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Hiportemia, o de la obra inconclusa

Álvaro Enrigue Soler es un representante muy importante de las letras nacionales, tanto así

que fue el cuarto mexicano en ganar el premio Herralde, compartiendo este reconocimiento

únicamente con Sergio Pitol, Juan Villoro y el siempre renovadísimo Daniel Sada. Nacido

en Guadalajara en el año 69, y obligado por las circunstancias económicas familiares a

mudarse a la ciudad de México e ingresando posteriormente a estudiar en la ibero, y

viviendo como uno de sus personajes en el libro que nos presenta con el nombre de

Hiportermia, nada menos que en la colonia, o la pequeña ciudad de Satélite. De otro modo

no podría ser, un escritor no puede hablar de lo que no conoce, sería casi un suicidio para

algunos escritores, sin embargo, Hiportermia es un esfuerzo válido para lograrlo, y aunque

no es insistente en esta postura, si lo es en la mejor de todas las historias en el libro,

mezclando conceptos del relato fantástico, al más claro estilo de Daniel Defoe y su

maravilloso Robinson Crusoe con el realismo que caracteriza el fin del siglo XX. El cuento

titulado “Ultraje” nos narra las aventuras y desventuras de un recogedor de basura que se

obsesiona con un libro que llega a sus manos y que relata las historias de un pirata con el

que comparte el mismo nombre, y aunque es una lectura que tiene que ser releída para

entender ciertos cabos sueltos que no están muy claros, resulta muy satisfactorio llegar al

final y comprender todas las acciones. Álvaro Enrigue, también, en un intento por tejer una

telaraña diminuta entre todos sus cuentos, al estilo del realismo mágico de Gabriel García

Márquez, nos presenta pequeños cuentos o fragmentos de pensamientos llamados “terapia”

que bien podrían ser soliloquios que funcionan como pausas entre un cuento largo y otro,

ya que en dichas terapias podemos encontrar la justificación de las acciones o de la

personalidad que un personaje tiene en una historia, por ejemplo en el caso de “Saliva” y
“Terapia: gringo” se puede inferir que quien está hablando en la terapia es uno de los

personajes principales en el cuento de Saliva. En este sentido nos quedan dos posturas

claras; la primera, Álvaro Enrigue nos presenta este prototipo de novela fragmentada o

cuentos unidos por una telaraña semi-invisible, la tarea entonces del lector, sería encontrar

el significado y la relación de la palabra Hipotermia con todo el contenido del libro y así,

sumarse a la aventura de sus personajes o quedarse en el limbo, es decir, no encontrar ni

pies ni cabeza en la estructura del libro. La segunda, queda claro que una vez consagrado

como uno de los escritores más importantes te puedes dar ciertos lujos, me refiero a la

posibilidad de presentar un bosquejo de lo que se piensa es un buen proyecto sin tener

demasiadas trabas, y no tener demasiadas trabas en una editorial como es Anagrama es algo

que nos debe llamar mucho la atención, quiere decir que, o es algo muy novedoso y se

seguirá leyendo por muchos años o, en un sentido más oscuro, el nombre sea más

importante que la obra. Fin.

Enrique de Jesús García González


Crítica literaria
Profesora. Pilar Morales

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