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DERECHOS SOBRE EL CUERPO HUMANO

Art. 17. Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes
no tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo
pueden ser disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo
dispongan las leyes especiales.

I. Relación con el Código Civil. Fuentes del nuevo texto

La relación de las personas y de las sociedades con el cuerpo humano observa un giro
copernicano merced a los desarrollos tecnológicos, lo cual gravita sobre lo jurídico. Para los
redactores (Fundamentos, III, 7, 6), surgen problema de esta última índole "cuando se advierte
que el cuerpo humano y sus partes, tales como las piezas anatómicas, órganos, tejidos, células,
genes, pueden ser separados, aislados, identificados, y luego transplantados, patentados,
transferidos comercialmente". Ante ello, se presentan posturas contradictorias respecto del
tratamiento que el Derecho deba dispensar a este nuevo fenómeno, según que se le confiera
al cuerpo y sus partes un valor patrimonial; que se niegue dicho alcance o que, acercándose a
esta última postura, se le reconozca otras valoraciones. La primera, ostensible en la legislación
norteamericana, considera, según añaden los Fundamentos, que "es posible separar
elementos que se califican como 'cosas', que tienen un precio y pueden ser patentados,
transferidos y sometidos al comercio dentro de ciertos límites". La segunda, presente en
Francia, estima que "el cuerpo humano es inviolable y que sus elementos. No podrán ser
objeto de ningún derecho de naturaleza patrimonial". La tercera es la asumida por el
documento cuando expresa que " los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no tienen
un valor comercial , sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social énfasis añadido.
Consecuencia de lo anterior, la norma indica que "sólo pueden ser disponibles por su titular
siempre que se respete alguno de esos valores". A su vez, coherente con el sentido del Título
Preliminar deriva la reglamentación del tópico a leyes especiales.

Fuentes: Del artículo: ver fuentes del Capítulo; Código Civil francés, arts. 16.1 y 16.5.

1. Sentido de la cláusula

La necesidad de regular este tema emerge a raíz de los transplantes órganos en la actualidad
previstos en la ley 24.193 y se extiende a otros supuestos: la donación de sangre,
reglamentada por ley 22.990 o el empleo de las células progenitoras hematopoyéticas
conocidas como células tronco, disciplinadas por las leyes 25.392 y 26.066 y en cuya
reglamentación se expresa que "la obtención, preservación y el implante de las CPH
comprende sus diferentes modalidades de médula ósea, sangre periférica o sangre del cordón
umbilical y la placenta y aquellas que en el futuro la tecnología permita incorporar para la
realización de transplantes autólogos y alogénicos" (decreto 1949/2006). En efecto; estos y
otros procedimientos han permitido mejorar y salvar la vida de las personas por lo que, a raíz
de ello, se discute la consideración jurídica del cuerpo y de sus componentes.

Según Tobías, apartándose de la tesis que considera al cuerpo ya como property righs, ya
como de pertenencia al patrimonio común de la humanidad, el art. 17 adhiere a la tesis de la
extra patrimonialidad de las partes del cuerpo humano, la que se fundamenta por una doble
vía:

a) se está ante un derecho personalísimo por lo que las prerrogativas sobre aquel carecen de
contenido atributivo y por ende de connotaciones patrimoniales.

b) tratándose de cosas, se dispone gratuitamente de ellas a partir de la libre determinación


que impide que un incentivo económico incida de manera negativa en detrimento de los
principios de dignidad e igualdad involucrando en las prácticas. Para este autor, lo expuesto
comporta abandonar el paradigma mercantilista según el cual las partes separadas del cuerpo
constituirían el objeto de un derecho de propiedad tutelado en sus connotaciones
patrimoniales y disponible a título gratuito u oneroso, para asumir un sistema basado en el
principio de la solidaridad.

Así, en los Fundamentos se critica la concepción patrimonialista del cuerpo humano ya que,
para los redactores, esta postura plantea problemas lógicos, porque el derecho de propiedad
sobre una cosa lo tiene el titular y es inescindible de ella; problemas éticos, porque se afecta la
dignidad humana; problemas vinculados a la economía misma, porque un grupo de empresas
podría comercializar a gran escala partes humanas con todas las derivaciones, imposibles de
calcular en este momento. Empero, y precisamente por ello, la abstención no es una respuesta
válida porque, en ausencia de regulación, la comercialización será inevitable con sus graves
consecuencias.

Además, no cabe desconocer el progreso que ha experimentado la ciencia y la técnica y que


lleva a que determinadas partes del cadáver puedan ser utilizadas para la salvación o cura de
enfermedades de otras personas, en cuyo caso esas partes del cuerpo adquieren un valor
relevante para la salud y la existencia del hombre. Por ello es que el cuerpo o sus partes
tienen valor afectivo representa algún interés no patrimonial para su titular, terapéutico tiene
un valor para la curación de enfermedades, científico tiene valor para la experimentación,
humanitario tiene valor para el conjunto de la comunidad, social tiene valor para el conjunto
de la sociedad. Y concluye: es preferible esta enumeración que es limitativa del concepto, a
una enunciación negativa bienes que no tienen un valor económico
En razón de lo expuesto, el título del artículo no es feliz pues su semántica derechos sobre el
cuerpotrasunta una noción todavía demasiado presa del derecho subjetivo entendido como la
absoluta libertad en su uso y destino, lo que es desmentido por los Fundamentos del texto; por
la limitación de la disponibilidad a lo que indiquen las disposiciones específicas y por la
sistemática del Código, la que se halla gobernada por el idea de que son prohibidos los actos
contrarios a la ley, la moral y las buenas costumbres (arts. 55, 56 o 279). Además, la expresión
puede mentar conductas que el legislador no tiene en miras v.gr., actividades de lucro con la
propia imagen o la suscripción de contratos de seguro sobre partes del cuerpo.

2. Controversias en torno de esta materia

El alcance de esta materia es de la mayor relevancia, pues contiene aspectos complejos y


controversiales. Si bien abraza un conjunto de prácticas de naturaleza corriente u ordinaria,
otras son de índole experimental, lo que exige una especial prudencia dados los bienes en
juego. Ejemplo de lo último es el art. 58, el que detalla un puntilloso elenco de requisitos a fin
de autorizar la "investigación médica relativa a intervenciones cuya eficacia o seguridad no
están comprobadas" más allá de que, v. gr., Tale le ha reprochado, entre otras omisiones, la
ausencia de reglas para los niños, menores y personas con severas enfermedades mentales
que no se hallan en condiciones de decidir intervenciones sobre su cuerpo.

Asimismo, no es lo mismo experimentar con células madres adultas que con embriones células
que por su característica totipotente entrañan, in nuce, al hombre mismo, a cuya protección,
se orienta la totalidad del Código), lo que ha conducido a que la legislación comparada difiera
sobre su práctica (v. gr. está prohibida en Austria e Irlanda y autorizada, entre nosotros, por el
art. 14, inc. "b" de la ley 11.044 de la Prov. de Buenos Aires. El nuevo Código establece art. 9°,
cláusula segunda, de la ley 26.994 mediante la que se lo sanciona que la protección del
embrión no implantado será objeto de una ley especial). En efecto, trabajos recientes (v.gr. el
de C. Verfaillie) enseñan que la investigación sobre células obtenidas de la médula ósea que
poseen células pluripotenciales con la misma capacidad proliferativa y diferenciadora que las
embrionarias además de que evitan los dilemas éticos presentes cuando se experimenta con
estas últimas, no desarrollan tumores y se ha evidenciado sumamente exitoso en el
tratamiento de diversas patologías. De igual modo, se controvierte el patentamiento de las
invenciones en materia genética o de procedimientos celulares en el que, se señala, está en
juego el libre acceso al conocimiento del material genético humano y la vocación de compartir
la información científica (Bergel). Vinculado a ello, se plantea el reconocimiento económico
que pueda proporcionarse a quienes aportaron el material que lo posibilitó, en especial
cuando muchos objetan que lo obtenido sea semejante a las células aportadas.
3. Principios que rigen este tópico

Sobre la base de los problemas expuestos y teniendo en cuenta los principios que gobiernan la
ciencia de la bioética (autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia), se han estructurado
los siguientes estándares, también receptados por el legislador (arts. 55/59 y 279 del nuevo
Código y 15 de la ley 24.193):

a) deber de información respecto del alcance de las prácticas a realizar en el cuerpo y sobre el
eventual aprovechamiento comercial y/o patentamiento de la investigación;

b) libre asentimiento sobre la ejecución de aquellas prácticas y sobre el referido empleo

comercial y/o registro de las investigaciones emprendidas, y

c) sobre su revocación, antes y durante la ejecución de las mismas;

d) el destino a darse al bien de cesión "debe ser el mismo del que fue informado al cedente y
respecto del cual prestó su asentimiento";

e) los actos de disposición de las partes separadas del cuerpo no deben ser contrarios a la ley,
moral y buenas costumbres.

4. Metodología del texto

El artículo es deliberadamente abierto, en tanto el último segmento de la oración sujeta la


disponibilidad del cuerpo o de sus partes cuando se configure algunos de esos valores y según
lo dispongan las leyes especiales ya que, se señala en los Fundamentos, hay demasiada
variedad que hace necesario remitir a la legislación especial la regulación de cada uno de los
casos. El criterio está en sintonía con la idea de que este no es un Código hermético, además
de que reconoce el dinamismo y la complejidad de la vida social, de modo que numerosas
cuestiones como la presente, que exhiben un especial tecnicismo, no pueden receptarse en su
seno.
III. Jurisprudencia

1. Una persona debe ser autorizada a donar un riñón a un amigo, pues se acreditó que el
pretenso donante está impulsado por un muy fuerte sentimiento de solidaridad y amistad que
descarta todo fin espurio, que tomó su decisión con discernimiento, intención y libertad, y que
están dados todos los recaudos médicos necesarios para la ablación y el trasplante (Juzg. Nac.
1ª Inst. Civ. y Com. Fed. Nro. 6, 20/12/2012, LA LEY, 2013-B, 580).

2. Debe declararse la inconstitucionalidad de la Resolución N° 69/09 del INCUCAI, en cuanto


impone el uso alogénico de las células progenitoras hematopoyéticas criopreservadas en
bancos privados, pues la citada disposición vulnera el principio de voluntariedad y
consentimiento del dador, consagrado en el art. 15 de la ley 24.193, e implica un evidente
exceso en el ejercicio de las facultades reglamentarias de aquel organismo, en violación al
principio de jerarquía normativa y de legalidad (CN Contencioso administrativo Fed., sala III,
29/11/2010, LA LEY, 2010-F, 498).

3. La Resolución del INCUCAI 69/2009, en cuanto impide el uso exclusivamente autólogo de las
llamadas células madre provenientes de sangre del cordón umbilical y placentaria obtenida en
el momento del nacimiento, y obliga a la donación, es inconstitucional, pues dada la
especialidad del organismo, solamente le corresponde regular aquellas cuestiones que
requieran de una normativa técnica referida a su materia pero no tiene competencia para
regular todo procedimiento destinado a la medicina humana, porque esta no es su función ni
puede serlo (dictamen de la Procuradora Fiscal que la CSJN hace suyo en fallo del 6/5/2014, C.
526. XLVII).

4. Constituye embrión humano todo óvulo humano a partir del estadio de la fecundación, todo
óvulo humano no fecundado en el que se haya implantado el núcleo de una célula humana
madura y todo óvulo humano no fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse
mediante partenogénesis", por lo que está prohibida, por un lado, la utilización de los
embriones "con fines de investigación científica, pudiendo únicamente ser objeto de patente la
utilización con fines terapéuticos o de diagnóstico que se aplica al embrión y que le es útil"; y,
por otro, "la destrucción previa de embriones humanos o su utilización como materia prima,
sea cual fuere el estadio en el que éstos se utilicen... (Trib. Just. Unión Europea [Gran Sala],
causa "Oliver Brustle c. Greenpeace eV", sent. del 18/10/2011).

BIBLIOGRAFIA

Derecreales.blogspot.com
El derecho a la vida

Es uno de los Derechos Humanos Universales recogido y aceptado en todas las Constituciones
Políticas y demás normas legales de los diferentes países del mundo, así como en los
Instrumentos Internacionales que libre y voluntariamente algunos países han integrado a sus
respectivas legislaciones. Como ejemplo podemos citar la Declaración Universal de Derechos
Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, la Convención Americana
de los Derechos Humanos, entre otros, que garantizan el derecho a la vida, como un derecho
fundamental autónomo. El Derecho Internacional obliga a proteger la vida humana, desde la
concepción, es decir, tanto antes como después del nacimiento. Pues la evolución de la
internacionalización de los derechos humanos alcanza mayor fuerza día a día y aceptación a
nivel mundial. Es justamente el Derecho Internacional uno de los principales promotores de
los derechos humanos y de la protección de los individuos. El derecho a la vida constituye un
valor supremo cuya titularidad corresponde a todos los individuos de la especie humana y cuya
violación es de carácter irreversible, ya que desaparece el titular de dicho derecho.

Con el avance del tiempo la vida tiene otras connotaciones y ya, constituida en un valor
inapreciable, sólo por razones de honor y de defensa, igualmente del orden social, era posible
privar de la vida a otro. Prevaleció la llamada ley del talión como medio de reparación de los
daños inferidos a una persona. Lo que significa que si alguien privaba de la vida a otro existía
el derecho de quitar la vida al autor de ese acto. Como un rezago de estos tiempos primitivos,
por excepción y por razones de mayor consideración y trascendencia, que en el fondo dicen
relación con el mantenimiento del orden social, en algunos. El inicio de la vida del ser humano
como fundamento para la protección penal

La vida inicia en el momento de la concepción, esto es con la unión del óvulo con el
espermatozoide, unión que da vida a una nueva célula que es el cigoto, comenzando así el
desarrollo embrionario. Esta nueva célula posee 46 cromosomas y un patrimonio genético
único, diferente de sus progenitores, con capacidad autogobernable y totipotencial; y, desde
este momento, el ser que está por nacer, se acoge a la garantía constitucional de protección
del derecho a la vida y su vulneración se encuentra sancionada por las leyes penales de varios
países.

Así, la mayoría de códigos penales contemplan al aborto como un delito contra la vida, con las
excepciones que la misma ley establece. El aborto causa la muerte de un ser humano,
independientemente de cómo se la produzca. Por lo tanto, este ser merece la protección
jurídico-penal, pues la vida humana es el más alto de todos los bienes jurídicos y nuestras leyes
castigan severamente su destrucción. La protección penal del bien jurídico no puede ser
negada. Si nuestra Constitución y las demás Constituciones de los diferentes Estados y los
instrumentos internacionales protegen la vida del ser humano, como un derecho fundamental,
esta protección se extiende hacia el nasciturus, pues éste es un ser humano antes y después
del nacimiento. El Derecho Penal, como norma sancionadora, punitiva, llamado a prevenir las
conductas antijurídicas, protege la vida del que está por nacer a través de la tipificación del
delito de aborto. Así, el Código Penal ecuatoriano contempla la figura del aborto en el Título
VI, De los Delitos contra las Personas, Capítulo I, De los Delitos Contra la Vida.

El Derecho Penal no mantiene una relación de necesaria dependencia de los presupuestos que
conforman el supuesto de hecho de sus normas respecto a otras ramas del ordenamiento
jurídico y por tanto se puede considerar que el status de persona comience antes, que la
norma intervenga en un momento anterior ofreciendo una protección más reforzada…

Numerosos estudios científicos demuestran que la vida comienza desde la concepción, como
lo hemos afirmado anteriormente, por tanto el nasciturus alcanza protección constitucional y
es deber de los Estados proteger su vida. Esta protección se efectiviza en el momento que la
ley penal contempla dentro de sus delitos al aborto La vida como derecho fundamental de las
personas

El derecho a la vida es una de las garantías constitucionales absolutas, el primer derecho, el


más natural, por lo tanto una de las formas de garantizar este derecho es la debida
penalización para quienes intenten, siquiera, violentarlo. Del derecho a la vida depende la
posibilidad de gozar y ejercer los restantes derechos. El derecho a la vida es un derecho
humano fundamental, cuyo goce es un prerrequisito para el disfrute de todos los demás
derechos humanos. De no ser respetado, todos los derechos carecen de sentido. En razón del
carácter fundamental del derecho a la vida, no son admisibles enfoques restrictivos del mismo.

BIBLIOGRAFIA

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Madrid.

Vida en etapa terminal

Paciente terminal es la persona que se encuentra en la etapa final de algunas enfermedades


crónicas, especialmente de las cancerígenas. Esta fase se inicia en el momento en que es
preciso abandonar los tratamientos de finalidad curativa, ya que no le aportan beneficios a su
estado de salud, para sustituirlos por otros cuyo objetivo es controlar y paliar los síntomas,
tanto físicos como psíquicos que origina la enfermedad.

A veces, se usa sólo la palabra "terminal". Es sinónimo de enfermo o paciente desahuciado.


Pero no debe confundirse con "enfermo o paciente agónico", que se refiere a la fase de agonía
de un paciente (la previa al fallecimiento).

A menudo, un paciente se considera que sufre una enfermedad terminal cuando su esperanza
de vida se estima en seis meses o menos, bajo el supuesto de que la enfermedad sigue su
curso normal. La norma de los seis meses es arbitraria, y las mejores estimaciones disponibles

de la longevidad pueden ser incorrectas. Por consiguiente, aunque un enfermo diagnosticado


correctamente puede ser considerado terminal, esto no es una garantía de que el paciente va
a morir dentro de los seis meses. Del mismo modo, un paciente con una enfermedad que
progresa lentamente, como el SIDA, no se puede considerar una enfermedad terminal ya que
las mejores estimaciones de longevidad son mayores de seis meses. Sin embargo, esto no
asegura que el paciente no muera de forma temprana.

Cada paciente reacciona de manera diferente ante la noticia de que sufre una enfermedad
terminal. En general, casi todos los pacientes pasan por cinco etapas hasta aceptar su
dramática situación, cuando se diagnostica una enfermedad terminal o una pérdida
catastrófica:
Negación. Es solamente una defensa temporal para el individuo. Este sentimiento es
generalmente remplazado con una sensibilidad aumentada de las situaciones e individuos que
son dejados atrás después de la muerte.

Ira. El individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta persona es
difícil de ser cuidada debido a sus sentimientos de ira y envidia. Cualquier individuo que
simboliza vida o energía es sujeto a ser proyectado resentimiento y envidia.

Negociación. Involucra la esperanza de que el individuo puede, de alguna manera, posponer o


retrasar la muerte. Usualmente, la negociación por una vida extendida es realizada con un
poder superior a cambio de una forma de vida reformada.

Depresión. Empieza a entender la certeza de la muerte. Debido a esto, el individuo puede


volverse silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. Este
proceso permite a la persona moribunda desconectarse de todo sentimiento de amor y cariño.
No es recomendable intentar alegrar a una persona que está en esta etapa. Es un momento
importante que debe ser procesado.

Aceptación. Es la etapa final; llega con la paz y la comprensión de que la muerte está
acercándose. Generalmente, la persona en esta etapa quiere que la dejen sola. Además, los
sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. Esta etapa también ha sido descrita como el
fin de la lucha contra la muerte.

Bibliografía

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Panamericana; 2012.

Terminal Illness. Issues and Concepts. Ascension Health. Consultado el 30/08/2012.

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8. doi:10.1136/bmj.327.7408.195. PMID 12881260. PMC 166124.

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Gérvas J. Morir en casa con dignidad. Una posibilidad, si hay apoyo y cuidados de calidad.
Oporto (Portugal): XVII Encontro do Internato de Medicina Geral e Familiar da Zona Norte. 21 a
23 de octubre de 2010.

Terminación anticipada muerte


La ortotanasia o muerte digna designa la actuación correcta ante la muerte por parte de
quienes atienden al que sufre una enfermedad incurable o en fase terminal.
Por extensión se entiende como el derecho del paciente a morir dignamente, sin el empleo
de medios desproporcionados y extraordinarios para mantener la vida. En este sentido,
ante enfermedades incurables y terminales se debe procurar que se actúe con
tratamientos paliativos para evitar sufrimientos, recurriendo a medidas razonables hasta
que llegue la muerte.
La ortotanasia se distingue de la eutanasia en que la primera nunca pretende adelantar
deliberadamente la muerte del paciente. Argentina
En noviembre de 2007, en la Provincia de Río Negro, se aprobó por unanimidad una ley
que permite «a todo adulto que se encuentre en estado terminal pueda manifestar su
voluntad de rechazar métodos cruentos».2

En la provincia de Córdoba, se aprobó la ley 10.058 - DECLARACIÓN DE VOLUNTAD


ANTICIPADA MUERTE DIGNA, que tiene por objeto establecer, regular y garantizar el
derecho que tiene cualquier persona -con plena capacidad de obrar- a decidir en forma
anticipada su voluntad respecto a la negativa a someterse a medios, tratamientos o
procedimientos médicos de encarnizamiento terapéutico que pretendan prolongar de
manera indigna su vida. Dicha norma prevé también crear un Registro de Voluntades
Anticipadas, cuyas principales funciones son:

a) Inscribir y custodiar las Declaraciones de Voluntad Anticipada (DVA);

b) Informar y asesorar a los ciudadanos y a los centros y profesionales sanitarios sobre los
efectos y los requisitos de las Declaraciones de Voluntad Anticipada (DVA);

c) Posibilitar el acceso y la consulta de las Declaraciones de Voluntad Anticipada (DVA)


inscritas, de manera ágil y rápida, por parte de los profesionales sanitarios encargados de
la atención al paciente, y

d) Notificar fehacientemente al declarante de la recepción de su Declaración de Voluntad


Anticipada (DVA).

El 9 de mayo de 2012, el Senado Argentino convirtió en ley un proyecto que habilita a


rechazar tratamientos que prolonguen artificialmente la vida de pacientes con cuadros
terminales o irreversibles. El consentimiento podrá darlo el paciente o, si no estuviere en
condiciones de hacerlo, sus familiares o representantes legales.3 Fue promulgada el 24 de
mayo de 2012 como la Ley 26.742.

A nivel nacional, el nuevo Código Civil, que entró en vigencia el 1 de agosto de 2015,
prevé en sus artículos 59 inc g y 60 la posibilidad de expresar directivas de voluntad
anticipadas en este sentido.

España
El 18 de febrero de 2010, el Parlamento de Andalucía -Comunidad Autónoma de
Andalucía- aprobó la Ley de derechos y garantías de la dignidad de la persona en el
proceso de la muerte.4
El 13 de mayo de 2011, el Consejo de Ministros de España (presidido por José Luis
Rodríguez Zapatero) aprobó el anteproyecto de Ley de Cuidados Paliativos y Muerte
Digna. La norma expone los derechos de los pacientes en situación terminal y también las
obligaciones del personal sanitario que los atiende. El proyecto de ley recoge los derechos
a renunciar a un tratamiento médico y al uso de sedaciones terminales -aunque se acorte
la agonía y acelere la muerte-. El texto reconoce el derecho del paciente a que se preserve
su intimidad y la de su familia, que pueda estar acompañado y recibir el auxilio espiritual
que solicite. La ley establece que, al menos en la fase de agonía, el enfermo pueda
pasarla en una habitación individual.5

Colombia
La Corte Constitucional colombiana, en Sentencia de constitucionalidad (No. 239) de 1997,
refiriéndose al artículo que en el Código Penal en vigencia para la época sancionaba el
homicidio por piedad con prisión de seis meses a tres años, resolvió declararlo exequible,
con la advertencia de que en el caso de los enfermos terminales en que concurra la
voluntad libre del sujeto pasivo del acto, no podrá derivarse responsabilidad para el médico
autor, pues la conducta está justificada.6 El actual Código Penal colombiano, en su artículo
106, sanciona de igual manera el homicidio por piedad.

Dignidad ante la muerte con y sin dolor


Aunque en la cultura actual la consideración de ortotanasia o muerte digna en el final de la
vida de enfermos incurables y terminales se asocia como aquella que se produce sin
ensañamiento terapéutico y con aplicación de cuidados y tratamientos paliativos, sobre
todo dirigidos al sufrimiento y dolor innecesarios, no debe entenderse excluida de una
muerte digna cualquier persona cuya muerte se produjera al margen de esas
consideraciones genéricas, ya sea por decisión personal del enfermo u otras
circunstancias. La medicina paliativa se concentra en mejorar la calidad de vida y en aliviar
los síntomas en el marco de un equipo multidisciplinario, formado por médicos,
enfermeras, psicólogos, asistentes sociales, nutricionistas, etc. En otros países se ofrece
terapia de expresión artística -como la música y la pintura-, lo que permite a los enfermos
encontrar una forma de comunicación no verbal, para las angustias, temores que le
puedan ocasionar el enfrentamiento con la muerte. A los pacientes que lo deseen se les
ofrece asistencia espiritual. Dado que a la familia se le considera parte del equipo
terapéutico, se procura educarla para que pueda asumir un rol activo para el cuidado de la
persona enferma.
Bibliografía

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«eutanasia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-
670-4189-7.

La legalización de la "muerte digna" en Río Negro levantó polémica, Diario Clarín.

«La muerte digna ya es Ley en Argentina». 9 de mayo de 2012. Archivado desde el original el
13 de mayo de 2012. Consultado el 10 de mayo de 2012.
Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de la Persona en el proceso de la Muerte, Ley
2/2010, aprobada el 18 de febrero de 2010, promulgada 8 de marzo de 2010 - Parlamento de
Andalucía

El Consejo de Ministros aprueba el anteproyecto de ley de Muerte Digna,un grave suceso


lamentablemente, 13/5/2011, El País

«Sentencia C-239/97».

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