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Análisis de la sentencia Madison VS

Marbury (1803) Suprema EE. UU.


En primer lugar, diversos criterios fueron analizados para la determinación de la
supremacía constitucional, y uno de ellos fue declarar la sección 13 de la ley de
organización Judicial de 1789 como inconstitucional ante los diversos puntos:
1. La constitución representa la ley suprema de una nación, por consecuente la
división de los poderes es establecida en la misma.

2. Una ley como esta creada por el congreso y que es contraria a la Constitución es
automáticamente nula, y no se puede obligar a ningún tribunal a abstenerse en lo
que se explica de ella, por lo mismo la ley de organización judicial fue anulada
en este caso.

3. De igual forma John Marshall que fue quien proclamo en este momento tanto la
supremacía constitucional como el objetivo que tenía el poder judicial,
especifico que el poder judicial tenía como principal función proteger y hacer
valer la constitución.

4. Ahora bien, en un caso donde tanto una ley ordinaria del poder legislativo, como
la constitución se aplican siempre la supremacía de la constitución va a
prevalecer.

De esta forma estos criterios confirmaron las bases de lo que sería la supremacía
constitucional y de los actos que podía tomar un juez. La sentencia dada por John
Marshall estableciendo de una forma el poder que tenía el sistema judicial, y cuales
objetivos debía estar inscritos siempre en cuestión a las decisiones tomadas por un juez.
El tipo de control es conocido como un tipo de control concreto y difuso, sin embargo,
la toma de decisión tomada por John Marshall fue eficiente, la misma evito la caída del
poder judicial como árbitro final de la ley, proclamando de esta manera una buena
determinación. El tipo de control es concreto y difuso esto se debe a que John Marshall
tomo la iniciativa de la evaluación de las normas para tomar en cuenta si las mismas son
constitucionales o no.
El mismo surgió como resultado de una querella política a raíz de las elecciones
presidenciales de 1800, en las que Thomas Jefferson, quien era un republicano
demócrata, derrotó al entonces presidente John Adams, el cual era federalista. En los
últimos días del gobierno saliente de Adams, el Congreso, dominado por los
federalistas, estableció una serie de cargos judiciales, entre ellos 42 jueces de paz para el
Distrito de Columbia. El Senado confirmó los nombramientos, el presidente los firmó y
el secretario de Estado estaba encargado de sellar y entregar las actas de nombramiento.
En el ajetreo de última hora, el secretario de Estado saliente no entregó las actas de
nombramiento a cuatro jueces de paz, entre los que se contaba a William Marbury.
El nuevo secretario de Estado del gobierno del presidente Jefferson, James Madison, se
negó a entregar las actas de nombramiento porque el nuevo gobierno estaba irritado por
la maniobra de los federalistas de tratar de asegurarse el control de la judicatura con el
nombramiento de miembros de su partido justo antes de cesar en el gobierno. Sin
embargo, Marbury recurrió a la Corte Suprema para que ordenara a Madison entregarle
su acta.
Uno de los principales deberes de un gobierno es proveer esta protección. El gobierno
de los EE. UU. ha sido enfáticamente llamado un gobierno de leyes y no de hombres.
Tal gobierno, ciertamente, dejaría de merecer ese alto calificativo si las leyes no
brindaran modos de reparar la violación de un derecho legítimamente adquirido Si tal
cosa fuera a suceder en la jurisprudencia de nuestro país, ello sólo podría deberse a las
especiales características del caso.
Nos corresponde, por lo tanto, preguntarnos si existe en este caso algún ingrediente que
lo exima de investigaciones o que prive a la parte perjudicada de la reparación legal.
¿Está dicho elemento presente en el caso? ¿Constituye -el acto de entregar o retener una
designación escrita- un mero acto político reservado al Departamento Ejecutivo para
cuyo cumplimiento nuestra Constitución ha depositado la total confianza en el Ejecutivo
supremo, de modo que cualquier conducta desajustada a su respecto no tenga prevista la
consecuente reparación para el caso que dañe a un individuo? Sin duda, tales casos
pueden existir. Pero que cada deber asignado a algunos de los grandes departamentos
del Poder Ejecutivo constituya uno de estos casos es, sin duda, inadmisible.
Para la determinación de quien resultó ganador en este icónico de Estados Unidos,
jugaría un papel vital quien fue John Marshall, que viene a ser hoy en día el juez más
importante de la Corte Suprema de Estados Unidos. Marshall tomo la decisión de
declarar que, aunque era cierto que William Marbury estaba en su derecho y que
merecía que se le llevase a causa, el mandamus expuesto chocaba con los principios de
la constitución norteamericana ya que los tribunales solo ejercían ese tipo de caso
mediante apelación. Un mandamus es un auto privilegiado, ya sólo puede instarse
cuando no existe otro recurso adecuado. Se dirige por un tribunal a otro de inferior
jerarquía, o a una persona jurídica, pública o privada, o a una persona física en cambio
una apelación es un recurso planteado ante una jurisdicción superior, para la obtención
de una revocación total o parcial de una jurisdicción inferior. Gracias a esto, el derecho
que William Marbury quería ejercer inconstitucionalmente no se le tutelo su derecho de
un mandamus ya que la constitución establecía límites para los poderes públicos y
debían regirse bajo esta. Resultando como ganador James Madison e impidiendo que
Marbury obtenga su nombramiento como juez de paz.
Esta sentencia es de gran importancia ya que es la primera evidencia donde se reconoce
el valor de la constitución como los límites de los poderes del estado, además de que
hoy en día es un símbolo. También en esta sentencia podemos como se declara que una
ley o norma que vaya contraria a la constitución inmediatamente deja de ser norma,
imponiendo así la supremacía constitucional. Además de que se somete de forma
evidente el poder político a una ley de congreso que es el valor normativo de la
constitución que es escrita y dada por el pueblo.

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