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EAP Febrero 1948 N° 127 Año XII

El problema de la vivienda comentado en el Poder Judicial

El Presidente saliente de la Corte Superior Dr. Andrés Echevarría se refiere, en


honrosos conceptos, a la creación de la Corporación Nacional de la Vivienda y a los
hombres que la han inspirado.

TRANSCRIBIMOS una parte de la Memoria Anual, referente al año 1947 que ha


hecho el Presidente saliente de la Corte Superior el Dr. Andrés Echevarría, que trata
del problema de la habitación y de las soluciones que se esbozan. Los conceptos
del eminente magistrado sobre la inspiración y creación de la Corporación Nacional
de la Vivienda constituyen una nota altamente honrosa, consagratoria, para la
nueva entidad y es motivo de honda satisfacción para las personas dedicadas a su
desinteresado servicio. La personalidad del autor, sus reconocidos méritos, y la alta
tribuna desde la cual ha vertido los conceptos que anotamos, son factores de tan
intensa satisfacción que opacan hasta hacerlos desaparecer todos los obstáculos
e incomprensiones que ha sido necesario vencer en la gran "cruzada" en pro de la
vivienda popular. He aquí las palabras del Dr. Echevarría.

Juicios de Deshaucio

Al tratar de éstos, sólo cabe referirse a los sometidos a las leyes de emergencia
dictadas a partir del año de 1938, en que se acentuó la crisis económica y la
desvalorización de la moneda. Por la ley de 20 de octubre de dicho año, se prohibió
el alza de los alquileres de casas cuya ubicación y renta se especificaba,

prohibiéndose, para los mismos, la interposición de las demandas de desahucio,


durante dos años. Este plazo fue prorrogándose, sucesivamente, gracias a leyes
modificatorias las unas de las otras y que, en realidad, traducían la lucha de
inquilinos y propietarios entregados al juego de la balanza cuyos platillos se
inclinaban, tan pronto de un lado como de otro, según el peso de las razones que,
ante el Poder Legislativo, hacían valer los contrincantes. De estas leyes merecen
especial mención la 10631 que permitió al propietario de casa única la acción de
aviso de despedida para habitarla él mismo, y la 10874 que extendió igual derecho
a los que, teniendo varias casas, eligiesen una, con el mismo propósito. Más como
esta ley tuviera cierta gravedad, fue motivo de controversia si tal elección podía
hacerse, aún cuando el propietario estuviese ocupando otra de su propiedad.
Agravado el conflicto, con el desalojo de innumerables inquilinos, el Gobierno,
reglamentando la ley, ha establecido que el propietario sólo puede ejercer su
derecho electivo, si, viviendo en casa alquilada, necesitase la suya para habitarla.
En el decreto que se acaba de recordar, se alude al abuso que, de la facultad de
elegir, han hecho los propietarios. Es cierto; pero es indispensable anotar que la
prohibición de alzar la merced conductiva, importa, en definitiva, el pago de un
impuesto representado por la diferencia entre el poder adquisitivo del alquiler de

hace 10 años, y el que actualmente tiene, diferencia que, sin exageración, puede
calcularse en un 300 por ciento. Tal impuesto puede no ser muy gravoso para los
grandes urbanistas, pero es hondamente perjudicial para los que, con la renta de
dos o tres propiedades, deben adquirir alimentos y vestidos cuyo valor ha subido en
la proporción indicada. Por esto parece equitativo permitir el alza de los alquileres
siquiera en proporción a las rentas de los propietarios, como se hace con el
impuesto progresivo, lo que, de otro lado, no haría más que legalizar los arreglos
confidenciales que algunos propietarios e inquilinos han hecho para subir los
arrendamientos, sin dejar constancia en los recibos. Es lo que se ha dado en llamar
arreglo de caballeros. Sólo que ,tal arreglo importa una burla de la ley y un fraude al
Fisco que deja de percibir el impuesto correspondiente a las mayores sumas
abonadas. Por lo demás, las medidas de emergencia sólo remedian los síntomas,
pero no la enfermedad que tiene por causa la escasez de viviendas originada por el
aumento de la población. Esta que, en 1920, era de 203,000, para Lima y balnearios,
llegó a 520,000 en 1940, y está calculada, para 1950, o sea para dentro de dos años,
en 814,000, hablando en números redondos. Y como la construcción de viviendas
no ha seguido el mismo ritmo, hay un déficit de 12,000 departamentos para 60,000
personas que los necesitan, según los datos que, tomados de las estadísticas, dio a
conocer el ingeniero Alberto Alexander, en su muy interesante conferencia,
sustentada en la Escuela de Ingenieros, en agosto del año pasado.

Queda hecho el diagnóstico. El remedio, muy sencillo: construir más viviendas.


Cómo hacerlo, tal cuestión que, por distintos medios, tratan de resolver todos los
países que sufren de esta crisis universal. Así en el Brasil, la construcción de casas
para empleados y para obreros, se hace por organismos especiales, financiados
mediante el aporte simultáneo de 3 por ciento del monto total de sueldos que
abonan, por igual, el Estado, y los patrones, empleados y obreros, lo que, según el
recordado profesional, ha constituido un fondo muy cuantioso que está
permitiendo realizar un plan de grandes proporciones.

Entre nosotros, se ha creado la Corporación Nacional de la Vivienda, cuyo Estatuto


tiene fuerza de ley por la expedida con el Nº 10722.

Dicha Corporación, cuyo directorio se compone de 10 miembros entre los que hay
representantesdel comercio, de las industrias y de los bancos, es organismo
autónomo, destinado a construir, por cuenta propia, viviendas para empleados y
obreros. Su capital es de 100 millones de soles, representado por acciones de los
tipos A Y B. Las del primer tipo corresponden, exclusivamente, al Estado:
representan el

valor de los terrenos cedidos para la construcción y los subsidios en dinero que
llegan, a cerca de 20 millones, aparte de los 8 consignados en el Presupuesto
Nacional. Las acciones B, de S/o. 100 cada una, están destinadas al público; y el
pago de los dividendos, lo mismo que la devolución del Capital, están garantizados
por el Estado. La Corporación, en ejercicio de sus facultades, ha emitido bonos que
gozan de privilegios especiales, por lo que tienen gran aliciente para los que
quieran hacer buena inversión de sus capitales o de sus ahorros. Los resultados
obtenidos hasta ahora, son satisfactorios. Se está dando término a la llamada
unidad vecinal Nº 3 compuesta de 1,120 departamentos, y terminadas las otras
unidades en
proyecto, se facilitará la adquisición de sus viviendas, mediante el pago de cuotas
(1). Con ello, si el entusiasmo continúa y todos contribuyen, en proporción a sus
recursos, no sólo se solucionará la crisis de

la vivienda, sino la social. Formar la clase de los pequeños propietarios o aumentar


su número, debe ser preocupación de nuestros estadistas, si se quiere evitar luchas
semejantes a las que, en la vieja Roma sostuvieron plebeyos y patricios, y que sólo
terminaron, para mal de todos, con el desplome del gran imperio.

La Magistratura, encargada de discernir la justicia, cumple su misión, en esta vez


muy grata, tributando su aplauso, no sólo al Congreso que dio la ley y al Gobierno
que la cumple celosamente, sino a los que componen el directorio de la
Corporación todos muy meritorios, pero entre los que, dos de sus miembros, tienen
especial relieve: Fernando Belaúnde Terry, a quien anima según se dice, el fervor de
aquel eremita célebre que predicara la primera cruzada, y Andrés Dasso, que no
siendo joven ya, está poniendo, en la gran tarea, todo el entusiasmo de su primera
juventud.

(1) Nota. La Unidad Vecinal Nº 3 va a ser ocupada sobre bases de alquiler, por
ahora. El sistema de alquiler-venta se estudia para futuros proyectos.

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