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SEE LA TEORIA DEL “ESPACIO VITAL’ Por el Tenlente Coronel Jorge E. Atencio: 1, = Introaveetén. 2. — Genesis, evoluclon y aloancce, Sus fundamentor. - 3. = Critons @ tn toora, 4. —Ponaumtenty argentino sobre ells. — INTRODUCCION. Derivada del concepto geopolitico de “espacio” se coneibié la teoria del “espacio vital”, Ia que pronto tuvo tan extraordinaria difusién, que es comin ofr mencionar esas palabras en todos los ambientes. Es més; esa teoria fué presentada con tanta habilidad por la propaganda que precedié a la segunda guerra mundial y que se difundié durante ésta, que convencié no solamente al pueblo ale- mén, sino también a los aficionados a estyategas que en los més apartados rineones de la tierra pretendian resolver los eruentos problemas que convulsionaban al mundo. Y¥ Jo lamentable es que la mayorfa de los que esgrimfan, y to- cavia esgrimen, tal teoria ignoran su génesis, evolucién y aleances. Ni siquiera se han detenido un instante a reflexionar sobre la jus- teza de ella y sobre la conveniencia, para los propios intereses, de convertirla en ley 0 dogma. Teniendo en cuenta lo expresado, creemos conveniente contri- buir a que se conozea mejor esa teoria y proporcionar algunos ele- mentos de juicio para determinar cual debe ser el pensamiento argentino ante ella. Tales son los objetivos del presente artfeulo. ond REVISTA DE INFORMACIONDS — GENESIS, EVOLUCION Y ALCANCES DE LA TEORIA. SUS FUNDAMENTOS. Las ideas de FRIEDRICH LIST ensefiaron a los pensadores alemanes a apreciar el valor del espacio y les sefialaron las venta- jas de extender sus fronteras, (1). RATZEL Iev6 al terreno cientifico las observaciones que LIST habia efectuado en el econémico, dando origen a la eoneepcién bio- J6giea del estado. Segiii ésta, el territorio del estado no puede tener fronteras fijas, pues, como todo organismo biolégico, esté sujeto 2 varia- ciones. KJELLEN dié gran impulso a las ambiciones de expansién de Jos alenianes al justificarlas con nutrida argumentacién cientifica, Ja que legaba a la eonelusién: “Si un estado poderoso es pequefio, tiene el derecho de ampliar su territorio si quiere seguir siendo paderoso”. Justificado el expansionismo, s6lo faltaba fijar-la oportunidad y el sentido de éste. Ello se hizo mediante la enunciacién de Ia teorfa del “lebensraum”. En sintesis, el “espacio vital” es el area de influencia de un estado, que éste necesita impreseindiblemente para existir; la teorfa del “lebensraum” preconiza que si el estado no posee ese espacio, tiene el derecho de extender su influencia fisiea, cultural y comercialmente. Nétese que hemos dicho que Ia teoria fija la oportunidad -y cl sentido del expansionismo y no los limites; ello se debe a que, segtin los geopoliticos alemanes, los estados vitalmente fuertes “ne- cesitan” ampliar su espacio y una ampliacién supone aumento en l poder, pues el espacio es poder; el estado ampliado sera més fuer- te y a su ver “necesitaré” mas espacio y asi, sucesivamente, Ile- gariamos a un estado mundial en que la tierra le seré chica para continuar expandiéndose. Esa ampliacién de espacio y de poder, naturalmente, actuaria siempre en deamedro de la soberania de los estados més débiles, la que estarfa sujeta a las necesidades de “espacio vital” de los es- {ados poderosos. (@) Yor “Espacio y superficie”, publicado en el NY 248 do esta revist. LA THORIA DEL “ESPACIO VITAL’ Fuera del fundamento biolégico estatal de la teoria del “lebens- raum”, originada en la tesis de RATZBL y levada-a su maxima di- {usin por la escuela de HAUSHOFER, han sido dados fundamen- tos demografieos, econdmicos y estratégicos. Los fundamentos de carécter demografico afirman que sien- do obligacién del estado proveer a la subsistencia de su poblacién, eaando un exeesivo aumento de ésta convierta en insuficiente al espacio disponible a tal fin, se justifica In ampliacién espacial. ‘Hay total coineidencia entre esta idea y Ia concepeién orgéni- ca del estado. ‘A su vez, las razones demograficas estan intimamente ligadas con las econ6micas. El estado debe asegurar a la poblaci6n la satis- faecién de sus necesidades; aun cuando’ esa poblacién no sea exce- sivamente numerosa, el territorio puede no tener suficientes fuen- tes de riquezas para satisfacerlas, lo que también hace licito la ‘expansi6n. Quien sabe si por conviecién, o por estrategia politica, HITLER. ineorporé a su doctrina Ia teoria del “lebensraum”, segin Io expuso antes de subir al poder y después, casi a diario, en.sus diseursos. En su breviario politico dice: “El derecho al suelo y al territorio puede convertirse en deber si la decadencia parece amenazar a una gran pacién, a menos que extienda su territorio, Alemania sera una po- tencia mundial o no sera nada, Sin embargo, para ser una potencia ‘mundial requiere ese tamafio que ahora da su importancia necesaria a semejante potencia, y que da vida a sus ciudadanos” (2). Son parrafos de sus diseursos los siguientes: —“Nada hay fuera de la amplitud.del espacio, que asegure la libre existencia de una nacién”. —“Exigimos espacio y territorios para la alimentacién de nues- fro pueblo y para establecer nuestro exceso de poblacién”. —La verdadera cuestin de Alemania es la falta de espacio para 1 pueblo alemin”. Nosotros los nacionalsocialistas, tenemos el deber de afe- mrarnos resueltamente a nuestros propésitos de politica exterior, (2) Adolfo Hitter - “3 tucha" = a8 REVISTA DE INFORMACIONES quen finean en asegurar a la nacién alemana el territorio que ella neeesita en el planeta”. . No debemos atribuir exclusivamente al nacionalsocialismo y 1 los geopoliticos alemanes la paternidad de esta teoria, pues ella tuvo destacados propagandistas mucho antes de la existencia del partido y del nacimiento de la geopolitica. Recordemos eémo pen- saban al respecto VON TREITSCHKE, NAUMANN Y ROHR- BACH (3). En 1911, el general prusiano F. BERNHARDI eseribi6: “Las naciones fuertes, saludables y florecientes aumentan en ntimero de habitantes. A partir de un cierto momento requieren una expansion constante de sus fronteras, necesitan nuevo territorio para el aco- modo de su exceso de poblacién. Dado que casi cada parte del glo- bo est habitada, el nuevo territorio debe por lo general ser obte- nido a costa de sus'posesores, esto es, por conquista, la cual se con- vierte asi en una ley de necesidad” (4). Como es imposible fijar limites a un “organismo” tan com- plejo como es un estado poderoso, nunca los pensadores que se ocu- paron del espacio de Alemania se pusieron de acuerdo, desde LIST hasta los que existieron en la época del Tercer Reich, sobre cuél debia ser el espacio vital de Alemania. LIST concebia una Alemania extendida deselos mares NOR- ‘TE y BALTICO hasta el NEGRO y el ADRIATICO; después, los 1i- mites convenientes, en la opinién de los expansionistas, fueron siem- pre en aumento, Para RATZEL “en este pequefio planeta s6lo hay espacio suficiente para un gran estado”. NICOLAS SPYKMAN cree delimitar al espacio vital alemn cuando dice: “El programa alemin esta claro y definidamente di- sefiado; aspira a constituir un amplio espacio vital que comprenda los continentes N. y 8. y el Mar Mediterrdneo intermedio;-un im- perig extendido desde el Cabo Norte hasta el Cabo de Buena Es- peranza” (5). El pensamiento de algunos geopoliticos alemanes iba més alla de la estricta posesién de espacio territorial, como “espacio vital” (@) Ver "Revists do Informnctones”, Ne 889, pas. aT (© “Germany and the Next War’, Londres - 1011 - pts; 60 (©) “Brtados Unidos frente al mundo”. pg. 122, LA TRORIA DEL “ESPACIO. VITAL? 20 de un estado, extendiendo ese concepto hasta el de lograr una he- semonia tal, que asegurara por vinculos politicos la influencia es- piritual, cultural y econémica, Ese pensamiento tiene antecedentes en los vocablos: “SCHICK. SALSRAUM” (espacio del destino) y “GROSSRAUM” (grandes es- pacios) de la filosofia espacial de ROHRBACH, la que aleanza su mayor desarrollo en la doctrina de HAUSHOFER, a quien se atri- buye un nuevo orden mundial que divide al mundo en tres zonas: la GRAN ASIA ORIENTAL, bajo la hegemonfa del JAPON, .PAN AMERICA, en manos de EE.UU., y la TIERRA CENTRAL, con el dominio de ALEMANIA, salvo la regién mediterraneo-norteafricana, que dominaria ITALIA. ‘Sobrepasan a las aspiraciones del maestro, las de uno de sus més inmediatos colaboradores, KURT VOWINCKEL, quien, en 1939, al analizar el coneepto de “espacio vital” como fenémeno politico, econd~ mico y cultural, lo defini6 asf: “El espacio, vital alemin esta, en pri- ‘mer lugar, donde se ha establecido el campesino alemén como parte de Ia entidad nacional alemana y en el que ha dado.al ambiente un aspecto alemén; en segundo lugar, donde la estructura econémica de otros estados completa a la nacién alemana en un esfuerzo comin, y se eoloca a su lado; y, en tercer lugar, donde la cultura alemana con- *plementa o de cualquier otra forma fecunda las culturas extranje- ras” (6). Todos los pensadores alemanes o filoalemanes de antes y de después del-nacimiento de la geopolitiea se guiaron por el concepto de RATZEL: “cl espacio amplio conserva la vida” y todos estuvie- yon convencidos de la pequefiez espacial de Alemania, HAUSHO- FER dijo sobre ella: “Esta opinién biolgica del estado, expresada por RATZEL con brevedad clisica, no s6lo se adapta a las grandes ‘potencias mundiales, muchas de las cuales sufren de abundancia de espacio, sino que también debe ser el principio que guia a paises que como JAPON, ITALIA 0 ALEMANIA, carecen de espacio, 0 fueron despojados del escaso espacio que habian podido legar a obtener” (7). (@) Bn “Revista do Geopolltca” ~ Vol. XVI, pés, 618-809 ("Power y expacto”, en “Weltpolttk von heute” = 1995, REVISTA DB INFORMACIONES: En Ja misma obra en que afirma lo transeripto anteriormente, al aconsejar los medios para obtener ese espacio, dice: “Actria co- ‘mo si la maxima a que obedeces fuera a convertirse en una ley universal de la naturaleza” (KANT), es una exigencia que no s6lo “debe seguir el individuo, sino que también debia ser el principio rector de los paises pequeiios, que hallan obsticulos en su camino, y ‘que desean aleanzar o reeuperar un lugar en ls politiea mundial, De- herfan conservar constantemente en sti mente este consejo cuando persiguen sus objetivos, Estos pueden obtenerse mis fiicilmente cuan- to més se ajusten a indiseutibles exizencias de ley y de justicia, por Jo menos aparentemente” (8). Este agregado final, que el autor destacs, nos hace pensar mu- cho sobre si el primer geopolitico alemén y mis grande propagan- dista de la teoria del “Iebensraum”, estaba convencido de ella o si pro- cedfa siguiendo el consejo de KANT, en su eontribucién al logro de los objetivos politicos de su patria. ‘También Ia teorfa que nos Seupa ha sido asentada en razones de orden estratégico o de defensa, si bien en forma més limitada que en las razones biolégicas, demogréfieas y econémicas. Se basan las razones de defensa en la necesidad que tiene el estado de poseer dentro de su espacio todas las materias que son menester para sus fuerzas armadas, en particular, y para la guerra; en general. La exigencia de espacio para lograr tal autarquia bé- lica, puede ser superior a la que implicarian las razones simple- monte demograficas o las econémicas. ‘Ademés es vital el espacio conveniente para realizar efectiva- ‘mente las operaciones bélicas; siendo esa conveniencia ilimitada, pues el espacio es tanto més favorable para la defensa del pais, cuanto mas extenso es en su base fisiea: el territorio. El geopolitico WOLF SCHENKER amaliza la influencia sled factor espacio en la guerra, refiriéndose especialmente a la guerra chino-japonesa, en un articulo titulado “Ill espacio como arma” (9) ; juzgo interesante transeribir una de sus corclusiones: “EI bando que ataca a un pais que posee un /amplio espacio debe obtener una répida victoria. Esta victoria no puede obte- (® Aiama obra. (La letra on noerlta 06 () "Revista de. Goopoltia”” ~ Vol. XV, 198. oxtgia’, = ee LA THORIA DEL “PSPACIO VITAL” 9 haciendo retroceder paulatinamente al enemigo hasta que se ‘aya ocupado el territorio que se ambiciona. Si el atacante se con- ‘enta con un avance semejante, da al enemigo el tiempo y la oportu- ‘nidad necesarios para reorganizarse en las vastas zonas no ocupadas de su territorio, y para movilizar todos los recursos de que dis- ‘pone, a fin de continuar la guerra, Una guerra contra un pafs que ‘posee un espacio tan amplio sélo puede ser ganada mediante la ani- ‘quilaci6n, Io més répida posible, de las fuerzas enemigas”. 3.—CRITICAS A LA TEORIA. No efectuaremos un juicio critico de la teoria, por cuanto ello implicarfa apartarnos de nuestra finalidad, pero si, concordante con ésta, mencionaremos sintéticamente algunas erfticas y obje- ciones que se Je han formulado. La teoria ha sido analizada por destacados hombres de ciencia de renombre mundial, habiendo Negado, Ia gran mayorfa, a la con- ¢lusi6n de que ella proporciona argumentos psicolégicos emotivos y no racionales para justificar objetivos expansionistas, los que han sido utilizados por los dirigentes de ciertas potencias como medio de propaganda. ; Luego de una de las repetidas demandas de HITLER ante el Reichstag, formulada en abril de 1939, contesta LORD HALIFAX, Gos meses después, fijando el punto de vista inglés: “Lebensraum”. Esta palabra, de la que aun no lo hemos ofdo todo, necesita ser exa- minada justa y cuidadosamente. Toda comunidad desarrollada se enfrenta, desde luego, con el esencial problema del espacio vital. Pero el problema no se resuelve simplemente adquiriendo mas te- rritorio. Eso puede incluso agudizar més el problema. Sélo puede resolverse éste por una sabia ordenacién de los asuntos de un pais en. ‘el interior y por el ajuste y mejora de sus relaciones con otros paises en el extranjero. Las naciones extienden su riqueza y elevan el nivel de vida de su pueblo, ganando la confianza de sus vecinos y facilitan- do as{ el comercio de mercancias entre ellos, Exactamente lo contra- rio sera sin duda la consecuencia de que una nacién suprima Ia exis- tencia independiente de sus vecinas menores y més débiles. Y si la ‘dea de espacio vital ha de ser aplicada en esa forma, la rechazamos y REVISTA DM INFORMACIO: nos opondremos a su aplicacién, Por medio de la cooperacién — y nosotros, por nuestra parte, estamos dispuestos a cooperar — hiy amplio margen para extender a todas las naciones la oportunidad de una vida econémica més amplia, con todo lo que esto significa, que la implieada en el término “lebensraum”. El sabio canadiense ISAIAH BOWMAN, al criticar la teoria, dice: “Es completa carencia de honestidad, a imenos que creamos en la guerra constante, sostener que la “presién demografica” debe ser aliviada por el robo del tervitorio de los veeinos. El transporte moderno, las facilidades de crédito, los recursos y la destreza tée- nieos, la ereeiente demanda de la sociedad como consecuencia de la ele- vacién del nivel de vida, da a todas Jas naciones la posibilidad de remediar tal presién mediante la industria y el comeréio”. (10). HELLER opina que “de la densidad de poblacién exelusivamente no cabe deduefr una conelusién fundada sobre la justificacién de pretensiones de espacio, porque las necesidades espaciales estin siempre en reluci6n con el eardcter, en lo econémico y en los demas aspectos, de Ia poblacién". (11). E] distinguido eseritor estadounidense QUINCY WRIGHT maei- tro en artes, doctor en filosofia y profesor de derecho internacio- nal en In Universidad de Chicago, trata “Las tendeneias de la po- hlacién y las relaciones internacionales” en su obra “A Study of War” (12), revelando gran erudieién y acierto, Jo que unido a su impareialidad, da valor a sus afirmaciones. No se ocupa en par- ticular de Ia teoria que tratamos. Es util, por lo tanto, enfrentar a lo que él expresa con la teoria, para juzgar el valor de ésta. Efee- tuado este trabajo, una sintesis de las conclusiones fundamentales serfan, a nuestro entender, las siguientes: 1®—La teorfa del “espacio vital” ha tendido a proporeionar razones y racionalizaciones para la guerra, sin conside- rar que la presién de poblacién diferencial entre nacio- nes vecinas 0 el diferente ritmo de aumento de la misma, no son forzosamente causas de guerra entre naciones ci vilizadas. : (Gi) Bn “Geogratia versus Geopoten ‘undo me chico", de Welzert y Stofanson (i). Obra eitada, pag. 187 2) Obra eltade, pas. 425 Ds. 65-66, 26 “Patflicn y poder en un ‘Bat. Aldatiga ~ Bs. As ~ 198, = LA THORIA DEL “ESPACIO VITAL’ 281 oa EE SS ee 2®—Tal teorfa ha tomado al aumento de poblacién como un factor determinante en Ja politica internacional, lo que es erréneo. Ese aumento es uno, entre los complejos fac- tores que la determinan. Adin suponiendo lo contrario, es controlable por una politiea restrictiva o eugenésica con respecto a la poblacién, por la politica emigratoria y por medidas econémicas. 8% —Si bien los aumentos de poblacién, las diferencias de den- sidad o una poblacién ereciente en relacién a los veeinos, pueden ocasionar frieciones, tensiones, migraciones en ma- sa, agresiones, guerras o conquistas, también vecinos con ritmos de crecimiento de poblacién muy distintos pueden vivir en paz, dado que tal cireunstancia puede conducir a intereambios mutuamente ventajosos ¥ a la creacién de ‘una interdependeneia paeifica, como sucede regularmente entre las efudades y el campo de un mismo estado 0 entre la madre patria con las colonias migratorias recientes. Por Jo tanto, la solueién que preconiza el “lebensraum” no es la tiniea, existiendo alternativas més ventajosas y racio- nales. 48 —En los pueblos primitivos las alternativas posibles frente ‘a los aumentos de poblacién son limitadas, definidas y su- ceptibles de prediccién, pues obran por “necesidad”, por costumbres tribales, no por leyes fisicas o fisiolégicas (dra- hes del desierto, hordas némadas de las estepas hacia Rusia o China, pobladores de la Polinesia, de islas super- ‘pobladas haeia otras). Indudablemente los cambios de po- Dlacién — como los de clima, descubrimientos geogriificos ‘© geol6gicos, invenciones técnicas y sociales, ete. — fluyen en gran medida sobre el comportamiento politico, pero, cuanto més eivilizados sean los pueblos, menos de- terminantes resultan esos factores. La esencia de la civi- Tizacién es el reconocimiento, en grado creciente, de que hay soluciones alternativas para los problemas y una cre- ciente oportunidad para explorar nuevas soluciones. El hombre eivilizado puede reemplazar lo necesario por Jo racional cuando se trata de adoptar soluciones. Los ‘989 REVISTA DE INFORMACIONES: ere que sostienen la teorfa del “espacio vital” fincan su razo- namiento en la necesidad, sin ninguna alternativa, 5*— La teoria colocé a los ciudadanos de las naciones en que fué empleada ante la disyuntiva de ampliar su espacio 0 Ja decadencia, cuando no la muerte. Esas naciones se en- contraban tan por encima de la “linea del hambre” que Ja presién de la poblacién no influia en los medios de subsistencia, sino mis bien en el “nivel de vida’. Los re- medios para una presién de poblacién ineipiente pueden ser explorados antes de que el hambre se presente o in- cluso antes de que amenace una seria veduceion en el nivel de vida. “ . Era, por lo tanto, una exageracién hacer vislumbrar la decadencia o la muerte, a menos que perentoriamente se lograse una expansién. —Los medios y los fines de una politica exterior estén afectados por muchas cireunstancias, entre las que QUIN- CY WRIGHT sefala: —las caracteristieas raciales y eulturales; —el estado de la opinién pabliea; —las tradiciones histérieas; —las leyes y los tratados nacionales; —el estado y Ia organizacién de las comunicaciones internacionales; —el equilibrio de las fuerzas militares en el mundo; —el estado del crédito, comercio y produccién; y, —las teorias y la manera de ser de los individuos que se hallen en el poder. Agrega que estos factores pueden diferir de un pais a otro, de una época a otra distinta y que dicha politica estard influfda por la combinacién operante particular de aquel dado momento y lugar. Sefiala ¢émo ante po- blaciones en crecimiento, diversas naciones adoptaron di- ferentes polfticas, confirmando lo anotado anteriormente 73 TA TRORIA DEL “ESPACIO VITAL" 288 sobre las soluciones a éste problema: JAPON, ITALIA y ALEMANIA se embarearon en planes de conquista. JAVA y CHINA, con problemas mds serios, intentaron intensificar sus métodos agricolas y desarrollar indus- trias rurales. RUSIA, con un caso parecido en 1917, tuvo la revolucién, abandon6 territorios que habia poseido, sus- pendié proyectos de ulterior expansién y eambié el aeen- to de su economia, de la agricultura a la mineria y a la industria. BELGICA y SUIZA hicieron frente a sus pro- Dlemas de superpoblacién aerecentando de un modo con- tinuo sus exportaciones industriales y sus importaciones de alimentos y de materias primas. ‘Hemos mencionado diferentes opiniones que afectan a la teoria del “espacio vital” en su principal argumento: su raz6n demografica, Creemos conveniente citar una de las conclusiones a que arriba WRIGHT luego de examinar los problemas demogréficos de acuerdo eon los métodos filoséfico, hist6rico, psicolégico y sociolégico (18). Ella es: “Las politieas de guerra y expansién han sido menos influidas ‘por los cambios de poblacién que por la disposicién del pueblo @ aeep- tar teorias econémicas sin fundamento sobre el asunto. Un conoci- miento mas general del valor de los métodos de hacer frente a un dado problema de poblacién harfa més por Ja paz y la cooperacién en las actuales circunstaneias que por la guerra, siempre que se qui- siese realmente hacer del bienestar general el objeto de una dada politica”. ‘También puede ser de utilidad para juzgar a la, prédica del “le- bensraum” la cita que hace WRIGHT de HAROLD COX, que trans- eribimos sin comentarios: “Tan pronto como una poblacién se hace grande, sus dirigentes declaran: Nuestros conciudadanos son tantos que debemos luchar por mis espacio, ¥ tan pronto como la guerra se ha produeldo, los dirigentes invierten su llamamiento y dicen: Debemos contar con una poblacién mayor en preparacién para la siguiente guerra” (14). (13) Obra eltada, pag. 448 1) “Tho problem of population” - Now York = 199. ' 4.—PENSAMIENTO ARGENTINO SOBRE LA TEORIA, Lo injustifieado de las razones que respaldan a la teoria pues- ta en accién por KOMURA, MUSSOLINI e HITLER, qued6 demos- trado con las consecuencias de Ia politiea exterior seguida por esos dirigentes. Al fin, produjo la derrota de sus naciones y no sélo la pér- dida de los espacios conquistados, sino la disminucién de sus patri- monios iniciales, Parecen no Ser suficientes estas leceiones de la historia, que demuestran que no se puede atropellar sin castigo a Ins normas de convivencia internacional, pues atin se mencionan razones de “espacio vital” en apreciaciones relacionadas con nuestro continente. Es que, por desgracia, somos afectos a la adaptacién de teorias forgneas, atin cuando ellas no sean adaptables a nuestro medio e idiosinerasia, Resulta una incongruencia hablar de presién demo- grifiea en nuesiro continente, en especial en América del Sur, cuando las caracteristicas més notorias de sus paises son las gran des extensiones y la eseasa densidad de poblacién. Tal incongruencia s6lo se justifiea por el desconocimiento geo- urifieo, y, la mencién de razones de “espacio vital”, por superficia- idad en las apreciaciones, Considerando la magnitud de las superficies de nuestros paises y la falta de poblacién, no debe inquictarnos el error de que se hable de presién demografica, sino la posibilidad de que poteneias extra- continentales superpobladas vean en nuestras extensas zonas despo- biadas la solucién para sus problemas demogriificos y escudadas Por teorfas como la del “lebensraum”, las. sefialen como su “espacio vital”. Es autodefensa, entonces, rechazar eategéricamente toda idea que pueda significar, no ya la aprobacién a la teoria del “espacio vital’, sino tan sélo simpatia hacia la irracional “necesidad” que ella pretende, a menos de cometer un crimen de lesa soberania. Aiin limiténdonos al ambito continental, la defensa de la sobe- ‘ania de nuestros estados requiere que se proscriba en las aprecia- ciones tal teorfa, por atentatoria contra las relaciones pacificas que nos empefiamos en mantener, LA TRORI. DEL “Espacio viraL" 286 La posicién argentina ante esta teoria esté respaldada, princi- palmente, por las inspiraciones de nuestra tradicional doctrina en ‘materia de derecho internacional y por nuestras realidades geogri- ficas. En materia de derecho internacional, podemos decir con or- gullo que nuestra politica exterior ha sido siempre orientada y con- ducida con sujécién y respeto a sus normas, atin a costa de legiti- mas conveniencias. Es todavia més, hemos marcado rumbos al de- clarar y sostener, repetidas veces en nuestra trayectoria interna- ional, nuevas normas y principios que afianzan la idea de libertad, que engendré a nuestra nacionalidad y guié a nuestros ejércitos en Jas luchas exteriores, el amor y respeto a la soberanfa y el repudio a Ja guerra, sentimientos que mantenemos como norte en nuestras actuales relaciones internacionales. ‘Tales normas y principios tienen su raiz en el sentir del pueblo ar- gentino desde su independencia, el que ha sido interpretado por sus ‘estadistas, conductores militares y jurisconsultos. Se exterforizan en el envio de expediciones militares para li- pertar a pueblos sojuzgados, en la accién del Libertador General San Martin, en la declaracién de que “la vietoria no da derechos” Tuego de una guerra exitosa, en el sostenimiento del principio de la autodeterminacién de los pueblos, en la vigorosa defensa de la so- berania de los territorios, mares y del aire nacionales y respeto a Ja soberania sobre iguales elementos de otras naciones, en la polfti- ea de reeurrit' a tratados, convenios 0 arbitrajes en la solucién de cuestiones territoriales, en el mantenimiento de relaciones amisto- sas con la gran mayoria de las naciones del mundo, en los pactos de solidaridad y defensa interamerieanos y, finalmente, en la tereera posicién enunciada recientemente. Con estos antecedentes, resultaria un contrasentido aceptar 0 simpatizar con una teorfa que justifien la ampliacién del espacio de las naciones poderosas en desmedro de la soberania de las dé- biles. Ademfs, esa conducta en Jo exterior, fuera de responder al sen- tir nacional, esti influenciada por las caracteristicas geogrificas ' 286 REVISTA DB INFORMACIONES de nuestro pais, de la que hemos tenido coneieneia desde nuestros albores como nacién. La existencia de esa conciencia la demuestran: —La oposicién de MARIANO MORENO, en 1810, a la idea de que integréramos una confederacién eon los demés paises america- nos, puesto “que la naturaleza misma nos ha prefijado esa con- dueta”; la negativa del Presidente MITRE, en acuerdo con el Mi- nistro de Relaciones Exteriores ELIZALDE, a adherir al tratado continental de Santiago (Chile, Ecuador y Perd, en 1856) por cuan- to “la naturaleza y los hechos han dividido a log paises y los esfuer- zos de la diplomacia resultarian estériles para contrarrestar las exigencias de las nacionalidades”; —la declaracién de CARLOS TEJEDOR, Ministro de Relacio- nes Exteriores durante la presidencia de SARMIENTO, que di “La mejor regla de conviveneia para la politiea americana es la de emplear las grandes divisiones naturales como elementos para fijar la jurisdiecién propia de cada nacién"; —la interpretacién que dié CEVALLOS, en 1913, a Ia doctri- na de MONROB: “La doctrina de referencia a medida que se des- ciende hacia el S. degenera y pierde su objeto; lo que ella vale en el Golfo de Méjieo, carece de valor en el Plata. La Repiiblica Argen- tina no ser protegida por la actitud Monroe, porque nuestro pais ya ha conelufdo su evolucién eivilizadora y es un pais respetado y que sabe hacerse digno del respeto del mundo”; —¥, actualmente, los resultados de la politiea panamericanista que, respetando Ia voluntad de los pueblos-y las imposiciones geo- gréfieas, no ha conducido a una confederacién americana, sino a una organizacién especial en que cada estado conserva su soberanfa, El amor a Ja libertad, el respeto a la soberania y la conciencia ‘geogrifica sobre las convenientes caracteristicas del pais que cons- tituye nuestro patrimonio fisico, las que analizamos anteriormen- te (15), nos inducen a estar satisfechos de nuestra tierra, a no tener ninguna aspiracién territorial fuera de nuestras fronteras y ane “Hspaclo ¥ Supertiie”, “Revista de Informaciones”, Nr 290, LA TRORIA DEL “ESPACIO VITAL 287 a repudiar toda idga expansionista, todo lo cual es diametralmente opuesto a la teoria del “espacio vital”. Como conelusién, ereemos que la orientacién del pensar argen- ‘tino puede sintetizarse en Jo siguiente: Pensamos que la teoria del “espacio vital” es inaceptable por- que: —se basa en argumentos irreales; es contraria a nuestros intereses;, —se opone a las normas de nuestra tradicional politica ex- terior; ¥, —es un arma para justificar expansionismos a los que no as piramos, a los que nos oponemos y contra los que Iu- charemos hasta el fin, si afectan a nuestra integridad de nacién soberana, 2 Salle

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