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Convención de Viena

La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados fue suscrita en Viena


(Austria) el 23 de mayo de 1969 y entró en vigencia el 27 de enero de 1980.
Fue elaborada por una conferencia internacional reunida en la capital austriaca
sobre la base de un proyecto preparado durante más de quince años de trabajo por la
Comisión de Derecho internacional de las Naciones Unidas, y cuyo fin fue codificar el
derecho internacional consuetudinario de los tratados y, además, desarrollarlo
progresivamente, también ius cogens.
El artículo segundo de dicha Convención define al tratado como un acuerdo
internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya
conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea
su denominación particular.
Por tanto, sus disposiciones son aplicables sólo a tratados por escrito entre Estados;
quedan excluidos de la definición antes descrita, aquellos que no constan por escrito y los
acuerdos entre un Estado y otros sujetos de derecho internacional (como las organizaciones
internacionales) o entre esos otros sujetos de derecho internacional.
Estatutos de Roma
El 17 de julio de 1988, en Roma, 160 países decidieron establecer una Corte Penal
Internacional permanente para juzgar a los individuos responsables de los más graves
delitos que afectan al mundo entero, tales como genocidio, crímenes de guerra y crímenes
contra la humanidad. Muchos sintieron que este acuerdo tenía tanta importancia como la
misma aprobación de la Carta de las Naciones Unidas y el Secretario General, Kofi Annan,
la consideró como "un paso gigantesco en favor de los derechos humanos universales y del
imperio de la ley".
Este siglo ha presenciado la peor violencia que se registra en la historia de la
humanidad. En los últimos 50 años se han presentado más de 250 conflictos en el mundo;
han muerto más de 86 millones de civiles, principalmente mujeres y niños; y a más de 170
millones de personas se les han violado sus derechos, su propiedad y su dignidad. La
mayoría de estas víctimas simplemente han quedado en el olvido y pocos responsables han
respondido ante la justicia.
A pesar de los reglamentos y leyes que definen y prohiben los crímenes de guerra,
los crímenes contra la humanidad y el genocidio y a pesar de los diversos tratados y
protocolos, convenciones y códigos que prohiben todo, desde los gases venenosos hasta las
armas químicas, lo que ha hecho falta hasta ahora es un sistema de aplicación de estas
normas y de hacer que los individuos que las violan respondan de sus crímenes.
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció por primera vez la
necesidad de un mecanismo permanente para enjuiciar los asesinos en masa y los
criminales de guerra en 1948, después de los juicios de Nüremberg y de Tokyo que
siguieron a la II Guerra Mundial, y su necesidad se ha discutido en las Naciones Unidas
desde esa época. Sin embargo, los intentos de creación de ese mecanismo han sido vanos
hasta ahora, a pesar de la necesidad de un tribunal penal permanente que enjuicie y castigue
a los individuos que cometan los más horribles crímenes.
La Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de las Naciones Unidas,
se diseñó principalmente para ocuparse de las disputas entre los Estados. No tiene
jurisdicción sobre asuntos que involucren la responsabilidad individual en un crimen.

El Estatuto de Roma es el instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional.


Fue adoptado en la ciudad de Roma, Italia, el 17 de julio de 1998, durante la "Conferencia
Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una
Corte Penal Internacional".
Durante la Conferencia, los Estados Unidos, Israel y China hicieron causa común en
contra de este. Pese a esto tanto Israel como los Estados Unidos firmaron pero no
ratificaron el Tratado. De hecho, la firma por la parte estadounidense la realizó el
presidente Bill Clinton solo un día antes de dejar el poder a George W. Bush.
Pese a la experiencia internacional en suscripción de tratados multilaterales, el
mismo estatuto fijó un alto cuórum para su entrada en vigencia (60 países). Sin embargo, el
proceso fue sumamente rápido, partiendo por Senegal hasta que diez países en conjunto
depositaron ante la Secretaría General de las Naciones Unidas el instrumento de ratificación
el 11 de abril de 2002. El Estatuto entró en vigor el 1 de julio del 2002.

Derecho de los tratados


El derecho de los tratados tiene un aspecto relevante en la
Convención de Viena sobre el derecho de los tratados.
En este documento se hará un resumen de artículos constitucionales de diferentes países
relacionados con la aprobación de los tratados.
Jurisprudencia de la Sala Constitucional se citará para darle el respaldo debido a puntos
claves de esta exposición.
Corte penal internacional
La Corte Penal Internacional (CPI) es un tribunal de última instancia para el
enjuiciamiento de crímenes graves internacionales, como el genocidio, los crímenes de
guerra y los delitos de lesa humanidad. Su tratado, el Estatuto de Roma, fue adoptado en
julio de 1998. La corte empezó a funcionar en 2003 y sucedió a los tribunales ad hoc
conformados en la década de 1990 para abordar crímenes atroces cometidos en la antigua
Yugoslavia y en Ruanda. A 20 años de la adopción del Estatuto de Roma, la CPI ha logrado
adelantos significativos para que el mundo reconozca la importancia de que haya justicia.
Pero también ha atravesado retrocesos, y a medida que proliferan las crisis de derechos
humanos asociadas con delitos internacionales, ha quedado demostrado que su mandato es
mucho más necesario y arduo de lo que anticiparon sus fundadores. Para asegurar su
eficacia, la corte y sus países miembros tendrán que probar que están en condiciones de
enfrentar este desafío.
Funciones de la alta comisionado de las naciones unidas de derechos humanos

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) es la


principal entidad de las Naciones Unidas en el ámbito de los derechos humanos. La
Asamblea General encomendó al Alto Comisionado y a su Oficina la misión de promover y
proteger todos los derechos humanos de todas las personas. El programa de derechos
humanos de las Naciones Unidas está orientado a velar por que la protección y el disfrute
de los derechos humanos sean una realidad en la vida de todas las personas. El ACNUDH
desempeña una función fundamental en la salvaguarda de los tres pilares interrelacionados
de las Naciones Unidas: la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo.
La Oficina del ACNUDH proporciona asistencia en forma de competencias técnicas
y fomento de capacidad para apoyar la aplicación sobre el terreno de las normas
internacionales de derechos humanos. El ACNUDH ayuda a los gobiernos, que tienen la
responsabilidad primordial de proteger los derechos humanos, a cumplir con sus
obligaciones y apoya a los individuos en la reivindicación de sus derechos. Además,
denuncia de manera objetiva las violaciones de derechos humanos.

Estructura
La Oficina del ACNUDH forma parte de la Secretaría de las Naciones Unidas,
cuenta con una plantilla de alrededor de 1.300 personas, su sede está en Ginebra y dispone
además de una oficina en Nueva York. Su presencia sobre el terreno comprende oficinas
regionales y nacionales/independientes. Además, el ACNUDH apoya a los componentes de
derechos humanos de las misiones de paz de las Naciones Unidas o las oficinas políticas y
emplea asesores en materia de derechos humanos para colaborar con los equipos de país de
las Naciones Unidas.
La Sede de Ginebra cuenta con cuatro divisiones temáticas:
La División de Investigación y del Derecho al Desarrollo, que elabora políticas y
ofrece orientación, herramientas y consejos, y apoya el fortalecimiento de capacidades en
cuestiones temáticas de derechos humanos, con el propósito, entre otros, de normalizar los
derechos humanos;
la División de Tratados de Derechos Humanos, que apoya a los órganos creados en
virtud de tratados;
la División de Operaciones sobre el Terreno y Cooperación Técnica, responsable de
supervisar y aplicar el trabajo de la Oficina sobre el terreno;
y la División de Mecanismos del Consejo de Derechos Humanos, que proporciona
apoyo técnico y sustantivo al Consejo de Derechos Humanos, a su mecanismo de EPU y a
los Procedimientos Especiales del Consejo.
La Oficina del ACNUDH cuenta también con servicios y secciones específicos, que
informan directamente al Alto Comisionado Adjunto, manejan la gestión central, la
planificación, la coordinación y realizan actividades de difusión.

Liderazgo
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos es el principal organismo de
derechos humanos de las Naciones Unidas. El Alto Comisionado dirige la Oficina del
ACNUDH y coordina la labor de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos.

Funciones
Dirigir el movimiento internacional de Derechos Humanos desempeñando la
función de autoridad moral y portavoz de las víctimas.
Hacer declaraciones y llamamientos públicos cuando se desatan crisis de Derechos
Humanos y viaja constantemente para abrir el mensaje de los Derechos Humanos en todo el
mundo.
Promover la educación en materia de Derechos Humanos e intenta estimular la
prevención en temas tales como el tráfico de personas, el VIH, la biotecnología.
Integrar conceptos y normas de Derechos Humanos en todos los ámbitos de la
ONU.
Prestar servicios de apoyo al Consejo de Derechos Humanos y a su Comité Asesor
en sus respectivas reuniones.
Corte Interamericana de los Derechos Humanos

La Corte Interamericana de Derechos Humanos es una institución judicial autónoma


cuyo objetivo es la aplicación e interpretación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. La Corte ejerce sus funciones de conformidad con las disposiciones de la citada
Convención y del presente Estatuto.
La Corte ejerce función jurisdiccional y consultiva:
1. Su función jurisdiccional se rige por las disposiciones de los artículos 61, 62 y 63
de la Convención.
2. Su función consultiva se rige por las disposiciones del artículo 64 de la
Convención.
Sede
1. La Corte tendrá su sede en San José, Costa Rica; sin embargo, podrá celebrar
reuniones en cualquier Estado miembro de la Organización de los Estados Americanos
(OEA), en que lo considere conveniente por mayoría de sus miembros y previa
aquiescencia del Estado respectivo.
2. La sede de la Corte puede ser cambiada por el voto de los dos tercios de los
Estados partes en la Convención, en la Asamblea General de la OEA.
Mandato de los Jueces
1. Los jueces de la Corte son electos para un mandato de seis años y sólo pueden ser
reelectos una vez. El juez electo para reemplazar a otro cuyo mandato no ha expirado,
completará tal mandato.
2. Los mandatos de los jueces se contarán a partir del primero de enero del año
siguiente al de su elección y se extenderán hasta el 31 de diciembre del año en que se
cumplan los mismos.
3. Los jueces permanecerán en funciones hasta el término de su mandato. Sin
embargo, seguirán conociendo de los casos a que ya se hubieran abocado y que se
encuentren en estado de sentencia, a cuyos efectos no serán sustituidos por los nuevos
jueces elegidos.
Candidatos
1. Los jueces son elegidos por los Estados partes en la Convención, en la Asamblea
General de la OEA, de una lista de candidatos propuestos por esos mismos Estados.
2. Cada Estado parte puede proponer hasta tres candidatos, nacionales del Estado
que los propone o de cualquier otro Estado miembro de la OEA.
3. Cuando se proponga una terna, por lo menos uno de los candidatos debe ser
nacional de un Estado distinto del proponente.
Funciones
Conoce los casos en que se alegue que uno de los Estados partes ha violado un
derecho o libertad protegidos por la Convención, siendo necesario que se hayan agotado los
procedimientos previstos en la misma, tales como el agotamiento de los recursos internos.
Las personas, grupos o entidades que no son Estados no tienen capacidad de
presentar casos ante la Corte, pero sí pueden recurrir ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos. La Comisión puede llevar un asunto ante la Corte, siempre que el
Estado cuestionado haya aceptado la competencia de esta. De todas maneras, la Comisión
debe comparecer en todos los casos ante la Corte.
El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con una
sentencia motivada, obligatoria, definitiva e inapelable. Si el fallo no expresa en todo o en
parte la opinión unánime de los jueces, cualquiera de estos tiene derecho a que se agregue
al fallo su opinión disidente o individual.
En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a
solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los
noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo.
Competencia consultiva
Por medio de esta función, los Estados miembros de la OEA pueden consultar a la
Corte acerca de la interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos o de
otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados
americanos. Además, pueden consultarla, en los que les compete, los órganos de la
Organización de los Estados Americanos.4
Así mismo la Corte, a solicitud de un Estado miembro de la OEA, puede darle a tal
Estado opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los
mencionados instrumentos internacionales.
La función consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
generado debates muy interesantes sobre los efectos de las opiniones consultivas y sobre la
aplicación de esas opiniones por parte de los tribunales nacionales.
Miembros
Argentina
Barbados
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Dominica
Ecuador
Guatemala
Granada
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
Surinam
Uruguay
Miembros que han renunciado
Trinidad y Tobago
Venezuela
República dominicana
Composición
La Corte está compuesta de siete jueces, nacionales de los Estados miembros de la
OEA, elegidos a título personal entre juristas de la más alta autoridad moral, de reconocida
competencia en materia de derechos humanos, que reúnan las condiciones requeridas para
el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del país del cual sean
nacionales o del Estado que los proponga como candidatos. No puede haber más de un juez
de la misma nacionalidad.8
Los jueces de la Corte son electos para un mandato de seis años y sólo pueden ser
reelectos una vez. El juez electo para reemplazar a otro cuyo mandato no ha expirado,
completa tal mandato.

La Carta Democrática Interamericana


La Carta fue adoptada por aclamación en una Asamblea General extraordinaria de la
OEA celebrada en Lima el 11 de septiembre de 2001.
Los atentados de la misma fecha contra Estados Unidos afectaron a la aprobación de
la Carta. El Secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, solicitó que se invirtiese
el orden previsto para la Asamblea para poder volar de inmediato de regreso a su país. Así,
se votó primero la aprobación y después los cancilleres pronunciaron sus discursos,
empezando por el propio Powell.
Fue un mandato de la III Cumbre de las Américas, que se realizó en abril de 2001
en Quebec, Canadá. Allí, los Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio encargaron a
los ministros de relaciones exteriores a preparar una carta que reforzase “los instrumentos
de la OEA para la defensa activa de la democracia representativa".
Es reconocida como uno de los instrumentos interamericanos más completos,
promulgado para la promoción y fortalecimiento de los principios, prácticas y cultura
democráticas entre los Estados de las Américas.
Su antecedente principal es la Resolución 1080, aprobada en 1991, que por primera
vez habilitó a la OEA, en caso de ruptura del orden constitucional, o golpe de Estado, a
tomar las sanciones y las medidas que considerase adecuadas.
Esta capacidad de sancionar a los Estados Miembros que sufran rupturas
institucionales, repetida y ampliada en la Carta Democrática Interamericana, es inédita en el
mundo: aún hoy, sólo en las Américas (la OEA y las organizaciones subregionales que
adoptaron la también llamada "cláusula democrática") la contemplan en su acervo jurídico.
La Carta fue fuertemente impulsada por Perú en la OEA desde el gobierno de
transición del año 2000, a sugerencia del entonces Primer Ministro Javier Perez de Cuéllar
y luego por el Presidente Alejandro Toledo, su Canciller Diego García-Sayán y el
Representante Permanente ante la OEA, el ex Canciller Manuel Rodríguez Cuadros.
La Carta está dividida en seis capítulos: I) La democracia y el Sistema
Interamericano, II) la democracia y los Derechos Humanos, III) Democracia, desarrollo
integral y combate a la pobreza, IV) Fortalecimiento y preservación de la institucionalidad
democrática, V) La democracia y las misiones de observación electoral, VI) Promoción de
la cultura democrática.
Hasta 2016, el Capítulo IV de la Carta Democrática fue invocado diez veces. En
siete ocasiones se aplicó de manera preventiva para evitar el escalamiento de crisis político-
institucionales, que podrían haber puesto en riesgo el proceso democrático o el legítimo
ejercicio del poder y derivar en rupturas del orden democrático. En otros dos casos la Carta
se aplicó en momentos considerados como rupturas del orden democrático. Y
recientemente y por primera vez, se aplicó en función del artículo 20.

Principio de protección R2P


Responsabilidad de proteger
La responsabilidad de proteger (R2P o RtoP) es un compromiso político global
apoyado por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en la Cumbre Mundial de
2005 sus cuatro preocupaciones clave para prevenir el genocidio, crímenes de guerra,
limpiezas étnicas y crímenes de lesa humanidad.12
El principio de la responsabilidad de proteger está basado a la premisa de que la
soberanía conlleva una responsabilidad de proteger a todas las poblaciones de crímenes
atroces y violaciones de derechos humanos.345 El principio se basa en un respeto a las
normas y principios del derecho internacional, sobre todo la costumbre internacional de la
soberanía, la paz y la seguridad, los derechos humanos, y el conflicto armado.67
La responsabilidad de proteger proporciona un marco para emplear medidas
existentes, tales como la mediación, mecanismos de advertencia tempranos, sanciones
económicas, y el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, para impedir crímenes de
lesa humanidad y para proteger civiles de su ocurrencia. La autoridad para emplear el uso
de fuerza bajo el marco de la responsabilidad de proteger descansa sólo en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas y se considera como una medida de último recurso.8 El
Secretario General de las Naciones Unidas ha publicado informes anuales sobre la
responsabilidad de proteger desde 2009 que expande las medidas disponibles a gobiernos, a
las organizaciones intergubernamentales a las sociedad civil, así como el sector privado,
para impedir crímenes de lesa humanidad.910111213141516
La responsabilidad de proteger ha sido un tema de considerable debate,
particularmente con respecto a la implementación del principio por varios actores políticos
en el contexto específico de países tales como Sudán, Libia, Siria y Kenia.
El Principio de Responsabilidad de Proteger, invocado para el caso de Venezuela,
expresa la responsabilidad que tienen los Estados y la comunidad internacional de proteger
a las personas frente a cuatro tipos de crímenes: genocidio, crimen de guerra, limpieza
étnica y crimen de lesa humanidad.
Con la profundización de la crisis humanitaria en Venezuela ha cobrado fuerza el
debate en torno a la necesidad de una intervención internacional por motivos humanitarios.
La intervención humanitaria —entendida como la injerencia externa en un Estado para
proteger a sus ciudadanos de graves violaciones a los derechos humanos— tiene
antecedentes en el siglo XIX y adquiere relevancia con el fin de la Guerra Fría.
El Principio de Responsabilidad de Proteger (R2P, por sus siglas en inglés),
invocado para el caso de Venezuela, expresa la responsabilidad que tienen los Estados y la
comunidad internacional de proteger a las personas frente a cuatro tipos de crímenes:
genocidio, crimen de guerra, limpieza étnica y crimen de lesa humanidad. La R2P surge en
la Resolución Final de la Cumbre Mundial de la Organización de Naciones Unidas (ONU)
de 2005 (A/RES/60/1), cuyos parágrafos 138 y 139 enuncian el deber de los Estados y la
comunidad internacional de proteger a las personas ante estos cuatro tipos de crímenes.
La OIT
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) —ILO, por su sigla en inglés (de
International Labour Organization)— es un organismo especializado de las Naciones
Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales. Fue
fundada el 11 de abril de 1919, en virtud del Tratado de Versalles. Su Constitución,
sancionada en 1919, se complementa con la Declaración de Filadelfia de 1944.
La OIT tiene un gobierno tripartito, integrado por los representantes de los
gobiernos, de los sindicatos y de los empleadores. Su órgano supremo es la Conferencia
Internacional del Trabajo, que se reúne anualmente en junio. Su órgano ejecutivo es el
Consejo de Administración, que se reúne cuatrimestralmente en Ginebra. Toma decisiones
sobre políticas de la OIT y establece el programa y presupuesto que posteriormente son
presentados a la Conferencia para su aprobación. También elige al director general. En
2012 fue elegido para el cargo el británico Guy Ryder. La sede central se encuentra en
Ginebra (Suiza).
En 1969 la OIT recibió el Premio Nobel de la Paz.1 Está integrada por 187 estados
nacionales (2012). No tiene potestad para sancionar a los gobiernos.
Órganos
Conferencia Internacional
La Conferencia Internacional del Trabajo es el órgano superior de la OIT. Se reúne
anualmente, en junio, en Ginebra. Está integrada por cuatro delegados por cada país
miembro, dos de ellos elegidos por el gobierno, y los otros dos propuestos por las
organizaciones de trabajadores y empleadores respectivamente. De este modo, la mitad de
los integrantes de la Conferencia representan a los gobiernos, en tanto que una cuarta parte
integra el bloque de trabajadores, y la otra cuarta parte integra el bloque de empleadores.
A la Conferencia Internacional le corresponde la sanción de las normas
internacionales del trabajo, fundamentalmente convenios y recomendaciones, por las dos
terceras partes de sus miembros.
También corresponde a la Conferencia Internacional examinar las memorias anuales
que cada país debe presentar sobre el estado de la aplicación de las normas internacionales,
y eventualmente aprobar recomendaciones en los casos en que existen deficiencias. En esa
tarea la Conferencia cuenta con la ayuda de la importante Comisión de Expertos que debe
examinar cada memoria y producir un informe a la Conferencia recomendando los cursos
de acción en cada caso.
A partir de 1998 la Conferencia debe examinar el Informe Global sobre lo que
ordena la Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el
Trabajo (DFT),7 que debe preparar la Oficina, debiendo dar cuenta, cada año en forma
rotativa, el estado en que se encuentran cada uno de estos puntos:
libertad sindical y de asociación y reconocimiento efectivo del derecho a la
negociación colectiva;
la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio;
la abolición efectiva del trabajo infantil,
la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación.
Cómo funciona la OIT
Tripartismo y diálogo social
Un aspecto esencial en las actividades de la OIT es la importancia de la cooperación
entre gobiernos y organizaciones de trabajadores y empleadores en la promoción del
progreso social y económico.
El objetivo de la OIT es responder a las necesidades de los hombres y mujeres
trabajadores al reunir a gobiernos, empleadores y trabajadores para establecer normas del
trabajo, desarrollar políticas y concebir programas. La estructura de la OIT, en la cual
trabajadores y empleadores tienen el mismo derecho a voto que los gobiernos en sus
deliberaciones, es una muestra del diálogo social en acción. De esta manera se garantiza
que las opiniones de los interlocutores sociales queden fielmente reflejadas en las normas
laborales, políticas y programas de la OIT.
La OIT fomenta el tripartismo dentro de sus mandantes empleadores , trabajadores
y Estados miembros , al promover el diálogo social entre las organizaciones sindicales y de
empleadores en la formulación – y cuando es pertinente – en la aplicación de las políticas
nacionales en el ámbito social y económico, así como respecto a muchas otras cuestiones.
Sistema de control de las normas de la OIT
Las normas internacionales del trabajo están respaldadas por un sistema de control
que es único en el ámbito internacional y ayuda a garantizar que los países apliquen los
convenios que ratifican. La OIT examina regularmente la aplicación de las normas en los
Estados Miembros y señala áreas en las que se podría mejorar su aplicación. Si existe algún
problema en la implementación de las normas, la OIT presta colaboración a los países a
través del diálogo social y la asistencia técnica.
La OIT ha desarrollado diversos medios de control de la aplicación de los
Convenios y Recomendaciones por ley y en la práctica, tras su aprobación por la
Conferencia Internacional del Trabajo y su ratificación por los Estados. Existen dos tipos de
mecanismos de control .

Asociaciones al servicio del desarrollo


Desde comienzos de los años 1950, la OIT proporciona cooperación técnica a países
de todos los continentes y en todas las etapas de desarrollo económico. Los proyectos son
implementados gracias a una estrecha colaboración entre los países beneficiarios, los
donantes y la OIT, que mantiene una red de oficinas exteriores en todo el mundo.
La cooperación para el desarrollo construye puentes entre la función normativa de
la OIT y las mujeres y los hombres en todas partes del mundo. Es esencial para ofrecer a las
personas oportunidades de trabajo decente y para ayudar a nuestros mandantes –
trabajadores, empleadores y gobiernos – a hacer realidad el Programa de Trabajo Decente.
En resumen, la cooperación para el desarrollo afianza las capacidades técnicas,
organizativas e institucionales de los mandantes de la OIT a fin que puedan poner en
práctica una política social coherente y eficaz y garantizar el desarrollo sostenible.
Sobre la base de más de 50 años de experiencia en cooperación para el desarrollo en
todos los continentes y en todas las etapas de desarrollo, hoy día la OIT opera más de 600
programas y proyectos en más de 100 países, con el apoyo de 120 socios para el desarrollo.
Programa y presupuesto
El Programa y Presupuesto de la Organización, que establece los objetivos
estratégicos y los resultados esperados del trabajo realizado por la Organización, es
aprobado cada dos años por la Conferencia Internacional del Trabajo.

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