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DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO: EVOLUCIÓN, IMPORTANCIA Y

RETOS EN COLOMBIA

Introducción

El Derecho Internacional Humanitario, en adelante DIH, es: “el conjunto de


normas cuya finalidad, en tiempo de conflicto armado es, por una parte, proteger a
las personas que no participan, o han dejado de participar, en las hostilidades y,
por otra, limitar los métodos y medios de hacer la guerra.” (CICR, 2005).
Contemplando esta definición, el propósito de este escrito es: 1) enmarcar la
evolución e historia del DIH, 2) analizar la importancia del estudio del DIH, 3)
examinar el DIH en el marco del conflicto armado no internacional en Colombia,
sopesando sobre los retos pasados, presentes y futuros del país.
Evolución
Dado que las sociedades desde sus inicios han estado inmersas en distintos
contextos de guerra -y ya que esta última es cambiante- el campo de rastreo del
DIH es muy amplio; a pesar de esto, autores como Peytrignet (s.f.), Mejía & Chaib
(2012), Salmón (2004), entre otros, han ejemplificado distintos escenarios
importantes en los que se pueden ver matices del DIH: Babilonia (1796 a.C.),
Atenas vs Esparta (431 a.C.), Código Manu (S. III a.C.), el Mahabarata, el Corán,
etc. Los anteriores concuerdan, de manera genérica, en que “las civilizaciones
han establecido normas para limitar la violencia, incluso en situación de guerra,
pues poner límites a la violencia es la esencia misma de la civilización.” (Bugnion,
2008). Del mismo modo, se puede percibir que en estos casos el fin último no era
la humanidad como tal, sino en otro sentido: la religión, la economía o
simplemente la costumbre.

Ahora bien, en 1864 se convoca a una conferencia diplomática, con la cual se


aprobaría y se daría inicio al Convenio de Ginebra; así mismo, surgiría en este
momento formalmente el DIH con sus bases en el derecho positivo. Este I
Convenio se referiría a “La suerte que corren los heridos y los enfermos de las
fuerzas armadas en campaña”, y contemplaría, del mismo modo, a “las personas
que sigan a las fuerzas armadas sin formar realmente parte de ellas [Y] a la
población de un territorio no ocupado que, al acercarse el enemigo, tome
espontáneamente las armas para combatir contra las tropas invasoras”
(Conferencia Diplomática, 1949)
 
El II Convenio de Ginebra, formulado de algún modo a razón de la Guerra Ruso-
Japonesa, expone “La suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos
de las fuerzas armadas en el mar”, observando así las reglas del I Convenio
aplicadas en miembros de las fuerzas armadas navales. Luego, con el III
Convenio de Ginebra, “relativo al trato debido a los prisioneros de guerra”, se
establece que estos “deben recibir trato humanitario, alojamiento adecuado y
alimentos, vestimenta y atención médica apropiados. Además, sus disposiciones
establecen pautas sobre el trabajo, la disciplina, la recreación y los juicios penales
a los que se someterán los prisioneros.” (Cruz Roja Americana, 2006). Por último,
el IV Convenio trata lo que no se había considerado hasta el momento de la 2GM:
los riesgos a los que la población civil estaba expuesta durante la presencia de
conflictos; de modo que este trata sobre lo “relativo a la protección debida a las
personas civiles en tiempo de guerra”.
 
Para finalizar, hay que saber que a través de 3 protocolos seguidos del Convenio
de 1949 se: 1) extiende la protección a la población civil, 2) se amplían las
protecciones sin carácter internacional y se enfatiza en las otorgadas a las
víctimas atrapadas en conflictos internos de alta intensidad, como guerras civiles,
y 3) se inserta el Cristal Rojo como emblema distintivo opcional de los organismos
neutrales. (Cruz Roja Americana, 2006) Por otro lado, se debe tener presente que
el DIH también está compuesto por tratados que acompañan el Convenio de
Ginebra como: la Declaración de San Petersburgo, convenios, revisiones y
convenciones de La Haya, el Estatuto de Roma de la CPI, entre otros; los cuales
focalizan más sus propuestas en distintos aspectos de la guerra.
Importancia del estudio del DIH

Como se presentó anteriormente, los contextos de guerra han estado presentes


desde tiempos atávicos y, en ese sentido, los medios y los métodos han variado.
Es por esto que las herramientas para su reglamentación o limitación también lo
han hecho. El DIH “no permite ni prohíbe los conflictos armados, tanto
internacionales [conflicto armado de carácter no internacional], sino que en otro
sentido, frente a su desencadenamiento, se aboca al fin de humanizarlos y limitar
sus efectos a lo estrictamente necesario.” (Salmón, 2004) Siendo así, la
importancia del estudio del DIH radica en que debe haber una continua
observancia de los cambios o evoluciones en los conflictos respecto a los
principios que se tienen; sin olvidar también que es fundamental el conocimiento
de estas reglas y normas en los campos de acción estratégico y militar de
cualquier Nación.
Los principios del DIH son: la humanidad, la necesidad militar, la distinción, la
limitación y la proporcionalidad. Estos “son aquellos preceptos que las partes
deben respetar al momento de usar la fuerza en un contexto de conflicto, […] es
de anotar que todos los principios deben evaluarse de forma conjunta y armónica”
(Azuero & Mares, 2012). Ya que estos principios son en parte la base del DIH, es
necesario mantener su relación con el entorno y los tipos de guerra que se
presenten. En ese sentido el estudio del DIH desde este punto de vista forja una
exigencia por la reflexión de nuevos cambios en los que se apliquen dichas
disposiciones; dos ejemplos de esto último, que se podrán ver a continuación, son:
1) en cuanto a los medios bélicos y 2) en cuanto a los métodos bélicos.

Medios bélicos

Como se enunciaba anteriormente, para ejemplificar de manera breve la


necesidad e importancia de que exista un estudio en los distintos campos del DIH,
se hablará de los medios –o las armas- bélicas; en específico las armas químicas.
Hay información que presenta indicios de uso de armas químicas en comunidades
antes de Cristo: “alrededor del año 590 (A. C.) se usaron deliberadamente plantas
venenosas del género Helleborus para contaminar los suministros de agua de la
ciudad de Cirra, en la región central de Grecia durante los conflictos de la Primera
Guerra Sagrada” (Vivar, 2011). Desde ese entonces descubrimientos de nuevos
compuestos han permitido que se consiga la creación de armas NBC (Nuclear-
Biological-Chemical); estos cambios han supuesto para las limitaciones en los
conflictos nuevos retos, y en ese sentido una necesidad de formación en lo que al
DIH concierne.
Métodos bélicos

Ahora bien, se observarán los cambios que ha enfrentado el DIH en cuanto a las
tácticas y el sistema de guerra de manera genérica; así, sopesando en los 4
Convenios de Ginebra, se pude afirmar que en un comienzo el DIH estuvo limitado
al ámbito internacional y, del mismo modo, restringido a partes específicas. Sin
embargo, a pesar de lo anterior, las formas de guerra no internacionales –y con
las experiencias de la 1GM y la 2GM-, se adaptó este para cubrir los espacios que
se forjaban recientes en ese entonces; esto gracias a la adaptación, evolución y
estudio del DIH.
Discusiones modernas del DIH

Por otro lado, con el fin de analizar el DIH en la actualidad, nos remitiremos a los
debates contemporáneos que emergen de escenarios de conflicto como: el
colombiano, el de Oriente Medio, el sirio, entre otros. Como lo presenta la Cruz
Roja Internacional, la cronología del Derecho Humanitario, con frecuencia,
demuestra que “los hechos preceden al derecho”. Desde la Primera y Segunda
Guerra Mundial se recurrieron a métodos nuevos de combate a gran escala los
cuales, de alguna manera, suponen un hito para el desarrollo en las reglas de los
conflictos; siendo estos sobre todo enfocados a la protección de civiles.

Tras las Guerras Mundiales, y con la aparición de hostilidades en la antigua


Yugoslavia y en Ruanda, se suscita una preocupación internacional relativa al DIH
y los conflictos armados no internacionales (CANI), la cual años más tarde
concluiría en la creación del Tribunal Penal para ex Yugoslavia, el Tribunal Penal
para Ruanda y, por último, en la Corte Penal Internacional, como instrumentos
para juzgar violaciones al Derecho Internacional Humanitario. Es desde este
momento que se enmarcan debates en cuanto a la aplicación del DIH en
escenarios de algún modo complejos: por un lado, por la clasificación de los
conflictos armados y sus actores y, por el otro, por la presencia de nuevas
tecnologías en estos.
Terrorismo, Privatización de la Guerra y Fuerzas Multinacionales

Escenarios como el colombiano -en donde se pueden encontrar múltiples grupos


armados- la guerra de Israel-Hezbolá (2006) –en la cual se plantea que era un
conflicto armado internacional (CAI) por ser entre Israel y Líbano, y así mismo, un
CANI por ser entre Israel y Hezbolá- y el conflicto sirio –aquel que involucra
diferentes actores internacionales, regionales, locales, y a su vez grupos
extremistas con participación de combatientes extranjeros- son ejemplos de las
nuevas clasificaciones de los conflictos que han buscado dar los debates actuales
del DIH. Por esto se han planteado 7 tipos de CANI: 1) clásico, 2) de subconjunto,
3) extendido, 4) multinacionales de estados, 5) multinacionales de organizaciones.
6) Transfronterizo y 7) en las acciones de terrorismo (Comité Internacional de la
Cruz Roja, 2011). Además, se ha hecho énfasis en los marcos de aplicación del
DIH en el crimen organizado, marco que en parte se ha usado para la tipificación
de los Grupos Armados Organizados en Colombia, considerando el nivel de
organización y la intensidad de la violencia.
De esa manera, se ha dispuesto un marco de aplicación del DIH en los actores y
contextos que supone la tipificación pasada; considerando así cuándo se aplica el
derecho para CAI y CANI en los casos de fuerzas multinacionales, y de acciones
terroristas. En otro sentido, con el crecimiento en la participación de Empresas
Militares y de Seguridad Privada (EMSP) en los conflictos, se han dado iniciativas
internacionales, como el “Código de Montreux”, con el fin de regular y reafirmar las
responsabilidades estas partes.
Guerra cibernética, armas de control remoto y sistemas autónomos
Para finalizar, y con el objetivo de tener presente lo más actual en cuanto a los
debates del DIH, se han estudiado y comentado las guerras cibernéticas. Lo cual
presume una evaluación de las consecuencias de estas en el ámbito humanitario.
Como resultado de lo anterior se ha dispuesto el Manual de Tallin, el que ha sido
apoyado, aunque con algunas excepciones, por la Cruz Roja Internacional como
reflejo de las disposiciones existentes del DIH aplicables al ciberespacio.

En otro sentido, también se estudia el uso de armas “teledirigidas” como los


drones, y los retos Pen la producción de sistemas autónomos para la guerra. Por
un lado, en las armas de control remoto se presenta, según estudios, “que
desconectar a una persona, sobre todo distanciándola (física o emocionalmente),
de un adversario potencial, facilita los ataques y aumenta la posibilidad de usos
indebidos. Asimismo se ha observado que operar de manera responsable ese tipo
de sistemas puede plantear ciertas dificultades.” (Comité Internacional de la Cruz
Roja, 2011). Los retos, de otro lado, respecto a los sistemas autónomos[1], según
las últimas discusiones, giran en torno a la capacidad de producir un sistema que
sea capaz de adaptarse a las necesidades y contextos contemplando el DIH en
todo momento.

Retos en Colombia:

En Colombia se pueden rastrear indicios del DIH desde los “Tratados de


Armisticio” y el “Tratado de Regularización de la Guerra firmado(s) en 1820 por
Pablo Morillo, en representación del Gobierno Español, y Simón Bolívar, como
Presidente de la República de Colombia, con el fin de regularizar la guerra de
exterminio surgida entre ambos gobiernos y causada por la conquista y la
posterior independencia de este territorio.” (Robledo & Serrano, 1999). Aún así,
con estos antecedentes, es hasta la Ley 5 de 1960 que se aprueban los 4
Convenios de Ginebra; la Ley 171 de 1994, en la cual se aprueba el Protocolo II; y
la Ley 599 de 2000, en la que se incluye un catálogo de conductas contrarias al
DIH, entre otras. Hay que considerar, sopesando en lo anterior, que en Colombia,
desde la implementación del DIH formalmente, se vivencia un conflicto de carácter
no internacional por lo que en esta sección se hará un diagnóstico de los retos
pasados, presentes y futuros del país.     

Pasados

El conflicto Colombiano en los últimos 60 años ha estado permeado por


características particulares[2], las cuales han sido usadas por las Fuerzas
Armadas para tipificar lo que al DIH concierne (los medios, métodos y objetivos del
conflicto). A pesar de esto, este derecho respecto a los enfrentamientos con
carácter no internacional es muy limitado. De lo anterior que los retos pasados en
cuanto al derecho de la guerra se encuentren enmarcados en ahondar e
interpretar los convenios, protocolos, convenciones y tratados en el contexto
complejo del país, y en su aplicación por medio de la capacitación e
institucionalización de las Fuerzas Armadas. 

Presentes

Actualmente, los actores armados tradicionales que incidían en mayor medida en


el conflicto armado colombiano se han ido desarticulando por medio de tratados y
acuerdos de paz: es el caso del paramilitarismo (AUC), las FARC y el inicio de los
diálogos de paz con el ELN en el 2017. No obstante, a raíz de lo anterior, nuevos
grupos armados organizados[3] comienzan a estructurarse como prioridades en
las agendas de seguridad y defensa. siendo así, se presenta necesario, ahora, en
materia del DIH, dos cosas: 1) conceptualizar, caracterizar y definir estos nuevos
grupos armados –como lo presenta Realuyo (2016) de carácter criminal con fines
de introducirse en los mercados sobre todo en el tráfico de drogas, armas,
personas, mercancías y el lavado de dinero-, y 2) lo anterior con el fin de
interpretar y aplicar el DIH en los nuevos contextos de guerra que afrontan las
Fuerzas Armadas. 
   
Futuros

Para comprender los retos futuros del país en cuanto a DIH hay que analizar, en
alguna medida, los cambios que ha tenido el mundo en los últimos años; la
globalización, las nuevas tecnologías y la transnacionalización de prácticamente
todo –incluyendo los conflictos- son aspectos que se deben observar. Siendo así,
más que un reto del país, y para el Estado Colombiano y sus Fuerzas Armadas, se
configuran retos para todos los estados y organizaciones a partir de lo anterior. La
constante innovación y capacitación en el personal será el principal reto a futuro,
con el fin de brindar las herramientas que permitan –en los nuevos contextos-
identificar y actuar de la mejor manera frente a las amenazas que, no solo ponen
en peligro la estabilidad de los Estados, sino también lo propiamente humano de
cada sociedad.  

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