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Viajar en pareja: Guía de supervivencia

En la película Lost in translation, el actor Bill Murray le dice a un joven que cuando
encuentre a “la persona” no se limite a pensar en marcar una fecha, planearlo y luego casarse.
Le aconseja que coja a esa persona y que viajen por todo el mundo. Que vayan a sitios donde
es difícil llegar y a otros de donde es difícil salir. Si luego vuelves a casa y sigues enamorado
de esa persona, cásate en el mismo aeropuerto.

Estudios realizados refuerzan esta posición. Las parejas que viajan juntas están
significativamente más satisfechas con sus relaciones que las que no lo hacen.

Si no has viajado nunca con tu pareja, te recomendamos que lo hagas lo antes posible. Os
enseñará muchas cosas sobre cada uno y sobre vuestra relación. Incluso si llevas casado
muchos años, viajar creará nuevos recuerdos y fortalecerá el vínculo. Invierte un poco de
tiempo en las redes sociales y seguro que encontrarás parejas que publican sus increíbles
aventuras.

Sin embargo, esta es la cuestión. Las fotos de tus amigos de Instagram no reflejarán nunca la
pelea que -posiblemente- tuvieron antes o después del feliz momento retratado.

El conflicto es una parte natural de las relaciones y por lo tanto, lo es también de las
vacaciones. Cuando estamos de viaje es más probable que discutamos porque pasamos más
tiempo juntos que en casa. Por otro lado, es normal estar más susceptible o ser más proclive
al conflicto cuando nos encontramos en un lugar desconocido, eso nos puede causar ansiedad.

Entonces, ¿qué puedes hacer cuando surge un conflicto en medio de un viaje?

Los conflictos que se dan durante la construcción de la relación nos enseñan que es bueno y
seguro expresar nuestros sentimientos, incluso los negativos. Nos ayudan y nos dan práctica,
además, para la resolución de los problemas que puedan surgir en el futuro.
Muchas veces, las discusiones son provocadas por el cansancio y la frustración de tener que
tomar constantes decisiones en un lugar que no es familiar.
Viajar puede ser estresante por la misma razón que hace que merezca la pena. Nos saca de la
zona de confort y nos expone a nuevas experiencias. Para poder sacar todo el jugo de la
experiencia y mitigar el estrés, te aconsejamos que tomes algunas medidas:
Conoce los disparadores de tu pareja

Existen diversos elementos del viaje que pueden provocar estrés en algunas personas (miedo a volar, a
navegar, a estar en un lugar donde se habla otra lengua…). Otro ejemplo son los viajes para ver a la
familia, donde el ambiente puede acarrear todo tipo de tensiones relacionales.

Habla con tu pareja de las situaciones o personas que pueden ser estresantes para ti de manera previa
al viaje, y intentad marcar los pasos que podéis seguir para mitigar el problema. Construir mapas del
amor fuertes no se trata únicamente de conocer lo que le gusta a tu pareja, sino también aquello que le
causa ansiedad y las maneras en que puedes ayudarle.

Conoce las respectivas expectativas

Como pareja, las expectativas opuestas que chocan o se entorpecen mutuamente pueden significar la
mayor fuente de conflictos durante un viaje. Puede que tu compañero/a desee pasearse por todos los
museos de la ciudad mientras que tu sueñas con un día tranquilo tomando algo en una terraza
cualquiera.

Si no habéis hablado de ello antes del viaje, estas discrepancias os provocarán cierta decepción. Por
un lado puede que tu acabes sintiéndote abrumado por las multitudes de los museos y tu pareja se
sienta frustrada pensando que no ha hecho más que perder el tiempo. Sea como sea, el que consiga
imponer su plan sobre el del otro, será constantemente importunado por la actitud negativa del
acompañante. Todas las opciones llevan a una situación de pérdida asegurada. Para evitar esto, hemos
aprendido a comentar la jugada tanto antes como durante el viaje, para ajustar las expectativas a un
día y lugar concretos.

Planear el futuro por turnos

La gente suele ser muy mala cuando se trata de tomar pequeñas decisiones. Uno de los temas más
controvertidos es la pregunta: “¿dónde comemos?”. Tratar de responderla cuando estamos
hambrientos solo contribuye a que el conflicto sea peor.
Existen distintas soluciones a este problema, una de ellas sería turnarse para hacer listas de opciones
antes de salir del hotel. Ya seas una persona conformista o alguien de fuertes opiniones, esto permite
que los dos toméis parte en las decisiones del viaje y lo hagáis vuestro. Además, permite la aceptación
de la influencia del otro, cosa que constituye una buena práctica.

Respeta la necesidad de estar solo

Dicen que el matrimonio es como un baile. Hay momentos en los que te sientes atraído por tu pareja y
momentos en los que sientes la necesidad de apartarte y reponer tu sentido de la autonomía.
No hay razón para pensar que esto no funciona cuando estamos de viaje. De hecho, puede que se
vuelva una necesidad aún más grande cuando estamos de vacaciones debido a que el tiempo
compartido es mucho mayor que en la rutina habitual.
El baile entre la intimidad y la independencia será diferente para cada pareja. Sin embargo, hemos
descubierto que pasar un tiempo a solas -un día o medio día- y explorar una ciudad por nuestra cuenta,
puede ser una buena manera de recargarnos, y nos proporciona historias para compartir con la pareja.

No deberíamos tener miedo de los conflictos. Una buena relación significa cuidarla con consideración,
y trabajar duro para progresar, poco a poco, la convierte en una experiencia muy divertida. Esto
mismo se manifiesta también durante un viaje. Las peleas ocasionales no quitan la alegría que supone
el compartir la vida con la persona que amas, y de la misma manera, no tienen porqué arruinar un
viaje.

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