La información más antigua procede de la época Paleolítica.

La religiosidad cretense era clasificada

como naturalista. Se destacan santuarios al aire libre, bosques sagrados, y algunos posibles
templos.

Existía una primicia femenina en su religión. Los ritos eran concebidos por sacerdotisas, siendo la
intervención del hombre más tardía. La divinidad femenina idolatrada, según investigaciones,
podría tratarse precisamente de la diosa de la fecundidad. Tenía diferentes nombres, Britomartis
en la parte ESTE y Dictina, en la parte OESTE. Pero a la diosa se le asocia un dios, que conserva una
especie de inferioridad. No se sabe con seguridad una figura masculina predominante, pero esta
puede haber existido bajo varios nombres, TALOS, ZAGEO, VELCANO, ASTERIO, etc. Esta divinidad
masculina era la dominadora sobre los hombres y las bestias.

Este podía aceptar la forma de un toro (tal vez porque representaba a la fuerza y fertilidad del
hombre), ya que era un animal sagrado y frecuentemente sacrificado.

Además de la adoración a divinidades, los cretenses también le rendían culto, como una
reminiscencia o un fetichismo, a la piedra en bruto, a la piedra tallada, a la doble hacha, al escudo
y al árbol.

Los cretenses decían que los honores a los dioses y los ritos eran originarios de la isla, que luego
otros pueblos recogieron e imitaron. Investigaciones brindan la certeza de numerosos lugares
donde realizaban sacrificios, con restos de figurillas humanas y reliquias votivas con forma de
miembros humanos que se hallaban entre cenizas.

Ceremonias y festividades eran acompañadas por juegos, inclusive, los griegos atribuían el origen
de los concursos y juegos gimnásticos a los cretenses. Aunque toda documentación atribuible a
estas cuestiones es tan antigua, que no puede saberse si esto es verdadero o falso. Juegos
famosos fueron el Tauromaquia, o el deporte Pugilato. Las ceremonias y festivales religiosas se
acompañaban de danzas y canticos mediante bailarinas.

Al principio, en los primeros ritos funerarios, se practicaba el rito de la inhumanación, donde se

colocaba al difunto en las construcciones de roca llamadas Tholos. Pero más adelante esto cambio,
introduciendo al difunto en tinajas invertidas o sarcófagos de arcilla (los llamaban de bañera, por
su forma)

Pero no se sabe si los cretenses minoicos creían que la vida de ultratumba era tenebrosa, como
creían los griegos, o en cambio, la pensaban como un lugar de placer y descanso.