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DEPORTES
La capacidad de los ciclistas profesionales para optimizar su resistencia es un hecho conocido, pero
ahora un estudio, galardonado con el Premio Nacional de Investigación en Medicina Deportiva, ha
analizado las características y capacidades que diferencian a los deportistas de los aficionados.
El entrenamiento permite a
los ciclistas desarrollar un
esfuerzo intenso durante
bastante tiempo
Si bien la capacidad de los ciclistas
para soportar un trabajo intenso
sobre la bicicleta está bien
demostrada, una investigación ha
comprobado las características que
diferencian a los corredores
profesionales de los amateurs.
La realización de pruebas de
esfuerzo a 12 ciclistas profesionales
y 10 aficionados ha permitido
comprobar que los músculos de los
primeros resultan más económicos,
es decir, "consumen menos oxígeno
para determinado nivel de potencia",
según ha explicado Alejandro Lucía,
autor del estudio junto a Jesús
Hoyos, Alfredo Santalla, Margarita
Pérez y José Chicharro.
Menor consumo
No es tanto el consumo máximo de
oxígeno -factor con mayor
determinación genética, lo que
diferencia a unos ciclistas de otros-
como la capacidad de gastar poco
oxígeno en altas intensidades,
gracias a la mayor eficiencia
mecánica que consiguen desarrollar
sus músculos.
Es el duro entrenamiento
desarrollado a lo largo del año, con
la realización de unos 35.000
kilómetros en la bicicleta, la principal
razón que explica ese mayor
desarrollo de fibras lentas en el
ciclista, con células musculares que
consumen un menor volumen de
oxígeno, a diferencia de otros
deportistas como velocistas o
futbolistas que desarrollan,
fundamentalmente, fibras rápidas
que tienen mayor fuerza explosiva.
Evidencias
Según han comprobado los
investigadores, el consumo máximo
de oxígeno es muy parecido en el
ciclista profesional y en el aficionad:
en torno a cinco litros por minuto. La
diferencia está en la potencia
generada, ya que en el profesional
fue de 508 vatios, mientras que en
el deportista esporádico se quedó
en sólo 430 vatios.