Está en la página 1de 1

LA SEGUNDA ALEPH DE SANTIAGO

Sepan el espejo cóncavo, interrogando el brillo de los edificios


viendo a la plaza mugrosa, la huella desconocida de un vil cigarro
cruel osamenta bajo el ocre de la Biblioteca Nacional esperando

Sepa su mirada en toneles de libros, aquellos ojos del osario


tomando un silencio, me sentencia que llamo la atención de versos
como si el ropaje mal pagado, fuera el dictamen de un gusano

Supe de ella y nada más, exaltándose en el laberinto estacionario


engranaje del amor, punzante crujido de la vil despedida
¿ cuántas páginas escribiré para volver al cajón del infinito?

Sepan una última vez más, que su nombre era un Viterbo no amado
baje de atrás para adelante el aparato desnuda adornos
monólogo irrisorio, te alejo de mi sin querer sabiendo
sentándome en la escalera , como una paloma febril
vomitando sangre tras las páginas de un día estepario

RO/MALVER

También podría gustarte