Está en la página 1de 3

Biocenosis

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Una biocenosis (también llamada comunidad biótica, comunidad biológica, comunidad
ecológica o simplemente comunidad) es el conjunto de organismos de todas las
especies que coexisten en un espacio definido llamado biotopo, que ofrece las
condiciones ambientales necesarias para su supervivencia. Puede dividirse en
fitocenosis (que es el conjunto de especies vegetales), zoocenosis (conjunto de
animales) y microbiocenosis (conjunto de microorganismos). Un ecosistema, según la
definición original Tansley (1935), está formado por la biocenosis junto con su
ambiente físico o biotopo. El campo cultivado es la agrobiocenosis que, junto con
su entorno físico-químico (biotopo) forman un agroecosistema.1

El término biocenosis fue acuñado en 1877 por Karl Möbius, quien subrayaba así la
necesidad de enfocar la atención no en el individuo sino en el conjunto de
individuos.

En otras palabras es una comunidad o conjunto de poblaciones de diferentes


especies, que habitan una zona geográfica determinada y se ve influenciada por
factores físicos como la luz, la temperatura, la humedad, etc.

Índice
1 Comunidad biológica
2 Sucesión ecológica en las comunidades
3 Distribución
4 Factores que la regulan
5 Véase también
6 Referencias
Comunidad biológica
Es el término biológico que hace referencia a los seres vivos presentes en un
ecosistema. Podría definirse como el conjunto de poblaciones biológicas que
comparten un área determinada y difieren en el tiempo. Una comunidad puede ser
definida a cualquier nivel taxonómico o funcional y escala geográfica. De igual
modo podemos hablar de la comunidad de microorganismos del intestino de un
herbívoro, de la de mamíferos marinos del océano Atlántico o de la de depredadores
de las sabanas de África oriental. Para las comunidades extintas, que conocemos por
sus fósiles, se utilizan los términos paleobiocenosis o paleocomunidad.

A gran escala geográfica el principal factor que determina el tipo de comunidades


es el clima, mientras que a menor escala resulta más difícil encontrar cuál o
cuáles son los factores que explicarían los agrupamientos de especies. Uno de los
primeros objetivos que persigue un ecólogo es conocer la composición de una
comunidad y su estructura, entendiendo ésta como el conjunto de relaciones que
existen entre las diferentes especies entre sí y con el medio en el que viven.
Existen varias maneras de caracterizar una comunidad, la más adecuada sería aquella
que considerase tanto la composición de especies como el número de individuos de
cada una de ellas. Sin embargo, no todas las especies tienen la misma importancia
dentro de una comunidad; se conocen como especies clave o dominantes aquellas que
si desaparecieran provocarían un profundo cambio en la comunidad, pues sobre ellas
se articula la comunidad entera.

Las comunidades pueden sufrir cambios en el tiempo llamados sucesiones; estas


transformaciones suelen ser lentas y conducen a cambios en la composición o en las
poblaciones de las especies.

A veces resulta difícil delimitar, en la naturaleza, una frontera que separe


comunidades distintas y en muchos casos lo que se observa es una gradación
progresiva desde una comunidad a otra. Las áreas de transición que aparecen entre
dos comunidades totalmente diferenciadas se llaman ecotonos y son especialmente
ricas en especies.

Sucesión ecológica en las comunidades


Ninguna comunidad es permanente; algunas cambian bruscamente, otras persisten
durante años o siglos. Típicamente en cualquier lugar, existe una secuencia o
sucesión de comunidades: en primer lugar existe una fase exploradora, luego cambian
gradualmente, maduran (estos cambios no son reversibles) y finalmente llega una
fase relativamente estable, el clímax.

En la sucesión de comunidades primero se dan pequeños cambios llamados


microsucesiones que en forma progresiva vienen a conformar la sucesión principal.
Las sucesiones se dan por cambios en los factores abióticos (humedad, temperatura,
movimientos orogénicos, deshielos, etc.) o por la llegada o introducción de
organismos foráneos u oportunistas que originan una serie de competencias con las
especies autóctonas y en la que se impone la más adaptada, por esto las sucesiones
están relacionadas con la evolución de las especies. Cuando una comunidad natural
se destruye por causas naturales o por intervención humana y el área donde
previamente estuvieron es ocupada por otra; decimos que ha ocurrido una sucesión
secundaria.

Un ejemplo claro es la sucesión lago - estanque - pantano - prado que se observan


en muchas áreas ocupadas por antiguas glaciaciones.

El principio de la sucesión ecológica tiene importancia práctica para el hombre.


Cualquier campo que sea arado y luego abandonado presenta una secuencia de
vegetaciones sucesivas y con ellas especies animales diferentes para cada secuencia
de vegetales. Todo cambio en los caracteres físicos o biológicos del ambiente
afectará evidentemente a todas las especies, poblaciones y comunidades en distinto
grado.

Distribución
Ninguna especie animal se halla uniformemente distribuida por toda la Tierra, sino
que ocupa un área de distribución. La extensión completa en tierra o en el agua en
que se presenta una especie se denomina distribución geográfica; y la clase de
ambiente en que vive, su distribución ecológica. La distribución geológica de una
especie depende de su existencia en el pasado. El estudio de la distribución de los
animales y plantas y de los factores que sobre ellas influyen es el objeto de
estudio de la zoogeografía y fitogeografía. Las comunidades vegetales dominantes en
su estado clímax tienen una fisonomía distinta a la de otras comunidades de
plantas, las cuales a su vez determinan el tipo de comunidades de animales. Las
condiciones edáficas, atmosféricas o hídricas especiales son las que determinan una
«zona de vida» (clasificación de Holdridge que es válida sólo para los continentes)
y cada zona de vida posee un tipo distinto de comunidad, por tanto podemos deducir
que las comunidades se distribuyen en estas zonas de vida (desiertos, estepas,
bosques, tundras y páramos con sus respectivas variantes) y están adaptadas a las
condiciones abióticas que imperan en ellas (esta clasificación no incluye a los
microclimas ni a otros casos excepcionales).

Factores que la regulan


Los factores externos que limitan la distribución se denominan barreras. Entre
éstas se hallan:

Barreras físicas, como la tierra para los animales acuáticos, y el agua para la
mayor parte de los animales terrestres o la variación de las características del
suelo y del agua.
Barreras climáticas, como la temperatura (media, estacional o extrema), la humedad
(relativa, media, anual o mensual), etc.
Barreras biológicas, como la ausencia del alimento apropiado o la presencia de
competidores eficaces, enemigos, enfermedades, etc.
Estas barreras de transición entre dos o más comunidades diversas se denominan
ecotonos, este límite es una zona de unión que puede ser escasa o de una extensión
lineal considerable, pero en todo caso es más angosta que las áreas de las
comunidades adyacentes. Un ecotono suele contener a los organismos de cada una de
las comunidades y además organismos que son característicos de la comunidad
ecotonal, por lo que se dice que estas comunidades son muy ricas en diversidad y
que caracterizan a un lugar determinado. La tendencia hacia una diversidad y
densidad aumentada en las uniones de las comunidades se denomina efecto de borde.

Cada especie de planta o animal tiene un límite de tolerancia -máximo o mínimo- a


cada factor de su ambiente. En las plantas la tolerancia a los venenos del suelo o
del alimento puede ser estrecha, mientras que a las diferentes longitudes de onda
del espectro que utiliza para la fotosíntesis es amplia. Los cambios de un factor
más allá de los límites de tolerancia tienen como consecuencia la migración o la
muerte, o la supervivencia de sólo los individuos mejor adaptados; tolerantes a las
condiciones alteradas. La distribución de las comunidades está limitada por la suma
total de influencias externas, muchas de las cuales son interdependientes. No
obstante, la distribución y el equilibrio de una población están sujetos en último
término a la ley del mínimo de Liebig, pues está limitada por el factor esencial
que se presenta en cantidad menor o por alguna fase o condición crítica para la
cual la especie tiene poca latitud de adaptación. Las ostras, por ejemplo, pueden
vivir en aguas de distinta salinidad, pero solamente se reproducen si la
temperatura pasa de un cierto mínimo.

Puede encontrarse contradicción entre el apego de los animales a sus territorios y


sus desplazamientos. Pero puede verse también la unidad: la migración es un medio
muy importante de mantener las correlaciones del organismo con el medio ambiente.
Estas migraciones en algunas ocasiones alteran una comunidad cuando la especie
migradora decide establecerse en el área de migración originándose otra forma de
distribución y sucesión.

Véase también
Biota
Ecología
Población
Ecosistema
Hábitat
Modificaciones antrópicas de la biocenosis
Referencias
Möbius, Karl. 1877. Die Auster und die Austernwirtschaft. Verlag von Wiegandt,
Hemple & Parey: Berlin, [1]. (English translation: The Oyster and Oyster Farming.
U.S. Commission Fish and Fisheries Report, 1880: 683-751, [2].)
Storer, T.I. Zoología General. Ediciones Omega S.A. Barcelona España. Tercera
edición pp. 273 al 312
Weisz, Paul B. Biología. Ediciones Omega S. A. Barcelona España. Quinta edición pp.
228 al 236.
Diozhkin. V.V. Acerca de la ecología. Editorial MIR-Moscú-Rusia.
Kendeigh, S. Charles. 1961. Animal Ecology. Prentice-Hall, Inc., Englewood Cliffs,
N.J., 468 p.
Odum, E.P. Ecología. Compañía editorial Continental, S.A. México. Segunda edición
pp. 15, 60-73, 43-56, 27-28, 110-125.
Lugo, A.E. Los sistemas ecológicos y la humanidad. Secretaría General de los
Estados Americanos, Monografía 23.
Sagredo, J. Ecología Diccionarios Rioduero. Ediciones Rioduero Madrid España,
segunda edición.
Tansley, A. G. 1935. The use and abuse of vegetational concepts and terms. Ecology,
16(3): 284-307

También podría gustarte