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SÁBADO OCTUBRE 26

CLAVES DE UNA RELACIÓN

Jesús les contestó: —Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no vale


nada. Pero el que me glorifica es mi Padre, el mismo que ustedes dicen
que es su Dios. 
– Juan 8:54 (DHH)

El mundo necesita desesperadamente más líderes, del tipo


que desarrolle relaciones genuinas con los demás, para
extraer lo mejor de ellos. De hecho, usted está diseñado
para ser este tipo de líder.

Según el libro de Tom Marshall, Understanding


Leadership, para desarrollar el tipo de relaciones que se
necesitan, existen cuatro elementos esenciales. Ayer
discutimos el primero: la confianza. Hoy cubriremos dos más:
cuidado y respeto.

El cuidado es esencial para desarrollar buenas relaciones

Es difícil establecer una relación con alguien si esa persona


cree que no es importante para usted. Usted debe demostrar
que está buscando los mejores intereses de los demás, a
través de la acción. Las acciones siempre hablan más que las
palabras. De un vistazo a cada una de sus relaciones y
pregúntese: "¿Cuándo fue la última vez que hice algo para
mostrarle a esta persona cuánto me importa?"

Recuerde, preocuparse por alguien no significa que usted no


pueda confrontarlo. De hecho, abordar cuidadosamente los
problemas para ayudar a alguien a mejorar es una forma de
mostrar cuánto le importa.

El respeto es el más descuidado de los cuatro componentes


básicos

Si no tenemos cuidado, podemos comenzar a presumir lo que


la gente es. La buena noticia es que hay una solución
simple. Muestre respeto. ¿Usted comunica lo que valora de
las personas que lo rodean? El respeto necesita ser
comunicado a través de palabras y acciones; esto es lo que
significa honrar a alguien.

En el versículo de hoy, Jesús dijo que, si usted se honra a sí


mismo, su honor no es nada. Si persigues el honor, nunca
sentirá que tiene suficiente. En cambio, si usted pasa su
tiempo mostrándoles a los demás cuánto los respeta, usted
construirá excelentes relaciones.
 

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