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Néstor Daniel Mendoza Colunga.

En el noveno capítulo “Littérature Générale y teoría literaria” del libro “Entre lo uno y lo
diverso”, Claudio Guillén recuerda el proceso que dio origen al concepto de Littérature
Générale.

Comienza diciendo que la Literatura Comparada denota el estudio de las relaciones entre
dos o más literaturas. Es decir, entre obra y obra, autor y obra y autor y autor. Sin embargo,
hay una necesidad de generar una síntesis que explique el génesis de escuelas, estilos y
periodos en la literatura, es decir, de los hechos que son del dominio de la literatura general
y que son parte de un orden que afecta a varias literaturas. De ello se va a ocupar la
Littérature Générale.

El autor explica posteriormente la necesidad de una crítica no fragmentada por un infinito


atomismo, puesto que la historia literarias, que está en un entrelazar constante de relaciones
internacionales, que se refieren entre sí de manera constante. De tal modo, la asimilación de
Jean Paul y de E.T.A. Hoffmann por el romanticismo francés no es comprensible sin
referencias de géneros, temas y estilos cultivados por las literaturas francesas y alemanas en
su época.

Dice Guillén que el término de la Literatura Comparada se emplea ya como una etiqueta
imperfecta y anticuada que abarca la Littérature Comprareé y la Littérature Générale. Los
estudios comparativos hacían frente al concepto reinante de cultura o literatura nacional,
por ello se auto negaban y se superaban, por ello se hacía frente al y se diferenciaba de la
Littérature Générale que implicaba ya un grado de teoreticidad. La Literarura Comparada
reunía y organizaba hechos, el uso del término actual resulta entonces mediocre.

El autor del ensayo habla en la última parte de este capítulo, de una crisis en los escritos
teóricos actuales, explica que no proponen de modo satisfactorio teoría alguna. Esto se debe
a que las obras frecuentemente no se miran como fenómenos que hay que explicar por
medio de un marco conceptual, sino que se toman como parte del marco y la estructura de
la crítica.
Guillén finaliza explicando que de la misma forma en que la Literatura General presentó un
desafío, los comparatistas actuales tienen que enfrentarse a la Teoría Literaria y superarla.

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