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PRIMAVERA SILSNCIOSA

(Ensayo)

El hombre en su afán de desarrollo y superación científica a logrado que la ciencia


avancé a pasos agigantados, y con el ego de sus propósitos a olvidado un factor
muy importante, o mejor el factor mas importante que poseemos para nuestra
existencia, y desarrollo como seres vivos que hacemos parte de un ecosistema que
mantiene un equilibrio en el universo.
La ciencia ha hecho avances increíbles todos con fines de hacer bien a la
humanidad, o dar solución a los infinitos problemas que día a día amenazan con
acortar nuestra existencia, o simplemente por el deseo de reconquistar otros
horizontes que se a planteado o imaginado.

No debemos ignorar los grandes beneficios que nos ha brindado la ciencia como lo
es las curas o tratamientos de algunas enfermedades, y a nivel tecnológico las
maquinas creadas que hacen que nuestras tareas sean muy fáciles de realizar, y de
manera mas rápida; todo esto es increíblemente satisfactorio y bueno, pero
estamos ignorando la parte mas importante, que es nuestro planeta y su
naturaleza, el lugar donde vivimos y llevamos a cabo nuestros proyectos y nos
realizamos como personas sociables. Pero al contrario de estar agradecidos,
parece que no nos importará lo que le sucede a este, y sin conciencia de nuestros
actos ayudamos a destruirlo.
La modernización de nuestra sociedad es una de las principales causas de
destrucción de nuestra naturaleza, tanto flora como fauna, y demás recursos
naturales. Los desechos químicos, y toxicaos que el hombre crea en el proceso de
industrialización de productos, son la mas grande amenaza, debido al alto grado
de contaminación que estos provocan. Los cuales apuntan directamente a nuestro
medio ambiente. Con la contaminación de nuestro medio ambiente estamos dando
inicio a la destrucción de los diferentes ecosistemas. El hombre con su afán de
poder y conquista se autodestruye, y con él, el medio donde existe, me refiero a
las diferentes guerras que empobrecen más y más la tierra y su naturaleza, y la
destruyen de diferentes formas. La creatividad de las personas es imparable en
cuanto a la creación de armas y cada vez más destructoras, como las armas
químicas y biológicas que causan daños irreparables y desastrosos en nuestro
planeta.
La destrucción de la capa de ozono en los últimos siglos ha venido ha avanzado de
manera veloz, trayendo consigo otro enemigo como lo es los rayos del sol, que
afectan a la salud de las personas, y crean desastres naturales acabando con la
flora y la fauna. Esto preocupa al mundo científico pero al contrario de plantear
soluciones para evitar esto, proponen avances tecnológicos para buscar otro medio
para vivir, me refiero a otro planeta al cual podamos colonizar y convertir en un
buen medio de existencia para los seres vivos y la raza humana.
Esto son posibles soluciones a largo plazo pero. ¿Acaso mientras esto vamos a
seguir destruyendo nuestro planeta? No lo sabemos, pero hay que tener en cuenta
que no todo mundo opta por ayudar a la destrucción de este, en cambio buscan
formas de evitarlo, formas muy viables, como cuidar los recursos naturales y
buscar que no se presente tanta contaminación de ninguna forma.

Diferentes corporaciones se dedican a ejercer extraordinarias alternativas para


cuidar nuestro medio ambiente, algunos de estos como ejercer controles
biológicos para evitar que los ecosistemas se extingan. Esto a través de proyectos
de laboratorio, que prometen una salida viable para todos. “Toda ciencia puede
ser comparada a un río” dice un biólogo del John Hopkins, el profesor Carl P.
Tiene unos comienzos oscuros y modestos extensiones tranquilas y rápidas;
periodos de sequía y de plenitud: recoge caudales en lo largo de muchos
investigadores y es alimentado por otros ríos de pensamiento.
Siestas palabras no se aplican serán como hojas secas en el viento y en realidad no
podremos salvar nuestra biodiversidad y al contrario de construirla cada día más
la estaremos destruyendo.

El caso es que nos encontramos ahora en una encrucijada. Pero al revés de los
caminos del poema de Robert Frost, ambos no son igualmente bellos. El que
hemos estado siguiendo es de una facilidad que decepciona, una carretera de
primerísimo orden por la que progresamos a gran velocidad, pero a cuyo fin esta
el desastre. El otro recodo del camino menos frecuentado ofrece al final nuestra
única oportunidad para alcanzar una meta que asegure la conservación de
nuestra tierra.
Después de todo, la elección tenemos que hacerla nosotros si después de haber
aguantado mucho hemos asegurado nuestro derecho a saber, y si sabiendo hemos
llegado al a conclusión de que se nos pide que aceptemos riesgos temibles y
disparatados, no debemos continuar siguiendo el consejo de los que nos dicen que
llenemos nuestro mundo de productos químicos, venenosos; tenemos la
obligación de mirar a nuestro alrededor y ver que otra senda se abre ante nosotros.

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