Está en la página 1de 1

Algo para decir

Solo eso. Solo eso puedo sentir. Los fríos barrotes de hierro cubiertos por la fina capa
de piel, solo piel. Piel que va decayendo con el pasar del tiempo y de mis sentimientos,
infinitos sentimientos que se sienten como uno solo y como nada, casi vacíos, casi
perdidos con el mundo y por él. Por los hombres y su pensar, que aun siendo más vacíos
que mis sentimientos tienen más peso en este planeta, planeta que antes había sido
llamado Tierra, tierra que no fue creada para la incertidumbre ni la cólera de sus
palabras, tierra cuyas aguas ya no son claras ni estables, tierra que ya no soporta más el
peso de sus pensares, tierra donde muero y vuelvo a morir.
Solo cosas. Solo cosas que se alejan, se alejan lo suficiente para no recordar, para que tu
mente no haga el intento de volver a encontrarse con ellas en una sola nube, pálida,
como mi piel.
Mi piel esconde muchas cosas y a la vez es escondida por muchas más. Es difícil
expresarlas con pocas palabras pudiendo volverse muchas, pero no importa, a ellos no
les importa, porque siguen siendo vacías, al menos así las ven.
Ya nadie puede decir qué es lo importante y qué es lo despreciable, sin embargo, el
mundo no está dividido entre estas dos cosas, la similitud es tan inmensa como el frío
estático refugiado en aquellos barrotes que recorren el interior de mis extremidades,
logrando así mantenerme estable pese a mi fragilidad.
Sigue siendo mi piel, la tan mencionada, el tema principal en esta hoja blanca. Hay
mucho qué decir sobre ella, pero es tímida, siempre lo ha sido, pero no siempre fue
pálida. A ella le agradan muchas cosas, ama muchas cosas, la hacen feliz muchas cosas,
y esas son las que se han alejado de ella, o mas bien, ella permitió su ida con gran
frustración.
Será difícil contar todo eso, pero, algún día valdrá la pena y así al fin podré descansar en
paz.

También podría gustarte