha contra la impunidad como fue posible que me sucediera a mí,
en Guatemala. La catarata de manifiestos, porque tendemos a pensar ingenuamente que
declaraciones y artículos de opinión que se lo que les pasa a los otros no me sucederá a
ha producido en los medios de comunicación mí (ilusión de invulnerabilidad), así como
incluyendo a las redes sociales ha activado también necesitará entender ¿cómo fue
el debate, reforzando una participación virtual posible que sucediera?. Todas estas preguntas
que resulta menos arriesgada, pero más se asocian a las controversias que provocan
profusa. El seguimiento noticioso también las memorias colectivas sobre la violencia
ha contribuido a polarizar el debate porque de un conflicto.
su gancho es precisamente la persuasión En un principio la vergüenza de haber
tendenciosa más que la objetividad imparcial. experimentado un horror increíble tiende a
La percepción de que el genocidio existió silenciarse, pero el recuerdo asedia a la
presenta datos contradictorios en los víctima forjando la necesidad de contar para
resultados de dos encuestas de opinión de la liberarse del dolor suyo y de los que ya no
Universidad Rafael Landívar, una realizada están para contarlo. En la memoria
en el mes de abril 2013 (Programa de testimonial, el tiempo sesga el recuerdo tanto
Opinión Pública) con estudiantes de las victimas como de los perpetradores,
universitarios de URL y USAC donde la pero cuando prevalece el silencio se entierran
mayoría entrevistada afirma que hubo los recuerdos en el mundo privado de los
genocidio aunque hay confusión sobre el murmullos relatados y los silencios ausentes
significado. La otra encuesta realizada por de los sobrevivientes. Se genera un efecto
INCEP de URL en el mes de mayo destaca dominó por el cual la memoria que ha sido
la indiferencia y el desinterés que esta silenciada irrumpe como una catarsis
polémica causa en la mayoría de la población imparable, porque dar a conocer lo sucedido
y especialmente en los sectores productivos. libera una conciencia atrapada (Anissimov,
El estudio dice que el debate no ha 2001).
sobrepasado los círculos de pertenencia Así podemos imaginar la dinámica
(movimiento social y de derechos humanos) psicosocial de los y las testigas del juicio,
y que se ha restringido al ámbito urbano. que vencieron el miedo y la vergüenza de
Pero me permito relativizar este resultado hablar de lo que les hicieron, reubicando
al considerar que la vergüenza y la culpa culpas y responsabilidades. Pero también
como señalamientos provocaron en el ámbito podemos imaginar una humillación mayor
local el silencio de la ciudadanía como que nos debe avergonzar como condición
autoprotección, resultando un escudo humana al observar el desprecio, el desdén,
invisible para sobrellevar la convivencia el cinismo y el negativismo de esa ciudadanía
cotidiana entre victimas-sobrevivientes y poderosa e ignorante, que permanece
victimarios. Con estos precedentes resulta indiferente e insensible ante los hechos
aun más valiente y esperanzador, el hecho conocidos judicial y socialmente.
de haber testimoniado en este juicio por Si para las victimas opera un efecto liberador,
genocidio, desafiando el pulso a una para los perpetradores opera un efecto
impunidad firmemente cimentada y rehabilitador que no descarta la necesidad
protegida. de justicia como reparación publica de su
Hablar de las experiencias atroces no es rol. El juicio, como ceremonia simbólica de
nada fácil porque humilla y degrada la una reparación merecedora, delimita la
dignidad humana, tanto del que infringe responsabilidad y restituye la dignidad
como del que sufre como del que escapa a agraviada. Para los perpetradores resulta más
esa situación. Este último ha de explicarse vergonzosa la culpa y el señalamiento moral
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María Luisa Cabrera: De la vergüenza del pasado a la indiferencia del presente
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María Luisa Cabrera: De la vergüenza del pasado a la indiferencia del presente
BIBLIOGRAFIA
ANISSIMOV, M. Primo Levi o la tragedia de un optimista. Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala
Ed. Complutense, España, abril 2001. (ODHAG), Guatemala, 1998.
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PROYECTO DE RECUPERACION DE LA MEMORIA RICOUER, P. Memoria, Historia y Olvido. Editorial Trotta,
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Arte
Cazador de imágenes
E
l hombre primitivo, el de las cavernas captadas por el ojo-lente de Manuel Morillo
de Altamira por ejemplo, dibujaba Orozco, se asemejan a ese acto mágico, de
a las bestias antes de salir a buscarlas. un prestidigitador, son una metáfora de lo
Ese acto, acto de magia, religioso, ecuménico que ocurrió siglos antes.
constituía el momento más importante de la Este momento de planificar las
caza. imágenes, de apretar y disparar ráfagas es
Seguramente se sentaban, planeaban el como un acto de fe humana. Es como
dibujo, imaginaban a la presa agonizando, sentarse alrededor de la fogata, dibujar para
lanzando las últimas defensas en vida. Luego, caaptar la esencia de un hecho histórico,
el dibujo y posiblemente la danza. Al novedoso, sentimental, panorámico, único,
terminar, abandonaban la cueva en fila india, que ya de por sí es mágico.
hacia la presa, a capturarla. Ese momento La cámara-escapulario de Manuel
era crucial para ellos, pues era precisamente Morillo no es reciente. Pudo haber sido
cuando ya estaba hecho todo. Era un arroz elaborada hace algunos años. Quizá fue la
cocido, darle muerte al animal, pues lo más misma que fray Bartolomé de las Casas, de
importante, ya había ocurrido. quien por ciento, tiene un extraño parecido,
Creo que en ese sentido, las imágenes utilizó mientras redactaba La brevísima
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Francisco Alejandro Méndez: Cazador de imágenes
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Francisco Alejandro Méndez: Cazador de imágenes
de los colores están a la disposición del nos ofrece. Ocurre que estamos construidos
espectador, para que lo seleccione y los vaya con una identidad, consumidoramente, que
ubicando en su palimpsesto de la memoria. nos ubica como entes híbridos, fragmentados
en una serie de aspectos culturales que nos
Ventanorámicas hacen percibirnos como pedazos de
realidades. Podríamos decir que cada una
Ver a través de una fotografía-presa en de las partes de nosotros está unida a nuestro
pequeños cuadros que nos van construyendo todo, pero nuestra imagen cultural nos hace
¿deconstruyendo? la imagen de un bosque, vernos como un rompecabezas armado con
un árbol, la carretera, ciudades lejanas, naves piezas que se ensamblan perfectamente, pero
centrales de iglesias, malecones, paisajes, que pertenecen a otros rompecabezas. Es
esquinas, ambientes cotidianos, intersticios decir, nuestros gustos estéticos no están
urbanos, es como observar la realidad enfocados solamente hacia un solo discurso,
contemporánea fragmentada en su pues varían y en algún momento, podrían
posmodernidad. ser disímiles.
Esta serie, vitralizada, convertida en Estas fotografías, armadas con
pedazos, que unen al todo, ofrece un discurso fragmentos, que ofrecen un todo, cada una
que recrea lo que también la posmodernidad de ellas está separada de la otra y podrían
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Francisco Alejandro Méndez: Cazador de imágenes
carecer de unidad, si no las percibimos como antes de o después de, una cacería en la que
un todo. Manuel Morillo forma con ellas un la presa es el espectador. Es decir, nosotros.
todo, que finalmente tenemos frente a Recuerdan los vitrales de las catedrales
nuestros ojos. Pero cada una toma su rumbo renacentistas o las iglesias barrocas, en las
distinto en su propia identidad, atrapa al ojo, que destacan por sus figuras. En las de
como queriendo protagonización estelar y Manuel Morillo observamos la raíz de la
logra que por un momento solamente lo historia, pero, también los pedazos de ese
veamos y desechemos el todo. rompecabezas incompleto. Nos maravillan,
Por eso, estas fotografías forman un nos invitan a tocarlas, a sentirlas. Claro,
discurso total, pero fragmentario en su mientras las vemos, estamos poniendo en
individualidad. Observamos como una figura marcha los cinco sentidos.
completa, pero al final, adquieren su propia
identidad. Las identidades no son estáticas,
ni perennes. Series personajes
Estas imágenes-ventanas que
afortunadamente tienen la variedad de Captar a los protagonistas de una historia
reacciones que produce el blanco y el negro es tarea titánica. Hay que soñarlos, primero.
son ventanas-grafiti, que fueron captadas Luego hay que inventarlos y finalmente
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Francisco Alejandro Méndez: Cazador de imágenes
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Francisco Alejandro Méndez: Cazador de imágenes
borborigmos, antes de tomar posesión de un la ropa, como se exprimen las penas. Hay
trono que nadie acepta de esa manera. caminos que no conducen al cielo, pero
tampoco al infierno, niñas que balancean el
Serie pueblo peso del almuerzo. Mujeres y hombres en
plena jornada, afilando o partiendo la
Los espacios, también se sienten, se piensan naturaleza aliada consecuente, necesaria
y se dibujan en un recodo de la memoria. para perpetuarnos.
Es allí donde anidará la acción, donde lo que En fin, los fragmentos de esas imágenes
resplandece se oculta o lo que no está visible, que Manu Morillo ha recreado,
de repente de materializa. Hablemos un poco contrariamente lo que parezcan, no están
de ellos, en esta serie: congeladas. Aún se mueven sus personajes.
Pareciera que estamos ante retornados, Todavía están frescas como pinturas rupestres
que han vuelto, regresado a una patria que recién descubiertas. Ya fueron preparadas
los sacó para no sacrificarlos. Son escenas para alcanzar la presa. Ya están listas, ya
cotidianas, pero únicas, un muchacho intenta ocurrió lo más difícil, falta pues que las
cerrar los ojos por el poder del sol o del presas caigamos ante su poder, sean pues
recuerdo. Otros observan a la madre exprimir estás páginas para intentarlo.
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Comentarios
La palabra cementerio
Arnoldo Gálvez Suárez
Editorial Santillana, S.A.
Guatemala, Centroamérica,
páginas 182.
Comentario de
Eduardo Villalobos
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Eduardo Villalobos: La palabra cementerio
casos recuerda los montajes complicidad que no quiere asumir. clase media. Luego, un viaje iniciático
cinematográficos. Y sus cuentos son El siguiente relato es oscuro, a Panajachel que encierra una
un ejemplo bastante raro, por lo poco definitivamente cruel. Es el asombro inquietante agitación sexual y
común en nuestra tradición, de del muchacho que reconstruye una violenta. Y luego el terrible choque
arquitectura concienzuda y rigurosa. pesadilla de expiación y de culpa en con un espejo, la resignación, el
Creo que es en La palabra cementerio el lecho de su amante. Uno apenas regreso. Y debajo de la realidad un
que estas herramientas se afinan con sospecha los pormenores de la historia manto turbio, espeso, turbulento.
mayor lucidez. Todos los relatos, por los fragmentos inteligentemente Los personajes de estos relatos
además, presentan estructuras dispuestos para dárnosla a cucharadas. son además, y aunque no lo sepan,
concebidas para contarnos con Y sin embargo uno puede reconstruir seres entregados a una dinámica
precisión la historia. El autor elige un mundo entero, casi un infierno, autodestructiva. A veces se dejan
puntos de vista, voces, tiempos, casi un paraíso desolado. arrastrar por los acontecimientos con
contrapuntos y recursos retóricos que El tercero de los textos tiene cierta desidia, otras asumen el
se entrelazan para elaborar un edificio giros de tuerca especialmente sarcasmo o la evasión. Los personajes
narrativo. Además, en la obra de retorcidos y brillantes. Parece, al de Gálvez Suárez tienen mucho de
Gálvez Suárez importan de una principio, la clásica aventura de esquizofrenia y muy poco de
manera muy especial los silencios. infidelidades. Pero en realidad se arquetipos. Aun en sus cuentos, los
Porque toda la elaboración formal construye como un recuerdo desde recovecos del carácter y el conflicto
parece estar al servicio no solo de lo la derrota y la soledad. Es el fracaso son múltiples en cada voz que habla.
que se cuenta sino sobre todo de lo de un hombre y una mujer que, muy Pero también es necesario decir
que se calla. a su pesar, ven cómo se les destruye que hay un leit motiv en este libro y
Pero, más allá de las el deseo, y con el ello la posibilidad no es temático, estructural o estilístico,
consideraciones formales, en este de redención, frente a una presencia sino más bien podría percibirse como
libro el lector encontrará ríos amenazadora. una mirada. Porque lo que el autor
narrativos que se entrecruzan y que Luego asistimos al encuentro de quiere mostrarnos no está dicho
con frecuencia se contraponen, y uno tres personajes que rearman un juego precisamente en los hechos contados,
va descubriendo en la lectura que tal de traiciones en el apagado escenario sino en algo más hondo y elusivo. Lo
ejercicio, que tales esfuerzos están al del conflicto armado. El autor revisita que intenta Gálvez Suárez, con muy
servicio de un fin que no será una de las zonas más frecuentadas de buena fortuna, es que veamos lo que
develado sino hasta que, cerrado el nuestra literatura pero con una visión usualmente queda debajo del velo de
libro, sigamos pensando en esa distinta. Acá no hay héroes, no hay la «realidad». En todas las historias
realidad a la que apenas nos hemos villanos, ni siquiera antihéroes. Lo es posible encontrar un relato secreto.
asomado como frente a una ventana. que nos queda es una radiografía En todas las historias hay algo que
Lo subterráneo, que hemos entrevisto truculenta y despiadada. apenas sospechamos, que apenas
gracias al ojo quirúrgico del narrador, Piscina, el siguiente relato, es sospechan sus personajes, pero que
nos persigue, llega a nuestra intuición una historia de ambición que ocurre los determina, que nos determina en
y nos deja ver un poco más allá de alrededor de un abandonado complejo medio del mundo, y a las que
las sombras del mundo. turístico rodeado por la miseria y la llegamos por la intuición y el ojo
Las historias de este libro son marginación. Pero Gálvez Suárez no implacable del autor. Y es la historia
rotundas: las páginas se abren y parece embelesarse con el manido escondida, determinada en la sombra
asistimos a la fila de un banco, tratamiento del poder contra la por la historia narrada, la que produce
presenciamos los rostros cansados o resistencia. Yo diría que le interesa el milagro literario de la revelación.
indolentes, seguimos a un par de otra radiografía. Yo diría que más Los relatos de La palabra
personajes, hasta que el ojo, como bien utiliza un escenario para cementerio son, entonces, algo más
una cámara, se centra en un hombre descarnar un par de corazones que historias interesantes o
que escucha en una cervecería, y casi muertos. truculentas. Son la develación del
contra su voluntad, una historia lejana, La última historia es un caos en que amamos o soñamos o
pero también muy familiar, de impecable ejemplo de precisión y aprendemos a morir. Son la presencia
violencia suburbana. Su reacción es agudeza. El bisturí comienza con la de otra realidad, una subterránea que
el cinismo pero también una inanición vital de un muchacho de apenas emerge a la superficie pero
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Eduardo Villalobos: La palabra cementerio
que probablemente dé forma al posibilidad del lenguaje para mirar narrativos y las resonancias estilísticas
mundo. Son la concreción de una de frente aunque no de manera se entrelazan para contarnos mucho
enorme fe en la fabulación de directa, como lo hacemos en un más de lo que dicen, estos cuentos
historias. Son la confirmación de la espejo, nuestros más escondidos parecen confirmar aquellas palabras
conflictos. Construidos con la de Ricardo Piglia, que recuperó de
precisión de una arquitectura Borges, de Chejov y de Katherine
meticulosa, en la que los recursos Mansfield, los maestros de la
narrativa corta: «El cuento es un relato
que encierra un relato secreto».
Un libro que nos ilumina,
definitivamente, pero con una luz
oblicua e inquietante.
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Manuel Mourillo
Imágenes:
Portada y Separadores: Manuel Morillo descubre la fotografía
mientras cursa estudios de arquitectura en
1990. Posteriormente estudia publicidad y
Portada: mercadeo y parte a Londres en 1995 por
Bunker, San Fernando, Cádiz. cuatro años, donde comienza estudios de
Dimensiones variables. Bellas Artes en la Universidad de Middlesex,
Fotografía digital (9 tomas). los cuales abandona por una propuesta de
trabajo en Guatemala con Fotokids, donde
Ensayos: trabaja con jóvenes enseñando fotografía y
Centro culinario, Habana, Cuba. diseño. En el año 2005 funda Casa del Mango,
un espacio cultural en la ciudad de Antigua
Dimensiones variables. Guatemala, proyecto que dirige en la
Fotografía en negativo blanco y negro. actualidad.
35mm (digitalizada, 20 tomas). Como fotógrafo documental ha
trabajado para Comité Internacional de la
Letras: Cruz Roja, Cooperación Española en
Guatemala, FAO-Guatemala, ChildFund
Quetzaltenango, Guatemala. Internacional, CONGECOOP y otras.
Dimensiones variables. Como artista ha expuesto en las galerías
Fotografía en negativo blanco y negro. Sol del Rio, CAOS, El Sitio, Cooperación
35mm (digitalizada, 4 tomas). Española en Antigua, Cantón Exposición y
Casa del Mango en Guatemala, además de
Debate: Fábrica de Imágenes en Morelia, Michoacán.
Finca ocupada, Cobán, Guatemala. Actualmente imparte clases de fotografía
Dimensiones variables. analógica en el diplomado de La Fototeca
Fotografía en negativo blanco y negro. (avalado por la USAC) y realiza talleres de
35mm (digitalizada, 5 tomas). fotografía de manera independiente.
Arte:
Cascada, Ixcán, Guatemala.
Dimensiones Variables.
Fotografía Análoga.
en exposición prolongada.
Comentarios:
Cascada, Ixcán, Guatemala.
Dimensiones Variables.
Fotografía en negativo blanco y negro
35mm (digitalizada, 8 tomas).
Sobre los colaboradores:
Gustavo Maldonado Guatemalteco. Cineasta, abogado, poeta, gestor cultural, forma parte activa
en el panorama de la discusión y debate cultural en el país. Colabora para
distintas revistas culturales locales.
Francisco Nájera Guatemalteco. Uno de los más solidos e interesantes poetas guatemaltecos.
En permanente experimentación y movilidad poética, entre sus obras se
cuentan, Cantos de María, Libro de Historia Universal y La letra a.
Andrea Estrada Guatemalteca. Poeta y promotora cultural. Mantiene una activa presencia
en las redes sociales.
Mónica Navarro Guatemalteca. Poeta, su obra se encuentra en blogs, redes sociales. Dirige
Nena de Letras, un sitio vanguardista de renovación permanente.
Sergio Palma Guatemalteco. Narrador, pertenece a una de las promociones literarias más
recientes. Tiene asimismo presencia en internet.
Maria Luisa Cabrera Española. Doctora en Psicología social por la Universidad Complutense de
Madrid.
Eduardo Villalobos Guatemalteco. Posee una Maestría en edición. Colabora para distintos
periódicos y revistas culturales publicando poemas, relatos y artículos de
opinión. Imparte talleres de literatura. Ha publicado los libros de poesía El
Ojo en la vela y Lunas sucias.