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eGeneraciones 0 constelaciones? +++ BELEM CLARK DE LARAt STA OBRA COLECTIVA € interinstitucional lleva por titulo: La Re- piiblica de las Letras. Asomos a la cultura escrita del México decimononico. Para la parte que corresponde al ai is lite- rario —el otro es el histérico—, si bien es verdad que todos y cada uno de los textos aportados encierran una ensefanza, una relectura 0, por lo menos, una récapitulaci6n de aspectos que apenas inician su proceso te o estudio, que en si mismos son “apuntes” para Cuando se escriba ia de la literatura mexicana, una vez mas, hablar de ellos en conjunto ‘nos remite al tan problematizado aspecto de la organizacion de las diferentes variables que entran en juego: autores, obras, géneros, movimientos, entre otras, ~ Este proyecto naci6 precisamente de la intencién que teniamos un grupo de investigadores fildlogos de realizar istoria de la literatura mexicana del siglo xix, Ante la necesidad de per , la_primera intenci6n fue acercar- nos al Instituto de Investigaciones Historicas de la UNAM en busca de una ase- sofia, Al’plantear la problematica de dividir el siglo que nos ocupa en periodos 0 épocas, y hablar de autores, obras y movimientos, encontramos que tenia- mos varios intereses en comtin con los historiadores. Uno de ellos te OG ef, precisamente, con que en él siglo que pretendiamos. enbe hionry treratura todavia resultaba dificil, en buena p. literatos y los histori los _mismos, 0 _ sign _confundieron o asimilaron las funciones de ambas disciplinas. De abi, [t6 el reconocer Ia necesidad de un proyecto conjunto entre Tos institutos ciones Filologicas € Hist6ricas para la realizaci6n de una historia de del siglo decimonono. Asi integramos un grupo que se encarg6 imero cuales serfan 16s afios de inicio y fin delo que conside- omd siglo xx. Se decidi6 el ato de 1812, pues los 11 primeros anos facion, creemos, pertenecen ideolégica y culturalmente al la ausencia de libertad de imprenta. Segundo whe —————— r BELEM CLARK DE LARA 2 sae ee — ———— sefalar los periodos en que dividirfamos él siglo para su estudio. La obra periodos en que dividii igl ge snek neral estarfa integrada por cuatro volimen \diente (1812-1835). indepen: + blica al cambio generacional dentro de} 3. De la instauracién de la Repti in irista (1867-1890). . : erent del “ciencismo” o de la modernidad (1890-1910). Basicamente cuatro divisiones por géneros literarios y un medio de produc. ci6n darian unidad a la obra: Prosa: ensayo, crnica, relato de viajes, oratoria Narrativa: novela, relato corto Dramaturgia Poesia : Hemerografia: periddicos y revistas Tras las primeras sesiones de discusién tuvimos que aceptar que, pese a los esfuerzos realizados sobre todo en la segunda mitad del siglo xx, para resca- tar ambientes, escritores, obras, asociaciones, 6rganos de publicacién, que nos condujeran a estudios literarios de géneros, movimientos o escuelas y gene- raciones, todavia existen muchos huecos para poder ofrecer un acercamiento que no fuera mas que meramente panordmico. Por lo que el intento de reali. zat Una historia como la que nos proponfamos rebasaba la estructura con la que contabamos y requeria m4s tiempo. Se decidié entonces teplantear el Proyecto original, y nos dimos a la tarea de tratar de feunir aun amplio grupo de colaboradores quienes, generosa- mente, aportaron su conocimiento para que esta obra, de por sf complicada, abarcara lo mas posible. Entonces, la intencién fue dar cuenta del avance de los rescales fas inv@Siigaciones que sobre el siglo xix habia realizado siglo XX. Ante la diversidad de temas que actualmente se estudian y pensando én 2 acai uno de los colaboradores nos ofrecia, decidimos =. Piesente volumen en cuatro apartados: lovimier tos, temas y géneros literarios, Publicaciones Periddic leria de Ambientes, asociaciones y grupos, €scritores éGENERACIONES 0 CONSTELACIONES? B , En el proyecto global participaron 84 investigadores de la Xs ria, con un total de 88 ensayos. La coordinacién de la oby la doaom Blisa Speckman Guerra, por la parte del Insti Hist6ricas, y a la que suscribe, por parte del Instituto de gicas. Esta division disciplinaria se reflej6 en el tratamhie “sente estudio introductorio, Al enfoque literario corres; total, y 38 al histérico, “ahora bien, para preparar la introduccién del asignd, me encontré una yez mas con la dificu proceso que Ilamamos literatura mexicana a lo largo del siglo x1x, Uno de los ensayos, “Propuesta Para una periodizacién generacional de la literatura mexicana del siglo xix", de Fernando Tola de Habich, se imponta de manera natural como columna vertebral de esta introducci6n, El ensayo nos brinda una visi6n hist6rica, la cual, después de una acuciosa revision de los modelos generacionales de diversos autores Contemporaneos, adopta y adapta la propuesta, ni mas ni menos, de uno de los hacedores de la cultura mexicana de la centuria decimonona: Ignacio Manuel Altamirano. “A pesar dé largas conversaciones sobre el tema con Fernando Tola, no lo- gré convencerme de los buenos resultados del método generacional. Sin em- > bargo, parecia que tenia resuelto el problema organizacional para la tarea que se me habia encomendado y que, a través del planteamiento que compren- dia ocho generaciones, podria, de alguna manera, articular el proceso de con- formaci6n de nuestra literatura, sin necesidad de excluir de la némina figuras trabajadas por los historiadores y que son también altamente significativas en el campo literario, como Guillermo Prieto, Vicente Riva Palacio 0 el mismo Altamirano, Pronto mi escepticismo inicial se vio confirmado. Fernando Tola de Habich no sdlo sigue a Altamirano por considerar que tuvo “una exacta base intelectual para periodizar generacionalmente todo el siglo xix", sino que ademés revisa y toma como referencias las fechas que manejaron Wigberto Jiménez Moreno y A. Garcia Ruiz en su obra Historia de México. Una sintesis (1962) y Luis Gonzalez en su libro La ronda de (as gene- taciones ), para darnos su propuesta de dividir en ocho. generaciones, de 15 afos cada una, la historia de la literatura mexicana del siglo xIx os Generacién de la Arcadia (1806), en la que ubica a los escritores nac entre 1776 y 1790. literatura y de la histo- ra fue encomendada a tuto de Investigaciones Investigaciones Filol6- nto del tema en el pre- sponden 50 ensayos del Panorama literario que se me tad de cémo dar cuenta del jezas de ellas plan- i Ja otra de 1871. En la primera ecto Se oe sae la relaio sevens ave condensa i ’ ; 2. Genera Letrin; Bete 5 Bee ere rea de la Segunda Guerm de Independenchs 5. Genes 4 BeLem CLARK DE LARA a @ Generacién de la Independencia (1821), en la que sitta a los Autores i ire 1791 y 1805. "@ Generacion de tAcauenial de Leven 1836), a ella corresponden 1g, literatos que vieron la luz entre los aitos 1806 y 1820. : - ® Generaci6n del Liceo Hidalgo (1851), en esta etapa retine a los i cuyos afios de nacimiento van de 1821 a 1835 S Generaci6n del Renacimiento (1866), acoge las plumas nacidas ¢ y 1850. ' @ Generacién de transici6n (1881), agrupa a poetas y prosistas que nacie ron entre 1851 y 1865. @ Generacion del moderismo (1896), aglutina a escritores nacidos de 1g6¢ a 1880, z (& Generacion de la Revolucion (1911), congrega a los literatos cuya nata. lidad va de 1881 a 1895, NBEnigs Mire 1836 En mi opini6a, la formula combinada que nos presenta Tola de Habich exige innecesaria e infundadamente, la exactitud matemiatica en el de CUSO genera. cional, siendo que las humanidades no se guian por una medi icin exacta, A mi juicio, la propuesta no se justifica, ya que deja de tener sustento al obse;. var los resultados Poco ortodoxos de tomar criterios como el de fecha de de una gener. tar crean confusion. Ofrezco dos ejemplos, : 1. Fernando Tola data la generaci6n de la Arcadia en 1806, afio en que sus integrantes —dice— comenzaron a “publicar regularmente en el Diario de México’, y a partir de ahi comienza la cuenta de los 15 afios. Por su parte, Jorge Ruedas de la Serna documenta la Arcadia, asociaci6n que da on mayor valor que la de 1806, Ahora bien, si con el nombre de una asociacién se bautiza a una genera iOn ¢por qué, fundamentado en los afios de hacimiento, se excluye de la gene- Racin a dos de los arcades mis distinguidos? Hablo del sacerdote José Manuel ) y del primer mayoral de la Arcadia, fray Manuel Martinez 1809) que, como puede comprobarse, ninguno de ellos que Precisa Tola para esta Seneraci6n: 1776-1790. En cam lento entraria en dicha generacién, por ejemplo, el GENERACIONES © CONSTELACIONES? 6 escritor Andrés Quintana Roo (1783-1851), quien escribi6 en la segunda eta- pa del Diario de México y pertenecié al Instituto Nacional, al Salén Literario de Gomez de la Cortina (1832), a la Academia de Letrn (1836-1856) y al Ate- neo Mexicano (1840-1844), pero que, motu proprio, no se inscribié en la Ar cadia, sino que, en cambio, convencido se integré en la generacién de la Independencia. 2. En cuanto a la generacién del Renacimiento, si bien Tola sefala el ao de 1866, cuya tnica justificacién son los 15 afios que suma a cada nueva es- tirpe, y da como fechas de nacimiento los afios de 1836 a 1850, observamos que, en este caso, quedaria mejor el aio de 1869, cuando se publics la revis- ta EI Renacimiento que le da nombre; y que al acotar este grupo a la fecha de nacimiento dejarfa fuera a algunas de las figuras mAs importantes que ani- maron y conformaron dicho grupo, escritores que ademas publicaron la par- te mas conocida de su obra durante la Republica Restaurada (1867-1876). Por afios de nacimiento quedaria excluido, en primera instancia, Ignacio Manuel ‘Altamirano (1834-1993), integrado en la generacién del Liceo Hidalgo (1851). En este sentido, si bien Altamirano en 1849 animé, junto con Francisco Zarco, la fundaci6n del Liceo Hidalgo (1850-1851), y algunos aftos mds tarde la del Circulo Juyenil de Letran (1857-1858), su participaci6n activa en asociaciones literarias la encontramos a partir de 1867 en: las Veladas Literarias (1867-1868), la Sociedad Mexicana de Geografia y Estadistica —su principal promotor a partir de 1868—, la Bohemia Literaria (1868-1872), la Sociedad Netzahualed- yot! (1868-1873), el grupo de la revista EI Renacimiento (1869), el Liceo Hidal- go —segunda y tercera épocas— (1872-1888), el Ateneo Mexicano de Ciencias y Letras (1882) y el Liceo Mexicano Cientifico y Literario (1885-1892). Es asi que por la diferencia de dos afios Altamirano queda excluido de la generaci6n para la cual realmente trabaj6; recordemos que es durante la Republica Restaura- da cuando se le conoce como el “presidente de la Republica de las Letras” Advierto, pues, que el esquema generacional no considera la ubicacién. de los escritores segtin los parimetros literari luccié que ellos mismos se impusieron o el circulo o camarilla a la cual enisexssos por coincidencia de intereses, su adscripci6n. Lo incues' ionable es ca lic trazos generacionales suelen ofrecer un método de onganizacion ene Ll so de estudio de la literatura mexicana a lo largo del siglo XIX, pero las ex cepcion frecuencia. a mensar e6mo abordat los 50 ensayos ce la parte relative alanis fF Jo que era dificil repe- con una diversidad de temas, por lo 4) | material, ya fuera por €pocas, maneras de organizar ¢ figuras y obras © géneros literarios, todos ellos con ae Re cane quise Gnicamente resumir, un° a uno, 16 BELEM CLARK DE LARA i mantener la divisién por apartados y orden cronolégico de la presenta de los materiales de este volumen, porque con ello no daria cuenta del pr ceso literario, Por lo cual, si habia de_escoger algunos Gtiterios que ME per, mitieran el _vago intento de dar noticia critica del aleccionador materia} a literatura mexicana de la antepasada centuria, decidi hablar de constelacig. nes? de intelectuales? cuya intencién fue dar cuenta tanto del recorridg los escritores hacian por los espacios de la ciudad de México —Pprinci de la vida cultural del momento—, como de su movilidad cultural, | garse alrededor de las m4s importantes asociaciones 0 publicacione: fias con la mision de construir e integrar las letras nacionales. Ademias de cada una de las colaboraciones que aqui Fecogemos, fuente importante de acopio de informacién para este planteamiento ha sido e ke bro de Alicia Perales Ojeda, Las asociaciones literarias mexicanas (1957, 2+ ed, revisada y aumentada 2000), que nos ofrece dos grandes apartados, cin Pal sede Congre. 5 liters. Las asociaciones literarias de la ciudad de México 1as asociaciones literarias de la Republica Mexicana. Publicaciones Para este trabajo me referiré solo a la subdivision de la primera de las ellas: Asociaciones literarias de la corriente del neoclasicismo (1801-1835) Asociaciones literarias de la corriente del romanticismo (1836-1867) Asociaciones literarias de la corriente del nacionalismo (1867-1889) Asociaciones literarias de la corriente del modernismo (1888-1910) Como observamos, Perales amplia los m&rgenes de las fechas generaciona- les, lo que permite estudiar, cor rn con mayor libertad, la evolucién literaria mexica- na del siglo xix, eliminando divisiones improcedentes; por ejemplo, entre las figuras de la Arcadia y las de la Independencia; finalmente, todos ellos, poe- 2 Constelacién, en su primera acepciés CANIS eLAclOHeS narios sobre la a INTCLEERNE! en la Segunda ac DE Tho ctonario de la le Mes “conjunto de estrellas que mediante trazos imagi- MAN Un dibujo que evoca determinada figura || loniosa’; yen la cuarta *clima o temple” (¢f. Dic- a puede estar integrada por esi Pero que se caracterizan por un mismo temple; concepto Ilevado a la historia literaria por Fe nanclo Curel y a quien agradezco su definicion: ‘La categoria de constelacion aplicada a los proe deiner ianifica la posibilidad de reconocer formas culturaies producto de la participacion de ingelectuales de distinias edades a los que unen, en ese especifico momento estela, prep” sit intes. Algunas constelaciones siguen rutilando mucho tiempo después de su extil i6n, Por lo tanto sirven para orientarnos e el espeso bosque cultural’, 4 Intelectual, en su tercer significado: Persona dedicada “preferentemente al cultivo de lis y las antes”. Adem, , gGENERACIONES © CONSTELACIONE? 7 j | tas neoclasicos. Asimismo, en estudios posteriores, este planteamiento ayu- } dari a comprobar la tesis de que cada época tuvo un género de mayor difu- siOn: poesia, .en.verso,.novela y Cronica ctivamente. entre los ensayos dedica- } ‘Sélo me queda una Ultima llamada de atencién: 7 dos a los escritores, el lector encontrara dos figuras extranjeras de especial releyancia. Me refiero a José Maria Heredia y ered ¥.aJo5€ Marti, ambos | cubanos, con residencias temporales en México; su inclusi6n se debe a la im- i Portancia que ambos tuvieron en dos movimientos literarios; Heredia, como A se podrd apreciar, fue considerado una de las grandes influencias en la adop- ke cién del romanticismo en México. Por su parte, Marti particip6, con Manuel Guiles Najera, del —instanténeamente maduro— nacimiento del moder- : “No dejamos de recpnocer que esta pieza es solamente esboz0 de una de < las posibilidades de historiar la literatura mexicana, mediante la cual puede el j lector darse.cuenta de la complejidad —historia, literatura, politica y socie- dad— de la cultura escrita en el | México decimonénico. | f LA NOTA GREGARIA, PRIMEROS ESPACIOS DE COMUNICACION I En uno de los incisos de su introducci6n, Alicia Perales se ocupa de las reu- | niones literarias informales. De una de ellas nos habla Clementina Diaz y de Ovando en el ensayo que abre el presente volumen: “El café: refugio de lite- ratos, politicos y de muchos otros ocios”, en el cual nos describe con pulso firme la geografia, la nomenclatura, la variada clientela y los menties —li- quidos y s6lidos— de una de las instituciones fundamentales del siglo xIx: | el café, En primer término, espacio, desde luego, de discusién literaria, pero también Ambito de controversia politica o de mera convivencia social. Los cafés fueron, pues, “lugares de placentera charla y fructifera tertulia literaria, mentideros en donde la murmuracién era deleitosa y diario ejercicio’, y que, a menudo, ademas de funcionar como gabinetes de lectura se constituyeron en “importantes centros de conspiracion y de espionaje, en verdaderos clubes po- Iiticos”. Para realizar su gratisima tarea, doiia Clementina se vale de los grandes cro- nistas, a través de quienes nos ofrece una considerable némina de estos ¢s- tablecimientos, desde el Café de Manrique de las calles de Tacuba y Monte ipios del siglo xix—, donde se leia y se comentaban las Ga- féxico, hasta el reconocido Café de la Concordia — ina siglo— que, con motivo de la modernizacion de rio dé la Independencia, cerré sus puertas en BELEM CLARK DE LARA 18 1 de escrtores modemnisias, donde Gutiérrez Nije, eee ae jo “Del saber compartido ¢ ae ‘Sumo ae es el trabajo Cee eae cals Inte ORO POH See y.atencos en el sigl la ciudad letrada, mye 5 ferente (de grupos y a yo el del café: la u 1 Micjoe pipe idia otro espacio simbélico cor incipio novohispana, surg |, fuga oan eae eer oita schecan escriturada’, i dicho, las transi de la “ciudad letrada" a | ates a go del siglo xix, El paso de tor naciente, el artistico y e} lite. itz eed impulso asociativo de ae i Gites delintunde colonia Sepp que reemplaza las cofradias y Iéxico preindependiente © inde rario. Impt teneos y liceos del Méxic b Beaten ce cued larada clonal cael onre Thana, pendiente. La Sas ndencia o emancipacion que mueven al siglo xa ci6n y participa Soe queda fuera la ciudad marginal, ; ee camina de la mano con las agnipaciones, decimonénicas Be eee Raia carr Con Ia Arcadia Mexicana de ‘mania clisica y que inician, segtin Monsivdis, la emancipacién, “equivalen. " lacencia”; poco a poco van buscando °q A senate sutocomp! els Independencia’, por medio de la creaci6n de es. a fee idstica se convierten en los centros ios 10, que lejos de la tutela eclesidstica se nt ‘ oe “mae donde se “len Poemas y relatos, intercambian libros y noticias de libros, aprenden 2 pensar y a petrificar el pensamiento en el curso de inter. minables debates”, En ellas surge el llamado a una. literatura nacional; se ttaba- ja para que se reconozca que los literatos son itiles ala sociedad; se Concilian &Mupos antagonicos; liberales Y conservadores, clasicos y Tom§nticos; se trata de demostrar lo infundado de las acusaciones de barbarie a que nos sometie- Ton los escritores franceses; se legitima la Palabra escrita a través de sus drga- nos dé publicacién hs revistas literarias — con los que tratan de combatir 4a omnipresencig Politica. Varios son los reg SlTOs que €ncontramos en Bia literaria de I Ciudad de México €n el siglo bibliografia, e| Prontuatio, la relacién, Ia croni dos ellos a Ja Presencia de uno de los del sigio xix Mexican fa impresion, Pues, resulta improbable Vocan, regis “Apuntes para una cronolo- XIX", de Vicente Quirarte: la ca sit adomés. Aunados to- nsos y complejos maridajes fal de la Republica. La prime- €5 la de que ta historia Social de la ciudad de México —impracticable— Sin las prosas Y las poesias que la in- Rafael, Guerre, Fanta © adivinan, Por Semplo, las nuevas colonias —San ee ee Sila Mientras s¢ Construye una literatura pro- Nde Quirante asimila €ntonces 4 " » la ciudad Testaurada, la ‘a estatua de Carlos mas int 0: el del escritor y la capit, X10 y urbe: la ciudad libe- Ciudad modemista. Una his- IV, todavia con el dominio {GUNERACIONES © CONSTELACIONES? ” —_—_————————c—mo capanol, y la primera pledra de un nuevo Teatro Nacional, simiente del Pala- . cio de Bellas Artes, ‘Al ocuparse de una de las relaciones de mayor importuncia, Maria Teresa Camarillo complement la vision de este mundo asociativo mexicano del six _ glo x1 la eatablecida entre ef periodismo y la nacién, ambos en movimiento ¢ influyéndose mutuamente, Un periodismo y una nacién en manos, no po- cas veces, de los mismos actores, subrayindose el caricter violento del ejer- ciclo periodistico, no del todo diverso al politico, Notable expresiOn de estos nexos send la constitucién de asociaciones periodisticas que se ocupaban de # cuestiones internas. yexternas, guladas por intereses salariales o mutualistas. “El articulo de la maestra Camarillo se detiene ya dentro del porfiriato, en Jas medidas legales contra la prensa impulsadas por el presidente Manuel Gonzilez, y que Diaz llev6 a sus tltimas consecuencias entre su se- y su ultima presi ‘Ta atenci6n prestada alos duelos entre pe- riodistas decimondnicos tiene un valor mayor que el de la simple anéedota. ~ j | ALREDEDOR DE ALGUNAS DE LAS ASOCIACIONES LITERARIAS DE LA CORRIENTE DEL NEOCLASICISMO (1801-1835) = = Bajo el presente rubro encontramos, ademas de la menci6n de las academias literarias del virreinato, de las cuales muy poco se sabe, las asociaciones pro- Gore Independentista.’ En una primera eee Be edor del Diario de Méxicoy formaron parte de la asociacién de la Arcadia (1805-1812), expresi6n en nuestro ais de un fenémeno universal, al {que estén dedicados los trabajos de Jorge Ruedas de la Serna y Esther Martinez Luna, aqui recogidos. fn-su aniculo “De zagales¥ mayorales. Notas para la historia.cela Arcadia de México”, Ruedas de la Serna eruditamente rescata, apoyado en una acta bibliografia especializada, la primera asociaci6n literaria que, de manera ex- ees presa, invoca un espacio: la Arcadia de México, Los atributos que le confiere 86 sabe: Alicia Perales enum agus Cr de Tacubaya nes Veladas de trict Dramatic Mexicano (1893), Sociedad Be a co 903) 3) Isto Bibliogrinco Maxey Gea? Dramdtico Mexiine 155), (pn pata Manvel Gutter Ne cmt? 189), Ateneo Mexicano LEA!) cid decidids 4 ae Ne seftalar que era @). En cuanto a la Sociedad Literaia Cunt Sosa, Guero Prieta gett 28 onto 6 Sus propésitas mis importantes 8 8 i S Justin Encontramos aqui los de Justo Sie, rt idez Y Manuel Flores (¢/; A. Perales, op. cil P?" (GENERACIONES © CONSTELAGIONES? 37 Hidalgo (tercera época); este personaje, deria a la generacin del Renacimiento, Vale la pena observar de estos literatgs igualmente fueron miembros del Li 1905), fundado con moti i sul del gobie: xicano. Debutaron en este Liceo, entre otros inas, Ca jul ce! gobierno mexicano. Debutaron en este entre otros mas: Carlos Diaz Dufoo (1 193 1801-1941), Federico Gamboa (1864-1939), Rubéw M Campos (1874 © 1876-1946), Amado Nervo_(1870-1919), y José Juan Tablada (1871- ‘MOC estuvo inscrito, por ejemplo, 1945), A_la Sociedad Literaria Cuau Heriberto Frias (1870-1925). Asimismo, como hemos visto, Fernando Tola inscribié en la generaci6n de la transiciGn, a los poetas nacidos entre 1851 y 1865; es decir, a la mayor par- te de la némina arriba citada, En Particular llaman la atenci6n los nombres de Gutiérrez Najera, Diaz Mirén, Othén y Diaz Dufoo, hoy reconocidos como au- tores plenamente modernistas, asi como los de algunos realistas: Delgado, Rabasa y Gamboa. De la misma manera, podemos ver que en la generacién de los modernistas quedaron Bustillos, Davalos, Campos, Nervo y Tablada como representantes de este movimiento; pero también estan los realistas; Frias, Salado y De Campo. Es de esta manera que entre estas generaciones adverti- mos ciertos desfases, y puesto que el esquema es semejante, no logramos ex- plicarnos en qué consistié la transici6n o la diferencia entre ambas generaciones. Conjuntamente a estas asociaciones de la modernidad, es importante se- falar que _hubo tres publicaciones fundamentales que sirvieron, como en el caso del Renacimiento, de ejes de agrupacién de los escritores de los tiltimos afios del siglo x1x; me refiero a las revistas Azul, Moderna, Moderna de Méxi- 0 y Savia Moderna, como se verd en su momento. p ~ Anibal Gonzalez, en su ensayo “Manuel Gutiérrez Najera: clésico de la dernidad mexicana”, exalta la perennidad, la durabilidad del Duque Job, tor en Hispanoamérica, Fendmeno debido en ai al nexo entre periodismo y creacién. De abi que ponga el acento me que la critica viene haciendo de la crénica como todo un g o estéticamente aut6nomo, pero intimamente ligado a la ae : Ja América Latina de finales del siglo xix. Con presi Be “cr6nicas se convirtieron en laboratorios ieraros ian a prueba nuevos estilos.e ideas y se . ton i isa con co ‘otros escritores”. Colaboracién que también rev’ : la bibliogata filolégica y ee que viene asistiendo Ia recupert ritor mexicano. ‘ “ ista’, Miguel Angel Castro “Luis G. Urbina: ee al toon de Gerardo Saenz: as que contiene yp LARA CraRK DI BEI 38 smite por ende recur rabajo nos Pe espe 1s, Urbina. Viday obra. ELA esiras letras, dando Peal iis k senalidades mas sefera: ando nuestra atenci6n: la de un [,) le las pet s a auna de las facetas que Ce eh eL proceso. de diferenciacign 4, ‘ historiador de [a literatura me peninsular. = ie (Federico) a sias” dedica Fernando Curie! semblanza del autor de Santa novelista, diarista, diplomatico dencia por el Partido ee la “incuria intelectual” o Ia “simple eat ie sheen impone el canon literario. reno ela como teatro y memorias—de Gamboa, a los oj, i eeaeenictecs una de las corrientes de nuestra modernida didn, (0 proveniente del ‘positivismo a la mexicana’, y aunque ty, sidera que no llegé a ser un *cientifico social”, advierte certeramente que y encargé de dar a luz “un puftado de novelas inspiradas en la realidad varic ula Demetrio Trinidad (Gamboa i. ayo, en el que ademas de oftecerny, in au oo sta, periodista, traductor, drar ip ~ otic, académico", y candidato a la pr " Catdlico—, subraya el “delibe injusticia” en que la critica contemporain. he afios; lo que obliga a Ja tan necesaria Feflexigg, sco de Pal ido ¢ , Por una parte, iA “premodernidad rural” y, por la otra, la “nm: demidad urbana", como en el caso de la tragedia Entre hermanos. En a @ sus memorias, afirma el ensayista, Gamboa nos dej6 no sdlo su diario, también el “diario del porfirismo —su esplendor, caida y exilio”. Queda, pu un Federico Gamboa “escritor de tiempo y vida completos” al que es urge fe, como en tantos otros casos, revalorar, Al igual que Federico Gamboa, Victoriano Salad idor de la filosofia de Hippolyte Taine”, miembro lo Alvarez fue un escitor moderno: “positivista y sey de los “cientific como sefala Alb. 08”, Busco la inspiron de Sha eas ) Vital en su colaboracién a © su Obra literaria y su vasta “cid ca en Sprendidas d y produccién periodistica cana”, $e rn lea conquista de la nacionalidad republi ete pa HO Comtianos de los tres estadios, despue pao 88 Copan, i wragar Su.mundo ideolégico y simbdlico, tora ts decir de Viti, pe e2¢ para construir una “cuarta ev" fue dado “seguir construyend © .. “sencial confianza en el orden y © do en fa eye forma de Sa entre el periodismo, en dons ams 9 lt naracién Yel género memorialistico, susten! a ~ 7 Bvalmente que en el caso de Gatto éGENERAGIONES © CONSTELACIONES? 39 Como también apunta el critico, Salado Alvarez £8 uno de los escritores dei ihime tercio del siglo 30x que establece dirce Jas dos disciplinas que aqui importan, la historia sus Episodios nacionales, sino también Su tatea de periodista en la que recu- do en op mn: el apego a la realidad del primero frente a la libertad del arte de los segundos; “historias colectivas” vs, “historias individuales”. Victoriano Salado Alvarez entraria a formar Parte de estos escritores que, como advierte Fernando Curiel, el canon ha dejado de lado y €s necesario recuperar, ‘Yliana Rodriguez Gonzalez, en su articulo.“Heriberto Frias”, nos ofrece un acercamiento al escritor, que amplia la monétona visin del cronista-historia- dor de Tomochic. A través de una rapida revision de los } juicios criticos que so- bre su obra emitieron diferentes estudiosos del siglo xx, advierte que todavia falta “el gran estudio dedicado a Frias como creador”. Entre algunos de los t6- picos que merecen atenciGn, afirma, estaria, por ejemplo, el de su incursién en la alegoria esperpéntica o el de su evolucién estilistica. No obstante haber sido Precursor de la “nueva novela”, la de la Revolucion, Frias fue, en definitiva, como casi todos sus contemporineos, ms periodista que literato. A Rubén Lozano agradecemos el ensayo “José Juan Tablada visto a fines del siglo xx", colaboracin en la que el critico nos presenta al Tablada escritor —fundamentalmente poeta y periodista y, como la mayoria de los modernistas, sobre todo cronista y autor de una sola novela—. Innovador del modernismo en su vertiente decadente,_ impuls6 también el orientalismo en México y el arte mexicano en el extranjero. jomo los demas miembros de su constelaci6n, registrada desde el Duque blada se p6 por profesionalizar la escritura, en el camino ambi- Jue todos ellos recorrieron, entre los trabajos de creaci6n y los de perio- stos tltimos, recientemente rescatados, lo han situado, segun afirma como uno de los mejores cronistas de lengua espanol: . : es uno de los pocos escritores decimonénicos a los ie oi udiar en vida. De ahi que Rubén Lozano encuentre una cere, Nee ie ioy remtan fora Ob fescata y nos entrega juicios de valor que hoy res Jos estudios tabladianos. i ' Aguirre reali- en fl emp. Gusiayo lint eer tulls i es para tu be! r ; esta tiltima, fruto, en no Poca su revaloracin; propio investigador. 2 ie ¥ ponderscién, 4 aportads, plet6 tad fatal. De Tepic a la oj, A través de cinco mitad vyoluntarioso, ™ Dellencanto y ei ais ge ta Republica oem brevedad sudamericn retomno. Los lustros filolgica—, pese a descaig.. paisienses a aly crc oe joxsn melanc6lico, apesadymt nes como las de Jorge Cuesta: «as —Ia firma Ernesto Mejia Sancti, imeras obras completas: Facha, erotisma y revoly., Se modernism desconocl. Js Bee yemtndc sobre wea sacle Betancourt nos ofrece.¢! Je la modemidad es el trabajo expec, inadvetidas del siglo 2% Producto cio del antepasado sigo = Fagecrs 40, como adviene Betancourt £7 sombre de letras” se habia dad, © el “hombre publico” y él a cm wincsé ene jonal, mientras Ia sociedad materialista no tomab, sanenni Vestn i poeta en confrontacién con su sociedad, a través de su els, shri “anchos cauces a la autonomia artistica”. Sin embargo, al recuperarse , labor hemerogrifica de los modemnistas, recientemente se ha observado que ells también participaron de un proyecto de nacién. Tal.es.el.caso de José Max; Facha, quien, una vez mis, contradice la posicién evasionista del modernism: al ser considerado por Betancourt como uno de los “*modernistas con mis ». tensa participacién en la politica de fines del xix y principios del xx, ignord: Por los estudios regionales, desconocido para la historiografia centralista, esc: moteado localmente en su tiempo y un siglo después”, Escritor de muy corta produccién pero de alta calidad, Facha es resca Como autor del “primer libro de poemas erdticos publicado en México’, Fen Eul®, los poetas Davalos y Campos, recta aie como bien aprecia Beat oe Sars pee pie bucdlico, ya sea fa diccionarios porfirista—, Aunque si! 2 Panldoso que como cay Osinos, pero més bien como a elega "PUES, Nuestro colaborador, la veta 4 Fasgos de su vida — con lo que nos ofte- 10, tangencialmen® @GENERACIONES © CONSTELACIONES? n a nos habla de sus influencias literarias —en principio francesas— que hicie- ron del bohemio Couto un escritor moderno. Y de igual manera, Muftoz nos regala ona némina de la produccién cuentistica de Couto, la que a partir de la edicién reciente, realizada por el propio Muitoz, abrir el acercamiento a tan importante escritor. Rafael L6pez, por aiio de nacimiento, pertenece a la generacién modemista que lo acogi6 a su llegada a la capital de la Repablica, pero, como bien ad- vierte en su ensayo Serge I. Zaitzeff, también fue uno de los representantes de la ya naciente constelacién del Ateneo de la Juventud y, afos mas tarde comulgé incluso con las inclinaciones vanguardistas. Reconocide como “uno de los mayores poetas mexicanos” y cronista de “gran calidad”, Rafael Lopez fue uno de los pocos modernistas recogidos en la An- tologia de la poesia mexicana, de Jorge Cuesta; aunque, como sefiala Zaitzeff, pronto dejé el “arte puro” y, oponiéndose a la “exigente estética de los Con- tempordneos", dedicé sus esfuerzos al “arte comprometido”, con lo cual aban- dona la lista de los evasionistas. Al mismo Zaitzeff debemos la recopilacién ya casi completa de las obras de Rafael Lopez, aunque, como en tantos otros casos, y para decirlo con palabras del estudioso, “la critica actual le ha pres- tado poca atencién”. A través del estudio de un afio de produccién teatral (1876) de José Peén Contreras, Mauricio Munguia Magadén, en su interesante ensayo: “Un afo de teatro”, nos acerca tanto a la situacién que vivié el teatro mexicano como al desarrollo y a las peripecias que enfrentaron nuestros dramaturgos durante el comienzo del porfiriato; la subvencién gubernamental durante el gobierno de Lerdo para apoyar el teatro nacional; las actividades de la Sociedad Gorostiza de cone neoclasico, fundada por Altamirano —defensor de la dramaturgia + “la bisqueda de expresiones nuevas” que propicié la Sociedad funcién que desempeiié la critica de teatro o la censura que pa- 9s dramaturgos, Con ello da cuenta de una de las actividades litera- | estudiadas hasta el dia de hoy. nos resulta la colaboracién de Ivan A. Schulman dedicada al c6mo ubicar critica € histéricamente a los escritores extranjeros 5 por breves, ya por largas temporadas— en México, y cuy# oe Hispanoamérica, y revaloracion de este problema para Hispa' yo *Cubanos en México”, parte del concepto de nacio- de vista bolivariano; la de “la consinguinidad de ls ‘unidas culturalmente a pesar de su recién conquisia umplos el de José para “resituar”, tomando como eje’ 4 sé Marti, la mexicanizacion de los “no nacicos’ en 1M CLARK DE LARA lad cultural merecen or razones de identidad ee , 2 lugae tro pais, pero que P' de la literatura me: A en el canon revisado ¥ oo propiamente. a Siguig a a e las - anteri ee del porfiriato- Cae de ellas, a publi alles. eee das, cada mos con tes colaboracionessieSICS50°" | 21 areneo de la Juventud presentativas tanto del se innueraies cen eo ae ha bit ae na sna cet de Jorge von Ae . ee Alpe ai Az) bia dado su siglo”, a a de Carlos A SEF Un etiérrez Najera-Y. . 2 1 (1894-1896), de Manuel eT oe aliviar “la esclavitud de la Prensa ey ra Ia Interatura. uesTT NS «cuanto de luminosidad, libertad yh, | hombre”, y fue “una manera de entender |, una ética y una estética”. espacio pi © la que vivian’; en la que se cont lleza hay en la naturaleza y | ell vida y el arte, la literatura, es decit, ur Bio es inte : thamele ‘a la misi6n que esta revista tuyo en su mome! interesanie la observacién de Von Ziegler, puesto que nO la alee de un grupo, una generacién 0 un movimiento”, ya que conjunto, aa ea a Gutiérrez Najera, nacido en 1859; a Diaz Dufoo, en 1861; a Luis Urbina, sy secretario de redaccion, mucho mayor que los directores pues naci6 en 18% y a Angel de Campo, de 1868 y perteneciente a la “generaci6n literaria” de Urbis, Adeimas de dar cabida a todas las tendencias literarias y a todas ls influencias extranjeras del momento. Von Ziegler, desde luego, enfatiza la paradoja de que la segunda Revista : que Manuel Caballero edita en 1907, naciera para atacar el modernismo, ‘o jopolitismo de la Revisia Moderna (1898-1911): Una vocacién 5 el titulo y la preocupacion del ensayo te Adele Pineda Franco pln rian nce ages Se ion eo plums del modernismo, pero ae ‘| Porfiiato, y donde se dio cabida a eso dieag delat cant ae a las de escritores de corte réalisti;e Cuenta de “l"@valucig a Partir del'marco de la sociocritica, fa auto n Ce un problematico cosmopolitismo [..] recep como de la modernidad europea” da nos acerca a otras dé las Variables luclen dejar al margen; me refiero, po! de las Revistas Modernas y, por la otf, ae La consideracién de tales el on del mock 'a precaria profesionalizacion Sociedad det Hoag asi como la visién po ginas de Ja Revis ultimo tercio del siglo " “adicionalmente a de México hemos visto Se ha considerado que 54 anilisis, Adela Pine a literatura se 5 i INES © CONSTELACION via Moderna “representa el inicio formal del quehacer intelectual emprendi- ‘Wo por cl gnipo enclavado en ese transitar de siglos y de cambios de odo y.\ooen'! as artisticos, sisal socal, polos” Y'que fue la generacién de Sa- bia © del Centenario la que abander6 este movimiento, como lo sefala Julieta Avil, Hernindez en un aniculo que nos ofrece una lista completa de los co- Jaboradores, que incluye sus edades y actividades, lo que conforma un am- plio panorama de lo que fue esta revista Es interesante, para los fines de estas paginas, detenernos en la observa- cidn de Julieta Avila en cuanto a que este grupo no constituyé una generacién reunida por “similitud de edad”, sino por “los lazos que nutrieron la amistad” Si bien encuentra que generalmente sus miembros eran j6venes, advierte que las edades fluctuaban, en ocasiones vemos que hasta con una diferencia de 20 aos. Ejemplifica: la edad de la mayor parte de los redactores era de alre- dedor de 30 aftos, aunque aparecieron también algunos adolescentes como “Alvaro Gamboa Ricalde, al parecer de 16 aftos, Alfonso Reyes de 17 y Salva- dor Escudero de 18", junto a un Urbina de 41 afos 0 Justo Sierra de 58. Como tantos otros de nuestros colaboradores, Celina Marquez, en su articulo “Hacia una definicién del realismo en La Rumba de Angel de Campo’, nos muestra a un escritor “cuya obra es poco conocida y valorada”. Atenta a lo que se ha dicho sobre la escuela y el método de trabajo de Micrés, la investigadora presta particular atencién a la novela La Rumba, misma que apareciera en 20 entregas en el periédico El Nacional (1890-1891), En el personaje femenino se cifran las claves de un autor plenamente consciente de sus recursos y propési- __ tos. Junto a la objetividad de la escuela realista, subsisten aspectos subjetivos como “la conmiseraci6n, la piedad, el dolor, la satira y el humor”. Después de una aguda revision de los origenes del cuento fantastico en His- acercamiento al cuento fantastico del siglo x1x", Pilar oe ricién. de este género en México durante la ¢poca MA 6649 09 considera que fructificd en el tiltimo tercio del siglo xix, cuando el ismo estaba en boga. De sus antecedentes, sus caracteristicas, su struc 'evolucién se ocupa la ensayista para detenerse, finalmente, en un and. llado del cuento fantastico modernista y de sus principales autore: o —a partir de la critica literaria al dia y de los testimonios de — a un género, la crénica, en el que la literatura decimonénica de sus claves fundamentales, es el que ofrece Belem Clark de Lara icin: “La crénica en el Fs estriba no s6lo en la amplitud del tema —frente al recucido paginas como éste—, sino en cuestiones » 9), 9)\!\ _ caine, jodismo? Ereacién o medio de —————==—— "4 “ fevem CLARK DE LARA la cronica # partir de José Maria Hi Jory osadia_estéticas. Empre: za el desarrollo de hasta la_crénica_modemise., la de mayor vue! gaia que tiene como contrapunto el Seironizamiento del reportaje anonimo asalariado, banal, ie ia reconsiruccide del proceso de desarrollo de la erénica del antepasa do siglo, ocupan el lugar que les corresponde figuras seferas como Luis G Ontiz, Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra, Manuel Payno, el _polaco ba * rin de Gostkowski, Manuel Gutiérrez Najera. Un Duque Job implacable en ta Gafensa contradictoria de la poesia frente a la cronica y en la exaltaciGn siste matica del género cronistico frente al oficio reporteril "Al conudio de la prova —particularmente ln novela, el cuenio y la novelet José Ricardo Chaves Pacheco dedica su ensayo: * "La mujer ot mais amarga que a muerte’: Mujeres en la prosa modernista de México”. Después de defini: los conceptos sobre los cuales bordara —prosa modernista, fin de siglo. simbolismo, entre otros—, el autor estudia “el espectro sexual que el moder- nismo explora”, y, en particular, se detiene en el t6pico de la mujer. A través ide las obras de wes autores: Manuel Gutiérrez Najera, Amado Nervo y Eire: Rebolledo, el eritico busca “las caracteristicas de las figuraciones feme te realizadas, sus afinidades y contrastes”, con lo que aporta nuevas inte ree. aay r % ; s interpreta- ion! = As eres semerension del contexto ideolégico, literario y sex En el trabajo “Lo hisp Vs Beasts rey Taba iecainr aera en México a fines del siglo xix", Igna oe perfi cin de un espacio y un ambiente adecuados ea — y el conocimiento de lo hispanoamericano en la cultura . Categoria ésta sin la que no pucde explicarss Be ies dicore- olde EA oe aa ae aoe ae 2) movimiento lite “ea a lernismo. En palal ¢ indiscutible para el moder to hispanoamericano le confiere a Ia cultura de nuestro por primera vez, un caricter propio, una esenci ae Ree atRerencia a F q cia y perspectiva continental, t particular, una icentidad sie gerzeris", a cumplir ¢l objetivo propuesto se basa en el con é Jo bispanoamericano y la contundente ee tae oe MPa use, de Mantel Gutiecres Ree pretence hispanoamericana en dos prups encaberado por Jests E. jera (1894-1896), y la Moderna, del o Sepang aR E, Valenzuela (1898-1903), bee oe PAS las tesis martianas pensadas desd: a We leans @n México por el periddica El Pu: le Nueva York y que in maple wéation de esc rtido Liberal. Con tino expres ritores de la Améri : = ica hispdnica, recogida en la Revista Azul y en la Revista Sis: Moderna “config en México". raun buen momento hispancame- 20 En cuanto a la referida de ta Revista Moderna, némina de plumas his “Arse 3 Cionctat (165 1903) C1OGTs Ana Bloes Dice. Aicke y Eanento Prado ej y Ernesto Pradc EGENERACIONES O CONSTELACIONES? 45 a Finalmente, cierro con quien debiéramos haber iniciado. Me refiero, por su- puesto, a José Luis Martinez, figura sefiera en los estudios literarios del siglo xix en el siglo XX, que en. su imprescindible libro La expresin nacional, Letras 40X.(1955) propuso el camino que la critica literaria ¢ histé- rica debian recorrer para_un dia tener una historia de la literatura mexicana. Fi- Jlogo de gran tradici6n, hoy generosamente nos regala una mas de sus valiosas colaboraciones en la que, como es tradici6n, contribuye a crear la tan necesa- ria infraestructura para los estudios literarios de la centuria decimondénica. Bi- blidfilo de cepa, conocedor insuperable e impulsor de grandes proyectos filol6gicos, José Luis Martinez, en su ensayo “Guia de libros mexicanos acerca del siglo xix", nos brinda una exhaustiva lista comentada de obras completas y colecciones importantes que rescatan, particularmente de las hemerotecas, la literatura mexicana del siglo que nos ocupa, Queden esias lineas como un homenaje a su labor y sus ensefianzas Sin querer extenderme més, y como ya adverti, queda, para un futuro cer- cano, el estudio de la revisi6n de la prioridad, y no hablo de exclusién, de ciertos géneros en cada una de las diferentes épocas. Aqui no me queda mas que plantear la hipdtesis de que la poesia fue el género que prevalecié du- rante los aftos de las asociaciones de la corriente neoclasica, cuando los pas- tores cantaban a la naturaleza o cuando los independentistas buscaban exaltar ~ una patria que nacia, mientras que los géneros narrativos y tea- mr lores q m = 3 —todavfa, principalmente, en verso— fue !** susbes; €s imp la novela fue un género poco frecuentado. to lleva implicitamente la consideracién del public lee- Jo tanto la de los estudios de recepcidn. Belem |, Fernando Curiel, See et colaboracion es} Eland Mane ic (903-1910. a, Indices (2002). toant O@@«&«, HA i fenem CLARK DE Lal PARA CONCLUIR -ogidos acarrea Un pufiado de |, HL moruxc repaso de los materiales aqui See bate personales e institu tlones que deben traducirse, a mi juielo, € halos {Que lecciones? 5 « r ura del siglo xix, bue 1. i impostergable rescute filoldgico de la i ai Scan , parte de ella todavia preservada en reservorios hemerog) a . 2. La teviaién de los juicios, muchos de ellos de valor, sobre figuras, cbr y eorrientes 4. EL mconoeimiento pleno del largo proceso de profesionalizacion de excritor y de emancipacién estética de la literatura mexicana durante el sige XIN 4 Un Nuevo estudio de géneros periodistico-literarios como la crénica 5, Fl replanteamiento, 4 partir de nuevas aportaciones, del conce: dernidad en la cultuint mexicana ; 6. La ving " weulacion.dlel proceso literari $n los restantes procesos que mat can al siglo XIX mexicano: educativo-c : Por dltimo, puede sftrnsr ‘o-cultural, politico, social ¥.econdmic #4 axial en el examen y la eae = bra cumple la condicién hurd mexicana del siglo nx € conciencia de |a importanci de ser una la de ia lite

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