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UNIVERSIDAD DEA LAGUNA Una correspondencia y un articulo inédito Por JUAN JOSE GIL. CREMADES Zarsgora El 22 de febrero de 1991 fallecia en La Laguna (Tenerife) Felipe Gonzalez Vieén. Junto con Corts Grau, superviviente de la generacién de fildsofos del Derecho que accedieron a la Cétedra universitaria antes de la fecha discriminadora de actitudes de 1936, mantuvo una postura personal, equiistante tanto del exilio exterior como de la colaboracién y, parad6jica- -mente, cercana al exilio interior y deudora de vinculos familiares y de amistad para evitar las sltimas consecuencias de una ““depuracién”, resultado del cainismo reterativo de nuestra historia contempordnea. Como resultado: su fecundo “aistamiento” en las Islas Canarias. Su obra tampoco siguié las rutas marcadas por la politica cultural de tumo, tan beneficiosa, antes y ahora, para quienes la siguen, y justifican, con ‘provecho personal, el presente. Ni siquicra, por elegancia moral ¢ intelectual, ‘quiso pensar contra alguien 0 contra algo. Sus trabajos, en gran medida, giraron en torno a la historia y reconstruccién del pensamiento jurfdico det XIX y primer tercio del XX, atendiendo a su epicentro germano, Aunque se dispone de algunos materiales para hacer un balance de esa obra, y por ello se prescinde aqui de elaborar una semblanza, convendrfa no olvidar los comienzos de ella, y principalmente: Teoria de la Revolucién. Sistema e Historia, Valladolid, mprenta Allen, 1932. 150 pp. la Advertencia preliminar a la traducci6n parcial de las Grundlinien de Hegel (Madrid, Revista de Occidente, 1935) y Deutsche und spanische Rechtsphilosophie der Gegenwart. Ein Beitrag zur Geschichte des spanischen Geistes, Tubinga, JCB. Mohr, 1937, 44 pp. En estas publicaciones se trastuce, junto a la Confusién de espiritus del perfodo de entreguerras que embarg6 ineludible- mente a nuestros becarios de la Junta de Ampliacién de Estudios, la tensiGn entre una aséptica pureza metodol6gica de influjo kelseniano, y un quiz no omedido entusiasmo por el “espirity”, que, por Io dems, no tuvo continui- 16 Juan José Gil Cremades 4dad, Junto al conocimiento pormenorizado de autores, escuclas y corrientes, gue le conceden, por ejemplo, el rango de ita no esporidica de Franz ‘Wieacker a parr de la segunda edicién de su clisica Privairechisgeschichte der Neuzeit (1967), mantuvo una opcién moral de fondo, que ha sido calificada de kantiana, y que ha motivado el revuelo en torno a su tesis sobre la obediencia al derecho, que casi han creado una fama que podria hacer olvidar su dedicacién casi exclusiva a Ia historia del pensamiento juridico modemo y contemporsneo. Al hacer esas observaciones, se ¢s consciente de no ser un advenedizo cn Ia relacién personal con Gonzalez. Vicén. Permitaseme que rompa el silencio que me ha mantenido al margen de los administradores de la fama del gran Profesor desaparecido, Quiz4, ese julio de 1969 era la primera vez en que el sorteo le habia hecho desplazarse a Madrid para formar parte de tun tribunal de oposiciones, que habria de elevar la propuesta de dos plazas, de profesor agregado de Filosofia del Derecho. También en esta ocasién era el nico discordante en un mayoritariamente homogéneo tribunal, situado cientifica e ideol6gicamente lejos de él. Su prestigio y su legitimacién le ‘mantenfan a distancia de los demés,,De 1os opositores, otros no quisieron librar batalla, y uno, novato al fin, se empefié en disputarla, Nevado de un impulso que s6lo a la larga le ha dado alguna que otra satisfaccin: luchar por lo obvio. No conocfa personalmente a Gonzélez Vicén. Incluso tave que disculparme de ello en un encuentro en Colonia, organizado en 1966 por la secciGn alemana de la IVR, al saludar precisamente al Profesor Wieacker, quien me dedic6 un par de recientes separatas y comparti6 una chocolatina que Hevaba, junto con otros papeles, en una vieja cartera. Asf es que fue en aquellos célidos dias de julio del 69, y cuando ya se habian celebrado las vyotaciones, cuando pude saludarle y hablar con él. No era un buen momento, ‘Me consol6, calificé de “barbaridad” lo ocurrido, me felicity dio énimos. Alo largo de los ejercicios, y aun cuando entonces no era habitual, me regunt6 muy acertadamente sobre mis planteamientos metodol6gicos, con los que coincidfa, por estar alejados tanto de iusnaturalismos acordes con la cconfesionalidad del Estado, como de ““salvadores” y vulgares marxismos, ‘muy de moda y hasta presuntivamente rentables entonces, al menos a medio plazo. Desde ese momento se inicié una'correspondencia sostenida, Una segunda oportunidad de encuentro se ofreci6, lamentablemente, en situaci6n similar: la oposicién a cétedras que, convocada también en 1969, 1o se concluyé hasta julio de 1974, mediando dos o tres recursos contencio- so-administrativos, una sustitucién de varios presidentes de tribunal, una

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