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TERCER EJERCICIO

GRUPO A. SEGURIDAD NUCLEAR

TEMA 33: Gestión del combustible irradiado. Métodos de


almacenamiento a corto, medio y largo plazo. Estudios de seguridad
asociados.

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN. PRINCIPIOS GENERALES.

2. ORGANIZACIÓN ESPAÑOLA EN LA GESTIÓN DEL COMBUSTIBLE


IRRADIADO. MARCO NORMATIVO.

3. FASES DE LA GESTIÓN DEL COMBUSTIBLE IRRADIADO.

4. MÉTODOS DE ALMACENAMIENTO A CORTO, MEDIO Y LARGO


PLAZO.

5. COMPARACIÓN DE LA SITUACIÓN ACTUAL ESPAÑOLA CON OTROS


PAÍSES. PREVISIONES A FUTURO.

6. ESTUDIOS DE SEGURIDAD ASOCIADOS.

7. RESUMEN

8. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN. PRINCIPIOS GENERALES.

Por combustible irradiado o gastado se entiende aquél que ha sido


utilizado dentro del reactor, que se ha descargado permanentemente del mismo y
que no puede ser reutilizado en su forma actual, por su empobrecimiento en
material fisible, acumulación de veneno o deterioro por irradiación. En la práctica,
el adjetivo “gastado” se emplea para aquél combustible que ya no volverá a
usarse, independientemente de que pudiera serlo.

Como opciones básicas, el combustible irradiado descargado de los


reactores puede ser enviado a reprocesar (ciclo cerrado), o bien puede quedar a
la espera de un almacenamiento definitivo (ciclo abierto). La diferencia principal
en la gestión de los residuos de alta actividad es que, en el caso de reproceso, se
obtienen productos vitrificados, en vez del propio combustible gastado, siendo
similares los requisitos para su gestión, a pesar de la reducción de volumen y
radiotoxicidad conseguida. En la figura 1 se representa un esquema general de
las instalaciones que intervienen en la segunda parte del ciclo del combustible
nuclear.

En el supuesto de vida útil de 40 años de las actuales centrales nucleares


españolas, España generaría unas 7.000 toneladas de combustible irradiado
(unos 20.000 elementos combustibles, siendo aproximadamente el 59%
procedente de PWR y el 41% de BWR). Por otro lado, España envió a Francia
para reprocesar el combustible gastado de la central nuclear de Vandellós I.
Además, en el inventario de residuos de alta actividad a gestionar habría que
añadir pequeñas cantidades de materiales fisionables obtenidos en el reproceso
en el Reino Unido de combustible de la central nuclear de Santa María de Garoña
anterior al año 1983.

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) promovió la


aprobación, en septiembre de 1997, de la “Convención conjunta sobre seguridad
en la gestión del combustible gastado y sobre la seguridad en la gestión de
desechos radiactivos” estableciendo como principios básicos los siguientes:

- Lograr y mantener en todo el mundo un alto grado de seguridad en la


gestión.
- Asegurar que en todas las etapas de la gestión haya medidas eficaces frente
a los riesgos potenciales de las radiaciones ionizantes para las personas,
sociedad y medio ambiente, tanto actualmente como en el futuro.
- Prevenir los accidentes con efectos radiológicos y mitigar sus consecuencias.

Esta Convención incorpora los criterios fundamentales de la gestión de los


residuos radiactivos, siendo los nueve pilares en los que se asienta: Protección
de la salud humana; Protección del medio ambiente; Protección allende las
fronteras; Protección de las generaciones futuras; Ausencia de carga para las
generaciones venideras; Establecimiento de un marco jurídico nacional; Control
de la producción de los residuos radiactivos; Interdependencias de la generación
y gestión de los residuos; Garantía de seguridad de las instalaciones.
La gestión del combustible irradiado comienza realmente antes de la
utilización del combustible en el reactor, pues existe el principio de
interdependencia entre fases que establece la necesidad de tomar las decisiones
en cada fase atendiendo a las consecuencias en etapas posteriores y, por ello,
debe valorarse el efecto de cada decisión en la gestión posterior del combustible
tras su paso por el reactor.

2. ORGANIZACIÓN ESPAÑOLA EN LA GESTIÓN DEL COMBUSTIBLE


IRRADIADO. MARCO NORMATIVO.

Según el marco legal existente, el Ministerio de Economía, a través de la


Dirección General de Política Energética y Minas, es el responsable de emitir las
autorizaciones relacionadas con instalaciones nucleares, siendo además el que
propone el texto del Plan General de Residuos Radiactivos (PGR), que debe
aprobar el Consejo de Ministros. Actualmente rige el 5º PGR , aprobado el 31 de
julio de 1999, que recoge, entre otros, las líneas generales de actuación en
España en la gestión del combustible irradiado. Por otro lado, en 1984 se creó
ENRESA (mediante Real Decreto 1522/1984, de 4 de julio) como empresa
responsable de la gestión de los residuos radiactivos, debiendo establecer un
marco estratégico para la gestión de los mismos en España.

El Consejo de Seguridad Nuclear, como Órgano Regulador, es


responsable de “realizar los estudios, evaluaciones e inspecciones de los planes,
programas y proyectos necesarios para todas las fases de la gestión de los
residuos radiactivos” (artº 2º Ley de Creación del CSN), junto con todas las
demás funciones que están atribuidas y que tienen relación con la gestión del
combustible irradiado. La Ley de Tasas (artº 13) establece una tasa por
“realización de estudios e informes necesarios para el seguimiento de las
actividades relacionadas con la gestión a largo plazo de los residuos radiactivos
de alta actividad”, incluyéndose en este concepto todo lo que concierne al
almacenamiento temporal y definitivo del combustible irradiado. En la figura 3 se
representa un esquema jurisdiccional de la gestión de los residuos radiactivos en
España.

España ratificó en abril de 1999 la “Convención conjunta sobre seguridad


en la gestión del combustible gastado y sobre seguridad en la gestión de
desechos radiactivos” (BOE de 23/04/2001), en la que se suscriben una serie de
principios, objetivos, definiciones, criterios y actuaciones que deben realizarse
para la adecuada protección de las personas, la sociedad y el medio ambiente
frente a los riesgos radiológicos derivados de la gestión del combustible gastado.
Como aspecto importante, cita la necesidad de esforzarse en evitar acciones
cuyas repercusiones puedan ser razonablemente mayores en las generaciones
futuras que en la generación presente.

Dentro de toda gestión está el transporte del combustible irradiado que en


algún momento puede ser necesario realizar. Este transporte tiene su propia
normativa, con un elevado desarrollo y bastante unificada a nivel internacional.
No obstante, el requerimiento de transporte es puntual frente a la larga duración
que requiere el almacenamiento. Existen bultos específicos, catalogados como
B(U) según la normativa, que pueden ser utilizados para transporte de
combustible irradiado. No obstante, en la actualidad, se están fabricando
contenedores como el ENSA-DPT (Equipos Nucleares, S.A.-Doble Propósito
Trillo) que pueden ser utilizados tanto para el almacenamiento como para el
transporte.

3. FASES DE LA GESTIÓN DEL COMBUSTIBLE IRRADIADO.

Como etapas básicas de la planificación estratégica, en la gestión del


combustible irradiado, se pueden diferenciar las siguientes:

1) Almacenamiento temporal en el propio emplazamiento del reactor. En las


centrales nucleares españolas la gran mayoría se almacena en las piscinas
(almacenamiento en húmedo) hasta conseguir un enfriamiento y decaimiento de
la actividad que permita su gestión mediante otros medios. Para aumentar la
capacidad de las piscinas se han sustituido los bastidores por otros que permitan
una mejor optimización del espacio, y mediante venenos neutrónicos más
potentes se garantice una configuración subcrítica en cualquier situación
esperable. En C.N. Trillo se ha construido un almacén temporal individualizado en
seco, en el que se podrán almacenar hasta un total de 80 contenedores (con 21
elementos cada uno), de manera que todo el combustible que está previsto
generar durante la vida de la instalación pueda ser almacenado en seco.

2) Reprocesado del combustible. Esta opción no se está barajando en la


actualidad, aunque en España C.N. Vandellós I envió el combustible irradiado a
Francia, estando pendiente el retorno de los residuos radiactivos derivados de
dicho tratamiento a partir del año 2010. Asimismo, está pendiente el retorno de
pequeñas cantidades de materiales fisionables, en fecha aún no concretada,
resultantes del reproceso del combustible irradiado de Sta. Mª de Garona,
enviado al Reino Unido antes de 1983.

3) Almacenamiento temporal centralizado fuera del emplazamiento actual. Se


construye una instalación que sirve como almacén para combustible irradiado de
distintas centrales nucleares. La mayoría de los países de nuestro entorno han
optado por un almacenamiento en seco en superficie, mediante contenedores o
bóvedas de hormigón. Suecia ha optado por un almacén subterráneo húmedo
consistente en piscinas modulares. El 5º PGR considera la conveniencia de
disponer en España de un almacén de este tipo para el año 2010.

4) Almacenamiento definitivo. Como opción viable se considera el


almacenamiento geológico profundo (AGP), habiéndose considerado diversas
formaciones geológicas. En concreto, en España se han estudiado sales, granitos
y arcillas. Otra opción que en su momento fue analizada por la Comisión Europea
consideraba el lecho marino en zonas estables de las llanuras abisales
oceánicas, aunque en la actualidad no se baraja. En la figura 2 se indican el
proceso a seguir, y las principales áreas científicas y técnicas en los estudios de
seguridad para un AGP.
En España se ha mejorado sustancialmente el conocimiento de nuestra
geología, disponiéndose de abundante información relativa a posibles
emplazamientos que pudieran reunir características favorables para albergar en
un futuro un almacenamiento definitivo de combustible irradiado y otros residuos
de alta actividad.

También se ha avanzado en la realización de diseños genéricos sobre un


AGP en granito, sal y arcilla, así como en la evaluación del comportamiento y
seguridad a largo plazo de tales sistemas, siendo una pieza clave de la gestión
los proyectos de investigación y desarrollo asociados. En este sentido, es
importante el esfuerzo común que se realiza en el ámbito de la Unión Europea.

Como conceptos que se aplican en las estrategias actuales de gestión


están los de “reversibilidad” (“reversibility”) y “recuperabilidad” (“retrievability”). El
primero se refiere a la necesidad de poder reconsiderar determinadas fases o
partes de un proyecto de repositorio, ya sea en la fase de planificación o durante
su desarrollo, con el objeto de hacer una reevaluación continuada a medida que
se va disponiendo de mayor información o van cambiando las circunstancias
sociales, políticas o de cualquier otra índole. La recuperabilidad significa la
posibilidad de deshacer lo andado, extrayendo parte o todos los residuos
radiactivos que se almacenaron, por el motivo que se considere (cambio de
política, comportamiento del emplazamiento no satisfactorio, algún daño o
contenedor defectuoso, etc.). La elección de esta filosofía tiene su implicación en
el diseño del repositorio, pues en caso de hacerse con recuperabilidad deberán
construirse accesos que estén abiertos durante un largo periodo de tiempo y que
permitan en todo momento llegar fácilmente a todos los puntos donde se haya
depositado el residuo radiactivo. En el caso opuesto de no contemplar la
recuperabilidad en el diseño, nos encontraríamos con galerías selladas y, en caso
de querer obtener de nuevo el residuo, el acceso siempre sería posible pero
mucho más costoso tanto económica como radiológicamente.

4. MÉTODOS DE ALMACENAMIENTO A CORTO, MEDIO Y LARGO PLAZO.

El combustible gastado procedente del núcleo de los reactores, sobre todo


cuando se trata de reactores de agua ligera, se almacena habitualmente en
piscinas ubicadas junto al reactor donde, transcurrido un tiempo mínimo de
enfriamiento (entre unos meses y un año), el combustible podría ser trasladado a
un almacenamiento intermedio en húmedo o en seco.

De forma general podría decirse que el almacenamiento de combustible


irradiado por cortos períodos de tiempo (hasta 10 años) suele hacerse en
húmedo, ya sea junto al reactor o en la planta de reproceso, mientras que el
almacenamiento por períodos de tiempo mayores a 20 años puede ser en
húmedo o en seco, si bien esta última opción es la que se está implantando más
en la actualidad. La opción de almacenamiento en seco permite a veces que el
mismo contenedor de almacenamiento pueda ser utilizado para el transporte del
combustible irradiado, lo cual tiene sus ventajas porque reduce la necesidad de
manipulación del mismo.
A continuación, pasamos a describir los métodos de almacenamiento del
combustible irradiado que se utilizan a corto, medio y largo plazo, así como los
estudios de seguridad que deben acompañar a cada una de las opciones.

Almacenamiento en húmedo: En la mayoría de las instalaciones, se utiliza un


almacenamiento en húmedo en piscinas. La elección del agua como medio de
almacenamiento se debe a su elevado coeficiente de transmisión del calor; sus
buenas propiedades como blindaje de la radiación; su transparencia, que permite
la inspección visual del combustible y el control de sus movimientos; además de
su disponibilidad y economía.

Las piscinas de almacenamiento de combustible irradiado, ya se trate de


las existentes en los propios reactores, en las plantas de reproceso o en
instalaciones de almacenamiento centralizadas, suelen tener características
generales bastante similares. Están construidas de hormigón armado, con las
paredes internas recubiertas de láminas de acero inoxidable soldadas para evitar
fugas, y son estructuras de clase sísmica I. Normalmente tienen forma
rectangular, siendo habitual para combustibles LWR que la piscina tenga una
profundidad comprendida entre 10 y 13 m, lo que permite asegurar que el
combustible (de largo 4,5 m, aproximadamente) situado verticalmente, tenga un
recubrimiento mínimo de 3 m de agua para asegurar el blindaje necesario.

Es condición imprescindible durante la operación del reactor que la piscina


tenga capacidad libre para albergar la descarga de un núcleo completo.

Las piscinas de almacenamiento de las centrales nucleares suelen estar


ubicadas en el edificio del reactor o en un edificio anexo exclusivamente dedicado
a este fin, siendo esta última la disposición más moderna y la que resulta más
recomendable.

Las piscinas disponen de un sistema de detección de fugas, mediante


tuberías colectoras en paredes y fondo, habiendo un detector en el sumidero de
recogida que avisa a sala de control en caso de que el nivel detectado fuera
superior al especificado. Además, las piscinas deben disponer de un sistema de
refrigeración, mediante cambiadores de calor, y sistemas de purificación del
agua. Por otro lado, el edificio donde se encuentra la piscina dispone de un
sistema de ventilación y filtración, manteniéndose en depresión con respecto al
exterior. Como parámetros básicos del agua, deben medirse: temperatura, pH,
conductividad, composición química y radiológica.

En los últimos años se ha planteado la necesidad de algunos países de


aumentar la capacidad de las piscinas de almacenamiento de combustible
irradiado existentes en las centrales nucleares. Para ello se han utilizado
bastidores de alta densidad de almacenamiento, que incluyen venenos
neutrónicos (boro normalmente), lo que permite pasar desde densidades de 2,5
t/m2 hasta alrededor de 5,5 t/m2. Otros métodos son: la revisión del grado de
quemado y criticidad; la consolidación de barras de combustible, mediante el
cambio de la estructura de cada elemento combustible y la aplicación de
blindajes; o la disposición de dos tandas verticales de bastidores en piscinas
suficientemente profundas.
Como aspectos de seguridad que deben considerarse se encuentran:

- Procesos de oxidación de las vainas del combustible.


- Sistema de refrigeración continuo y salvaguardias.
- Subcriticidad y concentraciones de veneno neutrónico.
- Control de blindajes (mantenimiento en condiciones adecuadas).

En los análisis de criticidad en los que se da crédito al quemado del


combustible, existe una fuerte correlación entre las prácticas de diseño de los
ciclos de operación y los análisis de criticidad de los almacenamientos de
combustible, puesto que la reactividad final de los elementos combustibles a
almacenar en la piscina depende de su historia de operación en el reactor.

En cuanto a la refrigeración adecuada del combustible durante su


almacenamiento en húmedo, dos son los aspectos a considerar: (1) garantizar
que en todo momento se mantiene un inventario de refrigerante suficiente como
para mantener cubierto el combustible; (2) garantizar que se mantiene en todo
momento una temperatura adecuada, ya sea mediante refrigeración forzada o
natural, para evitar que se alcancen condiciones que puedan dar lugar al fallo de
la vaina por sobretemperatura.

Para garantizar ambos requisitos se realizan estudios de generación de


calor residual y de capacidad de evacuación de calor por los sistemas de
refrigeración de la piscina, en los que se tienen en cuenta las cargas térmicas
máximas que pueden llegar a darse en cada una de las condiciones de operación
contempladas en el Estudio Final de Seguridad.

Almacenamiento en seco: Tras una etapa de enfriamiento previo en la piscina,


se puede optar por un almacenamiento en seco. Esta tecnología se ha
desarrollado en tres modelos conceptuales diferentes que son: silos o bóvedas,
pozos secos y contenedores. Las diferencias entre estos sistemas se encuentran
en la forma de transferencia de calor, la estructura del blindaje, la disposición de
las estructuras en el emplazamiento, y en el grado de independencia entre las
celdas de almacenamiento y la propia estructura.

En los silos o bóvedas se puede almacenar el combustible sobre o bajo


la superficie, tratándose de estructuras de hormigón armado que albergan en su
interior contenedores metálicos sellados que se introducen por la parte superior
del cubículo. Las tapas también se sellan actuando como blindaje al igual que el
hormigón. La disipación del calor puede tener lugar por conducción a través de
las paredes (silos no ventilados), o bien por convección natural o forzada (silos
ventilados) con sistemas de filtración.

En los almacenamientos en pozos, se excavan cavidades en la tierra cuyo


interior se recubre con una lámina de acero y se cierran con una tapa de
hormigón. Los elementos combustibles se introducen en contenedores a modo de
funda. La distancia entre pozos se establece teniendo en cuenta la generación de
calor, la conductividad térmica del terreno, los requisitos de subcriticidad y las
temperaturas máximas aceptables.
El almacenamiento en contenedores radica en el uso de materiales
(hormigón o metales) que transmiten el calor por conducción a través de las
paredes del contenedor y por convección natural desde la superficie del mismo a
la atmósfera, tratándose de un sistema pasivo. Una vez cargados con el
combustible gastado, los contenedores se sitúan sobre una plataforma de
hormigón pudiendo estar al aire libre. Otras veces, por encima de la losa se
dispone una nave, la cual debe garantizar una ventilación continuada. Se fabrican
contenedores para uso exclusivo de almacenamiento, pero también se han
desarrollado contenedores que permiten servir para almacenamiento y a la vez
para transporte a otra instalación, lo cual tiene la ventaja de no requerir de nuevo
el trasvase del combustible. Este es el caso del contenedor metálico fabricado por
Equipos Nucleares-S.A., de “doble propósito de C.N. Trillo” (ENSA-DPT) que se
empezó a utilizar en esta central nuclear española en 2002.

En todos los sistemas de almacenamiento en seco se emplea un gas para


el interior de los recipientes (aire, dióxido de carbono o gas inerte como el helio,
argón, etc.), el cual es elegido dependiendo de la temperatura y las interacciones
entre materiales. Además, en el almacenamiento en seco se requiere un sistema
que garantice la refrigeración continuada de forma apropiada, pudiendo
requerirse sistemas auxiliares y siendo complejas las operaciones de manejo que
conlleva.

Dentro de lo que sería un almacenamiento intermedio o temporal, deben


considerarse específicamente, como más relevantes, las siguientes
características:

- Confinamiento
- Blindajes
- Criticidad
- Recuperabilidad (debe procurar garantizarse)
- Diseño térmico

Cada uno de los aspectos debe ser analizado tanto en situación normal de
operación como en situación anormal y en caso de accidente.

Deben existir unas especificaciones técnicas que establezcan unos


controles y condiciones límite de operación, y las actuaciones a seguir en caso de
incumplimiento de los valores de operación y mantenimiento especificados.

Almacenamiento a largo plazo: La opción más viable pasa por la consideración


de una barrera geológica que impida la transmisión de los radionucleidos a la
biosfera durante el tiempo de confinamiento exigible (en un residuo de alta
actividad sería, como mínimo, de unos 10.000 años para obtener una actividad
similar a la que generaría una concentración natural de U-235). El espesor y la
permeabilidad de la barrera deberán ser correctamente caracterizados para
poderse garantizar el tiempo de confinamiento necesario. Las propiedades
termomecánicas y la caracterización hidrogeológica (fisuras o sistemas porosos
por los que se muevan los fluidos) de la barrera geológica son fundamentales
para asegurar que las velocidades determinadas por la permeabilidad no se van a
ver incrementadas de forma inaceptable con el paso del tiempo. La profundidad a
la que se sitúe el repositorio dependerá de la ubicación más adecuada para el
mismo y de las propiedades de la barrera geológica. La opción de recuperabilidad
obliga a considerar mayor seguridad en aspectos de estabilidad estructural del
repositorio que deben garantizarse durante un período de tiempo más largo.

Los criterios de seguridad que intervienen en la selección de un


emplazamiento para almacenamiento geológico profundo afectan a diversos
ámbitos del conocimiento: geológicos, hidrogeológicos, tectónicos, sísmicos,
geotécnicos, geoquímicos, geomecánicos, etc. Todos ellos deben integrarse en
una modelización del sistema-emplazamiento.

En la actualidad existen múltiples proyectos de investigación a nivel


internacional que pretenden servir para conocer mejor la fenomenología de los
distintos procesos que tienen lugar y cuantificar sus incertidumbres. También se
están haciendo estudios en formaciones geológicas que pudieran servir como
“análogos naturales” a la hora de caracterizar el medio, conocer la dinámica de
fluidos en su interior o la evolución de procesos que hayan tenido lugar y que
podrían llegar a suceder de forma similar en un almacenamiento geológico
profundo.

5. COMPARACIÓN DE LA SITUACIÓN ACTUAL ESPAÑOLA CON OTROS


PAÍSES. PREVISIONES A FUTURO.

En España, el combustible irradiado generado en los reactores nucleares


LWR es almacenado en las piscinas existentes a tal fin en cada planta. El
combustible irradiado que se generó durante la operación de la C.N. Vandellós 1
fue enviado a Francia para reprocesarlo mediante contrato que incluía la
devolución a España de los residuos vitrificados resultantes, la cual está previsto
que se realice durante el año 2010.

Ante la limitada capacidad de las piscinas, en todas las centrales nucleares


españolas se procedió a su ampliación mediante el cambio de los bastidores
existentes por otros nuevos construidos con materiales de mayor capacidad de
absorción neutrónica, lo que permite reducir la distancia entre los elementos
combustibles. Además, en la C.N. Trillo se construyó un almacén en seco con
capacidad para 80 contenedores DPT (de diseño americano, similar al modelo
NAC-STC, adaptado al tipo de combustible de la central española). Según los
datos actualmente disponibles, con estas modificaciones efectuadas, las piscinas
de la C.N. Ascó y C.N. Cofrentes serían las primeras en saturarse,
aproximadamente a partir de 2013 y 2014, respectivamente.

Como estrategia a futuro, en España se podría plantear un


almacenamiento temporal centralizado, siendo la opción más barajada en seco, o
bien optar por distintos almacenamientos individualizados en los actuales
emplazamientos de las centrales nucleares españolas.

A nivel internacional, hay países como Francia, Reino Unido y Japón que
han optado por el ciclo cerrado, con reproceso, mientras que otros, como EE.UU.
y Suecia, han optado por almacenamiento final sin reprocesado (ciclo abierto).
Países como Alemania, Suiza y Finlandia tienen una situación intermedia, con
combustible irradiado y residuos vitrificados procedentes del reproceso.

En lo que afecta a almacenamiento temporal, esta fase se aplica en todos


los países, siendo en unos casos en el propio emplazamiento de la central
nuclear, mientras que otros disponen de almacenamientos centralizados. Como
ejemplo de almacenamiento centralizado en húmedo, estaría la instalación
“CLAB” en Suecia. Los almacenamientos centralizados en seco mediante
contenedores son una fórmula actualmente en expansión, como es el caso de
Gorleben y Ahaus, en Alemania.

En lo que afecta a soluciones para almacenamiento definitivo, en diversos


países se están realizando planes de selección de emplazamientos geológicos,
además de construir laboratorios subterráneos. También hay importantes
proyectos a nivel internacional sobre transmutación y separación de actínidos,
aunque esta solución necesitaría igualmente de un AGP, pues se reducirían el
volumen y la radiotoxicidad pero no se evitarían por completo los residuos de alta
actividad.

Por otro lado, una directiva europea en fase de borrador, pretende instar a
todos los países de la Comunidad Europea a tomar medidas a corto y medio
plazo para tener disponible en un par de décadas una solución definitiva para la
gestión del combustible gastado. Actualmente, en la gestión de los residuos
radiactivos se aprecia cierto retraso europeo respecto a Estados Unidos, país que
ya cuenta con un almacenamiento subterráneo de residuos de alta actividad
procedentes del programa de defensa (WIPP-Waste Isolation Pilot Plant, en
Nuevo Méjico, que inició su operación en 1999) y tiene otro en fase de
licenciamiento (Yucca Mountain, en Nevada), que irá destinado a albergar
combustible irradiado procedente de las centrales nucleares de EE.UU.

6. ESTUDIOS DE SEGURIDAD ASOCIADOS.

El combustible irradiado no tiene todo él las mismas características,


pudiendo decirse que sus propiedades son variables, dependiendo de la
tecnología de la central nuclear y de la potencia generada. Como variables que
definen el elemento combustible irradiado están:

- masa de uranio inicial (kg por elemento).


- grado de quemado (frecuentemente se emplea como unidad el megavatio-
día por tonelada de uranio (MWd/tU)).
- tiempo de enfriamiento transcurrido (años).
- calor máximo de desintegración por elemento (kW por elemento).
- enriquecimiento inicial máximo (normalmente 4 % en peso de U-235).

Junto a estas propiedades que definen sus características térmicas, habría


que indicar que hay variaciones en cuanto a las características mecánicas de la
vaina, número de vainas por elemento combustible, o tamaños de éstos. De
forma más específica, podemos decir que hay elementos combustibles que se
han deformado más que otros durante el proceso de quemado. Además, puede
haber elementos combustibles dañados que requieran una reparación previa o
una preparación especial.

Para optimización en la generación de residuos radiactivos se establecen


programas que persiguen una mejor eficiencia del grado de quemado,
prolongando los períodos de quemado y reduciendo el número de recargas.

La variedad en el tipo, tamaño y forma del combustible, en su grado de


quemado, y las posibles variaciones tanto en las propiedades físicas como en la
formación de grietas, inclusiones metálicas, burbujas, etc., van a conformar una
situación heterogénea en el comportamiento y distribución de los distintos
parámetros que será necesario analizar y cuantificar con modelos, con el objeto
de demostrar la seguridad en todas las fases de la gestión.

En el combustible gastado se encuentran la práctica totalidad de los


elementos de la tabla periódica. La mayoría de los radionucleidos se distribuyen
homogéneamente dentro de la matriz de dióxido de uranio (UO2), estando su
potencial liberación condicionada a la disolución de dicha matriz.

La evaluación de seguridad de un almacenamiento de residuos radiactivos


se basa en los siguientes pilares: objetivos de seguridad nuclear y de protección
radiológica; límites radiológicos y condiciones reguladoras; características del
residuo a almacenar, diseño y operación de la instalación; características del
emplazamiento.

Como requisitos de seguridad que deben considerarse en la gestión del


combustible irradiado, citamos los siguientes:

- Debe asegurarse que en ninguna situación se podrá llegar a una criticidad,


debiendo ser siempre Kef < 0,95.

- Debe garantizarse en toda situación que se evacua el calor residual


producido por el combustible irradiado.

- Deben estimarse correctamente todos los parámetros del emplazamiento


en el que se vaya a ubicar una instalación de almacenamiento con el
objeto de garantizar que las estructuras y elementos de seguridad se
diseñan para soportar en todo momento las cargas sísmicas y condiciones
ambientales del entorno.

- Deben tenerse en cuenta los riesgos biológicos, químicos y otros riesgos


que puedan estar asociados a la gestión del combustible irradiado.

- Antes de la construcción de una instalación, debe hacerse una evaluación


sistemática de la seguridad y una evaluación ambiental, en consonancia
con el riesgo que plantee la instalación y que abarque su vida operacional.

- Antes de la operación pueden reevaluarse aspectos que se estimen


necesarios para mejorar la seguridad o actualizar alguno de los análisis
efectuados anteriormente. Deben realizarse pruebas preoperacionales que
garanticen el correcto funcionamiento de todos los equipos y sistemas de
seguridad necesarios.

- Deben establecerse unas especificaciones técnicas que contengan los


límites y condiciones de operación necesarios para asegurar un control de
todo el proceso de gestión (operación y mantenimiento).

- Deben establecerse programas de garantía de calidad que permitan


asegurar que en todas las fases de la gestión (diseño, fabricación,
operación y mantenimiento de componentes, sistemas o instalaciones) se
actúa debidamente.

- Deben establecerse sistemas de control de la información que custodien


todos los datos de un elemento combustible y de las barreras que lo
almacenan durante toda la vida de la instalación. Además deben
realizarse notificaciones de esta información a los órganos reguladores
cuando corresponda.

- Deben realizarse informes periódicos de experiencia operativa que


permitan detectar problemas o fallos y aplicar las acciones correctoras que
sea menester.

- Deben analizarse los materiales constituyentes de las barreras de


ingeniería, y conocerse su envejecimiento y degradación progresiva de las
barreras, incluida la pérdida de integridad del combustible.

Como aspectos generales que todavía están en fase de investigación y


desarrollo se pueden citar:

- Envejecimiento de los materiales para estimar la duración de las barreras


de ingeniería.

- Análisis probabilistas de seguridad, tanto en el elemento fundamental


(contenedor o canister) como en la instalación de almacenamiento.

- Degradación del combustible a largo plazo.

- Evolución de las barreras geológicas a muy largo plazo.

La garantía de que el almacenamiento temporal del combustible, ya sea


éste en húmedo o en seco, se realiza en condiciones seguras, se consigue con:

· El propio diseño de los contenedores de combustible, o de la piscina, que


permiten establecer una cierta capacidad de refrigeración natural en el
sistema, en caso de fallo de los sistemas de refrigeración forzada.

· La demostración de la capacidad de evacuación de calor de los sistemas


auxiliares de refrigeración forzada, incluyendo consideraciones en cuanto al
fallo único de componentes activos.
· La demostración de una capacidad de aporte de refrigerante suficiente como
para compensar las pérdidas de inventario por evaporación (en caso de
piscinas).

· El establecimiento de una temperatura límite para el refrigerante de la piscina


en operación normal (en las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento)
que garantice que se dispone de suficiente margen para iniciar la actuación
de los sistemas alternativos de aporte de refrigerante en caso de fallo de los
sistemas de refrigeración forzada.

A continuación, se exponen criterios generales de aplicación para cada


uno de los principales hitos a considerar en una instalación para almacenamiento
de combustible irradiado:

Diseño de instalación: es crucial para una operación segura de las instalaciones


de almacenamiento de combustible gastado. Las características deberán
asegurar que, tanto en condiciones normales de operación, situaciones
anormales de operación, y en condiciones base de diseño en situación de
accidente, se mantiene el combustible en situación subcrítica, se evacua el calor
residual, y existe una adecuada protección radiológica y contención del material
radiactivo.

Combustible irradiado: Sus características deberán garantizar que es aceptado,


manejado, almacenado y recuperado sin que exista un riesgo indebido que ponga
en peligro la seguridad, salud o el medio ambiente.

Herramientas de diseño: Deben emplearse métodos analíticos, procedimientos


y herramientas, en conjunción con datos de entrada seleccionados de forma
adecuada, y con suposiciones tanto de condiciones de operación normal como
con desviaciones creíbles. Sólo son aceptables métodos que estén
adecuadamente validados para la predicción de consecuencias de la operación
normal y de los accidentes base de diseño. La selección de datos de entrada
debe hacerse con criterios conservadores y realistas. Las incertidumbres deberán
estimarse de forma adecuada, con análisis de sensibilidad de todos los
resultados.

Participación de los ciudadanos: La participación del público en la toma de


decisiones para instalaciones de almacenamiento intermedio de combustible
gastado es reconocida en diversos países y es parte integrante del proceso de
licenciamiento.

Control documental: Todo el proceso de diseño, incluida su evolución y soporte


racional, debe quedar adecuadamente documentado con claridad y debe
conservarse como futura referencia. El Estudio de Seguridad deberá estar
incluido entre la documentación de soporte.

Estudio de Seguridad: Deberá demostrarse que el diseño y todos los


aspectos que son potencialmente relevantes han sido adecuadamente analizados
y contemplados, describiendo todas las metodologías y modelos aplicados.
También se deberá demostrar que la instalación puede ser construida, operar y
ser desmantelada, de acuerdo con las especificaciones de diseño y
requerimientos del propietario, junto con aquellos que establezca el Organismo
Regulador.

Modificaciones de diseño: Deben definirse procedimientos para el control de las


modificaciones de diseño que se puedan ir produciendo durante las etapas
sucesivas, que deberían estar integradas en el Estudio de Seguridad y ser
acordes con los resultados del mismo. Las estructuras, sistemas y componentes
del diseño que sean importantes para la seguridad deberán ser identificados y
clasificados de acuerdo con su importancia relativa.

Subcriticidad: Tanto en condiciones de operación normal como en caso de


accidente, debe garantizarse que se mantienen condiciones de subcriticidad en
todo el sistema y en todo momento. Deben diseñarse configuraciones
geométricamente seguras y, en caso de que no sea suficiente sólo con la
configuración, deberán establecerse barreras específicas como absorbentes
neutrónicos o el uso del crédito al grado de quemado aceptable.

Deben evaluarse secuencias de eventos (internos y externos) que, tanto


en condiciones normales como en caso de accidente, pudieran generar
situaciones anormales en la configuración de los elementos combustibles,
estimándose probabilidades y posibles consecuencias, y tomándose las medidas
adecuadas para mitigar esas consecuencias.

Para el diseño de una instalación que vaya a tener elementos


combustibles con distinto grado de enriquecimiento, se tomará el máximo valor.
No obstante, en instalaciones en las que se vaya a almacenar una pequeña
cantidad de combustible con un alto grado de enriquecimiento se podrán hacer
evaluaciones caso por caso considerando los parámetros específicos del
combustible en cuestión.

Siempre que haya incertidumbres en los parámetros del combustible, los


valores representativos se determinarán con cálculos pesimistas, y efectuando un
análisis de sensibilidad para cuantificar los efectos de las incertidumbres.

Cuando proceda, deberán considerarse situaciones de desacoplamiento


neutrónico de distintas áreas del almacén, mediante cálculos apropiados.

Estructura y disposición: Deberán establecerse sistemas que impidan el


acceso no autorizado o movimiento no autorizado de combustible. El área para
almacenamiento no será una parte de una ruta de acceso a otras áreas de
operación. Las rutas de transporte para manejo deberían ser directas y cortas, al
igual que prácticas, para evitar movimientos o manejos complejos o innecesarios.
La disposición minimizará los movimientos de objetos pesados sobre los
combustibles almacenados y sistemas de seguridad.

La disposición deberá aplicar el criterio ALARA respecto a todas las


operaciones de manejo de combustible, almacenamiento y acceso de personal
requerido. Las instalaciones deberán estar provistas de sistemas de
descontaminación y mantenimiento apropiados de los equipos de manejo y
colocación de contenedores.

Debe haber espacio suficiente, entre otros, para: inspeccionar el


combustible y equipos para manejo del combustible; permitir el movimiento
requerido de combustible y contenedores, y transferencia de éstos entre los
distintos equipos de manejo; almacenamiento y uso de las herramientas y
equipos necesarios para reparar y probar componentes del almacén.

Deben establecerse medidas apropiadas para casos de posible


contaminación y para almacenamiento seguro de combustible dañado o con
pérdidas.

La disposición debe facilitar la salida del personal en caso de emergencia.


El diseño deberá permitir el acceso a todos los puntos de la instalación que
requieran inspección y mantenimiento periódicos.

El diseño deberá garantizar condiciones seguras tras sucesos externos


postulados (terremotos, tornados, inundaciones, etc).

Protección radiológica:

Las instalaciones de almacenamiento de combustible irradiado deberán


diseñarse de manera que durante su operación las dosis al público, trabajadores
y medio ambiente no excedan los valores límite establecidos en la normativa,
manteniéndose además lo más bajas que sea razonablemente posible. Por otro
lado, deberá asegurarse que, ante la posibilidad y la magnitud de exposiciones
potenciales, éstas cumplan igualmente el principio ALARA.

Contención de materiales radiactivos:

Deberá disponerse de sistemas que impidan un escape incontrolado de


material radiactivo al medio ambiente. Además, cuando corresponda, deberá
contarse con sistemas de ventilación adecuados para mitigar los efectos
radiológicos tanto en operación normal como en condiciones de accidente.

Refrigeración:

No se deberá sobrepasar el valor límite de temperatura recomendado o


aprobado como condición límite de operación, el cual se establecerá con
suficiente margen de capacidad del sistema, considerando el máximo inventario
de combustible gastado que pudiera llegar a darse, y con redundancia del
sistema de control.

Materiales:

Los componentes deberán diseñarse garantizando que soportan todo el


período de vida previsto, o bien, cuando ello no sea posible, deberán poderse
reemplazar los elementos que se requiera. Deberán analizarse todos los posibles
efectos de oxidación, corrosión o degradación de materiales.
Manejo del combustible gastado:

Deberán operar equipos y sistemas que minimicen el daño potencial al


combustible, ensamblajes, contenedores o blindajes. Deberán establecerse
sistemas para el posible manejo de contenedores o combustible que hayan
sufrido algún daño.

Emplazamiento:

Deben analizarse las características del emplazamiento y los posibles


fenómenos externos (naturales o inducidos) que pudieran influir en la seguridad
de la instalación, integrando dicha información en el diseño. Además, deben
conocerse y analizarse la demografía, el medio ambiente, las condiciones
meteorológicas y otros factores que influyen en la protección radiológica tanto en
condiciones normales como en caso de situación accidental.

En un almacenamiento definitivo, la barrera geológica juega un papel


decisivo siendo necesario modelizar la misma contemplando todas las variable
posibles a largo plazo, con sus incertidumbres.

Salvaguardias y protección física:

Deben establecerse sistemas de salvaguardia que detecten e impidan


cualquier desvío de material nuclear para su uso militar. Debe implantarse un
sistema de protección física que impida la intrusión dentro de la instalación de
personal no autorizado.

7. RESUMEN.

Para una gestión segura del combustible irradiado es necesario cumplir


con unos principios, establecidos en la “Convención conjunta sobre seguridad en
la gestión del combustible gastado y sobre la seguridad en la gestión de
desechos radiactivos”, ratificada por España en abril de 1999 (entró en vigor en
junio de 2001). La gestión del combustible irradiado comienza realmente antes de
la generación del residuo, pues deben tomarse las decisiones más adecuadas y
establecerse las estrategias de antemano para facilitar dicha gestión.

El Plan General de Residuos Radiactivos es el documento que recoge las


actuaciones a seguir para la gestión de los residuos radiactivos en España,
siendo aprobado por el Consejo de Ministros. El quinto plan vigente fue aprobado
en 1999.

En la actualidad, como fases genéricas que se distinguen en la gestión del


combustible irradiado se pueden distinguir: almacenamiento temporal en la propia
central nuclear; reprocesado del combustible (en caso de optarse por ciclo
cerrado); almacenamiento temporal fuera del emplazamiento del reactor, en una
instalación centralizada; almacenamiento definitivo en formaciones geológicas
estables. El desarrollo e investigación sobre transmutación y separación de
actínidos podría suponer en un futuro una etapa más de esta gestión, con el
objeto de disminuir la radiotoxicidad y reducir volúmenes a gestionar.

Para el almacenamiento a corto y medio plazo se dispone de tecnologías


desarrolladas y seguras, tanto en seco como en húmedo. En lo que se refiere al
almacenamiento geológico profundo, se están desarrollando a nivel internacional
numerosos proyectos de I+D, habiendo países como EE.UU., Suecia, Alemania o
Suiza que ya han iniciado las gestiones para un almacenamiento definitivo.

Los estudios de seguridad de las instalaciones para almacenamiento de


combustible irradiado deben tener en cuenta las heterogeneidades tanto de los
propios elementos a almacenar, como del medio geológico, cuando éste tiene
que actuar como barrera. Los análisis deben abordar, tanto desde la seguridad
nuclear como desde la protección radiológica, múltiples campos que van desde el
propio emplazamiento, hasta la estructura, disposición, sistemas de manejo
seguro, sistemas de refrigeración, durabilidad de materiales, salvaguardias,
protección física y otros, con sus respectivos análisis de incertidumbres cuando
corresponda.

La gestión del combustible nuclear irradiado requiere una información


continuada a los ciudadanos, y el establecimiento de unos mecanismos de
participación de los distintos representantes sociales que permitan avanzar
progresivamente en la toma de decisiones para la solución definitiva de su
gestión.
8. BIBLIOGRAFÍA.

http://www.iaea.org/
http://www.csn.es/
http://www.enresa.es/
http://www.NRC.gov/
http://www.NEA.fr/

MINER “Quinto Plan general de Residuos Radiactivos”. Julio, 1999.

MIE “Convención conjunta sobre seguridad en la gestión del combustible gastado


y sobre la seguridad en la gestión de desechos radiactivos”. Primer informe
nacional. España. Mayo, 2003.

Ilustre Colegio Oficial de Físicos “Origen y gestión de residuos radiactivos” (2000).

ENRESA “IV Jornadas de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Gestión de


Residuos Radiactivos”. Publicaciones Técnicas. (Terra Innova 2000).

CIEMAT - UPM – ENRESA “Gestión de Residuos Radiactivos” Serie Ponencias


(1995). (2 vol.).

OIEA “Sistemas de manipulación y almacenamiento del combustible en centrales


nucleares”. Guía de seguridad nº 50-SG-D10 (1985).

OIEA “Glosario de Seguridad del OIEA – Terminología empleada en seguridad


nuclear, protección radiológica, gestión de residuos radiactivos y transporte”.

IAEA “Design of Spent Fuel Storage Facilities”. Safety Series No. 116 (1994).

IAEA “Operation of Spent Fuel Storage Facilities”. Safety Series No. 117 (1994).

IAEA “Safety Assessment for Spent Fuel Storage Facilities”. Safety Series No.
118 (Vienna, 1994).

IAEA - TECDOC 1343 “Spent Fuel Performace Assessment and Research” Final
Report SPAR (1997-2000). Marzo, 2003.

IAEA “Survey of wet and dry spent fuel storage” TECDOC 1100, julio 1999.

ENRESA “Caracterización y lixiviación de combustibles nucleares irradiados y de


sus análogos químicos”. Publicación técnica 12/2000.

ENRESA “El almacenamiento geológico profundo de los residuos radiactivos de


alta actividad”. Diciembre 2001.

CSN “El almacenamiento geológico profundo de residuos de alta actividad en


medios cristalinos. Estudio comparativo de evaluaciones de seguridad”. Colección
informes técnicos 10.2003.
Comisión de las Comunidades Europeas “Propuesta de Directiva (EURATOM)
del Consejo relativa a la gestión del combustible nuclear gastado y los residuos
radiactivos”. 2003/0022 (CNS).

Relación con otros temas de la oposición:

1er ejercicio

A.9. La Ley de 29 de abril de 1964 sobre Energía Nuclear. Reglamento sobre


Instalaciones Nucleares y Radiactivas. Régimen de autorizaciones de estas
instalaciones: Inspección de las mismas. El personal de operación.
Reglamentos sobre Protección Sanitaria contra las Radiaciones Ionizantes.
El Plan Básico de Emergencia Nuclear.

A.12. Reglamentación en el transporte de sustancias nucleares y radiactivas.


Reglamento para el transporte seguro de materiales radiactivos del OIEA.
Reglamento de la Unión Europea sobre Traslado de Sustancias
Radiactivas. Reglamento nacional de transporte de mercancías peligrosas
por carretera, ferrocarril, vía aérea y vía marítima.

A.14. Directivas de la Unión Europea en materia de Seguridad Nuclear y


Protección Radiológica. Transposición de las que tienen por objeto la
Protección Operacional de Trabajadores Externos, Protección de
Radiaciones Ionizantes en Exposiciones Médicas, Información a la
Población en caso de Emergencia Radiológica y Traslado de Residuos
Radiactivos.

A.15. Acuerdos Internacionales sobre Energía Nuclear. Tratado de No


Proliferación. Tratado EURATOM. Las convenciones de Seguridad Nuclear
y de Residuos Radiactivos del OIEA, y las de Protección Física de
Materiales Nucleares, Pronta Notificación y Asistencia Mútua en accidentes
nucleares. Los convenios sobre Responsabilidad Civil por Riesgos
Nucleares.

B.6. Combustibles nucleares. Tipos. Propiedades. Diseño. Materiales. Evolución


isotópica. Quemado.

B.7. Tratamiento de combustibles irradiados, opciones. Sistemas reelaboración.


Problemas asociados.

B.8. Residuos radiactivos. Tipos. Origen. Gestión.

C.9. Evaluación de seguridad de instalaciones nucleares. Régimen de


autorizaciones. Documentación.

C.10. Seguridad en el transporte de sustancias nucleares y materiales


radiactivos. Autorizaciones.

D.13. Definición, clasificación y gestión de los residuos radiactivos sólidos.


3er ejercicio

A.11. Cálculos de criticidad. Determinación del Factor Efectivo de Multiplicación.


Análisis de piscinas de almacenamiento y fábricas de combustible.

B.44. Protección radiológica durante el desmantelamiento de las instalaciones


nucleares y radiactivas. Vigilancia radiológica después de la clausura de las
instalaciones.

B.45. Protección radiológica en las instalaciones de almacenamiento de residuos


radiactivos.

B.49. Transporte de materiales nucleares y radiactivos.


FIGURA 1: ESQUEMA GENERAL DE LA SEGUNDA PARTE DEL CICLO
DEL COMBUSTIBLE NUCLEAR.

FIGURA 2: ESQUEMA GENERAL DE ESTUDIO DE SEGURIDAD PARA UN


ALMACENAMIENTO GEOLÓGICO PROFUNDO.
FIGURA 3: ESQUEMA DE ESTRUCTURA JURISDICCIONAL ESPAÑOLA PARA LA
GESTIÓN DE RESIDUOS RADIACTIVOS

PARLAMENTO
Información periódica

PGR

GOBIERNO

MINISTERIO DE MINISTERIO DE MEDIO


ECONOMÍA AMBIENTE

CONSEJO DE
SEGURIDAD NUCLEAR

ENRESA

COMITÉ DE
CONTROL Y
SUPERVISIÓN
Recursos financieros

GENERADORES DE
FONDO RESIDUOS
RADIACTIVOS

Interacción supervisora

Interacción reguladora

Interacción administrativa

Interacción consultiva

Información

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