Mauricio Morales Payares Es claro que, en el espacio del área de ciencias naturales, encontramos en el aula de clase un sinnúmero de sensaciones que se entrelazan y que se refieren por lo general al placer que irradia esta área, la familiaridad de las temáticas, la seguridad de saber que conocemos o al menos tenemos idea de algunos conceptos, o quizá porque sabemos o creemos saber cómo funcionan algunas cosas, la naturaleza, los órganos o quizá la vida; que se yo. En fin, desde estos y otros puntos de vista, consideramos que las ciencias son un área que hace parte de la cotidianidad ya que está muy relacionada con el diario vivir del ser humano con su cotidianidad y entorno. Pero, aunque pretendamos saber algo de ciencia, es válido preguntarnos ¿Qué le estamos enseñando a nuestros estudiantes? ¿Cómo le estamos enseñando ciencia a nuestros estudiantes?, o más delicado aún, ¿Cómo estamos evaluando en ciencias naturales a nuestros estudiantes? En este último interrogante, podemos decir que evaluamos con la experiencia del estudiante, con sus vivencias y relaciones en su contexto, verificando o validando al final de las temáticas qué tanto han aprendido o sencillamente, evaluamos con el examen típico o de preguntas de selección, etc. Acá podremos decir muchas cosas que validen una buena respuesta a dicho interrogante, tratando de ser lo más certeros posible. Pero… al final sabemos que desde la experiencia y los “vicios” que vamos creando con el tiempo en este hermoso cuento de la educación, “vicios” porque con el transcurrir de los años, sino buscamos la instrucción, la cualificación y el mejoramiento de nuestra labor docente, perderemos el horizonte de la enseñanza y la razón esencial que nos pone en el papel de maestros. Es entonces que surge la duda, será que si lo estamos haciendo bien o qué debemos hacer para evaluar verdaderamente de la manera adecuada y merecida. Para ser asertivos con la respuesta a este interrogante, hay que comenzar con cambiar el concepto de evaluación y ello inicia con pensar que la evaluación no es el fin, sino el medio para lograr o alcanzar los aprendizajes, seguidamente con verla como un proceso constante y de carácter regulador, donde convergen no sólo la evaluación como proceso independiente, sino como un proceso que va también inmerso y fortalece los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es así entonces, que la evaluación cruza todos los momentos de dichos procesos y va desde el principio hasta el final, para así ser reguladora de la dinámica escolar y cumpla su función social donde tanto el docente como los estudiantes toman parte en su existencia y son responsables de ejercerla. Ciencias Naturales ¿Para qué le sirven las ciencias naturales a los niños y las niñas en la actualidad? Principalmente para hacer valer su derecho a recibir una educación de calidad basada en la ciencia y en la razón, a través de la cual se le permita acceder a los conocimientos requeridos en la actualidad y a su vez prepararse para afrontar los retos del futuro, tanto a nivel profesional como democrático y social… así los estudiantes, comprenderán su entorno más próximo como la vida y los seres inertes que son fundamentales para el desarrollo de la misma; igualmente para tomar conciencia sobre el cuidado que merece la esfera de la que es un habitante, la tierra, con responsabilidad y sentido del valor y de su cuidado.