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Roberto Antonio González González

Licenciatura en antropología
Seminario de Titulación
Un acercamiento al Temazcal, historia, mexicanidad, práctica y actualidad

Para el estudio del temazcal, como plantea Ruiz (2008), lo abordaré desde dos
perspectivas que conviven en conjunto: el temazcal como ritual y la cosmovisión
que da significado a este, como una parte de la subjetividad de las personas que
participan en él.

Señalo que las cosmovisiones son resultantes de relaciones sociales y son un


producto histórico, por lo que hay que considerarlas en constante transformación,
y no como estructuras fijas. La cosmovisión es una parte considerable de la
investigación pues su configuración expresa lo objetivo y subjetivo del individuo y
la sociedad (Báes, 2001, p. 9 citado en Ruiz, 2008).

El temazcal puede ser abordado como un ritual, ya que es un lugar de tránsito, de


paso de un estado a otro, un espacio donde se interrelacionan sujetos y en donde
la práctica de este adquiere una amplia gama de significaciones simbólicas a nivel
personal y en colectivo (Ruiz, 2008). El temazcal representa la puerta de entrada e
ingreso al más allá, el ingreso a la madre, el nacimiento físico y simbólico, el
contacto con los orígenes (Ruiz, 2008), por lo que contiene una gran carga de
significados, necesarios para entender el uso y práctica del temazcal, y para
comprender cómo han sido los procesos de re significación que ha tenido en la
actualidad.

El Temazcal

El temazcal es un baño de vapor con fines higiénicos y medicinales. Lo


encontraremos, por un lado, en comunidades y pueblos en áreas templadas donde
se realiza por tradición, y por otro lado, en urbes o cualquier lugar donde se
disponga para esto, con gente que retoma la tradición y sus saberes y la
reproduce.
La “casa del baño de vapor”, es un baño de vapor autóctono de origen
prehispánico que se practica con fines terapéuticos, higiénico-depurativos, y
rituales-ceremoniales, en el interior de una pequeña habitación. Se utilizan piedras
que se calientan en una hornilla al exterior del recinto o adyacente a este (Rojas,
2009). Este es heredado desde la época prehispánica que, a pesar de las
restricciones que sufrió por parte de las autoridades coloniales, ha sobrevivido
hasta la actualidad en forma de baño particular o comunal (Tyrakowski, 2007).

El objetivo principal de un temazcal es la búsqueda del equilibrio físico y espiritual,


consigo mismo y con la comunidad, y el restablecimiento o mantenimiento de un
mundo afectivo armónico (Rojas, 2009).

El temazcal es un recinto cerrado, en el que, a través de vapor generado por agua


vertida en piedras calientes, se buscará darle solución a problemas de salud o
simplemente, se busca la higiene personal. Dentro del temazcal, lo qué se hace y
sus usos terapéuticos pueden ser:

“Se prepara agua de cocimiento de estas hierbas (ruda, romero, salvia, santa
maría, pirul, azomiate, etc.) y otras y se colocan las ollas encima de algunas
piedras al lado del “ombligo” del baño, que es su fogón. De esta agua se va a
desprender el vapor medicinal que invade el habitáculo; las partículas de vapor
vehiculan los principios activos contenidos en las plantas. Las sustancias se
inhalan profundamente gracias también al calor y penetran a través de la piel
llegando a sitios de difícil acceso si son suministradas por las vías comunes. Se
activa de esta manera un proceso terapéutico medicinal de tipo aromático y de
tipo térmico.
Con esta agua medicinal, después de haberse bañado y enjabonado, los usuarios
se enjuagan al final del baño. (Lillo, 2007; 93)

Al temazcal podríamos denominarlo como una hidroterapia, puesto que, el calor y


los principios activos de algunas plantas, son transportados por el vapor de agua,
siendo estos los que propician la relajación, desintoxicación y buscan curar los
males del cuerpo.
Encontraremos siempre elementos generales característicos de un temazcal,
podría mencionar entre estos, el recinto o temazcal en sí, las piedras, el agua, e
incluyo aquí, el habla o canto, pues conforme con lo que he observado de esta
práctica, otros elementos como las plantas, instrumentos musicales y
ceremoniales varían en su uso o presencia. Es así como el temazcal exige ciertos
elementos para poder llevarse a práctica y, como en cualquier aspecto del
humano, siempre presentarán variaciones correspondientes al contexto socio
histórico donde se realiza y a los intereses y saberes propios del temazcalero o
grupo de personas que le den uso.

Es así como, dentro del trabajo de campo que he realizado en diferentes


temazcales en Guadalajara, he observado diversas variaciones en la práctica y en
los elementos materiales que se usan, incluso en el discurso. Creo que es
imprescindible hablar de la “Tradición”, con esto me refiero a la cosmovisión a la
que se apegan más, pudiendo ser mexica, maya, chichimeca, lakota, etc. Es así
como encontraremos temazcales que reproducen pensamientos fundamentados
en mitología y filosofía prehispánicas, o al menos, lo que identificamos hoy día con
lo “prehispánico”. Sin embargo, para entender cómo es que se da el temazcal en
la actualidad, y sobre todo, en espacios urbanos y por gente que no
necesariamente son indígenas (mestizos), hay que indagar en lo que se ha
denominado “mexicanidad” o los movimientos de mexicanidad, que tuvieron sus
inicios en el siglo pasado y que con el paso de las décadas, se han transformado y
presentado diversas corrientes de pensamiento, identificando a diversos
personajes como sus representantes o actores más conocidos.

La Mexicanidad

Francisco de la Peña Martínez (2002) lo define la mexicanidad como un


movimiento identitario, cultural, político y religioso/filosófico, que tuvo sus inicios
en los años cincuenta, he incluso antes con los grupos de danzantes (conocidos
como concheros) y, en mi opinión basada en los datos dados por de la Peña en
“Los hijos del sexto sol”, proviene del México posrevolucionario, que buscaba
recuperar de forma documental, el México Prehispánico y fomentar la tan
mencionada “identidad nacional” (como proyecto de nación). Es un movimiento
formado por distintos grupos, algunos asociando la mexicanidad con mayor
medida a lo azteca, otros asociándolo más con un territorio: el Anáhuac, que
comprende América del norte y central; u otros con una visión “panindinista”
correspondiente a todos los pueblos autóctonos del continente.

“Asociando de manera exclusiva lo “mexicano” con lo prehispánico, este movimiento


aspira a la restauración de la civilización pre colonial y a una reindianización de la cultura
nacional. Con todo, la mexicanidad no es un movimiento que derive de las comunidades
étnicas tradicionales o cuyos integrantes sean los indígenas de México. Por el contrario,
desde su aparición la mexicanidad se conforma como un movimiento multiclasista de que
la mayor parte de simpatizantes son mexicanos mestizos con orígenes urbano y rural” (De
la Peña, 2002, p. 11).

Es así como de la Peña nos narra en su obra cómo surgieron grupos de personas
interesadas en restablecer las creencias prehispánicas del México antiguo (por
mandato de Cuauhtémoc), por un lago asociados a grupos de danzantes o
concheros y por el otro, desde la academia o instituciones cuasi religiosas-
filosóficas (como la Gran Fraternidad Universal, GFU). Es así como en los años
cincuenta nace el Movimiento Confederado Restaurador de la Cultura del Anáhuac
(MCRCA), dirigido por Rodolfo Nieva López, abogado y periodista, ligado al
ambiente político, teniendo discípulo como Miguel Alemán Valdez y Ernesto P.
Uruchurtu (el primero, ex presidente de México; el segundo, ex regente de la
ciudad de México). Nieva estableció en conjunto de otros, los fundamentos del
pensamiento de mexicanidad (en su forma más institucionalizada y politizada),
reconocía al mestizo y ponía en boga la xenofobia; pensaba que solo el
restablecimiento del pensamiento prehispánico, del mexicáyotl, y la unificación de
todos los mexicanos bajo una misma identidad, darían al país el “resurgimiento de
su grandeza”. Incluso politizó el movimiento el 1 de marzo de 1967, con la
creación del Partido de la Mexicanidad (de la Peña, 2002).

De la Peña también nos habla de otro miembro fundador del MCRCA, en


compañía de Nieva, Francisco Jimenez Sanchez que se haría llamar Tlacaelel.
“Tlacaelel afirma haber sido uno de los principales promotores de la
“aztequización” de los grupos concheros”, y responsable de llevar el mensaje de la
mexicayotl a los cuatro rumbos o Caminos de las cuatro flechas (2002: 123).

Es aquí donde el mito se funde con la historia y comprender éste, es fundamental


para entender la posterior historia del movimiento de mexicanidad. Cuanta
Tlacaelel que a la llegada del pueblo chichimeca al Valle de México, que se
establecieron en el pueblo de Tenayucan, Xolotl, dirigente de los chichimecas se,
dio a la tarea de recuperar la cultura tolteca, depositada en los diversos pueblos
indígenas, para esto realizó la ceremonia de las “cuatro flechas” o nahui mitl:
desde la cima de la montaña de Coatepetl lanzó cuatro flechas en dirección de los
puntos cardinales, simbolizando la unificación de los pueblos del Anáhuac. El
pueblo se dividió en cinco grupos: cuatro se dirigieron con rumbo a cada uno de
los puntos cardinales, el quinto grupo se quedó en el valle de México,
estableciéndose en Texcoco. Al regreso de los representantes de cada grupo,
siglos después en una fecha prevista, se fundó la capital de lo que sería la gran
Confederación de Anáhuac, México-Tenochtitlan. Es así como, según Tlacaelel,
los mexicas son los descendientes de los chichimecas, y es por esta razón
también, que se toma la mitología mexica como la más representativa del
movimiento mexicanista, pues es la depositaria del conocimiento (mexicayotl) del
Anahuac (América del norte y América central) (de la Peña, 2002: 123).

Francisco de la Peña distingue dos vertientes del movimiento de mexicanidad y


dos momentos de su historia, cada uno correspondiente al surgimiento de cada
vertiente. En primer lugar distingue la “mexicanidad radical”, el núcleo original de
la mexicanidad, un tanto política e ideológica, el encabezado por Rodolfo Nieva y
Tlacaelel (entre otros). Promueve un discurso nacionalista, indianista, aztequizta y
antioccidental. Inicia en los años cincuenta, con alta inspiración mexica, y en
general, con fines más políticos.

El segundo momento inicia en los setentas, lo que se conocerá como la “nueva


mexicanidad”. Los grupos que la van a representar promueven un discurso más
esotérico espiritualista, menos político y más cosmopolita. Tienen un fuerte sentido
espiritual de la mexicanidad y una fuerte influencia, desde sus inicios, por diversas
doctrinas de tradición esotérica, por lo que no se le desajena al New Age, que
postula la llegada de una nueva era espiritual. Es en esta donde diversos autores,
de diversas partes, comienzan a general un nuevo pensamiento con más cabida,
que se aleja del “aztequismo” o realce de la cultura mexica/azteca sobre las otras.
Comienzan a entrar en escena personas y grupos en contacto con diversas
culturas, como las culturas de Norteamérica o incluso algunos que viven en el
extranjero, como los chicanos, dando un ejemplo concreto: Raymundo “Tigre”
Pérez, nacido en Texas, del que me dio referencias un temazcalero de
Guadalajara como uno de los responsables de la influencia de la mexicanidad en
el occidente de México, fundador del Teopantli Kalpulli, centro comunitario en el
municipio de San Isidro Mazatepec, al sur del bosque de La Primavera.

Es así como observo que, en esta nueva mexicanidad, se encuentra inscrito el


Temazcal. En él convergen diversas formas de pensamiento, tradiciones y
culturas. Es una práctica que se crea en el aquí y ahora, por lo que es reflejo de
un contexto aún más grande. Conociendo su historia deja más en claro que será
imposible concebirlo como una práctica cerrada que no admite otras formas de
pensamiento. No dudaré la existencia de temazcales/temazcaleros más
herméticos, que se apeguen únicamente a un pensamiento o saber de cómo
realizarlo, pero en el caso de esta investigación, no estoy frente a uno de estos. A
los que he asistido, siempre encontraré elementos y apertura a/de otros saberes,
como refirió en alguna ocasión Juan Ramón (temazcalero), el mundo es como una
sopa que se está batiendo, revolviendo, así los saberes se están mezclando (no
textual), y la antropología no se ha cansado de repetir esto en los últimos años,
adjudicándolo como una característica de la “vida moderna”.

La Medicina Tradicional

La medicina tradicional es parte de una manifestación cultural, donde se conserva


el conocimiento ancestral indígena, que hasta nuestros días sigue vigente y en
uso. Aunque muchas veces es descartada por la medicina alópata o simplemente
no figura entre sus preferencias para curar la enfermedad. Hoy en día es usada y
recurren a ella gran parte de la población en México y llega a ser complementaria
de la medicina occidental, incluso hay quien solo hace uso de esta. Vivimos en
una sociedad que por una parte acepta completamente los avances médicos
alópatas y por otra parte, conserva conocimientos médicos que escapan a estos
saberes.

Remarcaré el hecho de que “conserva”, pues es bien sabido que muchos de estos
conocimientos han sido heredados desde culturas indígenas, algunos teniendo
sus raíces en culturas prehispánicas, como lo es el temazcal. Para entrar más en
contexto, revisemos cómo es que se define a la “medicina tradicional”.

El concepto nace principalmente en el campo de la las ciencias sociales, por la


necesidad de denominar al conjunto de conceptos, prácticas y recursos utilizados
en diversas culturas para la sanación de la enfermedad, todos ellos en interacción
o en contraposición de la medicina institucionalizada y académica (Casillas, 1990).
Cito la definición que da la OMS sobre la medicina tradicional:

 Se entiende como “medicina tradicional” el conjunto de todos los


conocimientos y prácticas, sean susceptibles de explicación o no, utilizados
para prevenir, diagnosticar y eliminar los desequilibrios físicos, mentales o
sociales y que se basan exclusivamente en la experiencia y la
observación, prácticas transmitidas de generación en generación, sea
oralmente o por escrito. 1

En la época de los años sesenta y setenta surgen diversos movimientos sociales


que cuestionan diversos aspectos de la vida moderna, entre ellos la religión, la
sociedad, la política, las problemáticas ecológicas, y el que más nos concierne en

1
(Akele, O. “Programa de OMS de medicina tradicional: progresos y perspectivas”, Crónica de la
OMS, 1984, 38(2):83-88)Citado en Casillas Romo, Armando (1990) Nosología mítica de un pueblo.
Medicina Tradicional Huichola. Editorial Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jal. México.
P. 31
esta ocasión, la definición de salud y el sistema médico vigente (Casillas, 1990).
Se dio una apertura a nuevos conocimientos como la medicina oriental y se puso
en escena un sinfín de nuevas corrientes de pensamiento y religiosidad. Un
ejemplo de esto, es el movimiento denominado New Age al que se le asocia con:
la astrología, esotérica, física cuántica, medicinas alternativas, gnosis, ciencia,
ecología, filosofía oriental, mezclando algunas de estas prácticas y cosmovisiones
(Fericgla, 2010), como una forma de demostrar que el mundo y las diversas
culturas no son ajenas a las otras, un esfuerzo por unir un mundo, que se
considera fragmentado.

México presenta una población multiétnica y pluricultural, una sociedad que


conserva tradiciones antiguas. El conocimiento ancestral heredado de generación
en generación, nos ha traído hasta hoy prácticas y saberes prehispánicos, que
aunque por una parte están fuera de su contexto original, se adaptan y
transforman para poder seguir viviendo hoy en día (Lillo, 2007). Y no es que nos
parezcan extraños o negativos, el pueblo mexicano conoce sus orígenes aunque
no muchas veces los acepte de la mejor forma.

Así es como llega la tradición del Temazcal hasta hoy. Se nos presenta de tantas
formas, como tradiciones y culturas existentes que tenemos hoy en día. Dejemos
en claro que, el temazcal como práctica y ritual no perteneció a un solo pueblo o
cultura.

El Temazcal como tradición milenaria: distribución geográfica

Hablar del Temazcal dentro del marco de la medicina tradicional es remontarnos a


la historia de los pueblos prehispánicos, a pueblos milenarios con cosmovisiones
incluso más complejas que las que podemos tener en la actualidad.

Comencemos abordando brevemente un poco de la distribución geográfica del


temazcal. Primero, debo mencionar la existencia de un baño de vapor en Europa
septentrional y Siberia, una especia de sauna que es bien sabido se usaba desde
tiempos remotos, hallando y datos de este en Suecia, Noruega, Finlandia 2 y a
2
El equivalente de la palabra temazcal en finlandés es Kiuastupa (Lillo, 2007; p. 32)
partir de 1581, en Siberia, tiempo en que fue conquistada e incorporada al imperio
ruso (Lopatin, 1960 citado en Ciudad, Alcina, Iglesias, 1980). Incluso
encontraremos casas de vapor en Escandinavia, Turuía y en algunos sitios del
norte de Africa, donde se conoce como baño turco o grecorromano, existiendo
diferencias en la forma de generar el vapor solamente (Lillo, 2007).

En América lo podemos encontrar casi en su totalidad en: Norteamérica,


Mesoamérica, Árida América y en algunos lugares del sur de América (Ciudad et.
al, 1980; Lillo, 2007). A partir de esto se han generado hipótesis sobre los
orígenes del Temazcal. Dos de estas son: “1) que es una invención independiente
y paralela, en suelo americano; y 2) que es el resultado de una difusión desde el
noroeste de Europa” (Ciudad et. al, 1960. P. 99). Cuestión que sin duda da para
otra investigación. Los investigadores Andrés Ciudad Ruiz, José Alcina Franch, M.
Josefa Iglesias Ponce de León, (1980) 3 señalan que en Norteamérica solamente
los esquimales del centro y del este, algunas tribus del sur de la Gran Cuenca, los
yumas, los pimas y los pueblos del norte de México no usaron el baño de vapor.
En contraparte encontraremos referencias a “casas de vapor” en Alaska, y todo lo
que conforma el resto de E.U.A. y Canadá. En Estados Unidos lo encontraremos
en pueblos del este como chichimecas, cherokees, delaware, creeks y otros; en el
centro, los dakotas, kiowas, arapahos; en la meseta central, modocs, nez percé,
etc. Ahora bien, en el contacto que he tenido con la tradición del temazcal en
Guadalajara, puedo mencionar que el temazcal Lakota (norte de Estados Unidos y
parte de Canadá) es el más conocido de todas las tradiciones del norte.

Para el sur del continente, encontramos que el investigador Lopadin (citado en:
Lillo, 2007; 37) señala sobre la práctica del temazcal en el sur del continente, entre
grupos como los Guaiana, los botocudo y los puros, de Brasil. También en una
tribu en Argentina y un caso en las costas de Ecuador.

3
Andrés Ciudad Ruiz, José Alcina Franch, M. Josefa Iglesias Ponce de León, (1980) El “temazcal” en
Mesoamérica: evolución, forma y función. Revista Española de Antropología Americana, Vol. X. Universidad
Complutense Madrid, España.
Distribución Geográfica en México

El baño de vapor se empleó y se emplea en lo que fue Mesoamerica, en México,


Guatemala, parte de Norteamérica, excluyendo el norte de México y parte del sur
y suroeste de Estados Unidos. Recordemos que es una terapia caliente y que
transmite calor a los usuarios, por lo que será común que no encontremos
referencias de él, en áreas muy cálidas.

En la actualidad es una práctica poco conocida por la mayoría y que en algunas


regiones, es una práctica común y frecuente. La investigadora Vivenza Lillo (2007)
ha hecho una serie de estudios sobre el uso del temazcal en la actualidad, y ha
fomentado, gracias a proyectos, la aceptación formal de la medicina tradicional en
México. Nos menciona algunos de los estados y municipios en donde, en la
actualidad, se lleva a cabo el temazcal como práctica ritual e higiénica
habitualmente.

Lo encontraremos en todo el altiplano central y en los pueblos alrededor de la


capital de país, hay temazcales en la zona de Teotihuacán, en Milpa Alta, en el
estado de Morelos, en el municipio de Tepoztlán; en Cuernavaca, en la región
central y oriental de Puebla, en los pueblos popolacas en la Sierra Norte del
estado. A los pies de la Malinche y Pinal, dice Lillo, casi todas las familias tienen
un temazcal. Los encontraremos en los estados de Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz,
Chiapas, Oaxaca, en la región de la Mixteca. En el Estado de México en
poblaciones otomíes, mazahuas y mestizas tales como San Mateo Xóloc, San
Juan Teotihuacán, San Pablo Actopan e Ixmiquilpan (Lillo, 2007; 39-40).

En Mesoamérica el uso del temazcal sigue vivo en comunidades indígenas y


pueblos mestizos4, sobre todo lo encontraremos en la parte central de México. Los
temazcales predominan en las zonas altas. En el área maya no encontraremos
información en los códices prehispánicos con relación al baño de vapor, sin
embargo la cantidad de información arqueológica es bastante abundante.
Encontraremos referencias con mayor frecuencia en las partes templadas o frías,
4
Vicenza Lillo Macina en su libro “El temazcalli mexicano” (2007) realiza un estudio de la tradición del
temazcal en la zona centro de México y Oaxaca.
sin embargo también las hay en poblaciones como Chichén Itzá o Tikal, que se
explica a través de la influencia mexica que pudieron tener los mayas en estas
áreas (Ciudad et. al, 1980).

En el área Maya, en la actualidad solamente se usa en las zonas templadas o


frías, pero en la época prehispánica, lo encontrábamos en las Tierras Bajas,
pertenecientes al altiplano. En el diccionario maya Motul se incluye la palabra
zumpulche, que significa: “baño hecho de tal manera, en el cual entra la mujer
recién parida y otras personas enfermas para expulsar el frío que tienen en el
cuerpo.”5

En la región maya encontraremos, a diferencia del termino temazcal, que se usan


nombres específicos como son: shuj, en Mam; chu, en Kanhobalán; tuj, en Quiché,
y pus, en Tzeltal.

El temazcal en la apoca Prehispánica: cosmovisión

Dejemos en claro algo: El temazcal es una construcción que sirve para usos
rituales, medicinales y recreativos, un baño de vapor que persigue y tiene fines
curativos en su mayoría. Comúnmente en toda Mesoamérica al “baño de vapor” se
le conoce como temazcal, que proviene del náhuatl temazcalli: tema que significa
baño y calli que quiere decir casa: “casa de baño de vapor” (Ciudad, 1980). A
pesar de que el nombre “temazcal” proviene del náhuatl, no significa que esta
tradición sea propia de dicha cultura, simplemente es el nombre más difundido y
conocido que se tiene en México. De esta forma, en las demás regiones donde
existió y existe actualmente el baño de vapor, habrá diversas formas de
nombrarlo. Este empleo difundido demuestra la introducción de la palabra por obra
de los españoles, que la encontraremos en códices y relatos, y como ya sabemos,
por el dominio de estos sobre casi todos los pueblos mayores del antiguo México
(Lillo, 2007 p. 29).

Los escritos de los frailes españoles en el periodo de la colonia, nos dan


referencias de estos recintos de baño de vapor. Lillo (2007) cita textualmente
5
Diccionario, 1864: I, 328, cit. Por Thompson, 1938, cit en Ciudad et al, 1980.
algunas de las referencias que hay sobre el temazcal. Aquí la de Sahagún, que
expone en el vocabulario al final de su obra, define al temazcalli como:

“Casa de baño de vapor. Pequeño edificio en que se bañan con vapor, con fines
rituales, higiénicos y medicinales” (Lillo, 2007; p. 30

En la historia de fray Diego Durán se lee: “… Los baños que en esta tierra usaban
y hoy día usan los indios. Los cuales baños llaman temazcalli que quiere decir
casa de baño con fuego, el cual se compone de tema, que es bañarse, y calli, que
quiere decir casa” (Lillo, 2007; p. 30).

Hablar de la historia del temazcal, también es hablar de la cosmovisión que se


tenía en este, como parte de su amplia gama de símbolos y significados. La diosa
del temazcal era Temazcalteci o la Abuela de los baños, que en realidad es
Chicomecoatí, diosa de las medicinas y las yerbas (Sahagún, 1975: 33 [Lib. 1,
cap. VIII: 1,4 y 5] citado en Ciudad et. al, 1980). Muchas veces encontraremos
referencias a estás deidades en los temazcales.

Entre los nahuas, Toci era la diosa del temazcalli, llamada Temazcalteci o
Yoaltícitl Tzapotlatenan, Madre de los Dioses y Corazón de la Tierra, creadora de
los hombres, de la medicina y los médicos, cirujanos, sangradores, parteras,
adivinos y de los que tenían baños de temazcal en sus casas (Lillo, 2007; 53). El
temazcalli era el lugar donde se llevaban a cabo las ceremonias que tenían que
ver con la Madre Tierra, con el parto y con el baño del cuerpo.

Temazcal. Actualidad.

El temazcal puede ser abordado como un ritual, ya que es un lugar de tránsito, de


paso de un estado a otro, un espacio donde se interrelacionan sujetos y en donde
la práctica de este adquiere una amplia gama de significaciones simbólicas a nivel
personal y en colectivo (Ruiz, 2008). El temazcal representa la puerta de entrada e
ingreso al más allá, el ingreso a la madre, el nacimiento físico y simbólico, el
contacto con los orígenes (Ruiz, 2008), por lo que contiene una gran carga de
significados, necesarios para entender el uso y práctica del temazcal, y para
comprender cómo han sido los procesos de re significación que ha tenido en la
actualidad.

Al ser un lugar de paso, de tránsito, lo que se busca por una parte,


simbólicamente, es morir dentro para al salir, renacer en algo nuevo, y
literalmente, dejar dentro todo aquello que nos afecta ya sea enfermedad física,
psicológica o espiritual. Para realizar esto, dentro de la misma terapia del
temazcal, se recurre a otras tantas terapias y remedios como lo son masajes,
limpias, ventosas, sobadas, herbolaria, canto, danza, y actualmente, se recurre a
alternativas de otros contextos culturales como la meditación, yoga, respiraciones,
música y otras tantas terapias que solamente buscan el bienestar del individuo.

En mi experiencia en los temazcales en la zona metropolitana de Guadalajara, me


he encontrado con diversas terapias y prácticas pertenecientes a otros contextos
originarios. En el temazcal de Juan Ramón, ubicado en el Vergel en Tabachines,
Zapopan, en mi participación, hemos recurrido a meditaciones con cuencos
tibetanos o a realizar prácticas de yoga, impartidas por misma gente que asiste al
temazcal, todo eso antes de ingresar al temazcal para entrar de una forma más
relajada y tranquila. Esto se usa porque, dentro del temazcal las altar
temperaturas que se manejan, suelen ser frustrantes para algunos de los usuarios,
al punto de que no soportan el estar dentro, debido a las condiciones dadas,
entonces se busca (no siempre, incluso fueron solo dos ocasiones en particular)
ingresar relajados.

Herbolaria

El uso de las plantas, como parte del medio natural que nos rodea, es una práctica
social, que al igual que el temazcal, tiene una larga historia, incluso aún más que
este, remontándonos a los inicios de la civilización. El uso de las plantas va desde
remedios para enfermedades, preparación de alimentos, comestibles de animales,
de ornato, fabricación de instrumentos, etc. (Ramírez, 1991).

Dentro del temazcal, encontraremos de diversas formas el huso de plantas


medicinales. El temazcalero, quien es el que dirige toda la ceremonia del
temazcal, construye a partir de plantas un ramo, que usará para mover el vapor
dentro del temazcal. Este ramo en ocasiones también funciona para azotar a las
personas, para generar mayor calor mediante la fricción. No puedo decir que
existe un tipo especial de planta para elaborarlo, pues como he observado, la
elección de las hierbas, dependerá siempre de acuerdo con factores como: la
tradición, la zona, las plantas que se usarán para el té que se vaporizará o el
significado individual, dentro de los usos medicinales que tiene la planta.

Diversas plantas o derivados o partes de estas, también se usan como


aromatizantes, como lo es el copal y la savia. Pero donde encontraremos un uso
más extendido y diversos de las plantas, es en la preparación de té, ya sea para
tomar antes o después del temazcal, y en especial, el usado para la vaporización
dentro del temazcal.

La vaporización es lo que da sentido entero al temazcal. Al temazcal se ingresan


piedras volcánicas, calentadas previamente, se colocan al centro del recinto,
posteriormente, ya con la gente dentro, se vierte el agua, o que he llamado “té”,
pues en esta agua se sumergen algunas plantas, dependiente del uso o lo que se
vaya a buscar para dicha sesión de temazcal. De esta forma, sueltan los principios
activos que, después de verter el agua, se vaporizan y son incorporados por la piel
y la respiración.

El agua que se usa para la vaporización, casi siempre va a acompañado de una


serie de plantas, que ayudarán a conseguir los fines terapéuticos perseguidos.
Vicenza Lillo (2007) nos proporciona una lista de las plantas más usadas en la
práctica del temazcal, en la zona centro de México y Oaxaca: ruda, pericón,
romero, salvia, santa maría, pirul, capulín, azomiate, encino, jarilla, rosa de
Castilla, zapote blanco, árnica. A simple vista, parece que la mayoría son de
origen nativo, o de la región, a excepción de algunas que de ante mano, sabemos
que no son originarías ni del continente. Una tabla con algunas de ellas y su
origen geográfico.
Planta (Nombre) Lugar de Origen
Ruda. Ruta Mediterráneo, Micronesia y sudeste de Asia
Pericón. Tagetes lucida Cav. México, Guatemala y Honduras
Romero. Rosmarinus offinans Mediterraneo
Salvia. Salvia officinalis América Central, Sudamérica, Asia Central y
Mediterraneo
Santa María. Tanacetum Irán, Irak y Europa
parthenium
Pirul. Schinus molle América
Capulín. Prunus virginiana Norteamérica y México
Azomiate. Barkleyanthus El Salvador y México
Jarilla. Jarilla América
Rosa de Castilla. Rosa Cáucaso (Europa del este y Asia occidental)
centifolia
Zapote Blanco. Casimiroa México y América Central
adulis
Árnica. Arnica Europa septentrional, central y oriental hasta
Siberia. Norte de America.

Kharla García Vargas (2011) en su investigación sobre el temazcal en la zona


centro de México, en específico el estado de Morelos, también nos proporciona un
listado de las plantas más usadas en la elaboración del té: albahaca, angélica,
borraja, piña, diente de león, cola de caballo, manzanilla, marrubio, menta, muicle,
romero, salvia, sauco, tila, tomillo y toronjil (García, 2011; p. 7). De igual forma
también proporciona una sobre la elaboración del ramo: Albahaca, cempasúchil,
escobilla, estafiate, fresno, higuerilla, jarilla, mariposa, ocote, ocotillo, pericón,
pirul, romero, ruda, santa maría, tabaco.

En mi participación dentro de temazcales y en el poco trabajo de campo que he


hecho, también he notado una serie de plantas que han sido las más usadas: la
salvia, como una ofrenda; rosas para adornar; para la elaboración de té que se
usará en la vaporización está el romero, ruda, menta, hierba buena, manzanilla.
Aquí un fragmento de una entrevista realizada a Claudia, temazcalera de Casa
Lahak6:

“Y bueno se pone un té con hierbas. El té lleva pirul, romero, albaca, abrecamino,


y algunas personas le ponen otras cosas o menos… puede ser menta o anís,
cosas para aromatizarlo también y se hace un ramo con todas las plantas con las
que se hizo el té, y dentro roseamos las abuelas para que suelten el vapor”

Con evidencia, al indagar en el uso de las plantas y su origen geográfico, salta a la


vista el hecho de que dentro de esta práctica se hace uso de plantas no nativas
del continente o la región donde se lleva a cabo la práctica de dicha ceremonia.
Dejo en claro que esto no lo señalo como algo peyorativo o en sentido negativo,
pero si quiero hacer hincapié en la reflexión sobre los procesos de re significación
y de incorporación de otras culturas e incluso elementos que nos llegaron de otras
partes del planeta.

El temazcal es una práctica ritual ancestral, y que en México tiene sus orígenes en
la época prehispánica. Hoy en día se sigue realizando, tal vez no dentro de sus
marcos contextuales originarios ni bajo los mismos términos y condiciones, incluso
tal vez ni bajo el mismo sentido. Sin embargo es algo que ha sobrevivido a la
historia y cambios de la cultura originaria de México, pues aunque parezca algo
muy insignificante, en el uso de las plantas, también podemos dar cuenta de los
procesos de cambio, re significación e incluso de globalización y los efectos de la
llamada era moderna.

Muchas plantas que figuran dentro del uso más cotidiano de nuestras vidas, no
son originarias ni del continente. Nos han llegado a través del paso de la historia, y
así mismo también México y toda América ha proporcionado a todo el mundo de
una diversidad de plantas muy basta. Actualmente convivimos entre dos
medicinas, por una parte la medicina académica, con sus pastillas, jarabes,
inyecciones, etc., y por otro lado, recurrimos a “remedios caseros”, así llamados,

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Casa Lahak es un lugar donde se imparten diversas terapias y talleres, todo dentro del marco de la
medicina tradicional y alternativa. Se encuentra en el centro de Guadalajara. http://www.casalahak.org/
saberes que están bien difundidos en la mayoría de la población, o que son de
dominio público (Casillas, 1990).

Dentro de la medicina tradicional, tenemos una parte de la herbolaría, que se


expresa en los tés que nos hacemos cuando tenemos algún malestar o
simplemente por gusto. Plantas como la ruda, romero, manzanilla y yerbabuena,
tan usadas como remedios caseros en té, infusiones, cataplasmas o
aromatizantes, son de origen europeo o asiático y figuran dentro de las que
usamos con mayor frecuencia o podemos adquirir con mayor facilidad. Sin
embargo también, hacemos un gran uso de plantas nativas como sábila, maguey,
albahaca, salvia, tabaco. Es importante que sepamos que no hay por qué hacer
diferencia entre este uso de plantas de distinto origen, simplemente entender la
sociedad como una mezcla de diversos contextos originarios, pues la sociedad es
una especie de masa cambiante, y actualmente, vivimos procesos de
redistribución de toda índole, como ejemplo tenemos las plantas, pero solo basta
con abrir los ojos a la reflexión para darnos cuenta que estamos llenos de
elementos de otras culturas e individuos.

Bibliografía

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Tradicional Huichola. Editorial Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jal.
México.

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etnomedicina mesoamericana. Universidad de Salamanca

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Puebla-Tlaxcala (México): Elementos para un inventario de la cultura material del
espacio rural. Revista Española de Antropología Americana.

Páginas Wed (Usadas para la información de plantas y su lugar de origen)

Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana [en línea] propiedad


Universidad Nacional Autónoma de México (2009). México. Consultado el 6 de
mayo del 2015. Disponible en:
http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/index.php

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