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MODELOS DE ACUMULACIÓN:
1) ModeloAgroexportador-1880-1930
2) Modelo de Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI)-1930-1976
3) Modelo de ValorizaciónFinanciera –1976-2001
4) Modelo Neodesarrollista- 2002 – hasta la actualidad.
1) Etapa de implementación(1976-1983)
2) Etapa de transición(1983-1989)
3) Etapa de profundización(1989-2001)
1) Etapa de implementación(1976-1983)
24 de marzo de 1976 es el fin de un patrón de acumulación (ISI) y su reemplazo por otro. Las
relaciones de poder se modifican. El sector industrial, sustento de la ISI, cederá su
preeminencia a los sectores proveedores de servicios y al sector financiero. El terrorismo
político estatal será funcional al nuevo modelo económico a través de la subordinación de los
sectores populares.
Ahora bien, podemos decir que la confluencia de una apertura del mercado interno a la
competencia con el exterior, a través de una reducción arancelaria (y su posterior eliminación),
y una reforma financiera que operó a favor de la eliminación regulatoria sobre el flujo de
capitales y el sistema bancario, sentaron las bases estructurales para el funcionamiento de la
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valorización financiera.
Mecánica operativa: se inicia con la toma de deuda externa a tasas bajas como consecuencia
de la abundancia de activos monetarios en los bancos internacionales. Este dinero es
ingresado (cambiado a moneda nacional) y puesto a “trabajar” en el mercado financiero de
nuestro país a tasas más altas. Cumplido el término, el capital se habrá valorizado y será girado
nuevamente al exterior. El mecanismo finaliza con la fuga de capitales.
El rol del Estado, proveer el sustento estructural, a través de la apertura de los mercados y la
reforma financiera. El Estado es el encargado de mantener las tasas de interés altas mediante
su endeudamiento en el sistema financiero local, además de endeudarse en el exterior para
cubrir una balanza comercial negativa. La toma de deuda en el exterior provee los dólares
necesarios para que, una vez valorizado el capital, el mismo sea cambiado a moneda
extranjera y fugado.
La mecánica general del nuevo patrón de acumulación del capital, puede verificar que
entre los cambios estructurales que de él se derivan, se destaca un proceso de
desindustrialización. A partir de su instalación se quiebra la alianza entre Estado y
desarrollo industrial para dar paso a la preeminencia de los sectores financieros y también
aquellos vinculados a los servicios y a la producción primaria de nuestra economía.
En el sector externo presentaba un fuerte aumento de las tasas de interés decidido por los
Estados Unidos para hacer frente al creciente déficit fiscal. Esto complicó a los países deudores
al aumentar el flujo de divisas por el pago de intereses. Además, se verificaba una caída de los
precios internacionales de los productos agrícolas.
a) La gestión Grinspun
b) La gestión Sourrouille
a) Con Bernardo Grinspun como ministro los esfuerzos estuvieron dirigidos a rescatar a la
economía de su estancamiento, avanzar sobre una solución al tema de la deuda externa,
atacar el creciente déficit fiscal y la inflación.
Para poner en marcha la economía se estimula la demanda a través de la mejora del poder
adquisitivo de los trabajadores otorgando un incremento salarial consistente en una suma fija.
Se pretendía, aumento de demanda mediante, favorecer un proceso de inversiones,
fundamentalmente en el sector industrial.
Estos grupos seguían en la lógica de acumulación del capital por medio de los mecanismos de
valorización financiera que no habían sido desmantelados. El control de precios, un mismo
grupo económico era dueño de diversas empresas y aduciendo aumento de costos en una de
ellas lograba autorización para incrementar sus precios El déficit fiscal no se avanzó sobre la
principal sangría de las cuentas fiscales, que se relacionaban con la transferencias de divisas
publicas hacia el sector privado.
En cuanto a la deuda externa se priorizaba la negociación directa con los Bancos acreedores y
con el Club de París. La estrategia incluía quita de capital, gestión de plazos, etc. También se
avanzó en la idea de la formación de un Club de Deudores .El fracaso de estos intentos obligó a
establecer negociaciones con el FMI que en en septiembre de 1984 se firma un acuerdo con
que llevaba implícito una política restrictiva, un fuerte ajuste, funcional al objetivo de los
acreedores. No se logra contener la inflación ni reducir el déficit. El acuerdo con el FMI se
desvanece y el ministro debe renunciar.
De aquí en adelante alineación con pautas impuestas, desde adentro y desde afuera, por los
“dueños” de la economía.
El Plan Austral fue eficiente en los primeros meses en cuanto a la contención de la. Pero no se
avanzó sobre la reactivación de la economía. Es que, la nueva estructura de poder económico
no había sido desmantelada sino que mostraba su consolidación. El Estado debía afrontar una
doble transferencia de capitales; por un lado a los grupos oligopólicos internos a través de
nuevos regímenes de promoción industrial, subsidios para exportaciones no tradicionales, etc.
y por el otro a los acreedores externos mediante el pago de los servicios de la deuda.
Se flexibiliza del plany se produce aumento de precios y de salarios. A comienzos del año 1988
se suspende el pago de los servicios de la deuda.
Por medio del “Plan Primavera” se trata de buscar la estabilización, puesto en marcha en el
año ’88 meses antes de las elecciones generales. Se logran acuerdos con sectores
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empresariales, lo que produce inicialmente un éxito del mismo, pero al no reiniciar el pago de
de la deuda, los organismos internacionales (Banco Mundial) le quitan el apoyo financiero.SWe
produce una corriada hacia el dólar y como las reservas del Banco Central no pueden afrontar
la cotización del mismo se produce un estallido hiperinflacionario. En en el campo
socioeconómico los resultados son negati
Se comienza a delinearse una nueva política económica en total sintonía con los postulados del
consenso de Washington, a saber:
- Concluir con toda política que torne al Estado protagonista en el proceso de desarrollo de
un país.
- Desarrollar una enérgica política de privatizaciones de las empresas estatales para
disminuir el peso del ineficiente manejo de las mismas sobre el presupuesto nacional.
- Iniciar una profunda reforma del Estado ,desregulación de actividades intervencionistas en
el funcionamiento del aparato productivo, desligándose no solo de las empresas de su
propiedad sino también, dejando sin efecto todas las medidas que traben el libre accionar
de los mercados. De este modo, no se producen distorsiones en la fijación de precios que
surgen exclusivamente por acción de la oferta y la demanda en los respectivos mercados,
ni se recarga con gastos innecesarios el funcionamiento del aparato estatal.
- Eliminar el déficit fiscal en el menor lapso posible, pues su presencia es un signo
desalentador para los acreedores externos, que no advierten como hará un país para
pagar los intereses y el capital de su deuda si el Estado no dispone de excedentes
financieros suficientes para cumplimentar tal objetivo.
- Llevar a cabo una apertura externa irrestricta, eliminando todas las restricciones
arancelarias, o de otro tipo, que perjudiquen la libre entrada de bienes. De este modo, el
mercado productivo nacional tendrá que ser competitivo para no ser sustituido por
importaciones carentes del antiguo proteccionismo aduanero, o en su defecto, tenderá a
desaparecer.
En 1989 se sancionan dos leyes fundamentales para crear el marco jurídico que avalan las
transformaciones que van a tener lugar a lo largo de la década.
Estas Dos leyes aprobada por el congreso nacional, otorgan a al Poder Ejecutivo Nacional la
posibilidad de avanzar en un programa de privatizaciones a partir de Decretos de Necesidad y
Urgencia (DNU), sin pasar por el congreso. Se da un nuevo marco institucional, donde el
legislativo que cede atribuciones y un poder judicial con modificaciones que lo hacen funcional
a la presidencia, concentra en el Ejecutivo un enorme poder. Esto genera, en términos
políticos, la posibilidad de llevar adelante el programa de reformas más ambicioso y profundo
que se haya implementado en tan corto tiempo sobre la estructura productiva argentina.
En estos años se avanza en la concesión los servicios públicos a diferentes consorcios privados.
También se otorgan al sector privado, los canales de radio y televisión, la empresa de servicios
postales, etc.
Los compradores de estos activos. Se trata de consorcios formados por sectores muy
concentrados del capital. Sus tres columnas principales eran:
- Recomposición transitoria pero contundente de las finanzas públicas. Los ingresos que
aportaron las privatizaciones permitieron la recomposición y el reordenamiento de las
cuentas públicas, condición necesaria para la sanción de la ley de convertibilidad.
- Ingreso de inversión extranjera directa (IED). Como en las privatizaciones se involucraron
empresas transnacionales y también bancos internacionales, estas operaciones implicaron
el ingreso de divisas que fueron un elemento crucial para reconstituir las reservas del
Banco Central de la República Argentina (BCRA). Esta recomposición de reservas era otra
condición necesaria para lanzar la convertibilidad del peso con el dólar.
Una economía que en la década del 80 había tenido un déficit casi crónico del sector externo,
comienza en los 90 a ser una economía con abundancia de dólares. En un primer momento
esto va a ser motivado por la venta de las empresas estatales, pero con el correr de la década
va a primar el endeudamiento externo.
1) Convertibilidad.
Es la respuesta que da el gobierno para estabilizar la hiperinflación, el plan fue efectivo en su
tarea de estabilizar precios. De hecho, se pasa de un 2300% de inflación en 1990 a un 25% en
1991.
La ley de convertibilidad instituye un régimen de tipo de cambio fijo a una paridad de un peso
= un dólar, garantizado por el respaldo del BCRA por ley sancionada por el Congreso de la
Nación
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Gracias a las privatizaciones, el BCRA tenía 10.000 millones de dólares de reservas para poder
respaldar el lanzamiento de la convertibilidad.
2) Plan Brady. plan de regularización de los pasivos externos. A través de él, se reemplazó la
deuda bancaria externa argentina por nuevos bonos que comienzan a cotizar en las bolsas
de valores de Argentina y EEUU y otras plazas financieras. Lo que se hace entonces es
reemplazar la deuda bancaria parcialmente en default por nueva deuda en títulos y bonos
con una quita. Le permite a la Argentina regularizar y terminar de ordenar sus pasivos
externos. Así observamos que, primero se rescatan títulos en cesación de pagos con las
privatizaciones y luego, se canjea la deuda con los bancos por títulos nuevos,
regularizándose de esta manera la situación externa argentina. Esto habilitó el inicio del
muy pronunciado nuevo ciclo de endeudamiento externo.
Queda por analizar los ciclos económicos de la década del 90, primero debemos decir que la
economía se comporta de manera cíclica.
Entre 1992 y 1994, una vez atemperada la inflación, se produjo un ciclo de auge importante, la
“edad de oro” de la convertibilidad en donde aumenta el consumo, el salario, la producción.
Luego tuvo lugar la primera crisis fuerte en 1995 la economía se contrae de manera
importante. Lógicamente, un modelo tan sustentado en el ingreso de capitales externos se va
a ver afectado si los mismos se empiezan a frenar producto de la crisis de México (Efecto
Tequila). A continuación, se produce un nuevo ciclo de expansión entre 1996-1998
recuperación de la actividad.
En el 2002 cae el PBI al 11%. , aunque ya venía en caída de años anteriores, pero a finales del
2002 esto se empieza a revertir, y se suceden años de crecimiento muy importante del mismo.
a) La devaluación, proporciona un nuevo tipo de cambio (3,50-4,00 pesos por dólar) provoca
una rápida reactivación del mercado interno vía sustitución de importaciones. Con este
tipo de cambio se encarecen las importaciones. Las exportaciones también se vuelven más
competitivas, pero aumentarlas demanda un poco más de tiempo por la necesidad de
ganar mercados y aumentar la oferta. En el caso de la sustitución de importaciones se va a
dar más rápido fundamentalmente con muchas industrias que producían al 20%, 30%, o
50% de su capacidad productiva debido al proceso de desindustrialización de los 90. La
devaluación les proporciona un escenario donde les conviene producir.
b) Nueva estructura de precios relativos. En la década del 90, habían caído mucho los precios
de los bienes industriales y agropecuarios exportables. Por otro lado habían aumentado los
precios de los servicios públicos a través de las privatizaciones y la consolidación de
mercados oligopólicos. Lo que ocurre en la post-convertibilidad es exactamente lo
opuesto. Al devaluarse el tipo de cambio mejoran los precios de los bienes que se exportan
o los que se venden en el mercado interno pero que ahora compiten con la producción
externa en condiciones beneficiosas. En efecto, el nuevo tipo de cambio actúa como
barrera de protección. Con respecto a los bienes no transables, se congelan sus precios
hasta la renegociación de los contratos.
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c) Tasa de interés. Baja a partir del 2003, lo que permite una recuperación del crédito, ahora
lo más rentable es producir. Esto revierte la lógica de la valorización financiera.
Las nombradas hasta ahora, son diferencias estructurales entre modelos. También hay
importantes diferencias en términos macroeconómicos:
- Superávit comercial. Durante los 90, en casi toda la década existió déficit comercial. En el
transcurso del nuevo modelo se producirá un cambio sustancial. En principio se verifica
una importante caída de las importaciones. Esto obedece a dos causas: por un lado el
achicamiento de la economía en la última etapa de la convertibilidad y por el otro, luego
de la devaluación, al aumento de los precios de los bienes importados. A partir del 2003
comienzan a crecer las exportaciones. A medida que se consolida el crecimiento del
producto aumentan las dos variables, pero las importaciones lo hacen en menor medida,
lo que genera un superávit comercial.
- Superávit fiscal. En los 90, si bien se redujo el déficit fiscal comparado con los 80, la
realidad es que se mantuvo en casi toda la década. Tras la devaluación, se va a producir
desde fines del 2002, un persistente superávit fiscal que va a ser consecuencia, por un lado
de la reactivación de la economía por medio de la cual crece la recaudación del IVA y del
impuesto a las ganancias. Por el otro, será consecuencia del cobro de los nuevos tributos.
Uno es el impuesto al cheque, que se había establecido en el 2001, y el otro las
retenciones a las exportaciones.
- Desendeudamiento externo. Luego del default del 2001 se inicia el proceso de
renegociación de la deuda externa con el canje que se cierra en el 2005. Luego, la
reapertura del mismo en el 2010. En definitiva una fuerte política de desendeudamiento
con el objetivo de manejar de manera soberana la política económica
El nuevo modelo fue puesto a prueba por fenómenos políticos, sociales y económicos desde el
2008 (Ej.: conflicto del campo). Esto provoca un giro del alineamiento oficial, en tanto la
pérdida de aliados al interior de la clase dominante lo llevó a profundizar su estrategia neo-
desarrollista, procurando consolidar su alianza con el capital productivo ligado a la industria y
el sector asalariado. Entre las políticas de interés en este sentido se pueden mencionar: la
estatización de las AFJP, la asignación universal por hijo, la ley de medios, etc.
En definitiva es un modelo en desarrollo, el cual deberá dar cuenta de algunas limitaciones. Ej.:
restricción energética, inflación, distribución del ingreso, dependencia del precio de materias
primas o bienes transables. De todas maneras, está claro que marca un punto de inflexión con
respecto a la valorización financiera.
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