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En defensa de Santrich.

¨Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que
padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su
alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de
haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay
siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los
que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su
libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van
miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos
hombres son sagrados. Se les deben perdonar sus errores, porque el bien
que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más
perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol
tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los
agradecidos hablan de la luz.¨José Marti
Hace dos años, cuando las Zonas Veredales estaban completamente
abandonadas, cuando el Estado colombiano se comprometió a amnistiar a
los presos políticos de las FARC EP, Jesus Santrich fue de los pocos
miembros del Secretariado que acompañó a los presos en su justa huelga de
hambre, señalaba que la firma de un Acuerdo obligaba al Estado a cumplir
no solo con el punto de dejación de armas, que no es lo mismo que entrega
de las armas, sino con los otros cinco puntos de la agenda pactada en La
Habana.
Cuando Timochenko, Lozada y los que no paran de hacerle venias a
Duque,abandonaban a los excombatientes por los que hoy todo el mundo se
rasga las vestiduras, Santrich reclamaba que el incumplimiento significa
guerra y tenía la razón. Luego fue acusado de un delito que no cometió, fue
encarcelado, segregado, reencarcelado y por último liberado en un clima
donde no solo su libertad sino también su vida corría serio peligro. Tan solo
con eso es legítima su decisión de volver al monte; sin embargo hay que
agregarle que la única forma para desarrollar una apuesta política que
consolide una verdadera paz en la actual situación del país para Santrich y
los comandantes que hoy le acompañan, era retornar a la lucha armada.
Hay quien desconoce lo que es vivir en carne propia la persecución del
Estado y se atreve a criticar a Santrich no solo desde la falta de solidaridad
humana, también desde la ignorancia política: en este país hay quienes
empuñan un fusil por motivos políticos y esa realidad debe asumirse. No lo
hacen por capricho: las insurgencias no surgen por gusto, o porque un par
de radicales se reúnan en una cafetería a hacer la guerra después de haber
leído tres textos: ese tipo de personas, muy frecuentes en las Universidades
hace unos años, hoy no hacen otra cosa sino despotricar del pueblo que
históricamente ha resistido a pesar de las consecuencias que eso trae.
Con poco rigor académico, los mas mediocres opinadores no se detienen a
indagar porque este país llevaba sesenta años en guerra, porque no ha
podido ser derrotada la guerrilla o porque esta vuelve a renacer luego de
enormes ofensivas por parte del poder; prefieren repetir dogmáticamente lo
que sus posturas conservadoras y religiosas les dictan cada cuatro años, o
cada vez que hay una directriz desde "arriba".
Prefieren atacar a quienes, equivocados o no deciden darlo todo por sus
ideas, antes que al orden violento que asesina, encarcela, tortura y
persigue. Asimilan la matriz ideológica de las clases dominantes sin
percatar en que la lucha por La Paz ha sido también la bandera de la
subversión (armada y desarmada) y estan nos debe unir: nunca debe
gastarse al punto de alinearnos con el establecimiento, y para eso no se
necesita empuñar un arma, simplemente liberarse de dogmas y conocer
Colombia.
Hace dos años, cuando me encontraba en la cárcel, una gran amiga mía
empezó a ser perseguida por el Estado (acusada de un delito que no
cometió): emitieron contra ella circular de Interpol y dirigieron las más
repugnantes mentiras en su contra. Esa persecución, junto al criterio
coherente con el cual siempre defendió sus ideas, la llevaron a ingresar al
ELN: nunca fue una persona violenta, ni una terrorista.
Son COMPAÑEROS todos los insurgentes que se encuentran en legítima
rebeldía contra el Estado colombiano, que nos encarcela, nos mata y nos
jode así empuñemos un arma o no. Si hoy Colombia tiene expresiones de
rebeldía, si tiene algo de dignidad es gracias a todas estas personas cuyo
ejemplo vale más que cualquier cargo insignificante. El pueblo colombiano
es uno solo, su lucha y sus rebeldías también.
Viva la Unidad de la Rebeldía colombiana.

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