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La existencia como lucha entre el proyecto y la náusea

(Conversatorio sobre La náusea de Jean Paul Sartre)

Estanislao Zuleta, en el marco de una de sus lúcidas charlas en torno


a La náusea, señalaba que en la novela de Jean-Paul Sartre se dan
dos movimientos que están en íntima relación. El primero es un
intento de terapia personal, en el que el filósofo y literato francés
busca salir de un estado de ánimo muy próximo a la psicosis; el
segundo es un ataque en el campo de la crítica social contra los
valores y concepciones de su época. Esta obra de 1938, en ese
primer movimiento que señala Zuleta, realiza una exploración de la
condición humana centrada en uno de sus elementos más
problemáticos: el de nuestra particular forma de existencia, forma a
la que, sólo desde hace muy poco, se le ha puesto en duda su
sentido, pues se ha llegado a afirmar que a ésta la constituyen la
gratuidad y la contingencia, y ya no es más la realización de una
previa esencia dictada por un discurso ultramundano, situación que
deja entonces la responsabilidad a cada cual de forjar su propio
proyecto, su propio sentido, uno que estaría siempre sostenido sobre
ese telón de fondo que es la contingencia y que, por ende, siempre
sería perdible e inacabado. En el segundo movimiento, que se da en
relación con el primero, se lleva a cabo una denuncia en torno a las
variadas formas en las que el ser humano, en la civilización burguesa,
huye a la pregunta por el sentido de su vida, dándole la espalda a esa
particular forma de existir a la que nos hemos referido, dotándose de
sentidos prestados e impuestos por la sociedad que le alivian su
angustia y lo ayudan a olvidarse de su propia muerte.
En esta primera conversación de Pensar lo humano, queremos
invitarles pues a que nos encontremos en torno al abordaje de esta
gran obra. Abordaje que recorrerá estos movimientos que hemos
referido, los cuales, como intentaremos hacer ver, no han perdido
vigencia y siguen hablando de nosotros, pues la pregunta sigue
siendo válida y más vigente que nunca, y más en tiempos donde el
modelo de civilización burguesa con los modos de vida que impone
vacía cada vez más de sentido la existencia de sus individuos, y
porque en la actualidad los mecanismos para eludir el compromiso
con la propia existencia que denuncia Sartre no han hecho sino
profundizarse y sofisticarse.
Santiago Piedrahita
Miembro del CEEZ

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