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¿En qué consiste una evaluación psicológica?

Este proceso permite captar y analizar la información necesaria para intervenir


desde la psicología.
por Elisabet Rodríguez Camón

El proceso de evaluación psicológica es uno de los componentes más


importantes de la intervención en el ámbito de la psicología. Es gracias a lo cual es
posible proponer medidas eficaces para tratar problemas específicos a partir de lo
observado.

En este artículo veremos cómo se define y en qué consiste una evaluación


psicológica y el diagnóstico al que conduce.

 Artículo relacionado: "Tipos de terapias psicológicas"

El nacimiento de la idea de evaluación


psicológica
El momento histórico en que tuvo lugar el mayor auge y desarrollo científico de las
particularidades psicológicas del ser humano se corresponde principalmente a los
siglos XIX y XX (aunque se asume un considerable volumen de estudios e
investigaciones anteriores).

Con ello y a partir del desarrollo de determinadas disciplinas de conocimiento como


la estadística, la pedagogía, la psicología experimental entre otras, fue posible
establecer unas primeras aproximaciones al concepto de diagnóstico.

Como en la mayor parte de los aspectos vinculados al ámbito de la psicología, la


definición de este fenómeno se ha visto reformulada a partir de las nuevas
aportaciones que los autores han ido proponiendo a lo largo de la historia.

Dentro de las perspectivas más contemporáneas son tres las corrientes teóricas
que han servido de sustento para explicar qué tipo de variables deben ser
objeto de diagnóstico: la ambientalista (énfasis en los factores situacionales como
determinantes conductuales), la interaccionista (relevancia de la interacción entre
sujeto y ambiente) y la cognitivista (estilo cognitivo como base comportamental).

El diagnóstico psicológico y sus componentes


El hallazgo de las tres corrientes psicológicas mencionadas ha posibilitado una
definición más profunda y completa sobre lo que implica el proceso diagnóstico.
Atendiendo a su significado general, diagnóstico implica el análisis de datos
recogidos con la finalidad de evaluar (o conocer) aspectos determinados de
diversa naturaleza.

Aplicando esta caracterización al ámbito de la psicología, el objeto de estudio es la


descripción de las particularidades cognitivas, emocionales y conductuales de un
sujeto concreto. Por tanto, parece relevante para esta finalidad el considerar cómo
se relaciona este individuo con sus contextos de interacción habituales.

Además, se asume que el diagnóstico posee la finalidad última de intervención


(como objetivo más frecuente, aunque no único) y se encuentra delimitado en
todo momento dentro del campo científico-técnico. Su proceso implica la
combinación de distintas metodologías de trabajo.

Los tres elementos del diagnóstico en


psicología
Un diagnóstico cuenta con tres elementos principales: el sujeto sobre el cual
recae el proceso, el objeto que establece qué contenidos fundamentan el
diagnóstico y la finalidad del mismo, la cual motiva la aplicación de una intervención
concreta donde se reflejan las causas o factores que propician las observaciones
expuestas en el diagnóstico.

Además, la intervención propuesta puede ser clasificatoria (lugar que ocupa el


sujeto respecto de un grupo de referencia), modificadora (qué causas influyentes
deben ser modificadas), preventiva (puesta en marcha de alternativas para evitar
una situación futura determinada) o reestructuradora (reorganización de los
factores influyentes con fin preventivo).

Las fases del proceso general de diagnóstico


psicológico
Diversas son las aportaciones realizadas por los autores expertos en la materia
sobre el número y el tipo de procedimientos que deben conformar el proceso
diagnóstico. Parece ser que, sin embargo, existe cierto consenso en incluir
cuatro fases principales, cada una de las cuales cuenta con distintas etapas más
concretas.

1. Planificación

En la fase de planificación se distingue la búsqueda de información


preliminar respecto del sujeto y su entorno, un análisis que sustente los supuestos
iniciales (en función del carácter clasificatorio, preventivo o de reestructuración que
presente el diagnóstico) y, finalmente, la configuración del desarrollo diagnóstico
donde se establecen las variables de análisis inicialmente propuestas.

2. Desarrollo

Una segunda etapa consiste en el desarrollo del proceso, en el que se delimita el


marco teórico en el cual basar las aportaciones que faciliten el estudio de las
unidades de análisis, siendo lo más simple posible y presentando una capacidad
predictiva adecuada sobre los resultados de observaciones futuras.
3. Verificación de las hipótesis

Posteriormente, un tercer paso lo constituye la verificación de las hipótesis


teóricas inicialmente propuestas respecto de lo hallado en las observaciones
realizadas durante la evaluación.

4. Redacción del informe

Finalmente, debe elaborase un informe de resultados en el cual se incluyan los


datos pertinentes del evaluador y del evaluado, los referentes a todos los
procedimientos aplicados durante el proceso, los hallazgos y su valoración y, en
última instancia, las orientaciones pertinentes que van a guiar el proceso de
intervención posterior.

El informe debe adecuarse al destinatario en cuanto a forma y tipo de lenguaje


utilizado, así como en el tono y expresiones empleadas en él, para que lo entienda.

Características del Informe Psicológico


Un informe psicológico es un documento donde se refleja el resultado obtenido a
partir del análisis y contraste de hipótesis inicialmente planteadas, las cuales han
motivado la evaluación del sujeto en cuestión.

Este instrumento presenta un carácter objetivo, de tal forma que se ve facilitada la


comunicación de los datos hallados a la parte destinataria.

De forma genérica, un informe debe incluir datos de identificación del evaluador y


del evaluado, los objetivos que motivan dicho informe, la exposición de las técnicas
de recogida de información, el procedimiento utilizado, los resultados obtenidos, la
conclusión y valoración final del examinador y las orientaciones a poner en práctica
a modo de intervención.

Además, el formato y estilo de un informe psicológico puede diferenciarse en


función del criterio que se tome como base para su elaboración: teórico (según las
directrices de un modelo teórico concreto), técnico (organizando los resultados a
partir de las pruebas y técnicas aplicadas) y basado en el problema (la demanda o
motivo de consulta marca una estructura específica en el informe).

Por otra parte, el informe psicológico dispone de validez legal y se considera un


documento científico (los hallazgos son replicables) y útil (incluye orientaciones
finales de intervención psicológica).

El enfoque conductual o funcional en la


evaluación psicológica
Existen varios tipos de enfoques que pueden tomarse para orientar el proceso de
evaluación psicológica de un individuo:

 Enfoque tradicional (o modelo del atributo): centrado en analizar los rasgos de


personalidad como unidades de estudio fundamentales.

 Enfoque operativo o evolutivo: modelo que defiende un conjunto de etapas


evolutivas en el desarrollo psicológico del sujeto.

 Enfoque cognitivo: centrado en el estudio de las cogniciones de la persona como


eje principal.

 Enfoque psicoeducativo o prescriptivo: más destinado al ámbito del aprendizaje


escolar y al análisis de las capacidades intelectuales del alumnado.

 Enfoque conductual o funcional: orientado a la evaluación de la relación entre las


variables internas y externas del sujeto como determinantes de su propio
comportamiento.

Desde las corrientes psicológicas más conductuales (o cognitivo-conductuales)


el enfoque funcional suele ser el enfoque utilizado durante el proceso
diagnóstico de referencia. Este modelo permite realizar un estudio y análisis más
completo de las variables determinantes en el proceso de evaluación debido a que
defiende la premisa de que el comportamiento se debe considerar teniendo en
cuenta una multiplicidad de factores influyentes, tanto internos como externos.

Así, el comportamiento humano no debería entenderse como el resultado de la


suma de factores individuales, puesto que cada interacción que se produce entre
dos (o más) ya deriva de por sí en un tipo de influencia totalmente distinta del
agregado de sus causantes originales. Dado su enorme carácter complejo
y plástico (o modificable), su explicación debería ser abordada siguiendo esta
misma filosofía: la de considerar sus elementos determinantes también como
complejos y variables.

Las características del enfoque funcional


El enfoque funcional prioriza las variables ambientales o contextuales (en un primer
momento) e interaccionistas (en un momento posterior) como determinantes de la
conducta del individuo, con lo cual prioriza el análisis de este tipo de variables en el
proceso diagnóstico. Sus postulados derivan de las Teoría de Modificación de
Conducta y de las aportaciones de autores como B. F. Skinner, principalmente.

Dentro de este modelo pueden distinguirse tres perspectivas, las cuales


enfatizan diferencialmente la influencia del ambiente, las características del sujeto
o la interacción de sendos factores: la perspectiva conductual-situacionalista, la
cognitivo-conductual y la conductual cognitivo-social, respectivamente.

Dada la relevancia de los factores observables que defiende esta propuesta teórica,
las variables que toma como unidad de análisis son aquellas que se dan en el
momento presente, las cuales se acompañan de unos antecedentes y
consecuentes próximos.

A nivel metodológico, sus supuestos son evaluados experimentalmente


mediante la observación objetiva del repertorio conductual del sujeto como reflejo
de habilidades y capacidades internas. Se corresponde, por tanto, a una
metodología deductiva-inductiva intrasujeto.

Este modelo presenta una finalidad tanto interventiva (o modificadora) como


preventiva, dado que ha incorporado como variable objeto de análisis la interacción
entre el sujeto y su ambiente. Entiende, así, el poder dinámico de esta relación entre
ambos elementos y le da a la conducta una significación de modificabilidad y
adaptabilidad (de ahí su capacidad preventiva).

La evaluación psicológica como proceso


Como puede observarse a partir de la lectura del texto, el proceso de evaluación
psicológica deviene un conjunto de procedimientos rigurosamente
establecidos que resultan fundamentales para posibilitar un adecuado diagnóstico
y, posteriormente, una intervención psicológica adecuada a las particularidades de
cada individuo en concreto y a los objetivos terapéuticos que desean alcanzarse.

En este sentido, se ha expuesto el enfoque funcional como un modelo que dispone


de un significativo sustento teórico, el cual permite realizar un análisis completo
sobre todas las variables que pueden estar incidiendo en el estado actual
(sintomatología, comportamientos, cogniciones, etc.) del individuo.

Referencias bibliográficas:

 Caballo, V. E. & Simon, M. A. (2001): Manual de Psicología Clínica Infantil. Madrid:


Pirámide.
 Cohen, R. & Swerdlik, M. (2001): Pruebas y Evaluación Psicológicas. México:
McGraw-Hill.
 Fernández-Ballesteros, R. (2000): Introducción a la Evaluación Psicológica. Madrid:
Pirámide.
 Forns, M. (1993): Evaluación psicológica infantil. Barcelona: Barcanova.

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