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Diplomado en Competencias docentes

Actividad 3.
¿Por qué es necesario adecuar la práctica educativa a la Educación Basada en
Competencias?
Propósito: Identificar, conocer y analizar el proceso de implantación del Enfoque de
Formación Basado en Competencias al interior del TecNM
Desde una perspectiva global, la educación se debe constituir en uno de los motores para el
desarrollo de los países; constituyéndose en un proceso permanente de generación de
conocimiento encaminado a resolver los problemas de las sociedades, con una visión amplia
que no sólo considere los aspectos académicos, sino que atienda de manera integral la
formación para el trabajo, la generación y difusión del conocimiento, el cuidado del medio
ambiente en un marco de equidad y de justicia.
En el caso particular de la historia de México, la educación ha sufrido diversos cambios, que
no necesariamente han sido incrementales; pero que han tratado de plasmar sus anhelos de
constituir a la educación, en el vehículo que lleve a la sociedad a nuevos estadios de bienestar
y desarrollo científico y tecnológico.
En concreto, la educación superior tecnológica, ha sufrido cambios radicales y se la ha dado
en los últimos años el mayor impulso en su historia; actualmente, el Tecnológico Nacional
de México (TecNM), creado a partir del decreto emitido en el año de 2014, se constituye en
la Institución de educación Superior Tecnológica más grande del país, con 266 campus, de
los cuales 126 son tecnológicos federales y 134 son tecnológicos descentralizados; atiende a
una matrícula de más de medio millón de estudiantes de licenciatura y posgrado.
A partir de los datos anteriores, puede empezar a dimensionarse el impacto que al exterior de
los Institutos del TecNM, sin embargo, es necesario resaltar las causas que dieron origen al
sistema Tecnológico, que emerge en el año de 1948 a partir de la creación del Instituto
Tecnológico de Durango y en el año siguiente el Instituto Tecnológico de Chihuahua, que
más tarde propiciaron la creación de la Dirección General de Enseñanzas Tecnológicas
Industriales y Comerciales (DGETIC) , marcado por la separación de dichos Institutos del
Instituto Politécnico Nacional e integrarse a la Secretaría de Educación Pública.
A inicios de la creación de los Institutos Tecnológicos, que tuvieron un carácter regional, se
pretendía que contribuyeran en el fortalecimiento del modelo económico de industrialización
por sustitución de importaciones, mediante la generación de ciencia y tecnología propias, que
apoyara el proceso de trasformación del país.
Desde el origen de la DGETIC, explícitamente se indicó que ésta debiera colaborar en el
proceso de industrialización de país, considerando las características y vocaciones regionales
y que sus servicios educativos permitieran la formación de personal técnico (medio y
superior), con un enfoque integral que atendiera las esferas del conocimiento, la cultura, las
artes, el deporte y la formación cívica.
En dicha pronunciamiento, se aprecian los opuestos pedagógicos entre la formación técnica
y la educación integral; sin que ello resulte ser contradictorio, sino más bien complementario
en la herencia del modelo politécnico francés con su base de formación curricular asentada
en el conocimiento científico, creando tensiones entre lo regional y lo nacional, lo científico
y lo técnico, la teoría y la práctica que propiciaron la heterogeneidad de los programas de
estudio que se ofrecían.
Sin embargo, durante el proceso de descentralización de la educación superior, que dio origen
a los Tecnológicos Superiores que hoy son mayoría en el TecNM, se pretendió llevar a cabo
la transferencia del control administrativo y del financiamiento operativo del ámbito federal
al estatal y llevar a las localidades pequeñas oferta de educación superior tecnológica en la
figura de las Institutos Tecnológicos Superiores (ITS) que han representado el medio del
crecimiento del sistema; que desde el año de 1990 a la fecha, se crearon 108, mientras que
Tecnológicos federales sólo se crearon 10 en el mismo periodo.
Desde su fundación hasta la fecha, los Institutos Tecnológicos han transitado por diversos
modelos educativos; durante el periodo del presidente Salinas, se generó el Programa para la
Modernización Educativa, donde explícitamente se propuso una reforma de las carreras y
planes de estudio para las licenciaturas e ingenierías de los Institutos Tecnológicos,
tendientes a recuperar criterios internacionales de organización curricular; situación que se
hizo evidente al lograr la compactación de 55 programas educativos a 19, además de haberse
ampliado la oferta mediante programas de posgrado.
En el año del 2004, el Modelo Educativo para el Siglo XXI, fue resultado de la
heterogeneidad y dispersión del sistema tecnológico; dicho programa sirvió como base para
el Modelo Educativo para el Siglo XX, Formación y Desarrollo de Competencias
Profesionales; comúnmente llamado Modelo Educativo para el Siglo XXI por Competencias
del año 2012.
El surgimiento de la nueva sociedad de la información y el conocimiento, ligada a la
producción de nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs), generó la
ruptura de fronteras y la diseminación de la información en tiempo real, reconfigurando las
formas de producción y difusión del conocimiento, desplazando para siempre el libro
tradicional libro con todos sus procesos editoriales.
Aunque desde el modelo educativo del 2004, ya se veía un enfoque orientado a las
competencias; fue el modelo del 2012 que concreta la noción de las competencias
profesionales; que conjunta elementos del concepto europeo, emanado de la Declaración de
Bolonia, en tres rubros principales, los conocimientos, las habilidades y las actitudes (estas
últimas como la evidencia objetiva de los valores) y de la concepción norteamericana,
centrada en el entrenamiento laboral; reduciendo la competencia al “saber hacer”, que deja
de lado otros saberes básicos como el saber ser, por ejemplo.
Esta concepción parcial de competencia, reduce la formación de la ingeniería a un
entrenamiento técnico, operante en un mercado donde el estudiante se convierte en un recurso
más de la empresa, donde lo importante es que posea la habilidad técnica para desarrollar las
funciones de su puesto con eficacia y eficiencia. Esta concepción moderna de la competencia
profesional, ha sido ampliamente rebasada por las necesidades sociales entre quienes
producen y aplican el conocimiento.
Ante esa situación problemática, el MES XXI, pretende establecer un enfoque humanista en
la formación profesional y reconoce a la persona como un ser integral y único, por lo que
dicho modelo, se enfoca en el aprendizaje y los proyectos de vida, sosteniendo que una de
las finalidades de vida, sosteniendo que se pretende alcanzar un aprendizaje integral y la
educación se entiende como un proceso continuo del desarrollo de todas las potencialidades
del ser humano, orientado a la plenitud en el aprender a ser, a hacer, a emprender y a convivir.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, oficialmente el pronunciamiento de la Dirección General
de Educación Tecnológica, en el año del 2012, establece un enfoque reduccionista en la
definición del plano social, al declarar que:
El plano social, corresponde al contexto resultante de la dinámica mundial que define las relaciones
entre los diferentes actores que construyen y participan en la realidad económica, social, cultural y
política. Tales condiciones generan necesidades específicas respecto de la demanda laboral, por lo
que el SNIT ha desarrollado un enfoque educativo basado en la formación y el desarrollo de
competencias profesionales para responder a ello

Es claro que la formación profesional desde esta óptica, se orienta a que el egresado responda
al mercado laboral, que demanda profesionales para ocupar puestos de trabajo cambiantes y
competitivos. En ese mismo contexto, el TecNM, en el año 2015 establece que su modelo
educativo está altamente influenciado por los empleadores, reduciendo la formación
profesional al mero entrenamiento.
En tal sentido, la función social del TecNM, deja de lado la importancia del desarrollo
nacional (económico y social) para centrarse en la mejora de procesos de formación de
personal calificado, lo que supedita la educación a los intereses de la empresa 8muchas de
ellas, ni siquiera de origen nacional).

Con base a los planteamientos previos, se abre una ventana de oportunidad para el quehacer
docente del TecNM; dado que la operatividad de todo modelo (educativo en este caso), recae
en el personal encargado de su despliegue; es por ello que como profesores, tenemos ahora
la gran facilidad de contar con múltiples herramientas de apoyo, basadas en las tecnologías
de la información, que nos permitirán desarrollar de mejor manera el acercamiento de los
conocimientos a los estudiantes; sin embargo, es necesario no descuidar las otras esferas de
la formación profesional, incorporando de manera transversal los demás saberes que
conforman las competencias profesionales, apoyados en la experiencia propia y en referentes
de mejores prácticas a nivel mundial para que podamos contribuir de manera significativa
con el desarrollo de nuestras zonas de influencia y las regiones del país en donde estamos
insertos.
Javier Contreras Ruiz

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