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El 17 de febrero de 1990 el corazón de Estanislao Zuleta detuvo su comprometida marcha de 55

años. En este 2020 se cumplen 30 años de su ausencia física y, sin embargo, la fuerza espiritual de
sus ideas superó ese ineludible hecho material que condena a nuestro cuerpo, y por ende a
nuestro ser, a su mortal condición. Pocos hombres alcanzan este mérito: las reflexiones de Zuleta
siguen valorándose más allá del tiempo en que le correspondió vivir; amigos, familiares,
conocidos, discípulos y estudiantes, continúan rememorando la impronta que en su ser dejó su
palabra y su particular forma de estar en el mundo. Pero sumados a ellos —y tal vez en esto se
calibre verdaderamente el mérito del que estamos hablando—, personas e instituciones que no le
conocimos (maestros, líderes y organizaciones sociales, entre otros) reconocemos en Estanislao un
referente para pensar las problemáticas de nuestra existencia, de nuestro tiempo y de nuestro
país. Ahora bien, ¿qué ha hecho esto posible?, ¿qué hace vigente el legado intelectual de
Estanislao Zuleta? Para responder a estas preguntas les invitamos a que nos acompañen a este
coloquio, en el que conversaremos con José Zuleta, el hijo de Estanislao Zuleta, quien ha dedicado
ingentes esfuerzos para la edición de la obra de su padre; con Alberto Valencia, amigo de Zuleta al
final de su vida, conocedor y estudioso de la obra de éste y, junto con José, recopilador y editor de
la obra de dicho pensador; y con Eduardo Gómez, amigo entrañable de Zuleta, y también
conocedor de su obra. La moderación de esta conversación estará a cargo de Daniela Cardona
Gómez, quien es la directora del Centro de Estudios Estanislao Zuleta.

Este coloquio se hará en el marco de Diálogos en la ciudad, modificando para esta ocasión lo que
ha sido el formato habitual de este proyecto.

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