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A a El joven BADEN~POWELL © A. GATHERALL 14) ' El joven BADEN- POWELL ARTHUR CATHERALL EL JOVEN BADEN-POWELL () Arthur Catherall » NOVELA » BIGGRAFIA, @ ESPIRITUALIDAD > DIVULGACION: = = ow ED oo ‘Tita ovginale ‘THE YOUNG BADEN-POWELL Public por HOPE LERESCHE & STEELE, LONDON ators ‘ARTHUR CATHERALL ‘Vertigo callana de ‘SALUSTIANO MASO PRINTED INSPAIN © o61 ARTHUR CATHERALL © de ls derechos en lengua cavtelana y de ext edicisn Stereiat, S. A. DE EDIGONES ‘Mente Eaquinta, 4. MADRID Impreso en Expafa, en Geiss Céndor, 5, A.» SSncher Pacheco, 83 Depésito Legals M. 385-065 Ne Resists M, 326665 Un chiquillo descubre la aventura Hyde Park Gate, ndmero 1. BI amplio dormiterio se hallaba en silencio, Aungue Ja casa estaba situada junto a una avenida principal y no lejos del centro de Londres, ningin rido de tifico turbaba la calma de Ja noche. Era el allo 1861 y no existan los automéui- Jes. Ni siquiera los tranvas elétricos habian legado xin a alborotar fa paz de las calles londinenss. Acostado en la cama, Robert Stephenson Smyth Be- den-Powell daba vuelta, inguieto, a-un lado y a otro. Hibia algo que no Je dejaba coger ef suefo. Cuando deccansibs sobre su costado derecho, podia ver una 480i redija de luz bsjo la puera deta aleaba. Aque- Io le indiaba que Ta Himpara de gas luca ain en el rellano de Ia escalera Desde ta planta baja Hlegaba de cuando en cuando 4 sus oidos un murmullo de voces. En dos ocasiones ‘yb um bat de cascos de caballo y ef cascabeleo de tun coche al detenerse frente a la puerta principal de la casa, Por Glimo, incopaz de seguir acostado un solo ‘momento mis, e chigullo de cuatro aos —*See” para su familia, pero destinado @ ser conocido un dia en todo 1 mundo por “B-P"— se desis del lecho. ‘Muy calladamente, cruz de puntilas la habitacién ‘hasta fa ventana y con sumo cuidado levant6 la pesada cortina, Se ssomé y distinguié abajo un hombre que ‘estaba pagando al cochero. Unos momentos después oy6 al suriga chistar a su caballo y vocear: —iAmre, Rosie, vimonos! Tn vecilante sonido de cascos le indicé que el caba- to hacia dar Ia wuelta lentamente al coche. En algin ugar de la casa tintines una campanill, seguida por el fuido de la puerta principal al abrirse y cerrarse para dar paso al visitante, Luego, el sonido de os cascos tedlexé su ritmo a medida que el coche se alejaba calle abajo. Por un instante, Ste divisé las dos Kimparas de acet- te colgadas en el pescante a ambos lados del cochero. El soltario farol de la esquina iluminé el vehiculo al ‘pasar. El sombrero de copa del cochero y cl litigo ex- hhiesto en el pescante se destacaron en la leve claridad. Lego el coche se perdié de vista y el sonido de los ‘escos se desvanecié en la distancia ‘A punto ya de dejar caer de nacvo la cortina, Ste se etuvo al ver brillar un haz de Juz, por un momento, al rag de un sétano, Luego la luz se extinguis. Bl poli- ‘fa habja echado Ia cubiera a su linterna de aceite. Ste ‘observ los movimientos del policia; le vio pasear Jen- Tamente basta més alli del farol, bajar a la entrada de tun sétano y comprobar si estaba bien cerrada la puerta, La Juz de su linterna se reflj6 un instante en las mol- duras de madera. Después se extinguié de nuevo. ‘Ste dej6 caer shora la cortina y a tientas volvié hasta Ia cama. Alli se deruvo. Era algo desacostumbrado en 41 aquella dificukad para quedarse dormido; pero lo cierto es que se sentia completamente despierto. Ahora, cl son de una tist Iejana le lev6 2 pensar en lo que ‘estaba sucediendo abajo. ‘Su sade tenia invitades a cenar. Ste no se acordaba ya apenas de su padre, que habia muerto hacia tempo. Se preguntaba quiénes serian los invitados, y qué ha- rian en una “cena”. Por iltimo se acereé 2 la puerta y ‘muy suavemente hizo girar el picsporte. EL pilide resplandor de la pequefa impara de gas parecia tremendamente vivo después de las tinieblas del dormitorio, y Ste titabes, No Hevaba puesto més que el ‘camisén de dormir, que Je llegaba mis absjo de tas rodillas. A punto ya de volverse atris, se detuvo al oit ‘una fuerte carajada, ‘Reconocié la vor inmediatamente. Era el abuelo ‘Smyth, el Almirante! Como el resto de Is familia Baden- Powell, Ste queria macho 2 su abuelo, y una visita & [Langton House, cerca de Tunbridge Wells, a conside- raba tne de las mayores glorias de csta vids. Si el abuelo esth ahi absjo, no creo que yo le vaya a molest”, decidié Ste, y sin més vacilaciones sali6 al descansillo. Desde alll vein perfectamente Ia escalera y dl piso inferior. Un rayo de luz procedente del salén ‘uminaba parcisimente el pasillo que conducia a 1a cocina y aclaraba de paso la penumbra de la escaler. ‘De nuevo titubed Ste, Nunca en su vida habia be- cho cosa semejante. Mas con todo sentiase inctado por ‘un extrafio aguijén ante la idea de escurrirse escalera abajo y asomarse un poguito, nada mis que asomarse yy ver 1o-que hacian los mayores cuando mandaban acos- tarse a Jos nifos. De la cocina se escapabs un tafillo delicioso. Se ofa un murmullo de voces, Pero no se veia abso- futamente a nadie. Ste bajaba escalén tras escalén, may 1 pepndo a Je alaustrada, afin de poder agachans, y tl er esconderse 0 esabullise, si alguien apareia a la sta. Seis esalones antes de Uegar abso, se detuvo. ‘Ahora sentialatirle un poco més fuerte el coraén. No tenia miedo. Era tan s6lo que su corazia empezsba ormalmente a ltie con mis fuerza cuando jogaba coa otros chicos al escondite y presenta que alguien estaba oxce ‘Sin embargo, no habia alma viviene. Ba otros tres excalones, y luego tno més... Se aga ‘aps demasiado tarde cuando, en aquel preciso momen- toy sal6 ua hombre del salén. EI hombre miré hacia Ia sclera, pues el camisén azul claro de Ste le habla Usmmado inmediatamente la atencion. Une de las cxlebridades del mundo literario en aque- Ila Gpoca ext Makepeace Thackeray, y él fue quien “ogi” al pequeio B-P tiempo de impedirie entrar en el sl6o, donde una respeable concurencia de hom- bres idustres y de mujeres sostenian animada charla rienteesexperaben a que fuese servda la cena. Bueno —dijo el sefor Thackeray con macha cal- sma, subiendo y tomando una mano de Ste entre las si Ys, tte pucde saber qué haces aqui? gNo ert tu obligacén estar dormio? Si, sefor Thackeray —dijo Ste muy serio, miran- io al gran hombre cara cart—3 pero no podia dormir; Or c50 se me ocurré bsjar ver lo que pasa cuando ‘amd da una cena —De manera que ti me conoces —dijo Thackeray, a quien no dejaba de complacer esta idea— g¥ cual de Jos hijos de Powell eres i? =iYo s0y Ste! iStel jHomt Ab, e.. el. vamos ¢ ver. Ste Ste... Sh ya 96. Té eres Robert Stephenson Baden-Po- well... Robert Stephenson por t cflebre padrino, el com nocido ingeniero y constructor de puentes. Si, sefior Thackeray. Log ojos de Ste se ilumina- ron, paes Robert Stephenson era su idolo por entonces, y habia_ya decidido que cuando se hiciese mayor tam- bign & seria un famoso ingeniero. ‘Thackeray le puso un chelin en la palma de Ia mano. Aqui tienes este pequefio regalo, Ste, ¥ quiero que te vuclvas tranguilamente a la cama, pues estoy SeeU- ro de que a tu madre no le haria ninguna gracia verte hora, No Wevas una ropa muy adecuada para presen- ‘arte 2 los invitedos, gno te parece? See dio las gracias en un mourmullo y subié. rip damenie de puntillas hasta el rellano de la escalera. ‘Miré hacia absjo por un momento y el novelists Je dijo adiés con la mano antes de entrar de muevo en dl sala. Sentado en le cama, con el chelin apretado entre Ins ‘manos, Ste pens6 por un instante lo que iba a hacer ‘con aquel dinero, No era coctiente que en la familia se prodigasen monedas «los nifis, y cada cual Hevabe sus cuentas al penique, Varias cosas le hubiers gusta- do comprar, pero una de las que més deseaba era un cortaplumss. Lego, acordindose de Thackeray, con su oscuro ca- bello y su sonrisa, decidi6 conservar el chelin. De mo- do un tanto imprecise, Ste sabla que Mr. Thackeray cera un hombre célebre, No podia gastarse un chelin ‘obsequio de un personaje de tal categoria, La moneda fue a parar bajo la almohada, y asi cumplié en lo su cesivo sa doble misién de tesoro y de recordatorio hasta que unos meses después se extravi6, Entonces se tr0c6 ° ‘en una Ilse que iba a abrir al pequefio B-P las puertas de un migico mundo de aventura, ‘Transcurria el invierno con bastante felicidad. Aum aque habia perdido tan terentemcate @ wu eposo y te Sie que sacar adelante a una numerose familia con bie frildes recursos, Henrietta Powell era una mujer de era ide dnimo, Posela un cardcter de To mis Slegre,y habia heredado muy buenas dotes naturales de fa padre, el culo ¢ iteligente Almirante, William 1. ‘Smyth. ‘Tenia Henrietta sus propias ideas acerea del modo de ensefiar a los nifos, y con ayuda de un aya estabe ‘eéucando ca casa a Joe miembros mis jévenes de st familia, Parte de ess educaci6n consistia en pascos por Hyde Pack y las interesantisimas calles y avenidas de la ‘vecindad. ‘Citando scababa el paseo cotidiano, preguataba & los riifos qué habian visto. ¢Se habian fjado que el bom- ‘bre de tos bollos tenia una campanilla nucva? ¢O que fata chiguita que vendia violets, de la que se babian Fhecho tan buenos amigos, se le habia caido por fin el dieme que se le movis? ‘A veces Tos nifios salian al parque solos, y al volver Ja rodeaban alborotados para decisle lo que habien vis- to. Quiz unos patos distintos en el estanques gente @ ‘caballo a quien reconocian; tal ver.el primer asomo de Ja primavera en los brotes de crocus que empezaban a surgie de la parda serr ‘Todo ello formaba parie de un entrenaimiento que ‘baa hacer al fururo B-P un agudo observador, un bom- 10 eee ‘pre dotado de uns asombrose memoria para los deta- ies; y no solamente 4 1 sno tabi a su bermana y ‘bermanos. ‘Lo que ocurtis cl verano siguiente, sin embargo, fue pasa dl pequetio BP como si el sol se hubirs borrao Fepentnamente del ciclo, La familia se habia trasla- ddado la residencia de sus abuelos en Langton Hous, fora que sempre hacia flcs a os no, y le primera frafiana se habla pesado como de costambre exploran- do los jardin. ‘Foe entonces, poco antes de 1a hora del almuerass evando el resto de B-P sibitamente se easombrecis. Habla metido la mano en el bosillo donde: guardsbs el preciosa chlin tegalo de Thackeray y 1a moneda ya 9 Extaba alll Agnes, su bermana menor, volvi6 a ver le gor acta retrasare a su bermano, Llevaba dela mano ‘T asicmbro més joven de la familia, Baden Fletcher, Ge protestaba porgue no queria volver ates w iQue te pasa, Ste? ¢Te encuentras mal? Te bas puesto muy pllido. @Woy a decrslo a mami “No, no, sino estoy malo—. Por wa momento B-P tinabe6, preguntindose. si debera confesar la enorme fontria que habia becho al evar consign su més pre- {Gada moneda, Pero en la familia Powell los muchaches frardaban pocos scerems entre «i, y cl afigido EP contd su desdicha Ob, pobre Ste! —Agnes parecia a punto de cchane a llorar, y aquello fue lo que devolvi6 al ma- cchacho su entereza, seine te preacapes, Agnes —dijo—. Me parece que 6 donde ests, Tene que estar en el “Alckzar de Pops”, Entoy seguro de que estar alll wegueno, Ste, pero ahora no puedes Jr —protesté u ‘Agnes—. Mamé ha dicho que no nos scerquemos al “Alcdzar de Popa” basta desputs de comer. El abuelo cesté alli ocupade. Si admits BP. Fl “Alcizar de Popa” era una terraza desde la que se dominaba Ja parte baja del jardin, y alli era donde cl slmirante solia pasear de un lado 2 otro cuando tra- taba de dilucidar algin problema relacionado con los * Tibros que eseribia. -—Desputs de comer iris a mirar —propuso Agnes—. No Ia encontraté nadie. Si la cogiera el jardinero. ‘Tengo que ir ahora —dijo B-P con firmeza—j yo s€ que el abuclo comprenderé. Después de todo... ¢s muy importante, importantiimo. — Se volvié ¥ cor menaé a ander hacia Ia terraza. Agnes y ol poquctio Baden Fletcher le mizaban en silencio, El abuclo Smyeh in hombre encantador, pero la muchacha habia oido ‘que se enfurecia cuando sus érdenes eran desobedecidas. BP signié andando hast siturse detrs de un gro- sellero en flor. Desde alli dominabs el “Alcizar de Popa”. El almirante estaba paseando a un lado y a ‘tro, con las manos cruzadas a la expalda y In cabeza muy erguide, cual si estuviera estudiando el cielo de ‘eran. El sspecto de intensa concentaciéa de su x03 tro le hacia parecer casi enfurrufado, y BLP lo miraba J Ro se atrevia « seguir adelante. El recuerdo de su Drecioso chelin acebé por infundirle énimos y le obligé 4 salir @ campo descubierco, Silbando para sostencr su valor, avanz6 lenta pero Gr- Memente través de la terraza, con la esperanza de Que sit abvelo oyera cl slbido y tornase la vista; pero Jos pensamientos del anciano estban en otras const uy sjenas’ a los nietos. Vueltas y més vucltas.. El 2 hombre estaba muy atareado poniendo en orden sus ideas comndo inesperedamente nots un tin de uno de Jos faldones de au evita. Aquello le devolvi6 al presente con un leve sobreseto; se detuvo quedéve mirando fjamente a Ste, acaso sw nieto favorito —iEB!, pero... gui aq? Yo rel qu ibas para casa eon Agnes ¥ el pequefio Si que iba... si que Sbamos; pero yo twve que volver. He perdido una cosa, una cose muy importn- te —¥ ed chico miraba a su abuelo anbelosamente, Es taba muy tarbado para nocar aquel sito ceaellen que ‘ru%6 por Jos ojos del anciano, y continu. Estoy seguro de que lo tenia cuando estdbamos aqui con use ted. y ahora no Jo encuentro. Abuelo, custed ba vis to..? ¢No babel visto usted un chelin, verdad? {Ua cheliat (Hum! —Y el almicente Smyth se scarcié la barbila—, Vamos a ver si nos entendemos. Primero dices: “gUsted ha viso..2"; y luego: “gNo ‘habe wsto used” un chelin? A Ste se le hizo un nudo en la garganta,y sa abue- to, compadeeido de 4, metié una mano en el bosilo 44e su pantalén, sacé un putiado de monedes, y toman- do entre ells un chelin se lo dio al muchacho. Si, encontré tu clin, Ste. Aqui esti, Debes te- ner més culdado con el dinero que Hevas en el balsil, porque un dia... Vamos, zqué te pasa shore? —y vol- ‘v6 8 tomar la moneda que el muchacho le tendia —Este no es mi chelin, sbuelo. Pero es un chelin, no? Por vide mia, ¢déade esté 1a diferencia? —EI mio era un chelin especial —dijo Ste muy se- tio. Me lo dio... fjese usted, me lo dio el seior “Thackeray... el gran Thackeray. B =F escrtor Thackeray. {Hum! De nuevo se ace- ‘ieié el almirante la barbie; 2 continuacién volvié a ‘meter fa mano'en'el bolslo y sacé en cla todes las monedss fraccinaras que tenin. Movi6 ln cabeza un tanto dubitativo y razoa6: Bueno, Ste, a0 sé cémo os vemes a areglar. Hay otros custro chelins. Aqui ‘stin, Cualguicra de ellos podria ser. ‘Guardé tas otras monedss, dejando Ste mirar los cuatro chelines que conservé en la mano. En coss de, ‘un momento desaparecié la zozobra del rostro del mu- chacho y cogié Ia moneda que descabe. ae pero fet en. Jos con fo imei, Te Pes Peon ae haber quedo de posto Pe om sue eswo open tipo pera percibir = Is Gis de cada to de los consos se coderezan ¥ * Gaivieron hacia donde habia caido la piedra, Mt crimer congo, ua macho grande, at que Te ington baba denominado “el ezlosdor pes A ger pe ous pas ters. Aquels tial sn Ale Tigiicaba: “Al refugio®, pues acto sentido 5 EE saa cerbandada de piri bacia ls madtiguers ‘Algunos, en su precipitacién Por ‘perderse de vista, pa teen altar de agujero en ageero, y en un minuto todos habian desaparcido. a ugar "a piedra? —esit6 Ste Tieorge o Frank —respoodid Waringon- El mi ame hese abera tenido si uno de clos bubiera dado fin poliada, De todos moder, veo que hemos code fina pareja. ob, no, tres conejos: @L0s vee? 7 5 His tres agneros en el sibazo, sobre los cuales tres > ‘jos pendian por el pescuez 7 Epos? —pregon Ste ¥ por un momearo tntio ten poco de pena que loe conejos que babian eta f° fod ton inocenterente un rato antes no furan shore ‘ino came para la carucla u nds; anda —jo Waringon sctiendo—. eNO ee ee eat ww can ns cnr 68 oe Pa de sale? Be Oe mcrae rest sli TS Se Rite eto encinre Bom re co ee tue amare aes © ent fo pe de pore ot fees Ee arma Conor a 8 SEQ pa tv ceo srmalimante20 wtle TS popes mone cps c8 Bea Ta apten, Lo tes cmon oe Deak te onthe degument o fa ee. Seite ae campeon ory 9 oe eg yy epic eo se Br ei ae Fe aie che cian abl calle se age nwa? Vins dete ot Be tasgsem eee ies Senior 3 came See ce arent» ding les pees sete Ge cn or be Bea eaten, ys pee ge nen Semee eS mins wo ccc 7 be aeee PRP decree rte +s vice tba Pe an sca Cis empresa See Tene nbs iran goes cre de Pea Lopes eon sin chs we de Seat ogo ue on ve Mi, 2 ee. Snes we post aot pe comme d ovo pon SE SS chr «Sr w pos ade ein TR sce —aj Se, gerd que hi ‘mis de interés que ver. _ 38 Bueno —Werington se arrastré fuera del refugio ‘que les habia brindado el bajo ramje del alerce en tan- to que George y Frank cogieron los tres consjos, reti- tlindolos de los cepos, y borrando luego tods sell de que alli habia habido tales cepos—, csté bien, puesto que no estis cansado, y en vista de que eres jefe de ncina, Ste fo mejor es que desuclles esos concjos y los asaremos para maine por la maiana. De regieso en su campamento, Warington mostré a sa hermano menor la manera de desollary limpiar uno de fos concjos, y cuando Ste, tratando de no dejar tras- Jacie que la tarea le daba un poco de asco, hubo deso- Iiado ¥ limpiado los otros dos, recbi6 instrucciones pa- ra asatlos al estilo de los gitanos. ‘Mientras George y Frank preparaban la hoguera con ‘material seco reogido bajo los irboles, Ste baj6 al rfo con Warington, quien le enseié a hacer envolturas de arcilla para los conejos. Completamente empaquetados en arcilla himeda, los tres conejo fueron colocados s0- bre la fogata, que ardia lentamente, luego amontonaron. encima mis lefa seca, y a continuacién, siuiendo las instrucciones de Warington, Ste arrancé parches de Iierba de la orila del ro y los extendié cuidadosamente encima de la hoguers, hasta que todas las armas, in-

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